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acuáticos
aéreos o terrestres
Esta clasificación obedece a cuál es el medio fluido en el que viven los organismos. Según
que medio sea: agua o el aire, cada uno de ellos presenta una serie de particularidades, de
ventajas e inconvenientes.
Los cuerpos de agua como ríos, lagos, pantanos y demás fuentes acuáticas son
ecosistemas acuáticos. Los dos tipos más destacados son: los ecosistemas marinos, y los
ecosistemas de agua dulce.
En el lecho de los ríos, los peces se alimentan de plantas y los insectos son comidos por las
aves, anfibios, reptiles y mamíferos.
Como esta composición química depende, en primer lugar, de lo que el agua pueda disolver
del suelo por el que discurre, o de los lugares a donde se dirige, es el suelo lo que determina
la composición química del agua.
Si el suelo es pobre en sales y minerales solubles, también el agua será pobre en sales y
minerales. Y, a la inversa, si el suelo es rico en materias químicas solubles, gran parte de su
riqueza la cederá al agua, con lo cual ésta contendrá muchas más sales minerales.
Eso es determinante para los tipos de vida animal y vegetal que allí se pueda desarrollar.
Medios aéreos o terrestres: En los medios aéreos los principales problemas son la
escasez del agua y también la obtención de nutrientes: el aire no es un medio que
pueda contener las sustancias necesarias para la vida. Los organismos que habitan
los medios aéreos se ven obligados a buscar los nutrientes en el sustrato sólido, en
el suelo. Esto hace que se vean ligados al suelo de forma irremediable para la
obtención del sustento. Por ello a este tipo de ecosistemas se los puede llamar
también terrestres, ya que si bien el medio fluido es el aire, encuentran el alimento en
la tierra.
Los ecosistemas terrestres están mucho más condicionados que los acuáticos por los
factores climáticos. Por ello podemos dividir las tierras emergidas en una serie de grandes
regiones biogeográficas. Éstas son consecuencia no sólo del clima actual, sino también de
la historia geológica y de la influencia de las barreras geográficas (sistemas montañosos,
mares, desiertos...) que han condicionado la historia evolutiva de las especies. En la
actualidad las diferencias entre estas grandes regiones son algo difusas, no sólo por la
movilidad de las propias especies, sino también por la intervención humana, que ha
instalado y aclimatado especies en áreas que les eran ajenas, provocando a menudo graves
perjuicios para la fauna y flora autóctonas.
Alimentación
Dos diferencias entre los hábitats terrestre y acuático van a influir en nuestro planteamiento
sobre la producción primaria acuática. Primero, la transparencia del agua es mucho menor
que la del aire y entonces las intensidades de luz son mucho menores en los sistemas
acuáticos. Segundo, las fuentes de nutrientes disponibles y lugares donde pueden ser
utilizados para el crecimiento vegetal tienden a estar más separados en el tiempo y en el
espacio de los sistemas acuáticos.
Como todos los sistemas, los ecosistemas tienen una característica fundamental que los
define: la de poseer una organización. Y esta organización se mantiene gracias a los
aportes continuos de información que toma del exterior y, muy especialmente, a los
procesos de autorregulación que tienen lugar en su interior. Mediante estos procesos el
sistema controla el resultado de sus acciones anteriores y regula sus acciones futuras,
tomando como referencia la información que tiene de las pasadas.
Una de las interacciones más importantes entre los organismos vivos y su ambiente está en
la provisión de alimento. Esto implica no sólo el suministro de energía para sobrevivir sino
también de materia prima para la producción de los tejidos celulares y, siendo indispensable
también para la fabricación de gametos garantizando de esta forma la reproducción y, por
ende, la continuidad de las especies. Sobre la tierra, la fuente última de energía para la vida
es la radiación solar o luz y ésta es finalmente reirradiada de nuevo al espacio como calor.
Fuente de energía