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HACIA UNA PROPUESTA PARA EL

EJERCICIO DE LA ACTIVIDAD PERICIAL


CRIMINALÍSTICA EN EL PERÚ
Dr. Pablo A. Rodríguez Regalado
Abogado – Crnl. PNP (r) – Perito Criminalístico
Doctor en Ciencias Forenses y Criminalística
Por la Universidad Nacional de San Agustín
URL : http://sites.google.com/site/parodriguezr
E-mail : parodriguezr@gmail.com

La Criminalística, como sabemos, es aquella parte del conocimiento humano que se hace cargo del
estudio o también digamos, del procesamiento de los rastros, indicios o evidencias que resultan de
la comisión de un hecho particular, con el objeto de lograr la información que éstos nos provean
para un esclarecimiento o identificación de lo ocurrido -no me estoy refiriendo en especial a
procesos penales, puesto que también la Criminalística aporta al conocimiento y generación de la
prueba en los procesos civiles y administrativos-, ciencia que como es lógico, se constituye en una
herramienta de provecho a la humanidad, como lo son todas las demás ya conocidas, como la
Sociología, la Antropología, la Lógica, la Biología, la Química, la Medicina, etc. Todas éstas ramas
del saber, hoy en día, resultan de la aplicación de un Sistema Académico Superior o Universitario,
ya que la formación en éstas demanda de parte del discente, mucha atención, disciplina de
conocimiento y empleo de métodos y procedimientos especiales que permitan al finar del proceso
de formación profesional, lograr en él un operador con características suigéneris de provecho para
la sociedad, seguros de que su formación, ha sido suficiente y necesaria; y, además de garantía.

En éste sentido, vemos que en el país, es innegable que hay un aporte del conocimiento
criminalístico efectivo, con mayor evidencia y notoriedad para las investigaciones vinculadas a la
presunta comisión de delitos; y, con menor relevancia para los litigios civiles, como para las
investigaciones de orden administrativo; pero cualquiera sea el caso, hay quienes son convocados
como Peritos Criminalísticos, especializados en Biología Forense, Balística Forense, Grafotecnia,
Papiloscopía, etc., para que aporten con sus conocimientos y ayuden a quien competa a la
solución del problema especial.

Ahora, podemos preguntar lo siguiente: ¿Y, en nuestro país, cómo se logran éstos criminalísticos?,
¿En qué instituciones se forman?, ¿Cuáles son sus características particulares: son Profesionales
o son Técnicos?, y otras preguntas más que podrían surgir vinculadas al interés preocupante sobre
el tema. Veamos que tenemos al respecto.

Aclaremos en principio algo que necesita quedar libre de toda duda, para evitar confusiones
sustanciales, ya que de lo contrario quedaríamos en el limbo, sin mayor explicación; y es que
tenemos dos términos con significados distintos, pero con un vínculo muy estrecho: “Criminalística”;
y, “Ciencia Forense” -algunos hacen referencia al plural, como “Ciencias Forenses” lo que dicho
sea de paso no presenta mayor complicación, pero veamos-, sobre el término “Criminalística”, éste
define a una Ciencia, que como ya hemos expresado en el párrafo de inicio y que ha sido materia
de un artículo muy detallado anteriormente, cuyo título es el de “Nuevo enfoque en cuanto a la
definición de la ciencia criminalística”, se hace responsable del procesamiento de rastros, indicios y
evidencias, con la característica particular de estar compuesta o integrada por “una serie de
conocimientos” que provienen de las otras Ciencias (Medicina, Biología, Química, Lógica,
Matemática, etc.); pero que además convocan también conocimientos que son propios de las
Técnicas (Planimetría, Interrogatorio, Video Filmación, etc.); y, de las Artes (Pintura, Escultura,
Música, etc.), es decir, es la gran “Concertadora” e “Integradora” del saber humano útil, según sea
el caso particular que se le ponga a disposición (penal, civil, laboral, administrativo, etc.). Entonces
¿Qué es una Ciencia Forense?, veamos, examinado el término “Forense”, que viene de la palabra
latina “forum” que en épocas romanas era aquél lugar en el que se “trataban los negocios públicos

