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1. Introducción
Una de las principales trabas al desarrollo es la pobreza.
En África, la mitad de la población vive con menos de un dólar al día. Más de la mitad de la
población no tiene acceso al agua potable y más de 2 millones de niños mueren anualmente antes
de alcanzar el año de edad.
Existen muchas formas de medir la pobreza, pero no puede decirse que exista una forma universal,
ya que cada modelo debe adaptarse a las características únicas del país o región en estudio.
“Casi todo procedimiento en la definición del nivel de subsistencia de la pobreza puede ser
razonablemente cuestionado.”
(Rein, 1971)
Este estudio pretende poner un poco de orden en el concepto de pobreza, a partir de la numerosa (y
no siempre clara) bibliografía existente. Otro de los objetivos de este capítulo es mostrar los
métodos de medida propuestos por diferentes autores y los más utilizados, y explicar sus principales
inconvenientes.
Este estudio servirá de base para el posterior estudio de la pobreza en Burundi, adaptándola a la
especial situación en la que se encuentra el país.
2. Qué es pobreza
El criterio habitual con el que se identifica la pobreza es la falta de ingresos. Sin embargo, el
concepto de pobreza es mucho más complejo.
Una de las principales dificultades a la hora de estudiar la pobreza es precisamente poner medida a
este concepto de degradación para poder determinar el número de personas afectadas, visto el
enorme número de factores a los que puede ser debida.
Es cierto que la falta de renta es una de las principales causas de la pobreza, pero no es la única. La
falta de acceso a los alimentos, a la salud y la educación, a un vivienda digna, al empleo, a la
información, a la libertad de expresión y decisión, son otros de los factores que pueden definir a una
persona como pobre.
Según el Nóbel de Economía, Amartya Sen, existen dos tipos de pobreza, la pobreza de renta y la
pobreza debido a la privación de capacidades5. Ambas están mutuamente relacionadas, de forma
que la renta es una generadora de capacidades y las capacidades son un herramienta para
erradicar la pobreza de renta.
De esta forma, la lucha contra la pobreza no puede limitarse a una mera reducción de la pobreza de
renta, sino que debe acompañarse de medidas para mejorar las capacidades humanas, como por
ejemplo, la lucha contra la desnutrición, el analfabetismo endémico, la discriminación sexual o la
mortalidad prematura.
Dentro de esa línea de actuación, los organismos internacionales están colaborando estrechamente
con los gobiernos de los países en vías de desarrollo, en la formulación y puesta en práctica de los
Documentos Estratégicos de Reducción de la Pobreza (PRSPs), con los que se pretende, no sólo
obtener resultados macroeconómicos favorables, sino también sociales.
El nivel de renta establecido como referencia por las Naciones Unidas en la Declaración del Milenio
de 2000 en Nueva York, y que limita superiormente la pobreza ha sido fijado en 2 dólares al día. El
límite para la pobreza absoluta ha sido fijado en 1 dólar al día.
Se considera que viven en condiciones de pobreza relativa, aquellas personas cuyo nivel de
ingresos o renta per capita sea igual o inferior a un tercio del GDP del país.
2º. No tiene en cuenta la distancia de los ingresos del pobre a la línea de pobreza.
Estos inconvenientes hacen que esta medida, que es por cierto la más utilizada, sea bastante
inaceptable como indicador de pobreza.
Este enfoque considera el nivel de renta como un instrumento para conseguir cualquier otro fin.
“La utilidad de la riqueza reside en las cosas que nos permite hacer, en las libertades
fundamentales que nos ayuda a conseguir.”
(Amartya Sen, 2000)
El estudio de la pobreza según este enfoque consiste en determinar una canasta de necesidades
mínimas consideradas como básicas y calcular su coste. La línea de pobreza se fija en ese coste.
Las personas con ingresos por debajo de esa línea no pueden permitirse la adquisición de la
canasta completa y algunas de sus necesidades básicas no quedan cubiertas. Por lo tanto, pueden
ser considerados como pobres.
1º. Por una parte, no es fácil determinar la composición de una canasta básica.
Según Paul Streeten (1970), uno de los primeros en introducir este término, las necesidades
básicas que permiten identificar a alguien como pobre en el caso de que no estén cubiertas, son de
dos tipos:
Necesidades materiales: nutrición, agua potable, sanidad, educación, vivienda, vestido, empleo...
