Вы находитесь на странице: 1из 12

The Xavier Zubiri Review, Vol. 8, 2006, pp.

5-16

La dimensión teologal del hombre en Xavier Zubiri

Armando Savignano
Universidad de Trieste
Trieste, Italy

Abstract
This paper deals with Xavier Zubiri’s philosophy of religion in light of his theory of reli-
gation and of the theologal dimension of man. In this context Zubiri’s anthropological and
metaphysical conceptions are emphasized, in light of his intellectual evolution. Zubiri’s
approach is original with respect to the debate over the role of philosophical theology.

Resumen
El ensayo trata de la filosofía de la religión de Xavier Zubiri a la luz de la teoría de la
religación y de la dimensión teologal del hombre. En este contexto se subrayan las concep-
ciones antropológicas y metafísicas de Zubiri a la luz de su evolución intelectual. La acti-
tud de Zubiri es original en consideración del debate sobre el papel de la teología filosófica.

I. Actualidad o inactualidad de la teolo- sobre el Ser supremo, que Hegel ya decla-


gía filosófica raba como caput mortuum”. De eso es una
contraprueba el despertamiento de interés
Después de las criticas de Kant a la teolo- para la teología filosófica sea en el mundo
gía filosófica (o racional) parecería que el anglosajón con la así llamada “filosofía
estatuto de esta tenía que considerarse analítica”; sea en pensadores que tratan el
definitivamente fallecido. En realidad tema de la existencia de Dios en diálogo
Kant, con las clásicas distinciones entre con la tradición clasico-escolastica y la
teología trascendental (distinguida, a su filosofía moderna;2 sea, por fin, en una
vez, en teología del mundo y teología del tendencia que quiere hablar de Dios, por
ser) y teología natural (distinguida en teo- decirlo así, “más allá de Heidegger,” más
logía física y moral)—ambas rigurosamen- allá del ser y de la ontología.
te distinguidas con relación a la teología En la filosofía analítica resultan impor-
revelada—llegó a concluir que la demos- tantes—más que la existencia o la non
tración de la existencia objetiva del Ser existencia de Dios—las cuestiones de ade-
supremo permanece para el uso simple- cuación y los criterios de validez relativos
mente especulativo de la razón una fun- a las fórmulas sobre Dios. Como subraya
ción negativa de grandísima ventaja para J. L. Mackie3 el “verdadero milagro del
rectificar y purificar el conocimiento del teísmo” es el nuevo interés por la teología
Ser supremo de cada instancia antropo- racional que tuvo que superar las criticas
morfa. Nietzsche llegaba hasta las extre- del empirismo y del neo-positivismo ante
mas consecuencias decretando, práctica- de ser de nuevo tomada en serio. Hoy,
mente, con el fin de la metafísica, la mis- más que la problemática nietzschiana so-
ma “muerte de Dios.” bre la “muerte de Dios,” es decisiva la
Pero, como subraya J. Greisch,1 sin cuestión: ¿la creencia teísta es verdadera o
duda es una “particular conformación de falsa? Aunque Mackie cree en el ateísmo
esta materia que ante todo se perseguía: (sosteniendo la respetabilidad intelectual
en sustancia el discurso onto-teológico sea contra el neo-positivismo sea contra el

5
6 Armando Savignano
____________________________________________________________________________________________________

fideísmo), su planteamiento no es todavía ta”, porque se refiere a una entidad sobre -


sin sentido porque ejemplifica aquel nuevo empírica y trascendente toda experiencia.
acercamiento a la teología filosófica que, Kenny cree que esta posición desvía, por-
en sintonía con otros filósofos analíticos que se discurre sobre el sentido o no-
ingleses, procura de separarla de la “reli- sentido de una proposición tomada en si
gión natural”. En un importante excursus misma, mientras que el sentido depende
histórico, Mackie estudia con cuidado sea de aquello de las expresiones de que está
las pruebas clásicas sea las versiones con- formada. Por eso Kenny cree que sea im-
temporáneas de las mismas, subrayando portante una investigación sobre los atri-
la claridad y hondura de las anteriores en butos divinos que ofrecen la posibilidad de
relación con el “carácter ambiguo y a la expresar un lenguaje religioso eficaz. Con-
oscilación entre posiciones incompatibles dición mínima—y preliminar a la existen-
entre si de las contemporáneas, el que ha cia o no-existencia de Dios—para que Dios
permitido a algún nuevo teólogo de encon- tiene sentido es la coherencia de los atri-
trar amparo contra la critica”; sea la con- butos.
dena de la teología racional por parte de En oposición al acercamiento de la filo-
Kant, el esfuerzo del que consistió en la sofía analítica está tomando cuerpo una
transferencia de la problemática de las tendencia que, después de las criticas a la
pruebas hacia la misma experiencia reli- onto-teología y el verdete de Heidegger,
giosa; este verdete kantiano se ha acepta- quiere hablar de Dios más allá del ser.
do, pero sin buscar una justificación ra- Está de opinión diferente W. Kasper,5 que
cional del teísmo. En última análisis, reconsidera el papel de la onto-teología
Mackie afirma la tesis de la incoherencia porque piensa que la teología presupone
lógica del teísmo, estimado irracional, que “la cuestión metafísica del ser y tiene
todavía se puede hacer coherente sólo a aquella en auge.” En la primera parte de
condición de sacrificar un aspecto básico esta obra, se afronta el tema de la teología
de su visión del mundo: la noción del libre natural en el ámbito de la tesis central que
albedrío. quiere mostrar como la respuesta a la
Este planteamiento es, por decirlo así, cuestión moderna de Dios y al reto del
idealmente integrado por A. Kenny,4 que ateísmo contemporáneo se funda sobre la
trata la problemática clásica de los atribu- confesión trinitaria cristiana, la que repre-
tos divinos, entre los que pone de relieve senta la “verdadera gramática de cada
la omnisciencia, la omnipotencia y la bon- discurso teológico.” Kasper subraya tres
dad, sea porque parecen trascender las acercamientos al problema de Dios: el
diferentes confesiones religiosas, sea por- primero, clásico-tradicional, que ya piensa
que participan en manera más o menos a Dios como “respuesta a la cuestión del
directa en la diferencia entre Dios y las hombre,” y por eso empieza a tomar con-
criaturas.. Pues, por Kenny, la teología ciencia del carácter trascendental del pro-
natural se constituye a partir de una doble blema de Dios; el segundo, actual, que
disociación; de una parte, aquella que Dios es inseparable de la secularización;
atañe a los conceptos de religión natural y por fin, el acercamiento teológico, que lleva
teología natural; de la otra, la que atañe a de nuevo este problema en el ámbito del
la ‘critica teológica’ y la ‘critica filosófica’ “misterio,” lo que equivale a comprender
de esta materia. En otros términos, el in- como el “misterio de Dios” sea una res-
terlocutor principal de la teología filosófica puesta al “misterio del hombre”. Por la
no es ni la conciencia religiosa, ni la teolo- teología natural es imprescindible el tema
gía revelada, sino propiamente el filósofo, del ateísmo, en comparaciones del que
que es ante todo comprometido en recha- resultan, quizá, insuficientes sea la pers-
zar el reto formulado por Carnap con su pectiva dialógica (Vaticano II), sea la mo-
criterio empirista de significación, por el dalidad “dialéctica” de la teología protes-
que fallece de sentido cada discurso “teís- tante. Ocurre, pues, un nuevo plantea-

