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Trabajo Forense

Indice
1. Introducción
2. Psicología Forense
3. El Psicólogo en el campo penal
4. Imputabilidad.
5. Análisis del artículo 34 inciso primero del Código Penal
6. Semiología delictiva: criminogénesis y criminodinamia
7. Intervención pericial psicológica
8. Bibliografía

1. Introducción

El presente trabajo, cuya finalidad es desarrollar el concepto de “Responsabilidad Penal” y


sus Fundamentos Legales, como así también la “Evaluación Psicológico – Forense”, se
ha estructurado de la siguiente manera.

Se desarrollan nociones de Psicología Forense y su definición (incluyendo los conceptos


de “perito”, tipos de peritos y “pericia”) , cuál es el reglamento para los mismos, para así
introducirnos más acabadamente en el desempeño del Psicólogo Forense en el Campo
Penal.

Luego se desarrolla el concepto de “imputabilidad” explicitando los motivos por los cuales
se utiliza este término en nuestro Código Penal para reemplazar al de “responsabilidad
penal”. Dentro de este concepto se incluye una breve referencia a las Escuelas que con
anterioridad hicieron mención a este término y cómo lo interpretaron; pasando luego a los
antecedentes de nuestro propio Código Penal.

Al introducirnos ya en el Concepto de Imputabilidad, se incluyen las causas de


“inimputabilidad” y las fórmulas legales en relación a la Imputación penal.

El análisis del art. 34. Inc. 1° del Código Penal pretende desenmarañar algunas
cuestiones referidas al tema que se plantea.

Finalmente, se desarrolla el tema de la Evaluación, incluyendo los Tests y Técnicas


utilizadas en el desarrollo de la tarea Pericial Psicológico - Forense.

2. Psicología Forense.

Definición:
La psicología forense es la parte de la psicología jurídica que se aplica en los foros 1, en
una intervención específicamente solicitada. La psicología y el derecho tienen en común
su "objeto de intervención", que no es otro que la "conducta de la persona".La Psicología
Aplicada a los Tribunales o Psicología Forense se refiere a aquellas actividades que el
1 FORO: lat. “forum”: plaza del mercado en la Antigua Roma. Plaza donde se reunía el pueblo en Roma,
centro de los negocios públicos y privados. Por extensión: sitio en que los tribunales oyen y determinan las
causas.
Psicólogo puede realizar en el "FORO".

J. Urra (1993) define la Psicología Forense como la "ciencia que enseña la aplicación de
todas las ramas y saberes de la Psicología ante las preguntas de la Justicia, y coopera en
todo momento con la Administración de Justicia, actuando en el foro (tribunal), mejorando
el ejercicio del Derecho".

Nuestro objeto es el hombre como "ser bio - psico - social, ético y jurídico", y como tal no
puede ser abordado desde un solo enfoque, sino que debe ser analizado desde una
perspectiva que integre todos los planos.

La práctica de la psicología forense está regida por conceptualizaciones que provienen


del derecho y no de la psicopatología, y se encuentra al servicio de la justicia antes que
del valor de la salud. Esta diferenciación requiere adecuaciones teóricas y técnicas. La
intervención no podrá circunscribirse a una cuestión diagnóstica o de tratamiento, sino
que debe construir la información que se solicita (puntos de pericia).

Dos tipos de roles en los que se desempeña el psicólogo forense, cuadro comparativo:

ROL PERICIAL ROL INSTITUCIONAL


Ambito Jurídico Institutos de Menores Institución
Penitenciaria
Fuero Civil Fuero Penal Neuropsiquiátricos

Fuero de Fuero Laboral Hospitales Centros Otras


Menores Generales de instituciones
Asistenci
a a las
adiccione
s

En relación con esta temática, y teniendo en cuenta varios aspectos, nos referimos
también al encuadre básico común a todas las prácticas psicológicas que conforman una
clínica completa, en la aprehensión y tratamiento de un tipo particular de fenómenos
humanos, como es el caso de los hechos enjuiciables, materia de la Justicia, se hace
necesario remontarnos a la naturaleza del foro, ámbito donde se realiza la acción judicial
por excelencia.

El término forum nos ha mostrado muchas acepciones a través del paso del tiempo,
plaza- mercado -juzgado- tribunal, en suma es el lugar en que los Tribunales de Justicia
oyen y fallan las causas. En la faz del oír sobre la capacidad jurídica de la persona,
involucra evaluar la capacidad o discapacidad psicológica de la misma, tanto como fallar,
sentenciar y sancionar, en el sentido restitutivo, sobre una persona, involucra identificar la
discapacidad y ordenar (sentenciar) los medios para su remoción.

Esta respuesta de la Ciencia Psicológica se funda en el método clínico, y desde este


método realiza la diagnosis del fenómeno psicológico, en la faz del oír, como el
tratamiento del mismo en la faz del fallar.

La configuración de la Psicología forense se fundamenta como una especialidad que


desenvuelve un amplio y especifico ámbito entre las relaciones del mundo del Derecho y
la Psicología tanto en la vertiente teórica, explicativa y de investigación, como en la
aplicación, evaluación y tratamiento.

En el entrecruzamiento del discurso del derecho, sistematizado y universal, y el discurso


de la psicología, singular, observamos la importancia de que nosotros, como parte del
último, comprendamos las características del discurso del derecho para poder responder
al llamado que nos realizan como expertos.

Las funciones del psicólogo forense en el ejercicio de su rol profesional incluyen diversas
acciones:

• la evaluación y diagnóstico, en relación con las condiciones psicológicas de los actores


jurídicos,
• asesoramiento u orientación como experto a los órganos judiciales en cuestiones
propias de su disciplina,
• intervención a través del diseño de programas para la prevención, tratamiento,
rehabilitación e integración de los actores jurídicos tanto en la comunidad, en el medio
penitenciario, como en el ámbito individual y colectivo,
• formación y educación a través del entrenamiento y la selección de profesionales del
sistema legal jueces y fiscales, policías, abogados, personal de penitenciarias, etc.),
• campañas de prevención social ante la criminalidad y medios de comunicación,
• estudio e investigación de la problemática de la psicología forense,
• investigar y contribuir a mejorar la situación de la víctima y su interacción con el
sistema legal,
• propiciar soluciones negociadas a los conflictos jurídicos, a través de una intervención
mediadora que contribuya a paliar y prevenir el daño emocional y social.

En relación a las funciones que desempeña el psicólogo forense, vemos a continuación


cómo y cuál es su desempeño en el ámbito jurídico:Que se entiende por perito?Se
entiende como tal, al experto que con el conocimiento de los elementos instrumentales de
su profesión es idóneo para verter una conclusión o diagnóstico sobre los aspectos
puntuales de asesoramiento requeridos por el Juez.

Cuándo se requiere la actuación de un perito? La actuación pericial de expertos de


distintas disciplinas, surge del pedido de los Jueces, quienes en función de la materia
sobre la que deben resolver, y ante la necesidad de contar con los aportes que son
especificidad de otras ciencias, o actividades especializadas, ajenas al conocimiento
directo de éste, solicita de aquellos su saber. El perito es convocado cuando existen
"hechos controvertidos" que requieren del aporte de un experto. De este modo, el perito
ocupa un rol de auxiliar de la Justicia, concurriendo con su conocimiento a aportar en un
proceso judicial, la especificidad en su materia.

En diversas disposiciones legales se especifica cuando es pertinente la intervención de


un perito. El art. 457 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación Argentina
reglamenta la procedencia de la prueba pericial: "Será admisible la prueba pericial cuando
la apreciación de los hechos controvertidos requiere de conocimientos especiales en
alguna ciencia, arte, industria o actividad especializada"

Qué es una pericia? Es un dictamen, una conclusión, una opinión fundada científicamente
por un experto de la materia sobre la que se le ha interrogado. Es un medio de prueba,
dentro de un proceso judicial, el perito plasma sus apreciaciones profesionales acerca de
lo que el Juez le ha requerido. Como otras pruebas, por ejemplo, testimoniales,
documentales, materiales, será evaluada y ponderada por el Juez en relación a sus
aportes al proceso, y valorada al momento de dictar sentencia.