Necesidades inmateriales: desarrollo humano, sistema de libertades (de expresión, de asociación,
de decisión...), seguridad, capacidad de organización y participación en la toma de decisiones, etc.
2º. Por otra parte no es fácil poner medida a ese mínimo por debajo del cual se considera que una
necesidad no está satisfecha, sobre todo cuando se trata de productos no alimentarios.
3º. Por último, el tener un nivel de renta suficiente no implica que éste vaya a ser utilizado en
satisfacer las necesidades básicas. El consumo depende fuertemente tanto de cuestiones culturales
y de la idiosincrasia de las persona como de los precios relativos y la disponibilidad de dichos bienes
y servicios.
Este enfoque considera que el hambre es, claramente, el aspecto más contundente de la pobreza
(sobre todo en los países en vías de desarrollo).
1º. En primer lugar, es difícil definir con precisión los requerimientos nutricionales y marcar una
línea en alguna parte. El establecimiento de unos requerimientos nutricionales mínimos no deja de
ser una medida arbitraria que presenta fuertes variaciones entre grupos y regiones.
2º. Aún siendo posible formular la dieta de mínimo coste que cumpla con los requerimientos
nutricionales mínimos, no hay que olvidar que los destinatarios de esa dieta son personas, y que las
personas comen alimentos, no nutrientes. La línea de pobreza debería ser fijada en función de unos
requerimientos alimenticios mínimos, en el que los alimentos seleccionados, además de contener el
total de los requerimientos nutricionales básicos, respondiesen, en la mayor medida de lo posible, a
los hábitos de consumo de la población en cuestión. Obviamente, esto complica mucho los cálculos.
3º. Puede darse la situación (sobre todo cuando se trata de países muy pobres) de que el consumo
de toda la población considerada esté por debajo de ese mínimo nutricional teórico, lo que invalida
la línea de pobreza como herramienta discriminatoria entre pobre y no pobre.
4º. Este enfoque tiene en cuenta únicamente la satisfacción de las necesidades mínimas
nutricionales de las personas. Al ignorar si el resto de las necesidades están cubiertas o no, la idea
de pobreza queda incompleta.
Según Sen (1981), una transferencia de ingresos de una persona en lo alto de la lista hacia una de
ingresos medios, disminuye ceteris paribus la desigualdad, pero apenas afecta a la percepción de la
pobreza. Por otro lado, un descenso generalizado de ingresos mantiene la desigualdad pero
conduce a un claro aumento del hambre, la desnutrición y las privaciones. Obviamente la pobreza
aumenta.
Para Sen, desigualdad y pobreza están asociadas en el sentido de que un sistema de distribución de
la riqueza diferente puede remediar la pobreza incluso sin que se produzca un incremento de las
capacidades productivas del país.
Es importante remarcar, que el estudio de la desigualdad puede hacerse a cualquier nivel y que ésta
puede ser de cualquier naturaleza. Por ejemplo, se puede estudiar la desigualdad en la distribución
de la renta, en la alimentación, en la atención sanitaria, en la educación, etc. a nivel país, entre
hombres y mujeres o en el seno de la propia familia.
La pobreza relativa, tiene en cuenta la capacidad adquisitiva de un salario, en función del país,
ciudad, lugar y circunstancias en las que se encuentre. Este tipo de pobreza impide a los afectados
participar en la comunidad a la que pertenecen al mismo nivel que el resto.
Según Sen, ambos conceptos (condición y sentimiento) están muy ligados entre sí, ya que los
objetos materiales se evalúan en gran medida en función de cómo son percibidos o deseados por la
gente, y responden a la necesidad de compartir las costumbres, actividades y dietas que conforman
el estilo de vida de la sociedad.
4. Medición de la pobreza
La metodología considerada en este estudio para medir la pobreza es la desarrollada por Amartya
Sen a principios de los años 807.
Según Sen, la medida de la pobreza debe dividirse en dos operaciones distintas: La primera,
prioritaria, consiste en la IDENTIFICACIÓN del pobre; la segunda consiste en la AGREGACIÓN de las
características de su pobreza dentro de una medida global.