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


La dimensión teologal del hombre en Xavier Zubiri 7
_____________________________________________________________________________________________________

miento de la misma teología natural, la porqué la alternativa entre el “ser y la


que debería ser también una teología fun- nada no es la última”.8 Ocurre pues ir
damental, porque tendría el fin de argu- más allá cuidándose, pero, de evitar la
mentar sobre los presupuestos de una alternativa entre un Dios cerrado al inter-
comprensión de Dios y de demostrar la ior de la “expresión del ser”, un Dios en-
“racionalidad interior a la fecundada en sí carcelado por la onto-teología; y un Dios
misma”. En este contexto, Kasper señala que excluyera cada concepto, por tanto
el carácter histórico de los diferentes mo- imposible y sin sentido para el hombre.
delos de teología natural, por el que a la Para evitar este dilema, Lévinas recurre a
época actual pertenece la tarea de poner la noción de “significación (signifiance) el
de acuerdo la fides ex auditu y el carácter contenido del que es el uno por el otro de
moderno de experiencia, lo que presume la responsabilidad ética, por la que se po-
un serio examen y una asimilación de la ne de relieve que el amor es posible solo
original concepción de Rahner, que se por la idea de Infinito”.
funda en el concepto de “experiencia También admitiendo la exigencia de ir
transcendental.” Tema importante para la más allá del ser, la perspectiva de Marion
teología natural así entendida es la rela- se diversifica de la de Lévinas. Concluyen-
ción entre Dios y el lenguaje humano. Su do la investigación desarrollada en la obra
original concepción de la ontología, conce- L’idole et la distance,9 Marion supera, en
bida como “interpretación del cumplimien- efecto, la hipoteca onto-teológica obser-
to de la libertad” y de su representante vando que la fe puede pasarse sin el ser.10
lingüístico -la metáfora- hace de guía a las La teología filosófica se desarrolla a partir
interpretaciones de las pruebas clásicas de un tema central, que se podría exprimir
sobre la existencia de Dios y parece fugar según la formula de Schelling: la libertad
las dudas sobre el problema del lenguaje. de Dios frente a su “existencia” misma.
Como decíamos entre los representan- Pues, la argumentación central que recu-
tes del rumbo que quiere argumentar “más rre toda la investigación tiende a definir la
allá del ser”, un papel original pertenece a instancia por la que realizar esta “libera-
E. Levinas el que en la conclusión a la ción”. Por eso, es fundamental mostrar,
prefación de la obra Autremen qu’etre ou por una fenomenología del ídolo contra-
au delà de l’essence afirma: “entender a puesto a la icón, que el ser es un “ídolo”
Dios no corrompido por el ser es una posi- conceptual. Refiriéndose a Heidegger, en
bilidad humana no menos importante y no efecto, Marion afirma que el “ídolo concep-
menos insegura de la de sacar el ser del tual tiene un sitio, la metafísica; una fun-
oblio en el que sería caído en la metafísica ción, la teología en la onto-teología; y una
y en la onto-teología”.6 Esta investigación definición, causa sui”. Pero el ser, liberado
sobre Dios “más allá de la esencia” está de la metafísica, como dice Heidegger, no
profundizada en la importante Introduc- constituyera, tal vez, el último obstáculo
ción a la obra Du Dieu qui vient à l’idée, para superar los ídolos y percibir el verda-
donde se pregunta sobre la “posibilidad de dero Dios. Como “más allá de la idolatría
entender al término Dios como un térmi- que es propia de la metafísica, trabaja otra
no que tiene sentido”, también si esta idolatría que es del mismo pensamiento
“investigación fenomenológica está llevada del ser en cuanto tal”, es imprescindible “ir
independientemente del problema de la más allá” del mismo Heidegger para conti-
existencia o no existencia de Dios”, para nuar, de una manera aún más radical de
buscar, no con el método de la “teología Derrida y Lévinas, los que han buscado de
negativa”, de identificar a Dios antes de “rehusar la diferencia ontológica por otra
concluir por su existencia por la “vía fe- diferencia”. Esta radicalización de los es-
nomenológica.” 7 En el ensayo importante, quemas conceptuales es posible si se po-
Dieu et le philosophe Lévinas rehusa la nen en acto dos instancias antitéticas que,
perspectiva de la ontología existencial, de una manera positiva o negativa, son

