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Trasladémonos ahora a Erez Israel., para ver el asunto de los animales impuros. El libro del
Levítico contiene numerosas normas, que permitían a los hebreos mantenerse puros, de acuerdo a
su condición de pueblo elegido. Sólo así podían participar en las ceremonias religiosas. En el
capítulo 11 de ese libro, se menciona a los siguientes animales, cuya carne estaba prohibida
- Los que no tengan pie partido, pezuña hendida y/o no rumien (camello, conejo, liebre, cerdo) .
- Aves: águila, quebrantahuesos, milano, buitre, cuervo, avestruz, lechuza, gaviota, mergo, ibis,
cisne, pelicano, calamón, garza, cigüeña y abubilla8.
- Todo tipo de reptiles.
Marvin Harris propone que además de la cuestión religiosa, estas especies fueron prohibidas
porque, de hecho, su carne no es conveniente o es de difícil acceso10.
BESTIARIOS, NATURALISTAS Y
PORTENTOS
La iconografía cristiana es un amplio terreno para el estudio de animales simbólicos. Pueden
representar virtudes o acompañar a los santos a manera de atributos. Pero también pueden
significar vicios o inclusive demonios. Hay que tener en cuenta, que muchos animales tienen un
significado ambiguo11. Por eso cada imagen debe analizarse en su contexto, para encontrar los
puntos de referencia que nos lleven a la interpretación correcta.
En el Medioevo fueron muy populares los bestiarios. En estos libros se pasaba revista a diversas
especies, explicando sus costumbres para extraer lecciones morales. Los datos eran tomados de
autores antiguos como: Aristóteles, Plinio "el Viejo", Herodoto, Plutarco, Eliano, Solino, etc.
Lógicamente, muchos de estos datos están lejos de la verdad científica llegando a veces a la
ingenuidad. El bestiario mas importante fue El Fisiólogo (El Naturalista), que según S. Sebastián
fue el libro de historia natural, más popular de Europa hasta el Siglo XVIII12. La obra se atribuye a
diversos autores, por ejemplo San Epifanio (s. IV), pero el texto original podría remontarse hasta el
siglo II. Este manual zoológico-simbólico fue traducido al latín en el siglo IV o V (el original se
escribió en griego).
Otras obras de este tipo fueron: el Bestiario de Oxford, el Bestiario Toscano13 y los escritos por
Philippe de Thaon, Pierre de Beauvais (Pierre le Picard), Guillermo de Normandía, Ramón Llull,
Richard de Fournival, etc14.
Para el Renacimiento nos interesa mencionar otro tipo de obras, los escritos de sabios naturalistas
como Conrado Gesner, Ulises Aldrovandi y Olaus Magnus. Ellos fueron apasionados estudiosos
de la fauna, pero estaban convencidos de la existencia de animales fantásticos.
Gesner fue un médico y naturalista suizo, escribió una gran enciclopedia animal: Historia
Animalium. Ahí se incluyen cerca de mil ilustraciones. Su despacho en Zurich fue el primer museo
zoológico del mundo15. Creía en la existencia de dragones, basiliscos, demonios marinos, etc.
Aldrovandi fue un naturalista italiano con destacada labor en Bolonia. Uno de sus textos titula:
Historia Natural de las serpientes y dragones.
El obispo sueco Olaus Magnus, fue un experto en historia y cartografía. Son célebres mapas
donde ubica las zonas donde viven monstruos marinos. Prácticamente fue el inventor de la temida
serpiente de mar.
Estas creencias iban de la mano con los relatos de seres fantásticos, "portentos" o "mirabilia"
escritos por los viajeros europeos. Eran los tiempos de la exploración y/o conquista de tierras
americanas, africanas y asiáticas.
Si los científicos del siglo XVI estaban convencidos de la existencia de animales monstruosos, no
nos debe extrañar el traslado de estas fantasías a la iconografía demoníaca.
Además de Satán (el Diablo por excelencia), la demonología fue elaborando toda una jerarquía
que incluía a: Luzbel17, Belcebú, Mammón, Leviatán, Belial, Astaroth, Asmodeo, Belfegor, etc.
