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Doctrina de Dios

Capítulo 1

EL ESTUDIO DE LA DOCTRINA
El Señor Jesucristo dijo: "Mi doctrina no es mía sino de Aquel que me envió"
(Juan 7:16). Cuando acabó de predicar el "Sermón del Monte", las gentes "se
admiraban de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad"
(Mateo 7:28-29). También Él exhortó a sus discípulos a que se guardasen de la
levadura, o sea de la doctrina errónea, de los fariseos (Mateo 16:6, 11-12).

Para enseñar como distinguir entre la doctrina verdadera y la falsa, Jesús dijo:

Juan 7:16-17
Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me
envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de
Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

Es verdad que en estos casos la voz doctrina significa enseñanza, pero se ve que
lo enseñado es lo que se cree y se practica en la vida.

La primera proposición asentada aquí es que hay un Dios vivo quien se ha


revelado a los hombres. No sólo estaba vivo en los días en que Jesucristo se
hallaba en la tierra como hombre, sino que estará eternamente vivo y dispuesto a
sostener o apoyar su revelación. En otras palabras, Dios tiene relaciones
personales con los hombres; puede hablarles de una manera inteligible y
razonable, mientras conoce y juzga los motivos y las actitudes con que oyen.

La segunda proposición inescapable en estos versículos es que la doctrina cristiana


tiene un origen celestial: viene de Dios. La segunda Persona del Trino Dios,
viviendo aquí en el mundo como un ser humano perfecto, dijo que su doctrina era
de Aquel que le envió.

Por tercera proposición tenemos el triste hecho de que hay maestros religiosos en
el mundo que pretenden enseñar la verdad, pero cuyas doctrinas son perniciosas y
de las cuales los discípulos de Cristo deben guardarse escrupulosamente. Los
hombres no están obligados a cumplir con la verdad de Dios por una fuerza
interior inescapable, sino que en sí son capaces de conocerla, quedando
responsables ante ella.

Es significativo que el Maestro divino usó la palabra "levadura" (tal vez sinónimo
de pan) para representar la voz doctrina. Como la levadura en la masa penetra
totalmente, dándole mayor gusto, haciendo que sea no sólo más fácil de digerir,
sino que tenga mayor valor nutritivo, así la doctrina, sea buena o mala, leuda toda
la vida de un hombre, por decirlo así, y le es como pan para su espíritu.

Cuán importante es, entonces, que dejemos atrás la vieja levadura de "Egipto", y
que nuestra masa o cuerpo de doctrina está compenetrada del Señor Jesucristo,
sin nada de la levadura o corrupción del error o de la mundanalidad. (I Corintios
5:6-8 y Mateo 13:33). ¡Que su Espíritu obre en nosotros con su poder silencioso,
invisible, misterioso, pero penetrante!

A. Definición de Doctrina

El Diccionario de la Real Academia Española dice que doctrina quiere decir:

1. Enseñanza que se da para instrucción de alguno;


2. Ciencia o sabiduría;
3. Opinión de uno o de varios autores en cualquier materia;
4. Plática que se le hace al pueblo, explicándole la doctrina cristiana.

Acatando la segunda definición, la ciencia es el conocimiento cierto de las cosas


por sus principios y causas y esos conocimientos metódicamente ordenados. Se
puede definir, entonces, la doctrina cristiana, como el conjunto ordenado de las
cosas conocidas con certeza acerca de Dios y sus relaciones con sus criaturas. La
doctrina es todo lo que se sabe de Dios.

B. La Necesidad De Estudiar La Doctrina

En la naturaleza, Dios no ha puesto la flora y la fauna en orden científico


catalogado, sino variado, mezclado, para que sea hermoso y atractivo siempre, en
vez de monótono y fastidioso. La vida de cada persona, tanto como de las
naciones, es, como el tiempo, muy variada, porque así nos ha hecho Dios.

No es extraño, entonces, que la revelación de Dios, sea en la Naturaleza, sea en la


Providencia, sea en la Biblia, se halle en forma variada, necesitando cierto estudio
o contemplación para poder colocar los conocimientos en orden lógico. En la Biblia,
Dios se revela por la vida, por la historia, por su Providencia relatada en forma que
todos puedan comprenderla. Todo hombre, entonces debe leer la Palabra
inspirada, y a través de sus páginas encontrar a Dios y su voluntad.

La religión se define como "el conjunto de creencias o dogmas acerca de la


divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales
para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la
oración y el sacrificio para darle culto".
La religión de un hombre es su vida en relación con su Dios: el culto que le ofrece,
sus oraciones, su observación o restricción de ciertas acciones o prácticas por
causa de sus creencias acerca de lo que agrada a Dios. En un sentido la religión
afecta la vida a cada paso, pero es más aparente cuando se ocupa en rendirle a su
Dios el homenaje acostumbrado. La religión cristiana es la verdadera, por cuanto
presenta correctamente al Dios único y verdadero, y enseña las prácticas que son
de acuerdo con lo revelado por Dios, en sus relaciones con el hombre.

El estudio de la doctrina cristiana nos esforzamos a poner en orden las verdades


acerca del Dios viviente y sus relaciones con los hombres. Es un estudio objetivo
que trata de realidades: Dios creador, superior e independiente del universo,
revelado principalmente en Jesucristo y la Biblia; el Espíritu Santo; Dios mismo con
nosotros desarrollando nuestro conocimiento y vida espirituales. También es un
estudio subjetivo por cuanto anotaremos las verdades que tienen que ver con
los sentimientos y la vida íntima, en lo espiritual. Dios es una realidad y la vida
cristiana es otra realidad.

El estudio de las Sagradas Escrituras en relación a estos temas debe llevar al


estudiante a un conocimiento cierto de Dios, porque conocerle correctamente es
amarle sinceramente.

C. La Posibilidad De Saber La Verdad Estudiando La Doctrina

Todo ser humano puede conocer a Dios, y el origen de esa posibilidad reside en
Dios. Sin su Existencia, nadie podrá conocerle, ni estudiar la verdad acerca de Él.
No solo existe el Ser Supremo, sino que ha hecho al hombre a su imagen y
semejanza, capacitándolo para sostener relaciones espirituales con su Creador.

Convenimos en que la fe es la base para llegar al conocimiento de Dios, pero


también la fe es necesaria para todo conocimiento. Si no tuviéramos confianza (fe)
en nuestras facultades mentales y en la habilidad de nuestra mente de juzgar y
coordinar razonablemente, no habría ninguna ciencia.

LA BIBLIA FUENTE DE LA DOCTRINA CRISTIANA

A. La Existencia De La Biblia Hoy

Primero afirmamos que la mera existencia de la Biblia hoy constituye una prueba
de que es libro divino. Alguno podría decir que su preservación a través de los
siglos es un feliz accidente de la Providencia, pero esto no satisface los hechos.
Durante los siglos en que las Escrituras iban formándose, el pueblo judío, al que
pertenecían sus autores humanos, sufría grandes desastres, derrotas, destierros y
apostasías. Sin embargo los primeros escritos no fueron perdidos ni aniquilados.

Durante los cuatro siglos entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, los judíos fueron
perseguidos y casi arruinados, pero los manuscritos de la Biblia hebrea fueron
preservados. Cuarenta años después de la ascensión del Señor Jesucristo,
Jerusalem y Judea quedaron en escombros. Se libraron, en contra de los
cristianos y de la Biblia, una serie de terribles persecuciones con la expresa
determinación de exterminar a ambos.

Los perseguidores han muerto, pero la Biblia es el libro que más se vende en el
mundo en la actualidad. Los decretos imperiales ordenando la destrucción de cada
ejemplar del Libro Sagrado no lograron su deseado efecto. Los edictos condenando
a muerte a cualquiera persona en cuyas manos se encontraba una Biblia no
pudieron hacer desaparecer este Santo Volúmen.

Por siglos antes de la Reforma, la Biblia fue despreciada y dejada en el olvido,


mientras las ceremonias y decretos eclesiásticos ocupaban toda la atención de los
fieles y de sus ministros. Por siglos era prohibido al hombre común leer la Palabra
de Dios en la lengua corriente, y la jerarquía eclesiástica trató de suprimir las
primeras ediciones impresas. Sin embargo, la Biblia sobrevivió a todo eso, y hoy se
venden más ejemplares de las Sagradas Escrituras que de cualquier otro libro.

B. Contenido De La Biblia

1. Las verdades divinas

Por revelación entendemos las verdades descubiertas que el hombre no obtendría


por medios humanos. La Biblia contiene declaraciones acerca de Dios que la razón
humana no pudiera haber ideado, como su perfecta personalidad, tres Personas en
una unidad o esencia absoluta, que creó el Universo de la nada y quien tiene un
plan de infinita sabiduría y gracia para el hombre.

Lo que dice la Escritura acerca del hombre: su origen, caída en pecado,


depravación, responsabilidad ante Dios, el juicio y destino, son cosas que el
hombre mismo no podría imaginarlas nunca ni escribirlas jamás, sin el impulso del
Espíritu de Dios.

Las declaraciones bíblicas acerca de la salvación obrada por el Padre Celestial, el


Hijo Redentor y el Espíritu Convencedor, empezada antes de la creación del mundo
para continuar en sus efectos por los siglos de los siglos, ciertamente manifiestan
un plan de sabiduría divina 2. Su Autenticidad Y Exactitud
Cuando dijo Jesucristo que "La Escritura no puede ser quebrantada" (Juan 10:35)
expresó la verdad de su exactitud, que es un libro digno de suprema confianza.
Por los siglos los enemigos de la Biblia han hecho grandes esfuerzos por
desacreditarla pero inútilmente.

Hasta la fecha no han podido impugnar ni una sola referencia a hechos históricos,
pueblos, naciones, personajes, etc. Todos estos vivieron, gobernaron o guerrearon
donde y cuando la Biblia dice, según la evidencia descubierta en las excavaciones.

3. Su Unidad Dentro De Su Diversidad

Esta obra divina, la Biblia, consta de 66 distintos libros que forman un solo texto
que es la revelación de la voluntad de Dios al hombre.

Si consideramos a Job como contemporáneo de los patriarcas, y Juan el apóstol


escribiendo al fin del primer siglo después de Jesucristo, nos da un período de casi
dos milenios para la preparación de este libro. Descontando los cuatrocientos años
entre los dos Testamentos en que no fue escrito ningún libro canónico, tenemos
dieciséis siglos en que los más o menos 40 escritores humanos escribieron la
Biblia.

C. La Vitalidad, Eficacia Y Perspicacia De La Biblia

Hebreos 4:12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada
de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

I Pedro 1:23
Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

La vida divina reside en ella. Siendo la Espada de Espíritu (Efesios 6:17) Él la usa
para redargüir o convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan
16:8-11). También la Palabra es la Simiente viva que, sembrada en el corazón
brota para la regeneración y vida eterna (Pedro 1:23; II Timoteo 3:15) Además la
fe viene por el oir, y el oir por la Palabra de Dios (Romanos 10:17).

El Salmo 119:165, dice: "Mucha paz tienen los que aman tu ley y no hay para ellos
tropiezo". El cristiano es limpiado o santificado por la Palabra (Juan 17:17-19;
15:3) y por ella crece, es fortalecido y transformado (I Pedro 2:2; Efesios 5:26; II
Corintios 3:18; I Tesalonicenses 2:13, Hechos 20:32)

Es más penetrante que una espada de dos filos; a veces corta hasta el corazón y
otras veces trae convicción (Hebreos 4:12; Hechos 7:54; Isaías 55:10-11; Jeremías
23:29)

D. La Profecía En La Biblia

La Palabra de Dios predice eventos que acontecieron tal cual fueron pronosticados,
con una certeza de detalles que convence a la razón humana que fue Dios que
iluminó al profeta. La afirmación bíblica es:

I Pedro 1:21
Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Las profecías escriturales son variadas, detalladas y claras, muy distintas de los
dichos ambiguos de los oráculos paganos. También los antiguos profetas
predijeron la prosperidad o la caída de varias naciones y ciudades, aún nombrando
un rey siglos antes que naciera.
Capítulo 2

LA EXISTENCIA DE DIOS I

El Señor Jesucristo, en sus primeras palabras citadas en las Sagradas Escrituras,


reconoció a Dios y le llamó su Padre

Lucas 2:49
¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?

Luego el Señor fue tentado y en cada una de sus tres contestaciones al tentado,
reconoció a Dios y la autoridad de su Palabra, la Biblia. El texto para su primer
sermón fue Isaías 61:1-2, en el que las primeras palabras son "El Espíritu del
Señor" y la última es "Señor" (Lucas 4:18-19)

Sus últimas palabras sobre la cruz fueron: "Padre en tus manos encomiendo mi
espíritu" (Lucas 23:46). Es claro entonces que Jesucristo vivía cada momento de su
vida en la presencia de Dios y que enseñaba con su ejemplo y con sus palabras
como debe vivir cada ser humano. Nunca trató de probar la existencia de Dios,
sino que urgía a amarle y a servirle.

En el Antiguo Testamento encontramos asimismo que se reconoce la existencia de


Dios sin que se haga el menor esfuerzo de probarla. Ni siquiera se admite la
necesidad de presentar pruebas. Incluso en el libro de Job, escrito siglos antes de
Moisés, ni el patriarca ni sus amigos expresaron la menor duda acerca de la
existencia de Dios. Mas bién cada uno creía que le conocía mejor que los demás,
aunque el libro muestra claramente la necesidad de que Dios mismo se revele al
hombre para completar lo revelado por medio de la naturaleza y de la razón
humana.

En el primer versículo del primer libro de la Biblia, leemos lo siguiente: "En el


principio creó Dios los cielos y la tierra". ¡Estupenda declaración! Si los cielos y la
tierra no dieran evidencia de su Creador, sería irrazonable empezar el libro de la
Revelación divina de esta manera. Las Sagradas Escrituras aun van al extremo de
decir dos veces: "Dijo el necio en su corazón: No hay Dios" (Salmo 14:1 y 53:1).
Junto con esto es digno de notar el Salmo 10:4, "El malo, por la altivez de su
rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos".
A. El Origen De La Idea De Dios

Según las Escrituras, el hombre es una creación especial de Dios, quién le creó a
su propia imagen y semejanza. Por un tiempo indeterminado existía entre los dos,
el hombre y su Creador, estrecha comunión, hablando el uno con el otro en
íntima conversación. Fue por el pecado que esta comunión fue interrumpida y el
hombre ha ido paulatinamente alejándose de su Dios, y perdiendo el conocimiento
de Él. El Creador entonces emprendió su obra magna de revelarse a sí mismo, con
el fin de redimir a su criatura de la perdición a la que se encaminaba.

¿Cómo puede el hombre, por medios naturales, conocer a Dios?

1. La Intuición

Romanos 1:19
Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

Salmo 36:9
Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.

Job 11:7
¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del
Todopoderoso?

¿Conoce todo hombre, inevitablemente, a Dios? ¿Es la conciencia de la existencia


de Dios, o sea de un Ser Supremo, tan natural en el hombre que se puede decir
que es innata en él, que nace con ese conocimiento? ¿Sabe todo ser humano, por
intuición, es decir por un conocimiento que adquiere sin un proceso especial de
razonamiento, que hay un Dios Todopoderoso?

Si se toma la palabra intuición en su significativo básico, como el reconocimiento


de una verdad primaria, o sea, una verdad aceptada sin que la mente se haya
dado cuenta de cómo llegó a tal aceptación, entonces se puede llamar la existencia
de Dios una verdad primaria.

Una verdad primaria, que para muchos es sinónimo de intuición, es un


conocimiento tan lógico que la mente lo emplea para razonar, sin sentir la
necesidad de justificar su uso. La creencia de Dios llena todos y cada uno de los
tres requisitos para ser verdad primaria:

1. Es Universal, probada porque las naciones, sean "civilizadas" o "atrasadas",


tienen sus creencias en un Ser Sobrenatural a quien oran y adoran. La constitución
del hombre es tal que en el tiempo de la aflicción, de la calamidad, del grande
peligro, o en la presencia de la muerte, busca a Dios reconociendo que es su
Creador, y víendose a sí mismo como dependiente de Él. Aun los que dicen que no
creen en Dios, por sus acciones, prueban que tienen por lo menos una esperanza
de que existe.

2. Es necesaria como base para confiar en nuestro raciocinio y en el de otros.


Confiamos en nuestros pensamientos y razonamientos porque tenemos la
convicción de que el universo está establecido con sabiduría y que tiene propósitos
razonables de existir, que detrás de las leyes sabias de la naturaleza hay un
Legislador de infinita sabiduría manteniendo firma sus decretos.

3. Es una verdad independiente de toda otra verdad conocida, a la vez que no es


contraria a otras intuiciones sino que armoniza con ellas. La creencia en Dios no
contradice a la creencia en el tiempo, en el espacio, o en el bien. Por el contrario,
la una apoya a la otra. Somos conscientes, al meditar en el caso, de que nuestra
creencia en Dios es la más fundamental de todas las creencias, dando base para
otras, haciéndolas creíbles y razonables.

Decimos entonces que hay una creencia intuitiva en Dios en que el hombre vuelve
hacia el cielo sus ojos en el tiempo de necesidad, rogando, suplicando, y aun
confesando y adorando.

2. La Razón

La razón humana no es guía infalible ni suficiente para que el hombre, por su


propia cuenta, pueda lograr un conocimiento adecuado de Dios. Hemos hablado
arriba de la universalidad de la creencia en Dios, a la vez que concedemos que eso
no incluye a cada persona en el mundo.

Los pueblos y las tribus no cristianos pueden tener cierto vago concepto de un Ser
Supremo, pero éste no tiene que ser necesariamente el Creador. Un dios inferior
puede tener esta distinción.

No todos creen que Dios se ha manifestado al mundo, o que incluso se interese en


el hombre, mucho menos que le ama y que le ha redimido. Prevalece más la idea
de que un número de dioses inferiores, o en ciertos casos, los demonios, son
aquellos que gobiernan los asuntos de la vida aquí en la tierra.

