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Competencias docentes para la Educación Media Superior

Módulo 2. Planeación, evaluación y diseño de propuestas

El aprendizaje colaborativo: una estrategia de aprendizaje para la vida1


Martha Corredor

Se entiende el aprender como un proceso amplio, integral y continuo en el cual los sujetos
desarrollan o adquieren conocimientos, habilidades y actitudes para sobrevivir y responder
creativamente a los cambios en el medio, evolucionar, transformar y progresar. Además, es un
proceso de socialización en el cual los modelos mentales se van estructurando coherentemente
para determinar la manera de pensar, sentir y actuar.

El aprendizaje, aunque es un fenómeno individual, se da en un marco social


de relaciones, interrelaciones y de ayuda que implican un afecto mutuo.
Todo esto hace posible un saber saber que está relacionado con el
conocimiento, la comprensión del mundo y la información; un saber hacer,
que pone en práctica el conocimiento y hace posible la formación integral y
el desarrollo de habilidades y destrezas como comunicarse, argumentar,
reconocer al otro y autoevaluarse críticamente y, por último, el saber ser,
relacionado con la expresión de sentimientos, intereses y valores, con la
capacidad de dar cuenta de los actos, la autonomía entendida como la
relación con la norma, la aceptación del otro con sus creencias, la
personalidad y el compromiso.

En la dimensión del saber vivir se tiene presente que el hombre es un


ser social que vive en relación con otros, y los grupos son las formas de
expresión de los vínculos que se establecen entre las personas para
sobrevivir, crecer y desarrollarse. Las soluciones a la mayoría de los
problemas de la sociedad contemporánea, que son muchos, difícilmente
se logran por acciones individuales y aisladas. Se necesita de la
comunidad de esfuerzos para lograr el desarrollo. En tal sentido, la escuela
debe preocuparse cada vez más por enseñar a los alumnos a relacionarse
y participar (Ferreiro, 2000)

Así, el aprendizaje colaborativo se presenta como una alternativa (en tanto metodología
dinámica, participativa, de construcción social de la personalidad) en el uso compartido del
conocimiento, en el derecho de todos a aprender de todos, en el valor de los sentimientos. El
aprendizaje colaborativo hace posible que la igualdad de derechos se convierta en igualdad de
oportunidades, pues permite descubrir el valor de trabajar juntos, privilegia entre los estudiantes el
respeto, la tolerancia, el pensamiento crítico y creativo, la habilidad de tomar decisiones, la
autonomía y la autorregulación. Por lo tanto, el aprendizaje colaborativo se puede considerar como
un modelo educativo innovador que propone una manera distinta de organizar lo que sucede en el
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Tomado de Martha Corredor , y otros. Aula Virtual: una alternativa en Educación Superior. Bucaramanga: Ediciones UIS. 2003
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aula e implica agrupar a los estudiantes en equipos pequeños y heterogéneos para potenciar el
desarrollo de cada uno de éstos con la colaboración de los demás miembros del equipo.

La aplicación del aprendizaje colaborativo en el aula presenta cierta resistencia entre los estudiantes,
y de manera enfática entre los más aventajados, porque están acostumbrados a involucrarse en una
lucha de ganadores y perdedores en la que quieren ser siempre los mejores, y en los alumnos no
aventajados porque no creen que tengan posibilidades de éxito; ambas situaciones competitivas
desarrollan una interdependencia negativa en el logro de sus propósitos de aprendizaje. Los
estudiantes también prefieren trabajar de manera individual, en sus propios objetivos de
aprendizaje; sus propósitos nada tienen que ver con lo que hagan los demás y, de igual forma, los
propósitos de los demás nada tienen que ver con él; esto es consecuencia lógica de la cultura del
individualismo que suele predominar en el entorno educativo.

