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Capítulo 1
EL ESTUDIO DE LA DOCTRINA
El Señor Jesucristo dijo: "Mi doctrina no es mía sino de Aquel que me envió"
(Juan 7:16). Cuando acabó de predicar el "Sermón del Monte", las gentes "se
admiraban de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad"
(Mateo 7:28-29). También Él exhortó a sus discípulos a que se guardasen de la
levadura, o sea de la doctrina errónea, de los fariseos (Mateo 16:6, 11-12).
Para enseñar como distinguir entre la doctrina verdadera y la falsa, Jesús dijo:
Juan 7:16-17
Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me
envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de
Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
Es verdad que en estos casos la voz doctrina significa enseñanza, pero se ve que
lo enseñado es lo que se cree y se practica en la vida.
Por tercera proposición tenemos el triste hecho de que hay maestros religiosos en
el mundo que pretenden enseñar la verdad, pero cuyas doctrinas son perniciosas y
de las cuales los discípulos de Cristo deben guardarse escrupulosamente. Los
hombres no están obligados a cumplir con la verdad de Dios por una fuerza
interior inescapable, sino que en sí son capaces de conocerla, quedando
responsables ante ella.
Es significativo que el Maestro divino usó la palabra "levadura" (tal vez sinónimo
de pan) para representar la voz doctrina. Como la levadura en la masa penetra
totalmente, dándole mayor gusto, haciendo que sea no sólo más fácil de digerir,
sino que tenga mayor valor nutritivo, así la doctrina, sea buena o mala, leuda toda
la vida de un hombre, por decirlo así, y le es como pan para su espíritu.
Cuán importante es, entonces, que dejemos atrás la vieja levadura de "Egipto", y
que nuestra masa o cuerpo de doctrina está compenetrada del Señor Jesucristo,
sin nada de la levadura o corrupción del error o de la mundanalidad. (I Corintios
5:6-8 y Mateo 13:33). ¡Que su Espíritu obre en nosotros con su poder silencioso,
invisible, misterioso, pero penetrante!
A. Definición de Doctrina
Todo ser humano puede conocer a Dios, y el origen de esa posibilidad reside en
Dios. Sin su Existencia, nadie podrá conocerle, ni estudiar la verdad acerca de Él.
No solo existe el Ser Supremo, sino que ha hecho al hombre a su imagen y
semejanza, capacitándolo para sostener relaciones espirituales con su Creador.
Primero afirmamos que la mera existencia de la Biblia hoy constituye una prueba
de que es libro divino. Alguno podría decir que su preservación a través de los
siglos es un feliz accidente de la Providencia, pero esto no satisface los hechos.
Durante los siglos en que las Escrituras iban formándose, el pueblo judío, al que
pertenecían sus autores humanos, sufría grandes desastres, derrotas, destierros y
apostasías. Sin embargo los primeros escritos no fueron perdidos ni aniquilados.
Durante los cuatro siglos entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, los judíos fueron
perseguidos y casi arruinados, pero los manuscritos de la Biblia hebrea fueron
preservados. Cuarenta años después de la ascensión del Señor Jesucristo,
Jerusalem y Judea quedaron en escombros. Se libraron, en contra de los
cristianos y de la Biblia, una serie de terribles persecuciones con la expresa
determinación de exterminar a ambos.
Los perseguidores han muerto, pero la Biblia es el libro que más se vende en el
mundo en la actualidad. Los decretos imperiales ordenando la destrucción de cada
ejemplar del Libro Sagrado no lograron su deseado efecto. Los edictos condenando
a muerte a cualquiera persona en cuyas manos se encontraba una Biblia no
pudieron hacer desaparecer este Santo Volúmen.
B. Contenido De La Biblia
Hasta la fecha no han podido impugnar ni una sola referencia a hechos históricos,
pueblos, naciones, personajes, etc. Todos estos vivieron, gobernaron o guerrearon
donde y cuando la Biblia dice, según la evidencia descubierta en las excavaciones.
Esta obra divina, la Biblia, consta de 66 distintos libros que forman un solo texto
que es la revelación de la voluntad de Dios al hombre.
Hebreos 4:12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada
de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
I Pedro 1:23
Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
La vida divina reside en ella. Siendo la Espada de Espíritu (Efesios 6:17) Él la usa
para redargüir o convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan
16:8-11). También la Palabra es la Simiente viva que, sembrada en el corazón
brota para la regeneración y vida eterna (Pedro 1:23; II Timoteo 3:15) Además la
fe viene por el oir, y el oir por la Palabra de Dios (Romanos 10:17).
El Salmo 119:165, dice: "Mucha paz tienen los que aman tu ley y no hay para ellos
tropiezo". El cristiano es limpiado o santificado por la Palabra (Juan 17:17-19;
15:3) y por ella crece, es fortalecido y transformado (I Pedro 2:2; Efesios 5:26; II
Corintios 3:18; I Tesalonicenses 2:13, Hechos 20:32)
Es más penetrante que una espada de dos filos; a veces corta hasta el corazón y
otras veces trae convicción (Hebreos 4:12; Hechos 7:54; Isaías 55:10-11; Jeremías
23:29)
D. La Profecía En La Biblia
La Palabra de Dios predice eventos que acontecieron tal cual fueron pronosticados,
con una certeza de detalles que convence a la razón humana que fue Dios que
iluminó al profeta. La afirmación bíblica es:
I Pedro 1:21
Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Las profecías escriturales son variadas, detalladas y claras, muy distintas de los
dichos ambiguos de los oráculos paganos. También los antiguos profetas
predijeron la prosperidad o la caída de varias naciones y ciudades, aún nombrando
un rey siglos antes que naciera.
Capítulo 2
LA EXISTENCIA DE DIOS I
Lucas 2:49
¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
Luego el Señor fue tentado y en cada una de sus tres contestaciones al tentado,
reconoció a Dios y la autoridad de su Palabra, la Biblia. El texto para su primer
sermón fue Isaías 61:1-2, en el que las primeras palabras son "El Espíritu del
Señor" y la última es "Señor" (Lucas 4:18-19)
Sus últimas palabras sobre la cruz fueron: "Padre en tus manos encomiendo mi
espíritu" (Lucas 23:46). Es claro entonces que Jesucristo vivía cada momento de su
vida en la presencia de Dios y que enseñaba con su ejemplo y con sus palabras
como debe vivir cada ser humano. Nunca trató de probar la existencia de Dios,
sino que urgía a amarle y a servirle.
Según las Escrituras, el hombre es una creación especial de Dios, quién le creó a
su propia imagen y semejanza. Por un tiempo indeterminado existía entre los dos,
el hombre y su Creador, estrecha comunión, hablando el uno con el otro en
íntima conversación. Fue por el pecado que esta comunión fue interrumpida y el
hombre ha ido paulatinamente alejándose de su Dios, y perdiendo el conocimiento
de Él. El Creador entonces emprendió su obra magna de revelarse a sí mismo, con
el fin de redimir a su criatura de la perdición a la que se encaminaba.
1. La Intuición
Romanos 1:19
Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
Salmo 36:9
Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.
Job 11:7
¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del
Todopoderoso?
Decimos entonces que hay una creencia intuitiva en Dios en que el hombre vuelve
hacia el cielo sus ojos en el tiempo de necesidad, rogando, suplicando, y aun
confesando y adorando.
2. La Razón
Los pueblos y las tribus no cristianos pueden tener cierto vago concepto de un Ser
Supremo, pero éste no tiene que ser necesariamente el Creador. Un dios inferior
puede tener esta distinción.
También la razón nos ayuda a definir los atributos de Dios, según son revelados en
la Biblia y en la experiencia. Conociéndole mejor, le amamos más. Cuando un
abogado preguntó al Señor Jesús, cuál era el mandamiento grande de la ley, la
contestación divina fue: "Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a tí
mismo". (Lucas 10:27). Debía unir las emociones, los pensamientos, y las fuerzas
físicas bajo la voluntad decidida y dedicada a la gloria de Dios. Este es el uso más
alto de la razón humana (I Corintios 14:14-19
3. La Tradición
Por último, hay que tomar en consideración los cambios hechos a propósito al
contar algo a los menores, sea para dar colorido al cuento, o contarlo mejor de
otro modo, por el deseo de complacer a los oyentes. La tradición, pues, como
origen de la idea de Dios, no es sino una ayuda. Nunca satisface el deseo de saber
con certeza el carácter de Dios. Si hemos de llegar a un conocimiento adecuado
del Señor, es necesaria una Revelación escrita. La tradición no basta, no es segura
ni digna de completa confianza, por estar sujeta a cambios e influencias internas y
externas.
Colosenses 2:8
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según
las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no
según Cristo.
Gálatas 1:14
Y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación,
siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.
I Corintios 11:2
Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las
instrucciones tal como os las entregué.
Él usa la misma palabra refiriéndose a las enseñanzas que dejó en esa iglesia, y es
traducida "instrucciones" en ese caso, por cuanto así quiere decir más
exactamente el original. La palabra griega significa sencillamente "lo dado".
Estas cosas fueron gobernadas por los escritos de los rabinos que llegaron a
suplantar en mucho a la Biblia. El Señor Jesucristo habló acerca de las tradiciones
en términos tan enérgicos que no queda duda alguna de su concepto acerca de la
importancia de ellas y del daño que hacen.
El Señor Jesucristo no despreciaba una limpieza higiénica al comer con las manos.
Lucas 11:37-38
Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando
Jesús en la casa, se sentó a la mesa. El fariseo, cuando lo vió, se extrañó de
que se hubiese lavado antes de comer.