La mente del hombre, entonces, le lleva a pensar en la existencia de Uno que es


sobre todo, pero sin que llegue a una respuesta satisfactoria. Le prepara para la
Revelación dándole el deseo de saber la verdad por cuanto está consciente de lo
incompleto de sus conocimientos.
Cuando el Evangelio es presentado a los paganos, el Espíritu no demanda que
pongan a un lado la razón, ni que hagan violencia a ella, sino que sea empleada
para la comprensión de la verdad. El predicador usa su razón para organizar bien
su presentación, pidiendo a Dios que le dé sabiduría para hacer claro y lógico el
mensaje. Confía en que le Espíritu convencerá a sus oyentes de la verdad del
Evangelio. Pero la mente y el poder de razonar es el medio o instrumento que el
Espíritu usa para hacer su obra.Ppor vía de la razón, el mensaje llega hasta el
corazón y la voluntad, para efectuar la decisión necesaria de poner su confianza en
Cristo para la salvación.

También la razón nos ayuda a definir los atributos de Dios, según son revelados en
la Biblia y en la experiencia. Conociéndole mejor, le amamos más. Cuando un
abogado preguntó al Señor Jesús, cuál era el mandamiento grande de la ley, la
contestación divina fue: "Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a tí
mismo". (Lucas 10:27). Debía unir las emociones, los pensamientos, y las fuerzas
físicas bajo la voluntad decidida y dedicada a la gloria de Dios. Este es el uso más
alto de la razón humana (I Corintios 14:14-19

3. La Tradición

Como medio de transmisión de conocimiento, la tradición es un proceso


necesario. El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra así:
"Comunicación o transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos,
costumbres, hecha de padre a hijos al correr de los tiempos y sucederse las
generaciones".

Si la tradición es la transmisión, de una generación a otra, de cultura o


conocimientos y costumbres, ¿por qué es que todos los hombres en el mundo hoy
no conocen a Dios igual que Adán conoció? Él conocía su Creador y hablaba con
Él, pero pecó a pesar de su conocimiento experimental de Dios.

El pecado obscureció el concepto de Dios en el mundo, y tal conocimiento fue


pasando de una generación a otra por medio de la tradición. Después del diluvio
entró en el mundo el politeísmo (la adoración de muchos dioses) juntamente con
la idolatría; pero aun así el reconocimiento de un solo Dios verdadero no fue
completamente perdido para el hombre.

Casos como la historia de Melquisedec en Génesis 14:17-24, o como la historia de


Balaam en Números capítulos 22 a 24; o como la historia del arrepentimiento de
Nínive según el libro de Jonás, prueban que aun afuera del pueblo de los Hebreos,
Dios era conocido por lo menos en parte. La tradición, sin embargo, no fue medio
eficiente para la transmisión de la verdad.
Las causas de la deficiencia de la tradición como medio de preservar y comunicar
la verdad son conocidas por toda persona adulta. Primero podemos mencionar la
memoria tan falible del hombre. Siendo que no podemos recordar con fidelidad
muchas de nuestras propias experiencias, es claro que no podemos tampoco pasar
a nuestros hijos con toda exactitud lo que nosotros hemos recibido hace años de
nuestros padres. Cada persona que cuenta algo tiende a darle un matiz personal.

Por último, hay que tomar en consideración los cambios hechos a propósito al
contar algo a los menores, sea para dar colorido al cuento, o contarlo mejor de
otro modo, por el deseo de complacer a los oyentes. La tradición, pues, como
origen de la idea de Dios, no es sino una ayuda. Nunca satisface el deseo de saber
con certeza el carácter de Dios. Si hemos de llegar a un conocimiento adecuado
del Señor, es necesaria una Revelación escrita. La tradición no basta, no es segura
ni digna de completa confianza, por estar sujeta a cambios e influencias internas y
externas.

Como costumbres antiguas transmitidas verbalmente, Pablo dijo de la tradición:

Colosenses 2:8
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según
las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no
según Cristo.

Gálatas 1:14
Y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación,
siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.

I Corintios 11:2
Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las
instrucciones tal como os las entregué.

Él usa la misma palabra refiriéndose a las enseñanzas que dejó en esa iglesia, y es
traducida "instrucciones" en ese caso, por cuanto así quiere decir más
exactamente el original. La palabra griega significa sencillamente "lo dado".

Estas tradiciones pueden ser verídicas, parcialmente falsas, o enteramente falsas.


Si hay evidencias a favor de la veracidad de alguna tradición "cristiana", no por eso
quiere decir que es importante aún útil. Ninguna tradición en el sentido de historia
no contenida en las Escrituras Sagradas, es necesaria para salvación o para poder
andar como agrada al Señor(Mateo 15:1-30 y Marcos 7:1-23)

Las tradiciones mencionadas particularmente en las Escrituras son:


a) La costumbre de decir "Corban"

b) El lavamiento o bautismo de las manos, el cuerpo, los vasos, etc.

c) El asunto de los juramentos o votos.

Estas cosas fueron gobernadas por los escritos de los rabinos que llegaron a
suplantar en mucho a la Biblia. El Señor Jesucristo habló acerca de las tradiciones
en términos tan enérgicos que no queda duda alguna de su concepto acerca de la
importancia de ellas y del daño que hacen.

Considerando primero la práctica de decir "Corban" (ofrendado, dedicado a Dios),


los judíos usaban la palabra como especie de introducción a un juramento contra
la codicia de cosas ajenas, o el robo, más o menos así: "Corban todo lo tuyo que
pudiera ser de provecho para mí". El tal uso de la palabra, según los rabinos, hacía
válido el juramento. Entonces se llegó a usarse del modo opuesto: "Corban todo lo
mío que pudiera ser de provecho para ti". Los hijos usaban la palabra como
pretexto para no ayudar con sus bienes a sus padres necesitados.

Los lavamientos de manos y vasos, se basaban en las enseñanzas e imposiciones


de los maestros o "ancianos", los rabinos. Usando las instrucciones antiguas para
las purificaciones levíticas y generales, como Éxodo 19:10-11, "y Jehová dijo a
Moisés vé al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén
preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de
todo el pueblo sobre el monte Sinaí". Extendieron estas palabras a pequeñeces y a
una infinidad de ritos y observancias. Esto se convirtió en un abuso de las
Escrituras.

El Señor Jesucristo no despreciaba una limpieza higiénica al comer con las manos.

Lucas 11:37-38
Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando
Jesús en la casa, se sentó a la mesa. El fariseo, cuando lo vió, se extrañó de
que se hubiese lavado antes de comer.

El fariseo no se extrañó que Jesús no se lavara las manos sucias de tierra, sino que
no cumplió con el rito ceremonial y hueco que los ancianos habían sobre impuesto
a las Escrituras. Jesús expuso sus razones en los versículos siguientes (Lucas
11:39-41)

La tercera cosa que ocupó la atención del Hijo de Dios fue el asunto de los votos o
juramentos. Creemos que el Salvador no prohibía los votos a Dios, sino que criticó
las ideas erróneas de considerar el oro del Templo de mayor valor que la casa de
Dios, o la ofrenda sobre el altar, según sus ancianos les habían enseñado. Otra vez
las cosas de los hombres son estimadas de mayor gloria que las de Dios. Esta es
una de las características de toda clase de tradiciones.

El Señor Jesucristo acusó a los judíos de pecado porque daban las enseñanzas de
los hombres como si fueran los mandamientos o doctrinas de Dios. Con sus labios
honraban a Dios, pero sus corazones estaban lejos de Él. Buscaban gloria propia y
la de los hombres en vez de la gloria que sólo viene de Dios (Juan 5:44)

Para Cristo la Palabra de Dios era la única autoridad y también la regla suficiente
para la fe y la práctica. Las tradiciones, a la vez que pasaban por alto los
mandamientos divinos, traían condenación segura (Mateo 5:20; 23:33) El remedio
era y es sencillo: acercarse a Dios ya sus doctrinas con todo el corazón,
desechando las tradiciones de los hombres.

La tradición es un método ineficaz e inadecuado para la conservación de las


verdades de Dios. En cuanto a las tradiciones, los mandamientos de los hombres
no contenidos en las Escrituras no solamente carecen de autoridad, sino que
estorban a los hombres en su vida espiritual, quitando la vista de Dios para
ponerla en los hombres.

B. La Idea De Dios Y La Biblia

En el primer libro de la Biblia que fue escrito, Job, leemos: "Yo sé que mi Redentor
vive"; y en la última carta del apóstol Pablo: "Yo sé en quién he creído"; mientras
que el apóstol Juan escribió hacia el fin de su vida: "Pero sabemos que el Hijo de
Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero, y
estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida
eterna".

Aunque las Sagradas Escrituras nos llevan a la salvación, al dirigirnos a Jesucristo y


a Dios (Juan 5:39-40; 17:3; Isaías 12:3) ellas nunca se ocupan de probar la
existencia de Dios. La Biblia declara que Él vive (Isaías 44:6; Éxodo 3:14; Génesis
24:62, Deuteronomio 5:26; Josué 3:10) y reconocen la necesidad del hombre de
ser instruido en la Palabra para conocerle mejor (Deuteronomio 6:4-9; II Timoteo
2:15; Efesios 1:17-18; Isaías 8:20; II Timoteo 3:15)

Las Escrituras explican que la misma naturaleza enseña a cada ser humano que
hay un Creador, y que es irrazonable adorar a una cosa creada o formada por las
manos de un hombre (Salmo 115:3-8; Isaías 44:1-20; Romanos 1:18-32). Por lo
tanto es correcto decir que en la Biblia Dios se dirige al hombre como a uno que ya
sabe que Él existe, que tiene una vaga idea de quien es Él, pero que necesita una
revelación más cierta y clara. La Biblia reclama para sí la dignidad de ser esa
revelación. En Lucas 16:19-31, el Señor Jesucristo pone de manifiesto el lugar
único y autoritario de la Revelación escrita.

EN RESUMEN: La Biblia se dirige al hombre como a uno que sabe que Dios existe,
pero que necesita una revelación más amplia.

Capítulo 3

LA EXISTENCIA DE DIOS II

Teorías humanas

Al principio de la historia humana los hombres conocían al único y verdadero Dios.


En toda generación posterior hemos tenido la oportunidad de conocer a nuestro
Hacedor invisible. Pero los hombres, con impiedad e injusticia, no quisieron tener a
Dios en su conocimiento; se hicieron vanos en sus razonamientos, y
entenebrecióse su fatuo corazón; profesando ser sabios, se tomaron insensatos, y
trocaron la gloria de Dios incorruptible en una semejanza de imagen de hombre
corruptible, y de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Cuando dejaron los hombres su conocimiento de Dios para seguir la idolatría, el


resultado en sus propias vidas fue un desastre. Sus mentes se oscurecieron,
porque el hombre tiende a semejarse a lo que adora. En su cuerpo el hombre se
corrompió de una manera vergonzosa.

En estos tiempos la incredulidad ha tomado varias formas, las cuales el obrero del
Señor debe poder reconocer y saber así analizar la dificultad espiritual del
proponente de las falsas ideas acerca de Dios. Desde el extremo de negar
rotundamente que existe un Dios y la fe de un cristiano, hay varios grados de
creencias.

Cuando Santiago dijo que los demonios creen que Dios existe y tiemblan,
reconoció que toda creencia en la existencia del Ser Supremo no es lo que Dios
exige para la Salvación del alma. Examinaremos brevemente las principales
filosofías no cristianas que el obrero encontrará en los países llamados civilizados;
no las sectas que pretenden aceptar la Biblia como fundamento de su doctrinas,
sino las falsas teorías acerca de Dios.
A. El Ateísmo

Salmo 14:1; 53:1


Dice el necio en su corazón: No hay Dios.

El término "ateísmo" significa "no Dios" y envuelve la negación de Dios. Es la


declaración positiva de que no hay Dios, que no existe ningún Ser Supremo. Se
entiende que se refiere a un Dios personal que se interesa por el mundo y ante
quien el hombre es responsable. El ateísmo afirma que no hay Dios, una cosa muy
distinta a decir que no se sabe si hay o no.

Algunas personas son ateas en su práctica porque viven sin Dios, sin pensar en Él
y rehusando buscarle u ocuparse de Él. Por lo regular estas personas no han dicho
"en su corazón" que no hay Dios, aunque en ocaciones sus labios habrán
pronunciado las palabras.

No acostumbran a jactarse de su falta de fe ni se ocupan en hacer perder la fe a


los creyentes. Pueden mofarse de los fieles mientras en su corazón desearían
participar de sus creencias. A menudo son personas desilusionadas u ofendidas por
algún miembro de la iglesia y usan esa experiencia para poder condenar a todo lo
que se relaciona con Dios. No buscan la verdad sino que viven para sí mismos, sin
pensar en Dios. Prácticamente, entonces, son ateos.

Los ateos dogmáticos son aquellas personas que afirman que no existe Dios.
Pretenden saber lo suficiente del mundo y la vida para asegurar a todos que no
hay Dios, ni Creador, ni Gobernador, ni Juez, ni ningún Ser Supremo, que no
existe, que nunca existió, y jamás puede tener existencia. Pretenden tener un una
filosofía satisfactoria que explica los problemas del universo, sin mencionar a Dios.

El ateo siempre es "materialista" y "evolucionista". Esto se debe a la necesidad de


sostener alguna teoría acerca del universo si hemos de formular una filosofía o
explicación satisfactoria de la vida, y éstas son las teorías ateas más completas y
que más apelan a la razón humana.

El materialismo enseña que todo lo que se ve y se experimenta en el mundo, hoy,


se puede explicar por medio de las leyes y atributos de la materia. Niega todo lo
relacionado con el espíritu y dice que la materia contiene en sí la capacidad de
producir los sentimientos y el pensar humano.

El materialismo excluye toda referencia a Dios o a lo espiritual, alegando que la


materia no requiere Causa ni Legislador. Acepta el universo con algo que existe y
la materia como causa propia de todo. Niega el concepto cristiano del pecado, de
la redención, de espíritu, de la vida eterna, etc. La Biblia es puro mito para el
materialista y Jesucristo un engañado o un engañador. Su norma de conducta es
el bien presente por cuanto para él no hay destino eterno, ni juicio final. La mejor
manera de presentar el Evangelio al materialista es por las excelencias y las obras
del Señor Jesús, el Cordero de Dios.

Algunos evolucionistas aceptan la idea de que Dios creó el mundo en el principio,


porque no encuentran otra explicación adecuada, pero los evolucionistas ateos no
admiten tal cosa. Creen que el mundo tiene existencia propia y que ha producido,
durante millones de siglos, por fuerzas inherentes, todo el universo complicado
que existe.

B. El Agnosticismo

Juan 18:38
Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los
judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.

Este vocablo quiere decir: "no saber" o "ignoto", y significa, en la doctrina, la


afirmación de que es imposible para el ser humano saber si existe o no Dios. Niega
la posibilidad de alcanzar tal conocimiento. Engendra desconfianza en todo lo que
forma la base del razonamiento; reconoce solo el momento presente, hasta el
punto de desconfiar en la memoria, diciendo: "¿Quien sabe si el objeto de que me
acuerdo fue una realidad, o no?" Rechaza todo lo que sea experiencia propia, por
lo tanto no se puede ejercer la fe ni tener confianza en el pasado, el futuro, los
pensamientos o sentimientos de otros, mucho menos de Dios.

Es difícil hablar con los agnósticos acerca del Evangelio, debido a que Dios exige la
fe y ellos son enseñados a no tener fe en nada. Cuando la mente de un hombre
está opuesta voluntaria y obstinadamente contra cierta verdad, él tendrá que sufrir
las consecuencias de su terquedad. La oración eficaz es la mejor arma junto con
una palabra oportuna, por ejemplo cuando haya muerto algún ser querido, o en
caso de alguna gravedad.

El positivismo, una filosofía fundada por Augusto Comte (1798 - 1859), consiste en
pretender aceptar como verdad solamente aquellos hechos que se pueden
observar o experimentar, sometiéndolos al examen y estudio. Siendo que la idea
de Dios no está sujeta al examen físico, rehusan ocuparse de ella.

El filósofo Guillermo James, en su Pragmatismo, enseñaba que el criterio para


juzgar toda verdad era sus efectos o resultados prácticos. Con esto por base,
reconoció cierto valor a la fe, valor subjetivo, como muchos modernistas también
aceptan, pero rechazan la Biblia como la Palabra de Dios y dicen que si acaso hay
un Dios, la razón humana no es capaz de examinar lo infinito y absoluto.
C. El Escepticismo

Esta filosofía es muy semejante al agnosticismo, diferenciándose principalmente en


esto, que mientras el agnóstico niega la posibilidad de saber si hay Dios o no, el
escéptico sólo duda en mayor o menor grado, de Su existencia. Tienen la
costumbre de aparentar una humildad exagerada, diciendo que reconocen las
limitaciones del saber humano, y que no pretenden saber, como los cristianos,
verdades acerca de lo invisible, que son incapaces de ser probadas.

D. El Politeísmo

1 Corintios 8:5-6
Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como
hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un
Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un
Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de
él.

La religión original de la humanidad era el monoteísmo, o sea la doctrina de un


solo Dios. Después los hombres empezaron a adorar al sol y a los cuerpos
celestiales, personificándoles para luego pasar a creer en un dios especial para
cada cosa: la tierra, el mar, el sol, la luna, etc.

Fue un paso más hacer imágenes como representando a tales personajes, y una
vez aceptadas las representaciones, la idolatría creció y toda nación llegó a tener
sus propios dioses. Por eso Jehová llamó a Abraham de en medio de esa
adoración de muchos dioses, que es politeísmo. La vocación de la familia de
Abraham proveyó un testigo en el mundo de un Dios único y verdadero.

Más tarde el pueblo de Israel cayó en pecado e imitió a las naciones en su


alrededor, a las cuáles por su desobediencia y falta de fe, no habían exterminado.
Adoptaron sus costumbres y sus dioses, cometiendo grandes abominaciones con
sus cultos idolátricos. Entonces Jehová los envió a Babilonia, país muy idólatra,
donde pasaron una larga esclavitud y aprendieron la falsedad de la idolatría.
Nunca más cometieron ese pecado (Jeremías 7; 32:26-25).

