Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
cl
LOS BIENES
El C.C. en materia de patrimonio sigue la teoría clásica o francesa, para la cual, éste es un atributo de la
personalidad y lo concibe como una universalidad jurídica.
El patrimonio se puede definir como: “una universalidad jurídica compuesta por todos los derechos y
obligaciones apreciables en dinero que tienen por titular a una misma persona”
Características de la definición:
1. Es una universalidad jurídica, es decir, algo distinto de los bienes, derechos y obligaciones que lo
forman, de ahí que sus elementos son intercambiables, y así los bienes pueden enajenarse, las obligaciones
extinguirse, pero siempre el patrimonio será el mismo, pues unos y otros se van reemplazando por nuevos
derechos y obligaciones, según el mecanismo de la subrogación real.
2. El patrimonio solo comprende aquellos derechos y obligaciones de valor pecuniario, es decir, que son
a valuables en dinero.
3. El patrimonio como atributo de la personalidad que es, está ligado a una persona que es su titular.
Este carácter de la universalidad jurídica del patrimonio es el fundamento del derecho de garantía general (mal
llamado de prenda general, que los acreedores tienen sobre los bienes del deudor.
Este responde con ellos a sus obligaciones, pero sin que esto le impida desprenderse de los mismos.)
La garantía general de los acreedores no les confiere derecho a perseguir los bienes del deudor en manos de
terceras personas, ni impedir las enajenaciones que aquel efectúe, salvo en caso de fraude. (Acción pauliana o
revocatoria)
Todo esto es posible porque en virtud del mecanismo de la subrogación real, los nuevos bienes y derechos
adquiridos por el deudor pasan a responder de sus obligaciones. Por tanto, le esta impedido al acreedor que
puede intervenir o pueda inmiscuirse en la administración que el deudor haga de su patrimonio; sin embargo,
cuando el patrimonio de un deudor disminuye considerablemente, la ley le concede al acreedor ciertos
derechos para velar por el cumplimiento exacto, integro y oportuno de su obligación. Estos derechos se llaman
“derechos auxiliares del acreedor”. (Mecanismo para asegurar el pago por parte del deudor)
1.- La primera se presenta cuando, un bien pasa a ocupar el mismo lugar de otro bien de distinta naturaleza.
2.- La segunda, en tanto, tiene lugar, cuando, una persona pasa a ocupar la misma posición jurídicas de otra
persona.
Esta figura de subrogación solo se puede dar en las universidades jurídicas o de derecho, y tiene lugar, por
tanto, en el patrimonio. Esta figura se conoce con el nombre de Fungibilidad de patrimonio.
El máximo representante de la escuela clásica que sustenta estos principios, es Marcel Planiol, y para todos
los integrantes de esta escuela, como el patrimonio es un atributo de la personalidad, todas las personas por el
hecho de ser tales lo tienen, aun cuando no haya bienes, y solo esté constituido por deudas, o aun en el evento
en que no existan ni bienes, ni deudas; hay patrimonio, y este estará constituido por la aptitud para adquirir
tales bienes u obligaciones.
Con todo, es aquí donde las críticas a esta Escuela son mas agudas, pues se dice que en este caso el
patrimonio se confunde con la capacidad, que vendría a ser el verdadero atributo de la personalidad.
De cualquier manera, para nuestro CC., el patrimonio es un atributo de la personalidad, una universalidad
jurídica, en donde se produce el fenómeno de la subrogación real, que permite explicar el derecho de prenda
general.
El libro II del C.C. se inicia con la clasificación de los bienes; y de acuerdo a lo que señala el art. 565 de este
cuerpo legal, los bienes pueden ser:
Corporales
Incorporales
Las cosas incorporales están definidas en el art. 565 inc.3°, y se clasifican a su vez en:
D° reales
D° personales
www.jurislex.cl
Están definidos en el art. 577 del C.C. (memoria) (recordar que no es taxativo, código de agua y minería)
De esta definición se puede concluir, que en los derechos reales, existe una relación directa entre el titular del
derecho real y la cosa sobre que recae.
Algunos autores sostienen que la relación no es directa, porque es imposible que pueda existir una relación
entre una persona y una cosa, toda relación es entre personas, lo que ocurre en el derecho real, es que el
sujeto pasivo de la relación jurídica, es indeterminado y esta representado por toda la comunidad, la cual debe
permitir al titular del derecho, ejercerlo libremente.
El Art. 577 enumera en forma simplemente ejemplar, ciertos derechos reales, pero existen otros consagrados
en otras leyes, por ej. el derecho real de aprovechamiento de las aguas, regulado en el Código de Aguas; o
bien, La concesión minera, que el art. 2° del Código del ramo define como un derecho real.
1.- ABSOLUTOS
2.- NEGATIVOS
3.- PERMANENTES
6.- CLASIFICACION
• GOCE
• GARANTIA
2. Son negativos, en el sentido que todos los terceros deben abstenerse de ejecutar actos que
incomoden al titular del derecho real.
5. En ellos existe una relación directa entre el titular del derecho y la cosa; aunque algunos autores
como Planiol la critican.
de Goce como el :
Dominio
Usufructo
Uso
Habitación
www.jurislex.cl
Servidumbres activas
Nacen de los derechos reales, están destinadas a protegerlos y se ejercen contra cualquier persona que
perturbe el libre ejercicio del derecho real.
De esta definición se puede concluir que existe una relación indirecta, porque para que el acreedor pueda
ejercer su derecho, necesariamente debe vincularse con el deudor.
Las Fuentes de los derechos personales, de acuerdo al art. 578, pueden ser,
El hecho que los derechos personales nazcan de la sola voluntad del hombre, los hace infinitos e ilimitados.
1.- RELATIVOS
2.- TEMPORALES
4.- ILIMITADOS
1. Son relativos, solo se pueden exigir respecto de ciertas y determinadas personas, que se
denominará deudor.
Son relativas, porque solo se pueden ejercer contra ciertas personas que han contraído la obligación correlativa
y que se denomina sujeto pasivo o deudor.
Previamente es menester aclarar que, los derechos como las acciones, reales y personales se pueden
clasificar en :
Bienes muebles
Bienes inmuebles
según lo sea la cosa en que han de ejercerse, o que se debe. Art. 580.
Los derechos y acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según lo sea la cosa en que han de
ejercerse, o que se debe.
Así el derecho de usufructo sobre un inmueble, es inmueble. Así la acción del comprador para que se le
entregue la finca comprada, es inmueble; y la acción del que ha prestado dinero, para que se le pague,es
mueble.
Hipoteca
Servidumbre activa
Habitación
o Prenda.
3.-D Reales se sujetan a las normas generales, pudiendo ser muebles o inmuebles indistintamente,
Dominio
Uso
Usufructo.
• Este criterio de distinción, se mantiene en las obligaciones de dar, es decir, aquellas que tienen
como objeto transferir el dominio de la cosa.
• Asimismo, hay ciertos derechos y acciones que por ser extrapatrimoniales, no pueden
considerares ni muebles, ni inmuebles; son fundamentalmente derechos de familia.
• Por otro lado, hay derechos extrapatrimoniales, como el derecho a alimentos, que es de
naturaleza mueble.
www.jurislex.cl
www.jurislex.cl
Paralelo entre derechos reales y personales.
Siempre forman parte del activo del patrimonio Los derechos personales pueden formar parte del activo o d
pasivo del patrimonio
Art. 2512.
El derecho real admite un uso y goce prolongado El derecho personal se extingue por su ejercicio
DE LA PROPIEDAD
La propiedad o dominio es el derecho real por excelencia, es el derecho mas completo y el que confiere el
máximo de poder que se puede tener sobre una cosa, otorga una soberanía plena, absoluta y perpetua y se
fundamenta en la satisfacción de las necesidades humanas, de carácter económico que tienen los hombres.
La mayoría de los autores consideran como sinónimos el dominio y la propiedad, al igual que nuestro Código,
sin embargo, otros autores hacen una diferencia y señalan que el dominio se aplica cuando el derecho real
recae sobre cosas materiales y la propiedad, sería un concepto más amplio que se aplicaría no tan solo cuando
el derecho real recaiga sobre cosas materiales, sino también inmateriales.
Los autores sostienen que la propiedad o dominio, es el derecho mas dinámico que existe. Planiol y Ripert
señalan que la vida civil reposa esencialmente sobre la riqueza adquirida; agregando el jurista italiano
Ruggiero, que todo el ordenamiento jurídico italiano descansa directa e indirectamente en el reconocimiento del
derecho de propiedad.
En Roma, como sostiene el profesor Jors-kunkel, se discute vivamente hasta que punto el derecho romano
antiguo conoció la propiedad individual. Una teoría muy extendida afirma que el patrimonio mueble (o por lo
menos, ciertas cosas muebles) y la casa y el huerto eran de propiedad privada del pater familis, pero que la
tierra fue propiedad colectiva de la gens.
La existencia de tal régimen de propiedad puede demostrarse con datos seguros en el derecho griego y
germánico, pero que las noticias correspondientes a Roma son tan escasa y tan equívocas, que las
investigaciones no han podido ir mas allá de las meras presunciones.
Sin embargo, a partir de la Ley de las XII Tablas (499 a. C.) la propiedad se muestra individualizada por
completo Y dicha institución pasa en Roma por dos fases comunes a las demás instituciones jurídicas de aquel
pueblo: “la del derecho de ciudad (ius civile) y la del derecho universal (ius gentium)”. En la primera de ellas, la
propiedad era una institución del derecho civil.
El dominio quiritario no podía pertenecer mas que a un propietario romano; no podía recaer mas que sobre una
cosa romana (estando excluidos, por consiguiente, los predios provinciales), no podía ser transmitido o
adquirido sino por un modo romano (como la mancipatio o la usucapio).
Pero al influjo del ius gentium, fue apareciendo, al lado del derecho formal de propiedad, la propiedad de hecho
que el pretor tutelaba (propiedad bonitaria). En la época de Justiniano, el régimen de la propiedad quedó
unificado a base del derecho pretorio, llegándose al concepto moderno de la propiedad.
Durante la Edad Media, y bajo la influencia de las legislaciones bárbaras y sobre todo de la organización
feudal, la propiedad raíz sufre en esta época una honda transformación.
La propiedad tuvo un carácter eminentemente político: los reyes disponían de la tierra como de su propio
patrimonio y la cedían a los señores feudales para premiar los servicios que éstos les prestaban en las guerras.
Tales cesiones dieron lugar a la división posterior del dominio entre el señor feudal y los vasallos.
En efecto, los dueños o señores, ante la imposibilidad de cultivar la tierra por sí mismos, las daba en
concesión, mediante el pago de una renta, a otras personas, los vasallos. Estos a causa de la amplitud y
perpetuidad de sus derechos, fueron considerados como propietarios a su manera. En el hecho, llegaron a
existir, sobre una misma cosa, dos clases de propietarios; la propiedad del señor feudal fue llamado dominio
directo y la del vasallo dominio útil.
En Chile, la Constitución de 1833 se estableció como una garantía constitucional la inviolabilidad del derecho
de propiedad, y el C.C. al definir el dominio, señala que permite gozar y disponer de una cosa arbitrariamente.
www.jurislex.cl
Esto se debe, a que en la época en que se dictó, estaba en auge la teoría del “liberalismo económico”, por ello
se da esta definición tan amplia.
Después de la 1ª Guerra Mundial la concepción del derecho de propiedad tiende a restringirse, aumentando
sus limitaciones, y aparece la teoría de León Duguit, que señala que la propiedad debía cumplir una función
social, surgiendo muchos autores y opiniones destinadas a señalar en que consistiría esta función social. Así
algunos han dicho que consistiría en el reconocimiento que todos los bienes del hombre han sido creados para
satisfacer sus necesidades y la de los demás. La iglesia, por su parte, también tuvo gran participación en todos
estos debates y así los Pontífices León XIII y Pío XI en sus encíclicas “Rerum Novarum” y “Cuadragésimo
anno” siguiendo las reflexiones de Santo Tomas, señalaron que la propiedad debe cumplir dos funciones; una,
individual y otra social. Por su parte, el Papa Juan XXIII en su encíclica “Mater et Magistra”, estableció la idea
que al derecho de propiedad le es intrínseca e inherente su función social. Misma idea reiterada por Juan Pablo
II en su encíclica “Labores Excelsum”
Nuestra actual carta fundamental, en su art. 19 garantiza el derecho de propiedad en todas sus clases y
también le asigna una función social.
Concepto de Propiedad.
1. por considerarla amplia y exagerada; sin embargo, esto se ha querido aclarar, como por ej. lo hace :
don Luis Claro Solar, que sostiene que el libre arbitrio del propietario, no significa arbitrariedad, porque no se
puede atentar ni contra la justicia, ni la ley.