Tabla 2. Qué es y qué no es aprendizaje colaborativo


No es aprendizaje colaborativo Sí es aprendizaje
colaborativo
• Elegir un líder en cada equipo Realizar • Aprender que todos somos líderes Hacer
actividades individuales donde resulte que quien reestructuración activa del contenido mediante
termine primero le ayuda a su compañero la participación grupal
Estructura una tarea que no requiere un trabajo
en conjunto Intercambiar información, pero no • Ser responsable del aprendizaje individual y del
estar motivado a enseñar lo que se sabe. aprendizaje de sus compañeros de grupo

• Agrupar estudiantes para realizar un trabajo • Aprender a desarrollar conocimientos


habilidades, actitudes y valores en equipo
• Estructurar actividades de tal forma que los Aprender en comunidad
estudiantes se involucren en una lucha por ver
quién es el mejor (competencia). Trabajar • Construir socialmente el conocimiento
independientemente, cada estudiante, a su
propio ritmo, hasta alcanzar el éxito
(individualismo)

En todos los casos, el docente debe vivenciar primero el proceso de aprendizaje colaborativo para ser
capaz de inducirlo y dirigirlo en sus estudiantes como estrategia de enseñanza y aprendizaje. De
igual forma, la práctica del aprendizaje colaborativo como estrategia en las prácticas pedagógicas
requiere mayor compromiso por parte del docente, quien debe tener la capacidad de generarlo en el
aula a partir de dos premisas: no se trata de un proceso de ejecución mecánica que produce
resultados inmediatos y sólo se madura y se hace realmente eficaz a través de un quehacer
reflexivo, planificado y de perfeccionamiento continuo.

Cinco principios hacen que un grupo colaborativo pueda funcionar de forma eficiente y corroborar
que los esfuerzos colaborativos son más productivos que los competitivos y los individuales.

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Primer principio. Interdependencia positiva

Es el elemento central del aprendizaje colaborativo, incluye las


condiciones de organización y de funcionamiento que deben darse al
interior del equipo. Los integrantes del grupo necesitan tener claro que
sus esfuerzos no sólo los benefician individualmente, sino también a los
demás integrantes. La interdependencia positiva crea un compromiso
con el éxito de otras personas, además del propio. Lo anterior lleva a
cada uno de los participantes del grupo a esforzarse al máximo.

Los participantes en grupos colaborativos obtienen resultados que superan la capacidad individual.
Sin embargo, tienen dos responsabilidades: aprender el material asignado y asegurarse que todos
los miembros del grupo también lo hagan. El estudiante necesita aprender a conocer y valorar la
recíproca dependencia de los integrantes del equipo de trabajo.

El docente promueve la interdependencia positiva al hacer que los estudiantes realicen tareas
comunes y al pedirles cuentas en forma individual y grupal. Si se desea que los estudiantes
disfruten trabajando en grupos colaborativos, es necesario que sientan que sus esfuerzos son
apreciados y que se les respeta como individuos; esto implica que el esfuerzo que hace un
estudiante por aprender y estimular el aprendizaje de los demás es observado, reconocido, valorado
y festejado.
[…]

Segundo principio. Interacción estimuladora, interacción promotora cara a cara

El segundo principio consiste en facilitar el éxito del otro por parte de los
propios integrantes del grupo. Los estudiantes deben realizar juntos una
labor en la que cada uno promueva el éxito del otro, compartiendo los
recursos existentes de una manera eficaz y eficiente, ayudándose tanto
en lo académico como en lo personal, por ejemplo, explicando al otro lo
que sabe y respaldándose en el empeño por aprender.

La participación de todos es importante, no hay lugar


para las personas que necesitan opacar a los demás. Los integrantes
de un grupo que cumplen con este principio no presentan niveles de
ansiedad y tensión, saben que todos se necesitan.

La interacción promotora se caracteriza por brindar al otro ayuda efectiva y eficaz;


intercambiar los recursos necesarios tales como la información y los materiales y
procesar información con mayor eficacia; proporcionar al otro realimentación para
que pueda mejorar el desempeño de sus actividades y responsabilidades; desafiar
las conclusiones del otro y razonar para favorecer una toma de decisiones de mayor
calidad y una mayor comprensión de los problemas; promover el esfuerzo para alcanzar
objetivos comunes; influir en los esfuerzos del otro para alcanzar objetivos grupales;
actuar de maneras confiada y confiable; estar motivado por esforzarse por el beneficio
mutuo y tener un nivel de excitación moderado, caracterizado por un bajo nivel de
ansiedad y estrés (Jhonson y Jhonson: 1999).