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


8 Armando Savignano
____________________________________________________________________________________________________

“indiferentes a la diferencia ontológica”: blema de Dios,” el filósofo español habla


soberbia y caridad. del tema de Dios–no de la demostración de
A la luz de esta breve análisis de las su existencia–para analizar, partiendo de
distintas tendencias de la teología filosófi- la teoría de la religación, reflexivamente, el
ca de hoy, parece muy importante la con- esquema conceptual y el contexto de in-
tribución de Zubiri que, aun moviéndose terpretación adecuado en que aquel pro-
en un ámbito histórico-cultural y con pre- blema pueda ser inteligible para el hombre
supuestos filosóficos distintos de la mo- moderno que, diversamente del hombre de
derna filosofía analítica, todavía pone de la edad media, ha puesto en discusión
relieve con fuerza el papel central de la precisamente la misma posibilidad de un
“justificación intelectual” (lógica) del pro- “espacio abierto” a la trascendencia, no
blema de Dios, por la inteligibilidad del concebida de una manera abstracta o teó-
que ocurre una radical reforma del método rica, sino como realidad. Zubiri muestra
filosófico que, vaya más allá de cada abs- un sutil conocimiento de la cuestión radi-
tracción para situarse en y con la realidad, cal de la inteligibilidad de Dios como pre-
que, en una análisis rigurosamente meta- liminar a cada consideración demostrativa
física, parece la noción originaria, anterior, de su existencia, por lo menos para el
por lo tanto, sea a la “esencia” de Husserl, mundo contemporáneo. Por eso recurre,
sea al ser de Heidegger. Desde este punto para mostrar este espacio de inteligibilidad
de vista Zubiri convendría con aquella por el hombre del problema de Dios, a la
tendencia de pensamiento que quiere ir indudable realidad de la religación.
“más allá del ser” para descubrir, pero por A la simple análisis sobresale que el
un nuevo concepto de experiencia, no algo hombre es una realidad que tiene que rea-
de indefinido, sino la realidad, a la que la lizarse, está in fieri; aunque sea “absolu-
persona humana, en virtud de la inteli- to” en oposición a cada otra realidad, to-
gencia sentiente, es por constitución abier- davía lo es “relativamente”, porque se
ta y en última análisis “religada” hasta forma y configura en relación estructural
culminar en una dimensión teologal. con y en la realidad, a la que está estruc-
turalmente abierto. Cada realidad, en efec-
II. La persona humana, estructuralmen- to, es simultáneamente tal realidad (tali-
te religada dad) y real simpliciter (formalidad). No es la
Zubiri ha trazado una metafísica de la talidad (contenido), sino la formalidad que
realidad mundana, asiñando un papel está formalmente abierta como realidad,
central a la persona humana. Esta aptitud que es respectiva. Por eso, apertura, res-
personalista no comporta ningún antro- pectividad, suidad, son aspectos trans-
pocentrismo, porque todo el itinerario filo- cendentales de lo real como tal (formali-
sófico zubiriano respeta la rigurosa distin- dad).
ción de los ámbitos reales, y es abierta a la El mundo no es simple factum, sino es-
dimensión transcendente, religiosa y teís- tructura ontológica formal del ser huma-
tica, porque la persona humana está en su no. El hombre existe como persona que se
estructura religada, en cuanto no es que realiza en la vida. Él recibe la existencia
“el hombre tenga religión, sino que es reli- como algo impuesto: está vinculado a la
gión”. Para acertar en su totalidad y sin vida. Por eso se empuja a vivir en y con las
malentender esta impostación resultan cosas, las que le ofrecen estímulos y posi-
necesarios los presupuestos epistemológi- bilidades para realizarse. Más que lanzado
cos, antropológicos y metafísicos, en rela- en la existencia, el hombre se encuentra
ción con la particular visión de la filosofía situado en las cosas para realizarse por
de la religión, como ámbito estructural y medio de la complejidad del vivir. El hom-
metodológicamente adecuado para la sig- bre tiene necesidad de las cosas, pero no
nificación del problema de Dios. está sujeto a ellas para su vida, porque se
En el celebre ensayo, “En torno al pro- apoya y funda sobre algo de lo que provie-

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


La dimensión teologal del hombre en Xavier Zubiri 9
_____________________________________________________________________________________________________

ne a él la vida. Este fundamento es lo que do de algo de constitutivo, no consecutivo.