Por su parte, Potier dice que la expresión “arbitrariamente” que emplea el Código, no es sinónimo de capricho,
porque la propia ley señala que en el ejercicio de la propiedad se debe reconocer como limitaciones la ley y el
derecho ajeno.
2. Asimismo, también es criticada, porque en ella solo aparece una de las características del dominio, que
es la mas cuestionada (su carácter absoluto), no se consagran las otras dos características mas importantes, a
saber, la exclusividad y la perpetuidad. Recordemos que el dominio es : ABSOLUTO, EXCLUSIVO Y
PERPETUO.
ABSOLUTO
EXCLUSIVO
PERPETUO
a) Carácter absoluto. (ARBITRARIEDAD)El carácter absoluto del derecho de propiedad tiene dos
alcances:
a: 1.-que el dueño puede ejercitar sobre la cosa todas las facultades posibles; y
2.- que tiene un poder soberano para usar, gozar y disponer de ella a su arbitrio, sin que nadie pueda
impedírselo.
La concepción de que el dominio importa un poder arbitrario ilimitado, una potestad que permite al dueño hacer
o no hacer en lo suyo cuanto le plazca, según los solos dictados de su voluntad o arbitrio, se considera
exagerada.
Obsérvese que el ordenamiento jurídico concede facultades libres y exclusivas dentro de los limites que el
mismo fija a priori.
Puede decirse que en estos términos nuestro C.C. consagra el carácter absoluto del dominio.
En efecto, dice que este derecho real faculta para gozar y disponer arbitrariamente de la cosa; no siendo contra
ley o contra derecho ajeno (art. 582). En buenas cuentas, se reconoce el poder soberano del propietario, pero
dentro de los limites naturales del dominio: la ley y el derecho ajeno.
Los autores modernos han substituido el carácter absoluto por el de la generalidad, y dicen que el dominio es
un derecho general, porque autoriza al titular para aprovecharse de todas las utilidades de la cosa, salvo las
excepciones que se deriven por la existencia de otros derechos reales constituidos en la cosa.
www.jurislex.cl
Lo anterior, diferencia al dominio de los otros derechos reales, que según los autores, son especiales, porque
solo facultan al titular para aprovecharse de una utilidad o de un grupo de utilidades de la cosa, pero no de la
generalidad; y, por otro lado, son dependientes presuponen la existencia de la propiedad, son derechos sobre
cosa ajena (iure in re aliena).
b) Carácter exclusivo. El derecho de propiedad es exclusivo porque, por su esencia, supone un titular
único facultado para usar, gozar y disponer de la cosa y, por ende, para impedir la intromisión de cualquier otra
persona.
La exclusividad no obsta a que puedan existir sobre la cosa otros derechos reales, juntos al de propiedad, sin
que éste, por tal hecho, se desnaturalice. En este caso, solo ocurre que los otros derechos reales – que está
obligado respetar el propietario- limitan la libertad de acción de éste.
Con todo, no pueden haber dos o mas personas que sean al mismo tiempo titulares del dominio de toda la
cosa; lo que sí puede acontecer, es que dos o mas personas sean dueñas de partes alicuotas de una misma
cosa, pero no de toda la cosa,
Ej. en la copropiedad. El C.C. argentino, gráfica esta idea al señalar que la propiedad es exclusiva, dos
personas no pueden tener en si mismas la totalidad de una cosa, por lo tanto, la exclusividad significa, que la
totalidad de una cosa, solo puede pertenecer a una persona como dueña del todo, lo que no impide que dos o
mas personas sean dueñas de cuotas de una misma cosa.
c) Carácter perpetuo. El dominio es perpetuo en cuanto no está sujeto a limitación de tiempo y puede
durar tanto cuanto la cosa, en si mismo no lleva una razón de caducidad, y subsiste independientemente del
ejercicio que se pueda hacer de él. Por tanto, el propietario no pierde su derecho aunque no use la cosa y
aunque un tercero, sin la voluntad del dueño o contra ella, ejerza actos de dominio; el propietario solo pierde su
derecho si deja poseer la cosa por el tercero durante el tiempo requerido por la ley para que éste adquiera el
dominio de ella por prescripción.
La Corte Suprema ha dicho que el derecho real de propiedad no se extingue por no haberlo reclamado el
dueño de terceros poseedores, sino que solo desaparece si lo adquiere otro que alegue a su favor la
correspondiente prescripción adquisitiva.
Excepcionalmente existen ciertas clases de propiedades que tienen un carácter temporal, Ej. la propiedad
fiduciaria, en que el propietario fiduciario es dueño, pero esta expuesto a perder el dominio si se cumple una
condición.
Si concurren las tres copulativamente, estamos en presencia de la propiedad plena o completa, sin embargo,
puede acontecer que el propietario se haya desprendido de alguna de ellas (solo el usus y el fructus) y continúe
siendo propietario, Ej. en el usufructo, en que el dueño no tendrá ni el uso, ni el goce, y se denomina nudo
propietario, lo mismo que en el caso de la habitación.
Facultad de uso. La facultad de uso consiste en aplicar la cosa misma a todos los servicios que es capaz de
proporcionar, sin tocar sus productos, ni realizar una utilización que importe su destrucción inmediata.
Si se llega hasta la apropiación de los productos, el uso se transforma en goce; y si la primera utilización de la
cosa envuelve su destrucción, el uso se confunde con el consumo y por lo tanto con la facultad dispositiva. En
otras palabras, la facultad de uso se traduce en el derecho de servirse de la cosa, a usar de la misma, por ej. el
uso de un caballo consiste en hacerlo trabajar, el de una casa en habitarla y el de un libro en leerlo.
El propietario puede libremente limitar esta facultad (derecho real de uso, arrendamiento) y no vera afectado su
derecho, pues conservará las otras dos facultades, a saber goce y disposición.
Normalmente la facultad de uso esta acompañada de la de goce, pero excepcionalmente puede no ser así.
Nuestro CC. no se refiere a esta facultad en el art. 582, ello porque entendió que el goce comprendía el uso.
Facultad de goce. Es la que habilita para apropiarse de los frutos y productos que la cosa da.
Precisamente en virtud de ésta facultad, el dueño de una cosa pasa a serlo de los productos y frutos de ella.
Nuestro CC., sin embargo, al igual que como lo hace el CC. Francés, justifica la adquisición de ellos por el
modo de adquirir llamado accesión (art. 643).
Esta facultad permite al propietario beneficiarse por lo que la cosa puede producir, sean frutos civiles o
naturales.
El propietario al igual que la facultad de uso, puede libremente desprenderse de ella. En el usufructo, por
ejemplo, el nudo propietario no tiene ni el uso ni el goce de la cosa.
Facultad de abuso o disposición material. Es la que habilita para destruir materialmente la cosa,
transformarla o degradarla.
Transformar es variar la naturaleza de ella, su forma o su destino, por ej. convertir un terreno de jardín en
huerto.
Degradar la cosa consiste en realizar obras que traen como consecuencia su desvalorización.
Ésta representa la facultad característica del dominio. Los demás derechos reales si bien autorizan a sus
titulares a usar y gozar de la cosa ajena de una manera mas o menos completa, jamás dan poder para
destruirla o transformarla; siempre implican la obligación de conservar su forma y substancia, según el decir de
la ley en materia de usufructo (Art. 764 CC).
Respecto a esta facultad los autores discuten si el propietario podría o no limitarse en ella. El problema
consiste en determinar si la cláusula de “no enajenación” tiene o no validez. La doctrina se encuentra
dividida. Autores que consideran que estas cláusula son válidas: Ellos dan las siguientes razones para
sostener tales afirmaciones:
1° Señalan que no existe ninguna norma que prohiba en forma general estas cláusulas, y como en el derecho
privado se puede hacer todo aquello que la ley no prohibe, estas cláusulas deben considerarse válidas.
2° Asimismo, señalan que en ciertos casos el legislador expresamente prohibe estas cláusulas para
determinadas materias; lo que revelaría que la regla general es que estén permitidas. Ej.: casos en que se
prohibe, art. 1964(Arrendamiento); 2031(El Censo); 2415(Hipoteca), entre otros.
3° Sostiene que si el dueño puede desprenderse de todos los atributos del dominio cuando enajena la cosa,
con mayor razón podrá desprenderse de uno de ellos como es la facultad de disposición.
4° El Reglamento del Conservador de Bienes Raíces, en su Art. 53 Nro. 3, expresamente permite que se
inscriban las prohibiciones convencionales de enajenar, y por lo tanto estas serían válidas.
Estos autores discuten ¿Cual es la sanción que debería aplicarse, si se establece la cláusula y esta se
infringe?.
dicen: que esta cláusula es equivalente al embargo ordenado por el Juez, y por lo tanto la enajenación
que se efectúa en contra de la cláusula, debería tener como sanción la nulidad absoluta.
consideran que la nulidad en una sanción que solo procede cuando se infringe la ley, pero no
cuando se infringe un acuerdo entre las partes, y por lo tanto, esta cláusula de no enajenar sería una obligación
de no hacer, y si se infringen, habría que aplicar lo que dispone el Art. 1555
1° Señalan que del mensaje del Código y de distintas disposiciones de él, se concluye claramente que nuestro
legislador rechazó todo lo que atentara contra la libre circulación de los bienes, por considerar este principio
como de orden público. Esta cláusula atenta, por tanto, contra dicha idea, porque impide justamente, la libre
circulación de los bienes y existiría en ella nulidad absoluta, porque se estarían vulnerando disposiciones
legales de orden público.
2° Señalan que en ciertas oportunidades el legislador le dio validez a esta cláusula, y por lo tanto la regla
general, es que no tengan valor, por ej. art. 751 Inciso 2° (Propiedad fiduciaria)
3° Sostiene que esta cláusula se opone al espíritu de los Artículo 582 y 1810, y por lo tanto habría nulidad
absoluta en ella.
4° Si bien es cierto que el Art. 53 N° 3 del Reglamento del Conservador de Bienes Raíces, permite que se
inscriban estos acuerdos, no señala que efecto tiene esta inscripción, y en caso que se le diera alguno, esta
norma del Reglamento sería ilegal porque atentaría contra los principios del CC. (argumento débil).
Para estos autores, esta cláusula es sancionada con nulidad absoluta, porque adolecería de objeto ilícito,
puesto que atentaría contra un principio de orden público, cual es la libre circulación de los bienes.
La mayoría de la doctrina acepta estas cláusulas, que son aquellas que imponen una prohibición de enajenar
temporal y para proteger un legitimo interés, por ej. esta cláusula se permite cuando se le hace una donación al
prodigo. El pacto de retroventa (me venden un Código Civil en $ 65.000.- pero yo tengo una obligación de no
enajenar el código porque la persona que me lo vendió tal vez quiere recomprarlo)
Las sanciones en el caso que se vulnere esta cláusula, la doctrina estima que se habría violado una obligación
de no hacer, y por lo tanto se aplicaría el Art. 1555.
Si esta prohibición se estableció en un contrato bilateral y no se cumple con ella, se aplica la aplicación
resolutoria tácita.
La Corte Suprema ha aceptado la validez de estas cláusulas, y así ha señalado que no desnaturalizan el
dominio a pesar que impiden disponer arbitrariamente de una cosa. Así en un fallo ilustrativo en la materia,
sostuvo que la prohibición voluntaria de enajenar, no envuelve un vicio de nulidad de la venta efectuada en
contravención a ella, sino que constituye una condición resolutoria establecida a favor del vendedor.
Nuestro legislador en algunos preceptos, también ha aceptado estas cláusulas, por ejemplo, en el pacto de
retroventa se acepta esta cláusula, lo mismo que en el legado Art. 1126. Para que esta cláusula tenga validez,
es menester: 1ro. Que exista un interés y 2do. Una prohibición temporal.
Concepto : son aquellas que incumben al propietario o al poseedor de una cosa por el solo hecho de serlo. Y
presentan dos particularidades fundamentales:
a) La primera consiste en que el deudor se determina atendiendo a la persona que es propietario o poseedor
de la cosa, precisamente el deudor es tal por ser poseedor o dueño de la cosa. Y de ahí el nombre de
obligación propter rem , o sea, en razón o por causa de la cosa.
b) La segunda se funda en el hecho que la obligación se traspasa al sucesor particular en forma automática:
cambia el titular de la posesión o del dominio, cambia también, al mismo tiempo, el sujeto pasivo de la
obligación, sin que sea necesaria ninguna estipulación especial de transferencia o una declaración por parte
del sucesor particular de hacerse cargo de la obligación.