Los demonios tenían la facultad de aparecer tomando una forma física. Pedro de Medina (s. XVI)
escribió que "forman cuerpos aparentes hechos de aire"18. Además, podían manifestarse
introduciéndose en cualquier objeto, animal o persona19.
El arte cristiano retrata al Diablo recién desde el siglo VI, sin contar las representaciones de la
serpiente del Edén, que aparecen antes20. La iconografía diabólica nos presenta al maligno
personaje, con rasgos cada vez más terroríficos y repugnantes. Recordemos la reflexión de Dante:
"Si fue tan bello como deforme es hoy, y osó levantar sus ojos contra su Creador, de él debe
proceder sin duda todo mal"21.
Ahora leemos una descripción del famoso demonólogo Martín del Río (s. XVII) "Los demonios se
manifiestan en cuerpos humanos negros, mugrientos, hediondos y tremendos ... de nariz
deformadamente chata o enormemente aguileña, de boca abierta y profundamente rajada, de ojos
hundidos y chispeantes, de manos y pies ganchudos como de buitre, de brazos y muslos delgados
y llenos de pelo, de Piernas de burro o de cabra..." 22.
Los ángeles rebeldes perdieron su belleza para convertirse en bestias espantosas. Nada mejor
que la obra de John Milton., el gran poeta inglés del siglo XVII, para imaginar la diabólica
metamorfosis: "Grandes aplausos y unánimes elogios mereció la conducta de su jefe supremo a
todos los asambleístas allí reunidos; sin embargo, un fenómeno inesperado turbó la satisfacción de
Satanás, pues que, solidarizadas con las serpientes otras especies animales repugnantes y viles,
hicieron su aparición, tomando en ellos cuerpos, los diabólicos espíritus allí reunidos. De modo que
muy pronto fue terrible el estridor de los silbidos en aquella asamblea de monstruos, que
mostraban sus cabezas temibles y asquerosas, tales la del escorpión, el áspid, la hidra, la cerasta,
armada de cuernos, y otros animales repulsivos, e incluso el mismo Satanás vióse convertido en
dragón"23.
Los demonios acostumbraban aterrorizar a los santos, cuando no podían vencerlos con
tentaciones. Para esto asumían formas bestiales que rendirían a cualquiera. San Antonio tuvo que
soportar el ataque de "leones, osos, leopardos, toros, serpientes, áspides, escorpiones y lobos"24.
El DEMONIO CAPRINO
Una de las imágenes más conocidas del Diablo es la del macho cabrio. Un gran cabrón, rodeado
de repulsivas brujas, preside el aquelarre o sabbath. Esta figura se repite en pinturas y grabados,
cuyo paradigma es "el Aquelarre" de Goya (179 8). La obra se encuentra en el Museo Lázaro
Galdiano (Madrid). Esta representación se inspira en Pan (Silvano), el antiguo dios de bosques y
pastores. "El sentido de la voz Pan es 'todo', de manera que bajo su nombre se adoraba a la
naturaleza toda"25. Tenía cuernos, pelos y piernas de macho cabrio. De similar aspecto eran los
traviesos sátiros (faunos), que formaban el cortejo de Dionisios (Baco).
Pan y los sátiros se relacionan con lo sensual instintivo26. Cirlot señala que los vellos de las patas
simbolizan la vitalidad de los instintos27 . Además hay antecedentes importantes: los babilonú
creían en un demonio llamado Asukku, que podía apoderarse de un hombre para enfermarlo. Para
ahuyentarlo se realizaban encantamientos lo enviaban a morar en un chivo28. En Egipto adoraba
a Shirim, un macho cabrío en cuyo homenaje se prostituían jovencitas29. Herodoto menciona a
Mendes, el "Pan egipcio"30 y hay referencias bíblicas contra el culto idolátrico a los sátiro Lev. 17,
7 y 2 Crón. 11,15. Algunas leyendas judías mencionaban a un demonio llamado Samael; tenía
aspecto de cabra cubierta de ojos con doce alas. Causaba enfermedades y muertes31.
Daniel utilizó la figura del macho cabrío para simbolizar a Alejandro Magno (Dan.8). Uno de sus
cuernos es Antíoco IV Epífanes, gobernante sirio de la dinastía Seléucida. Fue un cruel
perseguidor de la religión judía.
