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Facultad de Educación
Educación Parvularia
Profesoras Guías:
Sra. Mª Olivia Herrera
Sra. Mª Elena Mathiesen
Tesistas:
Mª Gabriela Morales Malverde
Priscilla Proust Cartoni
Mónica Vergara Martínez
Concepción, 2005
ÍNDICE
Introducción………………………………………………………………………4 4
13
1.2. Historia del género ……………………………………………………………13
15
1.3. Teorías en relación al género……………………………………………….....15
18
1.4. Conceptualizaciones…………………………………………………………..18
23
1.5 Identidad sexual y de género en los niños y niñas…………………………….23
25
1.6 Educación infantil, estereotipos de género y sexismo……………………….....25
26
1.7. Educación, calidad y género……………………………………………….......26
32
1.8. Educación y calidad…………………………………………………………...32
39
Capitulo 2:Tema de estudio………………………………………………….......39
40
2.1 Planteamiento del problema…………………………………………………....40
40
2.2. Objetivo general………………………...……………………………….…….40
40
2.3 Objetivos específicos…………………………………..…………………........40
42
Capitulo 3: Metodología………………………………………………………....42
43
3.1 Muestra………………………………………………………………………...43
44
3.2 Características descriptivas de la muestra …………………………………......44
51
3.3 Variables de estudio………………………………………………………........51
54
3.4 Instrumentos…………………………………………………………………... 54
57
3.5. Procedimiento…………………………………………………………….........57
2
Capítulo 4: Resultados…………………………………………………………….58
58
Capítulo 5 Discusión………………………………………………………………..77
77
5.1 Discusión…………………………………………………………………………78
78
Bibliografía…………………………………………………………………….…...83
83
Anexo: Pauta de observación del adulto/a a cargo de niños y niñas menores de 3 años en
relación al género
3
Introducción
4
Otro aspecto relevante de destacar, el cual confirma nuestra convicción que la
investigación a desarrollar tiene gran trascendencia, es el hecho que el gobierno de Chile
durante los períodos 1994 – 1999 creó un plan de desarrollo centrado en el contexto de la
situación de género como una política pública, cuyos principales lineamientos se realizarán
durante el período 2000 – 2010, a dicho plan se le denomina: “Plan de Igualdad de
Oportunidades entre mujeres y hombres”. El plan se basa en cinco campos estratégicos de
promoción de una cultura de igualdad, estos son: promoción de los derechos de las mujeres
y la garantía de su pleno ejercicio, autonomía económica de las mujeres y superación de la
pobreza, bienestar en la vida cotidiana y calidad de vida, y enfoque de género en las
políticas públicas. El primero de los campos estratégicos señalado se orienta a la promoción
de cambios en la familia, en la educación, en la producción y acumulación de
conocimientos, en los medios de comunicación y en la opinión pública, permitiendo
avanzar en la construcción de una cultura más abierta a las nuevas ideas y a la igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres. Este hecho legitimiza e institucionaliza la
relevancia de la equidad de género. He ahí la importancia de desarrollar investigaciones que
den a conocer y aporten con información respecto al tema para así aproximarnos a los
propósitos planteados para el país (Escobar, 2003).
5
Finalmente, esta investigación pretende ser útil no solo para los profesionales del
área de la educación sino para todas las personas interesadas en la temática, siendo un
referente para el actuar diario de las personas, para las prácticas profesionales al igual que
para futuras investigaciones.
6
Capítulo 1
MARCO TEÓRICO
7
1.1 Concepto de Desarrollo
“El desarrollo humano es el estudio científico de los cambios que ocurren en las
personas así como de las características que permanecen estables…” (Papalia, et al, 2001:
9)
Hoffman (1997) señala que el desarrollo es como un proceso de cambio que sufre el
individuo a través de su vida. Este cambio, posee diversas características: es un proceso
continuo, acumulativo, direccional, diferenciado, organizado y holístico.
Este desarrollo que se produce durante toda la vida, tiene principios y características
que lo distinguen y facilitan su estudio. Papalia y otros (2001) hace referencia a los
principios claves que Paul B. Baltes identificó, que son los siguientes:
- El desarrollo es vitalicio, cada período del ciclo vital está influenciado por lo que
sucedió antes y afectará lo que está por acontecer.
8
buscan maximizar sus ganancias y minimizar sus pérdidas aprendiendo a manejarlas
o a compensarlas.
Hoffman (1997) por otro lado también propone características del desarrollo que
son las siguientes:
- El desarrollo es holístico, lo que significa que los logros nunca están aislados. Todo
aspecto del desarrollo, ya sea físico, cognitivo o social, depende de todos los demás,
y todo desarrollo es el resultado de la interacción.
- El desarrollo es acumulativo, esto implica que acontece sobre lo que había antes.
Las respuestas de niños y adultos y su capacidad para aprender dependen en parte
de sus experiencias previas en situaciones semejantes.
9
Como podemos apreciar ambos autores concuerdan en varias de las categorías
propuestas, siendo la diferencia la asignación de los nombres de las características del
desarrollo, es por esto que podemos decir que el desarrollo se caracteriza por darse a partir
de acontecimientos vividos, o sea, sobre las experiencias previas, afectando al ser de
manera holística en los aspectos cognitivos, físicos, sociales y emocionales, influyendo en
la circunstancia espacial y temporal en que corresponde vivir.
Una vez que sabemos como se ve afectado el desarrollo podemos influir sobre éste y
sobre todo intervenir en los niños y niñas menores de tres años que es cuando el cerebro
más crecimiento presenta, tanto porque las neuronas aumentan de tamaño como porque las
conexiones entre ellas se acrecientan (Craig, 1997); el cerebro presenta un 75% de su
tamaño final a los dos años de vida, en este período el cerebro experimenta un rápido
desarrollo de los sistemas perceptuáles a medida que se usan y afinan por medio de este uso
(Craig, 1997). Por otro lado, Carnegie Corporation 1994 (Gail, 1998-99) propone cinco
descubrimientos que deberían fortalecer el trabajo que se realiza con preescolares: se ha
demostrado que el desarrollo del cerebro toma lugar prenatalmente y en los primeros años
de vida es más rápido y extenso en comparación con su posterior evolución; el desarrollo
del cerebro, en los primeros años de vida, es mucho más vulnerable a las influencias del
ambiente de lo que se ha supuesto siempre; la influencia del ambiente en el desarrollo del
10
cerebro es de larga duración; el ambiente afecta no sólo en el número de neuronas y en el
número de conexiones sino que también en la forma en que se producen estas conexiones.
Por último, existe evidencia científica concerniente al impacto negativo que produce el
stress temprano en el funcionamiento del cerebro.
11
Para lograr un contexto estimulante el encargado/a de los/as menores tiene real
importancia, ya que es él o ella quien prepara el contexto para que se desenvuelvan niños y
niñas. A partir de la importancia del adulto en la preparación para el desarrollo óptimo de
cada individuo, La Asociación Estadounidense para la Educación Infantil 1988 (Craig,
1997) informa sobre lo que niños y niñas requieren:
- Una relación íntima y estable con un encargado cálido y sensible a sus intereses
- Que los respeten como participantes activos en el diálogo de los hombres antes que
considerarlos receptores pasivos de entrenamiento
- Espacios amplios para explorar y objetos que manipular, además de otros niños para
observarlos, imitarlos y hacer vida social con ellos.
12
1.2 . Historia del Género
13
psicología donde se estudiaban las disfunciones sexuales y se presentaban rasgos
anatómicos de hombres o mujeres que no asumían las identidades sociales que se les
asignaban, de esta manera se determinó que era preciso establecer la diferencia entre sexo y
género, aludiendo a que el primero hace referencia a las diferencias biológicas entre la
mujer y el hombre, y el segundo a las características psicológicas y culturales que atribuye
la sociedad al hombre y la mujer.