Esta sigue a la cosa y grava a los adquirentes sucesivos, y, por lo general, desvincula al enajenante. Por este ir
de un sujeto a otro, la obligación real es una especie de obligación “ambulatoria”.
A modo de ej. se puede citar: art. 858 y 859 (en las servidumbres); art. 942 (en las acciones posesorias
especiales), etc.
Concepto: Son aquellos gravámenes que con carácter periódico o intermitente, pero en todo caso reiterado,
nace de la ley o del contrato y que pesa sobre el que es dueño o poseedor, y que generalmente consiste en el
pago de una cierta cantidad de dinero.
Ejemplo: pago de contribuciones de bienes raíces; mantención de antejardines públicos, gastos comunes, etc.
www.jurislex.cl
Es evidente que las cargas reales son otra especie de obligaciones ambulatorias, pues pesan sobre los
propietarios o poseedores solo y precisamente por tener tales calidades; de manera que si cambia el titular
también cambia el sujeto pasivo de la obligación.
Aparte de las obligaciones reales anteriores, la ley impone una responsabilidad específica al propietario de una
cosa en dos casos:
b) Al dueño de un edificio, en los casos del art. 2323, inc. 1°, en relación con el 934 y el 2324 y la regla 3ª
del 2003.
Plena. Es aquella que autoriza al propietario para ejercer todas o la plenitud de las facultades que contiene.
Nuda propiedad. Es la que no permite al dueño ejercer las facultades de uso y goce, en razón de que sobre
ella pesa el derecho real de usufructo. “la propiedad separada del goce de la cosa –dice nuestro código- se
llama mera o nuda propiedad (art. 582, inc. 2°)
Propiedad absoluta. Es la que no está sujeta a condición alguna en cuanto a su término o duración.
Propiedad fiduciaria. Según la definición del Código, es la que está sujeta al gravamen de pasar a otra
persona, por el hecho de verificarse una condición (art. 733, inc. 1°). Esta materia se verá mas
exhaustivamente en la parte relativa a las limitaciones al dominio.
Art. 733. Se llama propiedad fiduciaria la que está
sujeta al gravamen de pasar a otra persona, por el hecho
de verificarse una condición.
intelectual e industrial. Sobre el carácter jurídico de estas últimas la doctrina está dividida; pero la mayoría de
los autores estima que no se trata de verdaderas propiedades.
Hay también otras propiedades que si bien, en cuanto a la naturaleza de su objeto, no pugnan, en esencia, con
la propiedad civil, el legislador las somete a una reglamentación especial por diversas consideraciones:
propiedad de las aguas, propiedad minera, propiedad austral, propiedad indígena.
Nuestro estudio se limita a la propiedad civil, todas las demás se consideran en otras ramas del derecho.
b) En cuanto al sujeto. Atendiendo a sí el titular del derecho de propiedad sobre una misma cosa es
una sola persona o varias, se habla de propiedad individual y de propiedad plural, condominio o copropiedad.
Don Fernando Fueyo, Concepto : define los modos de adquirir diciendo que son ciertos hechos materiales o
jurídicos a los cuales la ley le atribuye la virtud de hacer nacer o traspasar el derecho de dominio.
Esta definición es una de las mas certeras y completas, sin embargo, la doctrina ha señalado que le falta un
elemento, que dice relación con el acto jurídico; proponiendo entonces, el siguiente concepto “son ciertos
hechos, o actos materiales o jurídicos a los cuales la ley le atribuye la virtud de hacer nacer o traspasar
el derecho de dominio u otro derecho real”
Por su parte, don Luis Claro Solar, sostiene que los modos de adquirir representan la causa jurídica inmediata,
que da nacimiento a un derecho real a favor de una persona.
El C.C. no da ninguna definición de los modos de adquirir, solo se limita a enumerarlos en el art. 588, sin
embargo, a esta enumeración hay que agregar otro modo de adquirir, no enumerado, a saber, la ley.
LA OCUPACION
LA ACCESION
LA TRADICION
LA PRESCRIPCION ADQUISITIVA
LA SUCESION POR CAUSA DE MUERTE
LA LEY
La ocupación. Es un modo de adquirir el dominio de las cosas corporales muebles que no pertenecen a nadie
y cuya adquisición no está prohibida por las leyes chilenas o por el derecho internacional. (art. 606 y sgtes.).
La tradición. Permite adquirir el dominio de las cosas tanto corporales como incorporales, muebles o
inmuebles y consiste en la entrega que el dueño hace de ellas a otro habiendo por una parte, la facultad e
intención de transferir el dominio y por la otra, la capacidad e intención de adquirirla. (art. 670 memoria)
La prescripción adquisitiva. Permite adquirir el dominio de todas las cosas corporales, sean muebles o
inmuebles y permite adquirir también ciertas cosas incorporales que son los derechos reales.
La mayoría de la doctrina considera que los derechos personales no se pueden poseer y la posesión es un
elemento esencial de la prescripción, por lo tanto, según este criterio, los derechos personales no podrían
adquirirse por prescripción, porque no se pueden poseer.
La prescripción opera tanto como modo de adquirir, como de extinguir y así lo reconoce la ley en el art. 2492; y
se puede definir como “un modo de adquirir el dominio de las cosas ajenas por habese poseído durante un
cierto tiempo y concurriendo los demás requisitos legales.
La sucesión por causa de muerte. Este modo, permite adquirir el dominio de todos los bienes del causante,
sean muebles o inmuebles, derechos reales o personales; o bien una parte o cuota del patrimonio del causante
y siempre que estos bienes sean transmisibles, en este sentido, la regla general, es que todos los derechos
sean transmisibles.
El CC. a diferencia de los otros modos de adquirir, no lo define, y es la doctrina la que elaboró un concepto, a
saber “Es un modo de adquirir el dominio de todos los bienes, derechos y obligaciones transmisibles de una
persona difunta o una cuota de ellos o de una o mas especies o cuerpos ciertos pertenecientes a su
patrimonio, en virtud del llamamiento que hace a suceder la ley o el propio causante a través de su
testamento”.
La ley. No esta consagrado en el art. 588; permite adquirir el dominio tanto de las cosas incorporales como
corporales y va a operar cuando sea la propia ley la que haga nacer o traspasar un derecho real, por ej. en la
sociedad conyugal el marido se hace dueño de los frutos de los bienes propios de la mujer y el modo de
adquirir que opera, es la ley; otro ej. cuando se dicta una ley expropiatoria, el Fisco se hace dueño del inmueble
por la sola disposición de la ley.
Este modo de adquirir es excepcional y solo procede cuando no sea posible aplicar alguno de los otros modos
de adquirir.
Por lo tanto, existen modos de adquirir que solo operan respecto de los bienes corporales, como la ocupación o
la accesión; existen otros, que no pueden aplicarse a los derechos personales, como la prescripción y también
existen otros amplios, que operan tanto respecto de las cosas corporales como incorporales, tal es el caso de
la tradición, sucesión por causa de muerte y la ley.
Los modos de adquirir, sirven para obtener cualquier derecho real y no solo el de dominio, incluso algunos
permiten adquirir derechos personales, lo que ocurre, es que don Andrés Bello, siempre ejemplificó con el
dominio, pero lo que se dice del dominio, se extiende a todos los derechos reales. Ej. art. 570.
Pueden hacerse varias, según sea el punto de vista que se tome como base. Nosotros nos referiremos a las
siguientes:
Originario concepto :El modo de adquirir es originario, cuando hace adquirir la propiedad independientemente
de un derecho anterior de cualquier persona (la ocupación, la accesión y la prescripción).
Si bien la cosa, en este último caso, pertenecía antiguamente a otro dueño, éste la perdió por prescripción
adquisitiva del tercero, el prescribiente, y automáticamente cesa el dominio anterior, naciendo el nuevo sin
relación al antiguo.
Derivativo Concepto :cuando hace adquirir una propiedad fundado en un precedente derecho que tenía otra
persona. Eje. La tradición y la sucesión por causa de muerte.
Tiene importancia distinguir entre un modo de adquirir y otro, porque cuando es originario, para medir el
alcance del derecho que se adquiere, hay que atender al titular, y nada mas. Si yo adquiero por ocupación, se
mira solo mi acto de ocupación. En el caso de los modos de adquirir derivativos, para ver el alcance, la fuerza,
la perfección del modo, hay que atender también al derecho que tenía el otro dueño, por que nadie puede
transferir o transmitir más derechos de los que tiene. De aquí que en la tradición, si el tradente no es dueño, no
transfiere el dominio; y si la cosa está hipotecada, también pasa con la hipoteca; y el difunto no transmite a los
herederos sino los derechos que tiene.
En cuanto a la individualización de los bienes que se adquieren, los modos de adquirir pueden ser a título
universal y a título singular.
A titulo universal :Es a título universal el modo por el cual se adquiere la universalidad de los bienes de una
persona o una parte alícuota de ella. Es a título singular el modo por el cual se adquieren bienes determinados.
En otras palabras, el modo de adquirir a título universal hace adquirir a una persona todo el patrimonio de otra
o una cuota-parte (representado por una fracción) de este patrimonio; el modo a título singular o particular hace
adquirir determinado bien, determinado derecho, o determinados bienes o determinados derechos
Respecto de esta clasificación, podemos observar lo siguiente:
Accesión
Ocupación.
b) Hay un modo que indistintamente puede ser a título universal o a título singular:
Hay dos modos que por regla general son a título singular:
Tradición
www.jurislex.cl
Prescripción
salvo que se trate de la cesión o prescripción de una herencia (situación del heredero putativo o aparente),
caso en que son a título universal.
Es a título gratuito, cuando el que adquiere el dominio no hace sacrificio pecuniario alguno.
Ocupación
Sucesión por causa de muerte
Prescripción.
Es a título oneroso, cuando al adquirente la adquisición del dominio le significa un sacrificio pecuniario.
Tradición
La tradición por ende, puede ser tanto a título gratuito como a título oneroso.
Son modos de adquirir por causa de muerte: los que para operar presuponen la muerte de la persona de la
cual se deriva el derecho.
y modo de adquirir por acto entre vivos los que para operar no presuponen esa muerte. Entran en esta
última categoría la ocupación, la accesión, la tradición y la prescripción.
Mediante los modos de adquirir se puede adquirir toda clase de derechos y no sólo el de dominio. a
pesar de que el art. 588 está ubicado en el título correspondiente al derecho de dominio, debe advertirse que
los modos de adquirir también sirven para adquirir otros derechos reales, y aun derechos personales.
Se puede adquirir un derecho solo por un modo de adquirir. Se comete una falta de lógica cuando se dice
que una persona adquiere un derecho por dos modos de adquirir; por que cuando opera un modo, no opera
otro.
La Corte Suprema y de Apelaciones, en innumeras sentencias han declarado que “si bien se puede poseer una
cosa por varios títulos (venta y prescripción), el dominio se adquiere por uno solo (tradición o prescripción).
Es decir, basta un modo de adquirir; no pueden concurrir varios respecto de unos mismos bienes.
La tradición para que opere, requiere un título. Para adquirir el dominio cuando opera la tradición, se
requiere que haya también un título traslaticio de dominio.
Desde este punto de vista, puede decirse que el título es la causa que habilita para adquirir el dominio, es la
causa remota de la adquisición del dominio. Y en este caso se requiere un título, por las siguientes razones:
2. Por que así lo dice expresamente el art. 675. El título es traslaticio de dominio, cuando sirve para
traspasarlo. Ej. la compraventa, donación, etc.
3. Porque, según el criterio de nuestro Código, siguiendo al Derecho Romano, de los contratos solo nacen
derechos personales y jamás derechos reales, en consecuencia, para adquirir el dominio, se requiere la
existencia de un modo de adquirir, que en el caso del contrato es la tradición.
Ej. si yo compro una casa a Pedro, por el contrato de compraventa no me hago dueño de la casa, solamente
adquiero un derecho personal para exigirle a Pedro que me entregue la casa. ¿ y cuando Pedro me hace
entrega de ella?, cuando es inscrita en el conservador de Bienes Raíces, solo entonces adquiero la casa y me
transforma en dueño de ella. Solo paso a ser dueño en virtud del modo de adquirir.
¿Todos los modos de adquirir necesitan de título? La doctrina ha discutido, si siempre se requiere de un
título y de un modo de adquirir o sólo esta exigencia es necesaria en la tradición; bastando en los demás casos
con el modo de adquirir.
Para don Arturo Alessandri, todos los modos de adquirir requieren de un título previo. Lo que ocurre es que
en algunos modos de adquirir, como en la ocupación, la accesión y la prescripción, el modo de adquirir se
confunde con el título, porque operan en forma simultánea, pero existe tanto el título como el modo de adquirir.
www.jurislex.cl
Respecto de la tradición no hay dudas que se requiere de un título previo, porque como se dijo, es la propia ley
la que en el art. 675, expresamente lo exige.
