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Tipos de fuerza:
- Fuerza Máxima.- Cuando realizamos una contracción muscular soportando
el máximo de carga.
- Fuerza Rápida (Potencia).- Cuando realizamos una contracción muscular
rápida (tanto como nos lo permita la carga).
- Fuerza Resistencia.- Cuando realizamos una contracción muscular durante
un periodo de tiempo prolongad
RESISTENCIA
Definición: Capacidad del organismo de soportar un esfuerzo durante un periodo de
tiempo más o menos prolongado.
Tipos de resistencia:
Aeróbica: la intensidad del ejercicio es moderada (por debajo de las 120 – 140
pulsaciones por minuto) y por lo tanto, la combustión de las reservas energéticas de
los músculos se realiza a expensas del aporte de oxigeno por vía respiratoria.
Anaeróbica: la intensidad del ejercicio es alta o muy alta (por encima de las 140
pulsaciones por minuto llegando a las 200) y la combustión de las reservas
energéticas de los músculos se realiza, además, en ausencia de oxígeno al no ser
suficiente el aporte de éste por vía respiratoria.
FLEXIBILIDAD
Definición: Capacidad de las articulaciones de realizar movimientos más o menos
amplios.
Tipos de Flexibilidad:
No podemos hablar de tipos de flexibilidad propiamente dichos pero si debemos
diferenciar entre la movilidad articular y la elasticidad muscular. Ambas son las que
van a intervenir directamente en la mayor o menor flexibilidad
Saltos
Desplazamientos
Giros
Lanzamientos, recepciones y golpeos
Coordinación dinámica general y segmentaria.
Equilibrio
EL FERROCARRIL
Pero la verdadera revolución de los transportes vendrá con la construcción de líneas de ferrocarril. La idea de
construir raíles de hierro por donde circulen vagones o vagonetas era ya antigua, (Texto) y se utilizaba en las
cercanías de las minas para transportar hasta un puerto de mar o hacia un canal minerales como el carbón.
Estos vagones eran arrastrados por caballos o bueyes. La revolución vendrá cuando se piense en utilizar una
versión de la máquina de vapor “móvil” que sea capaz de arrastrarse a sí misma y a un número indeterminado
de vagones de carga.
Hubo intentos claramente fallidos, como los que pretendieron la construcción de automóviles movidos por
una máquina de vapor (una versión motorizada de los carruajes de la época) y que debían circular por calles,
carreteras y caminos: su lentitud, su peso, su coste y su difícil manejo no los llevaron más allá de la simple
curiosidad, aunque debamos considerarlos como antecedentes de los automóviles movidos con motores de
explosión que surgirán a finales del siglo XIX.
Quizás los primeros intentos de construir un ferrocarril con locomotoras movidas con la energía del vapor
sean aquellos realizados para transportar el carbón desde las minas: muchos de ellos también fracasaron por la
fragilidad de unos raíles ideados para vagones arrastrados por caballos y bueyes. Pero de la evolución de estos
prototipos saldrán los primeras locomotoras viables como esta cuyo esquema reproducimos y que fue
diseñada por Richard Trevithick, ingeniero británico auténtico pionero del ferrocarril, quien primero diseñó
máquinas de vapor de alta presión, y desde comienzos del siglo XIX varias locomotoras capaces de arrastrar
unas pocas toneladas de carga sobre raíles. Sus desarrollos no fueron más allá de simples exhibiciones, pero
sirvieron para probar las capacidades del ferrocarril.
Durante la primera y segunda décadas del siglo XIX fueron mejorando las características de estas locomotoras
(potencia, seguridad) y se logró la construcción de raíles lo suficientemente resistentes. En este contesto
aparece la figura de George Stephenson, responsable de la primera línea ferroviaria útil y, que desde 1825
cubría el trayecto Stockton-Darlington transportando carbón. En 1829 se puso en marcha un concurso para
construir una línea entre Londres y Liverpool. El ganador fue el propio Stephenson con su locomotora The
Rocket (el cohete, capaz de viajar a unos 40 km/h) y así, desde 1830 se encuentra en funcionamiento esta
línea que transporta mercancías y pasajeros. Con esta línea el ferrocarril demuestra su idoneidad para casi
todo tipo de transportes (hasta ese momento era concebido como un sistema para llevar el carbón desde las
minas a las ciudades), incluyendo el movimiento de personas.
LA NAVEGACIÓN A VAPOR
Los primeros intentos registrados de mover un barco mediante una máquina de vapor se producen en el último
cuarto del siglo XVIII, pero no será hasta los primeros años del siglo XIX cuando un ingeniero
estadounidense, Robert Fulton, construya un barco propulsado por una rueda movida con la fuerza del vapor.
Estos primeros barcos por sus características quedaron marginados a la navegación fluvial y costera.
Habrá que esperar a las décadas centrales del siglo XIX para que los barcos de vapor empiecen a desbancar a
los veleros que durante siglos se habían constituido en un medio de transporte de mercancías y personas sin el
cual es difícil entender la llamada Era Moderna (los "Descubrimientos", el comercio transoceánico, el
colonialismo...). Para que esta sustitución fuese posible el barco de vapor recibirá importantes mejoras: la
sustitución de la rueda por la hélice, la incorporación de máquinas más eficientes, la construcción de los
barcos con casco de hierro. Con estas mejoras los barcos se hicieron más manejables, no tenían que malgastar
su capacidad de carga acumulando enormes cantidades de combustible (o repostar muy a menudo) y se
convirtieron en más rápidos y seguros.
En las últimas décadas del siglo XIX los barcos de vapor serán piezas insustituibles en fenómenos como el
afianzamiento de un mercado mundial o en los intensos procesos migratorios que llevaran a varios millones
de europeos a poblar Argentina, Australia o, sobre todo, los Estados Unidos de América.