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EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO

Colegio de Abogados de *
Puerto Rico por sí, *
representado por su Presidente, *
Arturo Luis Hernández González, *
y en representación de sus *
miembros *
*
Peticionarios *
*
v. * CC-2010-606
*
*
Estado Libre Asociado de *
Puerto Rico; Hon. Luis Fortuño *
Burset; Oficina de * Certiorari
Administración de los Tribunales *
y Hon. Sonia Ivette Vélez Colón *
*
Recurridos *
*
John E. Mudd *
*
Interventor-Recurrente *
*
*********************************

Voto Disidente emitido por el Juez Presidente SEÑOR


HERNÁNDEZ DENTON

San Juan, Puerto Rico, a 17 de marzo de 2011.

El día de hoy, este Tribunal adjudica sumariamente una

controversia de altísimo interés público. Contrario a lo

resuelto por una mayoría de este Tribunal, expediríamos el

recurso de autos por entender que la naturaleza e

importancia de las controversias constitucionales ante nos

ameritan el pronunciamiento de este Tribunal.

Como se sabe, la colegiación compulsoria ha sido un

tema de constante discusión pública en nuestro País. A


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pesar de que habíamos expresado que ésta encuentra su

justificación legal y su legitimidad tanto en el poder de

razón de Estado como en el poder inherente de este Tribunal

para regular la profesión legal y administrar la justicia,

la Asamblea Legislativa aprobó la Ley Núm. 121 de 13 de

octubre de 2009 y la Ley Núm. 135 de 6 de noviembre de

2009, que, en esencia, eliminan la colegiación compulsoria

y le imponen una serie de requisitos al Colegio de Abogados

para su operación interna.

Para disponer del recurso, una mayoría de este

Tribunal ha optado por emitir una Resolución mediante la

cual sostiene que la acción de la Asamblea Legislativa es

un ejercicio válido de sus facultades constitucionales y,

además, ordena la publicación de la sentencia del Tribunal

de Apelaciones. Esto último, porque, de acuerdo con los

compañeros jueces, “esa sentencia expone de manera correcta

el derecho aplicable”.

No obstante, al desatender el recurso de autos, este

Tribunal deja en el aire múltiples cuestionamientos que

merecen nuestra cuidadosa atención. Sin que de ningún modo

el siguiente listado sea exhaustivo, algunas de estas

interrogantes no resueltas son:

(1) ¿Constituye la referida acción legislativa una

intromisión indebida que viola la separación de poderes

frente a nuestro poder inherente de regular la profesión

jurídica y la jurisdicción permanente que decidimos asumir


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tras el caso de Colegio de Abogados v. Schneider II, 117

D.P.R. 504 (1986)?;

(2) ¿se viola el derecho a la igual protección de las

leyes al brindarle al Colegio de Abogados un trato distinto

al que reciben otras organizaciones profesionales?;

(3) ¿constituyen las referidas leyes una

reglamentación inoficiosa del derecho a la libertad de

expresión del Colegio como organización por virtud del

contenido de sus expresiones públicas pasadas, a la luz del

voluminoso historial legislativo?;

(4) siendo el Colegio -por vía legislativa- una

organización de membresía voluntaria, ¿puede la Asamblea

Legislativa proscribir determinado contenido de su

Reglamento u operación administrativa?

A nuestro entender, las controversias planteadas en

este caso requieren unos pronunciamientos de este Tribunal

sobre la separación de poderes, particularmente en lo que

respecta a las facultades para reglamentar el ejercicio de

la abogacía y derechos constitucionales de la más alta

jerarquía, como la libertad de expresión y asociación, que

reclaman los peticionarios.

Al adjudicar estas controversias, no se debe pasar por

alto el hecho de que el Tribunal Supremo de los Estados

Unidos ha expresado en varias ocasiones que no existe razón

constitucional para impedir que se le obligue a un

profesional a pertenecer a una asociación cuyos fines éste

no apruebe. Lathrop v. Donoheu, 367 U.S. 820 (1961); Abood


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v. Detroit Board of Education, 431 U.S. 209 (1977). Con

ello en mente, hemos expresado que:

[l]as singulares circunstancias


sociopolíticas puertorriqueñas… apoyan aun con
mayor fuerza la constitucionalidad de la
[colegiación compulsoria]. Los intereses
públicos en la creación de una sociedad
vigorosamente pluralista, en el mejoramiento
de la abogacía y en la buena marcha del
sistema judicial pesan decididamente más que
las inconveniencias personales que pueda
acarrear en ciertos casos la colegiación
obligatoria. El derecho a la no asociación,
derivable del derecho contrario consagrado en
la constitución… cede ante los intereses
señalados. Colegio de Abogados de P.R. v.
Schneider I, 112 D.P.R. 540, 549 (1982).