nos hace ser. Eso subraya la inconsisten- Queriendo traducir e interpretar esta fe-
cia ontológica radical del hombre; no solo cunda -pero sólo esbozada- intuición esco-
es nada sin las cosas y sin hacer algo con lástica, Zubiri subraya como no es la na-
ellas, sino por sí no tiene fuerza para turaleza como mecanismo de facultad,
obrar, para realizarse. Esta fuerza no se funciones y propiedad, sino la persona o,
identifica con nosotros mismos, bien si si se quiere, la naturaleza personal a ser
sentimos ella como nuestra. Por eso, el religada.
hombre descubre que además de las co- Más que de religión natural, entonces,
sas, hay algo que las hace existir realmen- sería más conveniente hablar de religión
te. personal, la que no se funda en un senti-
La relación estructural entre el hombre miento, en la ética o en la praxis, sino es
y su inmersión en lo real se configura co- una “dimensión formal del ser humano.
mo poder de lo real. En el apoderamiento Religión , en cuanto tal no es ni un simple
inexorable de este poder de lo real por la sentimiento, ni un nudo conocimiento, ni
persona humana se configura la situación un acto de obediencia, ni un incremento
ontológica de “religación”. El fundamento, para la acción, sino actualización del ser
en efecto, no es idéntico a la causa, ni es religado del hombre. En la religión no
algo abstracto, sino “raíz y apoyo” que sentimos previamente una ayuda para
tiene y sustenta en el ser. La “religación” obrar, sino un fundamento para ser.”12
es vínculo metafísico que no impide, toda- La religación descubre la raíz del fun-
vía, la libertad estructural del hombre, damento de la existencia, porque pone de
porque no existe libertad auténtica sin relieve que hay lo que vincula: la deidad.
fundamento. Pues, la libertad humana - “La deidad se nos muestra como simple
que no tiene que confundirse con la de correlato de la religación; en la religación
ejercicio y la de liberación- sería la máxi- estamos ‘fundados’ y la deidad es ‘lo fun-
ma impotencia y desesperación sin la dante’ en cuanto tal. Inclusive el intento
constitutiva “religación”. El hombre religa- de negar toda realidad a lo fundante (ate-
do es, en efecto, el hombre libre a la ísmo) es metafísicamente imposible sin el
máxima potencia. Siendo estructuralmen- ámbito de la deidad: el ateísmo es una
te libre, el hombre tiene la posibilidad de posición negativa ante la deidad.”13
elegir la forma en y con la que realizarse Si el hombre es religado y en la marcha
de una manera consciente y responsable, intelectual - que no significa más que jus-
porque la “religación” ataña todas las co- tificación intelectual- descubre la deidad,
sas, aunque solo en la persona humana se toma importancia particular la posibilidad
actualiza formalmente. del ateísmo, que no atañe sólo el aspecto
“La religación–religatum esse, religio, re- practico, sino rigurosamente teórico. Pues,
ligión en sentido primario–es una dimen- el ateísmo, imposible sin la religación
sión formalmente constitutiva de la exis- abierta a la deidad, consiste en cubrir,
tencia. Por tanto, la religación o religión ocultar a la divinidad. Porque el hombre es
no es algo que simplemente se tiene o no constitutivamente libre puede vivir como
se tiene. El hombre no tiene religión, sino “soltado” reputándose autosuficiente para
que, velis nolis, consiste en religación o su propia realidad y relativa realización.
religión. Por esto puede tener, o incluso En la opción atea, la persona se funda en
no tener, una religión, religiones positi- si misma; practicando la soberbia, más
vas.”11 bien sustituyéndose a Dios, actúa el “en-
En este sentido ya los escolásticos diosamiento de la vida”. Pero la soberbia
hablaban de una religio naturalis, no como de la vida está a la base de cada pecado,
argumentación racional, sino como incli- sea personal, sea original (como muestra
nación natural, como dimensión formal de el cristianismo), sea histórico. En suma,
la persona humana, por tanto, en el senti- por Zubiri, el ateísmo “ sólo es posible en

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


10 Armando Savignano
____________________________________________________________________________________________________

el ámbito de la deidad abierto por la reli- una interrogación no sobre el “qué”, sino
gación. El hombre no puede sentirse más sobre el “quien” sea esta causa: es Dios
que religado o, bien, desligado. Por tanto, porque inteligente, queriendo, libre y pura
el hombre es radicalmente religado. Su donación por amor: otros tantos caracte-
sentirse desligado es ya estar religado.”14 res que marcan un riguroso teísmo. Por
Con el descubrimiento de la deidad es- eso “ni la simple deidad, ni la realidad
tamos sólo al primero estadio de una mar- divina son, sin más, Dios. Sólo tenemos a
cha real hacia Dios, bien si los otros mo- Dios habiendo entendido la deidad como
mentos -la realidad divina y Dios- se fun- carácter de la realidad divina, y la reali-
dan necesariamente el uno en lo otro a dad divina como carácter de la personali-
partir del vinculo religante. Zubiri mues- dad libre de Dios. Cada uno de estos tres
tra perspicaz conciencia que, para la posi- pasos necesita ser intelectivamente dado
ción del problema de Dios, es imposible en toda su complejidad y precisión.”16
aducir sólo evidencias empíricas, deduc- Hasta ahora el problema de Dios se
ciones lógicas o razonamientos, porque analizó, quod nos y, por decirlo así, a parte
este problema implica una radical revolu- objecti, por lo que parece indispensable
ción de los ordinarios esquemas concep- una análisis a parte subjecti. Desde esta
tuales, para aclarar adecuadamente y sen- perspectiva, el problema de Dios se pre-
satamente el horizonte y espacio de inteli- senta como “dimensión teologal del hom-
gibilidad de aquel problema, que no es uno bre” . En efecto, la realidad de la religación
de los tantos, sino aquel radical para el implica un camino real hacia el fundamen-
hombre. Por eso la marcha, bien implican- to intrínseco del poder de lo real, cualquie-
do la integral persona humana -no una ra sea su forma de realización libremente
facultad suya- tiene que ser de índole ri- elegida por cada hombre. Por la razón de
gurosamente intelectual, por tanto no de que el acceso al fundamento es libre y,
tipo sentimental, psicológico, ético, empí- pues, en formas diferentes, pero en suma
rico, sociológico. de manera intelectiva, estas formas tienen
En la profundización de esta “justifica- que ser justificadas intelectivamente.
ción intelectual”, en un otro importante Pues, este encuentro se verifica en todo el
ensayo escrito al final de los años ’60, “In- ámbito del poder de lo real, porque las
troducción al problema de Dios,” el filósofo cosas (reales) sin ser Dios (panteísmo) ni
español investiga sistemáticamente a la su emanación, todavía son reales sólo en
estructura de la marcha hacia Dios subra- Dios: o sea, son Dios ad extra en fuerza
yando como la especulación no es la vía del acto libre de creación ex nihilo. Dios,
primaria de acceso a Dios; para confirmar en efecto, nos transcendente a las cosas,
eso hay que referirse a la religacón, a la sino en la cosas. En este apoderarse suce-
que no se llega “por un razonamiento, en de la comprensión intelectual de Dios.
el sentido de demostración ‘ilativa’, sino Apoderándose del poder de lo real en la
que es una análisis discursiva, pero no es forma libremente elegida, el hombre cum-
una ‘demostración’. Su término es simple ple la experiencia fundamental que Dios es
‘mostración’.”15 La abertura a la deidad - transcendente en las cosas y que la perso-
añade- se presenta a la persona humana na humana es en cualquier manera Dios:
como “enigma”;por eso la situación enig- es Dios humanamente, es decir es for-
mática empuja inexorablemente el hombre malmente y constitutivamente experiencia
a proceder más allá en el aclaración. Este de Dios. Bien siendo, claramente, abismal
segundo paso, “ya estrictamente demos- la diferencias entre el hombre y Dios, la
trativo”, lleva a la realidad divina, que es persona humana, en la experiencia fun-
causa (formal) transcendente y absoluta damental, incluye este hasta conformarse
distinta rigurosamente del mundo. Toda- a el. Esta forma de apoderamiento del ab-
vía, el descubrimiento de la realidad divina soluto por parte del hombre (relativamente
como causa, permite otro paso, que pone absoluto), más que ser una intelección

