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, 4 de mayo de 2010
Señor doctor
JOSÉ DARÍO URIBE ESCOBAR
Gerente General
Banco de la República
Ciudad.
juribees@banrep.gov.co
Ref.: Derecho de petición
Asunto: Pensión legal
Estimado doctor:
No deja de sorprenderme el señor Bohórquez, Director del Departamento de Recursos
Humanos con la carta que suscribió con fecha de ayer, llegada hoy a mi buzón de correo
electrónico procedente del correspondiente a la Subdirectora de Asuntos laborales y
Pensionales de su misma dependencia, adjunta, la cual hace referencia a anteriores
comunicaciones mías, donde en forma incorrecta se refiere a una situación puesta de presente
en una de estas y la asocia con otra también citada en oficios de mi autoría en fechas más
antiguas.
Pienso que el señor director se halla confundido o mal asesorado para decir tales cosas, o en el
peor de los casos busca confundirme y ganar tiempo sin saber yo a ciencia cierta cuál es el
motivo [ 1 ]; es lo único que se puede deducir al analizar las cosas; me explico:
El suscrito, en efecto, demandó al Banco de la República buscando que mi pensión tuviera el
tratamiento no gravable correspondiente a todas las reconocidas en el marco del plan de retiro
voluntario del Emisor, dado que no se trata de una pensión indemnizatoria (de carácter
temporal) sino vitalicia, y transada mediante un acto de conciliación laboral, de conformidad
con la Constitución Política y con la Ley 31 de 1992, un acuerdo válidamente celebrado de
conformidad con la sentencia C‐1261/05, Corte Constitucional, M. P.: Manuel José Cepeda
Espinosa. Tal situación de inmediato enmarca tal pensión en la misma Ley 100 de 1993, y por
consiguiente, de acuerdo con la Ley 223 de 1995, modificadora del Estatuto Tributario, es
exenta desde el momento mismo en que tuvo origen hasta la fecha; esto es, desde el 2 de
febrero de 1998.
Desafortunadamente el Banco de la República se sostiene en su posición de mantener el
gravamen sobre la misma, no obstante que en un proceso Emisor vs. DIAN [ 2 ], fallado a favor
1
Cumplo mis 60 años de vida el próximo 22 de los corrientes y por ello empezaré a gozar de una pensión de vejez
compartida entre el Banco de la República y el ISS, por supuesto exenta; ¿será este el motivo?
2
Proceso 250002327000200800079 – 01, Sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, SECCIÓN
CUARTA, Subsección “A”, M. P.: Dra. Luz Mary Cárdenas Velandia, de octubre dieciséis (16) de dos mil ocho (2008).
2
del primero, manifestó lo contrario; es decir que esas pensiones no son indemnizatorias y que
además se hallan enmarcadas por la Ley 100 de 1993, entre otras cosas.
Eso es en sí un resumen de la demanda que gané en primera instancia y que el Banco ganó en
segunda en un fallo sui generis, donde no se le reconoció a la entidad que los conceptos de la
DIAN fueran de obligatorio cumplimiento ni que no fueran de índole laboral, como lo pretendió.
Además el fallador de segunda confundió dos cosas ciertamente distintas: un salario y una
pensión. Fue por eso que tuvo lugar el recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia.
Eso es en cuanto a la demanda que existe de mi parte contra el Banco, y frente a la cual he
limitado el alcance del poder que le di al abogado Maya Morales, en el sentido de que vaya a
efectuar cualquier transacción sin mi autorización particular debidamente autenticada, dado
que desde hace tres (3) o cuatro (4) meses me viene esquivando en forma sistemática. Es por
ello que le solicité al mismo Instituto Emisor que tuviera en cuenta tal limitación en el poder:
para lo que tuviera que ver con cualquier negociación con éste frente a mi demanda, la cual
entre otras cosas fue sustanciada por mí en su mayor parte.
No sé si me expresé mal en mis anteriores comunicaciones que valdría la pena revisar como ya
lo hicieron personas de mi confianza que sin ser abogadas entendieron cabalmente lo que quise
decir. No se entienda con ello más de lo que expresé, en el sentido de que estuviera interesado
en desistir de ese proceso de casación; ya lo dije: en él voy hasta las últimas consecuencias y
estoy dispuesto incluso a correr todos los riesgos que llegaren a suscitarse contra mi propia
integridad personal, como ya sucedió en 2005 en este mismo asunto.
El segundo caso que en forma por demás inexplicable para mí, y para las personas que me
rodean, confunde el señor Bohórquez o quien le redactó su carta, con el anterior caso, y que
asume que yo traté en un simple correo electrónico del día 24 del mes pasado y no en una carta
formal que le dirigí al señor Gerente General, se refiere al régimen de transición de la Ley 100
de 1993, al cual corresponde el estado del suscrito, lo cual fue explicado y reclamado en mi
carta de fecha de ayer; sobre esto aún no he demandado a nadie.
No es lo mismo haber demandado por la legalidad de la exención tributaria de una pensión
atada a un programa de retiro, “anticipada” como ya le dice el Emisor acatando la
interpretación de la DIAN, que haber reclamado con base en una pensión de naturaleza
estrictamente legal como lo es una del citado régimen de transición, de todas formas no
concurrentes por ley; lo único que faltó fue que con el ánimo de confundirme se me contestara
esto último, cosa que de ninguna manera estoy solicitando. En otras palabras, mi solicitud, para
que no haya equívoco más adelante, no consiste en que el Banco Emisor me pague dos
pensiones sino que me pague la del régimen de transición, régimen que es un derecho
adquirido por mí, y en consecuencia no negociable, tal y como lo solicité en mi carta de ayer, de
conformidad con la sentencia C‐754 del 10 de agosto del 2004, Corte Constitucional; la Corte
determinó que existe un derecho al régimen de transición de las personas cobijadas por el
mismo:
3
“Una vez entra en vigencia la disposición que consagra el régimen de transición, los trabajadores
que cumplan con los requisitos exigidos para el mismo consolidan una situación concreta que no
se les puede menoscabar”.
Pienso que no sobra manifestarle que frente a este segundo caso no tiene incumbencia el
abogado Carlos Maya Morales, identificado ya ante el Banco, dado que el poder que le conferí
se refiere sólo al proceso, de indudable interés, más general que particular, que en la actualidad
se encuentra en casación.
Por último considero, doctor Uribe, que la carta que anuncia el señor Bohórquez a manera de
contestación de mi oficio de fecha del pasado 24 de abril ‐ esto es, la SGA‐06542 del 15 de abril
de 2010 ‐, no guarda congruencia alguna con mis últimas solicitudes referidas a una pensión
legal del régimen de transición de la Ley 100 de 1993.
Sin otro particular me suscribo de usted,
Cordialmente,
CARLOS ALBERTO RAMÍREZ DOMÍNGUEZ
C. C. núm. 8.315.023 de Medellín
Pensionado del Banco de la República