El fariseo no se extrañó que Jesús no se lavara las manos sucias de tierra, sino que
no cumplió con el rito ceremonial y hueco que los ancianos habían sobre impuesto
a las Escrituras. Jesús expuso sus razones en los versículos siguientes (Lucas
11:39-41)
La tercera cosa que ocupó la atención del Hijo de Dios fue el asunto de los votos o
juramentos. Creemos que el Salvador no prohibía los votos a Dios, sino que criticó
las ideas erróneas de considerar el oro del Templo de mayor valor que la casa de
Dios, o la ofrenda sobre el altar, según sus ancianos les habían enseñado. Otra vez
las cosas de los hombres son estimadas de mayor gloria que las de Dios. Esta es
una de las características de toda clase de tradiciones.
El Señor Jesucristo acusó a los judíos de pecado porque daban las enseñanzas de
los hombres como si fueran los mandamientos o doctrinas de Dios. Con sus labios
honraban a Dios, pero sus corazones estaban lejos de Él. Buscaban gloria propia y
la de los hombres en vez de la gloria que sólo viene de Dios (Juan 5:44)
Para Cristo la Palabra de Dios era la única autoridad y también la regla suficiente
para la fe y la práctica. Las tradiciones, a la vez que pasaban por alto los
mandamientos divinos, traían condenación segura (Mateo 5:20; 23:33) El remedio
era y es sencillo: acercarse a Dios ya sus doctrinas con todo el corazón,
desechando las tradiciones de los hombres.
En el primer libro de la Biblia que fue escrito, Job, leemos: "Yo sé que mi Redentor
vive"; y en la última carta del apóstol Pablo: "Yo sé en quién he creído"; mientras
que el apóstol Juan escribió hacia el fin de su vida: "Pero sabemos que el Hijo de
Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero, y
estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida
eterna".
Las Escrituras explican que la misma naturaleza enseña a cada ser humano que
hay un Creador, y que es irrazonable adorar a una cosa creada o formada por las
manos de un hombre (Salmo 115:3-8; Isaías 44:1-20; Romanos 1:18-32). Por lo
tanto es correcto decir que en la Biblia Dios se dirige al hombre como a uno que ya
sabe que Él existe, que tiene una vaga idea de quien es Él, pero que necesita una
revelación más cierta y clara. La Biblia reclama para sí la dignidad de ser esa
revelación. En Lucas 16:19-31, el Señor Jesucristo pone de manifiesto el lugar
único y autoritario de la Revelación escrita.
EN RESUMEN: La Biblia se dirige al hombre como a uno que sabe que Dios existe,
pero que necesita una revelación más amplia.
Capítulo 3
LA EXISTENCIA DE DIOS II
Teorías humanas
En estos tiempos la incredulidad ha tomado varias formas, las cuales el obrero del
Señor debe poder reconocer y saber así analizar la dificultad espiritual del
proponente de las falsas ideas acerca de Dios. Desde el extremo de negar
rotundamente que existe un Dios y la fe de un cristiano, hay varios grados de
creencias.
Cuando Santiago dijo que los demonios creen que Dios existe y tiemblan,
reconoció que toda creencia en la existencia del Ser Supremo no es lo que Dios
exige para la Salvación del alma. Examinaremos brevemente las principales
filosofías no cristianas que el obrero encontrará en los países llamados civilizados;
no las sectas que pretenden aceptar la Biblia como fundamento de su doctrinas,
sino las falsas teorías acerca de Dios.
A. El Ateísmo
Algunas personas son ateas en su práctica porque viven sin Dios, sin pensar en Él
y rehusando buscarle u ocuparse de Él. Por lo regular estas personas no han dicho
"en su corazón" que no hay Dios, aunque en ocaciones sus labios habrán
pronunciado las palabras.
Los ateos dogmáticos son aquellas personas que afirman que no existe Dios.
Pretenden saber lo suficiente del mundo y la vida para asegurar a todos que no
hay Dios, ni Creador, ni Gobernador, ni Juez, ni ningún Ser Supremo, que no
existe, que nunca existió, y jamás puede tener existencia. Pretenden tener un una
filosofía satisfactoria que explica los problemas del universo, sin mencionar a Dios.
B. El Agnosticismo
Juan 18:38
Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los
judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.
Es difícil hablar con los agnósticos acerca del Evangelio, debido a que Dios exige la
fe y ellos son enseñados a no tener fe en nada. Cuando la mente de un hombre
está opuesta voluntaria y obstinadamente contra cierta verdad, él tendrá que sufrir
las consecuencias de su terquedad. La oración eficaz es la mejor arma junto con
una palabra oportuna, por ejemplo cuando haya muerto algún ser querido, o en
caso de alguna gravedad.
El positivismo, una filosofía fundada por Augusto Comte (1798 - 1859), consiste en
pretender aceptar como verdad solamente aquellos hechos que se pueden
observar o experimentar, sometiéndolos al examen y estudio. Siendo que la idea
de Dios no está sujeta al examen físico, rehusan ocuparse de ella.
D. El Politeísmo
1 Corintios 8:5-6
Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como
hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un
Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un
Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de
él.
Fue un paso más hacer imágenes como representando a tales personajes, y una
vez aceptadas las representaciones, la idolatría creció y toda nación llegó a tener
sus propios dioses. Por eso Jehová llamó a Abraham de en medio de esa
adoración de muchos dioses, que es politeísmo. La vocación de la familia de
Abraham proveyó un testigo en el mundo de un Dios único y verdadero.
Para el cristiano no hay muchos dioses ni una sola diosa. Hay un solo Dios quien
existe y se manifiesta en tres Personas. "Porque hay un solo Dios, y un solo
Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre", quien es Dios y hombre al
mismo tiempo (I Timoteo 2:5). Y el segundo mandamiento del decálogo reza así
en la Versión Nácar-Colugna: "No te harás imágenes tallada; ni figuración alguna
de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que haya bajo sobre la tierra. No te
postrarás ante ellas, y no las servirás, porque yo soy Yavé, tu Dios, un Dios
celoso..." (Éxodo 20:4-5).
El politeísmo por su naturaleza degenera a los pueblos que lo profesan. La idea de
muchos dioses excluye la posibilidad de un Dios absolutamente perfecto en todos
sus atributos, porque no puede haber dos Seres Supremos, ni dos Dioses
omnipresentes y omnipotentes. Dioses imperfectos no son dignos de suprema
adoración ni llaman a los hombres a una vida mejor.
Panteísmo, en sus varias formas, acaso cita el nombre de Dios, pero su concepto
de Él es tan defectuoso que equivale a su negación. Suele decirse que el
panteísmo sostiene que: "Dios es todo y Todo es Dios", o, como dice el
diccionario: "La totalidad del universo es el único Dios".
En sentido opuesto de esa teoría que atribuye todo a la materia está la teoría del
panteísmo idealista conocido como idealismo. Esta considera "la idea como
principio del ser y del conocer". La mente es la realidad última y nuestra mente es
llamada una parte finita de la mente infinita, que es Dios. La idea de la Mente dio
origen a la materia, o se dice también que la materia no existe sino en nuestras
mentes. El esfuerzo para traer a la memoria algo es nada más que la actividad de
nuestra mente al ponerse en contacto con la mente universal y recibir de ella el
impulso o la formación que necesitamos.
De este clase de panteísmo participa el Budismo que dice que el individuo vino del
alma universal, pasa por sus 88.000 re-encarnaciones y al fin pierde otra vez su
identidad siendo absorbido otra vez en alma universal.
Tal vez la forma más conocida del panteísmo es lo que se llama el neutralismo,
Idealismo Subjetivo. Esta teoría, que es el panteísmo clásico, consiste en
considerar que la realidad primaria del universo no es la materia ni la mente, sino
un algo neutral del cual la materia y la mente no son más que aspecto o
apariencia. Hay una sola susbtancia con dos atributos: el pensamiento y la
extensión, o sea, mente y materia, y el conjunto de todo es Dios. El misticismo
filosófico es la forma absoluta de monismo o panteísmo, que no admite ninguna
separación entre lo finito y lo infinito, entre el ser humano y el Ser Supremo, no
alegando semejanza sino identidad.
F. El Deismo
G. El Dualismo
Es la teoría de dos seres o principios, ambos eternos, el uno bueno y el otro malo.
De esta idea participa el Zoroastrismo o Mazdeísmo, la antigua religión de
Persia, que llamaba al bueno, Ormuz (Creador), y al malo, Ahrimán (Destructor).
También el Nestorianismo sostenía algo de estilo separando a Cristo en dos
personas y personalidades, en vez de creer la verdad de que era divino y humano
en una sola persona.
Capítulo 4
- LOS NOMBRES DE DIOS
Unos mil años antes del nacimiento del Señor Jesús, Jehová contestó a la pregunta
de Moisés acerca de su identidad con las palabras: "Yo Soy el que Soy" (Éxodo
3:14). A través del Antiguo Testamento ese nombre fue extendido y explicado en
parte, por ejemplo en los nombres compuestos como "Jehová Jireh" (Génesis
22:14); "Jehová Nissi" (Éxodo 17:15); Jehová Shalom" (Jueces 6:24); y también
en sus mismas declaraciones, como: "Yo soy el Dios Todopoderoso" (Génesis
17:21); "¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy
lejos?" (Jeremías 23:23)
1. El nombre de "Dios"
Los hebreos usaban los vocablos "El"; "Eloah"; "Elohim" y "El Elyon", etc. y se
discute el significado básico de dichos nombres, si quiere decir primeramente
"poder" u "honor", o "terror". De este último viene a ser "el objeto de terror"; y tal
vez con esto so ve que Dios por su poder ilimitado inspira temor o terror, de modo
que los hombres le atribuyen honor.