Es así como se hace una diferencia tajante en las diferencias de género, llegando al
extremo que los hombres poseen características opuestas a las mujeres, al igual que éstas
tienen características que un varón no puede adquirir. Por lo mismo, es que existen
históricamente dos sistemas, el paternalista y el maternalista, siendo el primero el que ha
predominado e influenciado en nuestras sociedades y culturas. Una característica del
paternalismo es la opresión a la mujer y la marginación de éstas de actividades públicas, de
las ciencias, artes, entre otras (Kirkwood, 1987: 17 – 40). Tan solo en el período del
Renacimiento se comenzaron a apreciar cambios en los roles de género los cuales se
concretaron en la sociedad industrial.
14
1.3. Teorías en relación al género
Las teorías de género buscan dar explicación a la manera en que los seres humanos
adquirimos los roles de género, teniendo en cuenta que género son las características y
atributos que asigna una sociedad y/o cultura a las personas de acuerdo al sexo al cual
pertenecen.
Según Hartley, (Hartley, citado en Sastre et al, 1988) la adquisición de los papeles o
roles de género se lleva a cabo por medio de cuatro fases:
15
Freud, (Freud, citado en Sastre et al, 1988) con su teoría del psicoanálisis, plantea que
la diferencia sexual se da la siguiente manera:
- Cambio de zona erógena: Hasta el inicio de la etapa fálica, tres a cinco años de
vida, no hay conciencia de las diferencias sexuales, el niño/a piensa que todos/as
son iguales a ella o él. Al descubrir el niño la diferencia entre él y las mujeres cree
que a la mujer le han quitado el órgano reproductor masculino por castigo. Esta
teoría postula que la mujer es la castrada llevándola a cambiar la zona erógena
desde el clítoris (externa) hasta la vagina (interna), cavidad pasiva que esperará
alojar el pene que algún día le dará un hijo como forma de compensar la castración
inicial, traduciendo socialmente la creencia en la superioridad de lo masculino y la
desvalorización de lo femenino.
- Cambio de objeto: La niña deja su primer objeto de amor (la madre) al descubrir
que también está castrada al igual que el resto de las mujeres, por tanto, nunca podrá
darle lo que necesita, volviéndose hacia el padre quien es el dueño del falo. De esta
manera se identifica con su madre por el hecho que esta escogió a su padre como el
objeto de amor sexual.
- Diferencia del super yo: Al ingresar al mundo de las normas, reglas y la ética la
importancia que adquiere el padre para el niño/a es enorme, puesto que el padre
representa el poder de decisión de los bueno y lo malo pudiendo castigar las
infracciones, es decir, el miedo a la castración como castigo por el amor a la madre.
Socialmente las leyes y constructos sociales son obra masculina, en cambio las
niñas y mujeres tan sólo pueden imitar, conservar y/o perpetuar lo masculino sin
crear absolutamente nada.
16
recompensas y castigos para enseñar a sus hijas a ser femeninas y a sus hijos a ser
masculinos.
Las últimas dos teorías que mencionaremos se encuentran dentro del enfoque
cognitivo, estas son: la teoría del desarrollo cognitivo y la teoría del esquema de género. En
relación a la primera cabe señalar que postula que la tipificación del género del niño/a
sucede después de que éste ha desarrollado el concepto de género. Una vez que se conciben
a sí mismos/as de manera consistente como femeninos y masculinos los niños/as organizan
su mundo con base al género. Esta teoría inicialmente desarrollada por Lawrence Kohlberg
(citado en Santrock 2001) argumenta que el desarrollo del género procede de la siguiente
forma: “Yo soy niña, yo deseo hacer cosas de niñas. Por tanto, la oportunidad de realizar
cosas de niñas es recompensante”. Para Kohlberg, no es sino hasta que los niños/as
alcanzan la etapa de pensamiento operacional concreto, cerca de los seis o siete años de
vida, cuando comprenden la constancia de género – que un hombre sigue siendo hombre no
importa si usa pantalones o falda o si su cabello es largo o corto.
En cuanto a la teoría del esquema de género podemos señalar que esta establece que
la atención y comportamiento de un individuo son guiados por una motivación interna para
conformarse con los estándares y estereotipos socioculturales basados en el género. Un
esquema de género es una estructura cognitiva o una red de asociaciones que organiza y
guía las percepciones individuales a lo largo de las líneas del género. Esta teoría sugiere
que la “tipificación de género” ocurre cuando el niño o niña está listo/a para decodificar y
organizar la información a lo largo de las líneas de lo que se considera apropiado o típico
para hombres y mujeres en una sociedad (Rodgers, 2000, citado en Santrock, 2001).
17
uno de ellos y su dependencia a la vez, al igual que buscamos que estos sirvan como base
para comprender la realidad de la educación en relación al género.
1.4 Conceptualizaciones
Concepto de género
Según Sastre y Moreno (1988: 70) el concepto género se define como una
“construcción cultural dada por la sociedad, la cual tiene un ideal de hombre y mujer
establecido, además de instaurar las formas de asegurar que los/as miembros de esta
sociedad adquieran, desarrollen y reproduzcan las características esperadas según género”.
No se puede olvidar que el concepto de género se transmite generacionalmente y que son
los adultos quienes proyectan sobre los niños y niñas, inconsciente y concientemente,
formal e informalmente, el repertorio de pautas de conducta y valores atribuidas a cada
sexo.
Barberá (2004: 52) afirma que género corresponde a la “realidad compleja que
requiere de la reflexividad de cada sujeto para armonizar las implicancias derivadas del
polimorfismo sexual (sujeto ambiguo, mujer y hombre) y de los sistemas de creencias
sociales sobre dicho polimorfismo”.
18
Concepto de sexo
La palabra sexo proviene del latín sexus, que significa separar: “El hecho de ser
macho o hembra, proviene del latín y expresa la división de los seres sexuados en dos
formas diferentes en función de su respectiva y complementaria capacidad procreativa”
(Sastre y Moreno, 1988 : 67 -68). Por sexo se entiende las diferencias biológicas entre el
hombre y la mujer, desde este punto las diferencias se darían en relación a sus órganos
genitales y a su función reproductora. Sin embargo, no está demostrado que estas
diferencias impliquen capacidades, comportamientos, aptitudes y/o actitudes diferentes
entre el hombre y la mujer.
Barberá (2004: 54) define sexo como aquella “realidad compleja que hunde sus
raíces en componentes claramente biológicos (genes, hormonas, cerebro)”. Al igual que
señala que “…se manifiesta por medio de un poliformismo sexual (sujetos ambiguos,
mujeres y varones) mostrando un desarrollo psicosocial a lo largo de la vida”.
De acuerdo a Barberá, (2004: 169) los roles de género son “asignaciones sociales
vinculadas al sexo del hombre o la mujer. Son una construcción social cambiante, que
lamentablemente casi siempre ha conllevado una valoración mayor y discriminatoria de las
asignaciones hechas por los seres humanos”.
19
Según el Programa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 1997) los
roles de género hacen alusión al papel que le corresponde asumir a un determinado sexo,
papel que se lo asigna su cultura, entre ellos tenemos:
20
Concepto de identidad sexual
Concepto de sexismo
Barberá (2004: 293) define “sexismo, o bien, ideología del género como una
actitud dirigida hacia las personas en virtud de su pertenencia a los grupos basados en el
sexo biológico. De forma más restringida, lo más frecuente ha sido entenderlo como una
actitud de prejuicio contra la mujer. Hoy suele entenderse sexismo como una ideología, un
conjunto de creencias acerca de los roles, características, comportamientos, etc.,
considerados apropiados para hombres y mujeres, y sobre las relaciones que los miembros
de ambos grupos deben mantener entre sí. Esta ideología contribuye al mantenimiento del
statu quo, es decir, a que se perpetúe la situación de subordinación y de subyugación de las
mujeres como grupo”.
