Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Pero la doctrina ha evolucionado dicho sistema, sin abandonarlo, de manera acorde con la
evolución de los tiempos y la realidad social siempre cambiante ex ART 3.1 CC. De esta manera,
de un sistema de responsabilidad basada exclusivamente en la culpa, se avanza hacia una continua
objetivación de la responsabilidad:
1. Primero mediante la modificación y corrección del propio sistema subjetivo que, sin
abandonarlo lo adecua a las nuevas realidades, incluso el propio concepto de culpa
evoluciona: del concepto clásico, en el que la culpa es la omisión de la diligencia exigible,
se pasa a lo que la doctrina jurisprudencial llama concepto moderno de culpa, el cual
alcanza la mera negligencia del agente sin conducta antijurídica; e incluso alcanza a
conductas que en su inicio y desarrollo eran diligentes y lícitas pero que se entienden
culposas a virtud de un resultado socialmente dañoso que impone su desaprobación. Son
las conductas socialmente reprobadas.
1. La primera comprende desde la promulgación del CC hasta la mitad del siglo pasado, en
los que apenas se producían daños por un acto civil ilícito y donde el perjudicado debía
probar todos los presupuestos de la obligación reclamada, incluida la concurrencia de
culpabilidad.
2. La segunda fase comienza en la década de los 1940 en donde la técnica progresa, y nace
una incipiente circulación de vehículos de motor aumentando los daños a terceros. Al ART
1902 se le da una interpretación evolutiva más acorde con la realidad social, y se parte de
la idea de que el autor de un daño debe de repararlo, salvo que pruebe que el daño se ha
producido sin culpabilidad. Procesalmente implica inversión de la carga de la prueba,
porque el demandante ha de probar la autoría y nexo ente el autor y el daño y el
demandado ha de probar, como hecho impeditivo de la obligación de reparar, que no ha
habido culpa por su parte, es decir, que la culpabilidad se le presume.
3. La tercera fase se produce a partir de la década de 1980, donde las víctimas por este tipo
de daños son innumerables. En este sentido, muchas actividades, incluso lúdicas, exigen
un seguro que cubra los posibles daños y la mentalidad social hace que se evite la
indefensión de la víctima de daños causados por un progreso cada vez mayor.
De esta manera, cuando el daño se produce y está clara la existencia de culpa, no habrá problema.
El problema se plantea cuando la existencia de culpa es discutible, en cuyo caso el TS sigue
aplicando la inversión de la carga de la prueba, pero actualmente ha optado por una objetivación
de la obligación nacida del acto ilícito, por tres vías:
La inversión de la carga de la prueba de la culpa como pone de relieve la doctrina, se debe poner
en relación con el principio de facilidad y disponibilidad probatoria al cual se han referido
algunas de las últimas sentencias del Tribunal Supremo. Ello guarda una relación con el principio
de flexibilización de la carga de la prueba del ART 217.6 LEC
a) Ser de tal entidad que exonere al agente, al ser la conducta del perjudicado el único
fundamento del resultado, o por el contrario
b) De tan escasa entidad o relevancia que no tiene incidencia alguna en el resultado, por lo
que el agente responderá en su integridad del resultado dañoso; y por último
De conformidad al artículo 1105 Código Civil «fuera de los casos expresamente mencionados en
la ley, y de los en que así lo declare la obligación, nadie responderá de aquellos sucesos que no
hubieran podido preverse o, que, previstos, fueran inevitables». Ahora bien, este precepto no
menciona, de manera expresa, ni el caso fortuito ni la fuerza mayor, sino que se limita a establecer
cuando no hay responsabilidad. Es la doctrina la que ha elaborado los criterios para distinguir el
caso fortuito y la fuerza mayor son varios:
1. Por su origen o causa, se considera caso fortuito aquel que sobreviene por accidentes de la
naturaleza, y como fuerza mayor la que se produce por la actuación de un TERCERO.