Es ésta la palabra que se usa a menudo en unión de otras para formar nombres
compuestos que más tarde examinaremos, como "El Shaddai", (Génesis 17:1); y
que se incorporaba en nombres de personas, como:
O también de lugares:
Hay teólogos que aceptan la creencia judía de que este uso del plural no prueba
una pluralidad en Dios sino que es "plural cuantitativo", haciendo resaltar su
majestad infinita de poder, majestad y justicia. Algunos dicen que el plural incluye
a los ángeles, junto con Dios. Sin embargo, lo menos que podemos decir es que
permite, con toda naturalidad, aceptar la verdad revelada más tarde, de tres
Personas en la Deidad.
Hay otros que alegan que la palabra Elohim viene de una raíz que quiere decir
"Jurar". Es la voz hebraica "ALAH". Según esto Elohim no significa solamente
grandeza y gloria, sino que es "el Dios que ha hecho juramento". Si consideramos
el juramento divino de Salmo 110:4 ("Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres
sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec") como hecho antes de la
creación del mundo, entonces nuestra salvación fue asegurada antes de que
recibamos la vida humana, y desde Génesis 1:1 Dios ha obrado conforme a su
plan y pacto.
Esta palabra hebraica "Elyón" que quiere decir "el más alto", se usa en la vida
común con este significado: Génesis 40:17 "el canastillo más alto"; Deuteronomio
26:19 "Ponerte alto sobre todas"; II Reyes 18:17 "El estanque de arriba"; etc. Al
usarse en referencia a Dios quiere decir que Él es más alto, encima o sobre todo,
el Altísimo.
Melquisedec significa: "mi rey de justicia", pero el título que se le da es: "rey de
paz". Es rey y es sacerdote. Algunos creen que habla de una aparición del Señor
Jesucristo. Melquisedec, rey de Salem (Paz), sacerdote del Dios Altísimo (El Elyon),
"sacó pan y vino", y bendijo a Abram en el nombre del Dios Altísimo, poseedor de
los cielos y de la tierra, y adoró a Dios tributándole alabanzas.
Este nombre habla de Dios revelándose en su potencia. Significa "ser fuerte, usar
o mostrar fuerza, poder desolador". Se nota este último significado en Joel 1:15 e
Isaías 13:6. Se usa para designar a Dios cuando hace una manifestación especial
de su poder (Génesis 17:1; 28:3; 43:14; 48:3), sea para bendecir o para destruir.
Después llegó a ser uno de los nombres de Dios.
Se ha traducido este nombre con cierta libertad así: "El Dios que es suficiente".
"El" significa potencia y "Shaddái" suficiencia.
Como "El Shaddái", Dios pudo fortalecer el cuerpo ya viejo de Abraham y también
el de Sara para que tuviesen un hijo según la promesa divina. En otras palabras,
Dios les aseguró que Él era suficiente para el caso.
También Abraham había tenido un altercado allí con Abimelec acerca del pozo
Beerseba, donde después hicieron una alianza o juramento, quedando el hebreo
en posesión del pozo. Luego "invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno (El
Olam). "El" aquí no es pronombre como en el español, sino el nombre de Dios que
significa potencia, terror. La voz "Olam" lleva el significado de "oculto" o
"escondido". Es traducido "encubierto" en II Reyes 4:27; "oculto" en Levítico 4:13;
"escondes" en Salmo 10:1.
Cuando el siervo de Abraham fue a Mesopotamia para buscar una esposa para
Isaac (Génesis 24), él no se alabó a sí mismo en ninguna manera, ni buscó nada
para sí. Sólo habló de su señor o dueño, y del hijo de su señor, alabando sus
riquezas y su Dios.
Este nombre lleva además la misma idea de la relación de una esposa a su marido
(Génesis 18:12; I Pedro 3:6)
En el Salmo 110:1 leemos: "Jehová dijo a mi Señor". Pero aquí, como conviene
cuando una Persona de la Deidad está hablando con otra Persona de la misma, es
el singular "Adón" y no el plural "Adonái".
Este nombre, que llegó a ser aquel que identificaba al Dios de Israel, es usado más
de seis mil veces en el Antiguo Testamento. Es el nombre sagrado que el judío no
se atreve a pronunciar.
Era la costumbre antiguamente escribir sólo las consonantes del hebreo, siendo las
vocales sobreentendidas por el uso y el acento. Las cuatro letras que componen
este nombre en el hebreo, en su forma sencilla sin puntuaciones, dan sólo una
aspiración sin articulación de vocal. Para el judío ha sido y es demasiado sagrado;
es indecible, inefable. Es aquel Espíritu que habitaba entre los querubines sobre el
propiciatorio o cubierta del Arca del Pacto en el Lugar Santísimo, en el Tabernáculo
o Templo.
Al llegar al nombre "Havah" que para nosotros viene a ser tal vez "Yavé", los
hebreos usan las vocales, y llega a ser para nosotros ya no "Yavé", sino "Jehová".
Si hemos de traducir el nombre, como tal vez sería lo más acertado, habríamos de
llamarlo: "El Yo Soy", o "El Viviente".
Desde Génesis 2:4 se usa este nombre en combinación con el nombre de Dios
(Havah Elohim). Su significado es declarado en Éxodo 6:2-3, donde muchas
versiones traducen la palabra al español diciendo: "YO SOY EL QUE SOY" en el
tres. Los expertos en el idioma hebreo dicen que igualmente se puede traducir el
original así: "YO SERÉ EL QUE SERÉ". No sólo indica la existencia independiente
del Todopoderoso, sino existencia en movimiento, no en descanso.
La raíz de que se deriva la palabra Jehová (Yavé o Havah) tiene el valor de la voz
"Ser" en sentido de vida y así Dios siempre ES; es el eterno YO SOY, el Siempre
Viviente, ante quien los siglos son un eterno tiempo presente. El nombre "Jehová"
incluye las ideas de santidad, redención y amor (Jeremías 31:3; Isaías 63:9, Oseas
11:8). El nombre "JAH" o "YAH" es simplemente una contracción el nombre
JEHOVÁ, usado mayormente en la poesía (Éxodo 15:2, Salmo 68:4)
Romanos 8:32
El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Los hijos de Israel acaban de salir de Egipto, y cruzaron el Mar Rojo. Después de
los tres días de grandes victorias siguieron tres días sin agua, hasta que el pueblo
llegó a Mara donde había agua, pero agua amarga que no pudieron beber.
Murmuraban contra Moisés, como si él tuviera la culpa. El caudillo oró a Jehová,
quien le mostró un árbol, al que hechó en las aguas y éstas se endulzaron.
Fue en Mara donde Dios impuso leyes y estatutos a Israel, y les dió una promesa
tan grande.
Éxodo 15:26
Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto
delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos
sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré
a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
Terminado este episodio nos dice la Biblia que: "Vino entonces Amalec y peleó
contra Israel en Refidim". Por la intercesión de Moisés Dios dio una victoria
completa al ejército de Israel. El versículo 15 dice: "Y edificó Moisés un altar, y le
puso por nombre: "Jehová Nissi", que quiere decir: "Jehová es mi bandera". Dios
mismo es nuestra bandera, no una organización, y nos cabe el orgullo legítimo de
pertenecer a la compañía de Jehová de los Ejércitos.
d. JEHOVÁ M`KADDESH (Mekaddaschem) "Jehová nuestro
Santificador" Éxodo 31:13; Levítico 20:6-8. (Deuteronomio 7:6,
Zacarías 8:3)
Este nombre encierra una verdad muy importante para todo cristiano. Aunque fue
empleado en el Antiguo Testamento exclusivamente para los hebreos, el Señor
Jesucristo y los apóstoles aplicaron la misma verdad a los creyentes en Cristo. Lo
cuál quiere decir que les separó de la contaminación y del destino de las demás
naciones para que fuesen su pueblo propio.
Convencido Gedeón, tuvo temor, diciendo: "Ah, Señor Jehová; que he visto el
Ángel de Jehová cara a cara". Y Jehová le dijo: "Paz a ti; no tengas temor, no
morirás". Entonces fue que Gedeón edificó allí un altar a Jehová, al que llamó
Jehová - Salom.
El profeta Jeremías hablaba en contra de los falsos profetas, los cuales daban a la
nación de Judá una esperanza falsa de seguridad. Jeremías, por mandato de Dios,
les decía a los judíos que los caldeos iban a llevarles cautivos a Babilonia, lo cual
aconteció.
Pero junto con el mensaje triste, hubo la visión del lejano futuro cuando Dios iba a
recoger a su pueblo y darles pastores que les apacentarían, "Y no temerán más, ni
se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová". Luego explica que esto ha
de hacerse por medio de un hijo de David, un rey dichoso que ha de hacer juicio y
justicia en la tierra. Su nombre será: JEHOVÁ, JUSTICIA NUESTRA.