21
Posada (2002) señala que el “sexismo es el mecanismo por el que se privilegia un
sexo sobre otro. Conceptos y conductas patriarcales que mantiene en situación de
inferioridad y subordinación al sexo femenino. Está presente en todas las formas de la vida
social y todos los ámbitos de las relaciones humanas, es decir, las formas prácticas de
actuar”.
Discriminación de género
22
De acuerdo a Unger, (1994, citado en Flores, 2001: 58) se entienden como “la
expresión, en el plano social, de la atribución de características similares a miembros
diferentes de un mismo grupo sin tener en cuenta las diferencias interindividuales que
pueden existir”.
Si acompañamos a los niños y niñas en su evolución, constatamos que entre los tres
y siete años de vida tiene lugar un acontecimiento de primera magnitud para ellos/as como
es la construcción paulatina de su primera identidad sexual: percibirse y concebirse como
niño, niña o sujeto ambiguo, clasificarse como tal dentro de su categoría, clasificar a los
demás, ser conscientes de que el cambio de las meras apariencias no conllevan a cambio en
23
su condición de pertenencia a un determinado morfismo ni para sí mismo/a, ni para los
demás, sintiendo satisfacción o insatisfacción de pertenecer aun morfismo determinado.
Junto con esta identidad tiene lugar la identidad de género: grado de identificación con los
papeles asignados por una determinada sociedad a la condición de su específico morfismo
sexual (Barberá, 2004).
Sin duda en esta edad los niños y niñas no pueden menos que dejarse “engañar”
por las apariencias, puesto que su sistema cognitivo no está lo suficientemente desarrollado
para poder evitarlo. Sólo cuando dominan la reversibilidad pueden superar las pruebas de
las distintas constancias, incluida la referencia de si mismo/a. De ahí que no es extraño
oírles que quieren cambiar de sexo y que se les observe cambiándose de ropa “típica” del
otro sexo. A partir del momento en que poseen un pensamiento reversible es cuando se
hace consciente que el vestirse o peinarse como el otro sexo de modo alguno supone
cambio de sexo. Ésta es la base sobre la que se cimenta la identidad sexual (Barberá, 2004).
Respecto a los infantes declarados como ambiguos o con una doble identidad de
sexo y género, cabe decir que la falta de consideración de esta alternativa puede conllevar
a que la familia, educadores/as, entre otros, hagan de un comportamiento de evolución
normal una patología; el hecho que una niña o niño pida cambiar de sexo puede deberse a
que el otro morfismo sexual recibe mayor atención, por ejemplo (Barberá, 2004).
24
Finalmente, el hecho de ser varón o mujer no dificulta y mucho menos incapacita
para desarrollar o desempeñar ninguna de las funciones comunes que exigen nuestras
actuales sociedades (Barberá, 2004).
La familia como primera educadora de su hijo/a una vez que conoce el sexo de
éste/a comienza a formarse expectativas de cómo será la vida del niño o niña, de cómo será
educado/a, los valores y actitudes que le inculcarán; aspectos que suelen ser similares a los
de la sociedad en que habitan dichas personas. De esta manera también se comienza a
preparar el espacio en que vivirá el niño o niña, la habitación, los juguetes, la decoración, la
ropa, entre otras. Por ejemplo, la habitación por lo general para los niños se decora con
colores celestes, verdes, o bien que socialmente no sean atribuidos a la mujer, además se
incluyen animales. En el caso de las niñas se diseña con colores más suaves, lilas, rosados,
etc, teniendo como requisito que no sean asociados a los niños, también el diseño de las
piezas comúnmente involucra flores, flequillos, lazos, etc. (Arjona y otros, 2002).
Uno de los instrumentos más utilizados por el hombre y la mujer para comunicar,
dirigir y dar a conocer su percepción del mundo es el lenguaje, y por sobre todo el lenguaje
verbal y escrito. Por lo mismo, el lenguaje es uno de los principales agentes en la formación
de estereotipos de género o bien en la formación actitudes sexistas. El hecho de omitir en el
25
lenguaje a la mujer hace que adquiera un carácter de invisibilidad lo que genera el
ignorarla, afectando sus características personales y habilidades sociales, esta actitud del
adulto a cargo corresponde a un hecho de discriminación de género. Además, existen otros
tipos de actitudes tales como el hablarle a las niñas con diminutivos, y a los niños de
manera más dura y adulta reforzando los estereotipos y desarrollando actitudes sexistas
destinadas a cada sexo en particular. Al hablar con diminutivos se refuerza la debilidad,
sobreprotección e inferioridad que se cree que posee una niña o mujer, y en el caso de los
niños, al no hablarles con diminutivos se refuerza la supuesta superioridad, fuerza y dureza
(Arjona y otros, 2002)
Por otro lado el hecho de favorecer en los niños/as la adopción de actitudes más
duras con uno u otro sexo, sin apreciar las características individuales de cada sujeto, son
claras muestra de sexismo, puesto que el adulto ejecuta acciones a partir de las
características otorgadas por la sociedad a uno u otro sexo, olvidando que todo ser humano
es diferente al otro/a y que por ende merece un trato acorde a sus características y no a las
atribuidas a su sexo (Browne y France, 2001)
26
Por consiguiente, la condición de la mujer y el papel que se espera de ella en la
familia y la sociedad permanecen esencialmente intactos, implicando que la discriminación
basada en el género, a pesar de notables logros en la educación alcanzada por las niñas, aún
no ha desaparecido de nuestra sociedad. Pero, no solamente nuestra sociedad padece estas
características, muchas mujeres en el mundo cuentan con un rol limitado y una privación de
necesidades básicas, como es la educación.
A esta lucha por una equidad de género, no sólo por el acceso a la educación, sino
que por el derecho de igualdad y libertad en todos sus sentidos se le ha llamado
comúnmente "feminismo", término que ha estado sujeto a controversiales debates. Sin
embargo, no se puede evadir el hecho de que, como Waters (1972) menciona, la posición
de la mujer es uno de los mejores indicadores para el desarrollo de una sociedad, puesto
que da a conocer el régimen social y las políticas de una sociedad. Debido a lo anterior, es
indispensable al hablar de desarrollo y calidad educativa analizar la equidad de género.
Esta libertad por la que las mujeres luchan es inconcebible sin un incremento económico y
cultural, como también sin la introducción del acceso a una educación de calidad, entre
otros aspectos. Investigaciones muestran que algunos países han aceptado que muchas
niñas muestran un bajo desempeño en Matemáticas y Ciencias Naturales porque se han
visto como materias dominadas por el género masculino (UNESCO, 2001 a).
27
Al hecho ya señalado hay que sumar la discriminación a la cual están expuestos/as
niños y niñas, ya sea por medio del uso de materiales escolares, juegos o por medio del uso
del lenguaje. A modo de ejemplo, en el caso de los textos escolares y específicamente de
los diccionarios, quisiéramos señalar que la equidad comienza por un trato igualitario,
hecho que no se da en muchos de los diccionarios escolares; al buscar la definición de
hombre y mujer una/o se encuentra con significados tales como: Hombre: “ser dotado de
inteligencia y de un lenguaje articulado… el que ha llegado a la edad viril…” (García –
Pelayo, 1992: 547); Mujer: “…La que ha llegado a la pubertad, esposa… mujer de su
casa… “(García – Pelayo, 1992: 707). En definitiva, para el logro de una educación de
calidad es necesario lograr la equidad de género, por lo cual es necesario revisar los textos
escolares a partir de su contenido, generar prácticas educativas que presenten al hombre y
la mujer tal cual son, sin fomentar roles sociales artificiales, evitando la invisibilidad de la
mujer en el uso del lenguaje, ya que este es un hecho discriminatorio contra ellas; la
persona a cargo debe ser capaz de inducir a la superación de prejuicios, “de esta manera los
niños y niñas sentirán y vivirán la equidad” (SERNAM, 1998).