Requisitos para ser perito: Las condiciones que debe reunir un experto para ser
convocado por la Justicia como Perito, están reglamentadas en los códigos de
procedimiento y leyes especiales; y acordadas por las distintas jurisdicciones judiciales.
Se basan fundamentalmente en su idoneidad profesional, que se acredita mediante el
título habilitante: art. 464 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación Argentina."Si
la profesión estuviese reglamentada, el perito deberá tener título habilitante para la
ciencia, arte, industria o actividad técnica especializada a que pertenezcan las cuestiones
acerca de las cuales deba expedirse...".

El Psicólogo está habilitado en el ejercicio de su profesión a través del título, otorgado por
Universidades Nacionales, Provinciales, y Privadas con reválidas en Universidades
Nacionales. Modalidades de actuación del perito psicólogo El psicólogo puede actuar
como:

1. Perito Oficial: es nombrado por las Autoridades Judiciales. El nombramiento implica


que es parte del plantel del Poder Judicial. Implica un compromiso de desempeñar
el cargo, bajo juramento de Ley. Jura por única vez cuando es designado. Perito de
Oficio: los psicólogos que deseen actuar como Perito de Oficio deben inscribirse en las
distintas Cámaras de Apelaciones. Son llamados a actuar mediante oficio o cédula,
por sorteo. Al hacerse cargo de la pericia, debe aceptar el cargo y prestar juramento.
Perito de Parte: es el propuesto por una de las partes interesadas. En el ámbito de la
Justicia Nacional peritan conjuntamente en casos penales con los Peritos Oficiales.
Deben acreditar su idoneidad profesional con título habilitante y prestar juramento al
aceptar el cargo. Los Peritos de Parte pueden firmar el dictamen del Perito Oficial, si
están de acuerdo con el mismo o emitir su propio dictamen. Consultor Técnico: En los
peritajes del Fuero Civil y Familia, en jurisdicción de la Justicia Nacional, sólo se
admite un Perito único de Oficio y las partes pueden nombrar Consultores Técnicos.
Éstos son asesores de parte. Pueden formular objeciones fundadas o acordar con el
contenido del informe del Perito Oficial.

Vemos que el espectro que abarca el perito psicólogo forense en su desempeño es bien
amplio, y por su importancia en el desempeño del rol en lo jurídico, esta acción se
encuentra reglamentada en nuestros códigos, vemos a continuación cuáles son los
fundamentos legales del ejercicio del psicólogo forense:
Reglamento para la Justicia Nacional en lo Civil:
El ejercicio de la actividad profesional del psicólogo en el campo Forense está legitimado
a través de la Ley de Ejercicio Profesional de la Psicología, donde se definen sus
incumbencias profesionales, y fundamentalmente legitima su rol en el ejercicio
profesional, discriminado, por lo tanto, de otras disciplinas, entre ellas de la medicina.
2. Requisitos de la inscripción.
Podrán inscribirse como peritos quienes tengan una antigüedad mínima de cinco años en
el ejercicio de su actividad.
3. Oportunidad y duración.
Los profesionales que aspiren a desempeñarse como peritos en las designaciones de
oficio deberán inscribirse en la Cámara o en los respectivos consejos profesionales
autorizados por ella durante el mes de octubre. La inscripción tendrá carácter anual y
podrá ser renunciada en cualquier momento.
4. Exigencias especiales.
Para inscribirse en los registros correspondientes, además de justificar la identidad, se
deberá:

Acreditar la especialidad en la que requiere la inscripción con el correspondiente título o


certificado en el que conste la condición de especialista del profesional; sin que sea
suficiente a ese efecto la mera acreditación de cursos de especialización. Exhibir la
credencial del consejo o colegio profesional, si lo hubiere, con el recibo que acredite el
pago de la matrícula correspondiente al año en que se realiza la inscripción.

5. Aceptación del cargo:


a) El perito impedido para aceptar el cargo deberá hacerlo saber al tribunal respectivo
dentro del plazo de tres días de haber sido notificado.
b) Si el tribunal aceptara la excusa para declinar el cargo o para postergar la presentación
del informe comunicará la resolución a la Secretaría General N° 1 para que conste en sus
antecedentes.
c) Si el perito tuviera motivo atendible para renunciar al cargo aceptado, deberá
comunicarlo al Juzgado antes de hacer abandono de la tarea encomendada. Si el
Magistrado considerara justificables los motivos alegado, podrá liberarlos del cargo y
mantenerlo en la lista, con la pertinente comunicación a la Secretaría General N ° 1.
d) Si el perito no aceptara el cargo o se desestimara la causal alegada para declinarlo o
no presentara en el plazo fijado el informe encomendado o sus ampliaciones, el juez lo
removerá en el proceso con comunicación a la Secretaría General N° 1, en la que se
indicará la fecha y la causa de remoción.
6. Sustitución, renuncia o remoción.
Los jueces deberán elevar mensualmente a la Cámara las siguientes nóminas de peritos:
a) Los sustituidos por no haber aceptado el cargo con razón justificable.
b) Los renunciantes con justificación admisible.
c) Los removidos por no haber aceptado el cargo sin razón justificable o por otros motivos
que les fueran imputables.
7. Exclusión de las listas.
Serán excluidos de las listas y no podrán reinscribirse en los cinco años siguientes los
peritos aludidos en los incs. a) y b), del artículo anterior cuyo desempeño se hubiese
frustrado cinco o más veces dentro del plazo de un año.
También serán excluidos por similar lapso los peritos mencionados en el inc. c) del
referido artículo que hubiesen sido removidos dos o más veces dentro del plazo de un
año.
El Tribunal de Superintendencia podrá, en atención a las peculiaridades del caso,
prescindir de aplicar las sanciones mencionadas o extenderlas a otros supuestos, siempre
que mediaren razones suficientes que se explicitarán en la resolución. Dicho Tribunal hará
saber las exclusiones dispuestas a los juzgados, a las demás cámaras de apelaciones de
la Capital Federal y a los colegios o consejos respectivos. Sin perjuicio de ello, en casos
excepcionales se podrá dar a publicidad la lista de los peritos sancionados.
Ahora bien, después de haber delimitado y desarrollado cual es el campo de la psicología
forense, sus ámbitos de aplicación y roles del psicólogo dentro de la misma, pasamos a
detallar cual es su desempeño dentro del ámbito penal para luego adentrarnos más
específicamente en el tema de "responsabilidad penal".

3. El Psicólogo en el campo penal

La petición de intervención como perito en el campo penal, puede llegar al psicólogo


desde cualquiera de los órganos jurisdiccionales competentes: Juzgados de Instrucción,
de lo Penal, Audiencias Provinciales, etc.
En Derecho Penal se pueden distinguir dos grupos sobre los que puede versar la pericia:
1. El primero es el grupo de los imputados o infractores.
2. El segundo grupo, progresivamente importante, es el de víctimas del supuesto delito.
En el primero se nos pueden demandar de forma simplista un "examen psicológico" o bien
de forma más elaborada "perfil de personalidad", "si existe psicopatología en su
psiquismo", "deterioro mental", "toxicomanía y afectación de su personalidad", y en caso
de imputados la pregunta siempre va a ir dirigida a "¿se encuentran afectadas las bases
psicológicas de su imputabilidad, es decir conoce la realidad y es libre para actuar
conforme a ese conocimiento?".
En cuanto a las víctimas de delitos se suele pedir que valoremos su estado emocional
actual en relación con el supuesto delito, secuelas que hayan podido quedarle en el orden
emocional y pronóstico en la evolución de estas secuelas. En los casos de menores
involucrados en abusos sexuales se suele solicitar al perito psicólogo su capacidad para
testificar, la credibilidad de su testimonio y las secuelas psicosociales derivadas del delito.