El ritual hebreo para el gran día de las expiaciones, señalaba la necesidad de "cargar" sobre un
macho cabrío, todas las iniquidades cometidas por el pueblo. Luego el animal era enviado
desierto, hacia la morada del demonio Azazel (Lev. 16). Éste es el famoso "chivo expiatorio"
Margaret Murray, en un clásico y polémico libro32 , planteó la continuidad del culto a divinidades
cornudas, desde tiempos paleolíticos. Dioses de este tipo se encuentran en todas las civilizaciones
del Viejo Mundo: Mesopotamia, Egipto, Indo, Grecia, etc. El culto sobrevivió incluso en tiempos
medievales y modernos. Las "brujas" dedicaban sus ceremonias a antiguos dioses paganos (por
ejemplo los dioses cornudos). El problema surgió cuando los cristianos asociaron brujería con
satanismo, convirtiendo a las antiguas divinidades en demonios. Las brujas fueron acusadas de
adorar al Diablo y así lo confesaban en los tribunales, ya que era imposible resistir el tormento33.
A propósito, el simbolismo del cuerno está ligado a las ideas de fuerza y poder34.
En el siglo XIII se definen las típicas alas demoníacas; han sido tomadas de los quirópteros y son
influencia del arte oriental36.
Las alas membranosas aparecen como atributo de los demonios chinos, mucho antes que en
Occidente. Lo más impactante son los diabólicos seres alados que pintó Li Long-mien en el siglo
XI. Se trata de un rollo que se encuentra en el Museo Guimet de París.
Baltrusaitis estudió numerosos elementos extremo-orientales, que fueron asimilados por el arte
cristiano medieval. No olvidemos que en el siglo XIII Europa Oriental es asediada por los invasores
mongoles. Los sucesores de Gengis Khan lograron penetrar en Polonia y Hungría. Por otra parte,
los misioneros franciscanos hicieron largos viajes hasta China durante los siglos XIII y XIV La
aventura de Marco Polo transcurre en esa época. También debemos anotar que en algunos
bestiarios, el murciélago se convierte en símbolo del pueblo Judío, "que odia la luz del día y ama
las tinieblas"37. Por su tenebroso aspecto, el murciélago ha sido considerado la "mosca del
infierno".
Y ahora algo sobre vampirismo. La leyenda de los vampiros o upiros ("sanguijuelas"), muertos que
succionan la sangre de los vivos, está muy difundida en Europa Oriental. Los expertos en el tema
señalan que esta creencia tuvo mucha fuerza en el siglo XVIII, incluso en Europa Occidental.
Paradójicamente, éste fue el siglo del triunfo de la Razón. La leyenda se difundió especialmente en
los sectores populares, que no tenían fácil acceso a la Enciclopedia y a las ideas racionalistas.
En 1762 la palabra "vampiro" fue utilizada por Buffon, para designar a una variedad de quiróptero
sudamericano chupa sangre38.
No hay duda que el vampiro más célebre es el Conde Drácula, inmortalizado en la novela de Bram
Stoker (1897).
El escritor irlandés se inspiró en dos personajes rumanos del siglo XV VIad II Dracul, voivoda de
Valaquia (miembro de la Orden de los Dragones) y VIad III Draculea ("Hijo de Dracul"), más
conocido como VIad Tepes ("el Empalador"). Drácula se hizo célebre por la crueldad con la que
trataba a sus enemigos. Realizó arriesgadas campañas militares contra los turcos. Guerrero
valiente pero inhumano, no conocía la piedad.
La Orden de los Dragones tenía como objetivo combatir a los turcos. De "draco" = dragón (en latín)
surge el término DRACUL. Lo curioso es la similitud con la palabra "drac"=diablo, (en rumano).
Esto acentúa el carácter siniestro del personaje.
Sin embargo, ni Vlad II ni VIad Tepes tuvieron características "vampirescas". Fue el novelista
Stoker, quien combinó los crueles relatos de la historia rumana con la leyenda del vampiro.
Resultado: el Conde Drácula de la literatura y el cine39.