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TRABAJO Y EXPLOTACION INFANTIL EN GUATEMALA

Menores de edad demandan del Estado la erradicación de la explotación


laboral infantil y la extensión de la educación a todos los niños y niñas
guatemaltecos.

Según la organización de protección a la niñez Save the Children, 247 mil


menores son explotados en el país.

Las limitadas condiciones de vida y oportunidades de desarrollo, y la ausencia


de políticas públicas, permite que la efectividad de los Derechos Humanos de
la Niñez y la Juventud todavía sea una utopía.

El gobierno debe "definir una política integral, a efecto de solucionar el


problema de la mendicidad y el trabajo infantil en la calle".
Las mafias han encontrado rentabilidad en la explotación de niños. El próximo
año, la PDH creará una unidad específica para el tratamiento de estos niños.
Asimismo, la Procuraduría General de la Nación realiza un proyecto de
concienciación de los padres. Este tiene como objetivo que los niños que hacen
juegos malabares, venden productos o piden limosna en las calles sean cada
vez menos, y puedan asistir a la escuela o ser atendidos en albergues.
“en los últimos años ha aumentado el número de niños obligados a
trabajar, debido a la situación de violencia que vive el país y las
necesidades
económicas”.

Los niños y niñas están expuestos a demasiados riesgos, debido a la violencia.

La mayoría son niños y adolescentes que han llegado solos de la provincia en


busca de oportunidades en la capital, pero muchas veces su historia tiene un
final trágico.

Los sueldos que ganan esos niños no erradican la pobreza. “Es más fácil salir
de la precariedad mediante la educación”.

Estudios demuestran la situación actual de los pequeños trabajadores.


Doscientos 18 millones de niños trabajan, a escala mundial. Setenta y siete
millones de menores no asisten a la escuela. En Guatemala existe un millón 16
mil 948 niños que laboran en el campo o en el comercio .Los peores empleos
están en pesca, minería, y fabricación de explosivos y pesticidas. Las
ocupaciones que son delito se refieren al uso de niños para tráfico de drogas y
explotación sexual.
La niñez y la adolescencia son el sector de la población más afectado por la
caída de remesas: más de 108 mil menores de 17 años abandonan la escuela ,
según una encuesta de la Organización Internacional para las Migraciones
(OIM) y Unicef . La necesidad de obtener ingresos o mermar los gastos en las
familias, debido a la reducción de las remesas, originó serias consecuencias en
los niños y adolescentes guatemaltecos: su retiro temporal o definitivo de la
escuela, incremento del trabajo infantil y riesgo de explotación sexual
comercial, y migración interna o externa.

La mayoría de niños y adolescentes explotados procede de comunidades


rurales y es reclutada por personas que viajan a las poblaciones a convencer a
sus padres, por lo general en extrema pobreza, con la promesa de una mejor
vida y de dinero para el resto de la familia.
Estos reclutadores no distinguen edad. Según el estudio “Trabajo infantil en
Guatemala” de la Organización Internacional del Trabajo, del 2000 al 2006 el
trabajo infantil aumentó 3 por ciento.
Los defensores de la niñez distinguen a dos tipos de explotadores: los padres y
grupos delictivos.
Se han localizado a niños guatemaltecos que trabajan en Tapachula, México, y
en la capital, a menores de edad nicaragüenses y hondureños.
También son potenciales víctimas los niños que escaparon de sus hogares
debido al maltrato.

En la capital

muchos casos suceden en la capital, donde todos los días decenas de niños,
sobre todo en las calles de las zonas 4 y 9, piden dinero, limpian vidrios de
vehículos o venden golosinas, ante la mirada desconfiada de adultos que, de
acuerdo con la Policía Nacional Civil, aseguran ser sus padres o tutores, ellos
dicen que trabajan para ayudar a su familia.

Según las autoridades, las formas en que las redes de explotadores se llevan a
los niños son: Convencen a padres de familias de escasos recursos de los
ingresos que pueden obtener si entregan a sus hijos para “trabajar”.Se
aprovechan de niños que huyen de sus hogares, debido a la violencia
intrafamiliar. Por lo general, acuden a familias residentes en áreas rurales o
sectores marginales y trasladan a los jóvenes a las urbes. En las ciudades los
obligan a pedir dinero, vender golosinas, vestirse de payaso o cualquier otro
tipo de trabajo, con el cual deben entregar de Q50 a Q60 todos los días. De
esa cuota le entregan Q10 al niño, Q25 a los padres y el resto le queda el
explotador.Los menores que no recolectan esa cuota no reciben a cambio
comida y sábanas para dormir.
En el país, al menos un millón de niños desarrollan labores domésticas,
agrícolas, pirotecnia, como sicarios y en la prostitución,.
“El abandono y la desintegración familiar han contribuido a que muchos niños
se conviertan en sicarios o vivan de la prostitución 99 por ciento de los
menores de edad que integran las pandillas y las redes de sicarios han sufrido
desintegración familiar.

La mano de obra infantil es considerada como dócil, porque rinde igual que la
de un adulto, pero no es pagada adecuadamente muchos niños tienen que
trabajar a la par de sus padres en diferentes actividades, como agricultura,
mercados etc. Porque son parte del sustento economico de la familia, son
tantos hermanos que no les alcanza a los padres para el sustento diario y se
ven en la necesidad de trabajar para ayudarlos y dejan la escuela y se
convierten en “ niños Trabajadores”

Oscar Andre Castañeda Lemus


4to. Bachillerato
Colegio el Camino
Clase Sociología

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