Acercándonos al concepto de "responsabilidad penal": noción de imputabilidad:


Imputabilidad es el vocablo que nuestro derecho utiliza como concepto de
responsabilidad, y del que se desprende la ejecución de un acto delictivo llevado a cabo
por el agente con intención, discernimiento y libertad. Está dada por la capacidad de
delinquir que tiene una persona, por su facultad de obrar normalmente, y que conforma
todo el conjunto de condiciones que desde el punto de vista psicológico debe reunir para
que se le pueda atribuir la comisión de un delito.
Si bien el principio científico que inspira nuestra ley penal es el de imputabilidad, el código
penal enuncia la no imputabilidad o inimputabilidad y para establecerla, adopta un criterio
mixto, resolviendo la cuestión con criterio moderno y dejando de lado los problemas
exclusivos de la psicología. Genéricamente establece que el autor de un delito debe ser
penado, pero la ley debe determinar las excepciones a tal principio. Con igual criterio
sustituyó el término "responsabilidad" por el de "imputabilidad", adecuándolo a la
evolución jurídica del tema. El criterio biológico sólo se utiliza para establecer el límite
mínimo de edad.

4. Imputabilidad.

Escuela Clásica y el Positivismo:

Los clásicos, tomando como base el ejercicio del libre albedrío, consideraron la
imputabilidad como la relación causal existente entre el agente y el delito por él cometido.
Imputabilidad e imputación, oral no requieren otra condición que la de que el hombre que
fue causa material de un hecho haya sido también su causa moral.

Decía Carrara 2 en su "Programa" que "El juicio mediante el cual un magistrado imputa
civilmente a un ciudadano una acción declarada ya antes por la ley como políticamente
imputable, encuentra en aquel individuo la causa material del acto y le dice: TÚ LO
HICISTE (imputación física). Encuentra que aquel individuo ejecuto el acto con voluntad
inteligente y le dice: "TÚ LO HICISTE VOLUNTARIAMENTE" (imputación moral).
Encuentra que el hecho está prohibido por la ley del Estado y le dice: "TU LO HICISTE EN
CONTRA DE LA LEY ", (imputación legal).

Es solo como resultado de estas tres posiciones que el juez puede decir al individuo: "yo
te imputo este hecho como delito".

El presupuesto esencial de la imputabilidad legal es el libre albedrío, doctrina que Carrara


consideró acertada y que, como requisito de la imputabilidad moral se puede resumir y
concretar diciendo: desde que el hombre comete delitos sigue con voluntad inteligente y
libre una conducta contraria a ley, deben ponerse a su cargo las consecuencias
establecidas en esta.
La escuela positivista opone al principio de la responsabilidad moral el de la
responsabilidad legal o social sostenida por Ferri 3 desde su tesis doctora publicada en
1878. Ferri considera desmentido por la psicología positiva los postulados de la escuela
clásica, entendiendo la imputabilidad como "la facultad de atribuir a alguno un dado efecto
como la causa productora del mismo". A su vez entiende por "responsabilidad" la
posibilidad de considerar obligado a alguno a resarcir un daño dado y a sufrir una pena
dada, con motivo de aquel efecto. Vale decir que hay imputabilidad material por ser
agente autor del acto de que se trata e imputabilidad social y jurídica por estar obligado a
soportar las consecuencias sociales y jurídicas de su acto.

Las Escuelas Eclécticas:


Las escuelas transaccionales intentaron componer las diferencias entre los clásicos y los
positivistas afirmando que la solución se halla en el conjunto de las circunstancias
subjetivas que deben encontrarse en el autor de un delito para considerarlo pasible de
responsabilidad legal. A partir de la elaboración de este concepto surge la distinción entre
delincuentes imputables y delincuentes inimputables, pero subsistiendo el interrogante
sobre cual debe ser el presupuesto de la imputabilidad, punto sobre el cual los autores

2 Citado por Fontán Balestra. Derecho Penal. Parte general. Pág. 160
3 Ferri. E. Principio de Derecho Penal. Págs. 293 - 4
transaccionales no lograron acuerdo.

Las siguientes reflejan algunas opiniones:


Mazzini: Decía que la persona es imputable cuando la capacidad de entender y querer se
ha exteriorizado con una manifestación actuada de voluntad consciente contraria a
derecho.

Para este autor la personalidad y la capacidad son los presupuestos de la imputabilidad.


Impallomeni: Sostenía que el hombre es imputable porque la pena puede actuar sobre él
como coacción psicológica en sus dos momentos, en el de la amenaza y en el de la
irrigación del mal que le es propio.

Los positivistas rebaten esta teoría apoyándose en las afirmaciones de Ferri quien
entendía que si un hombre comete un delito es porque no fue intimidado. De modo tal que
la consecuencia de la teoría de Impallomeni, afirman los positivistas, sería la de
considerar que solamente son imputables los hombres que no cometen delitos.

Dubuisson: este médico francés publicó en 1888 una monografía titulada “Teoría de la
Responsabilidad” en la que consideraba a todos los hombres imputables y tenidos como
responsables de sus actos.

Hoy en día tales aseveraciones no tienen ya predicamento, puesto que para aceptarlas
deberíamos admitir a la pena con carácter intimidatorio, cuando esa finalidad ya fue
descartada definitivamente por la criminología.

No faltaron quienes afirmaban que para considerar imputable a una persona es menester
que el agente al obrar esté en plena posesión de sus facultades habituales y
características, o sea que no debe encontrarse fuera de su estado normal y que debe
existir identidad personal del autor consigo mismo antes y después del delito.

Otros negaron la posibilidad de exigir como presupuesto de la imputabilidad la identidad


del agente consigo mismo pre y pos delictual, basándose en Ribot, quien en sus estudios
psicológicos del delincuente sostenía que existía cohesión y unidad del yo normal y,
además, psicológicamente no aparece el agente idéntico a sí mismo antes y después del
ilícito.

von Listz: Fue quien trajo un poco de claridad entre tantas opiniones distintas. En su
tratado afirmó que la imputabilidad es la capacidad de conducirse socialmente. Así
también lo entendió el Senado de la Nación al tratar el Proyecto Moreno convertido en
Código Penal en 1921.

Conforme a ello, Von Listz afirmaba que se debía observar una conducta que responda a
las exigencias de la vida política común a los hombres. Por consiguiente, siendo la
imputabilidad la facultad de determinación normal, ha de ser imputable todo aquel que
posea un desarrollo mental normal, se halle mentalmente sano y con conciencia sin
perturbaciones.

El contenido normal y la ciencia motivadora normal de las representaciones, constituyen


para este autor "la esencia de la imputabilidad".

Von Listz también definió la imputabilidad en un sentido puramente formal, diciendo que
"consiste en la capacidad de obrar en derecho penal, es decir, la capacidad de realizar
actos que llevan consigo las consecuencias penales de la infracción.
Relacionando las dos definiciones se puede determinar que para él, solamente cuando tal
capacidad exista, puede ser imputada como culpable la conducta social.

Antecedentes Nacionales:
El art. 34 del Código Penal registra varios antecedentes nacionales y extranjeros que
conforman su doctrina. Entre los nacionales podemos mencionar:
A- Tejedor: Su proyecto de código penal trataba la imputabilidad en los incisos 2,3,4 y 5
del artículo 2º del Título III. En ellos detallaba meticulosamente las causas de
imputabilidad, incluyendo a los individuos afectados por la locura, pérdida de inteligencia,
imbéciles, y sordomudos que hayan recibido educación suficiente para conocer la
criminalidad de sus actos y a las personas seniles.

Disponía para ellos su encierro en establecimientos médicos adecuados y para los


sordomudos, además de esta medida, dejaba abierta la posibilidad de ser sancionados
con las mismas penas que se establecía para los menores de 18 años de edad.

Consagraba la no punibilidad de una persona cuando hubiese resuelto y realizado el ilícito


hallándose sus sentidos o inteligencia perturbados, siendo tal estado no imputable al
autor. La perturbación debería ser de tal magnitud que no le debía permitir conciencia del
acto y de su magnitud.

B- Proyecto de Villegas, Urquiza y Tejedor: El art.93 del Proyecto decía "quedan exentos
de responsabilidad penal quienes hayan cometido el hecho en estado de demencia,
sonambulismo, enajenación mental o imbecilidad absoluta".

C- Código Penal de 1886: Para fundamentar la imputabilidad la obra se basó en el


Proyecto de Tejedor, pero le dio al instituto una forma más reducida.

El art. 81, inc. 1º disponía: "Está exento de pena el que ha cometido el hecho en estado
de locura, sonambulismo, imbecilidad absoluta o beodez _ completa e involuntaria y,
generalmente, siempre que el acto haya sido resuelto y consumado en una perturbación
cualquiera de los sentidos o de la inteligencia, no imputable al agente y durante el cual
éste no ha tenido conciencia de dicho acto o de su criminalidad.

