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5-16
Armando Savignano
Universidad de Trieste
Trieste, Italy
Abstract
This paper deals with Xavier Zubiri’s philosophy of religion in light of his theory of reli-
gation and of the theologal dimension of man. In this context Zubiri’s anthropological and
metaphysical conceptions are emphasized, in light of his intellectual evolution. Zubiri’s
approach is original with respect to the debate over the role of philosophical theology.
Resumen
El ensayo trata de la filosofía de la religión de Xavier Zubiri a la luz de la teoría de la
religación y de la dimensión teologal del hombre. En este contexto se subrayan las concep-
ciones antropológicas y metafísicas de Zubiri a la luz de su evolución intelectual. La acti-
tud de Zubiri es original en consideración del debate sobre el papel de la teología filosófica.
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6 Armando Savignano
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el ámbito de la deidad abierto por la reli- una interrogación no sobre el “qué”, sino
gación. El hombre no puede sentirse más sobre el “quien” sea esta causa: es Dios
que religado o, bien, desligado. Por tanto, porque inteligente, queriendo, libre y pura
el hombre es radicalmente religado. Su donación por amor: otros tantos caracte-
sentirse desligado es ya estar religado.”14 res que marcan un riguroso teísmo. Por
Con el descubrimiento de la deidad es- eso “ni la simple deidad, ni la realidad
tamos sólo al primero estadio de una mar- divina son, sin más, Dios. Sólo tenemos a
cha real hacia Dios, bien si los otros mo- Dios habiendo entendido la deidad como
mentos -la realidad divina y Dios- se fun- carácter de la realidad divina, y la reali-
dan necesariamente el uno en lo otro a dad divina como carácter de la personali-
partir del vinculo religante. Zubiri mues- dad libre de Dios. Cada uno de estos tres
tra perspicaz conciencia que, para la posi- pasos necesita ser intelectivamente dado
ción del problema de Dios, es imposible en toda su complejidad y precisión.”16
aducir sólo evidencias empíricas, deduc- Hasta ahora el problema de Dios se
ciones lógicas o razonamientos, porque analizó, quod nos y, por decirlo así, a parte
este problema implica una radical revolu- objecti, por lo que parece indispensable
ción de los ordinarios esquemas concep- una análisis a parte subjecti. Desde esta
tuales, para aclarar adecuadamente y sen- perspectiva, el problema de Dios se pre-
satamente el horizonte y espacio de inteli- senta como “dimensión teologal del hom-
gibilidad de aquel problema, que no es uno bre” . En efecto, la realidad de la religación
de los tantos, sino aquel radical para el implica un camino real hacia el fundamen-
hombre. Por eso la marcha, bien implican- to intrínseco del poder de lo real, cualquie-
do la integral persona humana -no una ra sea su forma de realización libremente
facultad suya- tiene que ser de índole ri- elegida por cada hombre. Por la razón de
gurosamente intelectual, por tanto no de que el acceso al fundamento es libre y,
tipo sentimental, psicológico, ético, empí- pues, en formas diferentes, pero en suma
rico, sociológico. de manera intelectiva, estas formas tienen
En la profundización de esta “justifica- que ser justificadas intelectivamente.
ción intelectual”, en un otro importante Pues, este encuentro se verifica en todo el
ensayo escrito al final de los años ’60, “In- ámbito del poder de lo real, porque las
troducción al problema de Dios,” el filósofo cosas (reales) sin ser Dios (panteísmo) ni
español investiga sistemáticamente a la su emanación, todavía son reales sólo en
estructura de la marcha hacia Dios subra- Dios: o sea, son Dios ad extra en fuerza
yando como la especulación no es la vía del acto libre de creación ex nihilo. Dios,
primaria de acceso a Dios; para confirmar en efecto, nos transcendente a las cosas,
eso hay que referirse a la religacón, a la sino en la cosas. En este apoderarse suce-
que no se llega “por un razonamiento, en de la comprensión intelectual de Dios.
el sentido de demostración ‘ilativa’, sino Apoderándose del poder de lo real en la
que es una análisis discursiva, pero no es forma libremente elegida, el hombre cum-
una ‘demostración’. Su término es simple ple la experiencia fundamental que Dios es
‘mostración’.”15 La abertura a la deidad - transcendente en las cosas y que la perso-
añade- se presenta a la persona humana na humana es en cualquier manera Dios:
como “enigma”;por eso la situación enig- es Dios humanamente, es decir es for-
mática empuja inexorablemente el hombre malmente y constitutivamente experiencia
a proceder más allá en el aclaración. Este de Dios. Bien siendo, claramente, abismal
segundo paso, “ya estrictamente demos- la diferencias entre el hombre y Dios, la
trativo”, lleva a la realidad divina, que es persona humana, en la experiencia fun-
causa (formal) transcendente y absoluta damental, incluye este hasta conformarse
distinta rigurosamente del mundo. Toda- a el. Esta forma de apoderamiento del ab-
vía, el descubrimiento de la realidad divina soluto por parte del hombre (relativamente
como causa, permite otro paso, que pone absoluto), más que ser una intelección
dible analizar el tema del acceso del hom- dinámica, o sea a una tensión teologal.
