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INVESTIGACION DERECHO ADMINISTRATIVO

Daniel Jácome Cahueñas1

SUMARIO: I. Derecho Administrativo, II. Potestad Reglamentaria, III. Hecho


Administrativo, IV. Acto Administrativo, V. Acto Normativo, VI. Contrato
Administrativo, VII. Conclusiones, VIII. Bibliografía.

I. DERECHO ADMINISTRATIVO.

Es aquella rama del Derecho Público que se encarga de estudiar la organización y funciones de las
instituciones del Estado, en especial aquellas relativas al Poder Ejecutivo.

Tradicionalmente, se ha entendido que Administración es una subfunción del Gobierno encargada


del buen funcionamiento de los servicios públicos encargados de mantener el orden público y la
seguridad jurídica y de entregar a la población diversas labores de diversa índole (económicas,
educativas, de bienestar, etc.)

Al derecho administrativo se lo puede dividir en

• Derecho Administrativo Orgánico: encargado del estudio sobre las formas y principios de
organización administrativa
• Derecho Administrativo Funcional: sobre la función administrativa.
• Derecho Procesal Administrativo: normas sobre control administrativo y jurisdicción en la
materia.
• Responsabilidad del Estado: estudia las causales y procedencia del deber de la
Administración de reparar los males causados por ella.
• Derecho Municipal o Local: estudio sobre el régimen legal de las municipalidades o
corporaciones similares.
• Derecho Ambiental: encargado de las normas sobre protección del medio ambiente.
• Derecho urbanístico: sobre las normas de construcción y planificación urbana.
• Derecho vial: normas sobre tránsito y caminos.
• Derecho aduanero: sobre las aduanas y el control migratorio.

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Estudiante del Tercer año, paralelo “I” de la carrera de leyes de la Universidad Central del Ecuador, quien
realiza el trabajo para la cátedra de Derecho Administrativo.

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II. POTESTAD REGLAMENTARIA.

La Potestad reglamentaria es la prerrogativa por la que las administraciones públicas pueden crear
normas con rango reglamentario, es decir, normas subordinadas a las leyes, ya sean reglamentos,
decretos o instrucciones.

No es privativa del Poder Ejecutivo, otros órganos también pueden ejercerla. Así por ejemplo, las
Cámaras del Parlamento, o Tribunales Superiores de Justicia. No obstante ello, la potestad
reglamentaria está radicada principalmente en el Ejecutivo.

Pero los estudiosos también se preguntan si la potestad reglamentaria se reduce exclusivamente a


esa actividad complementaria de la obra legislativa o si es algo más, por sus semejanzas, analizan
las relaciones entre la ley y el reglamento; lo buscan en el campo propio de su acción normativa y
se esfuerzan por establecer su naturaleza jurídica, su fundamento lógico e institucional y examinan
la historia para reforzar sus apreciaciones.

La doctrina sobre estos particulares es variada y difícilmente se encuentran tesis concordantes; a


decir verdad, el tema de la potestad reglamentaria no es estrictamente jurídico; la ciencia política
tiene aquí un campo de aplicación y es a la jurisprudencia principalmente a la que corresponde en
un país indeterminado, aun en ausencia de textos expresos, fijar la naturaleza y alcance de esta
institución. El desarrollo creciente de las facultades extraordinarias que para legislar se conocen a
los jefes del Estado y a la correlativa deserción de los cuerpos legislativos de su actividad propia,
han hecho que se provoque un examen por parte de los legisladores y de la doctrina sobre la
potestad reglamentaria, institución que parece ser hoy uno de los mejores instrumentos de que
goza el estado para la realización de sus fines.

III. HECHO ADMINISTRATIVO.

Cabanellas en su Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual no dice que, Hecho Administrativo es


“todo aquel que posea significado jurídico o económico para la Administración pública”. A
diferencia del acto administrativo, que, como todo acto, por acción, requiere un proceder
humano, por activa o por pasiva, el hecho de esta índole puede ser independiente de la conducta
de un sujeto. El mero transcurso del tiempo determina la caducidad de un presupuesto o que rija
automáticamente un beneficio para algunos funcionarios, jubilados o pensionistas. Una epidemia
lleva consigo la movilización de los servicios para restringirla, combatirla o eliminarla.