2. Según sobre qué o quién recae el efecto del hecho, en el caso fortuito es la cosa la que
recibe de un modo directo e inmediato los efectos de la producción del daño, mientras que
en la fuerza mayor es la PERSONA del agente la afectada por tal acontecer.
3. Por el grado de evitabilidad del suceso (criterio subjetivo), el caso fortuito se trata de un
impedimento imprevisible, en el que no obstante, atendiendo a las circunstancias
concurrentes, en algunos casos, de haberse previsto se hubiera podido evitar, mientras
que la fuerza mayor representa un obstáculo INVENCIBLE, aunque se hubiera previsto.
- En cuanto a sus EFECTOS, se entiende que para que el caso fortuito origine exención de
responsabilidad es necesario que sea imprevisible e inevitable.
- Son los supuestos de responsabilidad POR EL HECHO AJENO del ART 1903 CC. Según el ART 1904
la responsabilidad de que trata este artículo cesará cuando las personas en él mencionadas prueben que
emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño. En cuanto al
EMPRESARIO que ha cumplido su obligación de pagar los daños podrá repetir contra sus
dependientes. Igual facultad se establece para los titulares de CENTROS docentes para exigir a los
profesores la cantidad satisfecha.
- Responsabilidad por daños causados por ANIMALES. Según el ART 1905 el poseedor de un animal o el
que se sirve de él, aunque se extravíe o se escapen son responsables de los daños que causen. Sólo cesará
esta responsabilidad si el daño proviniera de fuerza mayor o culpa del que lo hubiese sufrido. También por
la CAZA cuando el propietario no haya hecho lo necesario para impedir su multiplicación o cuando haya
dificultado la acción de los dueños de dichas fincas para perseguirla. Por su parte, la ley de caza de 4 de
abril en 1970 dispone que todo cazador está obligado a indemnizar los daños que causado con motivo del
ejercicio de la caza, excepto cuando el hecho fue debido únicamente a culpa negligente del perjudicado o
por fuerza mayor (ART 33.5). También dispone la ley que en la caza con armas, sino consta el autor del
daño causado a las personas, responderán solidariamente todos los miembros de la partida de caza. Para
cubrir la obligación de indemnizar los daños deberá concertarse un contrato de seguro.
- Responsabilidad por daños causados por la FALTA DE REPARACIONES a que viene obligado el
propietario de un edificio cuando sobrevenga la ruina (ART 1907), y según el ART 1908, por los daños
ocasionados por la CAIDA DE ÁRBOLES colocados en lugares de tránsito salvo fuerza mayor, por los
HUMOS EXCESIVOS, que sean nocivos a las personas o a las propiedades, por las emanaciones de
cloacas o depósitos de materias infectantes, construidos sin las precauciones adecuadas al lugar en que
estuviesen. Ahora bien, el ART 1909 establece que «si el daño de que tratan los dos artículos anteriores
resultare por defecto de construcción, el tercero que lo sufra sólo podrá repetir contra el arquitecto, o, en
su caso, contra el constructor, dentro del tiempo legal». Respecto de los humos el TS los equipara a toda
inmisio intolerable tanto a las personas como al medio ambiente.
- Responsabilidad por CAÍDA DE COSAS: El ART 1910 del Código Civil dispone que «el cabeza de
familia que habita una casa o parte de ella, es responsable de los daños causados por las cosas que se
arrojaren o cayeren de la misma». Esta responsabilidad se ha de extender no sólo a las viviendas, sino
también a los propietarios de oficinas y locales de negocio; no sólo a las cosas que se arrojaren, sino también
a las filtraciones o humedades
Los artículos 116 y siguientes se refieren a los daños indemnizables, como obligación objetiva, así
el ART 120 establece que «la razón de indemnizar tiene su base objetiva en el accidente o daño y
procederá, hasta los límites de responsabilidad que en este Capítulo se establecen, en cualquier
supuesto, incluso en el de accidente fortuito y aun cuando el transportista, operador o sus
empleados justifiquen que obraron con la debida diligencia». Para garantizar la percepción de la
indemnización se arbitran las siguientes medidas:
- Daños causados por ENERGÍA NUCLEAR- La Ley de 29 de abril de 1964, sobre los daños
causados por energía nuclear, establece la obligación de indemnizar por daños nucleares al
explotador de una instalación nuclear o que produzca o trabaje con materiales radiactivos, o que
cuente con dispositivos que puedan producir radiaciones ionizantes, siendo la responsabilidad
objetiva, aunque limitada al límite de cobertura que se señale por la ley (artículo 45). Para
garantizar el pago de las indemnizaciones se establece un seguro obligatorio. Esta responsabilidad
cesa si el daño:
3. Sin perjuicio de lo establecido en otras disposiciones legales, las responsabilidades derivadas de este
artículo tendrán como límite la cuantía de 500 millones de pesetas (3 millones de euros).