La palabra traducida "justicia" aquí encierra la idea de unas balanzas rectas (Job
31:6; Isaías 5:7, 23; 10:1). Es Jehová quien hace eso siempre, sin equivocarse
nunca en su juicio; por lo tanto Él sólo es nuestra esperanza de ser justos, que Él
sea nuestra justicia (Efesios 2:8-9; Tito 3:5; II Corintios 5:21; Romanos 8:1, 33)
Este nombre precioso nos hace pensar de Jesucristo, nuestro EMMANUEL, "Dios
con nosotros" (Mateo 1:23). La referencia aquí en Ezequiel se encuentra al fin de
su profecía. Los últimos nueve capítulos del libro se ocupan de una visión celestial
que Dios dio al profeta de la Nueva Jerusalem, la ciudad santa, con su templo y la
mansión del Príncipe, el gran hijo de David. Termina diciendo: "Y el nombre de la
ciudad, desde aquel día en adelante, será JEHOVA-SAMMA".
La primera vez que este nombre es usado en el Nuevo Testamento, sea para
explicar el nombre "EMMANUEL, que traducido es: Dios con nosotros" (Mateo
1:23). Esta palabra Dios (Theos) en el griego no se deriva de otra; por lo menos se
desconoce su etimología. Quiere decir una deidad y es usada para designar a los
dioses falsos (Hechos 7:40), pero con pocas excepciones es usado para el
verdadero Dios, la Suprema Divinidad. No el la traducción exacta de ninguno de
los nombres usados en el Antiguo Testamento; sin embargo significa lo mismo que
aquellos porque es el nombre del Creador.
Empezando con Mateo 1:20, este título es usado centenares de veces. Se emplea
para designar a cualquier amo o dueño (Mateo 20:8); a un magistrado (Hechos
25:26); o aún a dioses falsos (I Corintios 8:5); pero generalmente hace referencia
a Dios mismo, Jehová el Señor. También es usado para el Señor Jesucristo, a
veces de una manera que le atribuye a Él todo lo que el judío atribuía a Jehová
Dios (Juan 20:28; Hechos 2:36; 5:14; 7:59). En relación a esto, es instructivo el
relato del episodio acerca del pollino en el día de la entrada de Jesucristo en
Jerusalem, al principio de la semana de la Pasión. En Lucas 19:33 y 34 leemos que
al desatar el burrito, sus dueños (hombres humanos pero señores, dueños:
"Kurios") preguntaron a los discípulos: "¿Por qué desatáis el pollino? Y ellos
dijeron: Porque el Señor ("Kurios") lo necesita".
3. PADRE (Griego:"Pater")
Esta palabra primitiva es usada para el padre o progenitor humano, pero Jesucristo
nos enseñó que Dios, el "Terror de Isaac" (Génesis 31:42, 53; Isaías 8:13) es el
Padre de los espíritus (Hebreos 12:9; Números 27:16) que amó al mundo de tal
manera que envió a su Hijo Unigénito a obrar nuestra redención (Juan 3:16) y que
es el Padre Celestial para todos los que creen en Jesús el Cristo como el Hijo de
Dios y el Salvador (Juan 1:12; 20:17)
Esto no quiere decir que Dios se llame Padre de todos los seres humanos, ni que
nosotros los hombres somos hijos iguales con Jesucristo, sino que en Él somos
hechos hijos por la fe.
Capítulo 5
Hay varias maneras de dividir los atributos. Muchos teólogos consideran que todo
lo revelado acerca de Dios son sus atributos, y que no es conocido sino por éstos,
de modo que los dividen entre los atributos naturales, o pertenecientes a su
carácter, y los morales, o pertenecientes a su actividad.
A. LA ESENCIA DE DIOS
1. DIOS ES ESPÍRITU
Juan 4:24
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren.
Una substancia tiene existencia, potencia y permanencia. Por lo tanto puede ser
materia o espíritu. La substancia de Dios es Espíritu solo, sin nada de materia. Es
Espíritu personal con todos los atributos de un Ser inteligente. Decimos que Dios
es inmaterial e incorpóreo (que no es de substancia material ni tiene cuerpo
material o físico), sino de substancia espiritual (Lucas 24:39). ¿Qué significa
entonces, que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza? (Génesis 1:27)
Según Colosenses 1:15; 3:10 y Efesios 4:23-24, junto con Génesis 1:28 y 29, es
claro que estas palabras "imagen y semejanza" se refieren a lo intelectual y moral
más bien que a lo corporal o físico.
Otra cualidad de Dios el Espíritu es que es invisible, que ningún hombre puede ver
la esencia de Dios como es en toda su gloria. El pasaje en Deuteronomio 4:12-19
es muy instructivo. Nos dice que los hebreos no vieron figura o forma alguna el día
en que Jehová habló con ellos de en medio del fuego en el monte Sinaí. Esta es la
base para prohibir terminantemente la idolatría. Ezequiel también vió a Dios en
visión.
Ezequiel 1:26-18
Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un
trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una
semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de
bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor,
desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi
que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el
arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del
resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de
Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que
hablaba.
Apocalipsis 4:3
Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de
cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la
esmeralda.
La Deidad consta de tres Personas, cada una de las cuales tiene una personalidad
completa con todas sus cualidades, pero eso mismo prueba que la esencia es un
Ser Personal. Como se ha mencionado arriba, cuando Jesucristo dijo: "Dios es
Espíritu", agregó a su declaración las pruebas de que hablaba de un Espíritu
personal, con determinación, propósito, conocimiento y santidad en perfecto
grado, por cuanto busca a los que le adoren en espíritu y en verdad (Juan
4:23-24)
Dios es una Persona. Él no obra por obligación, sino con propósitos y fines sabios y
justos. Es Persona por cuanto tiene determinación propia, no la imposición de la
necesidad como sus criaturas.
Las Escrituras ponen de manifiesto el contraste entre el Dios verdadero y los ídolos
o dioses falsos de las naciones, llamando a Jehová el Dios vivo, que ve, oye, habla
y predice el futuro (Jeremías 10:10-16; Salmo 115:3-9)
Dios es Espíritu Personal y Vivo, quién dió al hombre su personalidad y a todo ser
su vida.
1. DIOS ES ETERNO
Al llamar a Dios "el Eterno", queremos decir que Él no tuvo principio ni tendrá fin.
No hubo nunca un tiempo cuando Él no existía en toda su plenitud. Él es el Origen
del tiempo. Siendo el eterno "Yo Soy", el tiempo todo, pasado y futuro, está
siempre presente delante de Él.
Salmo 90:2, 4
Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo
y hasta el siglo, Tú eres Dios. Porque mil años delante de tus ojos son como
el día de ayer, que pasó, y como unas de las vigilias de la noche.
No hay tal cosa como "antes de Él", ni "después de Él". Él existe, no por razón de
la voluntad, sino por razón de su naturaleza. Necesariamente Dios existe desde la
eternidad, dada la existencia del universo, y por lo tanto Él tiene que ser eterno.
Es el único que existe de por sí, eso es, por Sí mismo, sin depender de otro ni para
su origen ni para el sostenimiento de su vida, de modo que sólo Él puede ser
eterno.
2. DIOS ES INMUTABLE
Santiago 1:17
El Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Malaquías 3:6
Porque yo Jehová, no cambio.
3. DIOS ES OMNIPRESENTE
I Reyes 8:27 y II Crónicas 6:18, dicen "He aquí, los cielos y los cielos de los cielos,
no pueden contenerte: ¿Cuánto menos esta casa que he edificado?".
4. DIOS ES OMNIPOTENTE
Esto quiere decir que Dios lo puede todo, en el sentido común de tales palabras.
Se entiende que nada hay que Él no pueda hacer en armonía con su carácter y
santa voluntad. Decimos que Dios puede hacer todo cuanto quiere, pero su querer
(voluntad) está limitado por su naturaleza, de modo que nunca se propone hacer
algo que no está en armonía son sus perfecciones. Este atributo es incluido en su
nombre "Todopoderoso" (Génesis 17:1)
La Biblia explica que Dios no puede mirar la iniquidad (Habacuc 1:13), negarse a sí
mismo (II Timoteo 2:13), mentir (Hebreos 6:18), o cometer pecado (Santiago
1:13). Estos actos limitan a Dios sólo en lo moral, no en potencia, y aseguran que
su poder será usado siempre para bien y no para mal.
El hecho que Dios sea omnipotente no quiere decir que Él está siempre ejerciendo
toda su potencia. Él gobierna su poder y lo usa sólo según su santa y sabia
voluntad. No obra por necesidad o maquinalmente. Él es libre en su voluntad y se
ha limitado en algunas maneras por el libre albedrío de los hombres porque Él
quiso.
5. DIOS ES OMNISCIENTE
1. LA VERDAD Y LA FIDELIDAD
a. La verdad
Romanos 3:4
¡Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso!
Juan 17:3
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado.
Apocalipsis 3:7
Escribe... Esto dice el Santo, el Verdadero.
Dios no puede mentir, sino que es Verdad, y por lo tanto la Revelación que Él nos
ha dado es digna de fe. Dios no puede aprobar el engaño o lo falso, mucho menos
bendecirlo y obrar a su favor, por cuanto es el Dios de Verdad. Este atributo
significa también que Dios es genuino, real, lo que pretende ser.
Los dioses paganos son llamados vanidad (Isaías 44:9-10) y mentira (Isaías
44:20), porque no son realidades sino ideas falsas sin existencia verdadera.
Nuestro Dios sí existe, y es el único Dios verdadero (Juan 17:3)
b. La Fidelidad
Este atributo del carácter de Dios se manifiesta en todo lo que Dios hace en
relación a Sus criaturas. No les puede tratar sino con fidelidad, conforme a su
propia naturaleza. Cumple siempre lo prometido, sea para bien o para mal, según
las condiciones morales de los hombres. Aunque en su longanimidad es de grande
paciencia, nunca olvida una sola promesa ni quebranta jamás un pacto que haya
hecho.