Para el cristiano no hay muchos dioses ni una sola diosa. Hay un solo Dios quien
existe y se manifiesta en tres Personas. "Porque hay un solo Dios, y un solo
Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre", quien es Dios y hombre al
mismo tiempo (I Timoteo 2:5). Y el segundo mandamiento del decálogo reza así
en la Versión Nácar-Colugna: "No te harás imágenes tallada; ni figuración alguna
de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que haya bajo sobre la tierra. No te
postrarás ante ellas, y no las servirás, porque yo soy Yavé, tu Dios, un Dios
celoso..." (Éxodo 20:4-5).
El politeísmo por su naturaleza degenera a los pueblos que lo profesan. La idea de
muchos dioses excluye la posibilidad de un Dios absolutamente perfecto en todos
sus atributos, porque no puede haber dos Seres Supremos, ni dos Dioses
omnipresentes y omnipotentes. Dioses imperfectos no son dignos de suprema
adoración ni llaman a los hombres a una vida mejor.

Un concepto correcto del Trino Dios, especialmente efectuando nuestra redención,


es la mejor manera de librar a los politeístas de su fatal error.
E. El Panteísmo

Panteísmo, en sus varias formas, acaso cita el nombre de Dios, pero su concepto
de Él es tan defectuoso que equivale a su negación. Suele decirse que el
panteísmo sostiene que: "Dios es todo y Todo es Dios", o, como dice el
diccionario: "La totalidad del universo es el único Dios".

En sentido opuesto de esa teoría que atribuye todo a la materia está la teoría del
panteísmo idealista conocido como idealismo. Esta considera "la idea como
principio del ser y del conocer". La mente es la realidad última y nuestra mente es
llamada una parte finita de la mente infinita, que es Dios. La idea de la Mente dio
origen a la materia, o se dice también que la materia no existe sino en nuestras
mentes. El esfuerzo para traer a la memoria algo es nada más que la actividad de
nuestra mente al ponerse en contacto con la mente universal y recibir de ella el
impulso o la formación que necesitamos.

De este clase de panteísmo participa el Budismo que dice que el individuo vino del
alma universal, pasa por sus 88.000 re-encarnaciones y al fin pierde otra vez su
identidad siendo absorbido otra vez en alma universal.

Otras formas de panteísmo alegan que la materia tiene, además de sus


propiedades físicas, un principio de vida, o que la materia consiste en una pequeña
alma con o en cada átomo o partícula de materia. Aquellos que sostienen esta
teoría, llamada hylozoísmo o panipsiquismo, también dicen que Dios es el alma
del mundo.

Tal vez la forma más conocida del panteísmo es lo que se llama el neutralismo,
Idealismo Subjetivo. Esta teoría, que es el panteísmo clásico, consiste en
considerar que la realidad primaria del universo no es la materia ni la mente, sino
un algo neutral del cual la materia y la mente no son más que aspecto o
apariencia. Hay una sola susbtancia con dos atributos: el pensamiento y la
extensión, o sea, mente y materia, y el conjunto de todo es Dios. El misticismo
filosófico es la forma absoluta de monismo o panteísmo, que no admite ninguna
separación entre lo finito y lo infinito, entre el ser humano y el Ser Supremo, no
alegando semejanza sino identidad.
F. El Deismo

Admite un Dios personal e infinito, que creó el universo en el principio y luego lo


abandonó por completo sin intervenir más en él. Dotó la materia con todos los
elementos necesarios, de modo que ahora todo se hace por leyes inexorables; no
hay oración que llegue a los oídos de Dios o situación que mueva Su interés; no
hay providencia, salvación o esperanza. Tal concepto del Ser Supremo es indigno
de llamarse una creencia en Dios y provee poco consuelo a sus seguidores.

G. El Dualismo

Es la teoría de dos seres o principios, ambos eternos, el uno bueno y el otro malo.
De esta idea participa el Zoroastrismo o Mazdeísmo, la antigua religión de
Persia, que llamaba al bueno, Ormuz (Creador), y al malo, Ahrimán (Destructor).
También el Nestorianismo sostenía algo de estilo separando a Cristo en dos
personas y personalidades, en vez de creer la verdad de que era divino y humano
en una sola persona.

Capítulo 4
- LOS NOMBRES DE DIOS

Unos mil años antes del nacimiento del Señor Jesús, Jehová contestó a la pregunta
de Moisés acerca de su identidad con las palabras: "Yo Soy el que Soy" (Éxodo
3:14). A través del Antiguo Testamento ese nombre fue extendido y explicado en
parte, por ejemplo en los nombres compuestos como "Jehová Jireh" (Génesis
22:14); "Jehová Nissi" (Éxodo 17:15); Jehová Shalom" (Jueces 6:24); y también
en sus mismas declaraciones, como: "Yo soy el Dios Todopoderoso" (Génesis
17:21); "¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy
lejos?" (Jeremías 23:23)

Pero al llegar al Nuevo Testamento encontramos en Jesucristo una revelación más


completa. Primero su declaración positiva que le identifica como el Jehová del
Antiguo Testamento en Marcos 14:62; luego sus declaraciones en Juan 6:35 "Yo
soy el pan de Vida"; Juan 15:1 "Yo soy la vid", Juan 10:7,11 "Yo soy la puerta de
las ovejas... el buen pastor".
A. LOS NOMBRES DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

1. El nombre de "Dios"

Es el más común en la Biblia para designar al Ser Supremo en relación a la


humanidad entera, empezando con Génesis 1:1 y terminando con Apocalipsis
22:19. Es usado 2.700 veces para el Dios verdadero y las demás veces refiriéndose
a dioses falsos.

Los hebreos usaban los vocablos "El"; "Eloah"; "Elohim" y "El Elyon", etc. y se
discute el significado básico de dichos nombres, si quiere decir primeramente
"poder" u "honor", o "terror". De este último viene a ser "el objeto de terror"; y tal
vez con esto so ve que Dios por su poder ilimitado inspira temor o terror, de modo
que los hombres le atribuyen honor.

a. Dios: "EL" en el hebreo (no el pronombre español)

El nombre singular hebreo "El" significa poderoso, prominente. Es usado para


designar a Dios unas 250 veces, y a menudo indica claramente el gran poder de
Dios. Por ejemplo, en Números 23:22 se habla de Dios como aquel "El" que sacó a
Israel de Egipto, que tiene fuerzas como el uro o toro salvaje. El próximo versículo,
hablando de esa misma libertad obrada para Israel, termina con el mismo nombre
"El", así: "¡Lo que ha hecho Dios!" Deuteronomio 10:17 habla primero de "Jehová
vuestro Dios" (Elohim), luego agrega : "Dios (EL) grande, y poderoso, y terrible".

Es ésta la palabra que se usa a menudo en unión de otras para formar nombres
compuestos que más tarde examinaremos, como "El Shaddai", (Génesis 17:1); y
que se incorporaba en nombres de personas, como:

Israel: Príncipe con Dios


Misael: ¿Quién es como Dios?
Eliseo: Dios salva (o ve)
Elcana: Dios proveyó
Daniel: Dios es mi Juez
Ezequiel: La fuerza de Dios
Elías: Mi Dios es Jehová
Samuel: Pedido de (EL) Dios

O también de lugares:

Be-tel: Casa de Dios


El-Bet-el: Dios de la casa de Dios
b. Dios "Elohim" en el hebreo.

Generalmente se considera que el nombre "Elohim" es la forma plural del nombre


"El". Es más usado que el singular y mayormente con pronombres plurales pero
con verbos singulares, como Génesis 1:1, "En el principio Elohim (plural) hizo
(singular) los cielos y la tierra". A veces se usa el verbo también en el plural, como
en Génesis 1:26, "Y dijo Elohim (plural): hagamos (plural) al hombre a nuestra
imagen".

Hay teólogos que aceptan la creencia judía de que este uso del plural no prueba
una pluralidad en Dios sino que es "plural cuantitativo", haciendo resaltar su
majestad infinita de poder, majestad y justicia. Algunos dicen que el plural incluye
a los ángeles, junto con Dios. Sin embargo, lo menos que podemos decir es que
permite, con toda naturalidad, aceptar la verdad revelada más tarde, de tres
Personas en la Deidad.

Hay otros que alegan que la palabra Elohim viene de una raíz que quiere decir
"Jurar". Es la voz hebraica "ALAH". Según esto Elohim no significa solamente
grandeza y gloria, sino que es "el Dios que ha hecho juramento". Si consideramos
el juramento divino de Salmo 110:4 ("Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres
sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec") como hecho antes de la
creación del mundo, entonces nuestra salvación fue asegurada antes de que
recibamos la vida humana, y desde Génesis 1:1 Dios ha obrado conforme a su
plan y pacto.

c. El Dios Alto, el Altísimo (Poseedor de los cielos y de la tierra)


(Hebreo: "El Elyón") Génesis 14:18, 19,22

Esta palabra hebraica "Elyón" que quiere decir "el más alto", se usa en la vida
común con este significado: Génesis 40:17 "el canastillo más alto"; Deuteronomio
26:19 "Ponerte alto sobre todas"; II Reyes 18:17 "El estanque de arriba"; etc. Al
usarse en referencia a Dios quiere decir que Él es más alto, encima o sobre todo,
el Altísimo.

El pasaje que introduce este nombre en las Escrituras es el capítulo 14 de Génesis,


donde hallamos este nombre en los labios de un rey-sacerdote llamado
Melquisedec.

Melquisedec significa: "mi rey de justicia", pero el título que se le da es: "rey de
paz". Es rey y es sacerdote. Algunos creen que habla de una aparición del Señor
Jesucristo. Melquisedec, rey de Salem (Paz), sacerdote del Dios Altísimo (El Elyon),
"sacó pan y vino", y bendijo a Abram en el nombre del Dios Altísimo, poseedor de
los cielos y de la tierra, y adoró a Dios tributándole alabanzas.

Es la combinación de "El" que significa poder o potencia, con "Elyón" que es


supremacía. No puede haber nadie más alto que "EL ELYON".

d. El nombre "Dios Todopoderoso", "El Omnipotente" ("El


Shaddái" en el hebreo)

Este nombre habla de Dios revelándose en su potencia. Significa "ser fuerte, usar
o mostrar fuerza, poder desolador". Se nota este último significado en Joel 1:15 e
Isaías 13:6. Se usa para designar a Dios cuando hace una manifestación especial
de su poder (Génesis 17:1; 28:3; 43:14; 48:3), sea para bendecir o para destruir.
Después llegó a ser uno de los nombres de Dios.

Se ha traducido este nombre con cierta libertad así: "El Dios que es suficiente".
"El" significa potencia y "Shaddái" suficiencia.

Como "El Shaddái", Dios pudo fortalecer el cuerpo ya viejo de Abraham y también
el de Sara para que tuviesen un hijo según la promesa divina. En otras palabras,
Dios les aseguró que Él era suficiente para el caso.

e. El Dios Eterno, el Dios de los Siglos (Hebreo "El Olam")


Génesis 21:33; Deuteronomio 32:40; Salmo 90:2; Isaías 40:28
44:6; 48:12

Este nombre es revelado a Abraham después de su experiencia de despedir de su


casa a la sierva egipcia Agar con su hijo Ismael. En la epístola a los Gálatas el
apóstol Pablo explica que toda esta historia ilustra una verdad muy importante, la
diferencia entre la dispensación de la ley y la dispensación de la gracia (Gálatas
4:21-28)

También Abraham había tenido un altercado allí con Abimelec acerca del pozo
Beerseba, donde después hicieron una alianza o juramento, quedando el hebreo
en posesión del pozo. Luego "invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno (El
Olam). "El" aquí no es pronombre como en el español, sino el nombre de Dios que
significa potencia, terror. La voz "Olam" lleva el significado de "oculto" o
"escondido". Es traducido "encubierto" en II Reyes 4:27; "oculto" en Levítico 4:13;
"escondes" en Salmo 10:1.

También tiene relación al tiempo, como se ve en Levítico 25:32 donde se traduce


"siempre" (Levítico 25:46; Ezequiel 26:20; Isaías 42:14; 51:9; Deuteronomio 32:7)
La relación entre oculto y el tiempo es que significa el tiempo que se pierde de
vista, tan atrás o tan futuro que se desvanece, que la mente humana no puede
abarcarlo. En otras palabras es la eternidad, pasada y por venir como se ve en
Salmo 90:2: "Desde el siglo (olam) y hasta el siglo (olam) tú eres Dios"; e Isaías
40:28: "El Dios eterno es Jehová".

2. Señor (Hebreo "ADONÁI") Génesis 15:2, 8; 18:3

Este nombre, también usado generalmente en el plural, es derivado de una raíz


que significa "juzgar, gobernar", de modo que se usa en la Biblia para los humanos
en el sentido de maestro, dueño, esposo (Génesis 18:12; 23:6, 11; 24:18, Isaías
26:13) Y en ambos sentidos, humano y divino, en Salmo 136:3, por ejemplo:
"Alabad al Señor de los señores". Refiriéndose a los hombres se usa 215 veces, y
en relación a Dios es empleada unas 300 veces en el Antiguo Testamento. Al
llamar a Dios el "Señor de señores" enseña que Dios es el Señor, Dueño, Juez de
todo y digno de suprema lealtad y obediencia.

Cuando el siervo de Abraham fue a Mesopotamia para buscar una esposa para
Isaac (Génesis 24), él no se alabó a sí mismo en ninguna manera, ni buscó nada
para sí. Sólo habló de su señor o dueño, y del hijo de su señor, alabando sus
riquezas y su Dios.

Este nombre lleva además la misma idea de la relación de una esposa a su marido
(Génesis 18:12; I Pedro 3:6)

En el Salmo 110:1 leemos: "Jehová dijo a mi Señor". Pero aquí, como conviene
cuando una Persona de la Deidad está hablando con otra Persona de la misma, es
el singular "Adón" y no el plural "Adonái".

3. Jehová, Yavé (VNC) (Hebreo, "Havah") "YO SOY EL QUE SOY"


Éxodo 6:2-3; Salmo 83:18; Génesis 2:4

Este nombre, que llegó a ser aquel que identificaba al Dios de Israel, es usado más
de seis mil veces en el Antiguo Testamento. Es el nombre sagrado que el judío no
se atreve a pronunciar.

Era la costumbre antiguamente escribir sólo las consonantes del hebreo, siendo las
vocales sobreentendidas por el uso y el acento. Las cuatro letras que componen
este nombre en el hebreo, en su forma sencilla sin puntuaciones, dan sólo una
aspiración sin articulación de vocal. Para el judío ha sido y es demasiado sagrado;
es indecible, inefable. Es aquel Espíritu que habitaba entre los querubines sobre el
propiciatorio o cubierta del Arca del Pacto en el Lugar Santísimo, en el Tabernáculo
o Templo.
Al llegar al nombre "Havah" que para nosotros viene a ser tal vez "Yavé", los
hebreos usan las vocales, y llega a ser para nosotros ya no "Yavé", sino "Jehová".
Si hemos de traducir el nombre, como tal vez sería lo más acertado, habríamos de
llamarlo: "El Yo Soy", o "El Viviente".

Desde Génesis 2:4 se usa este nombre en combinación con el nombre de Dios
(Havah Elohim). Su significado es declarado en Éxodo 6:2-3, donde muchas
versiones traducen la palabra al español diciendo: "YO SOY EL QUE SOY" en el
tres. Los expertos en el idioma hebreo dicen que igualmente se puede traducir el
original así: "YO SERÉ EL QUE SERÉ". No sólo indica la existencia independiente
del Todopoderoso, sino existencia en movimiento, no en descanso.

La raíz de que se deriva la palabra Jehová (Yavé o Havah) tiene el valor de la voz
"Ser" en sentido de vida y así Dios siempre ES; es el eterno YO SOY, el Siempre
Viviente, ante quien los siglos son un eterno tiempo presente. El nombre "Jehová"
incluye las ideas de santidad, redención y amor (Jeremías 31:3; Isaías 63:9, Oseas
11:8). El nombre "JAH" o "YAH" es simplemente una contracción el nombre
JEHOVÁ, usado mayormente en la poesía (Éxodo 15:2, Salmo 68:4)

4. Nombres Compuestos con "Jehová"

a. JEHOVÁ JIREH, (YAVE - YIRE, VNC) Génesis 22:13-14.


"Jehová verá" o "proveerá".

"Jehová proveerá" es el significado de este nombre, y hace referencia a Abraham


cuando sacrificó a su hijo Isaac en el Monte Moira. Llevaron la leña, el fuego y el
cuchillo, pero cuando el muchacho preguntó: "¿Dónde está el cordero para el
sacrificio?", su padre contestó: "Dios se proveerá de cordero para el holocausto".
Al atar a Isaac al altar y levantar el cuchillo para sacrificarle, Dios impidió que lo
consumara, y enseñó a Abraham un carnero trabado en un zarzal, al cuál ofreció
en lugar de su hijo. Entonces el patriarca llamó el nombre de aquel lugar
Jehová-Jireh.

En verdad la voz "Jireh" es el verbo "ver", pero aquí es traducido "proveer",


porque para Dios el ver es proveer. Su visión es provisión. Quiere decir más o
menos: "Dios verá lo que ha de hacer".

Romanos 8:32
El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

De modo que Dios es todavía el Jehová-Jireh, el que ve y provee para todas


nuestras necesidades.
b. JEHOVÁ - ROPHE (o Rapha) Éxodo 15:26. "Jehová sana",
"Jehová que te sana", "Jehová tu Sanador" (Salmo 103:3)

Los hijos de Israel acaban de salir de Egipto, y cruzaron el Mar Rojo. Después de
los tres días de grandes victorias siguieron tres días sin agua, hasta que el pueblo
llegó a Mara donde había agua, pero agua amarga que no pudieron beber.
Murmuraban contra Moisés, como si él tuviera la culpa. El caudillo oró a Jehová,
quien le mostró un árbol, al que hechó en las aguas y éstas se endulzaron.