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


La dimensión teologal del hombre en Xavier Zubiri 11
_____________________________________________________________________________________________________

verdadera, es una realización experimental mete ya las condiciones de la solución del


de la realidad humana propia en Dios. Re- problema de la verdad”. Esta dificultad,
ligación, camino intelectivo, experiencia no bien considerando que el filosofo español
son tres momentos sucesivos, sino cada se mueve dentro de una perspectiva lejana
uno de ellos se funda en el anterior y de la actual filosofía analítica en cuanto en
constituyen, por tanto, una unidad in- fin es un “metafísico” riguroso abierto al
trínseca y formal, en que consiste, al final, teísmo, es todavía fecunda si se considera
la estructura de la dimensión teologal del que, quizá la circularidad subentendida a
hombre. La realización de ella en el hom- la argumentación zubiriana no es una
bre es la experiencia teologal.17 carencia sino una positiva característica
interna a la cuestión.
III. Relación entre antropología y En El hombre y Dios, que es un tratado
teología original de filosofía de la religión, el pen-
Estas perspectivas originales necesita- sador español diferencia con rigor la “justi-
ban de profundizaciones y precisiones ficación” de la realidad de Dios de las
para eliminar incertidumbres y equívocos pruebas de su existencia–ella es la exten-
sobre las relaciones entre antropología y sión del poder de lo real y de su funda-
teología, sobre el tema decisivo del ateís- mento. Las pruebas, en cambio, quieren
mo, sobre la aclaración de la misma mar- dar forma rigurosa al proceso intelectivo,
cha real hacia Dios: otras tantas cuestio- que no se funda en ideas, sino en un
nes que el libro póstumo, El hombre y Dios hecho real, la voluntad de fundamentali-
(1984) contribuye a aclarecer si no a disol- dad; y además afronta el problema del
ver. “acceso” del hombre a Dios, para señar la
Estos presupuestos han provocado distancia de toda aptitud pragmática y
problemas e incertidumbres. Ante todo la también “realista”, sea en sentido ingenuo
función epistemológica parece resolverse sea critico.
en la individuación de los criterios de ade- En oposición a toda reducción antropo-
cuación y de inteligibilidad del problema lógica, a toda apelación al papel superior
de Dios; es prueba de eso el papel de la de la voluntad o del dinamismo intelectual
“religación” que, de alguna manera, hace , el problema de Dios no atañe un más allá
increíble la falsedad del teísmo prefigu- o nada fuera del mundo, sino toca el fun-
rando una solución positiva de ello. Eso damento ultimo, possibilitante y impelente
parece configurar una aporía que está por de las cosas y de la persona humana “en
debajo del experimento zubiriano, también la” realidad. Dios, en efecto, constituye la
si común a la mayor parte de la filosofía de solución al enigma del fundamento del
la religión actual. Esta aporía podría ser poder de lo real por la “explanación inte-
así formulada: por un lado el problema de lectiva de la marcha efectiva de la religa-
Dios no se puede poner inteligiblemente ción,”18 como sobresale también de las
fuera de un adecuado contexto interpreta- pruebas clásicas y modernas de la exis-
tivo: por otro lado, los criterios internos de tencia de Dios.
adecuación parecen tales de hacer eviden- Pues, Zubiri juzga insuficientes sea el
te la solución del problema o de impedir acercamiento antropológico que cosmoló-
lógicamente a las cuestiones de validez sin gico, porque si este no llega a un Dios pos-
más de manifestarse. Esta aporía se hace sibilitante y impelente, aquello no llega a
más acuda, pero no menos fecunda, si se Dios como ultimitad de lo real. Sólo la vía
examina la estructura de la marcha real de la religación puede coger a Dios real-
hacia Dios la análisis de la que no mues- mente, porque implica la vía antropológica
tra sólo “los criterios de inteligibilidad del y cosmológica por eminencia, ya que la
problema de Dios, sino predetermina la indudable religación es la “estructura res-
solución de ello, o mejor, indicando los pectiva de lo real” y, por tanto, es algo de
criterios de inteligibilidad de la cuestión eminentemente humano y cósmico al

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


12 Armando Savignano
____________________________________________________________________________________________________

mismo tempo.19 De aquí la original apti- to), lo es de su plenitud (y no de su indi-