No cabe duda, pues, de que existen profundos y

medulares cuestionamientos sobre la validez de la acción

legislativa que no fueron atendidos debidamente por el

Tribunal de Apelaciones. En consecuencia, no podemos dejar

de preguntarnos: ¿han cambiado las condiciones

sociopolíticas de Puerto Rico al punto de no requerir la

colegiación de los abogados? ¿Hemos sido persuadidos de

ello en el ejercicio de nuestro poder inherente? ¿Será este

el principio de la descolegiación de profesiones tales como

la medicina, la contabilidad pública o la ingeniería?

A nuestro entender, el denegar este recurso bajo el

fundamento de que el Tribunal de Apelaciones resolvió “de

manera correcta el derecho aplicable” constituye una

indebida delegación de nuestra obligación de ser máximos

intérpretes de nuestra Constitución. Este caso contiene

precisamente el tipo de controversia que nos corresponde

atender como foro de última instancia.


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De otra parte, discrepamos de las expresiones sobre

los méritos de la controversia que se consignan en la

Resolución. La exposición detallada que se hace sobre el

escrutinio aplicable a una acción legislativa de requerir

la colegiación obligatoria de un grupo profesional causa

profunda incertidumbre sobre ciertas disposiciones

legislativas vigentes que afectan otras profesiones y el

alcance de nuestra Constitución en cuanto al derecho a

asociarse libremente. Véase, a modo de ejemplo, las

siguientes disposiciones que actualmente exigen la

colegiación de varias profesiones en nuestro País: Art. 12

de la Ley Núm. 211 de 12 de agosto de 2004, 20 L.P.R.A.

sec. 3313 (Colegio de Actores); Art. 10 de la Ley Núm. 2 de

23 de febrero de 1990, 20 L.P.R.A. sec. 2377 (Colegio de

Administradores de Servicios de Salud); Art. 21 de la Ley

Núm. 265 de 13 de diciembre de 2006, 20 L.P.R.A. sec. 653

(Colegio de Agrónomos); Sec. 3 de la Ley Núm. 96 de 6 de

julio de 1978, 20 L.P.R.A. sec. 753 (Colegio de

Arquitectos); Art. 4 de la Ley Núm. 102 de 27 de junio de

1969, 20 L.P.R.A. sec. 1064 (Colegio de Choferes); Art. 3

de la Ley Núm. 75 de 31 de mayo de 1973, 20 L.P.R.A. sec.

795 (Colegio de Contadores Públicos Autorizados); Art. 4 de

la Ley Núm. 54 de 21 de mayo de 1976, 20 L.P.R.A. sec. 2604

(Colegio de Delineantes); Art. 4 de la Ley Núm. 244 de 14

de agosto de 1998, 20 L.P.R.A. sec. 2247 (Colegio de

Diseñadores y Decoradores de Interiores); Art. 3 de la Ley

Núm. 122 de 12 de junio de 1980, 20 L.P.R.A. sec. 2013


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(Colegio de Peritos Electricistas); Art. 6 de la Ley Núm. 9

de 20 de marzo de 1972, 20 L.P.R.A. sec. 2116 (Colegio de

Especialistas de Belleza); Art. 3 de la Ley Núm. 12 de 29

de septiembre de 1980, 20 L.P.R.A. sec. 733 (Colegio de

Ingenieros y Agrimensores); Sec. 1 de la Ley Núm. 130 de 18

de junio de 1973, 20 L.P.R.A. sec. 960 (Colegio de Maestros

y Oficiales Plomeros); Sec. 5 de la Ley Núm. 107 de 10 de

julio de 1986, 20 L.P.R.A. sec. 2971a (Colegio de Médicos

Veterinarios); Sec. 13 de la Ley Núm. 124 de 23 de julio de

1974, 20 L.P.R.A. sec. 2192 (Colegio de Nutricionistas y

Dietistas); Art. 4 de la Ley Núm. 129 de 17 de diciembre de

1993, 20 L.P.R.A. sec. 545c (Colegio de Optómetras); Art. 3

de la Ley Núm. 153 de 9 de mayo de 1941, 20 L.P.R.A. sec.