Otra vez el Señor enseñó a su pueblo la verdad de la redención. De un árbol salió


el poder que cambió lo amargo en dulce. Por un árbol el pueblo consiguió aguas
para beber para que no muriesen de sed. Más tarde en un árbol que llamamos la
cruz, Jesucristo obró nuestra redención, endulzando nuestras vidas con el agua de
la vida eterna.

Fue en Mara donde Dios impuso leyes y estatutos a Israel, y les dió una promesa
tan grande.
Éxodo 15:26
Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto
delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos
sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré
a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

c. JEHOVÁ NISSI. ( Yavé Nesi, VCN "Yavé es mi bandera", "El


SEÑOR ES MI EXALTACIÓN") Éxodo 17:15, "Jehová mi bandera"
(Salmo 60:4)

Después de las experiencias relatadas en el capítulo 15 de Éxodo, los hebreos


recibieron el maná o pan milagroso, junto con las reglas acerca de su uso. En el
capítulo 17 se relata la historia del agua salvadora que salió de la peña herida
(Véase I Corintios 10:3-4)

Terminado este episodio nos dice la Biblia que: "Vino entonces Amalec y peleó
contra Israel en Refidim". Por la intercesión de Moisés Dios dio una victoria
completa al ejército de Israel. El versículo 15 dice: "Y edificó Moisés un altar, y le
puso por nombre: "Jehová Nissi", que quiere decir: "Jehová es mi bandera". Dios
mismo es nuestra bandera, no una organización, y nos cabe el orgullo legítimo de
pertenecer a la compañía de Jehová de los Ejércitos.
d. JEHOVÁ M`KADDESH (Mekaddaschem) "Jehová nuestro
Santificador" Éxodo 31:13; Levítico 20:6-8. (Deuteronomio 7:6,
Zacarías 8:3)

Este nombre encierra una verdad muy importante para todo cristiano. Aunque fue
empleado en el Antiguo Testamento exclusivamente para los hebreos, el Señor
Jesucristo y los apóstoles aplicaron la misma verdad a los creyentes en Cristo. Lo
cuál quiere decir que les separó de la contaminación y del destino de las demás
naciones para que fuesen su pueblo propio.

La santificación, pues, es una separación, apartando al sujeto de algo, y uniéndole


a otra cosa. En este caso es del pecado a la justicia, de la carnalidad a la santidad,
de Satanás a Dios. Una vez perteneciendo a Dios, quien es Santísimo, nosotros
estamos bajo la obligación de andar en santidad, de cooperar con el Espíritu de
Dios en buscar la santidad y la perfección.

e. JEHOVÁ SALOM - "Jehová es paz" (Jueces 6:24)

La voz SALOM o SHALOM, generalmente traducida "paz", es usada de varias


maneras en el Antiguo Testamento. Esto no es extraño, pues la paz se consigue de
varias maneras. Por ejemplo se usa en referencia a pagar los votos, en Salmo
50:14 y Deuteronomio 23:21; y para reparar una pérdida en Éxodo 21:34 y
22:5-6. También tiene el significado de completo, acabado, cumplido o perfecto
(Deuteronomio 27:6; I Reyes 9:25) Es traducida "paz" unas 160 veces en el
Antiguo Testamento, y muchas veces en la frase: "Ofrenda de paz" (Levítico
3;7:11-21)

Cuando el ángel de Jehová llamó a Gedeón y le comisionó a librar a Israel de los


madianitas, Gedeón quiso saber cómo y con qué podría él hacer una hazaña tan
grande. Jehová le contestó: "Porque yo estaré contigo, y herirás a los madianitas
como a un solo hombre". Luego Gedeón quiso hacer una prueba para estar seguro
de que era en realidad Jehová con quien hablaba. La manera de probarlo era muy
sencilla. Pidió permiso para hacerle una ofrenda y le presentó una comida. El
huésped no comió sino que le hizo colocar los panes y la carne sobre una peña,
vertiendo el caldo sobre ellos. Luego extendió el Ángel de Jehová el bordón que
tenía en la mano y tocó con la punta en la ofrenda, y subió fuego de la peña, el
cuál consumió la carne y los panes.

Convencido Gedeón, tuvo temor, diciendo: "Ah, Señor Jehová; que he visto el
Ángel de Jehová cara a cara". Y Jehová le dijo: "Paz a ti; no tengas temor, no
morirás". Entonces fue que Gedeón edificó allí un altar a Jehová, al que llamó
Jehová - Salom.

En Efesios 2:14 leemos acerca de Jesucristo (quien es el Ángel de Jehová):


"Porque El es nuestra paz". Isaías 26:3 dice: "Tú le guardarás en completa paz a
aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado".

f. JEHOVÁ - TSIDKENU, "Jehová nuestra justicia". Jeremías


23:5, 6; 33:16

El profeta Jeremías hablaba en contra de los falsos profetas, los cuales daban a la
nación de Judá una esperanza falsa de seguridad. Jeremías, por mandato de Dios,
les decía a los judíos que los caldeos iban a llevarles cautivos a Babilonia, lo cual
aconteció.

Pero junto con el mensaje triste, hubo la visión del lejano futuro cuando Dios iba a
recoger a su pueblo y darles pastores que les apacentarían, "Y no temerán más, ni
se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová". Luego explica que esto ha
de hacerse por medio de un hijo de David, un rey dichoso que ha de hacer juicio y
justicia en la tierra. Su nombre será: JEHOVÁ, JUSTICIA NUESTRA.

La palabra traducida "justicia" aquí encierra la idea de unas balanzas rectas (Job
31:6; Isaías 5:7, 23; 10:1). Es Jehová quien hace eso siempre, sin equivocarse
nunca en su juicio; por lo tanto Él sólo es nuestra esperanza de ser justos, que Él
sea nuestra justicia (Efesios 2:8-9; Tito 3:5; II Corintios 5:21; Romanos 8:1, 33)

g. JEHOVÁ - SAMMA - "Jehová allí" o "Jehová está allí", Ezequiel


48:35 (Yavé - Samma, "Yavé está allí" VNC)

Este nombre precioso nos hace pensar de Jesucristo, nuestro EMMANUEL, "Dios
con nosotros" (Mateo 1:23). La referencia aquí en Ezequiel se encuentra al fin de
su profecía. Los últimos nueve capítulos del libro se ocupan de una visión celestial
que Dios dio al profeta de la Nueva Jerusalem, la ciudad santa, con su templo y la
mansión del Príncipe, el gran hijo de David. Termina diciendo: "Y el nombre de la
ciudad, desde aquel día en adelante, será JEHOVA-SAMMA".

h. Hay otros nombres compuestos o explicaciones de atributos junto con el


nombre de Dios:

1) JEHOVÁ - ROHI o "Jehová es mi pastor" Salmo 23:1; 80:1.


2) JEHOVÁ - SEBAOT (Yavé - Sebaot, VNC) "Jehová de los ejércitos" Jeremías
10.16; 16:9.

3) JEHOVÁ, DIOS VIVO, Génesis 16:13-14, (Hebreo: La hai - ri) Deuteronomio


5:23-26; 32:37-40; Josué 3:10; Números 14:21, 28. No hubo para el judío un
juramento de mayor solemnidad que: "Vive Jehová" (II Reyes 4:30)

4) LA ESPERANZA DE ISRAEL, SALVADOR SUYO "en tiempo de angustia"


Jeremías 14:8; 17:13.

5) EL DIOS DE JACOB es un título que da mucha esperanza al creyente,


sabiendo la paciencia y lucha que tuvo Dios con él (Salmo 20:1; 46:7, 11; 75:9)

6) ROCA MÍA (Salmo 28:1; 118:2; 42:9)

7) JEHOVÁ es mi luz y mi salvación; (Salmo 27:1)

B. LOS NOMBRES DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO

1. DIOS (Griego: Theos)

La primera vez que este nombre es usado en el Nuevo Testamento, sea para
explicar el nombre "EMMANUEL, que traducido es: Dios con nosotros" (Mateo
1:23). Esta palabra Dios (Theos) en el griego no se deriva de otra; por lo menos se
desconoce su etimología. Quiere decir una deidad y es usada para designar a los
dioses falsos (Hechos 7:40), pero con pocas excepciones es usado para el
verdadero Dios, la Suprema Divinidad. No el la traducción exacta de ninguno de
los nombres usados en el Antiguo Testamento; sin embargo significa lo mismo que
aquellos porque es el nombre del Creador.

2. SEÑOR (Griego: "Kurios")

Empezando con Mateo 1:20, este título es usado centenares de veces. Se emplea
para designar a cualquier amo o dueño (Mateo 20:8); a un magistrado (Hechos
25:26); o aún a dioses falsos (I Corintios 8:5); pero generalmente hace referencia
a Dios mismo, Jehová el Señor. También es usado para el Señor Jesucristo, a
veces de una manera que le atribuye a Él todo lo que el judío atribuía a Jehová
Dios (Juan 20:28; Hechos 2:36; 5:14; 7:59). En relación a esto, es instructivo el
relato del episodio acerca del pollino en el día de la entrada de Jesucristo en
Jerusalem, al principio de la semana de la Pasión. En Lucas 19:33 y 34 leemos que
al desatar el burrito, sus dueños (hombres humanos pero señores, dueños:
"Kurios") preguntaron a los discípulos: "¿Por qué desatáis el pollino? Y ellos
dijeron: Porque el Señor ("Kurios") lo necesita".

3. PADRE (Griego:"Pater")

Esta palabra primitiva es usada para el padre o progenitor humano, pero Jesucristo
nos enseñó que Dios, el "Terror de Isaac" (Génesis 31:42, 53; Isaías 8:13) es el
Padre de los espíritus (Hebreos 12:9; Números 27:16) que amó al mundo de tal
manera que envió a su Hijo Unigénito a obrar nuestra redención (Juan 3:16) y que
es el Padre Celestial para todos los que creen en Jesús el Cristo como el Hijo de
Dios y el Salvador (Juan 1:12; 20:17)

Esto no quiere decir que Dios se llame Padre de todos los seres humanos, ni que
nosotros los hombres somos hijos iguales con Jesucristo, sino que en Él somos
hechos hijos por la fe.

Capítulo 5

- LOS ATRIBUTOS DE DIOS

Los atributos de Dios son aquellas características de la naturaleza Divina que le


distinguen, que son inseparables de la idea de Dios y que constituyen la base y
fundamento para sus varias manifestaciones a sus criaturas. Los llamamos
atributos porque estamos obligados a atribuirlos a Dios como cualidades
fundamentales o poderes de su Ser, para poder dar cuenta razonable de ciertos
hechos constantes en las revelaciones que Dios hace de Sí mismo.

Los atributos divinos no tienen existencia aparte de Dios. Tampoco existe la


esencia de Dios aparte de sus atributos, aunque Él existió antes de la Creación y
por lo tanto es concebible que algunos de sus atributos no comenzaron a operar
sino después de la Creación.

Hay varias maneras de dividir los atributos. Muchos teólogos consideran que todo
lo revelado acerca de Dios son sus atributos, y que no es conocido sino por éstos,
de modo que los dividen entre los atributos naturales, o pertenecientes a su
carácter, y los morales, o pertenecientes a su actividad.
A. LA ESENCIA DE DIOS

1. DIOS ES ESPÍRITU

Juan 4:24
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren.

Una substancia tiene existencia, potencia y permanencia. Por lo tanto puede ser
materia o espíritu. La substancia de Dios es Espíritu solo, sin nada de materia. Es
Espíritu personal con todos los atributos de un Ser inteligente. Decimos que Dios
es inmaterial e incorpóreo (que no es de substancia material ni tiene cuerpo
material o físico), sino de substancia espiritual (Lucas 24:39). ¿Qué significa
entonces, que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza? (Génesis 1:27)

Según Colosenses 1:15; 3:10 y Efesios 4:23-24, junto con Génesis 1:28 y 29, es
claro que estas palabras "imagen y semejanza" se refieren a lo intelectual y moral
más bien que a lo corporal o físico.

Otra cualidad de Dios el Espíritu es que es invisible, que ningún hombre puede ver
la esencia de Dios como es en toda su gloria. El pasaje en Deuteronomio 4:12-19
es muy instructivo. Nos dice que los hebreos no vieron figura o forma alguna el día
en que Jehová habló con ellos de en medio del fuego en el monte Sinaí. Esta es la
base para prohibir terminantemente la idolatría. Ezequiel también vió a Dios en
visión.

Ezequiel 1:26-18
Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un
trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una
semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de
bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor,
desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi
que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el
arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del
resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de
Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que
hablaba.

De la repetición de las palabras "apariencia" y "semejanza" se da uno cuenta de


que el profeta está tratando de expresar algo nuevo y desconocido anteriormente,
empleando comparaciones con lo ya conocido. Cuando llega a la descripción de la
Persona sentada sobre el trono, todo es brillo, gloria, apariencia de fuego, de
metal ardiente.
En la relación de la visión del Señor que tuvo Isaías en el capítulo 6 de su profecía,
no hay tampoco una descripción de su forma o figura. Apocalipsis presenta un
caso semejante.

Apocalipsis 4:3
Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de
cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la
esmeralda.

A veces Dios se manifestaba en símbolos o formas no humanas, pero visibles,


como por ejemplo "un horno humeando, y una antorcha de fuego" (Génesis
15:17); "Una columna de nube... y una columna de fuego" (Éxodo 13:21; véase
también I Reyes 19:11-13 y Lucas 3:22). No es lo mismo ver una manifestación de
esta clase, que ver la misma substancia. Todas estas manifestaciones del Dios
invisible, en forma de un ser visible, especialmente antes de la encarnación, son
llamadas por algunos: "teofanías", vocablo compuesto de dos palabras que
significan: "Dios" y "forma". El apóstol Pablo tuvo razón en llamarle el "Dios
invisible", aunque los hombres han visto una manifestación divina en varias
ocaciones. La substancia de la Deidad es puro Espíritu, y por lo tanto es invisible.

2. DIOS ES UN SER PERSONAL, CON VIDA EN SÍ MISMO

La Deidad consta de tres Personas, cada una de las cuales tiene una personalidad
completa con todas sus cualidades, pero eso mismo prueba que la esencia es un
Ser Personal. Como se ha mencionado arriba, cuando Jesucristo dijo: "Dios es
Espíritu", agregó a su declaración las pruebas de que hablaba de un Espíritu
personal, con determinación, propósito, conocimiento y santidad en perfecto
grado, por cuanto busca a los que le adoren en espíritu y en verdad (Juan
4:23-24)

Dios es una Persona. Él no obra por obligación, sino con propósitos y fines sabios y
justos. Es Persona por cuanto tiene determinación propia, no la imposición de la
necesidad como sus criaturas.

También esto incluye el hecho de que es consciente de sí mismo, otra


característica de la personalidad (Romanos 9:11; Hebreos 6:17; Job 23:7; Hechos
15:18; Jeremías 38:17-20; Romanos 4:17); tiene sensibilidad (Génesis 6:6;
Salmo 103:8-13; Juan 3:16; 17:4; Jeremías 31:13), y volición o voluntad
(Génesis 3:15; Salmos 115:3; Juan 6:38; Romanos 12:2; Efesios 1:5). Él habla,
ve y oye (Génesis 1:3; 11:5; Isaías 59:1-2).

Las Escrituras ponen de manifiesto el contraste entre el Dios verdadero y los ídolos
o dioses falsos de las naciones, llamando a Jehová el Dios vivo, que ve, oye, habla
y predice el futuro (Jeremías 10:10-16; Salmo 115:3-9)
Dios es Espíritu Personal y Vivo, quién dió al hombre su personalidad y a todo ser
su vida.

B. LOS ATRIBUTOS NATURALES DE DIOS

1. DIOS ES ETERNO

Al llamar a Dios "el Eterno", queremos decir que Él no tuvo principio ni tendrá fin.
No hubo nunca un tiempo cuando Él no existía en toda su plenitud. Él es el Origen
del tiempo. Siendo el eterno "Yo Soy", el tiempo todo, pasado y futuro, está
siempre presente delante de Él.

Él ordenó que hubiera tiempo y nos ha hecho a nosotros conscientes de la


sucesión de tiempo y su duración. Como en su esencia no hay cambio, mudanza o
sombra de variación, Dios no puede ser medido por el tiempo, que es la duración
de las cosas sujetas a mudanza.
Sólo en relación a la creación tiene que ver con el tiempo.

Salmo 90:2, 4
Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo
y hasta el siglo, Tú eres Dios. Porque mil años delante de tus ojos son como
el día de ayer, que pasó, y como unas de las vigilias de la noche.

No hay tal cosa como "antes de Él", ni "después de Él". Él existe, no por razón de
la voluntad, sino por razón de su naturaleza. Necesariamente Dios existe desde la
eternidad, dada la existencia del universo, y por lo tanto Él tiene que ser eterno.
Es el único que existe de por sí, eso es, por Sí mismo, sin depender de otro ni para
su origen ni para el sostenimiento de su vida, de modo que sólo Él puede ser
eterno.

2. DIOS ES INMUTABLE

La voz "inmutable" significa simplemente "no mudable". La inmutabilidad es el


estado o cualidad de ser que no es capaz de cambiarse, ni susceptible a cambio,
sea por aumento o por disminución, por desarrollo o por evolución propia;
incambiable, invariable, permanente, Dios es inmutable. Al decir es inmutable,
queremos decir que Él no cambia en su carácter, voluntad, propósito o fin.
Ni en su esencia ni en ninguno de sus atributos puede Dios estar sujeto al menor
cambio, porque cualquier variación significaría que ha dejado de ser perfecto si el
cambio causa empeoramiento; o, si resulta en mejoramiento, luego se diría que Él
no era perfecto antes del cambio.

Santiago 1:17
El Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Malaquías 3:6
Porque yo Jehová, no cambio.

Aunque no cambia ni en Su esencia ni en Su consejo, Él puede actuar, puede


obrar, haciendo todo cuanto Su infinita sabiduría le indica.