Lo antes mencionado no es propio tan sólo de nuestro país, sino que aqueja a la
mayoría de los países en desarrollo a nivel mundial. Todos los países del mundo se
enfrentan, en grados diferentes, a problemas de desigualdad de género, y la educación es
frecuentemente considerada como una de las principales herramientas para combatirlos. En
la mayoría de los países mujeres y niñas están en situación de desventaja, comparadas con
28
hombres y niños, en lo que concierne tanto al acceso a bienes y servicios sociales como a la
influencia y al control sobre los procesos de toma de decisiones y en las instituciones
sociales o políticas que determinan su calidad de vida. Esto se observa tanto en las familias
y hogares como en la comunidad y en el ámbito nacional. A medida que las oportunidades
de progreso femenino en la educación aumentan los países tienden a tornarse más exitosos
en tratar el problema de la desigualdad de género en la sociedad. Por ello, para el diseño,
implementación y ejecución de programas de educación de calidad es absolutamente
necesario haber considerado el campo de la equidad de género. La equidad de género y la
relación con la calidad de la educación son un imperativo que va más allá de su importancia
o utilidad para el desarrollo: es esencialmente una cuestión de derechos humanos y está en
el corazón de lo que debería ser una educación de calidad. Si la educación es un derecho
humano básico, una educación de calidad debería, entonces, promover la equidad y no
perpetuar desigualdades estructurales, formas de discriminación o disparidades existentes.
Por lo mismo, es que hoy al considerar una educación de calidad se toma en cuenta el
hecho que debe ser accesible a niñas y niños sobre una base equitativa lo cual quiere decir
que la provisión de oportunidades y el aprovechamiento de dichas oportunidades han
recibido la atención suficiente, tanto para las muchachas como para los muchachos. Una
educación de calidad promueve la asistencia regular y oportuna de todas las niñas y los
niños a las instituciones educativas, demostrando que la programación de la institución y su
ritmo fueron diseñados tomando en consideración demandas de tiempo y agenda de los/as
estudiantes y sus familias, al igual que sus respectivas culturas; demostrando sensibilidad y
responsabilidad ante las cuestiones de género (UNESCO, 2003).
29
programas escolares en países Africanos tales como Rwanda con el programa “Proyecto de
Escuela para niñas de FAWE”, y Uganda con el proyecto “MEN: Una iniciativa hacia la
educación de niñas” estos proyectos fueron creados por la UNICEF en el año 2001; las
escuelas están centradas en los/las jóvenes con el propósito de promover las aptitudes de
las niñas y garantizar sus oportunidades educativas, para así romper con el alto porcentaje
de analfabetismo de estas zonas y de esta manera las niñas tengan mayores expectativas de
vida lo cual repercutirá en la educación de sus hijos e hijas; los programas mencionados
están orientados a temáticas de tecnología, ciencias, entre otras. (UNICEF, 2001, citado en
UNESCO, 2003).
30
mención a esto debido a que aunque la realidad mayoritaria en El Caribe y Latino América
sea desventajosa para las niñas hay países como Colombia, Haití, Lesotho, Madagascar,
Malawi, Mongolia, la República Unida de Tanzania y Surinam en que son los varones
quienes no tienen el suficiente acceso al sistema de educación, y a pesar de ello son
obviados en convenciones en donde se trata mayoritariamente las dificultades sociales de
las mujeres. UNICEF (2004) da a conocer que la desventaja en que se encuentran los niños
de estos países se produce por lo general a comienzos de la pubertad, justo cuando sus
cuerpos y su identidad empiezan a cambiar, y se ven obligados a involucrarse en el mundo
de los adultos y enfrentarse a lo que se espera de ellos; tal obligación no lo es tanto para la
niñas, puesto que de ellas se tienen otras expectativas.
A lo mejor las dificultades que deben sortear mujeres y hombres, las divisiones y
características que se les atribuyen nos parecen naturales, pero no lo son. Por lo mismo es
que los juicios críticos que realizamos individualmente o en sociedad, y que por lo general
son más duros para las mujeres que para los hombres, son producto de una construcción
social respecto a lo que debe ser una mujer y un hombre (UNESCO, 2001 a). He ahí la
razón por la cual la escuela es un medio trascendente en la formación de estereotipos de
género y de actitudes sexistas, por ende, la labor de una persona como educador o
educadora en referencia al hombre y la mujer como seres en igualdad de condiciones y de
manera equitativa, es evitar la invisibilidad de uno o de otra. Tan sólo de esta manera la
educación será de calidad y equitativa, ya que estaremos respetando los derechos de los
niños y niñas a tener un trato no discriminatorio, por el solo hecho de pertenecer a uno u
otro sexo; al igual que estaríamos respetando su derecho a tener acceso a la educación en
igualdad de condiciones, pudiendo desarrollarse de manera holística y singular, es decir,
como un niño/a que hace uso de sus características y habilidades como ser diferente al resto
y no como un ser perteneciente a un sexo determinado; no olvidemos que el desarrollo
holístico (objetivo de las Bases Curriculares de la Educación Parvularia Chilena) y la
singularidad (Principio trascendente de las Bases Curriculares de la Educación Parvularia)
son aspectos que cualquier niño/a requiere para desenvolverse y desarrollarse como un ser
individual, activo y crítico del medio que lo rodea y de sus propias acciones y decisiones.
31
1.8. Educación y Calidad
32
Al intentar definir y comprender lo que significa calidad educativa, podemos
encontrarnos con múltiples definiciones y enfoques que nos permiten tener concepciones
diferentes del concepto. Por lo mismo es que daremos a conocer algunas definiciones de
calidad en educación. Wilson (1992) señala que la calidad educativa consistiría en
planificar, proporcionar y evaluar el currículo óptimo para cada alumno/a, en el contexto de
una diversidad de individuos que aprenden. Esta definición nada señala acerca de qué es un
currículo óptimo, lo cual se debe a que el currículo óptimo va a depender de la cultura –
sociedad en que estén insertos los niños y niñas y por ende de las concepciones que se
tengan de el desarrollo personal de cada uno de ellos/as.
33
Cryer (2005) define calidad como la mejor apuesta para el desarrollo positivo del
niño/a, en áreas que están asociadas a los éxitos tradicionales de la escolaridad y la vida
posterior. Esta idea hace énfasis en las prácticas que son asumidas para estimular el
lenguaje, las capacidades intelectuales y físicas, la competencia social, incluyendo un
balance de independencia y cooperación, como también de bienestar social. La calidad esta
caracterizada por un enfoque centrado en el niño, haciendo énfasis en los juegos y en la
interacción con materiales y pares, lo que requiere de un ambiente seguro. Una de las
variables en la calidad es la protección para asegurar el cuidado seguro y la atención a la
salud, además se incluyen las oportunidades de estimulación para desarrollar habilidades de
comunicación, creatividad, habilidades cognitivas y motrices. Por último la variable de
relaciones positivas con el fin de promover el crecimiento emocional individual, las
interacciones positivas con los adultos y con sus pares.