En el caso de la sucesión por causa de muerte, el título será o la ley o el testamento, según si la sucesión es
testada o intestada.
Para otros autores como don Guillermo Correa, Manuel Somarriva o don Hugo Rossende, solo hay necesidad
de título en la tradición, y que la opinión contraria ha querido generalizar, ampliando lo que solo se aplica a un
modo de adquirir, la tradición.
Ellos señalan que el art. 588 que es el que enumera los modos de adquirir, no exige un título previo y solo
respecto de la tradición se hace tal exigencia, por lo tanto, resulta lógico que respecto a los demás modos de
adquirir no se exija un título.
Además señalan que siguiendo el criterio de Alessandri se llega a un absurdo, porque si es cierto que el título
se confunde con el modo de adquirir en la ocupación, accesión y prescripción, esto reflejaría la intimidad del
título y por lo tanto se hace absurdo exigirlo.
Asimismo, en el caso de la sucesión por causa de muerte, sostienen que la posición contraria no puede
aplicarse, porque hay oportunidades en que la sucesión es en parte testada y en parte intestada, lo que
significaría que habría dos títulos al mismo tiempo y existe acuerdo en estimar que respecto a un derecho solo
puede operar un título y un modo de adquirir.
LA OCUPACION
Definición. Esta definido en el art. 606 y se puede señalar que es un modo de adquirir el dominio de las cosas
que no pertenecen a nadie, por medio de la aprehensión material de ellas y con el ánimo de adquirirlas en
dominio, y siempre que esta adquisición no esté prohibida por las leyes chilenas o el derecho internacional.
Requisitos. Para que tenga lugar la ocupación, es menester que se reúnan los tres requisitos siguiente:
1. Que se trate de cosas que no pertenecen a nadie, o sea, de la que los romanos llamaban. Res
nullius;
2. Que su adquisición no esté prohibida por las leyes chilenas o por el derecho internacional, y
Debe tratarse de cosas sin dueño. Este requisito es de la esencia de la ocupación porque, como
expresamente lo dice el art. 606, sólo pueden adquirirse por ocupación las cosas que no pertenecen a nadie,
es decir, las cosas que no tienen dueño, sea porque no lo han tenido nunca, sea porque lo tuvieron y dejaron
de tenerlo, por haber permanecido largo tiempo ocultas, o porque el dueño las ha abandonado voluntariamente
para que las haga suyas el primer ocupante.
No han tenido nunca dueño: los animales bravíos o salvajes, las perlas y conchas que arroja el mar y que no
tienen señales de dominio anterior, las cosas comunes a todos los hombres, que si bien nadie puede
apropiárselas en el todo, no hay inconveniente para que cualquiera persona se apropie de una fracción de ella.
Cosas que han tenido dueño y han dejado de tenerlo , las que su dueño abandona para que las haga suyas
el primer ocupante, como las monedas que se arrojan a la multitud (res derelictaes).
También han tenido dueño y han dejado de tenerlo: el tesoro, es decir, las monedas o joyas que han
permanecido largo tiempo ocultas sin que se sepa quien ha sido su dueño; los animales domesticados que
recobran su libertad natural.
De lo dicho, resulta que en Chile solo pueden adquirirse por ocupación las cosas muebles, porque, con arreglo
al art. 590, son bienes del Estado todas las tierras que estando situadas dentro de los limites territoriales de la
república, carecen de otro dueño.
De aquí que en Chile no hay tierras sin dueño y, por lo tanto, no podrían adquirirse tierras por ocupación.
Por cierto, nos referimos a la ocupación propiamente dicha ( art. 606 cosas que no tengan dueño) , como modo
de adquirir el dominio, y no a la aprehensión que con otros requisitos constituye la posesión que puede llevar a
la adquisición del dominio por el modo de adquirir llamado usucapión o prescripción adquisitiva.
Art. 590. Son bienes del Estado todas las tierras que,estando
www.jurislex.cl
situadas dentro de los límites territoriales,carecen
de otro dueño.
Este modo de adquirir el dominio queda reducido, pues, a las cosas muebles corporales, porque las cosas
incorporales no pueden ser objeto de aprehensión material, y no podría, por lo tanto, llenarse este requisito.
La adquisición de las cosas no debe estar prohibida por las leyes chilenas o por el derecho
internacional. Expresamente señala este requisito el art. 606. De acuerdo con esto, los animales que según
las leyes chilenas pueden ser adquiridos por la caza o por la pesca, no pueden serlo en la época en que las
leyes u ordenanzas respectivas prohíban la caza o pesca de determinadas especies (vedas). El derecho
internacional, prohíbe la piratería y el pillaje, la ocupación de ciertos bienes particulares en caso de guerra,
como los depósitos de los bancos.
Debe haber aprehensión material de la cosa con intención de adquirirla. Dentro de este requisito, hay que
distinguir, pues, dos elementos: La aprehensión material y el ánimo de adquirir el dominio. El primero de estos
elementos es material, real o de hecho; el segundo, es un elemento intencional.
Aquel elemento no puede faltar en la ocupación, porque todo modo de adquirir es un hecho, al cual la ley le
atribuye la virtud de realizar la adquisición del dominio, y como es éste el hecho material al que la ley atribuye
tal efecto, es lógico que si falta, no hay modo de adquirir.
Tampoco puede estar ausente el ánimo, y por esa razón los dementes y los infantes, que carecen en absoluto
de voluntad, no pueden adquirir por ocupación; faltaría el requisito de hecho el elemento intencional.
La aprehensión puede ser real o presunta: es real, cuando efectivamente el individuo toma la cosa; presunta,
cuando a pesar de no haber aprehensión material, el individuo ejecuta actos que ponen de manifiesto su
intención de adquirir la cosa, como el que buscando un tesoro lo pone a la vista; el cazador que ha herido un
animal y lo va persiguiendo.
1. Ocupación de cosas animadas. El art. 607 regula este tipo de ocupación. La caza y la pesca permite
adquirir el dominio de los animales bravíos y en determinadas circunstancias, también el de los domésticos.
Para estos efectos, la ley clasifica a los animales en tres categorías (art. 608):
Se llaman animales bravíos o salvajes los que viven naturalmente libres e independientes del hombre,como
las fieras y los peces; domésticos los que pertenecen a especies que viven ordinariamente bajo la
dependencia del hombre, como las gallinas, las ovejas;
y domesticados los que sin embargo de ser bravíos por su naturaleza se han acostumbrado a la domesticidad
y reconocen en cierto modo el imperio del hombre.
Estos últimos, mientras conservan la costumbre de volver al amparo o dependencia del hombre, siguen la regla
de los animales domésticos, y perdiendo esta costumbre vuelven a la clase de los animales bravíos.
1. Animales bravíos o salvajes. Son aquellos que viven naturalmente libres e independientes del
hombre, no siempre son feroces, ej. peces, abejas, palomas.
Estos animales bravíos no tienen dueño y por lo tanto se pueden adquirir por ocupación.
2. Animales domésticos. Son aquellos que pertenecen a especies que viven ordinariamente bajo la
dependencia del hombre, como las gallinas, las ovejas.
Estos animales, la ley entiende que tienen dueño y por lo tanto no pueden adquirirse por ocupación.
3. Animales domesticados. Son aquellos que pese a ser bravíos por su naturaleza, se han
acostumbrado a la domesticidad y reconocen en cierto modo el imperio del hombre.
Estos animales domesticados, se van a regir por las reglas de los domésticos, mientras reconozcan el imperio
del hombre; sin embargo, cuando dejen de hacerlo, vuelven a regirse por las reglas de los animales bravíos. Ej.
colmena de abejas.
www.jurislex.cl
Por otro lado, para evitar problemas o conflictos entre el cazador y el dueño del terreno, la ley autoriza a cazar
en tierras propias o en ajenas, con permiso del dueño (art. 609 y 610).
Art. 610. Si alguno cazare en tierras ajenas sin permiso del dueño,
cuando por ley estaba obligado a obtenerlo, lo que cace será para el dueño, a quien
además indemnizará de todo perjuicio.
Volviendo a nuestro tema y en relación a la pesca, el código ha señalado que para pescar en aguas ajenas, se
debe contar con el permiso del dueño, rigiendo las mismas reglas del art. 610.
Se entiende que el cazador o pescador se hace dueño del animal o pez, en los tres casos siguientes:
b. Cuando lo ha herido gravemente, de manera que ya no le sea fácil escapar, y mientras el cazador
persiste en perseguirlo. Pero si el animal herido entra en tierras ajenas donde no es lícito cazar sin permiso del
dueño, podrá éste hacerlo suyo (art. 617).
Se entiende que el cazador o pescador se apodera del animal bravío y lo hace suyo, desde el momento que lo
ha herido gravemente, de manera que ya no le sea fácil escapar, y
mientras persiste en perseguirlo; o desde el momento que
el animal ha caído en sus trampas o redes, con tal que las
haya armado o tendido en paraje donde le sea lícito cazar o pescar.
Si el animal herido entra en tierras ajenas donde no
es lícito cazar sin permiso del dueño, podrá éste hacerlo
suyo.
c) Cuando el animal ha caído en trampas o en las redes del cazador, siempre que haya construido las trampas
o tendido las redes en parajes en que sea lícito cazar. (art. 617).
En relación a las abejas y las palomas, estos son animales bravíos y por lo tanto pueden adquirirse por
ocupación con las limitaciones de los art. 620 y 621; estas disposiciones son una aplicación de la regla del art.
619.
De este modo se adquiere el dominio de las piedras,conchas y otras substancias que arroja el mar y que no
presentan señales
de dominio anterior.
Se llama invención porque viene del latín invenire, que quiere decir hallar.
Requisitos:
2.- Que se trate de una res nullius, es decir, cosas que no tienen dueño.
3.- Que el que encuentre la cosa se apodere de ella, por que de lo contrario no existe intención de adquirir el
dominio.
B). Cosas abandonadas al primer ocupante. La ley, no obstante haber enunciado el principio de que sólo las
cosas que a nadie pertenecen son susceptibles de invención o hallazgo (art. 624, inc. 1°), ha asimilado, en el
inciso 3° del mismo artículo, a las cosas que no han tenido nunca dueño, las cosas que los romanos llamaban
res derelictaes, aquellas cosas que el propietario abandona para que las haga suyas el primer ocupante.
Para que una cosa tenga el carácter de res derelictae, es menester que la intención o ánimo del propietario de
renunciar a su dominio, sea manifiesto, porque es regla general en derecho que las renuncias no se presumen,
como tampoco se presume el ánimo de donación.
Requisitos: EL TESORO
3.- Es necesario que tales objetos hayan estado escondidos durante largo tiempo.
4.- es menester que no haya memoria o indicio del dueño del tesoro.
a). Si lo ha descubierto el propietario del suelo, a él pertenece la totalidad del tesoro (art. 626, inc. 3°); la mitad
a título de propietario y la otra mitad a título de descubridor.
El dominio del tesoro no lo adquiere el propietario por accesión, como se cree, sino por ocupación, es decir, es
necesario que sea él el que lo descubra.
b). Si el tesoro es descubierto por un tercero en suelo ajeno, hay que volver a distinguir:
En el primer caso, se divide por iguales partes entre el descubridor y el dueño del suelo (art. 626, inc. 1° y 2°).
En el segundo caso, todo el tesoro pertenece al propietario del suelo. El inc. 3° del art. 626 al decir “en los
demás casos”, está comprendida la situación que examinamos.
Algunos autores consideran como otra forma de invención o hallazgo, la situación de los muebles al parecer
perdidos, pero la mayoría de la doctrina y nuestra jurisprudencia, han considerado que estos bienes no
pueden adquirirse por ocupación, porque no han sido abandonados por sus dueños, y por lo tanto falta un
requisito para que opere este modo de adquirir, a saber, que la cosa no pertenezca a nadie.
Los muebles al parecer perdidos, no son res nulluis, porque ellos tiene dueño y por lo tanto el que encuentra
uno de estos bienes, debe ponerlo a disposición de su dueño, siguiendo el procedimiento consagrado en el Art.
629 y sgte.
a.- El que se encuentra el mueble al parecer perdido, debe ponerlo a disposición de su dueño.
b.- Si nadie reclama la cosa, esta debe ponerse a disposición de la autoridad, que no es otra que la
Municipalidad respectiva.
c.- La Municipalidad debe dar aviso de esta situación, por medio de una publicación en un diario de la comuna
o provincia, en el aviso se debe señalar las características del bien encontrado y el día y lugar en que fue
hallado. Este aviso debe publicarse hasta por tres veces, mediando treinta días entre un aviso y otro.
d.- Si en el mes subsiguiente al del último aviso, no apareciere nadie reclamando la especie, esta será venida
en publica subasta. De cualquier manera, hasta antes que la subasta se verifique, el dueño puede recuperar la
especie, con todo una vez subastada, pierde definitivamente el dominio (Art. 633)
e.- Una vez efectuado el remate, con el producto de él se costearán los gastos en que incurrió el Municipio; el
remanente se divide en partes iguales entre el descubridor y la Municipalidad.