Dios es fuente de toda verdad, y toda revelación que Él hace de sí mismo tiene
que ser verdadera. Nunca dice algo motivado por el prejuicio o por la pasión, sino
por el amor que está en armonía con su naturaleza perfecta y completa.
I Juan 4:8
Dios es amor
II Corintios 13:11
... el Dios de paz y de amor...
a. El amor
Salmo 145:9
Bueno es Jehová para con todos
Job 14:15
Tendrás afecto a la hechura de tus manos.
Mateo 5:45
Vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y
buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Así que la benevolencia de Dios se extiende a todas sus criaturas, hasta el punto
que debe mover al hombre incrédulo al arrepentimiento contemplando la
benignidad del Señor para con él (Romanos 2:4)
Romanos 5:8
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros,
I Juan 4:9
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su
Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
Efesios 2:4
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó...
Es de pura gracia (favor inmerecido) que el Padre proveyó una salvación gratuita
para el pecador, y por eso el redimido está siempre consciente de la gracia de Dios
para con él.
La redención no fue provista por Dios por una necesidad inescapable, sino por su
amor voluntario (Juan 3:16). La gracia de Dios ve al hombre como culpable e
indigno, su misericordia ve la miseria de su condición como desdichado, perdido.
La compasión divina sufre con el hombre y provee la redención.
El amor no incluye la aprobación de todo lo que hace o dice la persona amada. Por
amor Dios es longánime (de larga paciencia), no castigando al momento que uno
peque, sino esperando el arrepentimiento del pecador (Éxodo 34:6; Romanos 2:4;
3:25; II Pedro 3:9, 15).
Al hablar de la ira de Dios no intimamos que su amor haya cambiado, sino que el
hombre se ha colocado, no en la luz del amor, mas en la sombra. Dios no puede
manifestar su amor perdonando al pecador cuando el pecador rehusa aceptar esa
misericordia (Romanos 2:5; 9:22; Juan 3:36; I Juan 5:10)
Capítulo 6
Juan 8:16
Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que
me envió, el Padre.
Juan 5:17-18
Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto
los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de
reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose
igual a Dios.
Juan 10:30
Yo y el Padre uno somos.
Juan 14:15-17
Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo rogaré al Padre, y os dará
otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de
verdad...
Juan 14:26
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre;
él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho.
Lucas 3:21-22
Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue
bautizado; y orando, el cielo se abrió., y descendió el Espíritu Santo sobre él
en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres
mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
A. LA SIMPLICIDAD DE DIOS
Con decir que Dios es simple, queremos enseñar la verdad de que su substancia
no ha sido compuesta ni puede ser dividida. Dios es su mismo ser indivisible. Él es
sólo Espíritu, sin cuerpo, materia ni accidente. Nadie le compuso; ningún otro ser
le dio su deidad o su vida.
Para que haya una combinación o composición en Dios habría necesidad de que
existiera algún otro ser antes de Él que hiciera la composición, de modo que Él no
sería el Dios eterno. Su existencia no depende de la existencia de otros seres de
naturaleza semejante. Nadie puso en Él la Deidad porque Él es la Deidad y fuera
de Él no hay Dios.
Todo lo compuesto puede ser dividido, pero Dios es indivisible, siendo simple. La
simplicidad no contradice su modo de existir en tres Personas. La doctrina de la
Trinidad o Trinidad no requiere tres esencias sino una esencia simple de deidad
que es en cada una de las tres Personas en su totalidad o plenitud (Colosenses
2:9) No decimos que el Ser Divino está compuesto de tres Personas, sino que la
esencia simple existe en Tres Personas.
B. LA UNIDAD DE DIOS Y SU UNICIDAD
Se puede decir que el mensaje del Antiguo Testamento es la unidad de Dios. Con
la repetición de esta verdad, atestiguada con milagros y manifestaciones (Éxodo
19 y 20, por ejemplo), Dios deseaba guardar la lealtad de Israel y separar a su
pueblo de la idolatría. Deuteronomio 6:4 llegó a ser la síntesis del judaísmo
(Marcos 12:29)
Es uno solo, indivisible, y también único, que no hay otro como Él en todo el
universo, ni puede haber jamás. Así al hablar de la esencia o substancia Divina
decimos que es uno, único y simple; al hablar de su Personalidad, decimos que
existe en tres Personas.
Hebreos 1:1
Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo
a los padres por los profetas.
♦6 Por los milagros hechos y por su Espíritu que vino sobre hombres escogidos
para ciertos propósitos en el plan de Dios.
El uso de nombres plurales con verbos singulares (Génesis 1), pronombres plurales
o singulares con verbos singulares, o nombres singulares o en combinación como
en Josué 22:22, abre el camino para la manifestación posterior de las tres
Personas que constituyen la Deidad.
Génesis 18 y 19, donde Abraham recibió a los tres extraños, dos de los cuales
resultaron ser ángeles, pero el Otro es llamado Jehová, aunque se veía en forma
humana (Génesis 19:27), y recibió la adoración y las oraciones del patriarca,
contestando con la autoridad de Dios mismo. En el Salmo 45 leemos de dos
Personas llamadas Dios.
Salmo 45:6-7
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de
tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió
Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.
Una lectura del v. 6 junto con el 7 prueba que son dos Personas llamadas Dios.
Vemos, entonces, que el Antiguo Testamento revela un solo Dios, único, eterno e
infinito, pero que se manifiesta a los hombres de varias maneras.
El primer pasaje que debe citarse, por la magnitud de su alcance, es el prólogo del
Evangelio de Juan (1:1-18). Esta referencia tiene que ver con la naturaleza trina de
la Esencia Divina, tanto como con la manifestación triple de la Deidad. Luego los
pasajes que cuentan la historia de la Encarnación, el nacimiento del Hijo de Dios
(Mateo 1:18-23; Lucas 1:30:35). Aquí vemos referencias a Dios, a Emanuel y al
Espíritu Santo, la virtud del Altísimo.
Más tarde, antes de ascender al cielo, el Señor dio una fórmula para que sus
siervos la usaran en el bautismo: "Bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo".
En la historia del día de Pentecostés (Hechos 2), vemos otra vez referencias a las
tres Personas de la Deidad. Primero el Espíritu Santo vino sobre los discípulos en
Jerusalén como el Señor Jesús profetizó que el Padre le enviaría. Luego dio
poderes sobrenaturales a los discípulos probando que era Dios.
I Corintios 12:3
Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama
anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu
Santo.
Aquí las tres Personas divinas son nombradas en el v. 3 y en el resto del capítulo
se explica que el Espíritu da dones a cada creyente, pero es el mismo Dios que
obra todas las cosas en todos.
La oración de despedida que el apóstol Pablo usa el fin de su segunda carta a los
Corintios, quedarían sin sentido si no hay Trinidad.
II Corintios 13:14
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu
Santo sean con todos vosotros. Amén.
Capítulo 7
Juan 6:38-40
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad
del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que todo
lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el días postrero. Y
esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y
cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Mateo 18:14
Así, no es la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos, que se pierda
uno de estos pequeños.
En la oración modelo llamada comúnmente "El Padre Nuestro", Jesús enseñó a los
suyos a orar: "Sea hecha tu voluntad".
Para Cristo, el hacer la voluntad de Dios era su comida (Juan 4:34). Además dijo:
"Mi Padre... mayor que todos es..." (Juan 10:29); y "Para Dios todo es posible"
(Mateo 19:26). Jesucristo nos enseñó que el Padre Celestial es soberano, con una
voluntad propia.
A. LA VOLUNTAD DE DIOS
Como hemos visto, Dios es Espíritu personal, perfecto, inteligente y omnipotente,
de modo que tiene voluntad. El hecho de que el universo existe es prueba para el
creyente de que Dios tiene voluntad y la ejerció en la creación. Por cierto no sería
una Personalidad perfecta si no tuviera voluntad, ni su inteligencia, sabiduría,
potencia, tendrían razón de ser sin la voluntad. Las Escrituras declaran repetidas
veces que es así, aún atribuyendo voluntad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
separadamente.
Juan 1:13
Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, sino de Dios.
Génesis 1:3
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Salmo 135:6
Todo cuanto quiso Jehová, ha hecho en los cielos y en la tierra.
Lucas 22:42
Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino
la tuya.
Mateo 8:3
Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su
lepra desapareció.
I Corintios 12:11
Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada
uno en particular como él quiere.
Deuteronomio 29:29
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios: mas las reveladas son
para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas
las palabras de esta ley.
I Corintios 2:10
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.
B. LA SOBERANÍA DE DIOS.
I Crónicas 29:11-12
Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el
honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas.
Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la
gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu poder, y en tu mano el
hacer grande y el dar poder a todos.
Dios es nuestro Dueño por derecho de habernos creado; porque nuestra vida
depende de El para su sostén; porque Él nos ha redimido (vuelto a comprar); y
porque Él es juez delante de quien cada uno, al fin, dará cuenta de sí.
No hay nada fuera de Dios que puede fijar límite a su soberanía, pero todos los
demás atributos afectan a este atributo. El Señor no puede usar su autoridad para
cosas indignas o que no conduzcan al mayor bien eterno de sus criaturas y a la
gloria del Dios Soberano. Él es amor perfecto, y Él es Justo, de modo que sus
decretos soberanos son siempre correctos y en conformidad con todo el carácter
divino.