En enfoque exclusivamente jurídico, determinado por acto de autoridad, los de carácter


administrativo se suscriben, en el parecer de Bielsa, al ejercicio de una actividad material, con
objeto de obtener un efecto dado; como el cierre de locales por razones de seguridad o el
secuestro de mercaderías por motivos de higiene.

El hecho administrativo es toda actividad material, traducida en operaciones técnicas o


actuaciones físicas, ejecutadas en ejercicio de la función administrativa, productora de efectos
jurídicos directos o indirectos. Objetivamente, el hecho administrativo exterioriza función

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administrativa, con prescindencia de que sea el efecto ejecutorio de un acto administrativo que le
sirva de antecedente, o que se trate simplemente del desarrollo de la actividad que dicha función
requiere en el cumplimiento de sus cometidos propios, en cuyo caso la ejecutoriedad viene dada
por una norma de alcance general. De cualquier modo, se trata de un hecho jurídico, en tanto y en
cuanto tiene la virtualidad de producir consecuencias jurídicas, que proviene de la Administración
Pública (estatal o no estatal) e incide en la relación jurídico-administrativa, de lo que resulta su
adjetivación.

Se diferencia del acto administrativo puesto que es un acontecer que importa un hacer material,
operación técnica o actuación física de un ente público en ejercicio de la función administrativa,
mientras que el acto administrativo significa siempre una declaración intelectual de voluntad de
decisión, de cognición u opinión.

El hecho, no es una exteriorización intelectual sino material. Ahora bien, es posible que el hecho
administrativo sea la ejecución de un acto o que simplemente sea una operación material, sin
decisión o acto previo. Ordenar la destrucción de una cosa es un acto. Destruir la cosa es un
hecho. También es un hecho destruir la cosa directamente, sin previa declaración, en cuyo caso
faltará el acto administrativo.

IV. ACTO ADMINISTRATIVO

El objetivo de la Administración pública es satisfacer los intereses colectivos. En aras de ello (a la


par de otras actuaciones administrativas) dicta los denominados actos administrativos.

El tema a del acto administrativo es de suma importancia en el Derecho público, dado que el
reconocimiento de un acto como administrativo implica someterlo a un régimen especial que lo
diferencia de otras manifestaciones estatales. Es una materia que ha sido muy discutida en la
doctrina jurídica, sosteniéndose diferentes definiciones, según sea el concepto que se tenga, en
general, de la función administrativa.

Las definiciones de acto administrativo varían según dónde se ponga el énfasis, ya sea en el órgano
que lo dicta, en el contenido del mismo, o en su forma. Obviando las disputas se puede entender
al acto administrativo como "toda declaración unilateral de voluntad realizada en el ejercicio de la
función administrativa que produce efectos jurídicos individuales de forma inmediata". Este
concepto de acto administrativo es sostenido, entre otros, por el jurista argentino Agustín
Gordillo.También se puede entender como “Acto jurídico de voluntad, de juicio, de conocimiento
o deseo dictado por la Administración Pública en el ejercicio de una potestad administrativa
distinta de lapotestad reglamentaria”, definición esta defendida por el profesor español Eduardo
García de Enterría, y construida sobre la definición del administrativista italiano Guido Zanobini.Así
pues, es una manifestación del poder administrativo, cuya característica es que se adopta en vía
de decisión singular, en contra del acto del legislador o de la Administración que sea de carácter
general (ley o reglamento, respectivamente), caracterizado por ser una imposición unilateral,
imperativa y con consecuencias jurídicas para el destinatario.Según

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Ciertos juristas, como el peruano Christian Guzmán Napurí, el acto administrativo se distingue de
otras actuaciones administrativas no solo por su carácter unilateral sino además por el hecho de
generar efectos jurídicos específicos o particulares, sobre los administrados, lo cual lo diferencia
claramente de otras actuaciones administrativas, como por ejemplo los reglamentos.Otras
posturas, muy autorizadas (como la del jurista Antoño Abruña), definen al acto administrativo
como una declaración que: provenga de una administración pública, produzca efectos jurídicos y
se dicte en ejercicio de una potestad administrativa. Para ellos, podrán existir diferencias claras
entre los reglamentos y los actos administrativos no normativos, sin embargo; no parece que esto
sea suficiente para considerarlos como dos géneros distintos. Los reglamentos y los actos
administrativos no normativos poseen los mismos elementos esenciales.