tud zubiriana que quiere demostrar como gencia) y lo es en forma de tensón dinámi-
Dios sea ultima realidad, possibilitante y ca(y no de yuxtaposición).”23
impelente, y, sobre todo, absolutamente Pero no todo el mundo reconoce esta
absoluta. Dios, con referencia a mi vida no función de Dios -que, a diferencia del
es, además, realidad objeto, sino realidad- hombre, no es persona porque vive, sino
fundamento. Por eso, “mi ‘relación’ con El es viviente porque es persona - como en la
no es una ‘consideración’ teorética sino opción atea.24 No es que el hombre en
una ‘intimación’ votal. Sólo el fundamento esta situación no tolere de no ser Dios,
es término de religación. La distinción pero es que surge en el una radical defi-
entre realidad-objeto y realidad- ciencia de tensión, es decir, casi una “fati-
fundamento es absolutamente esencial. ga de lo absoluto”, una “fatiga teologal”,
Dios es, pues, fundamento y sólo por serlo por el que se libra del tomar continuamen-
puede en algún momento convertirse en te posición, con relativa reducción de Dios
objeto para mí. Por ser fundamento, su a mero objeto entre tantos y, por tanto,
presencia en mí es en cierto modo dinámi- indiferente al hombre.
ca; es el dinamismo religante.”20 Dios no Frente a las cosas reales Dios es reali-
es el ‘totalmente otro’ (K.Barth), ni es pri- tas fundamentalis autodonante; lejos de
mariamente auxilio para la acción, sino ser desde una perspectiva animista uno
que es fundamento para ser como autor, espirito subyacente a las cosas, o de confi-
actor a agente; en suma Él es fundamento gurarse como causa eficiente, Dios es cau-
de mi libertad, del proyecto de mi vida y de sa formal intrínseca a las cosas; eso no
la ejecución de mis actos. anula toda distinción, sino niega sólo cada
Todo eso no anula la radical diferencia separación física y metafísica: es la trans-
entre el hombre y Dios, porqué estamos cendencia de Dios en la realidad.25 Abis-
frente a una tensión teologal, por la que, marse en las cosas equivale, por lo tanto,
como “el hombre no es Dios, es Dios quien transcender a ellas desde el interior para
está haciendo que no sea Dios y que esto ser “en” Dios o, al contrario, ir a Dios quie-
‘no-ser-Dios’ sea un modo de ser ‘en re decir penetrar más en las mismas co-
Dios’.Y, en rigor metafísico, esta estructu- sas. De aquí la critica a los opuestos ex-
ra no es una delimitación, sino por el con- tremos del panteísmo -frente al que tiene
trario, una implicación especial: una ten- que subrayarse que Dios hace posible sólo
sión constituyente, una tensión que yo que las cosas sean realidades diferentes de
llamaría tensón teologal.”21 El hombre Él, o sea las funda dando a ellas alteridad-
tiene algo de divino, en el sentido precisa- y de las diferentes formas de agnosticismo,
mente que inclina a la realidad absoluta- frente a las que tiene que afirmarse que
mente absoluta, eso no implica una limi- Dios no está lejano, externo y extraño a las
tación de su libertad, más bien eleva aque- cosas, sino incluye a ellas formalmente.
lla a la máxima potencia y eficacia. Dios, Esta presencia de Dios en las cosas y en el
en efecto, no es de este lado “mera natura mundo hace posible que el sea Realitas
me naturas, sino realistas me reificanas. fontanalis, el correlativo de la que es la
Porque hacer mi Yo es constituir mi reali- tensión teologal. ‘’En el caso especial del
dad en la figura de mi ser, esto es, hacer hombre, es lo que constituye lo que he
que mi realidad sea realitas in essendo. llamado tensón teologal; la mera fontana-
Esto hacer que yo sea mi Yo, que yo sea lidad en todo lo real, es el homólogo de lo
mi ser relativamente absoluto, es esencial que es la tensión teologal del hombre. La
a la función de Dios. Dios es formalmente trascendencia de la realidad de Dios es
quoad nos, la realidad absolutamente ab- una trascendencia fondanal.’’26
soluta que ‘hace ser’ relativamente absolu- Para borrar todas dudas y incertidum-
to.”22 En fin, la estructura funcional de bres sobre las insinuaciones de aptitud
Dios en la vida es”: fundamento (y no obje- subjetivista, Zubiri observa que es inelu-

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


La dimensión teologal del hombre en Xavier Zubiri 13
_____________________________________________________________________________________________________

dible analizar el tema del acceso del hom- dinámica, o sea a una tensión teologal.
bre a Dios. Este ‘acceso’ es diferente de la Esta unidad dinámica constituye la esen-
accesibilidad que, a parte Dei, atañe todas cia metafísica de la unidad teologal entre
las cosas, en las que Dios está presente el hombre y Dios.28
por transcendencia interpersonal, lo que A la luz de este planteamiento, se pue-
no sólo excluye todo antropomorfismo, de decir que la religación -cuya esencia es
sino está a fundamento de toda perspecti- precisamente la tensión teologal- el cami-
va auténticamente diálogica. Las formas no intelectivo y la experiencia de Dios re-
ostensivas de esta relación interpersonal presentan la dimensión teologal del hom-
no se notifican tan a la vista, sino a lo oído bre. Así encuentran solución las sospe-
y, sobre todo, a lo tacto: si, en efecto, las chas y unas alusiones sobre las relaciones
cosas ‘remitan’ a Dios, más que dejarse entre antropología y teología, con especial
ver, la realidad absolutamente absoluta se referencia a presuntas consonancias con
hace sentir y se manifiesta como presencia las del planteamiento llamado “vuelta an-
en tanteo. Pero la accesibilidad de Dios tropológica”, también por la circunstancia
llega a la cumbre en la verdad real, que es de que el ensayo sobre el problema teolo-
donación de realidad y de verdad para mi gal del hombre (1975) se insertó el libro
realización personal. dedicado a K. Rahner. En realidad, hasta
El acceso de Dios, a parte hominis, con- de aquella época Zubiri mantenía firme la
figura, por la accesibilidad de Dios, ya un diferencia entre investigación teológica -
acceso incoativo en la forma de pre- que es esencialmente geocéntrica—y la
tensión, lo que constituye la esencia teolo- dimensión teologal, porque esa ultima sólo
gal de la religación. Desde el punto de vis- es fundamento del saber teológico y no el
ta formal, el acceso del hombre es entre- mismo saber teológico; además, bien sien-
garse y confiarse a Él no de una manera do una dimensión humana, es verdadera-
pasiva, sino activamente como respuesta mente aquella dimensión según la cual el
al dono de Dios. Confiarse a Dios produce hombre se encuentra “fundado en el po-
en el hombre respeto y devoción, súplica y der de lo real .Por tanto, el hombre es
asilo, hasta la realización de una condi- humano justamente siendo algo formal-
ción de comunión, en fin de autentica mente fundado en la realidad. Lo cual es
causalidad interpersonal, que está a fun- todo lo contrario de la antropología: es una
damento de la dimensión teologal del inmersión del hombre en la realidad en
hombre. La fe, que es confiarse del hom- cuanto tal.”29 La antropología, en efecto,
bre a Dios, es credere in Deum, porque cobra su pleno sentido en el ámbito de la
envuelve dinámicamente la integral perso- metafísica de lo real, porque, bien siendo
na humana. La relación entre el hombre y suya la persona humana, está últimamen-
Dios no es abstracta, sino concreta, real y te en la realidad.
vital, así que el hombre es formalmente
experiencia de Dios, porque se funda en IV. Filosofía de la religión
Él, de una manera que, cuando realiza su
ser, hace experiencia de la realitas funda- Las muchas maneras y dimensiones
mentalis. Las maneras de esta experiencia de esta experiencia humana de Dios a
atañen la voluntad de fundamentalidad y nivel individual, social e histórico consti-
el factum de la libertad, por el que el hom- tuyen la historia de las religiones.30 La
bre está libre no sólo “de” y “por”, sino “en” religión, en efecto, es la plasmación de la
Dios. La unidad de esta experiencia impli- relegación, porque en final siempre asume
ca una rigurosa causalidad interpersonal, los caracteres de una visión de Dios, del
como funcionalidad de lo real.27 Eso per- hombre y del mundo.31 Entre las religio-
mite de defender la distinción (no la sepa- nes históricas, Zubiri muestra que el cris-
ración) entre el hombre y Dios por la que tianismo es la verdad formal y radical de
somos delante a una implicación personal todas las religiones, porque es la suprema