D- Proyecto de 1891: En los incisos 1, 2 y 3 del art.59 declaraba exentos de


responsabilidad penal a aquellos que cometían un delito bajo la influencia de enajenación
o enfermedad mental o bajo un estado de embriaguez completa y accidental sobrevenida
sin culpa o actuando bajo sugestión hipnótica a la que se prestó sin consentimiento".

E- Proyecto de 1906: Consideraba inimputable a la persona que ejecutara el hecho en


estado de enajenación mental cualquiera, que no le fuera atribuible. En tales casos, el
juez debía ordenar la internación del agente en un manicomio del cual solo podía salir por
resolución judicial, previa audiencia del Ministerio Público y dictamen pericial que
declarase desaparecido el peligro para si mismo y para terceros.

F- El Código Penal de 1921: Como ya dije en el punto 1, Moreno optó por el criterio mixto,
apartándose de problemas de exclusiva índole psicológica.
Al efectuar la revisión del Proyecto, la Cámara de Diputados colocó la palabra
"Imputabilidad" en lugar de "responsabilidad", por entender que aquella precisa más
acabadamente el pensamiento moderno. Afirmaron que "responsable" es la persona
obligada a responder por sus actos o a satisfacer alguna carga. Por lo tanto,
"responsabilidad" es un concepto genérico que se aplica a todos como consecuencia de
sus actos; "imputar", en cambio, es atribuir a una persona un delito o una acción.
Por su parte el Senado, al analizar el mencionado Proyecto, sostuvo sobre la
imputabilidad que " la sociedad, al castigar, reprime y previene. La sanción, siempre
ejemplarizadora, tiene por objeto evitar el crimen o su repetición; peor para que ello
proceda debe recaer sobre un sujeto normal, que comprenda el hecho que comete y sus
consecuencias. Si por el contrario, ese individuo es anormal o no puede en el momento
del hecho tener conciencia del mismo, la sanción resulta ineficaz, aunque puedan y deban
tomarse medidas de precaución para que los hechos no se repitan".

El Senado entonces entendió la imputabilidad en el sentido dado por Von Listz, es decir,
como capacidad de conducirse socialmente y afirmó con él que "sólo cuando esta
capacidad existe puede ser imputada como culpable, la conducta antisocial. Allí donde la
facultad de adaptación social falta completa y permanentemente, no tiene ningún sentido
encontrar móviles de conductas social en las motivaciones contenidas en la amenaza y la
ejecución de la pena".

G- Proyecto de 1971: Ampliando el contenido de los supuestos de inimputabilidad, este


proyecto adoptó en su art. 34 inc. 1 la fórmula ideada por el Dr. Julio Herrera, quien
propuso el texto del Código Penal Ruso de 1903 cuyo art. 35, según la traducción
francesa, decía: "No es punible el hecho cometido por un individuo que, sea por
insuficiencia de sus facultades mentales, sea por actividades morbosas de la actividad de
su alma, sea en un estado de inconsciencia, no podía, en el momento de la acción,
comprender la naturaleza y el sentido de lo que hacía o dirigir sus acciones".

Se señaló al respecto que "no basta que exista una enfermedad psíquica cualquiera, sino
que ella debe ser tal que en el momento de la acción impida comprender la naturaleza y el
sentido de lo que se hace, esto es, priva del discernimiento necesario a la imputabilidad o,
aunque él exista, priva del poder de conformar la conducta a las claras indicaciones de la
razón".
Concepto de Imputabilidad:
Imputabilidad es el conjunto de condiciones que debe reunir una persona, que le han de
permitir en el momento del hecho, comprender la criminalidad del acto que realiza y dirigir
sus acciones. Tales requisitos son establecidos por el ordenamiento jurídico y están
condicionados por un estado normal de salud mental pues el agente debe hallarse sin
perturbaciones profundas de su conciencia y sin alteraciones psíquicas.

Todo sujeto debe cumplimentar esas exigencias legales para ser considerado imputable,
es decir, para que se le pueda reprochar plenamente su conducta y aplicarle una pena.
Nuestro código penal, en su título V del libro I lleva como epígrafe la palabra

"IMPUTABILIDAD", pero no la define. Como la generalidad de los códigos, no tiene una


norma que exprese su concepto, sino que se limita a establecer las causas de no
imputabilidad. Por tal motivo, luego de entrar en vigencia, los autores le atribuyeron un
error de técnica, pues decían que agrupa bajo la denominación común de imputabilidad
las causas de inimputabilidad y las de justificación como si fueran de igual naturaleza y
produjeran similares efectos, cosa que no es así pues las causas de inimputabilidad están
incitas en el sujeto y en él radican.

Admite la distinción entre imputabilidad e inimputabilidad, estableciendo penas para los


primeros y medidas de seguridad para los segundos, pero no usa la expresión "medidas
de seguridad", solamente en la exposición de motivos se habla de "medidas precautorias
y medidas especiales".

De los tres criterios tradicionalmente utilizados para establecer la imputabilidad, se optó


por el mixto, y como todo código mixto, está integrado por dos formulas; la primera nos da
las causas biológicas o psiquiátricas de inimputabilidad, que son la insuficiencia de las
facultades mentales, sus alteraciones morbosas y los estados de inconsciencia; la
restante nos aporta los efectos psicológicos necesarios e imprescindibles para determinar
la imputabilidad y que son la no comprensión de la criminalidad del acto y el no dirigir sus
acciones, lo cual exige del juez, para determinar la capacidad delictiva del agente, una
actividad que excede holgadamente los conceptos naturalísticos.

Tal como está legislada la imputabilidad penal, sobrepasa los conceptos puramente
médicos y los psicológicos y requiere del juzgador la valoración de los casos en concreto,
adecuada a criterios normativos establecidos por el derecho penal.

Es indudable que el diagnóstico psiquiátrico - psicológico constituye la base de la decisión


judicial, pero el juez no debe sujetarse solo a él como si fuera la ley misma, sino que el
dictamen pericial le servirá de substráctum a su decisión, la que deberá elaborar con los
otros elementos de juicio que posee en la causa. Y aquí se plantea el eterno dilema de la
valorización de la pericia y la decisión final del juez.

Es menester entonces armonizar los conocimientos de ambas ciencias y el juez debe, una
vez producida la pericia psiquiátrica - psicológica, determinar su valor procesal. Claro está
que, lo ideal sería que el juez esté en condiciones de entender lo que dice el experto y
que alguna vez será necesario establecer como condición indispensable que el juez
realce estudios de psiquiatría a nivel universitario, aunque sea con carácter informativo o
meramente elemental.
Fontan Balestra 4 conceptúa la imputabilidad como “la capacidad de distinguir las acciones
amenazadas con pena de las que no lo están”. Más adelante se refiere a “la capacidad
del autor para comprender el disvalor del acto que realiza, según el criterio del orden
jurídico”.
Prefiero conceptuar la imputabilidad como:

“la facultad psicofísica del autor, para la comprensión del disvalor y de la


criminalidad de sus actos y para la dirección de sus acciones”.

Las reglas de imputabilidad e inimputabilidad varían en tiempo y espacio dentro de un


marco significativo de referencia dogmático. Se establecen a priori en los diversos
cuerpos normativos; a veces con una presunción de capacidad o incapacidad de
culpabilidad.
La imputabilidad debe presentarse o haberse presentado al tiempo de comisión del hecho
delictuoso.

Fórmulas de inimputabilidad:
El CP en su art. 34, inc. 1° preceptúa que no es punible: “el que no haya podido en el
momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas
de las mismas o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no
imputable, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones”.
“En caso de enajenación, el Tribunal podrá ordenar la reclusión del agente en un
manicomio, del que no saldrá sino por resolución judicial, con audiencia del ministerio
público y previo dictamen de peritos que declaren desaparecido el peligro de que el
enfermo se dañe a si mismo o a terceros”.
“En los demás casos en que se absolviere a un procesado por las causales del presente
inciso, el tribunal ordenará la reclusión del mismo en un establecimiento adecuado hasta
que se comprobase la desaparición de las condiciones que le hicieren peligroso”.