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y donde el pretor celebraba los juicios” –entre otras definiciones vertidas por el Diccionario de la
Real Academia Española- nos queda en claro que “Ciencia Forense”, es aquella que es convocada
para ayudar en la solución hoy en día de un problema sometido ante los Tribunales de Justicia y
que por extensión, además, a toda aquella investigación que pudiera derivar en un proceso de ésta
índole (Penal, Civil, Laboral, Administrativo), por tanto, si hacemos alusión a la “Antropología
Forense”, tenemos entonces que ésta se convoca cuando se requiere de “una parte” de todo el
“dominio” de ésta rama científica, para ayudar a aclarar dudas sobre el particular –por ejemplo,
verificar si una osamenta es o no humana-; y, así entonces también encontramos a la “Medicina
Forense” (aunque algunos aún persisten en denominarla “Medicina Legal”, cortando el paso al
cambio que nos va proporcionando la dialéctica científica, pero bueno, esto no es materia del
presente), a la “Biología Forense”, a las “Ingenierías Forenses” (Ingeniería Civil, Ingeniería
Informática, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Alimentaria, etc.), y a tantas
otras “Ciencias” que ayudan con una parte de su “Todo”, entonces que quede en claro que al
referirnos al término de “Ciencia Forense”, no estamos sino haciendo alusión a una parte de ese
conocimiento en particular que es convocado como herramienta para una solución singular; y, si
decimos “Ciencias Forenses”, sólo es una referencia en plural de lo que ya queda claro.

Siendo esto así, cuando hacemos referencia a los “Criminalísticos” o como también hoy en día se
les llama “Criminalistas”, no hacemos sino aludir a quienes con las capacidades y cualidades
propias, ponen en práctica su habilidad, conocimiento y experticia, para extraer información de su
dominio, a los rastros, indicios o evidencias que se le ponen a consideración; y, entre éstos
tenemos a los “Criminalísticos” provenientes de “Profesiones” (Médicos, Biólogos, Psicólogos,
Grafólogos, etc.), de las hoy denominadas “Profesiones Técnicas” (Grafotécnicos, Balísticos,
Papiloscopistas, Odorologistas, Expertos en Explosivos, Expertos en Análisis de Moneda,
Accidentólogos, etc.); y, de las “Artes” (Fotografía, Arquitectura, Pinacología, etc.).

Habiendo aclarado las dudas al respecto, veremos que hay “Criminalísticos” que son de origen
Universitario, como los Psicólogos, los Ingenieros, los Arquitectos, los Economistas, los
Administradores, etc.; y, otros cuya formación proviene de Instituciones con rango universitario,
pero que no son Universidades, las que asumen la responsabilidad de formar y especializar en
áreas de Balística, Grafotecnia, Papiloscopía, Procesamiento de la Escena del Crimen, etc.; y,
finalmente, aquellos que vienen de instituciones de Educación Superior como las Escuelas de
Bellas Artes y similares, que nos proveen de Profesionales en Pintura, Escultura, Música, etc.

Pero ¿Cómo es la captación de éstos “Criminalistas”?; y, lo más importante ¿El hecho de haber
egresado de cualquiera de las Instituciones Universitarias, de rango Universitario o de Educación
Superior, ya los convierte en “Criminalistas”?, la respuesta es más que evidente, ¡No!. Ahora
entonces, tenemos que verificar, bajo qué circunstancias, éstos operadores, van camino a hacerse
“Criminalísticos” o “Criminalistas”.