Si el dueño de la cosa quiere recuperarla, debe pagar a la Municipalidad los gastos de conservación en que
ella haya incurrido.
1.- Premio de salvamento, Que es aquel que se concede al que encontró la especie, como un estimulo para
fomentar el que las personas entreguen los bienes muebles al parecer perdidos. Su monto lo determina la
Municipalidad.
2.- La recompensa, Que es aquella que promete el dueño de la especie que tiene una particularidad, porque
en una declaración unilateral de voluntad y sin embargo obliga. De acuerdo a la ley, solo hay cinco fuentes de
las obligaciones, no se menciona la Declaración Unilateral de Voluntad dentro de ellas. En nuestra legislación,
hay únicamente dos casos en que esta declaración obliga; a saber, la Oferta y la Recompensa.
Las personas que encuentran un mueble al parecer perdido, deben optar por el premio de salvamento o la
recompensa. Si opta por la recompensa, el dueño de la cosa está obligado a pagar.
Con todo, si la persona que encuentra el bien mueble al perecer perdido y no cumple con el procedimiento
antes descrito, la ley le aplica sanciones civiles y penales (Art. 631)
Las especies náufragas. Son aquellas que proceden de una nave que naufraga en las costas de la República
o que el mar arroja a ellas y que consiste en los fragmentos de un buque o en efectos provenientes de la carga
de este, y las cosas que los navegantes arrojan al mar, para aliviar la carga en una tempestad o por temor a un
naufragio.
También se consideran especies náufragas, las que en puertos habilitados para el comercio caen al fondo del
mar, o de ríos navegables, ej.: las anclas, cadenas, maquinarias.
Algunos autores sostienen que las especies náufragas se pueden adquirir por ocupación, sin embargo la
mayoría de la doctrina considera que esto no es posible, toda vez que las especies náufragas, no son res
nullius, tiene dueño y este no las ha abandonado en forma voluntaria, puesto que ha tenido que hacer una
abandono forzado.
En este caso se aplica el mismo procedimiento, que el que se regula para los muebles al parecer perdidos, con
las modificaciones establecidas en los Art. 636 y sgte.
Esta se encuentra regulada en los Art. 640 y sgtes. Para la mayoría de los autores, no es propiamente una
forma de ocupación, porque a través de ella no es posible que cualquier persona pueda adquirir su dominio;
esto se reserva únicamente para los estados en conflicto, no opera respecto de particulares.
El Estado se hace dueño de todas las propiedades que se toman en guerra de nación a nación, no
sólo a os enemigos sino a los neutrales, y aun a los aliados y los nacionales según los casos, y dispone de
ellas en conformidad a las Ordenanzas de Marina y de Corso.
Las presas hechas por bandidos, piratas o insurgentes, no transfieren dominio, y represadas
deberán restituirse a los dueños, pagando éstos el premio de salvamento a los represadores.
Este premio se regulará por el que en casos análogos
se conceda a los apresadores en guerra de nación a nación.
Si no aparecieren los dueños, se procederá como en el caso de las cosas perdidas; pero los
represadores tendrán sobre las propiedades que no fueren reclamadas por sus dueños en el espacio de un
mes, contado desde la fecha del último aviso, los mismos derechos que
si las hubieran apresado en guerra de nación a nación.
Esta consiste en la apropiación de bienes muebles e inmuebles de estados enemigos efectuadas en guerra de
nación a nación.
Con el transcurso del tiempo, la captura bélica, lentamente ha ido perdiendo importancia, y hoy por hoy queda
reservada fundamentalmente a la guerra marítima.
www.jurislex.cl
LA ACCESION.
Puesto que este Art. no distingue, la accesión es un modo de adquirir de todo lo que se junta a una cosa, sea
natural, sea artificialmente.
El hecho material que produce el efecto jurídico de operar la adquisición del dominio, es la unión de una cosa a
otra, y como este fenómeno sólo es posible en las cosas corporales, la accesión es un modo de adquirir que
sólo se aplica a estas cosas. Sean muebles e inmuebles
a). La accesión discreta, llamada también por producción o accesión de frutos, es la que deriva del mismo
cuerpo o cosa madre por medio del nacimiento o producción; se manifiesta en la generación de los productos o
frutos.
b). La accesión continua, llamada también por unión o accesión propiamente tal, es la que resulta de la
agregación de dos o mas cosas diferentes que, luego de unidas, forman un todo indivisible. Ej. con materiales
propios se edifica en suelo ajeno.
Esta accesión continua puede ser mobiliaria o inmobiliaria, según se realice en beneficio de una cosa mueble
o inmueble.
También puede ser natural o artificial. La primera es debida a la fuerza de la naturaleza; la artificial o
industrial, a la mano del hombre.
Algunos distinguen una tercera especie de accesión continua, la mixta, denominada así a la que proviene de la
naturaleza y de la industria o trabajo humano conjuntamente. Ej. la plantación, siembra. Sin embargo, se ha
observado, que esta división es superflua, inexacta e inútil, pues a lo que debe atenderse, es al agente inicial
que provoca la accesión continua; y, consideradas las cosas en esta forma, es evidente que la siembra y la
plantación son accesiones industriales.
Fundamento.
A). Una parte de la doctrina estima que toda accesión, sea discreta o continua, tiene por fundamento el
principio jurídico de que lo accesorio sigue a lo principal.
B). Otra parte de la doctrina considera que, su fundamento estaría en el propio derecho de dominio, porque se
dice que es una aplicación, extensión o manifestación de este.
Naturaleza jurídica de la accesión. El problema de la naturaleza jurídica de la accesión consiste en
determinar si es verdaderamente un modo de adquirir y crea una relación jurídica nueva o si, por el contrario,
se trata de una simple facultad o extensión del dominio, que nada nuevo crea, sino simplemente prolonga la
misma relación jurídica de la propiedad.
a) Algunos piensan que toda accesión, sea continua o discreta, es un modo de adquirir. Nuestro código
sigue este punto de vista, pues dice que la accesión es un modo de adquirir por el cual el dueño de una cosa
pasa a serlo de lo que ella produce (accesión discreta), o de lo que se junta a ella (accesión continua). Art. 643.
b) Gran parte de la doctrina, sin embargo, considera que la accesión no es propiamente un modo de
adquirir, sino que una simple manifestación o extensión del derecho de dominio y ello porque el que adquiere
una cosa por accesión, lo hace en virtud y a consecuencia del dominio que tenía sobre otra cosa, porque la
cosa accesoria pierde su individualidad al unirse con la principal y para la adquisición de la accesoria no se
precisa de un nuevo título, porque el título de la cosa principal es considerado como suficiente.
Asimismo, estos autores, consideran que la accesión no es un modo de adquirir, porque en ella no siempre
está presente la voluntad del adquirente; ya que es perfectamente posible que el adquirente ignore que ha
adquirido el dominio por accesión y pese a eso la accesión opera, y lo normal es que en los modos de adquirir
intervenga la voluntad del adquirente, como por ej. en la ocupación, el ánimo.
c). Finalmente, muchos autores dan una solución ecléctica. Dicen que solo la accesión continua (lo que se junta a
una cosa) es un verdadero modo de adquirir; la accesión discreta (lo que la cosa produce) es una simple
facultad del dominio, el ejercicio de la facultad de goce, que habilita al dueño de una cosa para apropiarse de
los productos y frutos que ella genera.
La accesión de frutos, de acuerdo con el espíritu y letra del código, es el modo de adquirir lo que la cosa
produce. Esto está muy lejos de ser un modo de adquirir y de ser accesión.
www.jurislex.cl
En efecto, mientras los frutos están adheridos a la cosa que los produce, no hay accesión, porque forman parte
de la cosa misma, y si el dueño de la cosa lo es de los frutos, no lo es por accesión, sino por que forman parte
de la cosa, de la misma manera que el dueño de un lápiz lo es de la tapa.
En seguida, la utilidad de los frutos se obtiene separándolos de la cosa que los produce y desde el momento
que se separan, deja de haber accesión, deja de haber acrecimiento o aumento de la cosa principal.
De manera que pendientes los frutos no hay accesión, porque los frutos forman parte integrante de la cosa
principal, y separados, es un absurdo, es contrario al sentido común pretender que haya accesión. Sin
embargo, el C.C. en su art. 643, considera que el propietario adquiere los frutos por accesión.
Productos y frutos. El C.C. chileno dice que los productos de las cosas son frutos naturales o civiles (art.
643).
Estos (frutos), serian aquellas cosas que, periódicamente y sin alteración sensible de su sustancia, produce
una cosa, por ej. frutas, flores.
Los Productos, en cambio, serian aquellas cosas que derivan de la cosa-madre, pero sin periodicidad, y su
aprovechamiento produce un grave deterioro en esta, por ej. madera de un árbol, carne de un animal.
2.- En los frutos, el aprovechamiento por parte del hombre, no deteriora la cosa-madre o bien si existe
deterioro, este es mínimo; En el caso de los productos, este aprovechamiento produce la destrucción de la
cosa-madre o a lo menos, un sensible deterioro de ella.
Clasificación de los frutos. Según el art. 643, los frutos son naturales o civiles.
turales
Se llaman frutos naturales los que da la naturaleza, ayudada o no de la industria humana. (art. 644).
Los frutos naturales comprenden, pues, a los naturales propiamente tales (o sea, los espontáneamente
producidos por una cosa) y a los frutos industriales (es decir, los que produce una cosa con la ayuda de la
industria humana, como el vino).
Estado en que pueden encontrarse los frutos naturales. El propio art. 645 responde esta interrogante, a saber:
. Los frutos naturales se llaman pendientes mientras que adhieren todavía a la cosa que los
produce, como las plantas que están arraigadas al suelo, o los productos de las plantas mientras no han sido
separados de ellas.
Frutos naturales percibidos son los que han sido separados
de la cosa productiva, como las maderas cortadas,las frutas
y granos cosechados, etc.; y se dicen consumidos cuando se han consumido verdaderamente o se han
enajenado.
Pendientes. Mientras que adhieren todavía a la cosa que los produce, como las plantas que están arraigadas al
suelo.
* Percibidos. Son los que han sido separados de la cosa productiva, como las maderas cortadas, las frutas y
granos cosechados.
Esta clasificación no tiene ninguna importancia respecto al propietario de la cosa; únicamente la tiene respecto
de terceros, porque éstos sólo se hacen dueños de los frutos mediante su percepción.
Son las utilidades o rendimientos que se obtienen de una cosa como equivalente del uso o goce que de
ella se proporciona a un tercero merced a una relación jurídica.
Los frutos civiles constituyen para el propietario, el derecho de goce de la cosa, porque representan los frutos
que él habría obtenido si hubiera explotado personalmente esa cosa, de manera que los frutos civiles no son
producidos por la cosa misma, no salen de la cosa, sino que son producidos con ocasión de la cosa.
www.jurislex.cl
Ejemplo típico de frutos civiles son las rentas de arrendamiento, intereses de capital.
Estado en que pueden encontrarse los frutos civiles. Los frutos civiles se dividen en pendientes y percibidos.
Percibidos: La ley dice que son percibidos desde que se cobran, pero :
La Corte Suprema ha señalado que el fruto civil esta percibido una vez que se ha pagado efectivamente.
o : Tiene lugar cuando se unen dos o mas cosas de diferentes dueños en forma que, una vez unidas,
constituyen un todo indivisible.
En este caso, a virtud del principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, el dueño de la cosa
principal se hace dueño de la cosa accesoria. Aquí sí que la accesión es un modo de adquirir, porque el
propietario de la cosa principal llega a ser dueño de la accesoria, precisamente por efecto de la accesión, hay
aumento de la propiedad por efecto de una adquisición nueva.
1.- Aluvión;
2.- Avulsión;
3.- Mutación del álveo de un río o división de éste en dos brazos
que no vuelven a juntarse, y
(art. 649). El terreno de aluvión se forma por los sedimentos que el agua va depositando y hace que ésta vaya poco a
poco alejándose de su primitiva ribera.
Es necesario que las aguas se hayan retirado completa y definitivamente, porque si el terreno es
ocupado y desocupado alternativamente por ellas, no es aluvión, sino parte del lecho del río o del mar, según
sea el caso. (art. 650).