Esta canasta de necesidades básicas está formada tanto por artículos (casa, escuelas, camas de
hospital...) como por características de otros artículos (calorías, proteínas, etc. en lugar de alimentos
concretos8)
Una vez definida la canasta de necesidades básicas para una población, existen dos métodos para
identificar al pobre:
1. MÉTODO INDIRECTO: primero calcula el ingreso mínimo necesario para cubrir las
necesidades básicas y después identifica a aquellos cuyos ingresos sean inferiores a ese
coste o línea de pobreza.
2. MÉTODO DIRECTO: contabiliza el número de gente cuyo consumo actual deja alguna de
las necesidades básicas insatisfechas.
Este método se basa en el enfoque biológico, pero observa si se “consumen” todas las
necesidades básicas y no sólo las nutricionales.
Parece más apropiado como forma de medida ya que no se fija en si el consumidor tiene
dinero para cubrir sus necesidades, sino en si en su consumo actual esas necesidades
están siendo cubiertas.
Sen insiste en la idea de que el método directo y el método indirecto no son dos formas alternativas
de medir la misma cosa, sino que presentan dos concepciones alternativas de la pobreza en
términos absolutos.
7 Esta metodología aparece explicada y razonada en su libro “Poverty and Famines: An essay on
Entitlement and Deprivation” publicado por Oxford University Press Inc., New York 1981.
8 La planificación nutricional debe adaptarse lo más posible a los hábitos alimentarios de la
población y a los precios. Un informe explícito sobre esta cuestión serviría para completar el ejercicio
de identificación.
Universidad Politécnica de Madrid. CFAME 19
AUTOR: Ana Casero Cañas
TUTOR: Ignacio Trueba
La Pobreza y la Seguridad Alimentaria
Sostenible en Burundi ESTUDIO POBREZA
En cualquiera de los dos métodos, la línea de pobreza establece una frontera para distinguir entre
hogares pobres y no pobres9.
Un hogar podrá ser definido como pobre si el ingreso por capita (método indirecto) o el consumo real
(método directo) no satisface la canasta básica de bienes y servicios determinada por convenio.
Igualmente, un hogar podrá ser definido como pobre extremo o absoluto si ese ingreso o consumo
no es capaz de satisfacer ni tan siquiera las necesidades nutricionales básicas de dicha canasta.
1. EN FUNCIÓN DEL NIVEL DE RENTA (método indirecto): se considera que viven en condiciones
de pobreza relativa, aquellas personas cuyo nivel de ingresos o renta per capita sea igual o inferior a
un tercio del GDP del país;
2. EN FUNCIÓN DEL GASTO O CONSUMO DE LOS HOGARES (método directo): se considera que
viven en condiciones de pobreza relativa aquellas personas cuyo gasto o consumo sea inferior a un
tercio del total del gasto anual per capita
El estudio de la desigualdad existente dentro del grupo de población considerado (por ejemplo, a
través del índice de GINI) o a nivel hogar (estudiando la desigualdad en el reparto de los bienes y
servicios entre hombres y mujeres, adultos y niños, niños y niñas, etc.), puede ser un buen
complemento al estudio de la pobreza.
una escala de equivalencia de necesidades para transformar a los componentes de una familia en
un cierto número de “adultos equivalentes”, en un intento de equiparar las necesidades de niños y
adultos que son, en realidad, muy distintas. Como alternativa, la familia también puede ser
convertida en “hogares equivalentes”. Para más detalle consultar Sen A. Poverty and Famines: An
essay on Entitlement and Deprivation” publicado por Oxford University Press Inc., New York 1981.
5. Indicadores de pobreza
Los indicadores son un tipo de información estadística que proporciona una evaluación global de la
situación de los países en distintas áreas del desarrollo humano.
Para medir la pobreza monetaria se utilizan principalmente el consumo y gasto doméstico. Para
cuantificar la falta de oportunidades, el escaso acceso a la educación y al conocimiento, a los
cuidados médicos o al agua potable, se utilizan otro tipo de indicadores, los indicadores sociales.
Este tipo de indicadores pueden ser la esperanza de vida al nacer, el porcentaje de alumnos
matriculados en los distintos niveles de la enseñanza, el número de camas o de personal sanitario
por habitante, el % personas con acceso al agua potable, etc.