Respecto a estudios podemos mencionar que hay trabajos que describen como
centros de alta calidad educativa pueden significar un año de ventaja para el desarrollo los
niños o niñas, comparado con centros de baja calidad (Tíetze, 1995, citado en Herrera et al.,
2001). De acuerdo a un programa piloto de estimulación precoz desarrollado por el Centro
de Estimulación y Desarrollo Precoz (CEDEP) en el años 1978 demostró que el currículo
de estimulación influyó positivamente en el desarrollo psíquico de los niños/as de nivel
socioeconómico bajo, pudiendo alcanzar igual rendimiento que el grupo control de nivel
socioeconómico medio – alto. También se cuenta con antecedentes que afirman que la
educación preescolar de calidad contribuye al desarrollo de habilidades académicas
(Eyzaguirre et al., 2001). Un último estudio relevante de mencionar, es el realizado por
Herrera, y Mathiesen (2001) el cual tiene relación con la calidad del ambiente educativo en
que están los menores de tres años de la provincia de Concepción; en dicho estudio se
señala que las salas cunas observadas obtuvieron, de acuerdo a la escala ITERS, un
promedio de 3.20 ubicándose dentro de una calidad mínima aceptable, y existiendo una
amplia variación entre la nota más baja (1.34), clasificada como inadecuada, y la más alta
(6.29) considerada como sobresaliente.
34
Zabalza (1996) señala que el concepto de calidad debiera considerar el ámbito de
los valores, la afectividad y la satisfacción de las personas. Define que una institución posee
calidad si responde en forma adecuada a los valores que se esperan de ella; si obtiene
buenos resultados, es decir, si es efectiva y finalmente si da satisfacción a los participantes
del proceso. También menciona que podemos hablar de educación de calidad educativa
cuando todas las personas involucradas en el proceso poseen un clima de relación
satisfactorio, debido a que la dimensión personal es algo fundamental tanto como el
sentimiento del éxito, la motivación y la autoestima. Afirma que ellos son fundamentales
como variables condicionantes de la calidad de los procesos y de los resultados.
De acuerdo a las definiciones ya señaladas podemos decir que son múltiples los
factores que influyen en una pertinente educación de calidad, por lo mismo es que en Chile
se necesita ampliar la cobertura de atención, creando nuevos jardines infantiles y centros
educativos; asegurando el ingreso real de los niños/as, especialmente de aquellos que están
en situaciones de vulnerabilidad social y de aquellos/as que geográficamente estén alejados.
Claro que hay que tener en cuenta que para lograr el objetivo propuesto para la educación
parvularia es absolutamente necesario que la cobertura esté estrechamente ligada con la
calidad.
35
Históricamente la educación preescolar a tenido baja cobertura en Chile. De acuerdo
a los indicadores sobre infancia en Chile hasta el año 2003 podemos decir que la Junta
Nacional de Jardines (JUNJI,) tiene una cobertura de 126.426 niños/as, Integra cubre a
68.210 niños/as y el Ministerio de Educación (MINEDUC) a 286.381 niños/as logrando un
total de 475.038, las cifras corresponden a la cobertura que realiza la Educación Parvularia
para menores de cinco años y seis años. Hacemos mención a este hecho porque debemos
recordar que la educación preescolar no es obligatoria, al igual que está destinada a atender
a niños y niñas hasta cinco años de edad (UNICEF, 2003 a). Por lo expuesto es necesario
dejar en claro que el 56% de la cobertura en este nivel corresponde a menores de cinco
años o más lo cual equivale 266.208 matrículas, y tan sólo un 13,4% a niños y niñas
menores de tres años lo cual corresponde a 63.415 matrículas; el porcentaje restante
(14,1%) corresponde a los niños y niñas entres tres y cuatro años de edad, los que
representan a un total de 66.983 matrículas (UNICEF, 2003 b). Otra cifra relevante de
mencionar es aquella que tiene relación con el ingreso de los niños/as al nivel parvulario de
acuerdo al quintil al cual pertenecen, un 49,1% de los niños/as en dicho nivel corresponden
al quinto quintil, 36,1% representan al cuarto quintil, la cobertura en el tercer y segundo
quintil es de 35% y 34% respectivamente, en cuanto al primer quintil la cobertura es de un
30, 3% (UNICEF, 2003 b). Los datos mencionados reflejan que los menores de los
quintiles quinto y cuarto son los que asisten en mayor número al nivel parvulario, y
aquellos que pertenecen a los sectores más vulnerables socialmente (primer y segundo
quintil) asisten en menor cantidad.
Al apreciar las cifras señaladas es que podemos destacar que a pesar de que aumenta
la cobertura, el acceso a la educación preescolar continua siendo notoriamente dispar; esta
diferencia se acentúa aún más con el ingreso de los infantes a los cinco años de vida,
puesto que al ingresar a dicha edad los párvulos pierden la posibilidad de recibir una
educación entre los cero y tres años de edad puesto que es en este período en el cual se
sientan las bases del desarrollo posterior de la persona, y sin una educación estable a esta
edad la equidad es algo complejo de alcanzar (UNICEF, 2004).
36
Lo expuesto en el párrafo anterior adquiere mayor trascendencia cuando los
estudios dejan evidencias de la falta de estándares altos de educación y de la necesidad de
contar con ellos. Los estudios en Chile demuestran que, en promedio, los menores de
distintos estratos socioeconómicos tienen el mismo coeficiente de desarrollo psicomotor en
los primeros meses de vida (en los primeros meses de vida la inteligencia se evalúa en base
a indicadores psicomotores que incluyen cuatro áreas: motricidad gruesa, coordinación
fina, lenguaje verbal y no verbal, interacción social e imitación); sin embargo, a partir de
los dieciocho meses los puntajes comienzan a divergir. (Gazmuri y otros, 1975).
37
factores se consideran, además del ámbito educacional, esferas como la salud y la
comunidad (UNICEF, 2002).
Los aspectos mencionados nos permiten tener una noción internacional y nacional
de la realidad educativa del país en el nivel parvulario, de la cobertura y atención educativa
a niños y niñas del primer ciclo de educación parvularia; al igual que de los factores que
permiten desarrollar una educación de calidad y equitativa.
38
Capítulo 2
TEMA DE ESTUDIO
39
2.1. Planteamiento del problema
1. ¿Cuál es la actitud del adulto a cargo hacia el género y cuál es la calidad del
ambiente educativo de la sala cuna?
2. ¿Existe relación entre calidad del ambiente educativo y la actitud del adulto a cargo
hacia el género?
3. ¿Existen diferencias de actitud hacia el género según el tipo de sostenedor de la sala
cuna?
Frente a estas interrogantes es que se investiga sobre el trato que reciben los niños y
niñas con respecto a la equidad de género y la calidad de las salas cunas a los que asisten.
1.Aplicar la escala ITERS-R en salas cunas con tres tipos de sostenedor, JUNJI (Junta
Nacional de Jardines Infantiles), Integra y Particulares.
2.Crear una escala que permita describir la actuación del adulto responsable de aula
respecto a la discriminación por género.
40
5. Evaluar la calidad del ambiente educativo de salas cunas de la provincia de
Concepción.
6. Comparar la actitud respecto al género del adulto a cargo según el tipo de sostenedor
de la Sala Cuna.
7. Relacionar la actitud del adulto a cargo hacia el género con la calidad del ambiente
educativo.
41
Capítulo 3
METODOLOGÍA
42
3.1. Muestra
La muestra está compuesta por 18 centros educativos que atienden a niños y niñas
de primer ciclo de Educación Parvularia de la provincia de Concepción en las cuales el
rango de edad fluctúa entre 3 y 46 meses, considerando que ninguno de ellos y de ellas
estaba en integración. De los 18 centros educativos 13 fueron utilizados para la aplicación
de ambas pautas, es decir, para la pauta ITERS – R y para la pauta de observación del
adulto a cargo de niños y niñas menores 3 años en relación al género.