Momento de la Imputabilidad
El art. 34 inc. 1 del código penal exige que la imputabilidad debe existir en el momento del
hecho, pues solamente a él se refiere la exigencia legal de que la conducta del autor sea
la adecuada a sus deseos y al conocimiento de lo que hace; además, una capacidad
posterior al delito, pero no tenida en el momento del mismo, no puede hacer responsable
al agente.
La situación contraria, tal como lo dice Nuñez, hace al autor imputable. Por ejemplo, si
gozaba de capacidad en el momento de realizar la conducta punible, aunque la pierda
inmediatamente después de producirse el resultado delictivo, no escapará al reproche
penal.

Imputabilidad Disminuida:

4 F. Balestra. Op. Cit. Pág. 168


En general, este instituto pretende fundarse en la existencia de grados intermedios o
parciales de la enfermedad mental, sosteniéndose la menor responsabilidad de quien
actúa bajo tales condiciones.

En nuestro país no tiene cabida legislativa la imputabilidad disminuida y la jurisprudencia


ha sido terminante: “... la imputabilidad existe o no existe porque en nuestro sistema legal
no es aceptable la imputabilidad disminuida representativa de un debilitamiento de la
capacidad intelectiva y volitiva, porque el inimputable disminuido o semiimputable resulta
responsable, a menos que se haya establecido un verdadero estado de inconsciencia
exigido por este artículo para la admisión de la inimputabilidad, ya que la debilidad mental
no es por sí sola la causa excluyente de la imputabilidad ...”.

Causas de Inimputabilidad:

Breves conceptos sobre Alteraciones Morbosas e Insuficiencia de las facultades.


La alteración morbosa de las facultades y la insuficiencia de las mismas, al igual que los
estados de inconsciencia no imputables, excluyen la imputabilidad cuando por su
naturaleza o magnitud producen el efecto psicológico al autor de no permitir comprender
la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.

La anormalidad debe afectar la capacidad de gobierno de la conducta o a la capacidad de


inteligencia. Por lo tanto, siguiendo a Nuñez, podemos decir que el trastorno debe,
necesariamente, excluir las aptitudes mentales normales que posibilitan la inteligencia de
las circunstancias determinantes de la delictuosidad material del hecho o la dirección del
propio comportamiento, según las advertencias de esa inteligencia.

1- Alteraciones Morbosas:

Son trastornos de las facultades, anomalías psíquicas que el perito debe comprobar. Al
referirse a "facultades", la ley alude a la potencia intelectual, a la mente, en la que se
desenvuelve el mecanismo psicológico que gobierna las acciones del hombre, tanto en su
elaboración como en su determinación.

Por consiguiente, son estados morbosos o de enfermedad de la mente, pero en sentido


amplio, ya que no debemos entender que se queda solamente en los trastornos de la
personalidad normal que poseía una persona, (demencia) sino que abarca también
aquellos otros motivados en procesos físicos, anímicos y también en trastornos de la
inteligencia y en los que atañen a la voluntad.

La naturaleza de la enfermedad es indiferente, siempre que motive una alteración


morbosa de las facultades de tal magnitud que prive al sujeto de comprender la
criminalidad del acto o de dirigir sus acciones.

No es preciso que sea una enfermedad crónica o de tipo constitucional para que el sujeto
sea inimputable; si bien es cierto que por lo común son duraderas, no debemos caer en el
error de exigir esas características.
2- Insuficiencia de las facultades:

Al igual que las alteraciones morbosas, son estados morbosos de enfermedad de la


mente que afectan las facultades de las personas.

Según Nerio Rojas, "Insuficiencia de las facultades quiere decir insuficiencia mental
congénita o de la primera época de la vida", lo que equivale a decir: los distintos tipos de
alienación mental por detención del desarrollo cerebral".

Insuficiencias entonces serían la imbecilidad y el idiotismo, llamadas por De Santis


"frenastenia mayor". Si la debilidad es de grado leve, no es tomada por el eximente del
art. 34 inc 1 al que nos referimos, si no aparece combinada con otras.

Para Atilio Ascarelli los frenasténicos forman una categoría de enfermos mentales
caracterizados por una detención del desarrollo fisiológico y psicológico y por sus
desviaciones somáticas.

A su vez, Moselli- Ottolenghi clasifican a los frenasténicos en idiotas, cretinos, imbéciles y


macrocéfalos.

La jurisprudencia ha establecido que la insuficiencia o la alteración de las facultades no


determinan la inimputabilidad, sino cuando constituyen un cuadro clínico capaz de motivar
la incomprensión de la criminalidad del acto o la incapacidad de dirigir las acciones.

Imputación Penal:
Fórmulas Legales:
A) Fórmula biológica o psiquiátrica pura, mediante la cual se establece la inimputabilidad
del alienado, conforme al criterio médico, lo hace el código penal francés, en su art. 64, y
nuestros códigos (proyectos de 1891 en su art. 59 inc 1 y de 1906 en su art. 41 inc 1) para
los cuáles era suficiente que el hecho se hubiese cometido bajo la influencia de una
enajenación o enfermedad mental cualquiera.
B) Fórmula psicológica pura, que dispone la exclusión de la imputabilidad sobre la base
de la perturbación psíquica producida por la alienación, tal y como se lee en el inc 11 del
código penal checo de 1952.
C) Fórmula mixta (inciso 1º del art. 34 de nuestro código penal) que prevé las causas
psicopatológicas y las consecuencias psicológicas que ellas deben haber provocado, pero
valoradas por el juez en cuanto pudieran haber privado al sujeto de la comprensión de la
criminalidad o de la posibilidad de dirigir sus acciones, según esa comprensión.
Las dos primeras fórmulas tienen el inconveniente de supeditar el criterio del juez a las
afirmaciones nosológicas y psicodinámicas de los peritos psiquiátricos y psicólogos,
privando al juicio de inimputabilidad, de este modo, del plano de los valores éticos -
sociales.
En nuestra ley penal y desde un punto de vista existencial se observan dos enunciados
bien diversos: por un lado, unas causas biológicas o psiquiátricas de inimputabilidad, esta
es la insuficiencia o la alteración morbosa de las facultades o del estado de inconsciencia
y por el otro, los efectos psicológicos que ellos necesariamente deben producir, descritos
como imposibilidad de comprender la criminalidad del acto o de dirigir las acciones. Todo
ello en el campo de la realidad natural y causal.

5. Análisis del artículo 34 inciso primero del Código Penal


El artículo 34 inciso 1º del código penal dice: “ No son punibles: el que no haya podido en
el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones
morbosas de las mismas o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no
imputable, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.
En caso de enajenación, el tribunal podrá ordenar la reclusión del agente en un
manicomio, del que no saldrá sino por resolución judicial, con audiencia del ministerio
público y previo dictamen de peritos, que declaren desaparecido el peligro de que el
enfermo se dañe a sí mismo o los demás
En los demás casos que se absolviere a un procesado por las causales del presente
inciso, el tribunal ordenará la reclusión del mismo en un establecimiento adecuado hasta
que se comprobase la desaparición de las condiciones que lo hicieren peligroso” .
Este artículo contiene una fórmula mixta porque se compone de una parte psiquiátrica
(insuficiencia de las facultades, alteraciones morbosas de las mismas, estado de
inconsciencia), una parte psicológica ( comprender la criminalidad del acto o dirigir sus
acciones) y una parte jurídica - valorativa porque es el juez que de acuerdo a sus
valoraciones decide si esa conducta es imputable en el caso concreto.
Esta fórmula fue tomada del código penal ruso según consta en la exposición de motivos
de la Cámara de Diputados en 1917.

