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Angel Correa G.
Resumen:
En este artículo se argumenta que habría tres órdenes de razones en las que se sustentan la influencia y la vigencia de la
obra maritainiana. La primera estaría en el papel que a Maritain le cupo en la renovación de la filosofía del realismo tomista,
en lo que él llamó realismo crítico, radicalmente opuesto al idealismo que construye un mundo en que sólo existe aquello
que es pensado. Otra razón está en su aporte al esclarecimiento de la relación entre la filosofía y la ciencia y entre la fe y
la razón, cuestiones que adquirieron en su pensamiento la fuerza y la urgencia que provienen de la experiencia vital de
alguien que fue un retornado intelectual y un converso religioso. Finalmente, una tercera razón está en los fundamentos
intelectuales que construyó para el humanismo cristiano contemporáneo que, a partir de él, queda cimentado en una teoría
personalista de la democracia y en un “nuevo” proyecto histórico humanista que es el humanismo integral
Abstract:
This article states that there would be three orders of factors supporting the infl uenc e and pres ent
validity of the work of Maritain. The fi rs t one relates to the role that Mari tain came to pl ay in the
renewal of the philos ophy of Thomas Aquinas´s realism, called by Mari tain, critical real ism. The latter
is radically opposed to idealism which builds a world where only what is thought of exists. Another
factor, is his contri buti on to the es tablishment of the relati ons hi ps between philos ophy and science,
and between faith and reas on. Thes e matters had a powerful and urgent presence in hi s thought,
link ed to the life experience of a man who was a conv ert both in intellectual and religi ous terms.
Finally, a third factor is related to the intellectual foundation he set for contemporary Christian
humanism, which is embedded in a personalist theory of democrac y and in a “new” historical projec t,
namel y integral humanism.
"¿Qué soy yo? me pregunto. ¿Un maestro? No lo creo; enseño por necesidad. ¿Un
escritor? Tal vez. ¿Un filósofo? Espero que sí. Pero también una especie de romántico de la
justicia, pronto a imaginar en cada lucha en que participo que la justicia y la verdad tendrán su
día entre los hombres. Y, tal vez, también algo así como un buscador de vertientes que pega
su oído a la tierra para escuchar el sonido escondido de las aguas y de germinaciones
invisibles." (Jacques Maritain).*
"Jacques Maritain es uno de los pensadores más profundos de todos los tiempos. Su
estatura crece con el paso de los años". (Etienne Gilson).**
1. El Renacimiento Tomista
La gran disputa entre la filosofía tomista y la filosofía moderna - representada ésta por
Descartes, Kant, Hegel, Husserl, Heidegger y otros, hasta nuestros días - deriva de que la
filosofía moderna (y post-moderna) es 'idealista', mientras que el Tomismo es 'realista'.
¿Qué quiere decir esto? Según Etienne Gilson, "la diferencia mayor entre el realista y el
idealista está en que éste piensa (en conocer), mientras que el realista conoce." (E. Gilson. 'El
Realismo Metódico').
La preocupación central del 'Idealismo' consiste en que el conocimiento de la realidad
genera tantas dudas e incertidumbres que, al final de cuentas, lo único cierto es el hecho de
nuestro pensamiento y de nuestras ideas. Todo comenzó con el "Pienso, luego existo" de
Descartes. De allí que, sólo si logramos 'pensar' de una manera extremadamente ordenada,
lógica y sistemática, mediante un método minuciosamente elaborado hasta en sus más
ínfimos detalles, podremos acercarnos a un "conocimiento" de la realidad que, en el hecho,
sólo puede ser aquello que el sujeto pensante estima o cree es la realidad.
En el fondo, la filosofía idealista está tan preocupada de establecer una especie de fórmula
para acercarse a la realidad - y, como es de esperar, con cada filósofo y pseudo filósofo
haciéndolo a su modo - que, en la práctica, nadie se pone de acuerdo con nadie ni siquiera en
cuanto a que la realidad pueda ser conocida. Allí se encuentra, exactamente, la raíz del
relativismo, del escepticismo y del nihilismo reinantes en nuestros tiempos.
Para el Tomismo, y con él, para Maritain, la realidad, es decir, la verdad de 'lo que es y
existe', no está subordinada a nuestro pensamiento. La realidad 'es lo que es',
independientemente de lo que crea, piense o estime el sujeto que la conoce. Todos los
animales, entre ellos el hombre, toman contacto con la realidad por medio de los sentidos,
pero, a partir de ese hecho, sólo el ser humano, guiado por su razón, "puede alcanzar con
certeza plena las verdades más elevadas del orden natural... Indudablemente la razón se
engaña con frecuencia, sobre todo cuando se ocupa de materias difíciles y elevadas; y
Cicerón decía que no hay absurdo en el mundo de las ideas que no lo haya sostenido algún
filósofo. Así, pues, la verdad es difícil de ser alcanzada, pero es error de cobardes el tomar
una 'dificultad' por una 'imposibilidad'." (J. Maritain. 'Introducción a la Filosofía').
