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LA ATMOSFERA

Concepto. Desde el punto de vista de la moderna Meteorología, la

atmósfera es, por así decir, el vehículo donde tienen lugar las
transformaciones de energía que integramos dentro del concepto tiempo. Toda
máquina térmica necesita de un manantial de energía calorífica, de un
refrigerante y de un vehículo que transporte la energía; en el caso de la
máquina térmica atmosférica la fuente de energía es, única y exclusivamente,
el sol. La atmósfera representa el dispositivo por medio del cual la energía
solar se transforma en lo que conocemos por tiempo.
Desde un punto de vista meramente descriptivo, la atmósfera es solamente
la envoltura gaseosa que rodea a nuestro planeta. El concepto nos parece
exclusivamente estático. Debemos considerar la atmósfera como algo mas:
como el lecho de las variables meteorológicas que intervienen en el tiempo
atmosférico como funciones del tiempo cronológico, la variable independiente
por antonomasia.
Lo que llamamos tiempo es, en realidad, la resultante en un instante dado
de un conjunto de variables (presión, temperatura, humedad, viento, etc), que
pueden ser expresadas y relacionadas matemáticamente a través de las
ecuaciones de la Física Matemática.
Interesa, pues, analizar la atmósfera a partir de las citadas variables que
intervienen en ella. Su síntesis es lo que vulgarmente conocemos como
tiempo, y si en este concepto hacemos intervenir la variable tiempo
cronológico, habremos sentado matemáticamente el concepto de predicción,
como un subproducto del análisis citado. Si, por el contrario, fijamos la
variable tiempo en un período más largo (una estación, por ejemplo), los
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valores medios de las restantes variables determinan el concepto de clima de

la región o zona que se considere.
Esquemáticamente, la atmósfera no es más que la síntesis de una serie de
campos (de presión, de temperatura, de humedad, etc.), considerados desde
luego en visión panorámica de tres dimensiones: la atmósfera se extiende en
volumen y no en superficie, y puede decirse que está totalmente superado el
viejo concepto de que, con solo los datos recogidos en superficie, podríamos
formarnos una idea cabal del comportamiento global de nuestra envoltura
gaseosa.
En consecuencia, consideraremos la atmósfera como un fluido que, en tres
dimensiones, puede identificarse numéricamente por la superposición de
diversos campos que estudiaremos separadamente mas adelante.
Composición y cuerpos extraños en la atmósfera. La atmósfera, por
otra parte, es una mezcla de gases que lleva además en suspensión diversos
cuerpos extraños, sólidos o líquidos.
En esta mezcla y hasta unos 35 km de altitud, corresponde al nitrógeno el
78% del volumen total; al oxígeno, el 21%, y el resto lo componen anhídrido
carbónico, gases raros (helio, neón, argón, kripto y xenon) y vapor de agua,
cuyo papel en el comportamiento de la atmósfera es decisivo. Contrariamente
a los demás gases de la mezcla, que se encuentran en proporción
aproximadamente constante, el vapor de agua aparece en cantidades
extremadamente variables y disminuye rápidamente con la altura, de manera
que cesa prácticamente de existir hacia los 15 km de altitud. Entre los 20 y los
50 km aparece una región de gran contenido de ozono.
Las partículas o cuerpos extraños en suspensión son, en lo que se refiere al
estado líquido, las gotas de agua que constituyen las nubes y precipitaciones;
desde este punto de vista, una nube no sería más que una suspensión coloidal
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en el seno del aire. Los cuerpos extraños sólidos son partículas de sales
marinas, que provienen de las regiones oceánicas, y de polvo, residuos de
combustiones, etc., procedentes de las zonas terrestres.
Ambas clases de partículas suelen encontrarse en las capas bajas de la
atmósfera. En las altas se encuentran cristalitos de hielo (que constituyen las
nubes altas), y desde hace algunos años, partículas radiactivas debidas a las
explosiones nucleares, que son arrastradas por las corrientes de la alta
atmósfera.
Troposfera, tropopausa, corriente en chorro, estratosfera y estratos
superiores. La distribución vertical de la atmósfera en pisos o capas es
distinta, según la variable meteorológica que adoptemos para estudiar su
variación con la altura. Aquellas variables que responden a campos cuya
distribución vertical sea relativamente uniforme darían lugar, evidentemente, a
una atmósfera verticalmente homogénea con respecto a la variable
considerada (caso, por ejemplo, de la presión). Sin embargo, existen otras
variables con importantes discontinuidades verticales, de manera que para
ellas la atmósfera es una sucesión de estratos bien definidos, cada uno con sus
características propias. La división vertical de la atmósfera se efectúa a partir
de estas variables, de las que las mas representativas son dos: la temperatura y
la conductibilidad eléctrica. Dicho de otro modo, la división de la atmósfera
en estratos responde, por un lado, a un criterio térmico, y, por otro, a un
criterio eléctrico.
La variación de la temperatura con la altitud nos obliga a distinguir en la
atmósfera distintos estratos, cuya denominación es la que a continuación se
expone:
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a) La troposfera.- Alcanza desde el suelo hasta unos 9 km de altitud en los