43
3.2. Características descriptivas de la muestra
Esta tabla deja ver que la muestra de salas cunas es equivalente en su cantidad
según el tipo de sostenedor. Son seis salas cunas por sostenedor y tres los sostenedores, por
tanto el total de jardines es de 18.
44
Tabla nº2: Descripción de la muestra de acuerdo a la homogeneidad y heterogeneidad
de las edades de los niños y niñas de la sala observada
Homogéneo 6 33.3%
Heterogéneo 12 66.6%
Total 18 100%
Se considera como grupo homogéneo a aquellos formadas por niños y niñas con una
diferencia de edad igual o menor a 10 meses entre el mayor y el menor. Se considera un
grupo heterogéneo a aquellos que tienen niños y niñas con mas de 10 meses de diferencia
entre el mayor y el menor. Se eligió la cantidad de 10 meses de acuerdo a nuestro criterio
ya que no existe un parámetro establecido para determinar rangos apropiados de edad y por
ser esta cantidad de meses la correspondiente a un año escolar.
45
Tabla nº3: Descripción de la muestra de acuerdo a la caracterización de los adultos a
cargo de las salas observadas.
Frecuencias Porcentajes
Total
Total
Categorías Educadoras Asistentes Otros Educadoras Asistentes Otros
En cuanto a las personas ajenas, consideradas como otros, podemos ver que el
Grupo A presenta una diferencia considerable en relación a los otros dos grupos.
46
Tabla nº4: Descripción de la muestra de acuerdo al tipo de jornada en que atiende a
niños y niñas
Al hablar de jornada completa nos referimos a que los niños y niñas permanecen un
período máximo de 8 horas en el centro educativo; en lo que respecta a la media jornada
esta corresponde a un período máximo de cuatro horas, ya sea durante la mañana o la tarde;
finalmente, la jornada extendida equivale a un período de tiempo superior a 8 horas.
Como podemos apreciar la gran mayoría de los centros observados atienden a niños
y niñas en jornada extendida lo que corresponde al 88.9 %. Sólo dos de los jardines
observados atienden a niños y niñas en jornada completa y ninguno de ellos lo hace en
media jornada.
47
Tabla nº5: Descripción de la muestra de acuerdo a la cantidad de niños y niñas
observados en relación al total de los matriculados según grupo de sostenedor al que
pertenecen.
Frecuencias Porcentajes
Categorías Presentes Matriculados Presentes
Grupo A 84 127 66.1%
Grupo B 97 134 72.3%
Grupo C 38 66 57.5%
Total 219 327 66,9%
48
Tabla nº6: Descripción de la muestra de acuerdo a la distribución por sexo de los
niños y niñas observados según grupo de sostenedor al que pertenecen.
Categorías Porcentajes
Grupo A Grupo B Grupo C Total
Niños 48% 55% 53% 113
Niñas 52% 45% 47% 106
Total 100% (84) 100% (97) 100% (38) 219
49
Tabla nº7: Descripción de la muestra de acuerdo al coeficiente niño adulto según
grupo de sostenedor al que pertenecen.
La “Guía Sala Cunas y Jardines Infantiles Particulares” (2005), propone que para el
funcionamiento adecuado de una sala cuna exista una educadora por cada 40 niños/as y una
asistente por cada 6 niños y niñas, lo cual da un coeficiente niño(a)/adulto de 5,7 niños/as
por cada adulto presente en la sala. De acuerdo a este parámetro observamos que el grupo
A y C se encuentran dentro de lo establecido, siendo el grupo B el que tiene un coeficiente
superior en un 1,7. Por último, en relación al grupo B y según lo señalado en la tabla nº3
este es el grupo, que además de presentar más niños/as por adulto, presenta un número
elevado de asistentes como adultos a cargo de la sala cuna.
50
3.3. Variables de estudio
- Actitud del adulto a cargo hacia el género: Corresponde a los resultados obtenidos
en la aplicación de la “Pauta de observación del adulto a cargo de niños y niñas
menores 3 años en relación al género”, la cual mide la actitud y el tipo de lenguaje
de la persona, encargada de la sala observada, hacia el género.
51
- Existencia de diferencias de género en la escucha atenta: Será calificada de la
misma manera como se señaló en el punto anterior, pero con el puntaje logrado en
el indicador 6.
52
- Tipo de sostenedor: Se entiende por este, al tipo de financiamiento que recibe el
centro educativo, al cual asisten los niños y niñas. Siendo tres los sostenedores
seleccionados para la investigación JUNJI, Integra y Particulares, por los cuales se
entiende:
o Integra, fundación privada, sin fines de lucro, presidida por la señora del
Presidente de la República de Chile Fundación Integra es una red nacional
de recursos humanos e infraestructura que trabaja a favor de la infancia.
Integra busca lograr el desarrollo integral de niños y niñas, de entre tres
meses y cinco años de edad, que viven en situación de Pobreza. Para ello,
cuenta con un programa Educativo Nacional de excelencia, que reconoce los
Derechos del Niño, respeta la diversidad, promueve valores fundamentales e
incorpora a las familias y a la comunidad.
53
3.4. Instrumentos
“Es una escala que consta de 39 items organizados en 7 sub escalas: Espacio y
muebles, Rutina de cuidado personal, Escuchar y hablar, Actividades, Interacción,
Estructura del programa y Padres y personal. Esta escala se encarga de evaluar los
programas para niños menores de 30 meses de edad, que es el grupo etario más vulnerable
física, mental y emocionalmente. Por lo tanto, la ITERS R contiene ítems que evalúan el
ambiente en cuánto a seguridad y protección de la salud de los niños, el estímulo apropiado
a través del lenguaje y las actividades, y una interacción cálida y fortalecedora” (Cryer et
al, 2003: 1-8)
“Entre los años 2001 y 2002 se completó un estudio de dos fases para establecer la
confiabilidad del uso de la escala la primera fue una fase piloto. En esta fase, 10
observadores capacitados en grupos de 2 o 3 usaron la primera versión de la escala
corregida en 12 observaciones, en 9 centros con grupos de bebes y/o niños pequeños.
54
Después de estas observaciones, se hicieron modificaciones en la escala corregida para
ajustarla a los problemas que surgieron en las observaciones pilotos. La fase final de la
prueba de campo supuso un estudio de confiabilidad más formal. En esta fase, seis
observadores capacitados hicieron 45 observaciones emparejadas. Cada observación duró
aproximadamente 3 horas y fue seguida por una entrevista de 20 a 30 minutos con el o la
maestra (o)…la prueba de campo tuvo como resultado 90 observaciones con 2
observaciones emparejadas cada una en 45 ambientes grupales. Se calcularon varias
medidas de confiabilidad para el indicador y para el item” (Cryer et al, 2003: 2-4)
Para la confiabilidad del indicador se exigió una concordancia del 91, 65% de las
calificaciones de los indicadores asignadas por los evaluadores, y en lo que respecto a la
confiabilidad de los ítems se obtuvo una concordancia en un intervalo de un punto en 85%
de los casos, una segunda medida de confiabilidad es la Kappa de Cohen que toma en
cuenta la diferencia entre calificaciones, la Kappa ponderada en la escala completa de 39
items fue de 0, 58.
Por último, la escala ITER –R es la versión revisada de la escala ITERS del año
1990 que se aplicó en Chile en el año 2002. La versión revisada (ITERS – R) no ha sido
aplicada en Chile por lo que no hay antecedentes de aplicaciones de esta escala.