Ahora analizaremos la fórmula mixta en sus partes:


A) insuficiencia en las facultades: actualmente se denominan deficiencias mentales a un
conjunto heterogéneo de personas que padecen el síndrome común del bajo coeficiente
intelectual. Este último es el denominador común de este estado donde hay más de cien
causas capaces de producir una deficiencia mental. Sólo se puede llegar a un diagnóstico
aproximado etiológico en un 30% de los casos. Por lo tanto el hecho clínico
fundamental es qué es bajo el coeficiente intelectual 5. Cómo se obtiene este dato. Hoy se
apoya la clínica mucho en los tests de inteligencia. Aceptando como la norma promedio el
valor 100 más/menos 15, tenemos que el rango de coeficiente en cuestión va de 85 a
115. Aquí se ubican la mayoría de las personas. Por encimas serían superdotados.
El concepto de “ insuficiencia de las facultades” está vinculado con los cuadros que
podemos denominar “síndrome por falta de desarrollo del psiquismo” y según el criterio
diagnostico seguido por el DSM III R dentro del capítulo “ trastorno del desarrollo - retraso
mental”. Está basado en el llamado coeficiente intelectual y de acuerdo con el manual
mencionado, los niveles de gravedad se clasifican en “ leve” (CI entre 70 y 55-50), “
moderado” (Ci entre 55-50 y40-35), “ grave” (CI entre 40-35 y 25-20 que sería el idiota), y
“ profundo” (por debajo de 25-20 que sería el idiota).
En cuanto a la imputabilidad los alienistas explican que sólo los dos grados más
profundos (imbecilidad e idiocia 6) comportan de antemano incapacidad de inculpabilidad
mientras que niegan, en la misma forma y con carácter general, que el denominado
estado de debilidad mental pueda producir el mismo efecto.
Según Cabello podrá declararse la inimputabilidad toda vez que pueda afirmarse en el
5 CI: relación entre edad mental y la edad real (Stern)
6 Imbecilidad: es un retraso, su edad mental se sitúa entre 3 y 7 años. Su CI varía entre 20 y 50. Es una
persona incapaz de aprender el lenguaje escrito y de ganarse la vida. Necesita una tutela y una vigilancia
constante. No puede ser considerado como “educable”
caso concreto la incapacidad para comprender la criminalidad del acto o para dirigir las
acciones. Esto significaría que bastaría que simplemente haya habido una insuficiencia en
las facultades que le impidió comprender o dirigir y no que deba ser un oligofrénico grave
para ser inimputable. Creemos que la postura de Cabello es la correcta.
B) Alteraciones morbosa de las mismas: Aquí se comprenden desde luego las genuinas
enfermedades mentales en el más tradicional y estricto sentido, esto es, los más graves
trastornos anímicos denominados psicosis, por oposición a las meras insuficiencias
mentales u oligofrenias, a las personalidades psicopáticas y a las neurosis, que según “ la
escuela alienista quedarían al margen .
Originariamente la psiquiatría clásica había construido este concepto restringido de
enfermedad mental sobre la base de dos ideas fundamentales.
La primera tiene detrás de sí una concepción racionalista y atomizadora del psiquismo
según la cual la auténtica enfermedad mental se caracteriza por un trastorno de la razón o
la inteligencia. Lo morboso se reduce a la esfera puramente intelectual, con prescindencia
del resto del psiquismo humano.
Expresión sumamente característica de este punto de vista es el concepto de “ alineación
mental”, que importado de Francia, se elabora y sostiene en la Argentina por la escuela
de Nerio Rojas. Según ello la alienación mental “ es el trastorno general y persistente de
las funciones psíquicas, cuyo carácter patológico es ignorado o mal comprendido por el
enfermo, que impide la adaptación lógica y activa a las normas del medio, sin provecho
para sí mismo o la sociedad.
La nota definitoria de este concepto de alienación- al que respectivamente se constreñiría
lo morboso- es la carencia o incapacidad intelectual. Sin ella no existe alienación mental
cualquiera sea la extensión y gravedad de otros trastornos psíquicos de índole afectiva o
volitiva. En suma, enfermo mental (alienado) es, en todo caso, el afectado en sus
funciones intelectuales; estrictamente el que ha perdido el uso de la razón.
Una segunda vertiente del concepto limitado de enfermedad mental deriva de la idea de
que no hay enfermedades sin sustrato somático, corporal u orgánico. La idea, ya
enunciada por Kraepelin, se desarrolla ulteriormente por Kurt Schneider. Según ello la
enfermedad sólo existe en lo corporal. Por consiguiente una manifestación psíquica
morbosa (enfermedad mental) sólo es tal cuando está condicionada por alteraciones o
modificaciones patológicas en el cuerpo, esto es, por procesos morbosos en el cerebro;
por enfermedades de cerebro mediatas o inmediatas cuyas manifestaciones anatómicas -
progresivas son en parte demostrables por los sentidos en la autopsia o a través del
microscopio.
Conforme a este concepto restringido de la enfermedad mental, la “ variantes de la
personalidad” o “ formas de ser de la constitución espiritual ”, consistentes en simples
valoraciones cuantitativas de lo normal (desviaciones de la norma) y que no exhiben
peculiaridades específicas de las psicosis 7, tales como la oligofrenia, las personalidades
psicopáticas, las neurosis, no son enfermedades mentales genuinas sino meros estados
anormales del psiquismo.
Para el concepto alienista los psicópatas están excluidos de la enumeración del artículo
34, inciso1º, en cambio para quienes interpretan la norma citada como psicológica, la
“alteración de las facultades” no tiene que ser forzosamente alienación mental, puede ser
cualquier alteración con tal de que impida comprender la criminalidad del acto o dirigir sus
7 Psicosis: término general que designa las afecciones mentales más graves, sobre todo las caracterizadas
por una alteración global de la personalidad a causa del proceso patológico. La psicosis priva al enfermo de
toda posibilidad de acceder a los niveles más elevados de la vida psíquica
acciones. Es decir se le imputa a los alienistas el haberse adueñado del artículo con un
sofisma: la alineación mental por definición impide comprender la criminalidad del acto,
por consiguiente los estados de alienación son la “alteración morbosa de las facultades”
del artículo 34 inciso 1º.
C) Estado de inconsciencia: son procesos transitorios de disgregación, con automatismo
psíquico y motor y pérdida momentánea de la personalidad psíquica superior, con
amnesia constitutiva que abarca el tiempo de duración del acceso. Son sus caracteres
clínicos: 1) fugacidad de los síntomas, 2) alteración de la conciencia hasta la supresión de
ella, es profunda si se la compara con la duración, 3) conciencia de la confusión, con una
ausencia completa de la memoria de los hechos durante el acceso.
Los posibles estados de inconsciencia patológica son: 1) alcoholismo (embriaguez,
embriaguez patológica y dipsomanía) 2) tóxicos (morfina, cocaína, marihuana, peyote,
barbitúricos, etc.), 3) epilepsia 4) sonambulismo, 5) manía transitoria ,6) hipnosis, 7)
ebriedad del sueño, 8) estado crepuscular hipnótico, 9) parálisis del sueño, 10)
catalepsia ,11) éxtasis o sueño histérico, 12) narcolepsia, 13) geloplejia, 14) emoción
patológica etc.
Después de lo expuesto, y teniendo en consideración todos los puntos exhaustivamente
detallados, pasaremos primero a considerar el tema de la intervención pericial psicológica
para luego hablar de “la Evaluación”.
La prueba pericial psiquiátrica – psicológica es uno de los elementos de relevancia que el
magistrado deberá valorar en los casos donde la intervención de los peritos psiquiatras -
psicólogos resulta insoslayable.
Así lo exige por otra parte el Código Procesal Penal (Ley 23.984, sancionada el 21.8.91 y
promulgada el 4.9.91), que establece el "examen mental obligatorio" en su art. 78, que
dice: "El imputado será sometido a examen mental siempre que el delito que se le
atribuya esté reprimido con pena no menor de diez años de prisión, o cuando fuere
sordomudo o menor de dieciocho años o mayor de setenta, o si fuera probable la
aplicación de una medida de seguridad."
Vemos pues que en las circunstancias que prescribe, la norma legal impone la
participación del perito psicólogo o psiquiatra, quien deberá informar sobre el estado de
las facultades mentales del imputado.
Si bien ello implica un informe pericial previo donde el perito no tiene que expedirse en
forma exhaustiva sobre las implicancias exigidas por el art. 34, inc. 1º (las causales
psiquiátricas de la inimputabilidad), ello no excluye la probabilidad de que el perito tuviere
que destacar tal circunstancia.
Para ello debemos tener en cuenta el tema de la “semiología delictiva”, que a
continuación se detalla.