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Tercer principio: Habilidades interpersonales y de equipo

Las habilidades sociales son necesarias para el éxito en el trabajo


grupal y se requiere enseñarlas en forma directa, pues no aparecen
mágicamente y aprenderlas no es diferente a aprender a manipular un
voltímetro, aprender las leyes de Newton, aprender métodos
estadísticos; necesitan un proceso de aprendizaje hasta que se
conviertan en conductas automáticas; es mejor si se enseñan desde
muy temprana edad.
En este sentido, el aprendizaje colaborativo es más complejo
que el competitivo o el individualista, porque requiere que se aprendan
prácticas relacionadas con el trabajo en grupo como: Saber cómo ejercer
la dirección, tomar decisiones, crear un clima de confianza,
comunicarse, involucrarse en controversias fructíferas y manejar
conflictos.
La enseñanza de las habilidades interpersonales se puede clasificar de acuerdo al nivel de
conocimiento de las mismas, el docente puede sugerir a los estudiantes una actividad en grupo,
para realizar un diagnóstico del nivel de conocimiento que ellos tienen de las habilidades
interpersonales para tomar decisiones con respecto a su enseñanza. […

Cuarto principio. Responsabilidad individual y grupal.

El trabajo individual es el elemento básico para la construcción del


conocimiento, por lo tanto, no rivaliza con el trabajo en grupo, por el
contrario, aquello que el estudiante realiza en grupo puede y debe dar
cuenta en forma individual. Cada miembro del conjunto debe asumir
íntegramente su tarea y, además, tener los espacios para compartirla con
el grupo y recibir sus contribuciones.
El objetivo del colectivo de aprendizaje colaborativo es fortalecer a cada miembro individual; es decir, los
alumnos aprenden juntos para poder luego desempeñarse mejor como individuos. Necesariamente
cada miembro del grupo asume la responsabilidad y hace responsables a los demás de realizar un
buen trabajo para cumplir los objetivos en común

La responsabilidad individual y grupal existe cuando se evalúa:


El progreso del grupo en cuanto el logro de los objetivos
Los esfuerzos individuales de cada miembro para determinar quiénes necesitan más
ayuda, respaldo y aliento.
Nadie puede aprovecharse del trabajo de otros. Cuando el estudiante se acostumbra a la
responsabilidad individual, las clases normalmente no presentan los problemas de falta de participación
que se da en las clases comunes. Sin embargo, siempre hay estudiantes que por una u otra
circunstancia no realizan su trabajo, entonces el docente debe buscar mecanismos para asegurar la
participación de todos los estudiantes en la tarea; entonces, lo primero por hacer es identificar lo que
está obstaculizando la participación. Se puede usar la evaluación formativa cuando el obstáculo es
académico; si es afectivo, el docente buscará mejorar “el clima del aula.”

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Quinto principio. Procesamiento grupal.
El quinto principio del aprendizaje colaborativo es la evaluación grupal,
que se entiende como la reflexión que ha de realizar el grupo de una
forma continua para identificar qué acciones resultaron útiles, para seguir
realizándolas, y qué acciones no
fueron adecuadas, cuáles no se
realizaron, cuáles se hicieron de
manera incorrecta o no eran las
apropiadas para realizar la tarea. En
cierto modo, es identificar las “alertas”
en un proceso de seguimiento realizado
por cada grupo con el único fin de
mejorar.

Todos los miembros del grupo deben evaluar en qué medida están alcanzando sus metas,
determinar las acciones positivas y negativas de cada uno para tomar decisiones acerca de cuáles
conductas conservar y/o cuáles modificar. El docente debe estructurar algunas actividades en las
que pueda comprobar que el grupo está realizando su procesamiento grupal, por ejemplo: un día sin
previo aviso se les pregunta individualmente que enumeren las actividades que han modificado, las
que han conservado y las nuevas que han propuesto después de una evaluación grupal. Todos los
integrantes deben responder de igual manera si efectivamente han realizado el procesamiento
grupal.

