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Para esta ocasión pensé en dos temas conectados, en A través de este tema pensaba que el problema de la
principio, de manera indirecta. Por un lado, el hospitalidad se presenta como un punto en común
problema de la invitación, de la hospitalidad, que entre desayunando y visitas, si se los puede pensar
aparece en el desayuno de Mauricio Corbalán, más como continuos. El problema de la invitación misma
específicamente cuando él hace una lectura de “No es lo que posibilita que estas y aquellas lecturas/
existe hospitalidad”, de Derrida. El otro tema al cual encuentros sean llevadas a cabo.
quería referirme también aparece no casualmente en
el mismo desayuno de Mauricio: los paseos. Aunque “Me atrae la figura de la hospitalidad en este
para este tema no voy a leer a Corbalán sino a sentido, en pensar que el trabajo es invitar a
Ezequiel Martinez Estrada, con fragmentos de “La otro. Puedo pensar que el objeto de mi
cabeza de Goliat – Microscopía de Buenos Aires”. fabricación es una invitación”
Veremos de que manera podemos vincular ambos
tópicos. “La hospitalidad es una invitación y la invitación
es fabricar tiempo. Me parece que habría que
Comienzo entonces con una frase del texto de pensar que quiere decir que uno pueda fabricar
Mauricio: tiempo”.
“Pero antes que nada quiero recordarme, y Siguiendo con el tema, ahora voy a leer fragmentos de
recordarles que este acto de lectura es posible “Visitas al ausente”, un capítulo del libro “La cabeza
por una invitación.” de Goliat”, de Martinez Estrada.
Me permití anotar unas palabras/ eslabones que guían
En relación al problema de la invitación, del huésped una re-lectura del texto, conformando una cadena un
y del anfitrión, él hace una lectura de “No hay poco heterogénea:
hospitalidad”, de Jacques Derrida. Hospitalidad – huésped/ anfitrión – propiedad – Don
Juan Manuel de Rosas – el rosedal – paseos
“Pasar el umbral es entrar, y no solo acercarse o románticos.
venir. Extraña lógica, pero tan esclarecedora Aclaro que voy a leer los fragmentos en desorden; es
para nosotros, como la de un dueño de casa decir, siguiendo el orden propuesto anteriormente, no
impaciente que espera a su huésped como a un es así como aparecen en el texto originalmente.
liberador, su emancipador. Es como si el
extranjero poseyera las llaves. Esa es siempre la “Palermo se llamaba el primitivo dueño del
situación del extranjero, también en política, la predio, y ese nombre quedará para siempre al
de venir como un legislador a hacer la ley y lugar más poético de la ciudad. Nombre poético
liberar al pueblo o la nación viniendo de afuera, en sí y que por eso se ha perpetuado a pesar del
entrando en la nación o en la casa, en el propio propósito de borrárselo por el otro más prosaico
hogar que lo deja entrar después de haberlo y afrentoso de “3 de Febrero”. Hoy rememora,
invocado. Es como si (y siempre aquí un como si más que un apellido de oscuro hortelano, la
construye la ley) el extranjero, como Edipo en corte fastuosa de Federico II, poeta, político y
definitiva, es decir, aquel cuyo secreto guardado sibarita de todas las exquisiteces de la
sobre el lugar de la muerte fuera a salvar la inteligencia y la sensualidad.”
ciudad o a prometerle la salvación mediante el
contrato que acabamos de leer, como si el “Lo que da su peculiar encanto a Palermo es la
extranjero, pues, pudiera salvar al dueño de ciudad misma, por contraste de su duro gesto de
casa, prisionero de su lugar y de su poder, de su edificios en bloque, de calles angostas y rectas,
de aire enrarecido. Palermo es, precisamente, lo siente sin saberlo: no está en un sitio de la
contrario de la ciudad y nos atrae en razón ciudad sino en una posesión privada.”
directa de cómo nos repele Buenos Aires.”
“Desde hace más de cincuenta años todas las
“Este oasis tiene un borde de edificios tardes, particularmente de domingo, concurren
modernos y de río; pero lejos se presiente la estas caravanas de coches y viandantes como a
calma de la pampa. El carácter de Palermo es una visita sin recepción. Acuden como por la
también contradictorio, aunque sea de lo menos necesidad del trato y la plática con un hombre
heterogéneo, en el estilo de otros barrios. que representó al país mejor que nadie.”