3. DIOS ES OMNIPRESENTE

Este atributo es llamado la Inmensidad de Dios tanto como su Omnipresencia.


Quiere decir que Él está presente en todo lugar y en todo tiempo con todo su
poder y personalidad.

I Reyes 8:27 y II Crónicas 6:18, dicen "He aquí, los cielos y los cielos de los cielos,
no pueden contenerte: ¿Cuánto menos esta casa que he edificado?".

4. DIOS ES OMNIPOTENTE

Esto quiere decir que Dios lo puede todo, en el sentido común de tales palabras.
Se entiende que nada hay que Él no pueda hacer en armonía con su carácter y
santa voluntad. Decimos que Dios puede hacer todo cuanto quiere, pero su querer
(voluntad) está limitado por su naturaleza, de modo que nunca se propone hacer
algo que no está en armonía son sus perfecciones. Este atributo es incluido en su
nombre "Todopoderoso" (Génesis 17:1)

La Biblia explica que Dios no puede mirar la iniquidad (Habacuc 1:13), negarse a sí
mismo (II Timoteo 2:13), mentir (Hebreos 6:18), o cometer pecado (Santiago
1:13). Estos actos limitan a Dios sólo en lo moral, no en potencia, y aseguran que
su poder será usado siempre para bien y no para mal.

El hecho que Dios sea omnipotente no quiere decir que Él está siempre ejerciendo
toda su potencia. Él gobierna su poder y lo usa sólo según su santa y sabia
voluntad. No obra por necesidad o maquinalmente. Él es libre en su voluntad y se
ha limitado en algunas maneras por el libre albedrío de los hombres porque Él
quiso.
5. DIOS ES OMNISCIENTE

La omnisciencia es el conocimiento perfecto que tiene Dios de todo lo que existe o


que puede existir. El Ser omnipresente y omnipotente ha de ser omnisciente.
Estando presente siempre en cualquier punto del Universo, con su capacidad de
hacer lo que quiere, debe tener sabiduría infinita para saber que hacer y conocerlo
todo -pasado, presente y futuro- para que todos sus actos sean conforme a su
santa voluntad. Este conocimiento de Dios es infinito, perfecto e instantáneo; es
directo, sin intermediarios; y no es el conocimiento de los sentidos, la imaginación,
la observación o la reflexión; es claro, sin confusión o dudas, siempre fiel a la
realidad; y es eterno, conocido todo por un solo acto de la mente de Dios. Conoce
los motivos e íntimos pensamientos, tanto como los hechos mismos.

La sabiduría de Dios es manifiesta en el hecho de que usa Su conocimiento


perfecto de tal manera que los mejores propósitos posibles. Dios nunca Se
equivoca, ni en propósito ni en hecho.

D. LOS ATRIBUTOS MORALES DE DIOS

1. LA VERDAD Y LA FIDELIDAD

a. La verdad

Romanos 3:4
¡Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso!

Juan 17:3
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado.

Apocalipsis 3:7
Escribe... Esto dice el Santo, el Verdadero.

Cuando decimos "El Verdadero" nos referimos a su carácter; pues su veracidad es


el ejercicio de su verdad en relación a los suyos. La Verdad de Dios quiere decir
que todos sus conocimientos, declaraciones y representaciones son eternamente
conforme a la realidad. Naturalmente incluye el hecho de que Él no puede mentir
ni engañar, porque eso sería contrario a su carácter.

Dios no puede mentir, sino que es Verdad, y por lo tanto la Revelación que Él nos
ha dado es digna de fe. Dios no puede aprobar el engaño o lo falso, mucho menos
bendecirlo y obrar a su favor, por cuanto es el Dios de Verdad. Este atributo
significa también que Dios es genuino, real, lo que pretende ser.

Los dioses paganos son llamados vanidad (Isaías 44:9-10) y mentira (Isaías
44:20), porque no son realidades sino ideas falsas sin existencia verdadera.
Nuestro Dios sí existe, y es el único Dios verdadero (Juan 17:3)

b. La Fidelidad

Este atributo del carácter de Dios se manifiesta en todo lo que Dios hace en
relación a Sus criaturas. No les puede tratar sino con fidelidad, conforme a su
propia naturaleza. Cumple siempre lo prometido, sea para bien o para mal, según
las condiciones morales de los hombres. Aunque en su longanimidad es de grande
paciencia, nunca olvida una sola promesa ni quebranta jamás un pacto que haya
hecho.

Dios es fuente de toda verdad, y toda revelación que Él hace de sí mismo tiene
que ser verdadera. Nunca dice algo motivado por el prejuicio o por la pasión, sino
por el amor que está en armonía con su naturaleza perfecta y completa.

Este atributo es la garantía al creyente de todas las promesas de Dios en el tiempo


y en la eternidad. También asegura a los incrédulos y rebeldes todo lo que ha sido
revelado por Dios acerca del destino funesto reservado para aquellos que mueren
en sus pecados.

2. EL AMOR, LA BENEVOLENCIA Y LA MISERICORDIA

I Juan 4:8
Dios es amor

II Corintios 13:11
... el Dios de paz y de amor...

a. El amor

Es aquella perfección o característica de su naturaleza que le mueve a darse a sí


mismo, a impartirse, procurando el más alto bien del ser amado y el deleite santo
que experimenta en ver su amor correspondido en comunión espiritual. No es un
impulso emocional, sino un afecto racional y voluntario, gobernado por la verdad y
la santidad. Él es amor, aun antes de crear el mundo, porque así es su esencia.
Como hemos dicho Dios es Persona sensible, capaz de sentir y por lo tanto de
amar. Su amor es un afecto sincero y verdadero, no sólo limitado sino también
respaldado por los demás atributos divinos. Esto garantiza el hecho de que busque
tener relaciones personales con aquellos a quienes creó a su imagen, pero siempre
en el plano del espíritu, en verdad y santidad (Juan 4:23-24; Lucas 1:74-75). La
manifestación de este atributo del amor no se debe a motivos utilitarios ni dignos.
Dios es bondadoso porque así es su carácter.

b. La Benevolencia (amor transitivo en lo general)

El amor de Dios no es teórico sino real y práctico. De su carácter de Bueno fluyen


sus promesas y providencia, con todo acto que manifiesta su amor. Algunos llaman
la bondad de parte de Dios la disposición de impartir la felicidad a sus criaturas;
otros lo llaman el amor de benevolencia. Quiere decir que siempre está
ejerciéndose en favor del más alto bien de todas sus criaturas.

Salmo 145:9
Bueno es Jehová para con todos

Job 14:15
Tendrás afecto a la hechura de tus manos.

Mateo 5:45
Vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y
buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Así que la benevolencia de Dios se extiende a todas sus criaturas, hasta el punto
que debe mover al hombre incrédulo al arrepentimiento contemplando la
benignidad del Señor para con él (Romanos 2:4)

c. La Misericordia (amor transitivo en lo moral) y la ira

Es en relación a lo moral y lo espiritual que vemos las grandes y sensibles pruebas


del amor de Dios.

Romanos 5:8
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros,

I Juan 4:9
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su
Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
Efesios 2:4
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó...

Es de pura gracia (favor inmerecido) que el Padre proveyó una salvación gratuita
para el pecador, y por eso el redimido está siempre consciente de la gracia de Dios
para con él.

La redención no fue provista por Dios por una necesidad inescapable, sino por su
amor voluntario (Juan 3:16). La gracia de Dios ve al hombre como culpable e
indigno, su misericordia ve la miseria de su condición como desdichado, perdido.
La compasión divina sufre con el hombre y provee la redención.

El amor no incluye la aprobación de todo lo que hace o dice la persona amada. Por
amor Dios es longánime (de larga paciencia), no castigando al momento que uno
peque, sino esperando el arrepentimiento del pecador (Éxodo 34:6; Romanos 2:4;
3:25; II Pedro 3:9, 15).

Al hablar de la ira de Dios no intimamos que su amor haya cambiado, sino que el
hombre se ha colocado, no en la luz del amor, mas en la sombra. Dios no puede
manifestar su amor perdonando al pecador cuando el pecador rehusa aceptar esa
misericordia (Romanos 2:5; 9:22; Juan 3:36; I Juan 5:10)

Aún el amor de Dios, si es que ha de manifestarse con alguna plenitud, requiere


que el hombre responda a ese afecto divino con fe y obediencia (Mateo 22:37;
Juan 13:1; 21:15-17)

Capítulo 6

- LA NATURALEZA UNA Y TRINA DE DIOS

Juan 8:16
Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que
me envió, el Padre.

Juan 5:17-18
Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto
los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de
reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose
igual a Dios.

Juan 10:30
Yo y el Padre uno somos.
Juan 14:15-17
Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo rogaré al Padre, y os dará
otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de
verdad...

Juan 14:26
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre;
él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho.

Lucas 3:21-22
Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue
bautizado; y orando, el cielo se abrió., y descendió el Espíritu Santo sobre él
en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres
mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

A. LA SIMPLICIDAD DE DIOS

Con decir que Dios es simple, queremos enseñar la verdad de que su substancia
no ha sido compuesta ni puede ser dividida. Dios es su mismo ser indivisible. Él es
sólo Espíritu, sin cuerpo, materia ni accidente. Nadie le compuso; ningún otro ser
le dio su deidad o su vida.

Él solo es eterno, infinito y perfectamente simple porque Él es todo lo que es,


completa y simultáneamente. Dios es la realidad absoluta más pura y simple, la
Esencia más rica, completa y determinada. Él siempre es lo que es esencialmente,
porque tal es su naturaleza sencilla, indivisible y no compuesta.

Para que haya una combinación o composición en Dios habría necesidad de que
existiera algún otro ser antes de Él que hiciera la composición, de modo que Él no
sería el Dios eterno. Su existencia no depende de la existencia de otros seres de
naturaleza semejante. Nadie puso en Él la Deidad porque Él es la Deidad y fuera
de Él no hay Dios.

Todo lo compuesto puede ser dividido, pero Dios es indivisible, siendo simple. La
simplicidad no contradice su modo de existir en tres Personas. La doctrina de la
Trinidad o Trinidad no requiere tres esencias sino una esencia simple de deidad
que es en cada una de las tres Personas en su totalidad o plenitud (Colosenses
2:9) No decimos que el Ser Divino está compuesto de tres Personas, sino que la
esencia simple existe en Tres Personas.
B. LA UNIDAD DE DIOS Y SU UNICIDAD

La simplicidad de Dios quiere decir que el Ser Divino es indivisible, uno en la


cualidad, no compuesto. La unidad de Dios significa que numéricamente, Él es
Uno, no más. Y la unicidad del Señor es su exclusividad, singularidad en el sentido
de que no hay otro como Él, ni a quien se le puede comparar.

Se puede decir que el mensaje del Antiguo Testamento es la unidad de Dios. Con
la repetición de esta verdad, atestiguada con milagros y manifestaciones (Éxodo
19 y 20, por ejemplo), Dios deseaba guardar la lealtad de Israel y separar a su
pueblo de la idolatría. Deuteronomio 6:4 llegó a ser la síntesis del judaísmo
(Marcos 12:29)

Es uno solo, indivisible, y también único, que no hay otro como Él en todo el
universo, ni puede haber jamás. Así al hablar de la esencia o substancia Divina
decimos que es uno, único y simple; al hablar de su Personalidad, decimos que
existe en tres Personas.

C. LA NATURALEZA TRINA DE DIOS - DOCTRINA DE LA


TRINIDAD

La doctrina de la Trinidad no es dada en la Biblia, no es una definición formulada,


sino en alusiones fragmentarias. La existencia eterna de Dios en Tres Personas es
una verdad revelada, cosa que ningún hombre llegó a ser por procesos de
razonamientos humanos ni consta en ninguna religión étnica. Hay triades de
dioses en las religiones politeístas, pero un conjunto o unión de tres distintos
dioses es muy diferente de la doctrina cristiana que llamamos la Trinidad.

Estudiando la Biblia encontramos que Dios se manifiesta en Tres Personas. Muchos


pasajes bíblicos se aclaran con facilidad a la luz de la verdad de la Trinidad.

1. Referencias en el Antiguo Testamento a las manifestaciones de Dios en


tres Personas, o que apoyan la pluralidad en unidad.

Hebreos 1:1
Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo
a los padres por los profetas.

En el Antiguo Testamento la Deidad se revelaba a los hombres, especialmente a


los israelitas, en varias maneras.

♦1 Por sus nombres que manifestaban sus atributos, obras y cualidades


♦2 Por su "gloria", "presencia" y "rostro" (Éxodo 33:14-19)

♦3 Por la voz divina (desde Génesis 1:3 en adelante)

♦4 Por el Ángel de Jehová

♦5 Por la "Shekinah" o gloriosa presencia entre los querubines sobre el


propiciatorio en el Lugar Santísimo (Éxodo 40:34-38, Levítico 16:2)

♦6 Por los milagros hechos y por su Espíritu que vino sobre hombres escogidos
para ciertos propósitos en el plan de Dios.

El uso de nombres plurales con verbos singulares (Génesis 1), pronombres plurales
o singulares con verbos singulares, o nombres singulares o en combinación como
en Josué 22:22, abre el camino para la manifestación posterior de las tres
Personas que constituyen la Deidad.

Génesis 18 y 19, donde Abraham recibió a los tres extraños, dos de los cuales
resultaron ser ángeles, pero el Otro es llamado Jehová, aunque se veía en forma
humana (Génesis 19:27), y recibió la adoración y las oraciones del patriarca,
contestando con la autoridad de Dios mismo. En el Salmo 45 leemos de dos
Personas llamadas Dios.

Salmo 45:6-7
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de
tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió
Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.

Una lectura del v. 6 junto con el 7 prueba que son dos Personas llamadas Dios.
Vemos, entonces, que el Antiguo Testamento revela un solo Dios, único, eterno e
infinito, pero que se manifiesta a los hombres de varias maneras.

2. La manifestación de Dios en tres Personas, en el Nuevo Testamento.

Es en el Nuevo Testamento donde encontramos la historia inspirada de Dios


revelándose en su Hijo y derramando su Espíritu. Primero encontramos los hechos
históricos en los Evangelios y Los Hechos; más tarde la aplicación de la verdad a la
vida cristiana, en las Epístolas.

El primer pasaje que debe citarse, por la magnitud de su alcance, es el prólogo del
Evangelio de Juan (1:1-18). Esta referencia tiene que ver con la naturaleza trina de
la Esencia Divina, tanto como con la manifestación triple de la Deidad. Luego los
pasajes que cuentan la historia de la Encarnación, el nacimiento del Hijo de Dios
(Mateo 1:18-23; Lucas 1:30:35). Aquí vemos referencias a Dios, a Emanuel y al
Espíritu Santo, la virtud del Altísimo.

En la historia del bautismo del Señor Jesús vemos de nuevo la manifestación


simultáneamente de las tres Personas de la Santísima Trinidad (Mateo 3:3-17;
Marcos 1:9-11; Lucas 3:21-22; Juan 1:29-34).

Más tarde, antes de ascender al cielo, el Señor dio una fórmula para que sus
siervos la usaran en el bautismo: "Bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo".

En la historia del día de Pentecostés (Hechos 2), vemos otra vez referencias a las
tres Personas de la Deidad. Primero el Espíritu Santo vino sobre los discípulos en
Jerusalén como el Señor Jesús profetizó que el Padre le enviaría. Luego dio
poderes sobrenaturales a los discípulos probando que era Dios.

De ahí en adelante en el Nuevo Testamento hay referencias a cada paso que


hablan de Dios el Padre, Dios el Hijo o Señor, y del Espíritu de Dios. Los apóstoles
son encarcelados, azotados y muertos, pero mientras viven, predican fielmente
que el Padre envió al Hijo para ser nuestro Señor y Salvador, y el Padre y el Hijo
enviaron al Espíritu Santo. Un pasaje claro está en I Corintios.

I Corintios 12:3
Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama
anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu
Santo.

Aquí las tres Personas divinas son nombradas en el v. 3 y en el resto del capítulo
se explica que el Espíritu da dones a cada creyente, pero es el mismo Dios que
obra todas las cosas en todos.

La oración de despedida que el apóstol Pablo usa el fin de su segunda carta a los
Corintios, quedarían sin sentido si no hay Trinidad.

II Corintios 13:14
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu
Santo sean con todos vosotros. Amén.
Capítulo 7

- LA VOLUNTAD, LA SOBERANÍA Y LOS DECRETOS DE DIOS

Juan 6:38-40
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad
del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que todo
lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el días postrero. Y
esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y
cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Mateo 18:14
Así, no es la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos, que se pierda
uno de estos pequeños.

En la oración modelo llamada comúnmente "El Padre Nuestro", Jesús enseñó a los
suyos a orar: "Sea hecha tu voluntad".

Para Cristo, el hacer la voluntad de Dios era su comida (Juan 4:34). Además dijo:
"Mi Padre... mayor que todos es..." (Juan 10:29); y "Para Dios todo es posible"
(Mateo 19:26). Jesucristo nos enseñó que el Padre Celestial es soberano, con una
voluntad propia.

A. LA VOLUNTAD DE DIOS
Como hemos visto, Dios es Espíritu personal, perfecto, inteligente y omnipotente,
de modo que tiene voluntad. El hecho de que el universo existe es prueba para el
creyente de que Dios tiene voluntad y la ejerció en la creación. Por cierto no sería
una Personalidad perfecta si no tuviera voluntad, ni su inteligencia, sabiduría,
potencia, tendrían razón de ser sin la voluntad. Las Escrituras declaran repetidas
veces que es así, aún atribuyendo voluntad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
separadamente.

Juan 1:13
Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, sino de Dios.

Génesis 1:3
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Salmo 135:6
Todo cuanto quiso Jehová, ha hecho en los cielos y en la tierra.
Lucas 22:42
Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino
la tuya.

Mateo 8:3
Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su
lepra desapareció.

I Corintios 12:11
Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada
uno en particular como él quiere.