En principio, la primera Institución del Estado, en prestar el Servicio de Criminalística, es en el país,


la Policía Nacional del Perú (PNP), quien a través de su hoy Dirección de Criminalística, rectora del
denominado Sistema de Criminalística PNP, tiene la responsabilidad de proveerse de éstos
efectivos para que puedan prestar servicio en las distintas áreas criminalísticas: Medicina Forense,
Biología Forense, Antropología Forense, Química y Toxicología Forense, Balística Forense,
Grafotecnia, Papiloscopía Forense, Examen de la Escena, etc. Y para ello, la legislación pertinente
que rige a la Policía Nacional, la faculta a formar su propio contingente de “Criminalistas”. Para el
caso de aquellos que son poseedores de conocimientos únicamente impartidos en las
Universidades, asimila como Oficiales de Servicios a Médicos, Biólogos, Químicos, Psicólogos,
Antropólogos, etc., luego de un proceso administrativo de captación de éstos profesionales; y, para
aquellas otras áreas de la Criminalística que no vienen de estudios Universitarios, la Institución,
cuenta con un Sistema de Instrucción Policial, que se encarga de Capacitar y Especializar al
Personal Policial en Situación de Actividad –sean éstos Oficiales o Sub Oficiales PNP- en las
distintas ramas de conocimientos que hoy por hoy, no se imparten en esos Centros de Formación
Superior; y, me refiero por ejemplo a la Investigación Criminal, Interrogatorio, Balística Forense,

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Grafotecnia, Papiloscopía, Análisis de Moneda, Fotografía, Moldeados, etc., formando así sus
propios “Cuadros” de personal policial con conocimientos idóneos para éstos requerimientos. Pero
¿Esto fue suficiente para convertirlos en “Criminalísticos”?. Yo digo que no, pues lo que han
logrado únicamente es la adquisición de conocimientos, lo que no basta para hacerse
“Criminalístico” -tanto los que vienen de Instituciones Universitarias o de rango Universitario-, para
llegar a esto, se requiere necesariamente de la dosis correspondiente de experticia, que
únicamente la adquirirán quienes luego de haberse compenetrado con el conocimiento doctrinario
particular, han tenido la suerte de pasar a prestar servicios a las distintas dependencias en las que
se aplican éstos conocimientos, tales como las de Medicina Forense, Biología Forense, Química y
Toxicología Forense, Grafotecnia, Balística Forense, Identificación, etc.; y, que luego de un período
de supervisión por parte de “Peritos antiguos”, puedan quedar acreditados para actuar
personalmente, haciéndose cargo del estudio y procesamiento de las evidencias resultantes de las
pesquisas correspondientes. Esto mismo, se presenta en las otras Policías del Mundo, las que de
modo más o menos similar, se hacen de Profesionales Especializados para satisfacer las
demandas de las diversas áreas de la Criminalística, bien captando a Profesionales Universitarios,
como también formando sus propios Especialistas.

De igual forma, como parte del Estado, tenemos al Instituto de Medicina Legal, que hoy en día, se
encuentra dentro de la organización del Ministerio Público -luego de haber pasado por distintas
etapas organizacionales-, institución que se provee exclusivamente de Profesionales egresados de
las Universidades, quienes luego de pasar por un proceso de captación de personal, llegan a
prestar servicios en las distintas áreas de la institución, como son la de Clínica Forense, Psiquiatría
Forense, Psicología Forense, Antropología Forense, etc., quienes al igual que para la Policía
Nacional, requieren de un determinada “Supervisión” de Profesionales más antiguos, quienes los
orientarán en el desempeño de las funciones a su cargo, pero es evidente, que no hay una
“Formación de Unidad de Doctrina Forense”, ya que el Instituto de Medicina Legal, no cuenta con
una “Escuela” en la que se les imparta a todos éstos profesionales, conocimientos vinculantes al
quehacer “Forense”, remitiéndose únicamente al ejercicio profesional particular como Médicos,
Químicos, Psicólogos, etc. Es decir que inmediatamente son captados, se les pone a disposición
de las dependencias donde habrán de ejercer su carrera. Lo particular del Instituto de Medicina
Legal, es que no cuenta con expertos de las otras áreas de la Criminalística, como son los
Balísticos, Papiloscopistas, Grafotécnicos, etc. Y, al igual que para el caso de las otras policías del
orbe, también sucede lo propio con instituciones semejantes.