Por "los decretos divinos" queremos decir el plan de Dios para todo lo creado.
Daniel 4:35
Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace
según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y
no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?.
Efesios 1:11 y 12
En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al
propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin
de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente
esperábamos en Cristo.
Hemos estudiado hasta aquí que la esencia y la naturaleza de Dios como existe en
sí mismo. Ahora estudiaremos lo que es revelado acerca de los pensamientos y
propósitos de Dios en relación a sus obras.
Las Escrituras revelan la verdad de los decretos divinos, que todo lo que pasa es
conocido por Dios desde la eternidad; que Él tiene un plan para este mundo y lo
está llevando a cabo; pero que Él ha incluido en su decreto la manera de contestar
la oración. En el libro de Job y en otras referencias aprendemos que las
oposiciones de Satanás al plan de Dios son controladas por Jehová y conducen a la
bendición futura de los siervos del Señor.
En los pasajes citados arriba vemos que Dios acepta la responsabilidad de haber
creado al mundo, incluso al hombre, con todas sus posibilidades, inherentes o
adquiridas, para hacer bien o para hacer mal. Con la libertad para pecar vienen las
amonestaciones y amenazas de castigo, probando que el pecado no es una parte
necesaria del universo.
Juan 6:37
Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo
fuera.
Juan 17:6
He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos
eran, y me los diste, y han guardado tu palabra
El mismo Señor Jesús supo quien era y la misión que el Padre le había dado que
cumpliese. Escogió a los doce apóstoles aún sabiendo de antemano que uno de
ellos le había de entregar, otro negarle y todos abandonarle en la hora de la
prueba.
Predestinación
El gran Agustín es acreditado por ser el primero en escribir con alguna amplitud
sobre el asunto, ser "el padre del Calvinismo" y resaltar la gloria de Dios como el
punto de partida en el razonamiento. Antes de Agustín, la Iglesia, como los judíos
habían hecho, ponía énfasis en el albedrío y la responsabilidad del hombre para
defender estas verdades.
Así la Iglesia Primitiva enseñaba que el consejo de Dios consistía en su presciencia,
más la determinación de galardones o de castigos según Él sabía de antemano iba
cada uno a merecer. En otras palabras, en elegir sólo a los que iban a creer.
Agustín escribió (428 a.D) que la predestinación no es por mérito ni dignidad, sino
de pura gracia; no por medio de la fe sino para la fe. "No son elegidos porque han
creído, sino a fin de que crean".
Cuando vino el teólogo Pelagio a Roma cerca del año 405, quedó asombrado de la
falta de moralidad o santidad. Oyó las enseñanzas de Agustín y le parecía que
echaban la culpa sobre Dios por la inmoralidad. Reaccionando, Pelagio empezó a
enseñar enérgicamente la responsabilidad del hombre, llegando a decir que cada
hombre hoy día tiene la capacidad de hacerse santo o perdido, según quiere, por
cuanto Dios le ha dotado así. El punto decisivo que trajo la condenación
eclesiástica de Pelagio fue su enseñanza de que el hombre por sí mismo toma la
iniciativa y la voluntad humana es el factor determinante en la salvación del alma.
La iglesia Católica Romana, no tiene una posición oficial sobre estas creencias.
Teóricamente pretende enseñar exactamente lo que los "Padres de la Iglesia"
escribieron, pero eso significa mucho por cuanto hay demasiada divergencia entre
lo escrito por ellos. La "Suma Teológica" (I-848) cita el concilio de Valent: "En la
elección de los predestinados, la misericordia de Dios precede al mérito bueno... A
nadie predestinó a mal".
Las Iglesias Presbiterianas, aunque así nombradas por la forma de gobernarse, son
llamadas calvinistas. Enseñan todas las doctrinas de la predestinación, la elección y
la reprobación.
Hay varias iglesias arminianas hoy, como las Metodistas, las Asambleas de Dios,
las del Nazareno, las Bandas de Peregrinos, las de la Santidad, etc. Esto se reduce
a decir que estas iglesias no creen en la doctrina de la perseverancia de los santos,
sino que afirman que es posible ser salvos y después caer en el pecado y perder
totalmente la salvación.
La Biblia tiene mucho que decir en relación al libre albedrío del hombre junto con
su responsabilidad personal por sus decisiones.
Romanos 14:12
De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
II Corintios 5:10
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba
en cuerpo, sea bueno o sea malo.
Hebreos 9:27
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una vez, y
después de esto el juicio.
Al hablar de la salvación, en todas partes se lee que es salvo aquel que cree que
Dios le da la vida eterna. Cada alma tiene que ejercer una fe propia si desea ser
salva (Marcos 16:16; Juan 3:16; 8:24,) Cualquiera sea nuestra interpretación de
las referencias acerca de los decretos de Dios, no se puede pasar por alto esta
verdad igualmente enseñada: el individuo puede escoger, es libre para decidir y
responsable por la elección que hace (Juan 3:36)
La Escritura también declara que Dios tiene un plan para este mundo que incluye
hasta los detalles más insignificantes. El Padre celestial conoció todo en su
presciencia y está llevando adelante sus propósitos eternos.
Romanos 8:28-29
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que
antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la
imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Efesios 2:10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuáles Dios preparó de antemano para que anduviesemos en ellas.
Efesios 1:4-5, 11
Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuesemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según
el puro afecto de su voluntad... en él asimismo tuvimos herencia, habiendo
sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según
el designio de su voluntad.
Tal vez el versículo por excelencia para exponer los dos lados del "enigma" es
Hechos 2:23, donde el apóstol Pedro dice: "A éste, entregado por determinado
consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de
los inicuos, crucificándole". Aquí declara al apóstol inspirado que Dios en su
presciencia y consejo determinado decretó y efectuó su voluntad de que su Hijo
fuese entregado a la muerte, pero los hombres que llevaron a cabo este hecho
conocido y determinado de antemano por Dios fueron culpables de una gran
iniquidad.
Capítulo 8
Mateo 6:25-26
Por tanto os digo: no os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué
habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir... Mirad las aves
del cielo... Vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho
más que ellas?
Isaías 55:9-11
Como son más altos los cielos que la tierra así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino
que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra
y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí
vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que
la envié.
El Señor Jesús dijo: "Vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos" (Mateo 5:45) La
Biblia enseña, pues, que Dios piensa en los hombres; que sus bondades para con
ellos son según su plan y voluntad, no por obligación, y que Él toma en cuenta la
manera en que sus beneficios son recibidos. En Hebreos 12:5-11 aprendemos
que Dios castiga a los creyentes para su bien espiritual. Santiago nos dice que las
tentaciones o pruebas de nuestra fe deben causarnos gozo porque obran la
paciencia.
Pero, ¿será que todo lo que pasa en la vida del creyente es ordenado por Dios? La
Providencia Divina sí incluye todo, pero no siempre domina del mismo modo. Dios
no cambia en cuanto a su carácter o a su plan o propósito, pero lleva esto a cabo
por medio de su obra sobre nuestras mentes y voluntades. Hay veces que Él
quisiera bendecirnos pero no lo hace porque no desea violar nuestro libre albedrío,
obligándonos a cumplir insinceramente nuestro deber. Antes nos permite escoger
el faltar, sufriendo las consecuencias (Mateo 23:37-39)
Empezando con el concepto cristiano de que Dios todo lo ve, todo lo sabe, y todo
lo puede, estamos razonablemente obligados a creer que la providencia divina
incluye cada detalle de la vida, o sea, de la historia del hombre.
Al mismo tiempo, por las Escrituras y por la experiencia sabemos que cada
persona toma sus propias decisiones y se regocija o sufre según lo que escoge. No
sólo conoce Dios nuestros hechos pasados y futuros, sino también nuestros
pensamientos y motivos para cada acto, de modo que nos hace responsables de
ellos, aunque Él supo lo que íbamos a hacer.
En la profundidad del carácter del Trino Dios está el punto focal donde estas dos
verdades (la soberanía divina y la responsabilidad humana) se encuentran. Hoy
están escondidas de nuestra vista, pero algún día lo que hoy es misterio será tan
manifiesto como el sol del mediodía.
A. LA PRESERVACIÓN
Por la doctrina de la preservación queremos decir que el mismo Dios, por medio
del ejercicio continuo de la energía divina sobre la materia y el espíritu, mantiene
en existencia todas las cosas que Él ha creado, junto con sus propiedades y
poderes. No es negativo: que el Creador sólo se exime de destruir lo que creó. Es
positivo: constantemente Dios está sosteniendo el Universo (Hebreos 1:3;
Colosenses 1:17)
Todo lo que existe tiene ser porque Dios lo preserva. La materia, la energía, el
movimiento, todo tiene su origen en Dios. No existe por sí mismo. Es Dios también
quien lo sostiene cada momento, porque sin su agencia y poder no podría
continuar.
Nehemías 9:6
Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo
lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas
estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
Salmo 36:5-6
Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las
nubes. Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande.
Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.
B. EL GOBIERNO DIVINO
1. El universo físico: Génesis 8:22; I Samuel 7:12; Job 9:5-7; 37:6-13; 38:12-35.
2. El reino animal: Job 12:23; Salmos 104:21, 28-29; 147:9; Mateo 6:26; 10:29.
3. Las naciones de la Tierra: Job 12:23; Salmos 22:28; 66:7; 75:6-7; Isaías
10:5-7.