La voluntad de Dios es libre e independiente, aunque siempre obra conforme a su


infinita sabiduría, justicia y bondad. Hay cosas determinadas por Dios que El ha de
llevar a cabo a pesar de todo obstáculo. Pero hay también muchas cosas que Él
deja al libre albedrío del hombre para que escoja. Algunos distinguen entre estas
dos llamándolas la voluntad decretoria cuando se refiere a decretos que en su
sabio propósito han de cumplirse inevitablemente; y voluntad preceptiva
cuando hace referencia a los preceptos que manda a las criaturas a cumplir pero
no les obliga. Se llama también la voluntad irresistible.

Otra distinción se hace entre la voluntad secreta y la voluntad revelada de


Dios.

Deuteronomio 29:29
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios: mas las reveladas son
para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas
las palabras de esta ley.

I Corintios 2:10
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.

Una distinción más se hace entre la inmediata y la mediata (Juan 2:1-11 y


Romanos 10:17), consistiendo la diferencia en que la una se ejecuta sin medios y
la otra cuando se obra por medios.

B. LA SOBERANÍA DE DIOS.

Por la soberanía de Dios entendemos su derecho y autoridad supremos de hacer lo


que quiere con todo lo creado. No sólo tiene la potencia de hacerlo, sino que es
justo que lo haga por cuanto le pertenece ese derecho.
I Samuel 2:6-8
Jehová mata, y él da vida; El hace descender al seol, y hace subir. Jehová
empobrece, y él enriquece; abate y enaltece. El levanta del polvo al pobre, y
del muladar exalta al menesteroso , para hacerle sentarse con príncipes y
heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y
él afirmó sobre ellas el mundo.

I Crónicas 29:11-12
Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el
honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas.
Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la
gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu poder, y en tu mano el
hacer grande y el dar poder a todos.

Dios es nuestro Dueño por derecho de habernos creado; porque nuestra vida
depende de El para su sostén; porque Él nos ha redimido (vuelto a comprar); y
porque Él es juez delante de quien cada uno, al fin, dará cuenta de sí.

No hay nada fuera de Dios que puede fijar límite a su soberanía, pero todos los
demás atributos afectan a este atributo. El Señor no puede usar su autoridad para
cosas indignas o que no conduzcan al mayor bien eterno de sus criaturas y a la
gloria del Dios Soberano. Él es amor perfecto, y Él es Justo, de modo que sus
decretos soberanos son siempre correctos y en conformidad con todo el carácter
divino.

C. LOS DECRETOS DE DIOS EN GENERAL

Por "los decretos divinos" queremos decir el plan de Dios para todo lo creado.

Daniel 4:35
Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace
según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y
no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?.

Efesios 1:11 y 12
En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al
propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin
de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente
esperábamos en Cristo.

Dios ha ordenado, según su infinita sabiduría y voluntad libre, todo lo pasado, lo


presente y lo futuro.

Hemos estudiado hasta aquí que la esencia y la naturaleza de Dios como existe en
sí mismo. Ahora estudiaremos lo que es revelado acerca de los pensamientos y
propósitos de Dios en relación a sus obras.

Isaías 14:24, 26-27


Jehová de los Ejércitos juró diciendo: ciertamente se hará de la manera que
lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado; este es el consejo
que está acordado sobre toda la tierra, y esta, la mano extendida sobre todas
las naciones. Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién la
hará retroceder?

Se ve por el primer capítulo de la Biblia y por Salmo 33:6-11; Proverbios 8:22-31;


e Isaías 45:18, que el mundo fue hecho según el plan y el consejo o decreto de
Dios. Es por su ordenación que el universo subsiste aún (Salmo 119:60-91) Él
decretó las sazones del año (Génesis 8:22) y se comprometió a no destruir la tierra
con un diluvio (Génesis 9:8-17); ha decretado los territorios de las distintas
naciones (Deuteronomio 32:8; Hechos 17:26); los años de la vida humana (Job
14:5); y como terminará la vida terrenal (Juan 21:19; II Timoteo 4:6-8; I Corintios
15:51,52)

Las Escrituras revelan la verdad de los decretos divinos, que todo lo que pasa es
conocido por Dios desde la eternidad; que Él tiene un plan para este mundo y lo
está llevando a cabo; pero que Él ha incluido en su decreto la manera de contestar
la oración. En el libro de Job y en otras referencias aprendemos que las
oposiciones de Satanás al plan de Dios son controladas por Jehová y conducen a la
bendición futura de los siervos del Señor.

Dios en su sabiduría y potencia ilimitadas no teme lo desconocido ni se prepara


para contingencias, por cuanto no hay nada desconocido para Él, ni pasado ni
futuro, y por lo tanto no hay sorpresas para Dios (Isaías 45:5-13).

En los pasajes citados arriba vemos que Dios acepta la responsabilidad de haber
creado al mundo, incluso al hombre, con todas sus posibilidades, inherentes o
adquiridas, para hacer bien o para hacer mal. Con la libertad para pecar vienen las
amonestaciones y amenazas de castigo, probando que el pecado no es una parte
necesaria del universo.

El permiso divino incluye la aprobación ni envuelve culpa de parte de Dios. El


decreto de Dios de salvar del pecado prueba su amor para con los hombres, y el
precio que pagó prueba el odio que tiene al pecado y lo serio del problema del
mal.
- LOS DECRETOS PARTICULARES DE DIOS

El Señor Jesucristo dijo:

Juan 6:37
Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo
fuera.

Juan 17:6
He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos
eran, y me los diste, y han guardado tu palabra

El mismo Señor Jesús supo quien era y la misión que el Padre le había dado que
cumpliese. Escogió a los doce apóstoles aún sabiendo de antemano que uno de
ellos le había de entregar, otro negarle y todos abandonarle en la hora de la
prueba.

Predestinación

Introducción, Historia Y Definiciones

La palabra "predestinación", por su derivación, significa "ante" y "destino", o sea,


un destino determinado de antemano, previamente. En este caso es usada como el
destino del hombre determinado por Dios en la eternidad pasada. Es la
continuación del estudio de los decretos de Dios pero aplicado al hombre
particularmente.

Los apóstoles en muchos pasajes, hablaron de la responsabilidad del hombre para


creer (Juan 1:12; 3:16; 3:33) y del hecho de que los que creyeron fueron
escogidos por Dios (II Pedro 1:1-2) aparentemente sin discutir la relación entre las
dos verdades.

Los primeros padres de la Iglesia no tuvieron grandes discusiones sobre esta


doctrina tampoco. Cuando escribieron algo sobre ella pusieron énfasis en el libre
albedrío y la responsabilidad del hombre, como hacen los arminianos hoy.

El gran Agustín es acreditado por ser el primero en escribir con alguna amplitud
sobre el asunto, ser "el padre del Calvinismo" y resaltar la gloria de Dios como el
punto de partida en el razonamiento. Antes de Agustín, la Iglesia, como los judíos
habían hecho, ponía énfasis en el albedrío y la responsabilidad del hombre para
defender estas verdades.
Así la Iglesia Primitiva enseñaba que el consejo de Dios consistía en su presciencia,
más la determinación de galardones o de castigos según Él sabía de antemano iba
cada uno a merecer. En otras palabras, en elegir sólo a los que iban a creer.
Agustín escribió (428 a.D) que la predestinación no es por mérito ni dignidad, sino
de pura gracia; no por medio de la fe sino para la fe. "No son elegidos porque han
creído, sino a fin de que crean".

Cuando vino el teólogo Pelagio a Roma cerca del año 405, quedó asombrado de la
falta de moralidad o santidad. Oyó las enseñanzas de Agustín y le parecía que
echaban la culpa sobre Dios por la inmoralidad. Reaccionando, Pelagio empezó a
enseñar enérgicamente la responsabilidad del hombre, llegando a decir que cada
hombre hoy día tiene la capacidad de hacerse santo o perdido, según quiere, por
cuanto Dios le ha dotado así. El punto decisivo que trajo la condenación
eclesiástica de Pelagio fue su enseñanza de que el hombre por sí mismo toma la
iniciativa y la voluntad humana es el factor determinante en la salvación del alma.

El Concilio en Efeso en el año 431 condenó al Pelagianismo, pero siguió la


controversia. Los reformadores estuvieron divididos en cuanto a la soberanía
divina, pero fueron casi todos decididamente agustiniados en los puntos
principales. En el año 1536 el francés Juan Calvino (1509 - 1564) publicó sus
"Instituciones", reafirmando y desarrollando el agustianismo hasta influir mucho en
el ánimo de los reformadores. Martín Lutero (1483 - 1546) era un ardiente
seguidor de Agustín, y su más destacado discípulo Melancthon aseguró a Calvino
que sus miras en General eran las mismas suyas.

Los puntos principales del Calvinismo pueden ser reducidos a cinco:

1º. La inhabilidad total


"El hombre por su caída a un estado de pecado, ha perdido enteramente toda
habilidad de voluntad para alcanzar algún bien espiritual que acompaña la
salvación; así que el hombre natural, siendo contrario a todo bien, muerto en
pecado, no puede por sus propias fuerzas, convertirse ni prepararse para la
conversión". A veces esta doctrina es llamada "la depravación total".

2º. La elección incondicional


La determinación eterna, absoluta, inmutable y efectiva de la voluntad divina de
los objetos de sus operaciones salvadoras. Este escogimiento electivo siempre
hace sobresalir la soberanía absoluta de Dios.

3º. La redención limitada


"Por lo cual aquellos que son elegidos habiendo caído en Adam, son redimidos en
Cristo, llamados eficazmente a la fe en Cristo por su espíritu obrando en tiempo
oportuno; son justificados, adoptados, santificados y guardados por Su poder pro
medio de la fe, para salvación. Nadie más es redimido por Cristo, eficazmente
llamado, justificado, adoptado, santificado y salvado, sino los elegidos únicamente"
(Hechos 20:28)

4º. La gracia eficaz


"La gracia eficaz es la obra del Espíritu de Dios, por medio de la cual nos convence
de nuestro pecado y miseria, ilumina nuestras mentes en el conocimiento de Cristo
y, renovando nuestras voluntades, nos persuade y nos habilita abrazar a Jesucristo
quien nos es ofrecido gratuitamente en el Evangelio".

5º. La perseverancia de los santos


"Los que Dios ha aceptado en Su Amado, eficazmente llamado y santificado por su
Espíritu, no pueden ni totalmente ni finalmente caer del estado de gracia; sino que
ciertamente han de perseverar hasta el fin y ser eternamente salvados".

El Armianismo recibe su nombre del teólogo Santiago Arminio, de Leide, en los


Países Bajos (1560-1609). Este enseñaba "una elección solamente condicional o
contingente a la vida eterna." "La Presciencia divina", decía, "no era la eficaz
operación de antemano de la voluntad de Dios, sino la última resolución de la
voluntad humana que escogía venir a Cristo y determinaba perseverar." Así mismo
insistía, con suma reverencia, pero con fuerte énfasis, sobre la necesidad de la
gracia para la salvación, y como la fuente de todo lo bueno en el hombre.

Algunos grupos siguen al calvinismo y otros el arminianismo, habiendo discusiones


constantes entre los dos. No todos los miembros de cada iglesia creen
exactamente lo mismo en cuanto a los decretos particulares, ni es necesario que
están de acuerdo en todos los detalles.

La iglesia Católica Romana, no tiene una posición oficial sobre estas creencias.
Teóricamente pretende enseñar exactamente lo que los "Padres de la Iglesia"
escribieron, pero eso significa mucho por cuanto hay demasiada divergencia entre
lo escrito por ellos. La "Suma Teológica" (I-848) cita el concilio de Valent: "En la
elección de los predestinados, la misericordia de Dios precede al mérito bueno... A
nadie predestinó a mal".

La Iglesia Luterana preparó la "Confesión de Augsburg" como la declaración de su


fe, afirmando su creencia en la predestinación a la vez que rechaza la idea de una
redención limitada en su propósito. Insisten en que Dios no predestinó a nadie a la
condenación, sino que desea fervorosamente la salvación de todos los hombres.
Creen que la elección, sin embargo, no es en vista de la fe que los escogidos
habrían de tener.

Las Iglesias Presbiterianas, aunque así nombradas por la forma de gobernarse, son
llamadas calvinistas. Enseñan todas las doctrinas de la predestinación, la elección y
la reprobación.

Las Iglesias Bautistas también siguen, en su mayoría, el calvinismo, en cuanto se


refiere a los decretos de Dios, pero su forma de gobierno con cada iglesia local
independiente permite cierta desviación en esta doctrina.

Hay varias iglesias arminianas hoy, como las Metodistas, las Asambleas de Dios,
las del Nazareno, las Bandas de Peregrinos, las de la Santidad, etc. Esto se reduce
a decir que estas iglesias no creen en la doctrina de la perseverancia de los santos,
sino que afirman que es posible ser salvos y después caer en el pecado y perder
totalmente la salvación.

Observaciones sobre la Predestinación

La Biblia tiene mucho que decir en relación al libre albedrío del hombre junto con
su responsabilidad personal por sus decisiones.

Romanos 14:12
De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

II Corintios 5:10
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba
en cuerpo, sea bueno o sea malo.

Hebreos 9:27
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una vez, y
después de esto el juicio.

Al hablar de la salvación, en todas partes se lee que es salvo aquel que cree que
Dios le da la vida eterna. Cada alma tiene que ejercer una fe propia si desea ser
salva (Marcos 16:16; Juan 3:16; 8:24,) Cualquiera sea nuestra interpretación de
las referencias acerca de los decretos de Dios, no se puede pasar por alto esta
verdad igualmente enseñada: el individuo puede escoger, es libre para decidir y
responsable por la elección que hace (Juan 3:36)

La Escritura también declara que Dios tiene un plan para este mundo que incluye
hasta los detalles más insignificantes. El Padre celestial conoció todo en su
presciencia y está llevando adelante sus propósitos eternos.

Romanos 8:28-29
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que
antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la
imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Efesios 2:10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuáles Dios preparó de antemano para que anduviesemos en ellas.

Efesios 1:4-5, 11
Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuesemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según
el puro afecto de su voluntad... en él asimismo tuvimos herencia, habiendo
sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según
el designio de su voluntad.

Entonces el libre albedrío del hombre es una verdad, y la presciencia y la


predestinación de Dios son verdades también reveladas.

Tal vez el versículo por excelencia para exponer los dos lados del "enigma" es
Hechos 2:23, donde el apóstol Pedro dice: "A éste, entregado por determinado
consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de
los inicuos, crucificándole". Aquí declara al apóstol inspirado que Dios en su
presciencia y consejo determinado decretó y efectuó su voluntad de que su Hijo
fuese entregado a la muerte, pero los hombres que llevaron a cabo este hecho
conocido y determinado de antemano por Dios fueron culpables de una gran
iniquidad.

Capítulo 8

LAS OBRAS DE DIOS - LA PROVIDENCIA

La palabra "Providencia" es la combinación de "pro" que quiere decir "ante", y


"video" que significa "ver". "Ver de antemano" ha llegado a significar lo mismo que
hacer provisión para una necesidad por medio de la previsión y del cuidado. El
Señor Jesús enseñó a sus discípulos que el Padre Celestial les amaba y les
cuidaría, usando varias comparaciones para convencerles de tal verdad, a fin de
que no se afanen.

Mateo 6:25-26
Por tanto os digo: no os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué
habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir... Mirad las aves
del cielo... Vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho
más que ellas?

También les previno acerca de la tentación y la persecución, asegurándoles que


incluso los cabellos de sus cabezas estaban todos contados (Mateo 10:29-30) Pero
probó su conocimiento de la verdad de la Providencia del Padre cuando dijo a
Pilato en el momento tan importante del juicio: "Ninguna autoridad tendrías contra
mí, sino te fuese dada de arriba" (Juan 19:10-11)

En el libro del profeta Isaías leemos:

Isaías 55:9-11
Como son más altos los cielos que la tierra así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino
que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra
y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí
vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que
la envié.

El Señor Jesús dijo: "Vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos" (Mateo 5:45) La
Biblia enseña, pues, que Dios piensa en los hombres; que sus bondades para con
ellos son según su plan y voluntad, no por obligación, y que Él toma en cuenta la
manera en que sus beneficios son recibidos. En Hebreos 12:5-11 aprendemos
que Dios castiga a los creyentes para su bien espiritual. Santiago nos dice que las
tentaciones o pruebas de nuestra fe deben causarnos gozo porque obran la
paciencia.
Pero, ¿será que todo lo que pasa en la vida del creyente es ordenado por Dios? La
Providencia Divina sí incluye todo, pero no siempre domina del mismo modo. Dios
no cambia en cuanto a su carácter o a su plan o propósito, pero lleva esto a cabo
por medio de su obra sobre nuestras mentes y voluntades. Hay veces que Él
quisiera bendecirnos pero no lo hace porque no desea violar nuestro libre albedrío,
obligándonos a cumplir insinceramente nuestro deber. Antes nos permite escoger
el faltar, sufriendo las consecuencias (Mateo 23:37-39)

Empezando con el concepto cristiano de que Dios todo lo ve, todo lo sabe, y todo
lo puede, estamos razonablemente obligados a creer que la providencia divina
incluye cada detalle de la vida, o sea, de la historia del hombre.

Al mismo tiempo, por las Escrituras y por la experiencia sabemos que cada
persona toma sus propias decisiones y se regocija o sufre según lo que escoge. No
sólo conoce Dios nuestros hechos pasados y futuros, sino también nuestros
pensamientos y motivos para cada acto, de modo que nos hace responsables de
ellos, aunque Él supo lo que íbamos a hacer.

En la profundidad del carácter del Trino Dios está el punto focal donde estas dos
verdades (la soberanía divina y la responsabilidad humana) se encuentran. Hoy
están escondidas de nuestra vista, pero algún día lo que hoy es misterio será tan
manifiesto como el sol del mediodía.

