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Los virofagos, devoradores de virus

Virophage, the virus eater

Los investigadores han identificado un


segundo virofago. Debe mencionarse que
el nombre no significa que un virus
infecte a otro virus, sino que los virofagos
son aprovechadores.

La historia de los virofagos empieza con


el virus gigante llamado mimivirus, que
fue originalmente aislado de una torre de
enfriamiento en el Reino Unido. El
mimivirus, es el virus más largo conocido,
posee una cápside de 750 nanómetros de
diámetro y una doble cadena de DNA que contiene un genoma de 12 millones de pares de bases
de longitud. Si estos datos no son lo bastante impresionantes, entonces debe considerarse que
poco después del descubrimiento de los mimivirus, se descubrió un virus más largo llamado
mamavirus. Estos enormes virus se replican en amebas como Acanthamoeba; donde forman
grandes “fábricas” citoplasmáticas, replicando el DNA y ensamblando nuevos viriones.

Mientras los científicos examinaban la infección del mamavirus en la ameba Acanthamoeba


polyphaga, se descubrió un pequeño virion con forma icosaedra que tenía unos 50 nm de
diámetro, con “fábricas” en el citoplasma de la célula. Ellos llamaron al pequeño virus Sputnik.
Además, descubrieron que este pequeño virus no se replica en la ameba a menos que la célula
también este infectada con el mimivurs o el mamavirus. Sorprendentemente, la infección con el
virión Sputnik reduce el campo de acción del mamavirus, alargando el periodo de vida de las
amebas cuando son infectadas por el mortal virus grande.

El segundo virofago se llama Mavirus (Del virus Maverick- porque el DNA viral es similar al
transposon del DNA epónimo). Mavirus fue identificado en el flagelado marino fagotrópico
Cafeteria roenbergensis cuando este estaba infectado con un virus gigante, el CroV. Al igual
que el Sputnik, el mavirus no puede replicarse en C. roenbergensis sin la presencia del virus
CroV, reduciendo, al igual que el anterior, el campo de acción (partículas virales producidas) del
CroV. La figura muestra un factor viral (VF) en C. roenbergensis rodeado de partículas largas
de CroV (flechas negras) y de partículas pequeñas de Mavirus (flechas blancas).

Existen virus que dependen de otro virus por ejemplo los satellites que son pequeños, con una
cadena simple de moléculas de RNA con una longitud que oscila entre los 500 a 2000
nuclótidos y sólo pueden replicarse con la presencia de un virus helper (ayudador). Los
genomas de los satellite codifican típicamente proteínas estructurales que sirven para encapsular
al genoma, mientras que las funciones de replicación son proveídos por el virus helper. Se han
asociado a la mayoría de los satellite con los virus de las plantas, causando distintos síntomas en
enfermedades que son comparadas con los síntomas que puede causar el virus helper de manera
individual. También algunos bacteriófagos y virus de animales poseen sus satellite; por
ejemplo, el bacteriófago T4 de E. coli es un satellite que necesita al bacteriófago T2 como virus
helper, mientras que la adeno-asosiación de virus tales como los Parvoviridae (virus satellite)
requieren de un adenovirus o herpesvirus como virus helper. Así mismo, el genoma del virus de
la hepatitis delta, el cual tiene una molécula de RNA de 1.7 Kb, requiere la co-infección con el
virus de la heptatis B quien le provee las proteínas necesarias para la formación de la cápside.

La diferencia entre el Sputnik, Mavirus y los virus satellite radica en que los últimos no
interfieren con la replicación de los virus helper. En efecto, Sputnik ha sido calificado como
virofago por los investigadores debido a que su presencia altera la reproducción de otro virus. El
nombre se deriva del bacteriófago - cuya palabra significa “comedor de bacterias” (del griego
phagein, comer). La idea es que un virus afecta la replicación de otro “comiendo” al virus
afectado.

En adición a sus únicos efectos en sus virus helper, los virofagos que aparecen tienen otras
historias que contar. El genoma DNA del Sputnik contienen genes relacionados a los virus que
infectan a los eucariotas, procariotas y archaea. Los virófagos pueden además pueden servir
como puente en la transferencia de genes a otros virus. Las relaciones del Mavirus con los
transposones de DNA es también intrigante. Los transposones de DNA son una clase de “genes
saltarines”, una pieza de DNA que puede moverse dentro y entre los organismos. Ellos son
importantes porque pueden cambiar la composición genética en seres vivientes, influenciando
de este modo en la evolución. Es posible que los transposones de DNA evolucionaran a partir de
un pariente ancestral del Mavirus, el cual pudo brindar a los virofagos un importante y particular
rol en la evolución de las eucariotas.

-Tomado de: Virology Blog. About Viruses and viral Disease


http://www.virology.ws/2011/03/22/virophage-the-virus-eater/

-Traducido al español por: Eduardo Alejandro Hidalgo Nicho

-Basado en el artículo:
Fischer MG, & Suttle CA (2011). A virophage at the Origin of Large DNA Transposons.
Science (New York, N.Y.) PMID: 21385722

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