493 (Colegio de Químicos); Art. 20 de la Ley Núm. 36 de 20

de mayo de 1970, 20 L.P.R.A. sec. 2070 (Colegio de Técnicos

de Refrigeración y Aire Acondicionado); Sec. 5 de la Ley

Núm. 56 de 13 de julio de 2001, 20 L.P.R.A. sec. 73g

(Colegio de Médicos Cirujanos); Art. 5 de la Ley Núm. 64 de

3 de julio de 1986, 20 L.P.R.A. sec. 2105b (Colegio de

Técnicos Dentales); Art. 4 de la Ley Núm. 50 de 30 de junio

de 1986, 20 L.P.R.A. sec. 2145c (Colegio de Técnicos y

Mecánicos Automotrices); Art. 6 de la Ley Núm. 44 de 30 de

mayo de 1972, 20 L.P.R.A. sec. 2156 (Colegio de Tecnólogos

Médicos); Art. 3 de la Ley Núm. 171 de 11 de mayo de 1940,

20 L.P.R.A. sec. 823 (Colegio de Trabajadores Sociales);

Sec. 5 de la Ley Núm. 306 de 15 de septiembre de 2004, 20

L.P.R.A. sec. 211d (Colegio de Profesionales de la


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Enfermería); Art. 5 de la Ley Núm. 26 de 20 de julio de

2005, 20 L.P.R.A. sec. 235d (Colegio de Enfermería Práctica

Licenciada). En suma, adelantar criterios sobre

controversias que el Tribunal optó por no atender ahora, es

análogo a emitir una opinión consultiva. Ello va en contra

de precedentes firmemente arraigados de este Tribunal.

Peor aún, como demuestra el listado que antecede, el nuevo

escrutinio adelantado hoy mediante la Resolución del

Tribunal pone en peligro de extinción la mitad de la

legislación incluida en el Tomo 20 de la colección “Leyes

de Puerto Rico Anotadas”.1

1
No podemos pasar por alto que las fuentes de derecho
citadas por los compañeros jueces en la Resolución del
Tribunal, para sostener que una limitación a la libertad a
no asociarse es constitucional solamente si el Estado
demuestra un interés apremiante, son muy distinguibles al
caso de autos. En NAACP v. Button, 371 U.S. 415 (1963), el
Tribunal Supremo de los Estados Unidos invalidó un estatuto
de Virginia que le impedía a los demandantes acercarse a
posibles litigantes para ofrecerles representación legal en
casos de desegregación. En casos donde el Tribunal Supremo
de los Estados Unidos se ha enfrentado específicamente a la
colegiación compulsoria de abogados, ha aplicado un
escrutinio racional:

Both in purport and in practice the bulk of


State Bar activities serve the function, or at
least so Wisconsin might reasonably believe,
of elevating the educational and ethical
standards of the Bar to the end of improving
the quality of the legal service available to
the people of the State, without any reference
to the political process. It cannot be denied
that this is a legitimate end of state policy.
Lathrop v. Donohue, 367 U.S. 820, 843 (1961).
(Énfasis suplido).

Asimismo, la nota de Revista Jurídica del estudiante


de U.C. Davis que citan los compañeros jueces analiza el
caso de Clingman v. Beaver, 544 U.S. 581 (2005). En ese
caso, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos validó un
estatuto de Oklahoma que le impedía a personas registradas
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Por todo lo anterior, expediríamos el auto y pautaríamos

la normativa aplicable sobre las diferentes y complejas

controversias constitucionales presentadas en este recurso.

Además, ante el hecho de que este caso se encontraba en una

etapa inicial de descubrimiento de prueba cuando fue

acogido por el foro apelativo intermedio, celebraríamos una

vista oral para brindarle una oportunidad a las partes de

que expongan sus diversas posiciones.

Hace un cuarto de siglo manifestamos la importancia del

Colegio de Abogados de Puerto Rico para nuestra profesión

cuando nos unimos a la Opinión del Tribunal en Colegio de

Abogados v. Schneider II, supra, emitida por voz del

entonces Juez Presidente señor Pons Nuñez:

El Colegio de Abogados ha cumplido


adecuadamente las obligaciones que le impuso
la ley que lo creó. Ha contribuido al
mejoramiento de la administración de la
justicia; ha formulado informes; ha contestado
consultas reclamadas por el Gobierno; ha
defendido con celo los derechos e inmunidades
de los abogados procurando que éstos gocen
ante los tribunales de la libertad necesaria
para el buen desempeño de su profesión; ha
promovido relaciones fraternales entre sus
miembros, y ha velado por el sostenimiento de
una saludable moral profesional entre los
colegiados. También ha contribuido a
enriquecer la vida intelectual de los abogados
y ha fortalecido la aspiración colectiva a una
sociedad democrática al amparo de la ley. Íd.
págs. 513-14.

Una vez más, me reafirmo en esas expresiones. Por la

importancia de esta institución en nuestra sociedad, el

____________________________

en un partido político votar por candidatos de una primaria


de otro partido.
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Colegio de Abogados de Puerto Rico merecía su día en corte

y, con la decisión de hoy, se lo hemos denegado.

Federico Hernández Denton


Juez Presidente

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