A. LA PRESERVACIÓN

Por la doctrina de la preservación queremos decir que el mismo Dios, por medio
del ejercicio continuo de la energía divina sobre la materia y el espíritu, mantiene
en existencia todas las cosas que Él ha creado, junto con sus propiedades y
poderes. No es negativo: que el Creador sólo se exime de destruir lo que creó. Es
positivo: constantemente Dios está sosteniendo el Universo (Hebreos 1:3;
Colosenses 1:17)

Todo lo que existe tiene ser porque Dios lo preserva. La materia, la energía, el
movimiento, todo tiene su origen en Dios. No existe por sí mismo. Es Dios también
quien lo sostiene cada momento, porque sin su agencia y poder no podría
continuar.

Nehemías 9:6
Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo
lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas
estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
Salmo 36:5-6
Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las
nubes. Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande.
Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.

B. EL GOBIERNO DIVINO

Por la Providencia o el Gobierno Divino entendemos aquella actividad continua de


Dios por medio de la cual Él hace que todos los eventos, sean de orden físico,
mental o moral, obren lo que Él ha propuesto cuando creó el Universo. En la
Epístola a los Hebreos leemos que "por la fe entendemos haber sido constituido el
universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no
se veía" (11:3); pero habiendo aceptado por la fe el hecho de la creación, ahora
"sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien"
(Romanos 8:28)
Dios es Soberano en todo. El hombre está sujeto a Él. Siendo omnipotente, Dios
puede permitir a sus criaturas que hagan decisiones y elecciones libres y
responsables, sin que por eso se frustren sus planes y propósitos eternos. Debido
a que la providencia de Dios incluye todas las cosas, vemos en el universo las
evidencias de un gobierno inteligente. Una cosa se adapta a la otra, y el todo sirve
al hombre para que busque a Dios.

El gobierno divino se extiende sobre:

1. El universo físico: Génesis 8:22; I Samuel 7:12; Job 9:5-7; 37:6-13; 38:12-35.

2. El reino animal: Job 12:23; Salmos 104:21, 28-29; 147:9; Mateo 6:26; 10:29.

3. Las naciones de la Tierra: Job 12:23; Salmos 22:28; 66:7; 75:6-7; Isaías
10:5-7.

4. Las vidas de los individuos

a. Nacimiento y circunstancias en la vida.


b. Los éxitos y los fracasos de los hombres.
c. Las cosas más insignificantes de la vida.
d. Las necesidades de las criaturas.
e. Los destinos de los salvados y los no salvados.
f. Los actos libres de los hombres.

Otra manera muy instructiva para dividir las distintas fases del Gobierno Divino, es
la siguiente:

a. Preventivo
El uso divino de la Palabra, el Espíritu Santo, la conciencia, la aflicción, los padres,
el gobierno, las leyes y la opinión pública para impedir tanta maldad. Génesis 20:6;
31:24; Salmos 19:13; 119:67; Oseas 2:6; Hechos 26:11-14; I Corintios 11:30:32.

b. Permisivo
La licencia dada para lo que no prohíbe, pero restringe o limita. Deuteronomio.
8:2; II Crónicas 32:31; Job 1:12; 2:6; Salmos 76:10; 8:12-13; 124:2-3; Oseas
4:17; Hechos 14:16; Romanos 1:24, 28; I Corintios 10:13; II Tesalonicenses 2:7;
Apocalipsis. 20:2-3.

c. Directivo
La conducción de los hombres sin que ellos estén conscientes de tal influencia o
dirección. Génesis 50:20, II Reyes 19:28; Salmo 76:10; Isaías 10:5; 45:1-6; Juan
13:27; Hechos 4:28; Romanos 9:17; II Corintios 8:16; Apocalipsis 17:17.
d. Determinativo
La operación de Dios en hacer cumplir su voluntad eterna, aun por medio de una
interposición directa si es necesaria. Esto no es el "fatalismo" o destino, ni
tampoco la ventura o casualidad, sino el cuidado del Padre Celestial y la Sabiduría
del Dios eterno. Hechos 14:17; Romanos 2:4; Romanos 8:28; Hebreos 12:10-11;
Tito 2:14: I Pedro 2:9; II Pedro 3:9; Efesios 3:9-10; 5:25-27; Isaías 48:11; Hechos
9:3-4, 6, 15; 5:18-20; 8:1, 4; el libro de Esther.

C. LOS MILAGROS

Hay varias definiciones de un milagro, desde la de Straus: "Un milagro es una


rotura en la armonía de la naturaleza", a la de Dorner: "Los milagros son eventos,
perceptibles por medio de los sentidos, no comprensibles, y basados en la acción
libre de Dios solamente. Tales hechos encuentran su posibilidad en la constitución
de la naturaleza y la relación del Dios vivo con ella, y su necesidad en el propósito
de la revelación a que están subordinados".

En términos más claros, un milagro es un acto sobrenatural de Dios. Cuando no


usa medios visibles o conocidos por los hombres, son llamados "directos" o
"inmediatos". Si usa medios, son llamados "contra media", porque las causas
secundarias o naturales no son empleadas conforme a las leyes comunes, ni
producen los resultados ordinarios. De otro modo no serían milagros. Cuando Dios
obra un milagro, entonces, produce un efecto extraordinario en una manera
sobrenatural. Consideramos que un milagro es un acto del Autor de las leyes
naturales.

D. LA ORACIÓN

Dios oye y contesta las oraciones de sus hijos. Hace milagros cuando es para su
gloria, para contestar las peticiones de los creyentes. Pero ningún agricultor pide
de Dios buena cosecha y luego rehusa arar, sembrar la semilla y cultivar las
plantas. Ningún artesano pide prosperidad y deja de ir a su taller. ¿Por qué,
entonces un predicador pide un buen sermón inspirado del cielo, y luego deja de
estudiar la Biblia? O, ¿porqué debe un enfermo pedir la sanidad y no hacer lo que
puede para cuidarse? Como hemos dicho, en su providencia Dios obra sobre
nuestros ánimos, obrando según su amor y plan, pero sin quitar de nosotros
nuestra responsabilidad. El cristiano que no ora es semejante a un hijo que rehusa
hablar a su padre.

¿Qué lugar tiene la oración en un mundo donde Dios gobierna todo lo que pasa?
La oración en todas sus partes (la adoración, la comunión, acciones de gracias, la
intercesión y la plegaria) es otra prueba de que estamos gobernados por un Dios
personal y no por una ley inexorable, arbitraria e impersonal.

El Padre celestial oye los ruegos de sus hijos y el Creador ve las miserias de sus
criaturas. Por ser un Dios misericordioso y amante, Él ha ordenado que la oración
tenga una parte muy importante en el mundo. Él es compasivo, que quiere decir
que sufre con nosotros. De manera que sabemos que no es indiferente a nuestras
necesidades, deseos y plegarias, sino que se complace en ser nuestro Padre quien
provee todo lo que sus hijos han de menester.

La oración es una realidad, y Dios puede contestarla por cuanto Él gobierna todo,
habiendo hecho provisión para la oración en su economía celestial y terrenal. La
oración debe ser hecha con fe (Hebreos 11:6), al Padre (Juan 14:13), en el
nombre del Hijo (Juan 14:14), por el Espíritu Santo (Efésios 6:18; Romanos
8:26-27). Hay algunas condiciones que deben ser cumplidas (Juan 15:7; Santiago
1:6; 5:14; Salmo 66:18).

Capítulo 9

- LA PATERNIDAD DE DIOS

El Señor Jesucristo enseñó a sus discípulos a orar, diciendo: "Padre nuestro que
estás en los cielos..." (Mateo 6:9-13; Lucas 11:2-4), sin que nadie se haya dado
por ofendido. Pero cuando Él habló de Dios como su propio Padre, los judíos
querían apedrearle por blasfemia, diciendo que Él, siendo hombre, se hacía Dios
(Juan 10:29-33) En Juan 5:17-18, los judíos dijeron que se hacía igual a Dios,
porque a su Padre llamaba Dios. También guardaba una distinción entre su propia
relación con Dios y la de los hombres, al decir: "Subo a mi Padre y a vuestro
Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Juan 20:17). En Mateo (11:27) el Salvador
reclamó para sí un conocimiento único del Padre, además de una relación especial
con Él.

En su oración en el Evangelio de Juan 17 hay varias frases que explican esa


relación sin par. El versículo 3 dice que la vida eterna es conocer a Dios y a
Jesucristo; el 5 que Jesucristo estaba con el Padre en gloria antes que el mundo
fuese; los versículos 7-8 dicen que todas sus cosas y palabras les fueron dadas del
Padre quién le envió; el 21 que Jesucristo estaba en el Padre y el Padre en Él; y
que el Padre amaba al Hijo con amor eterno (23-26). El Señor llamó a Dios
"Perfecto" (Mateo 5:48); Padre Santo (Juan 17:11); Padre Justo (Juan 17:25).

En las Epístolas hay varios versículos donde los nombres Dios y Jesucristo, o Padre
e Hijo, son unidos de una manera muy estrecha. No confunden las Personalidades
pero su igualdad es absoluta.

II Juan 1:3
Sea con vosotros gracia, misericordia, y paz de Dios Padre y del Señor
Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.

Gálatas 1:1,3
Pablo, apóstol (no de los hombres, ni por hombre, sino por Jesucristo y por
Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)... Gracia y paz sean a vosotros,
de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo.

I Tesalonicenses 3:11
Mas el mismo Dios y Padre nuestro y nuestro Señor nuestro Jesucristo, dirija
nuestro camino a vosotros.

II Tesalonicenses 2:16
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cuál nos amó y
nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia.
Dios es uno, indivisible, pero que subsiste en tres Personas. Es una sola esencia,
con muchos atributos o perfecciones, de manera que cada una de las tres
Personas posee todos los atributos de la esencia.

No hay una esencia separada de la personalidad o de las tres Personas, sino que la
misma esencia es Trina. Las Escrituras reconocen al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo, con sus nombres diferentes, como distintos sujetos en la Única esencia
divina.

La distinción personal de las Tres coincide perfectamente con estas relaciones


entre sí. El Padre es sólo Padre y eternamente; el Hijo es sólo Hijo, solo y
eternamente; el Espíritu es Espíritu sólo y eternamente. El Padre es Dios en su
carácter de Padre; el Hijo es Dios en su carácter de Hijo, y el Espíritu Santo es
Dios en su carácter de Espíritu Santo. Así hay un Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

A. Dios el Padre

Efesios 3:14-15
Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, de
quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.

Dios, entonces, es Padre en un sentido perfecto y completo, siendo su paternidad


la realidad de la cual la paternidad humana es la sombra.
Entre los hombres un padre es a la vez el hijo de otro, y con el tiempo el hijo llega
a ser también padre. Además, entre nosotros, un padre no puede por sí solo
engendrar un hijo sin la madre. La paternidad humana es, en cierto sentido,
temporaria y accidental, no esencial al hombre, quien puede ser adulto sin ser
padre; y si logra tener hijo, es después de años de desarrollo, por una facultad que
cesa al fin de algunos años más, o con su muerte.

En Dios todo es diferente. Él es Padre, solo y completamente; es solamente Padre;


es Padre por naturaleza y eternamente, sin principio y sin fin.

1. Su Paternidad Sobre Jesucristo

Al decir que es el Padre desde la eternidad, o llamarle el Padre Eterno, es claro


que el Hijo es igualmente eterno, engendrado del Padre desde la eternidad. El
carácter eterno de paternidad significa que la filiación (esencia, calidad o estado de
hijo) del Señor Jesucristo es también eterna.
Como el Padre perfecto no puede ser engendrado por cuanto es la Causa Primera
de todo, sigue que el Hijo es eternamente engendrado, sin relación a tiempo. Hay
dos consideraciones, además del tiempo, que tienen que ver con esta verdad, pero
cuya explicación se encuentra en Dios:

1. Dios es Espíritu, y en la eternidad pasada el Hijo fue engendrado del Padre y el


Espíritu Santo procedió del Padre y del Hijo;

2. Dios, como Padre, engendró al Hijo, quien es su misma esencia Divina. Véase
Juan 5:21-23, 26; Colosenses 1:15; Hebreos 1:3.

Esta generación de Espíritu a Espíritu es un misterio por cuanto no tenemos


experiencia de cosa a qué compararla. Cuando leemos en I Juan 4:9 "En esto se
mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al
mundo, para que vivamos por Él", entendemos que Jesucristo fue Hijo antes de
venir al mundo.

En Isaías 9:6, dice: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado", dando a
entender que el Niño a que se refiere es ya un Hijo y que es dado al mundo por
Aquel que tiene en Sus manos los manantiales de la vida. Esto nos da base para
interpretar varios otros versículos como refiriéndose a la generación eterna del Hijo
y no al nacimiento virginal.

2. La Paternidad De Dios Sobre La Creación


I Corintios 8:6
Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden
todas las cosas.

En Job, capítulos 38 a 41, vemos muchas pruebas del cuidado que Dios tiene como
Padre sobre la creación física.

Él da de comer a los animales silvestres, manda la lluvia y el sol, y gobierna las


estrellas. Véase la pregunta en Job 38:28, 29 "¿Tiene la lluvia padre? O ¿quién
engendró las gotas del rocío? ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del
hielo, ¿quién la engendró?".

No sólo dice la Biblia que Dios creó los cielos y la tierra, sino que es llamado: "El
Padre de las luces" (Santiago 1:17); y el "Padre de los espíritus" (Hebreos 12:9).
Los ángeles son llamados "Hijos de Dios" (Job 38:7; 1:6; 2:1) Malaquías 2:10 hace
la pregunta: "¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo
Dios?" En Hechos 17:28, 29 el apóstol Pablo da la razón al poeta que dijo: "Porque
linaje suyo somos".
Hay entonces, sentido en que Dios es el Padre sobre lo espiritual y sobre toda la
humanidad. Su paternidad sobre los hombres en general no es igual a su relación
con los creyentes en Jesucristo, como veremos. Pero Él creó a todos y hace que su
sol salga sobre buenos y malos. Juan 8:44 prueba que no todos son hijos
espirituales de Dios, pero aún la energía con que los incrédulos pecan viene de
Dios, aunque es abusada.

3. Su Paternidad Sobre Israel

Éxodo 4:22
Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito"

Oseas 11:1
Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.

Este es un hecho histórico de Israel pero también profético en relación a Jesucristo


(Mateo 2:15). Se refiere a la íntima relación entre Dios e Israel, Su pueblo
escogido, como la de Padre e hijo. Véase también Génesis 45:8; 50:20; II Samuel
7:14 y Salmo 103:13.

Se ve aquí el lugar que tienen los pactos en el plan de Dios. Su pacto con Israel, a
través de Abraham, nos prepara para comprender el Evangelio.
4. Su Paternidad Sobre Todos Los Que Creen En Él

a. La Regeneración por el Espíritu Santo

Lo que es la generación en dar vida carnal, es la regeneración en dar vida


espiritual. Los versículos de Juan 1:12-13; 3:6-7, 16 explican en cortas frases la
enseñanza bíblica la necesidad del hombre de nacer de nuevo. Primeramente en
Juan 1:2 se ve que recibe al Señor Jesucristo creyendo en Él y, al hacerlo, el
individuo inmediatamente tiene potestad de ser hecho hijo de Dios.

Esto significa que el alma que recibe a Cristo en la manera en que Él se ofrece,
que es el Hijo de Dios para ser el Señor de la vid, y Salvador para redimir del
pecado (su poder tanto como su pena), ya es realidad un hijo de Dios con los
privilegios y derechos inherentes en ese parentesco. Juan 1:13 dice que tal
persona tiene un nacimiento que no es por la voluntad humana ni por proceso
carnal, sino de Dios.

En Juan 3:6-7 aprendemos que la persona que ha nacido en carne necesita


experimentar otro nacimiento mucho más importante, el del Espíritu. Este dicho
del Maestro Divino resultó de la pregunta: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo
ya viejo?" La explicación exacta del método para efectuar el renacimiento se
encuentra en los vs. 14-16 y el último contiene estas aclaraciones:

1. Dios amó al mundo (la humanidad) que estaba perdido.

2. Él envió a su Hijo unigénito (quién murió por los pecadores).

3. Lo envió para que la persona que crea en el Hijo ya no se pierda.

4. El creyente tiene entonces vida eterna.

Al creer uno en Jesús de Nazaret como el Hijo Unigénito de Dios, y al poner toda la
confianza en Él como el Salvador del alma, en seguida Dios le da una vida nueva y
eterna, la misma vida de Dios. Es lo mismo que decir que Dios le da el Espíritu
Santo para estar en él, y eso constituye la regeneración o el nacimiento espiritual.

El apóstol Pedro (I Pedro 1:3-5 y 23) también nos ayuda en esto, explicando que
es Dios mismo quien reengendra por su Palabra o verdad. Dios dice que para
aquel que confía sinceramente y plenamente en Cristo recibiéndole en su vida
como único Salvador y Señor, Él efectuará el milagro espiritual de reengendrarle,
dándole la vida espiritual y eterna.

Aquel que cree, sin dudar, sin mirar a sus propios sentimientos sino a la Palabra de
Dios que no puede mentir, sabrá que es salvo. Tal vez en el acto no tendrá más
sentimientos que cuando nació en la carne, pero más tarde tendrá pruebas
convincentes de que ya posee la vida espiritual (Gálatas 3:26).

b. El ejercicio continuo de la paternidad en los reengendrados.

Juan 10:9
Yo soy la Puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos.

Esta ilustración tomada de la vida del pastor con su rebaño de ovejas, hace que
este versículo sea muy precioso. El corral o aprisco en el oriente no tenía puerta de
hoja de madera, sino que el mismo pastor, o el portero en el caso de varios
rebaños y pastores juntos, se acostaba en la abertura o puerta. Por la mañana
cada pastor llamaba a sus ovejas y les llevaba a los buenos pastos. Así Jesucristo
no sólo nos salva, sino que nos cuida día y noche para siempre.
Romanos 8:28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.

Romanos 8:32
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Gálatas 4:6
Por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo.

Véase también Lucas 11:11-13; Mateo 6:25-34; I Pedro 5:7; y todo lo que se dijo
en cuanto a la Providencia divina antes. El Padre Celestial ejerce constantemente
su Paternidad a favor de los suyos aquí en la tierra, hecho que infunde en el
cristiano un amor filial tanto como un espíritu de agradecimiento y de adoración.