polos, 11 en latitudes medias y 15 en el ecuador. En ella tienen lugar los
fenómenos que constituyen lo que conocemos por tiempo (nubosidad y
precipitaciones). Abundan en ella las corrientes verticales. Siempre
desde el punto de vista térmico, podemos distinguir en ella dos capas
principales: la capa perturbada baja, en la cual la temperatura varía con
la altura de una manera bastante irregular, y la alta troposfera,
caracterizada por un decrecimiento mucho mas regular de la temperatura
con la altura, que puede fijarse por término medio en unos 6ºC por cada
1,000 metros de elevación.
b) La estratosfera.- Es la capa situada entre el límite superior de la
troposfera y los 50 km de altitud. Su estructura térmica vertical es
aproximadamente isoterma; es decir, que la temperatura varía muy poco
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con la altura. Ello no significa, como es natural, que la estructura sea

isoterma en sentido horizontal. En las latitudes medias su temperatura es
del orden de -56ºC; en los polos, de unos -45ºC, y en el ecuador, de unos
-80ºC, lo cual es consecuencia de que, según hemos visto, el límite
superior de la troposfera se encuentra mas alto en el ecuador que en los
polos. Contrariamente, pues, al aire troposférico, en la estratosfera los
polos están menos fríos que el ecuador. En la estratosfera no hay tiempo
en el concepto vulgar de la palabra, pero existen fuertes corrientes de
viento, de gran importancia en la moderna predicción meteorológica.
a) La mesosfera.- Es la capa comprendida entre el límite superior de la
estratosfera, a unos 50 km, y los 80 km de altitud. Se caracteriza por su
elevado contenido en ozono y su estructura térmica es de temperaturas
crecientes con la altura hasta los 60 km, aproximadamente, en donde se
alcanza un máximo de unos +80ºC (explicable por el recalentamiento
debido a la absorción de los rayos ultravioletas por el ozono) y, luego,
entre los 60 y los 80 km, una nueva disminución de la temperatura con la
altura, que llega a un mínimo de -60ºC, hacia los 75 km de altitud.
c) La termosfera.- A partir de los 80 km de altura, la temperatura
vuelve a crecer con la altitud, de forma que llega a +90ºC a los 120 km.
El límite superior de la termosfera es impreciso, pudiendo sólo decirse
que está por encima de los 400 km.
d) La ezosfera.- Es la capa comprendida entre el límite superior de la
termosfera y el final de la atmósfera. Concepto todavía más impreciso,
pese a que los textos antiguos daban para él diversos valores numéricos
fundados en métodos teóricos o experimentales.
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Los límites que las separan, que son mas bien estratos de transición, se
denominan: tropopausa, al límite entre la troposfera y la estratosfera;
estratopausa, al límite entre la estratosfera y la mesosfera, y mesopausa,al
existente entre la mesosfera y la termosfera. De todos ellos, revista
importancia capital en el pronóstico del tiempo el estrato llamado tropopausa.
Desde el punto de vista de la conductibilidad eléctrica, la alta atmósfera
puede considerarse dividida en dos capas: la ozonosfera, entre los 25 y los 70
km, aproximadamente, de altitud, y la ionosfera, desde los 70 km hasta el final
de la atmósfera. Ambas capas poseen notables propiedades desde el punto de
vista de la reflexión de las ondas radioeléctricas.
La ozonosfera, que aproximadamente coincide en extensión con la
mesosfera, se caracteriza por su elevado contenido en ozono, de gran poder
absorbente para los rayos ultravioleta.
La ionosfera, como su nombre indica, es un estrato fuertemente ionizado,
pero su estructura vertical no es uniforme. La densidad iónica experimenta
alternativas, encontrándose hacia los 80 ó 100 km una acumulación de iones
conocida con el nombre de capa E. A mayor altura la densidad iónica
presenta cierta tendencia a disminuir hasta que, a los 200 ó 300 km, aparecen
dos nuevas acumulaciones iónicas, llamadas capas F1 y F2. La capa F1
experimenta una fluctuación diurna muy acusada, de forma que, por las
noches, se funde con la F2.
Caben diversos criterios prácticos para definir la tropopausa, de los que
señalaremos sólo dos:
a) Capa a partir de la cual la temperatura deja de decrecer con la altura.
b) Capa en la que el viento en altura es máximo.
Según esto, la curva representativa de la variación de la temperatura con la
altura presenta un mínimo al nivel de la tropopausa, mientras que la de la
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variación del viento presenta un máximo al mismo nivel. La estructura de la