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


14 Armando Savignano
____________________________________________________________________________________________________

experiencia teologal, en cuanto que no a otras formas de saber y de experiencia,


existe forma más elevada de ser humana- en la conciencia profunda de la origen
mente Dios que la deiformidad. “El cristia- misteriosa y transcendente de la religión
nismo no es sólo religión verdadera en si misma -por lo menos de las formas mono-
misma, sino que es la verdad ‘radical’, teístas- y del papel del cristianismo. A
pero además ‘formal’ de todas las religio- empezar de la dimensión teologal del
nes. Es, a mi modo de ver, la trascenden- hombre y en el contexto de la distinción
cia no sólo histórica, sino teologal del cris- entre “teología” y “teologal” el filosofo es-
tianismo.”32 pañol sugiere también la función de la
La filosofía de la religión no atañe una teología fundamental, que no tendría que
investigación psicológica, historico- configurarse más como una investigación
sociológica de la experiencia religiosa; ni sobre los preambula fidei o como estudio
se pone sólo a nivel intelectual o de emo- introductivo a la teología sagrada, sino
ción; pero, bien no descuidando estos as- atañerá precisamente el espacio de inteli-
pectos subjetivos-objetivos, argumenta ex gibilidad y la significación del problema de
professo acerca del constitutivo ontológico Dios para el hombre. De esta manera, la
(también si Zubiri después se expresó en teología filosófica constituirá un momento
otros términos) de la misma religión. La central de la teología fundamental, la que
filosofía de la religión es distinta de la apo- es en orgánica conexión con la filosofía de
logética, del estudio comparativo de los la religión por la constitutiva realidad de la
fenómenos religiosos, perqué se limita a “religación”.
considerar la religión “desde el punto de Para coger con profundidad este
vista del ser” para enuclear las categorías hecho indudable - no una teoría, como el
de aquella particular y irreducible forma filosofo español subraya continuamente -
de vida. La función de la filosofía de la es importante considerar: 1) la experiencia
religión así entendida es el análisis de las de la crisis espiritual del hombre moderno
religiones como forma del ser humano en y contemporáneo en conexión con la falta
relación al Ser supremo en la dimensión de metodología de querer comprender fe-
personal, social e histórica, para plantear nómenos meta-objetivos con categorías y
el tema importante de la verdad de la reli- esquemas objetivos, lo que implica inevi-
gión en el sentido de determinar las condi- tablemente un estilo de pensar paradójico;
ciones por las que una religión es vera 2) la consiguiente necesidad de una nueva
religio. conversión de nuestra manera de pensar y
Zubiri establece un intimo nexo entre de nuestra actitud hacia lo real. Eso em-
teología filosófica y filosofía de la religión, pujó a Zubiri a sugerir (en un celebre en-
porque se mueve a nivel dinamico- sayo de 1942, “Nuestra situación intelec-
estructural a la búsqueda de categorías tual”) una solución a la actual crisis, dan-
del fenómeno religioso que encuentra en la do a la inteligencia una función diferente
realidad indudable de la relegación. El de las propuestas por el maestro Ortega.3)
camino real hacia Dios es ininteligible sin La instalación del hombre en la realidad,
presuposiciones de tipo antropológico- al que está abierto, y de su configuración
metafísico y de criterios epistemológicos y como ser personal, libre, responsable,
hermenéuticos. también si relativamente absoluto. 4) En
La originalidad de la contribución zu- fin, la experiencia de la actitud humana
biriana a la filosofía de la religión consiste radical que es la relegación al poder de lo
en poner en luz el elemento estructural- real.
categorial, también si no rehúsa las con- El problema de Dios atañe una revo-
tribuciones de la historia de las religiones, lución de los ordinarios esquemas concep-
de las ciencias humanas y de las misma tuales no sólo a nivel antropológico-
teología para aclarecer la peculiar consti- epistemológico, sino sobre todo metafísico,
tución de aquella forma de vida irreducible para buscar de comprender que Dios no es