Tampoco podemos dejar de lado, a las entidades privadas, en las que “Peritos Criminalísticos” (la
gran mayoría está compuesta por Oficiales y Sub Oficiales retirados de la Policía Nacional del
Perú), han formado instituciones destinadas a prestar éstos servicios, como son los Institutos,
Asociaciones; y, Estudios Profesionales, que proveen de Médicos Forenses, Biólogos Forenses,
Grafotécnicos, Balísticos Forenses, Procesadores de Escenas, etc., unos con mayor experiencia
que otros –refiriéndonos a los años que prestara servicios en las distintas rama de la Criminalística,
cuando estuvo en Situación de Actividad- los que pueden o no estar integrados a los Registros de
Peritos Judiciales, de cada uno de los Distritos Judiciales del Perú; como también no y ejercer su
Profesión Pericial con total autonomía.

Pero, ante este panorama ¿Qué proponemos?, lo ideal sería que en un tiempo no muy lejano, en el
país, el ejercicio de la Criminalística provenga de un Sistema Integrado que derive de lo que
venimos a denominar como el “SISTEMA NACIONAL DE CRIMINALÍSTICA” –obvio no consigno el
término de “Ciencias Forenses”, por lo ya explicado párrafos atrás-, de tal forma que quien desee
incursionar en el dominio de la Criminalística, tenga una “Alma Mater” común que podría ser
denominada “ESCUELA NACIONAL DE CRIMINALÍSTICA”, en la que se impartan conocimientos
que formen “Unidad de Doctrina” en materia Criminalística, tal es el caso de la Legislación
inherente a los Peritos, a la Organización de las dependencias de criminalística, a la elaboración de
los documentos periciales o informes periciales, elaboración de los anexos ilustrativos, a su
participación dentro de los distintos procesos judiciales, al empleo del equipo e instrumental
específico; y, si se tratara de miembros de la Policía Nacional, igualmente en materia de formación,

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además de las materias citadas anteriormente, a las propias de las áreas como la Balística,
Explosivos, Procesamiento de la Escena, etc.; adquiriendo una “Certificación Única” a nivel
nacional que lo “Acredite” de modo particular y a su vez se haga responsable de una formación
homogénea y actualizada justamente en el entorno de la Ciencia Criminalística, en donde los
docentes, sean Maestros con experiencia en las distintas ramas criminalística; téngase presente
que hoy en día ya tenemos egresados de las Maestrías y Doctorados en Criminalística y en
Ciencias Forenses de varias Universidades de la República.

Por ejemplo, tenemos el caso de mis colegas Abogados, los que hoy en día no pueden aspirar a
hacerse “Peritos Criminalísticos”, como sucede con los otros Profesionales Médicos, Biólogos o
Químicos, los que se pueden incorporar a la Policía Nacional del Perú o al Instituto de Medicina
Legal; o tal vez como ocurre con los Señores Oficiales y Sub Oficiales de la Policía Nacional,
quienes por estar ya prestando Servicios en la Policía Nacional, tienen mayor opción de poder ser
asignados a dependencias de Criminalística y así ejercer su especialidad –claro que dentro de la
gran mayoría de éstos, los tenemos con la Profesión de Abogados, pero en un principio fueron
únicamente miembros policiales-; ellos no pueden fungir de Abogados Forenses –me refiero a los
Abogados egresados de las Universidades que no son miembros de la Policía Nacional y que son
una gran mayoría-; pero sí, de existir éste “Sistema Nacional de Criminalística”, con una “Escuela
Nacional de Criminalística”, podrían hacerse de una Especialidad en Criminalística como es la de
Balística, Papiloscopía, Grafotecnia, etc.; y, poder postular como “Perito Balístico Forense” o “Perito
Papiloscopista Forense”, o “Perito Grafotécnico” a las futuras convocatorias de la propia Policía
Nacional del Perú, o a las del Instituto de Medicina Legal; si es que a futuro, éstas dos
Instituciones, como son la Dirección de Criminalística de la Policía Nacional del Perú; y, el hoy
Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público, se apartan de sus raíces y pasan a formar parte
de un solo organismo perteneciente al “SISTEMA NACIONAL DE CRIMINALÍSTICA”, responsable
de los procesos de captación, formación, implementación tecnológica; y, asignación de éstos
criminalistas a las distintas Regiones del País, evitando de ésta forma la duplicidad de esfuerzos y
presupuestos, que son latentes hoy en día. Es más, ésta nueva Institución, debiera de tener tal
autonomía como lo es por ejemplo la “Contraloría General de la República”, ya que no debe de
haber ningún atisbo de influencia por parte de nadie sobre las decisiones profesionales de los
Peritos; y, a la vez, servir de ente de control y supervisión en cuanto a la aplicación de las técnicas
y procedimientos estandarizados para cada una de las ramas de la Criminalística.