Rol del docente


Desde una visión constructivista, el papel del docente es el de un guía que acompaña, un
mediador (Ferreiro, 2000) que al relacionarse con el estudiante favorece el aprendizaje, estimula el
desarrollo de potencialidades, corrige funciones cognitivas deficientes, propicia el movimiento de un
estado inicial de no saber, no hacer o no ser a otros cualitativamente superiores, de saber, hacer y
ser por lo que se trasciende el aquí y el ahora. Elige entre ser un “sabelotodo” o un guía que
acompaña y que cumple unos roles.
En el aprendizaje colaborativo el docente cumple roles (Johnson, 1999) como los siguientes:

Especificar los objetivos de la actividad, no sólo los objetivos académicos en su significatividad


lógica y psicológica, sino los objetivos que están relacionados con las habilidades sociales. Es
necesario que el estudiante sepa qué y cómo se quiere lograr el aprendizaje.

Tomar decisiones previas a la enseñanza respecto de la formación de los grupos en lo referente


al tamaño, el procedimiento para formarlos y los roles de los estudiantes, la disposición del aula y de
los materiales educativos de acuerdo a la tarea.

Explicar la tarea y la estructura de objetivos en lo que se refiere a la actividad académica, a s í


c o m o los criterios para el éxito y el sentido de cada uno de las componentes del aprendizaje
colaborativo; es decir, explica qué conductas quiere ver en sus estudiantes.

Poner en marcha la actividad colaborativa, teniendo en cuenta la necesidad de proporcionar


espacios en el aula para que los estudiantes trabajen colaborativamente y él, como docente, pueda
hacer observaciones e ir sistematizando información para poder retroalimentar a todos los grupos. La
sistematización se hace desde lo académico con las concepciones de los estudiantes, los
procedimientos en la solución de problemas y todas las estrategias que se realizan para vivenciar los
principios del aprendizaje colaborativo, lo cual se transforma en conocimiento pedagógico del docente,
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acervo que le permite brindar retroalimentación a los mismos grupos y a otros en futuros semestres
académicos.

Controlar la efectividad de los grupos de aprendizaje colaborativo e intervenir cuando es


necesario. Algo que siempre debe hacerse es el seguimiento de la actividad de los grupos de
estudiantes a través de la evaluación formativa; parte del arte de la enseñanza consiste en saber
elegir cuándo intervenir y cuándo no hacerlo. Se interviene para: suministrar o corregir información
que ningún integrante del grupo ha proporcionado, hacer aportes metodológicos y técnicos, alentar
intervenciones que sean argumentativas, identificar argumentos de autoridad como criterios de
verdad para obviarlos, evitar generalizaciones inadecuadas y, por último, el docente interviene para
asegurar la convivencia, el respeto mutuo y la aceptación de las características personales de cada
uno de los integrantes de los equipos de trabajo .

Evaluar los logros de los alumnos. El docente evalúa la cantidad y la calidad de lo


aprendido por los estudiantes, los ayuda a discutir cómo ha resultado la colaboración en el
grupo, qué limitaciones se dieron y de dónde provienen esas limitaciones. Estos aportes pueden
provenir del docente, de los estudiantes y de la institución.

La formación de grupos
Los estudiantes pueden ser agrupados de varias formas, pero el procedimiento menos adecuado es el
de dejar que los estudiantes elijan sus propios grupos, a menos que se trate de un grupo experimentado
en el proceso de aprendizaje colaborativo con habilidades interpersonales ya
formadas y que haya alcanzado el máximo nivel de excelencia.

Los grupos formados por los propios estudiantes suelen ser en forma general
homogéneos; es decir, estudiantes de un mismo nivel de habilidades,
deshabilidades académicas (bueno, regular, malo), muy amigos entre sí, sólo
mujeres, sólo hombres. Los estudiantes reunidos en grupos heterogéneos incluyen
estudiantes de uno y otro sexo, diferente procedencia social y habilidades. Cuando
los niveles de desempeño son muy diferentes, el trabajo en grupos colaborativos
se transforma en una ayuda y no en una debilidad, como suele suceder en la enseñanza tradicional.