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


La dimensión teologal del hombre en Xavier Zubiri 15
_____________________________________________________________________________________________________

un ser entre tantos, la manera de existen- El hombre no necesita llegar a Dios


cia del que es parecida a la de los entes. con alguna órgano particular, ni por el
No hay que extender el concepto de ser sentimiento - pena el deslizamiento en
para colocar a Dios, que sería de esta ma- aptitudes psicológicas y subjetivas-; ni por
nera la otra parte de un puente con la el mero conocimiento - porque eso llevará
existencia humana y mundana. Es pues a la abstracción y al intelectualismo,
un grave problema comprender significati- mientras Dios se descubre en la persona
vamente el predicado de la existencia humana integral, también si su justifica-
cuando se refiere a Dios, también si ción será de tipo intelectual -; ni por la
igualmente hay que afirmar con fuerza que acción o la praxis- en cuanto Dios no es
Dios tiene ciertamente una relación con lo sólo un incremento para la acción sino
que existe, por el hecho de que las cosas sobre todo fundamento para ser y realizar-
que tenemos las creó Él ex nihilo. Esta se. En fin, so se trata de practicar un mé-
realidad se puede exprimir con cierta pa- todo de la inminencia (Blondel) o de la
radoja no solo lingüístico sino en la direc- trascendencia para llegar a Dios, porque
ción de una superación de la ontología cuanto hay de Dios en el hombre (y en el
afirmando que el ser supone el haber, o en mundo) sólo es religación, en la que esta-
los términos de la metafísica de lo real : mos abiertos a Él (deidad) por lo que po-
como el ser se funda el la realidad (verda- demos hablar propiamente de “dimensión
dero transcendental) así Dios es realidad teologal” del hombre.
subsistente, por lo tanto su entidad se A la luz de la constitutiva religación
configura, quoad nos, como realidad fun- de la existencia en general y de la humana
damental. Con eso Zubiri no sugiere un en particular, descubierta por la filosofía
indeterminada actitud “mística”, sino de la religión, es claro que el problema
quiere sólo subrayar que tal vez, para la teológico, fundamento de lo teologal, es
inteligibilidad de Dios, hay que hablar de ineludible si es verdad que cuanto existe
una super-analogía, en cuanto su realidad nos se dió. Lo que existe, en efecto, lo te-
es radicalmente diferente frente a la rela- nemos en don libre y gratuito por lo que es
ción de los entes al interior de una analo- esencial a la religión una teología.
gía extra-divina.

Notas

1 Vease la reseña de J.Greisch en Revue de


8 E. Levinas, “Dieu et le philosophe,” en Du
sciences philosophiques et Théologiques, Dieu qui vient a l’idée, op. cit.
1983, pp. 443-453 9 Marion, L’idole et la distance, Paris 1977.
2 Cfr. O. Muck, Philosophische Gotteslehre, 10 Cfr. Marion, Dieu sans l’etre, Paris 1982.
Dusseldorf 1983; B. Weissmahr, Philosophis- 11 X. Zubiri, “En torno al problema de Dios,”
che Gotteslehre, Stuttgart 1983; U. 1935, en Naturaleza, historia, Dios, Madrid
Neunschwander, Gott in neuzeitlichen Den- 1942, 1963, 5 ed., Madrid: Editora Nacional,
ken, 2 vols., Gütersloh 1977. pp. 361-399, en part. p.373.
3 J.L. Mackie, The Miracle of Theism, Oxford 12 Ibid., p. 374.
1982. 13 Ibid., p. 375.
4 A. Kenny, The God of the Philosophers, Oxford
1979.
14 Ibid., p. 393.
15 Xavier Zubiri, “Introducción al problema de
5 W. Kasper, Der Gott Jesu Christi, Mainz 1982.
Dios,” en Naturaleza, Historia, Dios, op. cit.,
6 E. Levinas, Autremen qu’etre ou au delà de p. 357.
l’essence, Paris 1978. 16 Ibid., p. 360.
7 E. Levinas, Du dieu qui vient à l’idée, Paris 17 Xavier Zubiri, “El problema teologal del
1982.

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006


16 Armando Savignano
____________________________________________________________________________________________________

hombre,” 1975, en El hombre y Dios, Madrid: 29 X. Zubiri, El problema teologal del hombre,
Alianza Editorial/Sociedad de Estudios y op. cit, p. 382.
Publicaciones, 1984, pp. 369-383. 30 Vease Xavier Zubiri, El problema filosófico de
18 Zubiri, El hombre y Dios, op. cit., p. 134. la historia de las religiones, Madrid, Alianza
Editorial/Fundación Xavier Zubiri, 1993.
19 Ibid., pp. 127-130.
31 No es este el lugar para analizar la original
20 Ibid., p. 159. perspectiva sobre la filosofia de la religión de
21 Ibid., p. 161. X. Zubiri, “Note sur la philosophie de la reli-
gion,” en Bulletin de l’Institut Catolique de
22 Ibid., p. 162. Paris (1937), pp. 334-341. Sobre este tema,
23 Ibid., p. 163. vease A. Savignano, “In memoriam. Xavier
Zubiri. Una filosofia della religione,” en Rivis-
24 Sobre el tema del ateísmo, véase A. Savigna-
ta di filosofia neo-scolastica, LXXVI (1984),
no, “X. Zubiri e il realismo dell’attualità,” en
págs. 409-426. Id., “La recepción en Italia de
Panorama della filosofia spagnola del Nove-
la filosofía de la religión de X. Zubiri,” en Ba-
cento, Marietti, Milano-Genova 2005,
lance y perspectivas de la filosofía de Xavier
pp.204-239.
Zubiri, Granada 2004, pp.791-801.
25 Zubiri, El hombre y Dios, op.,cit., p. 174. 32 X. Zubiri, El problema teologal del hombre,
26 Ibid., p. 177. op. cit., p. 38. Vease ,Xavier Zubiri, El pro-
27 Ibid., p. 350. blema teologal del hombre: cristianismo, Ma-
drid: Alianza Editorial/Fundación Xavier
28 Ibid., p. 355. Zubiri 1997.

XAVIER ZUBIRI REVIEW 2006

Вам также может понравиться