A partir de esta concepción realista Maritain dirige su crítica implacable al Idealismo:
"Vivir en un estado de duda en lo concerniente no a los fenómenos, sino a las realidades
últimas, cuyo conocimiento es una posibilidad natural, un privilegio y un deber para la
inteligencia humana, es vivir más miserablemente que los animales, que tienden al menos con
certeza instintiva, sólida y alegre, hacia los fines de su vida efímera." (J. Maritain. 'La
Educación en la Encrucijada').
Ahora bien, el gran aporte de Maritain al realismo tomista, presentado en su obra maestra
'Distinguir para Unir: o, Los Grados del Saber', consiste en haber explicado como la naturaleza
del conocimiento contiene múltiples expresiones. Así, por ejemplo, no es lo mismo el
conocimiento científico (basado en la experimentación), que el conocimiento filosófico
(fundado en la razón) o que el conocimiento revelado (arraigado en la fe). Estos y otros
'grados del saber' conducen a diferentes 'tipos' de conocimiento, dependiendo en cada caso
del objeto conocido. Sin embargo, no se trata de conocimientos aislados e independientes,
sino que forman parte de un todo coherente y orgánico.
Esta visión del conocimiento, que Maritain llamó "realismo crítico", es el sustento de todo
su pensamiento en las múltiples áreas del saber en que incursionó.
4. Fe y Razón
Uno de los mayores aportes del Tomismo a la cultura universal es haber establecido con
absoluta claridad la relación entre Fe y Razón, otorgándole a ésta, en armonía con aquella, su
verdadero valor e independencia.
Según Maritain, "el doctor Angélico ha equipado a la Razón Cristiana. (Pero)... la Razón
Cristiana no está equipada para dormirse sobre sus propios tesoros o para repetir fórmulas de
libros escolares, sino para luchar y avanzar incesantemente para liberar las verdades que el
error mantiene cautivas y, así, dar respuesta a los nuevos problemas y a las nuevas angustias
que, a cada paso de la historia, enfrenta el género humano... El Tomismo no es un puesto de
vigilancia construido para mantener dentro de los límites de la prudencia las intenciones de
convertir a la Razón Cristiana en tributaria de cualquier moda filosófica. El Tomismo es el
arsenal de la Razón Cristiana - y de la simple razón natural - en su trabajo y esfuerzo por
conquistar nuevos territorios." (J. Maritain. 'Angelic Doctor' [ El Doctor Angélico]. Conferencia,
1951).*
A partir de esta perspectiva, Maritain y Gilson, defendieron la posibilidad y existencia
misma del concepto 'filosofía cristiana', cuestión duramente debatida por los filósofos
católicos en la primera mitad del siglo pasado. Dicho concepto, hoy reconocido formalmente
por la Iglesia en la Encíclica Fides et Ratio, ha sido de la mayor importancia para la
participación de los cristianos en los debates y en las luchas políticas, ciertamente inspirados
en la fe, pero a partir de principios de la razón, que es el lenguaje que posibilita el diálogo
intelectual, cultural y político con quienes no tienen fe o no comparten una misma fe.
Por eso cabe insistir aquí en que "en los asuntos temporales, Maritain fue, en sus propias
palabras, 'un filósofo que sigue siendo filósofo y que actúa solamente como filósofo,'
sosteniendo 'los valores propios que la filosofía tiene que defender y mantener'." (John A.
Gueguen Jr. 'Maritain's Philosophy of Culture' [La Filosofía de la Cultura de Maritain]. 2000).*
Conclusión
Quisiera terminar este trabajo destacando los homenajes que la propia Iglesia ha rendido a
Maritain.
En el orden religioso, Maritain, que vivió en apego profundo a la fe y a la Iglesia desde el
momento de su conversión hasta el día de su muerte, recibió el reconocimiento de los más
altos dignatarios de la Iglesia, particularmente de Pablo VI, quien incluso estuvo en disposición
de otorgarle la investidura de Cardenal, sugerencia que Maritain, obviamente, no aceptó.
En el orden intelectual, el propio Pablo VI honró a Maritain, en forma especialmente
destacada, al entregarle personalmente en la clausura del Concilio Vaticano II, el 8 de
Diciembre de 1965, su Mensaje a los Hombres de la Sabiduría y de la Ciencia* o, como
también es conocido, Mensaje a los Buscadores de la Verdad*.
Del mismo modo extraordinario, Juan Pablo II , en su encíclica Fides et Ratio, honra a
Maritain, al mencionarlo en el selecto grupo de "pensadores más recientes", ejemplos de "la
fecunda relación entre filosofía y palabra de Dios".
En conclusión, digamos que, así como nadie podría pretender que el pensamiento de
Maritain permanezca intacto pese al transcurso del tiempo, porque él mismo, como tomista, no
lo aceptaría, tampoco pueden caber dudas que su legado y su inteligencia son y seguirán
siendo parte inseparable de la raíz misma del progreso humanista y de los nuevos horizontes
que ha de conquistar la Razón Cristiana.