Unos seran actos administrativos no normativos y los otros, actos administrativos normativos,
pero ambos seguirán siendo actos administrativos.Se señala que el acto administrativo es una
"declaración de voluntad" para descartar posibles actividades de la administración que no sean
específicamente emanaciones de la voluntad estatal. Al decir que es "unilateral" se la diferencia de
otras figuras que sí expresan la voluntad de la administración como son, por ejemplo, los contratos
administrativos. Al ser en ejercicio de la "función administrativa", se descarta a las funciones
judiciales y legislativas –cabría entrar en el análisis, llegado el caso, de las diferentes concepciones
de función administrativa–. Y por último, si se dice que "produce efectos jurídicos individuales"
para diferenciar el acto administrativo de otras actuaciones administrativas creadoras de
situaciones jurídicas para el administrado, como los reglamentos.

En el ecuador esta reguido por el estatuto administrativo de función ejecutiva. “ACTO


ADMINISTRATIVO.- Es toda declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función
administrativa que produce efectos jurídicos individuales de forma directa.”2

V. ACTO NORMATIVO.

Es toda declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función administrativa que


produce efectos jurídicos generales, objetivos de forma directa. De conformidad con la
Constitución corresponde al Presidente de la República el ejercicio de la potestad reglamentaria.
Un acto normativo no deja de ser tal por el hecho de que sus destinatarios puedan ser
individualizados, siempre que la decisión involucre a la generalidad de los diversos sectores.

La normativa se refiere al establecimiento de reglas o leyes, dentro de cualquier grupo u


organización. Siempre son necesarias las reglas, leyes y políticas, debido a que debe existir un
orden y común acuerdo de los integrantes de los grupos u organizaciones.
Existen áreas dentro de las organizaciones que demandan que se enfoque en concreto a dicha
parte del establecimiento de orden y control principalmente en las grandes organizaciones, como
lo son las gubernamentales, o las transnacionales o de organismos internacionales.

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ERJAFE Art. 65

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VI. CONTRATO ADMINISTRATIVO.

Según el maestro Guillermo Cabanellas Contrato Administrativo es: “Aquel celebrado entre la
administración, por una parte, y un particular o empresa, por la otra, para realizar una obra
pública, explotar un servicio público u obtener la concesión de alguna fuente de riqueza
dependiente de la entidad de Derecho Público. Esta combinación de voluntades, desiguales por su
calidad, pública y aun soberana la una, y privada y aun sometida en aspectos generales la otra,
revela la flexibilidad de los vínculos contractuales, y anticipa la singularidad de esta contratación.”

Otro aspecto de los contratos administrativos se encuentra en que la iniciativa corresponde casi
exclusivamente a la Administración, que además suele hacer oferta pública; la libertad del otro
contratante se reduce a aceptarla íntegramente y a ofrecer el menor precio, si de un trabajo se
trata; o la máxima cuota, si de explotar algún servicio o riqueza es el caso.

El contrato público es un tipo de contrato en el que al menos una de las partes es una
Administración pública cuando actúa como tal, y en el que está sometido a un régimen jurídico
que coloca al contratante en una situación de subordinación jurídica frente a la Administración.

El concepto de contrato público, a primera vista, no difiere del concepto de contrato en el Derecho
privado, pero al ser el Estado (o una de sus Administraciones) una de las partes del mismo, tiene
características propias. Puede definirse el contrato administrativo como aquel en que la
Administración ejerce determinadas prerrogativas en cuanto a su interpretación, ejecución y
extinción, cuidando de no alterar la ecuación financiera del mismo.

El objeto de este contrato se rige, en consecuencia, por el Derecho público. En todo contrato
administrativo tiene que participar por lo menos un órgano estatal en ejercicio de función
administrativa. Ahora bien, es la Ley la que define qué se entiende propiamente por órgano
estatal, que en determinadas circunstancias puede incluir entes no estatales de Derecho público
interno.

