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BONOS BASURA

Junk bonds

Bonos Basura
Bono de alto riesgo emitido por una sociedad de baja
solvencia. A cambio, suelen prometer a los inversores
rendimientos muy superiores a la media del mercado.

Se les llama bonos basura a aquellos que sobrepasan todos


los límites de una inversión común y corriente. Por eso, su
rendimiento suele ser mayor que los papeles de mejor
calidad.
Son emitidos por empresas o países cuyo acceso al crédito es
pobre, por lo que el interés o cupón que tienen que pagar es
muy alto para volverse atractivos para los inversionistas. Sin
embargo, no hay que olvidar que el riesgo de que la empresa
se vaya a la quiebra o el país se declare en moratoria de
pagos, también es elevado.
Los bonos basura son valores que han recibido una baja nota
de las calificadoras de riesgo que se encargan de calificar a
empresas, bancos, países y productos financieros para que los
inversionistas sepan qué tan confiable es invertir en ellos.

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Estos títulos no alcanzan la categoría de “grado de inversión”.
El problema radica en que aun cuando se ofrezca un elevado
rendimiento, los grandes inversionistas institucionales (fondos
de inversión y de pensión) tienen prohibido adquirirlos, lo que
agrava el problema, porque al país le costará más conseguir
flujo de efectivo

El origen de los Bonos Basura


Este término nació en Estados Unidos cuando un número
importantes de "empresarios" comenzó a comprar compañías
que tenían dificultades financieras, pero que poseían
patrimonios que superaban ampliamente el endeudamiento.

Para obtener la dirección de esas compañías, estos


"empresarios" emitían los llamados "Bonos Basura", lo que
en ingles se conoce como "Junk Bonds". Una herramienta
más de la ingeniería financiera con la que se ofrecía una
rentabilidad muy elevada pero que tenía unos altísimos
riesgos.

Con el capital obtenido por la venta de los bonos, los


"empresarios" tomaban el control de la compañía y pagaban
los intereses de los "Bonos Basura".

El ALUVIÓN

Las agencias de calificación tienen su propio argot para


denominar los cambios de estatus que sufren las distintas
empresas en los rankings crediticios. Hay dos fenómenos que
se suelen dar. El primero es el de la estrella ascendente (o
rising star), que consigue escalar posiciones y pasa de las
más bajas calidades crediticias a las más altas. No es una
figura que se deje ver demasiado. Hay una denominación
antagónica a la primera, la del ángel caído (o fallen angel),
cuya presencia es todo un hecho ya, y de la que se prevé un
notable aumento en años venideros. Son compañías cuyas
calificaciones descienden de categoría, de grado de inversión
ANA VICTORIA CASTAÑEDA . Página 2
a grado especulativo, el que ostentan los "Bonos Basura".
Al bajarse la nota, la consecuencia principal es que deben
pagar más caro el dinero.
¿Quién pone el título de "Bono Basura"?

Los "Bonos Basura" son los que presentan un riesgo mayor


que otro tipo de bonos como pueden ser los emitidos por el
Estado, y como compensación ofrecen un tipo de interés muy
elevado. ¿Quién dice que son arriesgados? Las agencias
de calificación o de ranting, que les conceden una baja
calificación crediticia, de las peores.

Estas agencias son entidades auxiliares especializadas en el


análisis de valores y empresas. Son intermediarias de la
información, y sus conclusiones sobre la capacidad de una
compañía para hacer frente a sus obligaciones financieras, a
corto y largo plazo, quedan reflejadas en el "ranting".
Orientan a los inversores sobre la toma de decisiones, pero
sus calificaciones y comentarios no son ni mucho menos de
obligado cumplimiento. Cualquier calificación crediticia no
debería ser interpretada como una recomendación de compra
o venta de un valor.