6. Semiología delictiva: criminogénesis y criminodinamia


En psiquiatría forense (aplicación de los conocimientos psiquiátricos a los casos jurídicos
en particular) a veces no resulta fácil comprender las causas - motivos y modo de acción
por los cuales un sujeto comete un delito.
En general se debe investigar la psicogénesis (historia vital del actor) y la sociogénesis
(las circunstancias de naturaleza ambiental en que se desarrolla la vida del actor), y de
esta interacción la criminogénesis (es decir, las causas que llevaron al actor a delinquir,
teniendo en cuenta lo anterior), y por último la criminodinamia (los mecanismos utilizados
para realizar el hecho).
En la psicogénesis es posible diferenciar una conducta delictiva en una personalidad
psíquicamente normal en términos jurídicos o con anormalidades psíquicas menores que
las de los sujetos con profundas alteraciones o perturbaciones de la personalidad en
términos de enajenación o alienación mental o semialienación. Por otro lado al factor
biológico o endógeno (personalidad de base) se le agrega la sociogénesis o sea los
factores mesológicos o exógenos (influencias ambientales) que actúan en forma
combinada en mayor o menor grado según cada caso.
Ante un delito (criminogénesis) primero se estudia al delincuente y luego el acto delictivo;
cuando el delincuente no se encuentra se estudia el delito y se infiere la personalidad del
delincuente que lo pudo cometer.
El criterio más moderno para la comprensión de la conducta delictiva se funda en los
principios de acción - reacción. Las acciones de mayor valor psiquiátrico legal son
aquellas propias de las personalidades anormales (neuróticos, psicópatas, subnormales
leves, etcétera), ya que se encuentran en el medio entre las reacciones comprensibles de
las personalidades normales y las incomprensibles de los perturbados mentales graves o
psicóticos.
Se distinguen así las "reacciones primitivas" de Kretschmer (de capital importancia, ya
que se manifiestan directamente por actos impulsivos instantáneos o irreflexivos), de los
"desarrollos psicopatológicos anormales" de la personalidad causados por traumas
antiguos que provocan desequilibrios en forma permanente y que secundariamente
reaccionan ante un hecho puntual para dar lugar a "reacciones secundarias".
A este hecho lo consideramos de trascendencia médico - legal, ya que en nuestra
experiencia pericial hemos observado el hiato que existe entre las descripciones
psiquiátricas en los textos de la especialidad en general y forenses en particular y la
aplicación jurídica al caso específico, habida cuenta del interés de conocer el por qué y el
cómo del acto delictivo en relación con la personalidad previa del actor y las condiciones
que predisponen, disponen o desencadenan la conducta delictiva en consonancia con las
condiciones psicopatológicas en las que se encontraba el actor en el momento del hecho
y luego del mismo.
Ahora bien, adentrándonos más específicamente en nuestro tema, sabemos que el
psicólogo forense utiliza en su trabajo técnicas de evaluación psicológica, esforzándose
en desarrollar instrumentos de evaluación adecuados al contexto de aplicación. Es
importante remarcar que nuestro mejor instrumento va a ser la escucha, una escucha
distinta, singular, cuya búsqueda tendrá un objetivo diverso al del derecho, que tomará al
sujeto en su singularidad.
Dentro de cada área de trabajo del psicólogo forense, la utilización de técnicas de
evaluación, se ha convertido en una práctica necesaria. El discurso del derecho, requiere
en forma constante el uso de técnicas sistematizadas, muchas veces solicitando en forma
concreta tests específicos, en otros dejando a elección del profesional evaluar los
principales tests para analizar cada caso específico.
En este punto observamos la importancia de mantener en claro nuestro rol, de conocer
cuales son las técnicas que manejamos para poder realizar una buena labor. En muchos
casos, la persona a ser entrevistada, no posee la capacidad intelectual adecuada para la
comprensión de cuestionarios complejos, en otros la posibilidad de utilizar técnicas
proyectivas se ve imposibilitada por problemas corporales.
Es importante formarse en manera continua en las nuevas técnicas y, en todo momento,
agiornarlas al uso específico en psicología forense.
En cada área del campo forense existen técnicas que son muy utilizadas, de acuerdo a la
labor específica.

7. Intervención pericial psicológica


Tenemos os formas de acceso:
♦ Indirecta: recabamos la información sobre los motivos de autos, establecemos
hipótesis y elaboramos planes de abordaje.
♦ Directa: utilizamos entrevistas grupales, abiertas y/o dirigidas, técnicas gráficas, tales
como el dibujo del conjunto familiar. Dibujo del personaje en interacción; observación
del álbum fotográfico familiar y hora de juego familiar; técnicas individuales: gráficos
(persona – pareja – HTP – familia); Bender; Rorschach.
El primer momento nos permite posicionarnos, ante un trabajo, preguntarnos: qué, para
qué y por qué, debemos intervenir, ya que la observación de la documentación escrita nos
permite ver todos los aportes desde el inicio de la demanda hasta las modificaciones
temporo – espaciales y la modalidad específica de los participantes del grupo.
A partir de allí y a través de la construcción de hipótesis alternativas se elabora el plan de
entrevistas. Según la situación de los miembros, posibilidad de reunirlos, conveniencia
o no de la inclusión de todos, situaciones individuales, etc.
En la forma Directa utilizamos las técnicas que de acuerdo a las circunstancias
corresponderá seleccionar, teniendo en cuenta aspectos básicos generales:
• Quienes son los voceros de la transferencia, los que denuncian el clima creado en
medio del grupo
• Cómo se sienten los miembros, si están confiados frente a la entrevistadora o
aumentan su ansiedad, inseguridad y miedos
• Cuál es el clima de la disponibilidad y cooperación psicodiagnóstica
• Qué modelo de autoridad y distribución de funciones impera en el sistema
• Qué límites de protección generacional utiliza el sistema para establecer su
diferenciación, o cuál es la expresión simbólica de las funciones e identificaciones
• Nivel de integración grupal: posibilidad de realizar la tarea, quienes participan,
formación de subgrupos, características de los mismos, flexibilidad y estereotipia, etc.
En virtud de lo solicitado y con fines de movilización y operantes de cambio en las
relaciones del grupo intentamos apoyar en todo momento la tarea judicial “ordenadora de
la justicia” y “posibilitando el crecimiento diferenciado y solidario para sus miembros”.
Sería interesante abrir la investigación hacia todas aquellas líneas de análisis referidas a
la posibilidad de establecer la concordancia de los motivos manifiestos como conflictos
familiares y las causales de las demandas, pues podemos observar que existen en buena
parte de nuestras intervenciones, relaciones inversas y/o motivos encubiertos consciente
o inconscientemente que se develan a partir de nuestra intervención, y que modifica la
operatoria de todos los que participamos en la causa.
En relación a “los Tests Mentales” y la “Peritación Psiquiátrica Forense” podemos
observar que:
El peritaje psiquiátrico incluye muy a menudo una cuantificación de la inteligencia del
sujeto explorado, así como una valoración de su personalidad. La utilización de estas
técnicas tiene las siguientes ventajas:
a) Permite un descubrimiento fácil, rápido y fiable de los rasgos de la personalidad del
explorado
b) Completa la entrevista clínica proporcionando un mayor nivel de “objetividad” en la
constatación de tales rasgos o síntomas
c) Hace posible una “cuantificación” de la intensidad de los rasgos de la personalidad o
de los síntomas que presenta el sujeto.

Tests de Inteligencia:
El estudio de la inteligencia resulta de gran importancia para la Psiquiatría Forenseè en
el ámbito de las oligofrenias 8 o estados de retraso mental, la exploración intelectual
mediante tests permite confirmar los datos clínicos y señalar con precisión el nivel exacto
de retraso que corresponde al sujeto estudiado. También es importante para valorar la
gravedad del déficit ocasionado por los procesos demenciales.
Además los tests pueden demostrar un deterioro patológico que aún no se corresponde
con síntomas clínicos evidentes, pero que pone sobreaviso en el sentido de que el
paciente está en los comienzos de la evolución de un proceso demencial.
Esta es la denominada fase médico – legal , ya que existiendo una ligera pérdida de la
capacidad crítica y una desinhibición, poco evidentes en la vida cotidiana, pero
constatables en los tests, el sujeto puede cometer actos antijurídicos de los que podría ser
inimputable, siendo así que la apariencia del enfermo puede ser normal.
La forma mas empleada para valorar la inteligencia es la utilización del cociente
intelectual o CI. Los tests de inteligencia más importantes para su aplicación en psiquiatría
forense son: los de tipo Weschler (Wais y Wisc) y los no verbales de factor G, los cuales
poseen un gran campo de aplicación en Psiquiatría Forense.
Otros ejemplos de este tipo de tests son: “la escala de inteligencia de Alenxander”; “el
test de las matrices progresivas de Raven”; “test de dominó de Anstey”, etc..