A quien pertenece el terreno de aluvión: (art. 650). El terreno de aluvión pertenece por accesión, a los
propietarios riberanos de un mar, de un río o de un lago, sean estos de dominio público o privado, navegables
o no, excepto en los puertos habilitados, donde el terreno de aluvión pertenece al estado.
Para determinar los límites de la parte del terreno de aluvión que accede a cada heredad, se prolongan,
imaginariamente, las respectivas líneas de demarcación directamente hasta el agua.
(art. 652). consiste en el acrecentamiento de un predio, por la acción brusca de una avenida u otra fuerza natural
violenta, que transporta una porción del suelo de un lugar, a otro de distinto dueño.
Art. 652. Sobre la parte del suelo que por una avenida
o por otra fuerza natural violenta es transportada de un
www.jurislex.cl
sitio a otro, conserva el dueño su dominio, para el solo
efecto de llevársela; pero si no la reclama dentro del
subsiguiente año, la hará suya el dueño del sitio a que fue
transportada.
A quien pertenece la avulsión. En la avulsión, a diferencia del aluvión, hay un terreno perfectamente
determinado y cuyo propietario es conocido.
En este caso, el dueño del predio de donde la parte del suelo ha sido arrancada, conserva su dominio sobre
ella, para el solo efecto de llevársela;
Pero si no la reclama dentro del subsiguiente año, la hará suya el dueño del predio a que fue transportada.
(art. 652).
del álveo de un río.....Un río puede cambiar de dos maneras diferentes: cargándose a una de las riberas, dejando la
otra definitivamente en seco, o bien cambiando enteramente de cauce, dejando completa y totalmente el
anterior.
En conformidad al art. 654, cuando el río cambia de cauce, en cualquiera de estas dos formas, los propietarios
riberanos tienen el derecho de hacer las obras necesarias para volver el río a su antiguo cauce, con permiso de
la autoridad competente, a saber, la Municipalidad respectiva.
Propiedad de los terrenos que quedan descubiertos. Si los esfuerzos de los propietarios riberanos resultan
infructuosos, hay que determinar, a quien pertenecen los terrenos que han quedado descubiertos.
Si el río se carga a una de las riberas, dejando la otra en seco, la parte descubierta accede a los
propietarios riberanos, como en el caso del aluvión. (art. 654, inc. 1°).
Si el río cambia totalmente de curso, se traza una línea longitudinal que divida el cauce abandonado
en dos partes iguales, y cada parte accederá a los propietarios de la respectiva ribera, dentro de sus
respectivos límites de demarcación. (art. 654, inc. 2°)
En el caso del río que se divide en dos brazos que no vuelven a juntarse, rige la regla del art. 655, que no es
sino una aplicación de las reglas generales estudiadas.
55. Si un río se divide en dos brazos, que no vuelven después a juntarse, las partes del anterior cauce que el agua
dejare descubiertas accederán a las heredades contiguas, como en el
caso del artículo precedente.
Heredad inundada. Puede suceder que a consecuencia de un fenómeno natural, una heredad haya sido
inundada. En este caso, si el terreno es restituido por las aguas dentro de los 5 años subsiguientes, vuelve al
dominio de sus antiguos dueños (art. 653), y se producen los efectos de la interrupción natural de la
prescripción (art. 2502 N°1).
Pero si pasan mas de cinco años sin que el terreno sea restituido por las aguas, el propietario pierde
definitivamente su dominio, y si queda en descubierto después de ese lapso, se le aplican las reglas de la
accesión.
4.- formación de una nueva isla. Es la cuarta y última de las accesiones de inmueble a inmueble, y se ocupa
de ella, el art. 656.
Para que tenga lugar esta forma de accesión, se requiere la concurrencia de dos requisitos:
Que las islas se formen en ríos o lagos no navegables por buques de mas de cien toneladas, sean de
dominio público o privado. De lo contrario, la nueva isla pertenecerá al Estado. (art. 597)
www.jurislex.cl
Este tipo de accesión tiene lugar en los casos de edificación y plantación o siembra ejecutados en un
inmueble, cuando los materiales, plantas o semillas pertenecen a distinta persona que el dueño del suelo.
Se habla de accesión industrial, porque no se debe a un hecho de la naturaleza, sino a un hecho humano, a la
industria del hombre.
1.- Es necesario que no exista un vínculo contractual previo. No encargado el trabajo porque sino hay
tradición.
2.- Resulta imprescindible que una de las partes ignore que está operando esta forma de accesión; Porque si
tiene conocimiento y no lo impide; se ha concluido por la Corte suprema, que existiría una convención tácita.
3.- Necesario es que los materiales se incorporen al suelo o que las plantas o vegetales se arraiguen en él; y
esto, porque la accesión es un modo de adquirir el dominio mediante la unión de una cosa a otra y esta solo se
produce, cuando las cosas muebles, llegan a ser inmuebles por adherencia. Por lo tanto, mientras esto no se
materialice, no existe accesión y el dueño de las cosas puede reclamarlas (art. 668, inc. 4°).
Una vez que los materiales, semillas o plantas se han incorporado al suelo, opera esta forma de accesión y en
ese evento, se debe determinar quien se hace dueño de lo plantado, sembrado o edificado. De cualquier
manera, aquí rige el principio de la accesoriedad, en virtud del cual, lo accesorio sigue la suerte de lo principal.
Y en este caso, la ley siempre considera como principal, el suelo, cualquiera sea su valor.
Con todo, como la ley rechaza el enriquecimiento injusto, resulta necesario que el dueño del suelo indemnice al
propietario de los materiales. En este evento, hay que distinguir dos situaciones:
El dueño del suelo edifica, planta o siembra con materiales ,plantas o semillas ajenas. (art.
668).
www.jurislex.cl
• Que el dueño de los materiales no haya tenido conocimiento de éste uso. En este caso, lo
edificado, plantado o sembrado, pertenecerá al dueño del suelo, pero el deberá responder ante el dueño de los
materiales, dependiendo de alguna de las siguientes circunstancias:
- El dueño del suelo actuó con justa causa de error. Tuvo fundados motivos para creer que los materiales le
pertenecían. En este caso, la ley señala que se obliga a pagar al dueño de los materiales, el justo precio de
ellos o bien a restituir otros tantos materiales, de la misma calidad, cantidad y naturaleza, a su opción.
- El dueño del suelo actuó sin justa causa de error, en forma negligente o apresurada. En este caso,
además de la obligación reseñada anteriormente, el dueño del suelo se obliga a indemnizar los perjuicios
ocasionados.
- Si el dueño del suelo actúa a sabiendas, con dolo. En este caso, a parte de las dos obligaciones anteriores,
el dueño del suelo queda expuesto a la sanción penal por delito de hurto.
• El dueño de los materiales, supo del uso que el dueño del suelo hacia. En este caso, el
dueño del suelo se hace dueño de lo edificado, plantado o construido, sin importar su ánimo, porque en
cualquiera de los tres casos ya analizados, tiene la misma obligación, a saber, pagar el precio de los materiales
o devolver otros tantos de la misma calidad, cantidad y naturaleza; y esto, porque si el dueño de los materiales
tuvo conocimiento; la jurisprudencia ha entendido que hubo una convención tácita, y por lo tanto no existe la
accesión, ya que hubo tradición. (art. 668).
Cuando en suelo ajeno se construye, planta o siembra con materiales propios. (art. 669).
• Si el dueño del suelo no tuvo conocimiento, en este caso la ley le concede al dueño del suelo
un derecho alternativo; puede optar o por hacer suyo lo plantado, sembrado o edificado, pagando las
indemnizaciones que se regulan para los poseedores de buena o mala fe en las prestaciones mutuas; o bien,
esta facultado para obligar al dueño de los materiales a pagarle el justo precio del terreno con los intereses
corrientes.
• Si el dueño del suelo tuvo conocimiento; en este caso está obligado a pagar lo edificado,
plantado o sembrado, no tiene otra alternativa, porque se entiende que hubo un acuerdo tácito, por lo tanto no
opera la accesión, sino que la tradición.
Tiene lugar cuando dos cosas muebles, pertenecientes a diferentes dueños, se unen: la cosa accesoria pasa a
pertenecer al propietario de la cosa principal.
1. Adjunción;
2. Especificación, y
3. Mezcla
1. Adjunción. Es una especie de accesión, y se verifica cuando dos cosas muebles pertenecientes a
diferentes dueños se juntan una a otra, pero de modo que puedan separarse y subsistir cada una después de
separada, como cuando el diamante de una persona se engasta en el oro de otra, o en el marco ajeno se pone
un espejo propio. (art. 657).
Requisitos:
Atribución del dominio de las cosas adjuntadas. No habiendo conocimiento del hecho por una parte, ni mala fe
por la otra, el dueño de la cosa principal se hace dueño de la cosa accesoria, con el gravamen de pagar al
dueño de esta última, el valor de ella. (art. 658).
1. Si de las dos cosas unidas, la una es de mucho más estimación que la otra, la primera se mirará como
principal (art. 659). La estimación se refiere generalmente al valor venal, esto es, al valor de venta. Pero la ley,
en un caso, hace primar el valor de afección. (art. 659. Inc. 2°).
www.jurislex.cl
2. Si no hay tanta diferencia en la estimación, será accesorio la que sirva para el uso, ornato o
complemento de la otra. (art. 660).
3. Si no se puede aplicar ninguna de estas dos reglas, se mirará como principal la de mayor volumen.
(art. 661).
Si las dos tienen el mismo volumen, la regla no da ninguna regla especial, pero la laguna se llena con la
equidad. (C.P.C. art. 170 N°5).
4. Especificación. Es la creación o producción de una cosa nueva, empleando materia ajena sin el
consentimiento del propietario. Se verifica –dice nuestro código- cuando de la materia perteneciente a una
persona, hace otra una obra o artefacto cualquiera, como si de unas uvas ajenas se hace vino, o de plata ajena
una joya. (art. 662, inc. 1°).
¿Cuándo se entiende que hay una especie nueva? Un autor italiano, Perozzi, dice que la especificación supone
un fin de producción, en el que opera sobre la materia ajena.
Por eso no hay especificación aunque se obtenga un producto, si se destruye una cosa para gozar del producto
resultante. Y así, por ej., no especifica el que quema leña para calentarse, aunque con ello obtenga carbón;
tampoco especifica, por faltar el requisito de la producción, si se tiñe un vestido, pues siempre persiste el
mismo vestido, aunque teñido.
Naturaleza jurídica de la especificación. Nuestro código dice expresamente, que la especificación es una
especie de accesión (art. 662 , inc. 1°). Y un gran sector doctrinario sostiene lo mismo; arguyen que, en el
fondo, la especificación supone la unión de dos cosas, la materia ajena y el trabajo propio.
Sin embargo otros, por el contrario, afirman que, importando toda accesión la unión o incorporación de dos
cosas de diferente dueño, la especificación no puede considerarse como una categoría de accesión, ya que en
ella no hay unión o incorporación de dos cosas, sino que solo hay una cosa, la materia ajena, que se
transforma por la industria de un tercero; esta industria o trabajo humano no es cosa en el sentido legal de la
palabra. Por esta razón, muchos códigos modernos han considerado a la especificación como un modo de
adquirir independiente.
Quien es dueño de la nueva especie. No habiendo conocimiento por una de las partes, ni mala fe por la otra, el
dueño de la materia se hace dueño de la obra, pagando la hechura (art. 662, inc. 2°). Esta disposición se debe
a que en el tiempo en que se dictó el código de Napoleón (que el nuestro no ha hecho sino copiar en esta
parte), el trabajo humano era mirado como un valor de inferior jerarquía.
Hay excepciones a la regla transcrita si la nueva obra vale mucho mas que la materia primitiva, como cuando
se pinta el lienzo ajeno, o del mármol ajeno se hace una estatua: la nueva especie pertenece al especificante,
debiendo éste, sí, indemnizar los perjuicios al dueño de la materia. (art. 662, inc. 3°).
Las legislaciones modernas, establecen un criterio totalmente opuesto al de nuestro código. En principio,
atribuyen la propiedad de la nueva especie al artífice, y solo se la dan al dueño de la materia si el valor de ella
es considerablemente superior al del trabajo.
5. Mezcla. Es la unión de dos o mas cuerpos , sólidos o líquidos, que se compenetran o confunden en el
conjunto, dejando de ser distintos y reconocibles.
Esta última característica diferencia la mezcla de la adjunción, en la cual las cosas están simplemente unidas,
continuando distintas y reconocibles.
Por otra parte, la mezcla se diferencia de la especificación en que la primera supone la confusión de dos
sustancias, y la especificación, en cambio, implica la presencia de una sola sustancia, que se transforma por
obra del trabajo humano.
