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Fecha : 12 de Septiembre de 2000

Nro. de Dictamen : 000000


Partes : SERVICIO OFICIAL DE RADIODIFUSION
Emisor : ERNESTO ALBERTO MARCER

Ref. Normativas :

Ley 24.946 Art.66

Decreto Nacional 102/99

Decreto Nacional 411/80 Art.1

Decreto Nacional 625/00

Ley 19.549 Art.3

Texto

De la lectura de los Decretos nros. 102/99 y 625/00, no puede


inferirse que la Oficina Anticorrupción cuente con facultades
suficientes para promover acciones ante la justicia civil o para
constituirse como actor civil en aquellas causas en que es tenida
como parte querellante, haciendo en este caso un apartamiento del
régimen general de representación del Estado en juicio instaurado
por el artículo 66 de la Ley Nº 24.946, máxime teniendo en cuenta
que de la Ley de Ministerios no surge ni en forma expresa ni en
forma implícita dicha posibilidad, a diferencia, en cambio, de lo
que ocurre para que la Oficina se constituya en parte querellante.
Ella tampoco encuentra sustento en el Reglamento Interno de la
Dirección de Investigaciones de la Oficina Anticorrupción, aprobado
como Anexo I de la Resolución Nº 749/2000. En tal sentido, del
artículo 16, inciso e) de ese Reglamento no surge que la Dirección
de Investigaciones deba iniciar ni proseguir el juicio civil, sino
tan sólo disponer su inicio, el cual deberá ser llevado a cabo por
los órganos con competencia para ello.
En cuanto a las facultades específicas de la Oficina Anticorrupción,
de la normativa vigente, se desprende que esa Oficina puede
presentarse en juicio como querellante y que, ni la presentación de
denuncias ni la decisión de constituirse en parte querellante están
sujetas al régimen de autorizaciones contemplado por el artículo 1º
del Decreto Nº 411/80. Justamente, de una interpretación integradora
y armónica de las normas, surge que nos encontramos ante un "régimen
especial", en los términos del artículo 66 de la Ley Nº 24.946, que
permite considerar a la Oficina Anticorrupción con facultades
suficientes para presentarse en juicio como parte querellante. Dicha
interpretación sólo puede darse, exclusivamente, en los casos en que
sea una ley la que así lo disponga.
La competencia de los órganos administrativos será la que resulte,
según los casos, de la Constitución Nacional, de las leyes y de los
reglamentos dictados en su consecuencia, tal cual lo establece el
artículo 3 de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos. De
tal forma, la normativa vigente establece con absoluta claridad de
donde debe surgir la competencia de los órganos administrativos: la
Constitución Nacional, las leyes y los reglamentos dictados en su
consecuencia.
El principio general en materia de representación del Estado en
juicio consiste en que ella le corresponde a los servicios jurídicos
de los respectivos Ministerios, Secretarías y entidades
descentralizadas, salvo que se configuren algunas de las situaciones
contempladas en los párrafos segundo, tercero y cuarto del artículo
66 de la Ley Nº 24.946 o que por ley se autorice un régimen especial
de representación.
A los efectos de determinar cuál es el órgano competente para
iniciar en sede judicial las acciones civiles tendientes a obtener
el resarcimiento de los perjuicios ocasionados al Estado Nacional
como consecuencia de un ilícito de acción pública que se habría
verificado en el curso del proceso de privatización de la Empresa
Nacional de Telecomunicaciones, debe tenerse en cuenta lo dispuesto
en la Resolución M.E. Nº 218/2000. en virtud de la cual corresponde
remitir las actuaciones a la Subsecretaría de Coordinación del
Ministerio de Economía a efectos de que proceda a iniciar las
acciones judiciales pertinentes, previa evaluación del mérito,
oportunidad y conveniencia que pudiera existir para ello.

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