EXAMEN PARTICULAR DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EN LA CIRCULACIÓN DE
VEHÍCULOS A MOTOR
Naturaleza de la responsabilidad
2. CULPA – BIENES: Y por otra parte, en cuanto a los daños en los bienes, se
tratará de un supuesto de responsabilidad extracontractual POR CULPA a los efectos del
artículo 1.902 CC, por cuanto como se dispone en el artículo 1.1 párrafo tercero «en el caso
de daños en los BIENES, el conductor responderá frente a terceros cuando resulte civilmente
responsable según lo establecido en los artículos 1.902 y siguientes del CC, artículo 19 del
Código Penal, y lo dispuesto en esta Ley»
Viene regulada por la Ley 22/1994, de 6 de julio, en la que se establece que los fabricantes y los
importadores serán responsables, conforme a lo dispuesto en esta Ley, de los daños causados por
los defectos de los productos (bien mueble, incluido gas y electricidad) que, respectivamente,
fabriquen o importen, es decir se establece el principio de responsabilidad objetiva, al presumirse
«iuris tantum» la responsabilidad. Cuando sean varias las personas responsables del mismo daño,
tendrá carácter de solidaria. Ahora bien, en el ART 6 se determinan las causas de exoneración de
la responsabilidad al establecer «el fabricante o el importador no serán responsables si prueban:
El ART 1903 dispone «la obligación que impone el artículo 1902 es exigible, no sólo por los actos
u omisiones propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe responder. Los PADRES
son responsables de los daños causados por los hijos que se encuentren bajo su guarda. Los
TUTORES lo son de los perjuicios causados por los menores o incapacitados que están bajo su
autoridad y habitan en su compañía. Lo son igualmente los DUEÑOS o DIRECTORES de un
establecimiento o empresa respecto de los perjuicios causados por sus dependientes en el servicio
de los ramos en que los tuvieran empleados, o con ocasión de sus funciones. Las personas o
entidades que sean TITULARES de un Centro docente de enseñanza no superior responderán por
los daños y perjuicios que causen sus alumnos menores de edad durante los períodos de tiempo en
que los mismos se hallen bajo el control o vigilancia del profesorado del Centro, desarrollando
actividades escolares o extraescolares y complementarias.
La responsabilidad de que trata este artículo cesará cuando las personas en él mencionadas prueben
que emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño».
a) Con carácter general el ART 1905 del Código Civil establece que «el poseedor de un
animal, o el que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare, aunque se le
escape o extravíe. Sólo cesará esta responsabilidad en el caso de que el daño proviniera de
fuerza mayor o de culpa del que lo hubiese sufrido».
b) ART 1906: El propietario de una heredad de caza (para la ley de caza ex ART 33 son los
titulares de aprovechamientos cinegéticos, y los propietarios de los terrenos que han
arrendado la caza responsen subsidiariamente) responderá del daño causado por esta en
las fincas vecinas, cuando no haya hecho lo necesario para impedir su multiplicación o
cuando haya dificultado la acción de los dueños de dichas fincas para perseguirla.