tropopausa no es, como podría suponerse a primera vista, la de una capa
concéntrica con la Tierra, achatándose en los polos hasta unos 9 km y
elevándose en el ecuador hasta los 15 km, como ya se ha dicho. Por el
contrario, lo mas interesante de la tropopausa es su estructura multifoliar. La
tropopausa no constituye una capa continua única, y entre sus diversas hojas
existen profundas fallas por donde circulan fuertes corrientes de viento.
La hoja llamada tropopausa polar. Su altitud ya hemos dicho que por
término medio es de unos 9 km y llega, aproximadamente, hasta los 40º de
latitud. A partir de aquí y con un pequeño solape (es decir, que hacia los 40º
de latitud encontraríamos dos tropopausas, que se llaman predominante y
secundaria) comienza la segunda hoja de la tropopausa, llamada tropopausa
tropical (TT) por algunos autores, y de las latitudes medias, por otros. Su
altitud alcanza unos 11 km, y en extensión abarca aproximadamente desde los
40º hasta los 25º de latitud. También con un pequeño solape encontramos, a
partir de esta latitud y hasta el ecuador, la tercera hoja de la tropopausa,
tropopausa ecuatorial (TE) cuya altitud es del orden de los 15 km.
La extensión horizontal de las hojas citadas no coincide mas que
aproximadamente con los paralelos que indicamos, ya que lo que podríamos
llamar sus bordes fluctúan considerablemente en latitud. Dicho de otro modo,
las fallas de la tropopausa presentan amplios meandros en el sentido de los
meridianos.
Por estas fallas discurren las llamadas corrientes en chorro (jet stream),
verdaderos ríos de viento, de importancia decisiva en la formación de las
depresiones de la zona templada. Podemos decir que estas corrientes se
consideran en la actualidad como la espina dorsal de la circulación
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atmosférica, siendo indispensable el conocimiento de su situación en la labor

diaria del pronóstico meteorológico.
El llamado chorro polar, separa la tropopausa polar de la tropical e influye
decisivamente en la génesis y evolución de las borrascas de la zona templada
(ciclogénesis).
Mas cerca del ecuador y a mayor altura, circula el chorro subtropical, La
representación es sólo esquemática, ya que los chorros no son corrientes
continuas de vientos fuertes, sino que presentan frecuentes interrupciones. Su
estructura física es tubular, recordando algo así como un neumático que
rodease, con interrupciones, la Tierra. La anchura de este tubo de vientos es
de unos 100 a 200 km y su espesor vertical de 4 a 9 km. Discurren siempre de
oeste a este y, a su izquierda, en el hemisferio Norte (lado frío del chorro),
aparecen regiones de intensa turbulencia, a causa del efecto de cizalladura
debido a la diferencia de velocidades entre el chorro y el aire que lo rodea.
(Turbulencia de aire claro, conocida internacionalmente por C.A.T. del
inglés, Clear Air Turbulence.).