bre a Dios. Este ‘acceso’ es diferente de la Esta unidad dinámica constituye la esen-
accesibilidad que, a parte Dei, atañe todas cia metafísica de la unidad teologal entre
las cosas, en las que Dios está presente el hombre y Dios.28
por transcendencia interpersonal, lo que A la luz de este planteamiento, se pue-
no sólo excluye todo antropomorfismo, de decir que la religación -cuya esencia es
sino está a fundamento de toda perspecti- precisamente la tensión teologal- el cami-
va auténticamente diálogica. Las formas no intelectivo y la experiencia de Dios re-
ostensivas de esta relación interpersonal presentan la dimensión teologal del hom-
no se notifican tan a la vista, sino a lo oído bre. Así encuentran solución las sospe-
y, sobre todo, a lo tacto: si, en efecto, las chas y unas alusiones sobre las relaciones
cosas ‘remitan’ a Dios, más que dejarse entre antropología y teología, con especial
ver, la realidad absolutamente absoluta se referencia a presuntas consonancias con
hace sentir y se manifiesta como presencia las del planteamiento llamado “vuelta an-
en tanteo. Pero la accesibilidad de Dios tropológica”, también por la circunstancia
llega a la cumbre en la verdad real, que es de que el ensayo sobre el problema teolo-
donación de realidad y de verdad para mi gal del hombre (1975) se insertó el libro
realización personal. dedicado a K. Rahner. En realidad, hasta
El acceso de Dios, a parte hominis, con- de aquella época Zubiri mantenía firme la
figura, por la accesibilidad de Dios, ya un diferencia entre investigación teológica -
acceso incoativo en la forma de pre- que es esencialmente geocéntrica—y la
tensión, lo que constituye la esencia teolo- dimensión teologal, porque esa ultima sólo
gal de la religación. Desde el punto de vis- es fundamento del saber teológico y no el
ta formal, el acceso del hombre es entre- mismo saber teológico; además, bien sien-
garse y confiarse a Él no de una manera do una dimensión humana, es verdadera-
pasiva, sino activamente como respuesta mente aquella dimensión según la cual el
al dono de Dios. Confiarse a Dios produce hombre se encuentra “fundado en el po-
en el hombre respeto y devoción, súplica y der de lo real .Por tanto, el hombre es
asilo, hasta la realización de una condi- humano justamente siendo algo formal-
ción de comunión, en fin de autentica mente fundado en la realidad. Lo cual es
causalidad interpersonal, que está a fun- todo lo contrario de la antropología: es una
damento de la dimensión teologal del inmersión del hombre en la realidad en
hombre. La fe, que es confiarse del hom- cuanto tal.”29 La antropología, en efecto,
bre a Dios, es credere in Deum, porque cobra su pleno sentido en el ámbito de la
envuelve dinámicamente la integral perso- metafísica de lo real, porque, bien siendo
na humana. La relación entre el hombre y suya la persona humana, está últimamen-
Dios no es abstracta, sino concreta, real y te en la realidad.
vital, así que el hombre es formalmente
experiencia de Dios, porque se funda en IV. Filosofía de la religión
Él, de una manera que, cuando realiza su
ser, hace experiencia de la realitas funda- Las muchas maneras y dimensiones
mentalis. Las maneras de esta experiencia de esta experiencia humana de Dios a
atañen la voluntad de fundamentalidad y nivel individual, social e histórico consti-
el factum de la libertad, por el que el hom- tuyen la historia de las religiones.30 La
bre está libre no sólo “de” y “por”, sino “en” religión, en efecto, es la plasmación de la
Dios. La unidad de esta experiencia impli- relegación, porque en final siempre asume
ca una rigurosa causalidad interpersonal, los caracteres de una visión de Dios, del
como funcionalidad de lo real.27 Eso per- hombre y del mundo.31 Entre las religio-
mite de defender la distinción (no la sepa- nes históricas, Zubiri muestra que el cris-
ración) entre el hombre y Dios por la que tianismo es la verdad formal y radical de
somos delante a una implicación personal todas las religiones, porque es la suprema
Notas
hombre,” 1975, en El hombre y Dios, Madrid: 29 X. Zubiri, El problema teologal del hombre,
Alianza Editorial/Sociedad de Estudios y op. cit, p. 382.
Publicaciones, 1984, pp. 369-383. 30 Vease Xavier Zubiri, El problema filosófico de
18 Zubiri, El hombre y Dios, op. cit., p. 134. la historia de las religiones, Madrid, Alianza
Editorial/Fundación Xavier Zubiri, 1993.
19 Ibid., pp. 127-130.
31 No es este el lugar para analizar la original
20 Ibid., p. 159. perspectiva sobre la filosofia de la religión de
21 Ibid., p. 161. X. Zubiri, “Note sur la philosophie de la reli-
gion,” en Bulletin de l’Institut Catolique de
22 Ibid., p. 162. Paris (1937), pp. 334-341. Sobre este tema,
23 Ibid., p. 163. vease A. Savignano, “In memoriam. Xavier
Zubiri. Una filosofia della religione,” en Rivis-
24 Sobre el tema del ateísmo, véase A. Savigna-
ta di filosofia neo-scolastica, LXXVI (1984),
no, “X. Zubiri e il realismo dell’attualità,” en
págs. 409-426. Id., “La recepción en Italia de
Panorama della filosofia spagnola del Nove-
la filosofía de la religión de X. Zubiri,” en Ba-
cento, Marietti, Milano-Genova 2005,
lance y perspectivas de la filosofía de Xavier
pp.204-239.
Zubiri, Granada 2004, pp.791-801.
25 Zubiri, El hombre y Dios, op.,cit., p. 174. 32 X. Zubiri, El problema teologal del hombre,
26 Ibid., p. 177. op. cit., p. 38. Vease ,Xavier Zubiri, El pro-
27 Ibid., p. 350. blema teologal del hombre: cristianismo, Ma-
drid: Alianza Editorial/Fundación Xavier
28 Ibid., p. 355. Zubiri 1997.