Y, ¿Por qué hacemos ésta propuesta?, y, no optamos porque al igual que en otros países surja la
Carrera Profesional de Criminalística o de similar denominación. Al respecto hemos analizado lo
siguiente. Tenemos a un joven que postula a la Carrera de Criminalística, para recibirse como
Licenciado en Criminalística, luego de culminar unos diez o doce Semestres Académicos, durante
éste período recibe una serie de conocimientos relacionados con la Criminalística, como se
desprende de los Currículum que podemos verificar por Internet para diversas Casas de Estudios
Superiores. Durante su formación, harán unas cuantas prácticas respecto a la aplicación de los
conocimientos adquiridos en unas cuantas ramas criminalísticas, que fundamentalmente oscilan
entre el dominio del procesamiento de la Escena, la Balística, la Grafotecnia, la Papiloscopía, la
Accidentología, la Fotografía, la Planimetría; y, hasta ahí llegó, por cuanto al egresar, podrá emitir
pronunciamientos periciales sobre éstos temas, ya que si se tratara de Química y Toxicología,
Medicina, Ingeniería, Antropología, y de las tantas otras Profesiones Universitarias, no le será
posible por cuanto ni profesional ni legalmente, estará facultado para ello. Por otra parte, al egresar
como Licenciado en Criminalística, probablemente unos cuantos podrán acceder o a la Policía
Nacional o al Instituto de Medicina Legal, según las plazas vacantes que hayan en cada institución
y dependientes de la periodicidad de su convocatoria, entonces ¿Qué del resto de Licenciados?, a
poner sus Estudios Privados; y, si esto es así ¿De qué práctica constante y permanente hablamos?
¿Cómo lograrán la experticia tan deseada?, conforme a nuestra realidad, estarían condenados a
quedar “obsoletos” en poco tiempo, lo que no es justo. Hemos apostado sí por las Maestrías en
Criminalística y los Doctorados que son Actividades Académicas de Post Grado multidisciplinarias
–ello nos llevó justamente a crear la Maestría en Ciencias Forenses y Criminalística; y, el
Doctorado del mismo nombre en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa-, por cuanto

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las primeras nos proveen de “Maestros”; y las segundos de “Investigadores Científicos Netos” en
las diversas áreas de la Criminalística o de alguna de las Ciencias Forenses propiamente dichas,
según la Carrera de la que provenga el Titulado.

La propuesta que hacemos, resulta como consecuencia de la observación llevada a cabo durante
más de treinta años, de una problemática que circunda al ejercicio de la actividad pericial
criminalística; y, la solución más viable es la que nos permitimos proponer en el presente artículo.

Los tiempos cambian como las verdades, por lo que tenemos plena seguridad que en el horizonte,
habrán mejores posibilidades y proyecciones para la práctica pericial criminalística, de tal forma
que se consolide aún más esa credibilidad que debe resguardar a una “Pericia Criminalística”, tanto
como al propio “Perito Criminalístico”.

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