A quien pertenece la cosa formada por mezcla. No habiendo conocimiento del hecho por una de las partes, ni
mala fe por la otra, la mezcla pertenecerá en común a los dueños de las cosas mezcladas, a prorrata del valor
de la materia que a cada uno pertenecía. (art. 663).
Tampoco aquí hay accesión, ni cambio de dominio; solo hay accesión cuando una de los dueños de las cosas
mezcladas adquiere el dominio de la otra, y esto sucede cuando una de las cosas es de mucho mayor valor
que la otra, y en este caso el propietario de la cosa que vale mas tiene derecho a reclamar la cosa producida
por la mezcla; pero debe pagar al propietario de la otra cosa su valor. (art. 663, inc. 2°).
Se advierte otro caso de comunidad, al igual que en la mezcla (art. 663, inc. 1°); la situación del art. 662, en su
inc. final, en la especificación, cuando la materia del artefacto es, en parte ajena, y en parte propia del que la
hizo o mandó a hacer, y las dos partes no pueden separarse sin inconveniente, la especie pertenecerá en
www.jurislex.cl
común a los dos propietarios; al uno a prorrata del valor de su materia, y al otro a prorrata del valor de la suya y
la hechura.
1ª Regla. Se refiere al derecho de restitución (art. 665). En este caso no cabe hablar de accesión, sino de
compraventa.
2ª Regla. Derecho a pedir la separación de la cosa (art. 664). Tampoco hay aquí accesión, sino una
reivindicación de la propiedad.
3ª Regla. Presunción del consentimiento; consecuencias. (art. 666). En este caso, tampoco hay accesión,
porque se entiende que hay un acuerdo tácito y por lo tanto el modo de adquirir que opera es la tradición.
4ª Regla. Ausencia de justa causa de error y a la mala fe. El que ha hecho uso de una materia ajena sin
conocimiento del dueño, y sin justa causa de error, está sujeto en todos los casos a perder lo suyo, y a pagar lo
que más de esto valieren los perjuicios irrogados al dueño; fuera de la acción criminal a que haya lugar, cuando
ha procedido a sabiendas.
Si el valor de la obra excede notablemente al de la materia, no tiene lugar lo dicho anteriormente; salvo que se
haya procedido a sabiendas. (art. 667)
Este último inciso de la disposición ha sido objeto de interpretaciones. Don Luis Claro Solar estima que cuando
el valor de la obra excede notablemente al de la materia, el especificador solo puede ser condenado por el
delito a que haya lugar; pero no a perder lo suyo. Otros, como Alessandri y Somarriva, por el contrario, dicen
que si se ha procedido a sabiendas, hay lugar a la acción criminal y el especificador pierde lo suyo, exceda o
no considerablemente el valor de la obra al de la materia.
LA TRADICION.
Características peculiares.
1. Es un modo de adquirir derivativo. El dominio no nace con el adquirente, sino que viene de otra persona, que
es el tradente.
2. No solo sirve para adquirir el dominio, sino también –y ésta es su principal importancia- todos los derechos
reales y personales. (art. 699 y 670, inc. 2°), con excepción, naturalmente, de los personalÍsimos.
3. Por regla general, es un modo de adquirir a título singular. Pero hay una excepción; la tradición del derecho de
herencia, caso en que es a título universal. Cuando un heredero cede una cuota o todo su derecho real de
www.jurislex.cl
herencia, el tercero que adquiere este derecho o la cuota de él, va a adquirir el dominio de esta universalidad
por tradición.
4. La tradición es un modo de adquirir que puede ser a título gratuito o a título oneroso. Si el antecedente de la
tradición es una donación, la tradición será a título gratuito, pero si es una compraventa o permuta, será a título
oneroso.
6. La tradición es una convención; no es un contrato ya que no se crean obligaciones, sino que, por el contrario,
se extinguen.
Tradición y entrega. El C.C. dice que la tradición consiste en una entrega, por lo tanto, toda tradición supone
una entrega, pero no toda entrega supone tradición.
La simple entrega material, es el traspaso de una cosa de una persona a otra, no supone transferencia de
dominio, en cambio la tradición que precisa de una entrega, transfiere el dominio.
TRADICION ENTREGA
En la tradición, al efectuarse la entrega, existe de parte
En cambio,
del en la entrega propiamente tal, no existe tal
tradente y del adquirente, la intención de transferir intención
y
adquirir el dominio
Esta intención se manifiesta en la tradición por la existencia
En cambio, en la entrega hay un título de mera tenencia.
de un título traslaticio de dominio. De tal modo que si ha
habido una compraventa anteriormente, se deduce que hay
tradición.
A virtud de la tradición, la persona a quien se hace En cambio,
ésta en el caso de la entrega propiamente tal, es
pasa hacer dueño o poseedor únicamente un mero tenedor
A pesar de estas diferencias que acabamos de precisar, nuestro legislador confunde ambos términos. Así, en
el art. 1443, al definir los contratos reales, dice que son tales los que se perfeccionan por “la tradición de la
cosa”, queriendo significar la “entrega” de la cosa; En el art. 1874, al definir el contrato de comodato, el
legislador habla de tradición, cuando en realidad debe decir “entrega”, porque el comodato es título de mera
tenencia.
4. La cláusula de no transferirse el dominio sino en virtud de la paga del precio, no producirá otro efecto que el de
la demanda alternativa enunciada en el artículo precedente; y pagando el comprador el precio, subsistirán en
todo caso las enajenaciones que hubiere hecho de la cosa o los derechos que hubiere constituido sobre ella en
el tiempo intermedio.
Hay otros art. en los cuales los términos están bien empleados. Así, el art. 2212, al definir el contrato de
deposito, dice que se perfecciona por la entrega de la cosa. Y está bien dicho, porque el deposito es título de
mera tenencia y no transfiere el dominio; El art. 2196 establece que el contrato de mutuo se perfecciona por la
tradición de la cosa. También aquí el término está correctamente empleado, porque el mutuario se hace dueño
de las cosas dadas en mutuo.
Requisitos de la tradición. Los requisitos para que la tradición se efectúe son cuatro, a saber:
Este requisito es una consecuencia del carácter de convención que tiene la tradición, de acto jurídico bilateral,
en el cual intervienen dos personas: el tradente y el adquirente. El tradente es la persona que por la tradición
transfiere el dominio de la cosa entregada por él o a su nombre, y el adquirente la persona que por la tradición
adquiere el dominio de la cosa recibida por él o a su nombre.
a) Debe ser dueño de la cosa que entrega o del derecho que transfiere. Si el tradente no es dueño de la
cosa que entrega, la tradición es perfectamente válida, porque no hay ningún precepto en el C.C. que declare
nula o ineficaz la tradición hecha por una persona que no tiene el dominio de la cosa, y la nulidad no existe sino
en los casos que la ley señala. Por el contrario, hay dos preceptos (art. 682 y 683) que ponen de manifiesto
que la tradición hecha en estas condiciones es válida y surte efectos jurídicos de gran importancia, si bien no
transfiere, ni puede transferir el dominio.
En concreto, la tradición hecha por quien no es dueño de la cosa, es perfectamente válida; pero, eso sí, no
surte el efecto señalado en el art. 670, esto es, no transfiere el dominio. Porque el tradente no puede transferir
mas derechos de los que tiene, ni el adquirente puede adquirir mas derechos de los que tenía el tradente.
La tradición es un modo de adquirir eldominio de las cosas y consiste en la entrega que el dueño
hace de ellas a otro, habiendo por una parte la facultad e intención de transferir el dominio, y por otra la
capacidad e intención de adquirirlo.
Lo que se dice del dominio se extiende a todos los
otros derechos reales.
Con todo, el adquirente podrá llegar a adquirir el dominio de la cosa que se le entrega, no por la tradición, como
se dijo, sino que por la prescripción, por que la tradición lo habilita para llegar a adquirirlo, incluso aunque el
tradente haya sido mero tenedor. Esto ha sido ampliamente reconocido por nuestra jurisprudencia.
Finalmente, si el adquirente llega a obtener el dominio por la prescripción; en virtud de una ficción del
legislador, se entiende que es dueño desde que se le hizo entrega de la cosa, y no desde que se cumplió el
plazo para que operara la prescripción, porque según la mayoría de los autores, la prescripción opera con
efecto retroactivo. Y
b) debe tener facultad para transferir el dominio. La expresión empleada por el art. 670, se refiere a la
facultad o poder de disposición (que estudiamos dentro de las facultades del domino) e implica, entre otros
supuestos, la capacidad de ejercicio, es decir, el tradente debe tener aptitud legal para disponer por sí solo del
dominio de la cosa.
Capacidad del adquirente. El adquirente, con arreglo al art. 670, debe tener capacidad para adquirir. Según
ese art., tanto el tradente como el adquirente deben tener capacidad: pero no es la misma capacidad que se
exige en uno y otro caso.
Según Alessandri, el tradente debe tener capacidad de ejercicio, es decir, aptitud para disponer de la cosa y al
adquirente solo le basta su capacidad de goce, la cual lo habilita para adquirir derechos.
5. El pago en que se debe transferir la propiedad no es válido, sino en cuanto el que paga es dueño
de la cosa pagada, o la paga con el consentimiento del dueño.
Tampoco es válido el pago en que se debe transferir
la propiedad, sino en cuanto el que paga tiene facultad
de enajenar.
Sin embargo, cuando la cosa pagada es fungible y el
acreedor la ha consumido de buena fe, se valida el pago,
www.jurislex.cl
aunque haya sido hecho por el que no era dueño, o no
tuvo facultad de enajenar.
Esta última opinión nos parece la mas sólida, pues si tenemos presente que la tradición es un acto jurídico
bilateral, lógico es concluir que ambas partes deben tener capacidad de ejercicio.
Concurrencia de las voluntades de las partes; ratificación de la tradición inválida. La tradición es un acto
jurídico bilateral o convención, y requiere, por lo tanto, para su eficacia, la concurrencia de las voluntades de
las partes. (art. 670; 672 y 673).
Sin convención, la tradición sería inexistente, en conformidad a los principios generales que rigen la voluntad
de los actos jurídicos, y no cabría la ratificación, ya que no puede ratificarse lo que no existe. Sin embargo, la
ley ha modificado el rigor de estos principios, estableciendo en los incisos segundos de los art. 672 y 673, que
si falta la voluntad de una de las partes, la tradición se valida retroactivamente por la ratificación de las partes
que no hubiera prestado su consentimiento.
Cabe agregar, que la tradición puede verificarse por medio de representantes, la propia ley lo señala
expresamente (art. 671, inc. 2°). Con todo, estos, deben actuar dentro de los limites de su representación (art.
674), de lo contrario, la tradición que hiciera no transferiría el dominio.
Representación del tradente en las ventas forzadas. A esto se refiere lo dispuesto en el art. 671, inc. 3°.
En este caso, el Juez actuará como representante legal del tradente, pero para que se de esta situación, es
menester que concurran copulativamente, en conjunto, las siguientes condiciones:
Don Hugo Rossende, sostenía que el tradente manifestó su voluntad al momento de contraer su obligación,
porque en ese momento puso a disposición de su acreedor, todos sus bienes, en virtud del derecho de garantía
general (prenda general). Este pensamiento ha sido aceptado por la Corte Suprema.
www.jurislex.cl
Don Arturo Alessandri, comparte el pensamiento de don Hugo y agregaba, que en virtud del derecho de prenda
general, la persona al contratar ya sabe que si no se cumple la obligación, el acreedor podrá rematarle bienes,
y es ahí donde el da su consentimiento.
Se ha señalado por la jurisprudencia, que esta forma especial de representación, es muy restrictiva y solo se va
a extender a la firma de la escritura de venta (forzada) y a la entrega de la cosa.
Vicios del consentimiento en la tradición. Tratándose de un acto jurídico el consentimiento que prestan
adquirente y tradente, debe estar necesariamente exento de vicios.
La ley solo regula en la tradición, como vicio de la voluntad el error, ( art. 676, 677, 678). De modo que respecto
del dolo y la fuerza se aplican las reglas generales.
• Error en la cosa tradida. De acuerdo con el art. 676, el error en cuanto a la identidad de la especie
produce la nulidad de la tradición. Ej, Pedro compra determinado auto y yo en lugar de entregarle dicho auto, le
hago entrega de otro. La disposición antes aludida, esta en perfecta armonía con la del art. 1453, según el cual
el error sobre la identidad de la cosa especifica es causal de nulidad absoluta.