En forma general son más efectivos los grupos heterogéneos que los homogéneos, porque realizan
razonamientos más elaborados, dan y reciben explicaciones más frecuentemente y tienen en cuenta
una perspectiva más amplia. Lo anterior hace que un grupo heterogéneo aumente necesariamente su
comprensión, la calidad de su razonamiento y la precisión de aprendizaje a largo plazo.

El docente puede conformar los grupos heterogéneos realizando un diagnóstico para explorar las
potencialidades que tienen los estudiantes en diferentes áreas del desarrollo, como el área cognitiva,
donde puede incluir procedimientos para la solución de problemas, el área afectiva y actitudinal;
también puede clasificar estudiantes por estilo de aprendizaje, al azar, o azar estratificado usando
como indicador el promedio que lleva cada alumno.

No obstante, el docente debe tomar decisiones cuando identifica estudiantes aislados dentro del
grupo, porque son estudiantes en riesgo que necesitan apoyo; es necesario ubicarlos donde
construyan relaciones positivas. Un estudiante sin mucho interés en lo académico suele ocuparse
más de las tareas cuando pertenece a un grupo colaborativo en el que sus compañeros se interesan
por las tareas y por él.

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Número de estudiantes por grupo. No existe un número mágico ideal, depende de la tarea; la
experiencia de la aplicación de aprendizaje colaborativo en el aula nos dice que “entre menor sea el
número de integrantes, mejor”. Cuanto más numeroso es el grupo, se puede afirmar que existen
aspectos positivos y aspectos negativos que se muestran en la tabla siguiente:

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Tabla 3. Aspectos positivos y negativos en los grupos numerosos
Aspectos positivos Aspectos negativos

-Es menor la amistad


-Son mayores los recursos que contribuyen al -Es menor la interacción y cohesión grupal
éxito de la tarea -La participación es no equitativa
-Hay diversidad de puntos de vista -Es menor el apoyo personal
-Se tienen más habilidades disponibles -Son más complejas las interacciones
-Es menor la responsabilidad individual

Cuando los grupos son de menor número de integrantes:

V ’Se refuerza la responsabilidad individual


V ’Es apropiado si el tiempo disponible es poco
V ’Facilita la la solución de conflictos
V ’Todos tienen que aportar
V ’Aumenta la visibilidad de esfuerzos
V ’Facilita identificar dificultades […]

Las contingencias del aprendizaje colaborativo


De acuerdo con la manera en que el docente especifica la tarea, controla la efectividad de los
grupos e interviene, puede fomentar la responsabilidad dispersa; se da entonces “división
disfuncional del trabajo”: Yo pienso..., yo pego el papel..., yo hago una parte y usted la otra..., lo que
sucede cuando algún miembro del grupo hace todo o casi todo el trabajo.

A veces, miembros del grupo con baja autoestima, o que no tienen los requisitos académicos, o
tienen menos habilidades, o se sienten rechazados, o no se atreven a participar para “ no dañar” el
logro de la tarea dejan que otros integrantes completen su tarea; los docentes designamos a esta
forma de actuar “efecto polizón” pues repercute negativamente en el grupo colaborativo ya que hace
que la responsabilidad individual sea cada vez menor o que una persona del grupo adopte toda la
responsabilidad; se presenta entonces la situación de ”el rico se hace más rico”.

Una forma de reducir la dispersión de la responsabilidad individual es recompensar a los grupos


según la suma de los resultados individuales de sus integrantes en actividades realizadas
individualmente. En esta situación, los miembros del grupo comprenden que sería insensato dejar
sólo a un miembro del grupo.

La ganancia de puntos y recompensas grupales incentiva que los estudiantes acepten el desafío de
ser los mejores, de realizar proyectos de creación, lo cual redunda en el incremento de su autoestima.

Referencias
Ferreiro R. y Calderón M. El ABC del aprendizaje cooperativo. Trabajo en equipo para enseñar y
aprender. México: Editorial Trillas, 2000.

Johnson David y Johnson Roger. Aprender juntos y solos. Aprendizaje cooperativo, competitivo e
individualista. Argentina: Editorial Aique. 1999

Johnson David, Johnson Roger y Johson Edythe. Los nuevos círculos del aprendizaje: la cooperación en
el aula y la escuela. Argentina: Editorial Aique. 1999.
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