Una causa adicional de la trascendencia del contrato administrativo, proviene de la idea de la


colaboración de los sujetos privados con la Administración, en donde el particular no se comporta
como un contratista ordinario. El contrato administrativo es entonces una de las técnicas de
colaboración de los administrados con la administración. El contratista, no obstante que pretende
un beneficio económico, obtiene dicho beneficio cumpliendo con la tarea de coadyuvar al
cumplimiento de cometidos públicos por parte del Estado

Los poderes adjudicadores

Los Poderes Adjudicadores son

• a) Las Administraciones Públicas (territoriales y no territoriales)


• b) Entes, organismos o entidades con personalidad jurídica propia que cumplan los
siguientes requisitos:
o haber sido creados para satisfacer necesidades de interés general que no tengan
carácter industrial o mercantil y

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o que un Poder Adjudicador financie en más del 50 por ciento su actividad o
controle su gestión o nombre a más de la mitad de los miembros de su órgano de
administración, vigilancia o control.
• c) Asociaciones, de derecho privado, constituidas por los entes, organismos o entidades
que son Poderes Adjudicadores.

Sólo los poderes adjudicadores podrán realizar Contratos Sujetos a Regulación Armonizada
(Contratos SARA), que son aquéllos a los que se les aplica la Directiva Comunitaria reguladora de
los contratos públicos.

Régimen jurídico de los contratos del sector público

El régimen jurídico de los contratos públicos. Para poder abordarlo, hay que distinguir entre
contratos administrativos y contratos privados.

Contratos administrativos

Son aquellos celebrados por una Administración Pública, con alguna especialidad, pues hay
contratos celebrados por una Administración Pública que deben considerarse privados (como los
de creación e interpretación artística, los de espectáculos o determinados servicios financieros).

Se rigen completamente por la Ley de Contratos del Sector Público (o, si se trata de un contrato
administrativo especial no tipificado en la misma, por sus normas específicas), sus disposiciones de
desarrollo y por el resto de normas de derecho administrativo. Sólo en caso de lagunas
interpretativas se ha de acudir al derecho privado.

Contratos privados

Son contratos privados:

• a) Los celebrados por el resto de entes del Sector Público que no sean Administraciones
Públicas.
• b) Los celebrados por Administraciones Públicas cuyo objeto sea la creación e
interpretación artística, los espectáculos o determinados servicios financieros.

En este tipo de contratos privados es donde se ha diseñado la teoría de los actos separables,
imprescindible para comprender su régimen jurídico. En virtud de la misma:

Ello es importante puesto que el derecho administrativo concede a la Administración una serie de
prerrogativas durante la ejecución contractual (interpretación unilateral, modificación unilateral,
imposición de penalidades...) que dejan de existir en el contrato privado. Luego no puede definirse
el contrato del sector público como un contrato donde una de las partes tiene unas facultades
exorbitantes, ya que eso sólo se puede predicar del contrato administrativo que, como vemos, es
un subtipo de contrato público.

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VII. CONCLUSIONES.

Después de haber leído y consultado al respecto, se me va formando una mayor idea sobre el
Derecho Administrativo y la importancia que posee dentro de esta el acto administrativo. Al cual
yo no le hallaba mucha practicidad dado su engorroso y por considerarlo nada practico para un
individuo que nada tiene que ver con el estatismo usual de la burocracia.

Pero al ir analizando lo que es el contrato administrativo y su practicidad en cuanto a negocios, ahí


si que me fue entrando más y más el interés. Viendo que su accionar es para garantizar al estado
la mejor parte en un contrato, ya que no se hace en igualdad de condiciones.

Por ejemplo el estado mantiene la ventaja de la terminación unilateral del contrato, si el


contratista incumple pero cuando el estado incumple en los pagos, el contratista individuo, no
posee ninguna garantía.

Lamentablemente en el derecho ecuatoriano a primado la tesis del estado interventor en vez del
estado al servicio del individuo, de ahí que se busque a través de la legislación de dotarle de
legitimidad y legalidad a la actuación pública, teniendo en cuenta que muchas veces a lo largo de
nuestra joven historia democrática este tan solo se a dedicado a burlarse y atropellar los derechos
del individuo de ahí que yo plantea que se tiene que revisar el estatuto administrativo de la
función judicial y de ser necesario redactar una nueva en base a enfoque del derecho
administrativo al servicio del individuo no como es ahora se sirve del ciudadano.

VIII. BIBLIOGRAFÍA.

En la realización del presente trabajo se han consultado las siguientes libros, textos y artículos.

• Estatuto administrativo de la Función Ejecutiva.


• Diccionario de Cabanellas
• Grandes Maestros del derecho tomo IV

El presente trabajo fue realizado por:

Daniel Jácome Cahueñas

C.C. 171669593-5

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