Esta pauta es un instrumento, elaborado por las tesistas, que utiliza la observación
para medir la actitud del adulto a cargo respecto al género, en aspectos que tienen relación
con el uso del lenguaje y la actitud del adulto frente a las acciones de los niños/as; estos
aspectos se subdividen en 11 indicadores, de los cuales 7 corresponden al uso el lenguaje
del adulto a cargo con los niños/as y 4 a la actitud del adulto a cargo frente a las acciones
de los niños/as.
55
Para crear la pauta final de observación del adulto a cargo de niños y niñas menores
de 3 años en relación al género revisamos bibliografía especializada, luego elaboramos
varias versiones del instrumento el cual inicialmente contó con 22 indicadores. Una vez
definidos los indicadores se procedió a realizar varias aplicaciones pilotos, percatándonos
que existían indicadores que no se observaban durante las 3 horas de observación por lo
que fueron eliminados quedando finalmente con 11 indicadores. De esta manera la pauta
obtuvo una confiabilidad, de acuerdo al Alpha de Cronbah, de 0.68.
Para la pauta “Pauta de observación del adulto a cargo de niños y niñas menores 3
años en relación al género” creamos indicadores que especifican que es lo que hay que
observar en cada ítem.
56
3.5. Procedimiento
Por último, el análisis de los datos se hizo con el programa S.A.S, Statistics
Annalistic System.
57
Capítulo 4
RESULTADOS
58
4.1. Resultados descriptivos de la discriminación de género
59
Tabla nº8: Distribución de la discriminación de género en el uso de un lenguaje cálido.
60
Tabla nº9: Distribución de la discriminación de género según las justificaciones
estereotipadas.
61
Tabla nº10: Distribución de la discriminación de género de acuerdo al trato
innecesariamente duro.
Continuando con la tendencia de los resultados anteriores, siguen siendo las niñas
las que alcanzan un porcentaje más alto de discriminación; en este caso hablamos de tratos
innecesariamente duros. Las niñas recibieron en un 30,77% un trato más duro por parte de
los adultos a cargo, en cambio los niños recibieron un trato innecesariamente duro en un
23.08 % de las ocasiones. El 46,15% de los adultos a cargo no hicieron discriminación
según género (ver tabla nº10).
62
Tabla nº11: Distribución de la discriminación de género según el uso de diminutivos.
Los resultados que se presentan en la tabla nº11 dejan en claro como los adultos a
cargo en un 92, 31% hicieron más uso de diminutivos con las niñas y absolutamente
ninguno hizo más uso de diminutivos con los niños, por lo tanto, el porcentaje restante
(7,69%), que equivale a un adulto a cargo, no hizo discriminación según género en el uso
de diminutivos.
63
Tabla nº12: Distribución de la discriminación de género según el número de veces que
les habla.
Con estos resultados se puede señalar que el número de oportunidades que se les
brinda a los niños para establecer un diálogo directo con el adulto, cuando éste último es el
que se dirige a ellos, son muy superiores a las oportunidades que se les brinda a las niñas;
en lo que respecta a las niñas las oportunidades que se les otorgan son prácticamente nulas,
tan solo en un caso se les habló más a ellas.
64
Tabla nº13: Distribución de la discriminación de género de acuerdo a la escucha
atenta.
Ahora bien, cuando hay diversas situaciones en que un niño/a se dirige verbalmente
al adulto a cargo para comunicarle algo, o bien, cuando el adulto a cargo espera una
respuesta de los niños y niñas debiendo ponerles atención; el 69.23% de los adultos a cargo
poner mayor atención a los niños cuando intentan comunicarse, el 15.38% presta mayor
atención a las niñas y, tan solo, el 15.38% lo hace sin establecer diferencias de género (ver
tabla nº13).
65
Tabla nº14: Distribución de la discriminación de género según el número de veces que
les da la palabra.
66
Tabla nº15: Distribución de la discriminación de género según la cantidad de veces
que les hace correcciones.
67
Tabla nº16: Distribución de la discriminación de género según el número de veces que
les repite las instrucciones.
Como podemos apreciar en la Tabla nº16, el 76.92% de los adultos repitió las
instrucciones más a las niñas, el 7.69 lo hizo mayoritariamente en los niños y tan solo el
15.38% no hizo discriminación por género al momento de repetir instrucciones.
68
Tabla nº17: Distribución de la discriminación de género según la actitud permisiva.
69
Tabla nº18: Distribución de la discriminación de género según el refuerzo positivo.
70
Tabla nº19: Promedios, desviación estándar y mínimos y máximos por cada indicador
de discriminación de género (n = 13).
Desviación
Variables Promedios Estándar Mín. Máx.
D. de género en el uso de un lenguaje cálido 1.31 0.63 0 2
Existencia de justificaciones estereotipadas 0.69 0.63 0 2
D. de género en el trato innecesariamente duro 0.77 0.83 0 2
D. de género en el uso de diminutivos 0.92 0.30 0 1
D. de género en el número de veces que les
habla 1.92 0.30 1 2
D. de género en la escucha atenta 1.54 0.80 0 2
D. de género en el número de veces que les da
la palabra 1.54 0.80 0 2
Dif. de género en la cantidad de correcciones 0.92 0.30 0 1
D. de género en la repetición de instrucciones 0.92 0.50 0 2
D. de género a través de su actitud permisiva 1.62 0.80 0 2
D. de género a través del refuerzo positivo 1.70 0.80 0 2
Total 1.30 0.30 0.82 1.64
71
tienen una dispersión bastante amplia. En relación a los indicadores con menor
discriminación cabe señalar que corresponden a “Existencia de justificaciones
estereotipadas” y “Discriminación de género en el trato innecesariamente duro”, estos
indicadores presentaron un promedio de discriminación de género de 0.69 y 0.77, con una
dispersión de la conducta de 0.63 y 0.83 respectivamente; ambos indicadores tienen un
rango de variación de la conducta entre 0 y 2, por último los indicadores que presentan una
menor discriminación tienen una desviación estándar bastante elevada.
72
4.2. Diferencias de discriminación de género según algunos factores
estructurales.
Categoría s Promedios N
Homogéneo 0.73 5
Heterogéneo 1.13 8
73
Tabla nº 21: Diferencias de discriminación de género de acuerdo al tipo de sostenedor.
Tipo B 1.2 4
Tipo C 1.2 3
74
Tabla nº 22: Promedio de discriminación según sexo.
75
4.3. Correlaciones de la discriminación de género con la calidad educativa
Previo a hacer referencia a la tabla n º 23 es necesario señalar que el promedio de
calidad obtenido por los 18 centros educativos fue de 3.69 y el rango de variación fue entre
1.9 y 5.1.