El estudio de la personalidad mediante Tests:


Existen dos tipos fundamentales de métodos psicométricos aplicables al estudio de la
personalidad: los cuestionarios de personalidad y los denominados tests proyectivos.
Cuestionarios de Personalidad:
El resultado consiste en un perfil con un mayor o menor número de rasgos.
Uno de los inconvenientes en estos casos, es que el individuo explorado puede mentir
deliberadamente para simular trastornos psicopatológicos o de la personalidad, o
disimular una personalidad anormal; también existen formas para identificar esta actitudè
las escalas de distorsión y fiabilidad, y las escalas de sinceridad.
Entre los cuestionarios más usados están los siguientes:
1- MMPI (Inventario multifásico de personalidad de Minnesota) è contribuye al
diagnóstico diferencial de las enfermedades mentales, y luego se observó su interés
en el estudio de los rasgos de personalidad.
2- 16 – PF (Cuestionario de 16 factores de personalidad de Catell) è se describen en él
16 factores estables de la personalidad.
3- EPQ (Cuestionario de personalidad de Eysenck) è mide las tres dimensiones de la
personalidad, que son básicas e independientes: el neuroticismo, el psicoticismo y la
introversión – extraversión.

Técnicas Proyectivas:
Estas técnicas poseen la ventaja de que el sujeto no puede distorsionarlas, bien porque
no sabe cómo hacerlo o la distorsión se percibe de forma muy obvia. Esto es lo que les
8 Oligofrenias: son insuficiencias congénitas, de comienzo muy precoz, del desarrollo de la inteligencia.
hace especialmente útiles en nuestro ámbito. Los más utilizados son:
 Rorschach è formando parte de la tríada de la “batería estándar” junto con el TAT y el
WAIS.
 TAT (Murray)
 Test de Frustración de Rosenznwieg è posee un especial interés por cuanto pretende
estudiar la respuesta del probando ante situaciones frustrantes, y la intensidad y
dirección de la agresividad provocada por ellas. Las respuestas del probando se
clasifican: a) según la dirección de la agresión, pueden ser: “intrapunitivas”,
“extrapunitivas” y “no punitivas”; b) atendiendo a los tipos de reacción: “obstáculo
dominante”, “ergo defensiva” y de “necesidad permanente”.

Escalas de Evaluación de la Conducta:


En psiquiatría forense son más útiles las escalas que evalúan toda la sintomatología que
pueda presentar el sujeto explorado.
En Europa se ha comenzado a aplicar una versión ampliada del denominado sistema
AMDP (López Ibor) que es el sistema más completo que existe para la documentación
psiquiátrica y ha sido desarrollado por la Asociación para la Metodología y Documentación
en Psiquiatría (AMDP).
El sistema consta de las siguientes partes:
1. Anamnesis, dividida en tres secciones
2. Escala de Evaluación Psicopatológica
3. Escala de Evaluación Somática
La adaptación del sistema AMDP a la Psiquiatría Forense ha sido denominado Sistema
de Documentación Psiquiátrico – Forense o FDPS. Consta de cuatro partes:
1- Resumen del dossier penal, el peritaje y su misión, la víctima y los hechos;
2- El sistema AMDP: anamnesis general, antecedentes psicopatológicos,
acontecimientos patógenos, estado psíquico actual, etc.;
3- Datos anamnésicos y clínicos complementarios: estructura de la familia en la infancia,
comportamiento sexual, diagnóstico del DSM III y rasgos de personalidad.
4- Datos médico – legales: antecedentes criminales, alcoholismo y farmacodependencia,
áreas conflictivas, análisis de los hechos, estado psíquico supuesto en el momento del
hecho, etc.
Se trata de un sistema de documentación psiquiátrico – forense que pretende ser objetivo,
fiable y completo.

La sinceridad de las confesiones y declaraciones:


Al juez le interesa, ante todo, que las confesiones y declaraciones sean sinceras y
verdaderas, ya que no puede haber justicia sin certeza en cuanto a los hechos que se
juzgan. Ello supone el empleo de unos medios complementarios del interrogatorio que
evidencien la situación psicológica del interrogado. Conociendo ésta, puede deducirse su
estado mental, afectivo, volitivo e intelectual, lo que nos pondría sobre la pista de su
veracidad: si nos dice la verdad o miente de modo consciente.
Se comprende que el juez haya de recurrir al psicólogo o al psiquiatra para que le
descubran, de una parte, las anomalías o desviaciones mentales que puedan alterar la
sinceridad y, de otra, la obtención en lo posible de la evidencia de la mentira.
La psiquiatría contemporánea ha desarrollado técnicas que ponen de relieve los
fenómenos que se desenvuelven en las profundidades del subconsciente y que escapan
al poder frenador de la voluntad. Con ellos se objetivan las falsedades que, por ir
acompañadas de una intención y de una violencia moral (la represión de la verdad) darán
lugar, al producirse, a fenómenos de aquella naturaleza.
Para su estudio las clasificaremos en técnicas puramente psicológicas, Psicología –
fisiológicas y de narcosis química.
Para finalizar, diremos que, por regla general, un dictamen de peritación criminal
comprende varias partes:
1- Un preámbulo: donde el perito consigna su nombre y apellido en primera persona,
mencionan la autoridad que los ha encargado o requerido, y la prestación de
juramento previo, y reproducen el texto de la misión encomendada (puntos de pericia).
2- Exposición de los hechos, resumida del expediente, con las razones que hayan
motivado la peritación mental.
3- El examen del inculpado: generalmente dividido en dos partes: a- sus antecedentes;
b- y su estado actual en el momento del examen, y el estado particular al producirse
los hechos. También es importante dar cuenta del comportamiento del acusado entre
su detención y el momento del examen.
4- El comentario: el perito extrae entonces de las partes de su dictamen: a- los hechos
positivos que interesa retener en el plano patológico, b- su incidencia posible en la
conducta del inculpado en el momento del acto incriminado, c- las repercusiones
sociales de ese estado patológico y la necesidad de internamiento, si se plantea la
cuestión.
5- Conclusiones: lo más concisas posibles, ciñéndose bien a las cuestiones planteadas y
sometidas a la apreciación del perito (puntos de pericia).

8. Bibliografía
• Bacigalupo. E. Manual de Derecho Penal. Editorial Temis. Bs. As. 2000.
• Cabello. V.P. Psiquiatría forense en el derecho penal, Buenos Aires, Hammurabi,
1984.
• Código Penal y Leyes complementarias, Buenos Aires, A-Z Editora, 1994.
• Código Procesal Penal de la Nación, Buenos Aires, A-Z Editora, 1994.
• DMS III R y DSM IV, Clasificación de los trastornos mentales.
• Ey H. y col., Tratado de psiquiatría, Barcelona, Toray Masson, 1969.
• Frías Caballero, Inimputabilidad penal, Buenos Aires, Ediar, 1981.
• Massip, J. Garrido, E. (2.000) La evaluación de la credibilidad del testimonio en
contextos judiciales a partir de indicadores conductuales. Anuario de Psicología
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• Weitbrecht. J.C.J. Manual de psiquiatría, Madrid, Gredos, 1969.
Páginas Web Consultadas:
• www.legalmania.com.ar
• www.psicologiajuridica.org
• www.carlosparma.com.ar
• www.monografias.com
• www.mundojuridico.com
• www.agresionyfamilia.com
• www.psicologiacientifica.com
• www.apfra.org.ar

Trabajo enviado por:


Mariana Gaynor
macar2274@hotmail.com
marianag@iespana.es
Buenos Aires
Argentina

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