CIRCULACION GENERAL DE LA ATMOSFERA.

El calor que se necesita para calentar el aire es suministrado
originalmente por el Sol. Si la Tierra se mantiene en estado estacionario con
una temperatura constante, significa que pierde en el espacio exterior, en
radiación de onda larga, tanta energía como la que absorbe del Sol en
radiación de onda corta.
Para considerar el balance energético anual para todo el planeta,
primero veremos cómo se distribuye la radiación, en onda corta y en onda
larga, que recibe y emite el sistema Tierra-atmósfera.
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RADIACION SOLAR
INCIDENTE
100%

ABSORBIDA POR LA
ATMOSFERA 21%

REFLEJADA POR LA
SUPERFICIE 4%
INCIDENTES EN LAS
NUBES 26%
(REFLEJADO EL 23%)

ABSORBIDA POR
LA SUPERFICIE
DIFUNDIDAS POR EL
24%
AIRE Y LAS NUBES
25% (REFLEJADO EL 4%)

Radiación de onda corta

Suponemos que la energía que llega a la cima de la atmósfera es 100
unidades arbitrarias de radiación de onda corta procedentes del Sol. Veamos
cómo se distribuye:
21 unidades son absorbidas por los gases atmosféricos:
17 en la troposfera
4 en la estratosfera
26 unidades inciden en las nubes:
3 son absorbidas
23 son reflejadas
25 unidades son difundidas por las moléculas de aire y las nubes
21 llegan al suelo y son absorbidas por este
4 son reflejadas en el espacio exterior
28 llegan al suelo directamente
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24 son absorbidas
4 son reflejadas
Radiación de onda larga
Se estima que el suelo emite radiación 113 unidades por razón de su
temperatura. El hecho que emita más unidades de las que absorbe en un onda
corta del Sol es porque también absorbe radiación proveniente de la atmósfera.
Veamos cómo se reparten estas 113 unidades:
6 salen directamente al espacio exterior a través de la ventana atmosférica
107 son absorbidas en la atmósfera
Además, existe un flujo de energía del suelo a la atmósfera debido a la
evaporación del agua en forma de calor latente y también por conducción
turbulenta desde tierra:
23 de flujo de calor latente
6 de flujo turbulento
El suelo emite, entonces, 142 unidades. La atmósfera radia 160 unidades en
onda larga:
63 se pierden en el espacio exterior
97 son absorbidas por el suelo.
La radiación de la Tierra es en ondas relativamente largas en
comparación con las ondas cortas de radiación del Sol, ya que parte de un
cuerpo más frío. Siendo que la radiación de onda larga es más fácilmente
absorbida por el vapor de agua en el aire, ésta es la principal responsable del
calor de la atmósfera cerca de la superficie de la Tierra. Así, la atmósfera se
comporta como el vidrio del techo de un invernadero. Permite que parte de la
radiación solar llegue a la superficie de la Tierra, pero es calentado por la
radiación terrestre que pasa hacia afuera. Durante largos períodos de tiempo y
sobre la tierra entera el total de la energía que sale debe ser igual al total de la
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energía que entra (menos aquélla que se ha convertido y ha sido retenida bajo
otra forma), o si no la temperatura de la tierra y la de su atmósfera aumentaría
o disminuiría en forma constante. Para áreas pequeñas o por períodos de
tiempo relativamente cortos, este equilibrio no es necesario, y de hecho no
existe, lo cual resulta en cambios como el de las diferentes estaciones y a
diferentes horas del día.
Los rayos más perpendiculares del Sol que llegan a la superficie de la
Tierra hacen que una mayor cantidad de energía calorífica se reciba en ese
sitio. Por eso, en los trópicos se recibe más calor por unidad de superficie de la
que se irradia; en los polos, lo contrario es lo que ocurre. A menos que hubiera
un proceso para transferir el calor de los trópicos a las regiones polares, los
trópicos serían mucho más calientes de lo que son y las regiones polares serían
mucho más frías. El proceso que lleva a cabo la transferencia de calor es la
circulación de la atmósfera.