Otra manera muy instructiva para dividir las distintas fases del Gobierno Divino, es
la siguiente:
a. Preventivo
El uso divino de la Palabra, el Espíritu Santo, la conciencia, la aflicción, los padres,
el gobierno, las leyes y la opinión pública para impedir tanta maldad. Génesis 20:6;
31:24; Salmos 19:13; 119:67; Oseas 2:6; Hechos 26:11-14; I Corintios 11:30:32.
b. Permisivo
La licencia dada para lo que no prohíbe, pero restringe o limita. Deuteronomio.
8:2; II Crónicas 32:31; Job 1:12; 2:6; Salmos 76:10; 8:12-13; 124:2-3; Oseas
4:17; Hechos 14:16; Romanos 1:24, 28; I Corintios 10:13; II Tesalonicenses 2:7;
Apocalipsis. 20:2-3.
c. Directivo
La conducción de los hombres sin que ellos estén conscientes de tal influencia o
dirección. Génesis 50:20, II Reyes 19:28; Salmo 76:10; Isaías 10:5; 45:1-6; Juan
13:27; Hechos 4:28; Romanos 9:17; II Corintios 8:16; Apocalipsis 17:17.
d. Determinativo
La operación de Dios en hacer cumplir su voluntad eterna, aun por medio de una
interposición directa si es necesaria. Esto no es el "fatalismo" o destino, ni
tampoco la ventura o casualidad, sino el cuidado del Padre Celestial y la Sabiduría
del Dios eterno. Hechos 14:17; Romanos 2:4; Romanos 8:28; Hebreos 12:10-11;
Tito 2:14: I Pedro 2:9; II Pedro 3:9; Efesios 3:9-10; 5:25-27; Isaías 48:11; Hechos
9:3-4, 6, 15; 5:18-20; 8:1, 4; el libro de Esther.
C. LOS MILAGROS
D. LA ORACIÓN
Dios oye y contesta las oraciones de sus hijos. Hace milagros cuando es para su
gloria, para contestar las peticiones de los creyentes. Pero ningún agricultor pide
de Dios buena cosecha y luego rehusa arar, sembrar la semilla y cultivar las
plantas. Ningún artesano pide prosperidad y deja de ir a su taller. ¿Por qué,
entonces un predicador pide un buen sermón inspirado del cielo, y luego deja de
estudiar la Biblia? O, ¿porqué debe un enfermo pedir la sanidad y no hacer lo que
puede para cuidarse? Como hemos dicho, en su providencia Dios obra sobre
nuestros ánimos, obrando según su amor y plan, pero sin quitar de nosotros
nuestra responsabilidad. El cristiano que no ora es semejante a un hijo que rehusa
hablar a su padre.
¿Qué lugar tiene la oración en un mundo donde Dios gobierna todo lo que pasa?
La oración en todas sus partes (la adoración, la comunión, acciones de gracias, la
intercesión y la plegaria) es otra prueba de que estamos gobernados por un Dios
personal y no por una ley inexorable, arbitraria e impersonal.
El Padre celestial oye los ruegos de sus hijos y el Creador ve las miserias de sus
criaturas. Por ser un Dios misericordioso y amante, Él ha ordenado que la oración
tenga una parte muy importante en el mundo. Él es compasivo, que quiere decir
que sufre con nosotros. De manera que sabemos que no es indiferente a nuestras
necesidades, deseos y plegarias, sino que se complace en ser nuestro Padre quien
provee todo lo que sus hijos han de menester.
La oración es una realidad, y Dios puede contestarla por cuanto Él gobierna todo,
habiendo hecho provisión para la oración en su economía celestial y terrenal. La
oración debe ser hecha con fe (Hebreos 11:6), al Padre (Juan 14:13), en el
nombre del Hijo (Juan 14:14), por el Espíritu Santo (Efésios 6:18; Romanos
8:26-27). Hay algunas condiciones que deben ser cumplidas (Juan 15:7; Santiago
1:6; 5:14; Salmo 66:18).
Capítulo 9
- LA PATERNIDAD DE DIOS
El Señor Jesucristo enseñó a sus discípulos a orar, diciendo: "Padre nuestro que
estás en los cielos..." (Mateo 6:9-13; Lucas 11:2-4), sin que nadie se haya dado
por ofendido. Pero cuando Él habló de Dios como su propio Padre, los judíos
querían apedrearle por blasfemia, diciendo que Él, siendo hombre, se hacía Dios
(Juan 10:29-33) En Juan 5:17-18, los judíos dijeron que se hacía igual a Dios,
porque a su Padre llamaba Dios. También guardaba una distinción entre su propia
relación con Dios y la de los hombres, al decir: "Subo a mi Padre y a vuestro
Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Juan 20:17). En Mateo (11:27) el Salvador
reclamó para sí un conocimiento único del Padre, además de una relación especial
con Él.
En las Epístolas hay varios versículos donde los nombres Dios y Jesucristo, o Padre
e Hijo, son unidos de una manera muy estrecha. No confunden las Personalidades
pero su igualdad es absoluta.
II Juan 1:3
Sea con vosotros gracia, misericordia, y paz de Dios Padre y del Señor
Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.
Gálatas 1:1,3
Pablo, apóstol (no de los hombres, ni por hombre, sino por Jesucristo y por
Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)... Gracia y paz sean a vosotros,
de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo.
I Tesalonicenses 3:11
Mas el mismo Dios y Padre nuestro y nuestro Señor nuestro Jesucristo, dirija
nuestro camino a vosotros.
II Tesalonicenses 2:16
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cuál nos amó y
nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia.
Dios es uno, indivisible, pero que subsiste en tres Personas. Es una sola esencia,
con muchos atributos o perfecciones, de manera que cada una de las tres
Personas posee todos los atributos de la esencia.
No hay una esencia separada de la personalidad o de las tres Personas, sino que la
misma esencia es Trina. Las Escrituras reconocen al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo, con sus nombres diferentes, como distintos sujetos en la Única esencia
divina.
A. Dios el Padre
Efesios 3:14-15
Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, de
quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.
2. Dios, como Padre, engendró al Hijo, quien es su misma esencia Divina. Véase
Juan 5:21-23, 26; Colosenses 1:15; Hebreos 1:3.
En Isaías 9:6, dice: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado", dando a
entender que el Niño a que se refiere es ya un Hijo y que es dado al mundo por
Aquel que tiene en Sus manos los manantiales de la vida. Esto nos da base para
interpretar varios otros versículos como refiriéndose a la generación eterna del Hijo
y no al nacimiento virginal.
En Job, capítulos 38 a 41, vemos muchas pruebas del cuidado que Dios tiene como
Padre sobre la creación física.
No sólo dice la Biblia que Dios creó los cielos y la tierra, sino que es llamado: "El
Padre de las luces" (Santiago 1:17); y el "Padre de los espíritus" (Hebreos 12:9).
Los ángeles son llamados "Hijos de Dios" (Job 38:7; 1:6; 2:1) Malaquías 2:10 hace
la pregunta: "¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo
Dios?" En Hechos 17:28, 29 el apóstol Pablo da la razón al poeta que dijo: "Porque
linaje suyo somos".
Hay entonces, sentido en que Dios es el Padre sobre lo espiritual y sobre toda la
humanidad. Su paternidad sobre los hombres en general no es igual a su relación
con los creyentes en Jesucristo, como veremos. Pero Él creó a todos y hace que su
sol salga sobre buenos y malos. Juan 8:44 prueba que no todos son hijos
espirituales de Dios, pero aún la energía con que los incrédulos pecan viene de
Dios, aunque es abusada.
Éxodo 4:22
Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito"
Oseas 11:1
Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Se ve aquí el lugar que tienen los pactos en el plan de Dios. Su pacto con Israel, a
través de Abraham, nos prepara para comprender el Evangelio.
4. Su Paternidad Sobre Todos Los Que Creen En Él
Esto significa que el alma que recibe a Cristo en la manera en que Él se ofrece,
que es el Hijo de Dios para ser el Señor de la vid, y Salvador para redimir del
pecado (su poder tanto como su pena), ya es realidad un hijo de Dios con los
privilegios y derechos inherentes en ese parentesco. Juan 1:13 dice que tal
persona tiene un nacimiento que no es por la voluntad humana ni por proceso
carnal, sino de Dios.
Al creer uno en Jesús de Nazaret como el Hijo Unigénito de Dios, y al poner toda la
confianza en Él como el Salvador del alma, en seguida Dios le da una vida nueva y
eterna, la misma vida de Dios. Es lo mismo que decir que Dios le da el Espíritu
Santo para estar en él, y eso constituye la regeneración o el nacimiento espiritual.
El apóstol Pedro (I Pedro 1:3-5 y 23) también nos ayuda en esto, explicando que
es Dios mismo quien reengendra por su Palabra o verdad. Dios dice que para
aquel que confía sinceramente y plenamente en Cristo recibiéndole en su vida
como único Salvador y Señor, Él efectuará el milagro espiritual de reengendrarle,
dándole la vida espiritual y eterna.
Aquel que cree, sin dudar, sin mirar a sus propios sentimientos sino a la Palabra de
Dios que no puede mentir, sabrá que es salvo. Tal vez en el acto no tendrá más
sentimientos que cuando nació en la carne, pero más tarde tendrá pruebas
convincentes de que ya posee la vida espiritual (Gálatas 3:26).
Juan 10:9
Yo soy la Puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos.
Esta ilustración tomada de la vida del pastor con su rebaño de ovejas, hace que
este versículo sea muy precioso. El corral o aprisco en el oriente no tenía puerta de
hoja de madera, sino que el mismo pastor, o el portero en el caso de varios
rebaños y pastores juntos, se acostaba en la abertura o puerta. Por la mañana
cada pastor llamaba a sus ovejas y les llevaba a los buenos pastos. Así Jesucristo
no sólo nos salva, sino que nos cuida día y noche para siempre.