La ley de caza de 4 de abril en 1970 dispone que todo cazador está obligado a indemnizar los
daños que causado con motivo del ejercicio de la caza, excepto cuando el hecho fue debido
únicamente a culpa negligente del perjudicado o por fuerza mayor (ART 33.5). También dispone
la ley que en la caza con armas, sino consta el autor del daño causado a las personas, responderán
solidariamente todos los miembros de la partida de caza. Para cubrir la obligación de indemnizar
los daños deberá concertarse un contrato de seguro.
- Responsabilidad por daños causados por cosas MUEBLES e INMUEBLES
1. Propietario de un EDIFICIO: El ART 1907 del Código Civil establece «el propietario de
un edificio es responsable de los daños que resulten de la ruina de todo o parte de él, si
ésta sobreviniere por falta de las reparaciones necesarias» (en los mismos términos la LOE
ley 38/1999, art 16).
- Por los humos excesivos, que sean nocivos a las personas o a las propiedades.
- Por las emanaciones de cloacas o depósitos de materias infectantes, construidos sin
las precauciones adecuadas al lugar en que estuviesen.
Por último, el ART 1909 «si el daño de que tratan los dos artículos anteriores resultare por defecto
de construcción, el tercero que lo sufra sólo podrá repetir contra el arquitecto, o, en su caso, contra
el constructor, dentro del tiempo legal».
- Responsabilidad por CAÍDA DE COSAS: El ART 1910 del Código Civil dispone que «el cabeza
de familia que habita una casa o parte de ella, es responsable de los daños causados por las cosas
que se arrojaren o cayeren de la misma». Esta responsabilidad se ha de extender no sólo a las
viviendas, sino también a los propietarios de oficinas y locales de negocio; no sólo a las cosas que
se arrojaren, sino también a las filtraciones o humedades.
en concordancia, en cuanto al elemento de la culpa, con el ART 1104 al disponer que la culpa o
negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella diligencia que exija la naturaleza de la
obligación y corresponda a las circunstancias de persona, tiempo y lugar. Se trata pues, de un
sistema subjetivo basado en la culpa del agente, de manera que sin culpa no hay responsabilidad ex
ART 1902. Es decir, en el CC la secuencia es libertad-culpa-responsabilidad
Junto a la responsabilidad por el hecho propio basada en la culpa que debe probar el perjudicado o
demandante, puesto que la culpa no se presume, el código civil prevé otros supuestos de
responsabilidad por culpa que se distinguen del supuesto del ART 1902 básicamente en dos
elementos:
Tales supuestos son los de la responsabilidad por el hecho ajeno que se regulan en el ART 1903.
Pero, aparte de los supuestos del ART 1903 (los padres, tutor, empresario, profesores) el Tribunal
Supremo ha acudido al expediente de la inversión de la carga de la prueba de la culpa en
determinados casos, normalmente en los supuestos en que, sin acudir a la imputación por riesgo, el
Tribunal ha entendido que el sujeto que desarrolle una actividad que origine o incremente un
riesgo que derive en daño a tercero deviene obligado a repararlo. Así pues, la inversión de la carga
de la prueba de la culpa supone básicamente la PRESUNCIÓN DE CULPA en la conducta del
agente, y por tanto, la necesidad de que éste pruebe que su conducta se ha observado sin culpa o
negligencia por su parte pues, en caso contrario, deberá indemnizar al perjudicado.
La inversión de la carga de la prueba de la culpa como pone de relieve la doctrina, se debe poner
en relación con el principio de facilidad y disponibilidad probatoria al cual se han referido
algunas de las últimas sentencias del Tribunal Supremo. Con ello, como recuerda DE ÁNGEL no
se invierte la carga de la prueba de la culpa, ni ésta se presume, sino que se obliga al demandado a
aportar pruebas que acredite su diligencia (observancia de las normas administrativas o
reglamentarias autoritativas de una actividad) de manera que si no lo hace, demuestra su
culpabilidad y por ello se le sanciona. Ello guarda una relación con el principio de flexibilización
de la carga de la prueba del ART 217.6 LEC.