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Algunas consideraciones del Método Estivill

El Dr. Estivill es neurofisiólogo y director de la Clínica del Sueño Estivill del USP Institut
Dexeus de Barcelona, además de coordinador de la unidades del sueño del Hospital General
de Catalunya.

Si es cierto que basa su libro en algún estudio científico, no lo menciona y eso es cuanto
menos, poco riguroso.

Veamos algunas afirmaciones que pueden ser más que cuestionables:

Funciona: si pero ignorar el llanto de un niño puede provocar miedos, sentimientos de impotencia e
indefensión, creencia de no ser merecedores de cariño e insignificantes, además de hacerles sentir
que no pueden influir sobre lo que les ocurre.

Mi hijo no tiene ningún trauma: un mismo suceso puede producir diferentes reacciones en
diferentes sujetos. Ahora bien, todos estarán de acuerdo en que mejor no pasar un “proceso
estresante o doloroso”. Como puede ser dejar llorar a un niño hasta que se resigna y se calla o tener
un accidente de tráfico.

Los niños necesitan límites: ¿de verdad se puede creer alguien que por que un niño duerma solo,
toda la noche sin interrupciones, va a ser un ciudadano modelo?. Se nos ha hecho creer que si
cogemos demasiado a los niños, no les dejamos llorar, no les “damos un cachete a tiempo” y les
dejamos dormir con nosotros, vamos a tener una fiera imposible de manejar en el futuro. La
educación en valores es otra cosa, se puede criar a un niño en la cooperación y respeto en los
demás, sin restringir el cariño, el contacto físico y sin pegarles. De echo un estudio científico,
realizado sobre niños de 18 años que habían dormido con sus padres comprobó que estos no tenían
más problemas de relación con sus padres ni con los demás, más incidencia en consumo de drogas,
tabaco, alcohol y no eran más activos sexualmente.

Si les metes en tu cama no les sacarás nunca: los niños a medida que crecen abandonan el hábito
de dormir con los padres por su propia voluntad, cuando están maduros para ello, aunque los padres
no pongan reparo a que el niño duerma con ellos, él dejara de hacerlo por propia iniciativa cuando
esté preparado. ¿Cuándo? depende del niño pero, parece ser que disminuye mucho el % de niños
que duermen con sus padres a partir del tercer año de edad. Lo que está claro, es que ha de llegar
una edad en que los niños no quieran dormir con sus padres, de hecho no quieran ni que los vayan a
recoger al colegio, por vergüenza.

Mi marido y yo necesitamos intimidad: eso se puede arreglar de muchas maneras, poniendo al


niño a dormir en su cama al principio de la noche y luego pasándolo a la familiar, dándole rienda a la
imaginación y teniendo “momentos íntimos” en otras estancias de la casa, adosando una cuna (sin un
lateral) a la cama familiar, en forma de sidecar.

Entonces ¿es que son malos padres los que lo aplican?: No, no se puede plantear el debate en
esos términos porque sería absurdo: TODO PADRE ES EL MEJOR PARA SUS HIJOS. Plantear el
tema basándose en que los padres que aplican métodos conductistas para “ayudar” a dormir a sus
hijos son “malos padres” y los que no “unos flojos a los que sus hijos les toman el pelo, y ya verán
cuando tengan 13 años”. Es plantear el debate en términos estériles, todo el mundo se ofende y no
se pueden sacar soluciones más respetuosas con el sueño de los niños y que permitan al resto de la
familia descansar, que es lo que se pretende. Todos somos los mejores padres para nuestros hijos,
pero siempre podemos mejorar, la vida es un continuo aprendizaje.