Romanos 8:28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.
Romanos 8:32
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Gálatas 4:6
Por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo.
Véase también Lucas 11:11-13; Mateo 6:25-34; I Pedro 5:7; y todo lo que se dijo
en cuanto a la Providencia divina antes. El Padre Celestial ejerce constantemente
su Paternidad a favor de los suyos aquí en la tierra, hecho que infunde en el
cristiano un amor filial tanto como un espíritu de agradecimiento y de adoración.
Dios siempre ha sido Hijo, tanto como Padre y Espíritu Santo. Si Jesucristo existió
antes de la fundación del mundo, ¿cuánto sabemos acerca de su vida y actividades
en esa época tan remota cuando sólo el Trino Dios existía? Por Juan 17:5
sabemos que el Hijo estaba con el Padre en gloria, que participaba de la majestad
divina.
También en el versículo 24 del mismo capítulo 17 de Juan vemos que el Padre
amaba al Hijo antes de la fundación del mundo. ¿Cuál era el propósito y el plan de
Dios antes de crear todas las cosas? De II Timoteo 1:9 se ve que ese propósito
tuvo que ver con Jesucristo y la gracia hacia los hombres que iban a recibir la vida.
I Pedro 1:18-20 enseña que la redención por la sangre de Jesucristo fue parte
íntegra del plan eterno. Hebreos 10:4-9 nos dice que la venida del Hijo a la tierra
en cuerpo para hacer un sacrificio perfectamente eficaz, fue completamente
voluntaria de parte del Señor. Es se ofreció y después cumplió. Efesios 1:3-5 y
Tito 1:2 explican que, en la eternidad pasada, el plan divino abrazaba todos los
resultados de la salvación que Jesucristo efectuaría.
En la conferencia que hubo entre las tres personas de la Deidad, ellos convinieron
en la parte que cada uno llevaría a cabo en los planes para el universo. En todo, el
Hijo sería la manifestación visible de la Esencia Divina, haciendo la obra de la
creación, sosteniendo Él todo, juzgando todo y finalmente heredando todo.
2. Jesucristo en la Creación
Juan 1:3
Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho,
fue hecho.
Aquí tenemos la declaración positiva de que el Verbo Eterno ha hecho todas las
cosas. Esto nos habla del Señor Jesucristo mismo como el Creador y no
simplemente como un agente o instrumento del Padre. Jesucristo fue la causa
eficiente en la creación. Juan 1:10 dice que el Señor Jesús estaba en el mundo
que fue hecho por Él. Leyendo juntos Génesis 1:1, Juan 1:3 y Hebreos 1:10 es
imposible ignorar que la Biblia presenta al Señor Jesús como el Creador divino.
Jesucristo no sólo creó todo, sino que fue constituido Primogénito o Jefe para
gobernar y heredar (Hebreos 1:2-3). En Romanos 8:29 Cristo es llamado "El
Primogénito entre muchos hermanos", no por ser el primer redimido, sino el
Redentor que abrió el camino para que nosotros podamos ser sus hermanos.
Colosenses 1:18 dice que es la cabeza del cuerpo -la iglesia- por ser el principio,
el primogénito de los muertos, para que en todo Él tenga la preeminencia.
Entonces el primogénito es Cabeza y el Preeminente en todo. Colosenses 1:16
dice que Jesucristo hizo todo lo celestial y lo terrenal, y que todo es para Él.
Ciertamente aquí la primogenitura es explicada: el Primogénito es la Causa, el
Objeto, el Antecedente, la Cabeza, el Principio y el Preeminente, por quien todas
las cosas subsisten.
Capítulo 10
- LA DEIDAD DE JESUCRISTO
Entre los orientales los nombres de las personas servían a menudo para revelar el
carácter de la persona además de identificarle. Los nombres y títulos usados en la
Biblia para Jesucristo prueban su deidad. Aquí solamente consideramos a aquellos
que tienen más que ver con su deidad. Él mismo usó frases metafóricas para
explicar en parte su carácter y su misión.
Juan 6:41
Yo soy el pan que descendió del cielo.
Juan 10:9
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos.
Juan 10:11
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Juan 14:6
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 15:5
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Apocalipsis 1:8
Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y
que ha de venir, el Todopoderoso.
Apocalipsis 3:14
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y
verdadero, el principio de la creación de Dios.
Apocalipsis 22:13
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
Este nombre tal vez es el mejor para considerar primero, porque revela el oficio
tanto como el carácter divino de la Segunda Persona de la Deidad.
Hay muchas referencias a este "Ángel de Jehová" que prueban que es el mismo
Jehová, una manifestación visible de la Deidad antes de la encarnación. La primera
vez que es mencionado es en Génesis 16:7-10, 14, y se ve que Agar, habiendo
hablado con el Ángel de Jehová, había hablado con el mismo Jehová.
Jueces 2:1-2 donde el Ángel de Jehová dice que fue Él quien hizo subir a los
hebreos desde Egipto a a la Tierra Prometida. La relación hecha en el capítulo 18
de Génesis de la visita de los tres varones a Abraham es muy interesante. Dos de
ellos resultaron ser los ángeles que sacaron a Lot y a sus hijas de la destrucción de
Sodoma. El otro fue Jehová mismo, haciendo lo que sólo Dios pudo hacer:
contestar la oración, y decidir la suerte de una ciudad.
Este nombre, "El Ángel de Jehová", está de acuerdo con todo lo demás que hemos
aprendido acerca de la Segunda Persona de la Deidad. Él es Aquel que revela a
Dios. Como en el hebreo la voz "ángel" es la misma palabra, "mensajero", es muy
propio que el Señor tenga por oficio ser el Ángel, Mensajero, Revelador de la
Deidad.
Jehová, Dios
Las profecías acerca del Mesías prueban que era este mismo Jehová quien venía a
la tierra, primero para salvar por medio del sufrimiento y después para reinar. Los
judíos, especialmente los rabinos, sabían que "el Cristo" había de ser divino:
Mateo 26:63
Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que no digas si
eres tú el Cristo, el Hijo de Dios!
También hay pasajes que hacen referencia a la nueva relación de Jesucristo con
Padre debido a su resurrección. Ahora Hijo y Primogénito entre muchos hermanos
(Hechos 13:33; Hebreos 1:5-6; Romanos 8:29; Colosenses 1:15, 18)
El título "Hijo del Hombre" fue el más favorecido por el Señor mismo. Fue usado
30 veces en el Evangelio de Mateo; 15 veces en Lucas, 12 veces en Juan y se
encuentra en Hechos 7:56; Apocalipsis 1:13 y 14:14; y Daniel 7:13. También se
usa en Salmo 8:4 y en Ezequiel, pero sin designar a Jesucristo. A veces este
nombre hacía énfasis en su naturaleza humana (Marcos 2:27-28; Juan 5:27, 51,
62), especialmente a su pasión, muerte y resurrección (Mateo 17:22, 20:18-19,28;
12:40)
El Señor Jesucristo
a. El nombre: "Jesús"
Este nombre más o menos común entre los hebreos, es llamado el nombre
humano del Salvador. Es griego, mientras el hebreo lo usa en varias formas:
Josué, Jesuá, Jesúa, Oseas, etc. (Josué 1:1; Zacarías 3:1; Esdras 2:2; Números
13:8, 16-17; Deuteronomio 32:44)
b. El título: "Cristo"
El nombre "Cristo" fue usado primero para el Señor como sustantivo común con el
artículo, pero gradualmente se desarrolló hasta llegar a ser sustantivo propio, y fue
usado sin el artículo "El".
Hay referencias donde es usado claramente para designar la deidad (Mateo 16:16;
Juan 6:69; Hechos 18:28). Conforme a estos significados, hay veces en que los
nombres, usados justos, llaman la atención por su orden. "Jesucristo" pone énfasis
en la humanidad (Mateo 1:1, 18; Juan 17:3, Hechos 3:6, Romanos 5:15), y "Cristo
Jesús" en la deidad del Salvador (Romanos 6:11, 23, 8:39; I Corintios 1:2; II
Corintios 2:14)
Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo,
dado a los hombres, en el cual podemos ser salvos.
El que dijo: "Si no creyereis que yo soy, en vuestros pecados moriréis" y "Nadie
viene al Padre sino por mí" (Juan 8:24 y 14:6), necesariamente tiene que ser
personalmente el Objeto de la fe y la adoración de sus discípulos. Él ha de ser
digno de tal culto, y si tuviera en su vida o carácter la menor falla, si en su hablar
hubiera una sola palabra torpe, o en su obra un solo fracaso, luego no sería Dios y
por lo tanto no habría salvación ni cristianismo verdadero.
1. Jesucristo es Eterno
2. Jesucristo es Omnipresente
3. Jesucristo es Omnisciente
c. Él conoce los más íntimos pensamientos de los hombres (Lucas 5:22; 6:8;
11:17, 22; Hechos 9:11-12; Juan 2:24-25)
4. Jesucristo es Omnipotente
e. Todas las cosas (Mateo 28:18; Efesios 1:20-23; Hebreos 1:3; Apocalipsis
1:8)
5. Jesucristo es Inmutable
Hebreos 1:11-12; 13:8. Esto significa que en Él no hay cambio de sus promesas,
planes, propósitos o Persona.
3. Él juzgará