Por el momento, existen en el mercado financiero tres


grandes agencias de "rating": Standard & Poor's, Moody's
y Fitch. Publican sus calificaciones en las que se suelen
combinar letras, en mayúsculas o minúsculas, y números. En
la práctica, la nomenclatura varía de una agencia a otra, pero
por norma general las mejores cualificaciones suelen contener
la letra "A" y aquellas que son peores la "B". Generalmente,
los bonos basura suelen ostentar la calificación BB+.

Estas entidades auxiliares llevan más de un siglo trabajando,


pero no por ello están exentas de críticas. De hecho, su
reputación y valía han sido cuestionadas durante
determinados episodios. Cuando la crisis estalló en EEUU, las

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agencias de calificación fueron puestas en cuestión por no
haber reaccionado con al rapidez adecuada para alertar a los
inversores sobre los riesgos de invertir en valores respaldados
por hipotecas subprime.

Oportunidad para los Bonos Basuras, ¿sí o no?

El binomio que se da entre la alta rentabilidad de los Bonos


Basura y el riesgo que se corre con esta inversión puede
resultar muy atractivo. En cualquier caso, se aconseja que
siempre que se pueda no se invierta todo el capital en estos
Bonos Basura, sino que se opte por pequeñas partes. No
obstante, es una operación altamente arriesgada y no apta
para ahorradores prudentes o no muy experimentados en
estas lides.

Un ejemplo de Bono Basura

Pongamos un ejemplo, una empresa emite un bono a un año


de 200 euros por el que ofrece un interés del 10%. El bono se
emite a fecha del 1 de enero de 2010 y vence el 1 de enero
de 2011, momento en el que se devuelve a sus titulares a los
200 euros de capital, más los 20 de intereses que se han
generado. A medida que se acerca la fecha de vencimiento, el
precio de venta del bono se irá acercando cada vez más a los
220 euros, pues la fecha de cobro de los intereses se
aproxima también. ¿Qué sucede si en ese intervalo de
tiempo la empresa suspende pagos o entra en quiebra?.
Tenemos dos problemas: existe la gran probabilidad de que
llegada la fecha de vencimiento del bono la empresa no pague
los 220 euros prometidos, y el segundo problema, el precio de
venta del bono baja estrepitosamente pues muy pocos
querrán pagar por algo cuyo valor ronda los cero euros,
dependiendo de la situación particular en la que se encuentre
la empresa.

ANA VICTORIA CASTAÑEDA . Página 4


Supongamos que el bono cotiza en el mercado a 15 euros. El
inversor que pague esos 15 euros los puede perder, pero
existe la posibilidad de que la empresa no desaparezca y que
cuando llegue el 1 de enero de 2011 pague los 220 euros. Eso
supondría que el inversor que compró el bono por 15 euros
ha multiplicado su inversión casi por 15 en poco
tiempo. Hay además otra situación que se puede dar: la
empresa quiebra pero al liquidar activos, paga la parte de la
deuda que sea posible con el dinero obtenido y los inversores
reciben por ejemplo 30 euros por cada bono. Para los
inversores que compraron los bonos por 200 euros antes de
que las cosas se pusieran feas, los inversores perderán el
85% de su inversión. Mientras que, para el que vio en esos
bonos una oportunidad e invirtió en ellos comprándolos a 15
euros, la operación le ha permitido multiplicar por dos el
dinero invertido.

¿Hay alternativas a los Bonos Basura?

Los Bonos Basura no son la mejor opción para los inversores


más cautelosos o para aquellos que no deseen vivir
pendientes de las paginas salmón de los periódicos o del
destino de las empresas en las que hayan invertido. Así pues,
conviene tener en cuenta que no existe en el mercado ningún
producto similar que ofrezca una rentabilidad tan alta. Dentro
del mercado de renta fija sean los bonos del Estado una de
las alternativas más interesantes, pues combinan una
rentabilidad medianamente atractiva, con la seguridad que da
saber que a priori el riesgo de quiebra del Estado es
inofensivo.

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