B. LA ETERNIDAD DEL HIJO

1. Jesucristo en la Eternidad Pasada

Dios siempre ha sido Hijo, tanto como Padre y Espíritu Santo. Si Jesucristo existió
antes de la fundación del mundo, ¿cuánto sabemos acerca de su vida y actividades
en esa época tan remota cuando sólo el Trino Dios existía? Por Juan 17:5
sabemos que el Hijo estaba con el Padre en gloria, que participaba de la majestad
divina.
También en el versículo 24 del mismo capítulo 17 de Juan vemos que el Padre
amaba al Hijo antes de la fundación del mundo. ¿Cuál era el propósito y el plan de
Dios antes de crear todas las cosas? De II Timoteo 1:9 se ve que ese propósito
tuvo que ver con Jesucristo y la gracia hacia los hombres que iban a recibir la vida.
I Pedro 1:18-20 enseña que la redención por la sangre de Jesucristo fue parte
íntegra del plan eterno. Hebreos 10:4-9 nos dice que la venida del Hijo a la tierra
en cuerpo para hacer un sacrificio perfectamente eficaz, fue completamente
voluntaria de parte del Señor. Es se ofreció y después cumplió. Efesios 1:3-5 y
Tito 1:2 explican que, en la eternidad pasada, el plan divino abrazaba todos los
resultados de la salvación que Jesucristo efectuaría.

En la conferencia que hubo entre las tres personas de la Deidad, ellos convinieron
en la parte que cada uno llevaría a cabo en los planes para el universo. En todo, el
Hijo sería la manifestación visible de la Esencia Divina, haciendo la obra de la
creación, sosteniendo Él todo, juzgando todo y finalmente heredando todo.
2. Jesucristo en la Creación

Juan 1:3
Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho,
fue hecho.

Aquí tenemos la declaración positiva de que el Verbo Eterno ha hecho todas las
cosas. Esto nos habla del Señor Jesucristo mismo como el Creador y no
simplemente como un agente o instrumento del Padre. Jesucristo fue la causa
eficiente en la creación. Juan 1:10 dice que el Señor Jesús estaba en el mundo
que fue hecho por Él. Leyendo juntos Génesis 1:1, Juan 1:3 y Hebreos 1:10 es
imposible ignorar que la Biblia presenta al Señor Jesús como el Creador divino.

Veamos ahora un pasaje sublime e instructivo: Colosenses 1:15-19. Primero


dice que el Hijo es la imagen del Dios invisible, lo cual significa que es una
manifestación visible pero la misma esencia, igual es todo al Padre. Luego le llama
"el Primogénito de toda creación". Este título quiere decir que existió primero antes
de haber cosa creada, pero no significa que Él mismo fue creado.

Jesucristo no sólo creó todo, sino que fue constituido Primogénito o Jefe para
gobernar y heredar (Hebreos 1:2-3). En Romanos 8:29 Cristo es llamado "El
Primogénito entre muchos hermanos", no por ser el primer redimido, sino el
Redentor que abrió el camino para que nosotros podamos ser sus hermanos.
Colosenses 1:18 dice que es la cabeza del cuerpo -la iglesia- por ser el principio,
el primogénito de los muertos, para que en todo Él tenga la preeminencia.
Entonces el primogénito es Cabeza y el Preeminente en todo. Colosenses 1:16
dice que Jesucristo hizo todo lo celestial y lo terrenal, y que todo es para Él.
Ciertamente aquí la primogenitura es explicada: el Primogénito es la Causa, el
Objeto, el Antecedente, la Cabeza, el Principio y el Preeminente, por quien todas
las cosas subsisten.

Capítulo 10

- LA DEIDAD DE JESUCRISTO

El Señor Jesucristo aceptó la suprema adoración de los hombres, de manera que


nos vemos obligados a creer o que es Dios o que es un blasfemo (Juan 20:28;
9:38). Su vida en la tierra empezó por un milagro; sus obras, enseñanzas y vida
fueron todas en un plano sobrenatural; su muerte, sepultura, resurrección y
ascensión constituyeron un fin triunfante de su advenimiento, y todo prueba el
hecho de que no era simplemente un hombre bueno, sino Dios. Sus reclamos y
promesas son dignos de Dios (Lucas 12:8-9; 9:23-26).

A. LOS NOMBRES DE JESUCRISTO PRUEBAN SU DEIDAD

Entre los orientales los nombres de las personas servían a menudo para revelar el
carácter de la persona además de identificarle. Los nombres y títulos usados en la
Biblia para Jesucristo prueban su deidad. Aquí solamente consideramos a aquellos
que tienen más que ver con su deidad. Él mismo usó frases metafóricas para
explicar en parte su carácter y su misión.

Juan 6:41
Yo soy el pan que descendió del cielo.

Juan 10:9
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos.

Juan 10:11
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Juan 14:6
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Juan 15:5
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Apocalipsis 1:8
Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y
que ha de venir, el Todopoderoso.
Apocalipsis 3:14
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y
verdadero, el principio de la creación de Dios.

Apocalipsis 22:13
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.

El Ángel de Jehová, El Ángel del Pacto, El Ángel de Dios

Este nombre tal vez es el mejor para considerar primero, porque revela el oficio
tanto como el carácter divino de la Segunda Persona de la Deidad.

Hay muchas referencias a este "Ángel de Jehová" que prueban que es el mismo
Jehová, una manifestación visible de la Deidad antes de la encarnación. La primera
vez que es mencionado es en Génesis 16:7-10, 14, y se ve que Agar, habiendo
hablado con el Ángel de Jehová, había hablado con el mismo Jehová.

En Génesis 22:11-12 leemos: "Entonces el Ángel de Jehová le dio voces desde el


cielo y dijo: "¡Abraham! ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No
extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; pues ya conozco que
temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único".

Jueces 2:1-2 donde el Ángel de Jehová dice que fue Él quien hizo subir a los
hebreos desde Egipto a a la Tierra Prometida. La relación hecha en el capítulo 18
de Génesis de la visita de los tres varones a Abraham es muy interesante. Dos de
ellos resultaron ser los ángeles que sacaron a Lot y a sus hijas de la destrucción de
Sodoma. El otro fue Jehová mismo, haciendo lo que sólo Dios pudo hacer:
contestar la oración, y decidir la suerte de una ciudad.

El primer versículo de Malaquías 3 se lee así: "He aquí, yo envío mi mensajero, el


cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el
Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He
aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos."

Se ve que el Señor Jesucristo es el Ángel del Pacto, el Señor, quien es Mediador


del mejor y nuevo pacto. Entonces, cotejando Zacarías 9:9 con Mateo 21:1-10 y
los pasajes paralelos, es claro que es el mismo Señor Jesucristo quien vino a Su
Templo.

Este nombre, "El Ángel de Jehová", está de acuerdo con todo lo demás que hemos
aprendido acerca de la Segunda Persona de la Deidad. Él es Aquel que revela a
Dios. Como en el hebreo la voz "ángel" es la misma palabra, "mensajero", es muy
propio que el Señor tenga por oficio ser el Ángel, Mensajero, Revelador de la
Deidad.
Jehová, Dios

Es claro que la misma Persona divina llamada Jehová en el Antiguo Testamento, es


llamada el Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento, probando así su deidad. No
hay duda de que el nombre "Jehová" (o "Javé") es nombre propio de Dios.

Las profecías acerca del Mesías prueban que era este mismo Jehová quien venía a
la tierra, primero para salvar por medio del sufrimiento y después para reinar. Los
judíos, especialmente los rabinos, sabían que "el Cristo" había de ser divino:

Mateo 26:63
Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que no digas si
eres tú el Cristo, el Hijo de Dios!

Isaías (9:6) da al Mesías prometido el nombre de "Dios (Hebreo, "EL") Fuerte",


una de las designaciones antiguas para el Altísimo (Deuteronomio 10:17; Jeremías
32:18; Nehemías 9:32; Salmo 24:8). Jeremías (23:6) Le llama: "JEHOVÁ,
JUSTICIA NUESTRA", y debido a esto la sinagoga de los judíos reconocía que
Jehová era uno de los nombres del Mesías.

La profecía en Isaías 40:3 llama al mismo Mesías: "Jehová" y "Dios" (Hebreos


"Elohim"). No es extraño, entonces, que en el Nuevo testamento el Señor
Jesucristo sea llamado Dios (Juan 20:28; Hech. 20:28). "Emanuel" quiere decir:
"Dios con nosotros (EL)" (Mateo 1:23, Isaías 7:14).

El Hijo de Dios - el Hijo del Hombre

Hemos visto ya que la Segunda Persona de la Deidad ha sido Hijo desde la


eternidad, Hijo del Padre. Así el nombre: "Hijo de Dios" le designa o identifica,
distinguiéndole de las otras Personas de la Trinidad (Mateo 28:19; 24:36; 3:17;
17:5 y pasajes paralelos).

También tiene referencias especiales a su nacimiento virginal, sin intervención de


padre humano: Lucas 1:35 (Mateo 1:18-25; Juan 1:13). Pero generalmente la
designación "Hijo de Dios" habla de su deidad (Lucas 22:67-71; Mateo 26:63; Juan
5:17-29; 10:30-33; Hechos 9:20; Romanos 1:1-4; 8:3; Gálatas 4:4; Hebreos 1:2).

También hay pasajes que hacen referencia a la nueva relación de Jesucristo con
Padre debido a su resurrección. Ahora Hijo y Primogénito entre muchos hermanos
(Hechos 13:33; Hebreos 1:5-6; Romanos 8:29; Colosenses 1:15, 18)

El título "Hijo del Hombre" fue el más favorecido por el Señor mismo. Fue usado
30 veces en el Evangelio de Mateo; 15 veces en Lucas, 12 veces en Juan y se
encuentra en Hechos 7:56; Apocalipsis 1:13 y 14:14; y Daniel 7:13. También se
usa en Salmo 8:4 y en Ezequiel, pero sin designar a Jesucristo. A veces este
nombre hacía énfasis en su naturaleza humana (Marcos 2:27-28; Juan 5:27, 51,
62), especialmente a su pasión, muerte y resurrección (Mateo 17:22, 20:18-19,28;
12:40)

Pero en la mayoría de las 40 distintas ocasiones en que el Redentor se llamó "Hijo


del Hombre", su razón para escoger dichas palabras no es muy clara. Se ha
sugerido que Él quiso que los hombres llegasen a creer en su deidad por medio de
una convicción basada en sus obras, enseñanzas y carácter, no por un reclamo
dictatorial de parte de sí mismo.

El Señor Jesucristo
a. El nombre: "Jesús"

Este nombre más o menos común entre los hebreos, es llamado el nombre
humano del Salvador. Es griego, mientras el hebreo lo usa en varias formas:
Josué, Jesuá, Jesúa, Oseas, etc. (Josué 1:1; Zacarías 3:1; Esdras 2:2; Números
13:8, 16-17; Deuteronomio 32:44)

En Mateo 1:21 tenemos el indicio del significado de este nombre: "llamarás su


nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados". Se discute su
derivación, si viene de una raíz que quiere decir "Jehová ayuda", o si procede de
otra que significa "redención". El resultado es el mismo, y el ángel dió la razón de
llamar al niño "Jesús" en el hecho de que era el Salvador.

Siendo Su nombre humano, no sólo le distinguía como individuo, sino que es


empleado para poner énfasis es su humanidad (Hebreos 2:9; Hechos 9:5; 2:22;
17:3, 28:23; Romanos 3:26; I Corintios 12:3; I Juan 4:15)

b. El título: "Cristo"

Si "Jesús" es el nombre personal, "Cristo" es el nombre oficial del Mesías. Es el


equivalente de la voz "Mashiach" del Antiguo Testamento, que significa: "El
Ungido".

El nombre "Cristo" fue usado primero para el Señor como sustantivo común con el
artículo, pero gradualmente se desarrolló hasta llegar a ser sustantivo propio, y fue
usado sin el artículo "El".

Este nombre o título señala al Señor como el cumplimiento de las esperanzas


mesiánicas de los judíos según las profecías del Antiguo Testamento. El mismo
Salvador dijo claramente que Él era el Mesías (Juan 4:25-26). Habla este título de
la deidad, pero la deidad venida a los hombres según las promesas antiguas,
desde I Samuel 2:10 en adelante.

Hay referencias donde es usado claramente para designar la deidad (Mateo 16:16;
Juan 6:69; Hechos 18:28). Conforme a estos significados, hay veces en que los
nombres, usados justos, llaman la atención por su orden. "Jesucristo" pone énfasis
en la humanidad (Mateo 1:1, 18; Juan 17:3, Hechos 3:6, Romanos 5:15), y "Cristo
Jesús" en la deidad del Salvador (Romanos 6:11, 23, 8:39; I Corintios 1:2; II
Corintios 2:14)

c. El título: "Señor" (griego "Kurios")

El Salvador es llamado "SEÑOR" casi mil veces en el Nuevo Testamento. Aplicado a


los hombres, "Señor" indica autoridad, como maestro o dueño (Mateo 10:24, 20:8,
21:40).

La misma idea, aumentada al grado absoluto, es incluida al hablar de Jesucristo


como Señor (Mateo 9:38; Lucas 19:33-34). El hecho de que Jesucristo es llamado
"El Principio y el Fin, el Primero y el Último, Alfa y Omega, que es y que era y que
ha de venir, el Todopoderoso" (Apocalipsis 1:8, 17-18; 22:13), prueba que el
Redentor Jesucristo merece el título de Señor, porque es el "YO SOY", el que
siempre es que vive para siempre, el Jehová o Yavé (Hechos 10:36; Romanos
10:12; I Corintios 2:8; Apocalipsis 17:14; 19:16)

Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo,
dado a los hombres, en el cual podemos ser salvos.

B. JESUCRISTO POSEE LOS ATRIBUTOS DE LA DEIDAD

El cristianismo es la única religión que está basada sobre la Persona de su


Fundador. Es verdad que sus enseñanzas son importantes, pero son de tal manera
vinculadas a su persona que si Él no es Dios encarnado, no hay base para aceptar
sus enseñanzas.

El que dijo: "Si no creyereis que yo soy, en vuestros pecados moriréis" y "Nadie
viene al Padre sino por mí" (Juan 8:24 y 14:6), necesariamente tiene que ser
personalmente el Objeto de la fe y la adoración de sus discípulos. Él ha de ser
digno de tal culto, y si tuviera en su vida o carácter la menor falla, si en su hablar
hubiera una sola palabra torpe, o en su obra un solo fracaso, luego no sería Dios y
por lo tanto no habría salvación ni cristianismo verdadero.

1. Jesucristo es Eterno

Juan 1:1-2; 8:58; 71:5, 24; Apocalipsis 1:8

2. Jesucristo es Omnipresente

a. Estaba en el cielo aún viviendo en la tierra (Juan 3:13)

b. Está en cada creyente (Mateo 28:20; Juan 14:20; Colosenses 1:27)

c. Está presente donde quiera que dos o tres se congregan en su nombre


(Mateo 18:20; I Corintios 3:17)

d. Llena todas las cosas (Efesios 1:23)

3. Jesucristo es Omnisciente

a. En Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del


conocimiento (Colosenses 2:3)

b. Él conoce la historia de cada individuo (Juan 1:48; 4:16-19; Hechos 9:5)

c. Él conoce los más íntimos pensamientos de los hombres (Lucas 5:22; 6:8;
11:17, 22; Hechos 9:11-12; Juan 2:24-25)

d. Él sabe qué hubiera pasado en otras circunstancias (Mateo 11:21, 23)


e. Él sabe lo que ha de pasar en el futuro (Mateo 11:22, 24; 24:1-35; Juan
6:64; Marcos 14:30)

f. Él sabe todas las cosas (Juan 16:30; 21:17)

4. Jesucristo es Omnipotente

Él manifestó su poder sobre:

a. Las enfermedades (Lucas 4:38-41; Mateo 8:3)

b. La muerte (Lucas 7:14; 8:54-55; Juan 5:25; 11:25, 26, 43,44)

c. Los elementos naturales (Mateo 8:26-27; 21:19; 17:27; Juan 2:11)


d. Los demonios (Mateo 8:16; Lucas 4:25-41; Marcos 5:11-15)

e. Todas las cosas (Mateo 28:18; Efesios 1:20-23; Hebreos 1:3; Apocalipsis
1:8)

5. Jesucristo es Inmutable

Hebreos 1:11-12; 13:8. Esto significa que en Él no hay cambio de sus promesas,
planes, propósitos o Persona.

C. JESUCRISTO POSEE LAS PRERROGATIVAS DE LA DEIDAD

1. Perdona el pecado, lo que ningún apóstol pretendía hacer (Mateo 9:2,6;


16:19; 18:18; Marcos 2:7; Lucas 7:47-48; Juan 20:23 con I Juan 1:9; Hechos
8:20-22)

2. Resucitará a los muertos (Juan 6:39-40, 54; 11:25-26; 20:25, 28)

3. Él juzgará

a. A todos (Juan 5:22)

b. A los creyentes (Romanos 14:10; II Corintios 5:10)

c. Al anticristo y sus seguidores (Apocalipsis 19:15)

d. A las naciones (Hechos 17:31; Mateo 25:31-32)

e. A los muertos (Hechos 10:42; II Timoteo 4:1; I Pedro 4:5)

D. JESUCRISTO SE COMPORTÓ COMO DIOS

1. Aceptó la adoración de los hombres. Los hombres buenos y los ángeles


rehusaron aceptar la adoración.

2. Recibió la aprobación del Padre Celestial en una manera única (Mateo


3:17; 17:5)
3. Enseñaba con autoridad (Mateo 5:21-28)

4. Dio a sus discípulos autoridad sobre los demonios y las enfermedades


(Mateo 10:1-8; Lucas 10:9, 19)

5. Enseñaba a sus discípulos a orar en su nombre (Juan 16:23-24)

6. Dijo que Él y el Padre eran Uno (Juan 10:30; 17:11; 14:9)

7. Alegó que sus obras testificaban de su deidad (Juan 5:36; 10:37-38)

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