Eso sin tener en cuenta unas cuantas afirmaciones que pueden ser más que cuestionables:

Afirman que está científicamente demostrado que un niño que ingiera la cantidad de leche necesaria
en una toma, puede estar entre dos horas y media tres sin comer: eso puede ser cierto para la LA,
que tiene un proceso de digestión de 3 horas, la LM tiene un proceso de digestión de entre 20-30
minutos y se produce el vaciado total del estómago a la hora y media. Por otro lado lo que da la
sensación de saciedad son los solutos que contiene la leche, hay que tener en cuenta que un león
marino se alimenta una vez a la semana y su leche tiene entre un 62-65% de solutos, los conejos se
alimentan cada 24h y su leche contiene un 33% de solutos, las ratas se alimentan continuamente y su
leche contiene un 21% de solutos, la leche humana contiene tan solo un 12.4% de solutos. ¿Cómo se
puede entonces hacer tal afirmación?, es cuento menos imprecisa y además, en cuanto a la LM, va
en contra de las pautas del Comité de LM de la AEP.

Por otro lado aseguran que los niños deben dormirse solos. Bien, si una noche se van a dormir papá,
mamá, el bebé y un oso, por la noche se despierta uno de los dos y se lleva al osito ¿qué pasará si el
bebé se despierta?, nada. En cambio hagamos el experimento al revés, papá y mamá mientras el
bebé duerme, se levantan y se van ¿qué pasará si se despierta el bebé?, que se pondrá a llorar. Los
niños no lloran porque la situación sea distinta a la que tenían cuando se durmieron, lloran porque no
tienen a papá y mamá. Que cada cual escoja quien prefiere que sea la figura de seguridad y apego
de su hijo, si un oso de peluche o uno mismo. Los niños nos reclaman porque nos necesitan, no
porque nos manipulan.

Afirman que no es normal que un niño se despierte varias veces por la noche, y si lo es. El sueño es
un proceso evolutivo, todos sabemos que nuestros hijos caminarán entre los 11-16 meses y a nadie
se le ocurre recurrir un “tratamiento” para acelerar este proceso. El problema es que no sabemos que
esperar sobre el sueño de nuestros hijos y acabamos recurriendo a fórmulas “mágicas” de dudoso
respeto a las necesidades de los niños. Un niño de 6 meses que se despierta entre 4-5 veces cada
noche y al que no le “ayudemos” a dormir con ningún tratamiento, acabará entre el primer y el tercer
año adquiriendo una pauta de sueño adulta. ¿Entonces tenía o no insomnio por malos hábitos
adquiridos?.

En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), que es una


clasificación de enfermedades médicas de consenso internacional, no existe ninguna enfermedad
denominada “insomnio infantil por malos hábitos adquiridos”.

Aconsejan que los niños duerman en su cuarto desde el primer día, o como mucho sean sacados del
cuarto de los padres a los 3 meses de edad, sin tener en cuenta que el riesgo de muerte súbita en los
bebés que duermen solos en su habitación, se multiplica por cinco o por diez en esos casos.

El Duérmete niño, no es un libro para “ayudar” a los niños a dormir, ellos ya saben hacerlo,
igual que saben comer y respirar. Lo que no saben hacerlo es como a nosotros nos gustaría
que lo hiciesen. Este libro “ayuda” a los padres, mediante técnicas conductistas, a que sus
hijos duerman como ellos necesitan que lo hagan, pero no porque sea mejor para los niños
sino porque es lo que los padres necesitan. Pero ¿a que precio? al de desatender una de las
necesidades más importantes de los niños, la del contacto físico.

Bajo el punto de vista de todos los que integramos la Plataforma Sueño Infantil, este libro es
una muestra más de la deshumanización de nuestra sociedad, que lo quiere todo y lo quiere
ya, aunque sea a costa de pasarle por encima a quien sea, en este caso a las necesidades de
nuestros hijos.

Bibliografía
- “Bésame mucho”, Carlos Gonzáles, Ed. Temas de hoy
- “Lactancia Materna: guía para profesionales”, Comité de Lactancia Materna de la AEP.
- “ Mi bebé lo entiende todo” Aletha J. Solter, Ed. Medico

Desde la Plataforma Sueño Infantil os emplazamos a visitar la página web


www.suenoinfantil.org, donde podrán encontrar la “Declaración sobre el llanto de los bebés”
firmada por numerosos profesionales de la sanidad, educación así como padres, madres,
abuelos, etc, preocupados con el incesante aumento de la aplicación de este tipo de
“tratamiento”.

Atentamente
Plataforma Sueño Infantil

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