Tabla nº 23: Correlación (r de Pearson) entre la calidad de la Educación, la
discriminación según género y otras variables educativas.
p<
Variables r de Pearson
(Probabilidad de error)
76
Capítulo 5
DISCUSIÓN
77
5.1 Discusión
Como ya hemos señalado los motivos por los cuales decidimos llevar a cabo la
investigación tienen directa relación con experiencias vividas a través de los cuatro años de
estudio de la carrera de Educación Parvularia, situaciones que nos permitieron apreciar
prácticas pedagógicas, poco equitativas en relación a la actitud del adulto a cargo hacia el
género. Debido a esto y a los resultados obtenidos posteriormente en la aplicación de las
pautas es que debemos decir que los problemas planteados fueron resueltos de acuerdo a las
expectativas que teníamos, puesto que la discriminación según género fue algo que se
apreció de manera transversal, sin establecer diferencias significativas de acuerdo al tipo
de sostenedor. En lo que respecta a la calidad de cada centro educativo y a la
discriminación según género se observó la tendencia esperada, que a mayor calidad
educativa es menor la discriminación por género, hechos que verifican nuestra creencia de
que la discriminación no es propia de ningún sector social en particular, si no más bien
depende absolutamente de la visión y expectativas que tenga el o la adulto a cargo de los
niños y niñas que educa; aquellos profesionales que buscan que los niños/as se eduquen de
acuerdo a sus intereses, habilidades, deseos y sentimientos son personas, a nuestro juicio,
que contribuyen al mejoramiento de la calidad de la educación, son personas que le
permiten a las familias ver en sus hijos e hijas un futuro mejor, lo que favorece el aumento
de las expectativas de vida para el niño o niña, expectativas que se basan en las
características individuales y no en el sexo con que nació. Como bien señalan Browne y
France (2001) la persona que atribuye características a niños o niñas sólo por el sexo al cual
pertenecen está desarrollando actitudes sexistas, entonces imaginemos que un/a profesional
de la educación que está a cargo de un espacio en el cual se forjan enseñanzas y
aprendizaje tiene una práctica pedagógica sexista, entonces nosotras nos preguntamos, ¿qué
pasará con la equidad de oportunidades para el niño y la niña en aquellos centros donde la
78
persona a cargo de la sala cuna tiene actitudes sexistas?, ¿qué sucederá con esa niña que le
gusta imaginar que es dueña de una empresa? o ¿qué hará ese niño que sueña con cocinar
para su familia?. En este momento no tenemos las respuestas, pero creemos que nuestro
anhelo y afán por tener una educación de calidad se logrará cuando la discriminación de
género se mire desde un punto de vista global y no sólo desde la perspectiva de la mujer,
puesto que la discriminación no es un problema que afecta a unas pocas personas o que le
atañe a una sola institución, es un problema que nos involucra a todos y a todas en el cual
debemos tomar conciencia de nuestras actitudes sabiendo discriminar cuáles son propias de
la naturaleza del ser humano y cuales son culturales.
79
innatas; por ejemplo con los diminutivos se refuerza la supuesta debilidad, sensibilidad y
sobreprotección que tienen y necesitan las mujeres, en el caso de los niños al hablarles con
un lenguaje sin diminutivos se está reforzando su superioridad y fortaleza.
Otro indicador que enfatizaba el uso del lenguaje verbal por parte del adulto a cargo
es aquel que tiene relación con el refuerzo positivo. En la investigación se aprecia como los
niños fueron reforzados positivamente con mayor frecuencia que las niñas, hecho que trae
consigo diversas consecuencias en el caso de los niños, como bien señala Arjona y otros
(2002), el hecho de reforzar más a los niños permite que este se motive por si sólo a realizar
o tener la actitud que le agrada al adulto a cargo y, por lo tanto, esto favorece la curiosidad,
indagación, creación y adquisición de más y diversos conocimientos. En lo que respecta a
las niñas el no ser reforzadas positivamente trae consigo que no sientan interés por repetir
la conducta o bien por explorar nuevas. También se pudo observar que el adulto a cargo
repetía más a las niñas que a los niños las instrucciones y correcciones que les daba lo que
demuestra discriminación, teniendo como supuesto el que las niñas no entienden lo que se
les dice, que son más lentas o bien que su capacidad cognitiva es inferior, aspecto al cual
80
hace referencia la teoría de Lee y Gropper (citado en Ceballos, y otros, 1995) que señala
que la mujer tiene innatamente un nivel intelectual inferior al hombre; teoría con la cual no
estamos en lo más absoluto de acuerdo, desacuerdo que es bastante generalizado entre las
personas. Lo insólito es que este hecho tan aberrante está siendo reforzado de manera
implícita por medio del lenguaje verbal y de actitudes por parte de personas que educan a
niños y niñas que están en una etapa da su vida sumamente rica para la adquisición de
conocimientos relacionados con el medio social que los/as rodea y las normas por las cuales
se rige este.
81
Para que se produzca un cambio en la educación respecto al tema del género se
deben establecer principios de igualdad, respeto y cooperación entre los sexos; este cambio
no implica solamente la integración de nuevos conceptos, sino también la incorporación y
modificación de actitudes, roles y sentimientos que se deben hacer explícitos y que hoy en
día sólo son implícitos, lo que pretendemos es que se debe tomar conciencia de los aspectos
del aprendizaje en el ámbito de la educación que no son oficiales y que se generan por la
forma en que se enseña, organiza y ejecuta lo que se pretende para cada niño/a, todos estos
factores tienen repercusión en la formación general de la persona.
Por último, biológicamente mujeres y hombres somos diferentes, pero todas las
asignaciones valorativas al género son de origen cultural, incluyendo la validación del
control o dominio de unos sobre otros, mas claro aún; del sexo fuerte (hombres) sobre el
sexo débil (mujeres). Actualmente se realiza una división de roles a partir de las
características de ambos sexos; separando los que son tareas de mujeres y las tareas de los
hombres, olvidándose de la “complementación” para la que fuimos creados/as. De esta
manera vamos internalizando conductas que nos identifican no como personas si no como
sujetos pertenecientes a un grupo que se caracteriza por tener el mismo sexo, este hecho,
desde nuestro punto de vista, provoca en hombres, mujeres, niños y niñas dificultades para
desarrollarse de acuerdo a los deseos personales, ya que en nuestra sociedad se recalcan las
supuestas “diferencias” entre hombres y mujeres, diferencias que son consideradas como
verdades absolutas y que por ende se transforman en profecías autocumplidas. Hasta que no
se le de real importancia al tema, mujeres, hombres, niños y niñas continuaremos siendo
expuestos a situaciones injustas de discriminación.
82
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89
Anexo
ITERS-R (Hoja de respuestas)
90
Anexo 1
Pauta de observación del adulto a cargo
de niños y niñas menores 3 años en
relación al género.
91
PAUTA DE OBSERVACIÓN DEL ADULTO A CARGO DE NIÑOS Y NIÑAS
MENORES DE 3 AÑOS EN RELACIÓN A GÉNERO
Sub escala: Existencia de diferencias de género en el uso del lenguaje con los niños y
niñas
Actitud a observar
1
Existencia de diferencias de género en el uso del lenguaje con los niños y niñas
Niños
Diferencias de género
en el uso de un
lenguaje cálido
Niñas
2
Niños
Existencia de
justificaciones
estereotipadas
Niñas
3
Niños
Diferencias de género
en un trato
innecesariamente duro
Niñas
4
Niños
Diferencias de género
en el uso de
diminutivos
Niñas
Niños
Diferencias de género
5 en el número de veces
que les habla
Niñas
92
Actitud a observar
Existencia de diferencias de género en
el uso del lenguaje con los niños y
Niños
Diferencias de
6
género en la escucha
atenta
Niñas
niñas
Diferencias de Niños
género en el número
7
de veces que les da la
palabra Niñas
Sub escala: Existencia de diferencias de género en la actitud frente a las acciones de los
niños y niñas
Actitud a observar
Diferencias de
Niños
género en la
8 cantidad de veces
que les hace
Actitud frente a las acciones de niños/as
correcciones Niñas
Diferencias de Niños
género en la
9
repetición de las
instrucciones Niñas
Niños
Diferencias de
10 género a través de su
actitud permisiva
Niñas
Diferencias de
género en el Niños
11 refuerzo positivo
Niñas
93
Sub escala: Existencia de diferencias de género en el uso del lenguaje con los niños y
niñas
94
Sub escala: Existencia de diferencias de género en la actitud frente a las acciones de los
niños y niñas
95