Cisnes, garzas y flamencos se confunden a la
distancia con bicicletas, automóviles, caballos “La pausada vectación, la marcha peripatética
de pista y botes con nautas ocasionales. Entre el (ridícula o extravagante), la formación de
follaje se delinean frontispicios de palacios, tertulias que avanzan con la armonía de las
fachadas de casas de departamentos, recreos y figuras del rigodón (danza francesa que estuvo
cielos destrozados. Esas son las cosas de muy en boga en el s. XVII, de compás binario,
Palermo; la unidad está en el alma.” ritmo moderado y carácter alegre), nos avisan
que estamos en una zona neutral de Buenos
“De todas las fotografías de antaño que se Aires, como dentro de una heredad cuyo dueño
conservan, esas de Palermo guardan una hubiera muerto en tierras lejanas.”
actualidad que debió de ser la misma cincuenta
años antes. Palermo ha sido siempre medio siglo Me gustaba este texto porque trataba el problema de
más viejo que la ciudad.” los paseos y el problema de la propiedad, el problema
de los paseos en una propiedad pública y privada a la
“El parque conserva una tonalidad agreste, vez. Me sirve para volver a referirme a los desayunos,
simple y hospitalaria, como debieron tenerlo un preguntándome cuanto de público y cuanto de
siglo atrás las fincas suburbanas, pero su privado tenían. A la vez, me preguntaba si tenían algo
grandeza le es dada por los concurrentes (o de paseos, si podían entenderse como parte de una
huéspedes), que van a él como a un recreo experiencia urbana, principalmente a partir del
sobre el que se sienten con cierto derecho de segundo ciclo en el que “desayunando” devino
propiedad de casta y de rango. Todos nos itinerante. Cada desayuno implicaba un lugar, un
sentimos en algún grado accionistas de esa ambiente distinto, con lo cual podría pensarse en una
posesión ancestral que sería absurdo considerar serie de paseos pre-evento, si es que el acto “previo”
perteneciente a la Municipalidad. Palermo sigue de recorrer la ciudad no conformaba parte ya del
siendo una finca de propiedad privada que tiene desayuno mismo. ¿qué mapa se dibujaría entonces
un dueño (o anfitrión) ausente y que nos está conectando los enclaves del ciclo? ¿qué itinerarios (no
permitido disfrutar con tan legítimo derecho solo geográficos fueron conformados?
como disfrutamos de los bienes inmateriales
que nos legaron los próceres.” Volviendo ahora con el tema de los paseos al libro de
Martinez Estrada, podría pensárselo dentro de la
“Esta era la posesión particular de Don Juan categoría de “libros de paseos”: “libros de personajes
Manuel de Rosas y aquí se alzaba su residencia, solitarios que hacen itinerarios mentales y
llamada “La Quinta”. El nombre de Palermo ha espaciales.” El autor lo define así:
perdurado a pesar de la caída y aborrecimiento
del tirano, cuya derrota –si fue así- el 3 de “este libro (...) es casi una meditación, el
febrero de 1852 se quiso celebrar con un divagar por las calles de un hombre solitario que
bautismo sin padrinos que nadie recuerda ya. A ni siquiera se ha propuesto un paseo agradable”
esto se debe que siga siendo una propiedad
privada, cuyo carácter de tal se percibe en la En el prólogo advierte que este es un libro que “pudo
familiaridad de los concurrentes. no haberse escrito”. Sin embargo “el paseo, una
La adornaban entonces árboles frutales y actividad distractiva, supuestamente una digresión
plantas de claveles, alhucemas y, naturalmente, con respecto a su tarea, se convertía en el
de rosas que persisten alegóricas en profusión y alojamiento de su actividad principal.”
variedad únicas en el mundo. La rosa se
pluraliza y celebra así, en su tierra, el nombre Un dato esclarecedor para mi fue saber que Martinez
del verdadero dueño, en blasón vivo y Estrada vivía en Bahía Blanca, y solo venía a Buenos
reivindicatorio. (...) Palermo es todavía una Aires en ocasiones. De vuelta es el extranjero quien
fiesta con invitados que han olvidado el objeto mejor puede d(escribir) (escribir y describir) nuestra
de la visita. Después de aquella fecha, que propia ciudad. Para volver visible y hacer presente
quiso ser un nombre, se abrió al público por nuestra propia morada nos hace falta un huésped:
invasión. Aquí los partidarios de Urquiza
castigaron con la horca, el cuchillo y el fusil a ”es como si el extranjero, pues, pudiera salvar al
los partidarios de Rosas. Este parque señorial dueño de casa, prisionero de su lugar y de su
fue confiscado y el visitante de Palermo lo poder”
Natalia Muñoa que se percibe es más bien una masa sin forma aquí
hinchada o arrugada por los edificios, allá cortada por
LECTURA DE El diseño de la megamáquina y una mancha verde de una avenida arbolada o de un
parque.
The Lewis Mumford Reader de L. Mumford
La cabeza de Goliat de E. Martínez Estrada
En Palermo se manifiesta, en palabras de Martínez
Estrada, «el contraste con el duro gesto de edificios
en bloque». También allí, como en otros parques,
plazas, jardines y cementerios, «brota al menor
descuido el yuyo de los campos».
Pero además «Palermo es un intervalo en la semana,
el día de fiesta de la ciudad».
Y, como la institucionalización del sábado, ¿podría
Mi aporte está compuesto por dos textos de Lewis pensarse como «un modo de quebrar periódica y
Mumford. El primero al cual me voy a referir es el deliberadamente la actividad de la megamáquina,
diseño de la megamáquina, la máquina invisible. mediante una pausa que corta su poderío»?