• Error en la persona. Aquí se presenta una excepción a los principios generales. Porque, según se
habrá estudiado, el error sobre la persona no anula el consentimiento, salvo, que la persona sea el motivo
determinante del acto o contrato. Tratándose de la tradición, el error en la persona anula la misma. Y ello se
explica, porque la tradición no es sino el cumplimiento de la obligación que nace del contrato; es un pago, y de
acuerdo al art. 1576, el pago debe ser hecho al acreedor. Si el error recae en el tradente, no se vicia la
voluntad, porque por regla general cualquiera puede pagar la obligación. Si el error recae sólo sobre el nombre,
la tradición es válida. (art. 676, inc. 2°)
• Error en el título de la tradición. Esta contemplado en el art. 677 y puede revestir dos aspectos;
en ambos la tradición es inválida.
a) Ambas partes entienden que hay un título traslaticio de dominio, pero el error consiste en que se
equivocan en cuanto a la naturaleza del título. Ej, una de las partes cree que hay compraventa y la otra
donación.
www.jurislex.cl
b) Una persona entiende que hay un título traslaticio de dominio y la otra entiende que hay un título
de mera tenencia. Ej, una de las partes cree que hay un comodato y la otra una donación.
En ambos casos la tradición es nula, pues dice la ley que el error en el título invalida la tradición. (art. 677).
Finalmente, agrega el art. 678 que el error sufrido por los mandatarios o representantes legales también
invalida la tradición.
Influencia del título en la tradición. El antecedente de la tradición es el título, sin título no hay tradición; por
eso, todo vicio, toda imperfección, toda nulidad del título hace que la tradición no opere, que esta no transfiera
el derecho. La Corte Suprema ha dicho que la nulidad de la tradición procede normalmente como consecuencia
de que sea aceptada la nulidad del contrato que le sirve de título traslaticio. (art. 1453 y 1682).
Este requisito lo exige el art. 675. Si no hay título traslaticio de dominio, no hay tradición.
El art. 703, inc. 3° define el título traslaticio de dominio señalando que: son los que por su naturaleza sirven
para transferir el dominio.
El título traslaticio de dominio, por si mismo, no transfiere el dominio; porque en Chile de los contratos, jamás
van a nacer derechos reales (el título es un contrato, y el dominio es un derecho real). El título, es apto para
transferir el dominio, solo cuando se complemente con la tradición.
Algunos casos de títulos traslaticios de dominio. Una enumeración mas o menos completa sería la
siguiente:
Alessandri sostiene que la dación en pago no es título traslaticio de dominio, sino que es una tradición porque
es un pago, es un acto de atribución patrimonial en el que el título o acto fundamental, es el contrato que
establece la obligación, que se ve extinguida por la dación en pago.
El título debe ser valido. Esto esta establecido en el art. 675. En otros términos, no debe tratarse de un título
nulo; pues si lo es, como ya se dijo, la tradición no transfiere el derecho.
Art. 675. Para que valga la tradición se requiere un título translaticio de dominio,
como el de venta, permuta,donación, etc.
Se requiere además que el título sea válido respecto
de la persona a quien se confiere. Así el título de
donación irrevocable no transfiere el dominio entre
cónyuges.
Esta exigencia de que el título sea válido, también se ve confirmada por el art. 679, según el cual:
“Si la ley exige solemnidades especiales para la enajenación, no se transfiere el dominio sin ellas”.
Por eso la Corte de Apelaciones de Santiago declaró que cuando se trata de bienes que se deben enajenar en
pública subasta, la tradición no transfiere el dominio sin ese requisito.
La forma como debe hacerse la entrega es diversa según sea la naturaleza del bien de que se trate y por lo
tanto hay que distinguir:
a) Tradición de los bienes muebles y de los derechos reales constituidos sobre ellos;
b) Tradición de los bienes raíces y de los derechos reales constituidos sobre ellos;
a). Tradición de los bienes muebles y de los derechos reales constituidos sobre ellos.
Según el art. 684, la tradición debe hacerse significando que se transfiere el dominio y figurando esta
trasferencia por alguno de los medios que enumera. Advertimos que esta disposición no es taxativa.
84. La tradición de una cosa corporal mueble deberá hacerse significando una de las partes a la otra que le
transfiere el dominio, y figurando esta transferencia por uno de los medios siguientes:
2º Mostrándosela;
La expresión significando, la Corte Suprema ha señalado que el legislador quiso decir que el tradente debe
asumir un comportamiento inequívoco que desea transferir el dominio. este medio inequívoco puede ser
cualquiera, porque como se dijo, la enumeración del art. 684 no es taxativa, sino que simplemente ejemplar.
El Código de Comercio, consagra otras formas de hacer tradición. Por ej. el hecho de poner la marca del
comprador en los productos comprados, representa tradición, (art. 149 N°2 Código de Comercio)
www.jurislex.cl
El C.C. no menciona como una forma de hacer tradición, la entrega de la cosa y todos los autores están de
acuerdo en considerar que la entrega, es la forma mas común de hacer la tradición. Por lo que se concluye,
que don A. Bello no la consideró, porque estimó que era tan obvio, que resultaba innecesario mencionarla.
Las formas de hacer tradición que este art. consagra, se agrupan en dos categorías:
a) tradición real o verdadera. Es la que se hace física o naturalmente, sea entregando la cosa el tradente al
adquirente, sea permitiendo el primero al último la aprehensión material de la cosa, y manifestando el uno la
voluntad de transferir y el otro la de adquirir el dominio (art. 684 N°1)
b) ..Tradiciones fictas. Son las que se hacen por medio de una ficción que represente la verdad.
Suelen citarse cuatro casos:
• Tradición simbólica. Es la que se hace por medio de un símbolo o señal u otro signo que
representa a la cosa tradida y la pone bajo el poder o acción del adquirente. la entrega de las llaves del
granero, almacén o cofre (art. 684, 3°); cuando se entregan los títulos de dominio de la cosa; cuando el
tradente se encarga de poner la cosa a disposición del adquirente. (art. 684 4°).
• Tradición de larga mano (longa manu). Llámase así porque se finge alargada la mano hasta tomar
posesión de un objeto distante, o porque se supone una mano bastante larga para tomar posesión de toda la
cosa. Se efectúa mostrando ésta y poniéndola a disposición del adquirente. Art. 684, 2°.
• Tradición por breve mano (brevi manu). Es la que se produce cuando el mero tenedor de una cosa
llega a ser adquirente de ella y la retiene con ánimo de dueño. Consiste en suponer que el dueño de la cosa al
venderla al que la tenía como mero tenedor, la recibe de éste y se la vuelve a entregar de nuevo por un rápido
cambio de mano. La ficción tiende a evitar un rodeo inútil. (art. 685, 5°).
Esta materia está regulada por el art. 685; el cual ha provocado disquisiciones. En efecto; la Corte Suprema,
sostuvo que, deacuerdo con esa disposición, la tradición de los frutos pendientes sólo puede verificarse por la
separación de ellos de la tierra o del árbol y no de otra manera, es decir, sostuvo que sólo procedía la tradición
real que consagra el art. 685, quedando excluida , por tanto, la tradición simbólica.
Sin embargo, con posterioridad, la propia Corte, admitió la tradición simbólica de estos frutos, por medio de una
escritura pública de los árboles vendidos para su explotación.
También la Corte Suprema ha señalado que el art. in comento, se refiere al simple permiso del dueño, a través
de un acto gratuito; sin embargo existen autores que concedieran que este art. también se aplica cuando existe
un acto oneroso. Y ello por dos razones:
1) Por que en esta materia, don A. Bello siguió el criterio de Pothier, y él también comprendía a las cosas que
se debían en virtud de un título oneroso.
2) Asimismo, el inciso 2° del mentado art. pone en evidencia que el no solo se refiere a los actos gratuitos, sino
que a todos aquellos casos, en que una persona tenga derecho a tomar coger los frutos de que se trata.
b). La tradición de los bienes raíces y de los derechos reales constituidos sobre ellos.
La tradición de los derechos reales inmuebles, excepto la servidumbre, se efectúa, de acuerdo con la
legislación que nos rige, por la inscripción del título en el Registro del Conservador. Art. 686.
Los fines de la inscripción en el registro Conservatorio de Bienes Raíces se puede resumir en:
b) Publicidad de la propiedad raíz. La inscripción en el Registro del Conservador tiene también por fin dar
publicidad a la propiedad territorial. Persigue, como dice el mensaje del C.C., ponerla a la vista de todos, en un
cuaderno que represente, por decirlo así, instantáneamente sus mutaciones, cargas y divisiones sucesivas. Se
tiende con esta función de la inscripción a conservar la historia de la propiedad raíz y permite el conocimiento
de sus gravámenes, evitándose así los engaños de que pudieran ser víctimas los terceros.
c) Prueba, requisito y garantía de la posesión. Según la mayoría de los autores nacionales, la inscripción llena
también el fin de servir de requisito para adquirir la posesión de los Bienes Raíces (art. 724); la prueba de esa
misma posesión (art. 924), y de garantía de ella (art. 728 y 2505).
d) Solemnidad de un acto o contrato. Por regla general, la inscripción constituye tradición, o sea,
modo de adquirir, sin embargo, en ciertos casos, desempeña, además, el papel de solemnidad de algunos
actos jurídicos: donaciones irrevocables (art. 1400); constitución de usufructo (art. 767); constitución del
derecho de uso (art. 812 en relac. Con el 767); constitución del censo (art. 2027); constitución de la hipoteca
(art. 2409 y 2410).
El art 686 señal taxativamente, que derechos reales constituidos sobre inmuebles, materializan su tradición, por
medio de la inscripción del título en el Registro del Conservador.
Con todo, hay ciertos derechos reales que el citado art. 686 que no menciona, a saber:
Las servidumbres activas. Esto porque su tradición se debe hacer por escritura pública (art. 698);
prenda. Porque esta solo puede recaer en bienes muebles (art. 684);
Tradición del derecho real de servidumbres activas. La tradición de este derecho real está regulada en el
art. 698. Y debe hacerse por escritura pública, en la que conste el consentimiento del dueño del predio sirviente
y del predio dominante.
Esta escritura publica puede ser la misma en la que se constituye la servidumbre u otra distinta.
Respecto a este derecho real, la ley no exige la inscripción del título. De acuerdo al art. 53 Del
Reglamento del Conservador de Bienes Raíces, las servidumbres pueden inscribirse, pero esta inscripción no
es obligatoria.
Una vez que se ha otorgado la escritura pública se va a entender hecha la tradición y la inscripción solo va a
ser necesaria para fines de publicidad, para hacer oponible ante los terceros la respectiva tradición.
Tradición del derecho real de herencia. El traspaso del patrimonio del difunto al heredero se opera por el
modo de adquirir llamado sucesión por causa de muerte, y no por la tradición, que es un modo de adquirir que
tiene lugar entre vivos.
Las inscripciones en el Conservador de Bienes Raíces que el art. 688 señala, relacionadas con la herencia, no
constituyen tradición de éste derecho, sino sólo requisitos para que el heredero pueda disponer de los
inmuebles comprendidos en aquélla.
NOTA:
El artículo 23 de la LEY 19903, publicada el
10.10.2003, dispone que comenzará a regir seis meses
después de su publicación.
Una vez fallecido el causante, el heredero puede disponer, enajenar su derecho de herencia. ¿cómo se hace la
tradición del derecho de herencia?
Hay que aclarar que lo que se va a analizar se refiere a la venta o cesión de los derechos hereditarios en la
universalidad de la sucesión o en una cuota de ella, y no a la venta de los derechos hereditarios que al
heredero vendedor o cedente correspondan en un bien determinado de la sucesión, porque en este último caso
lo que se cede o vende es simplemente el bien raíz o una cuota en él, y es evidente que en tal caso la
inscripción es la única forma de hacer la tradición.
Ningún art. de nuestro C.C. dispone sobre cómo debe o puede efectuarse la tradición del derecho de herencia;
pero dos doctrinas proponen soluciones.
Don Leopoldo Urrutia, brillantísimo profesor de esta misma cátedra y ex presidente de la Corte Suprema, fue el
primero que sostuvo esta doctrina. Según ella, siendo la herencia una universalidad jurídica, que no comprende
bienes determinados, sino un conjunto de bienes indeterminados o una cuota de ese conjunto, no puede
calificarse de bien mueble o inmueble.
Por tanto, aunque la herencia comprenda bienes inmuebles, no es necesaria la inscripción de que habla el art.
686 para la tradición de ella, pues esta última disposición se refiere a la manera de efectuar la tradición del
dominio de los bienes raíces, y ya se ha dicho que aunque la herencia comprenda éstos no adquiere carácter
inmueble, sino que mantiene su calidad de bien abstracto, sui generis. Todavía más, agregan los que siguen al
profesor Urrutia, el art. 686 es inaplicable porque se refiere a la tradición del dominio y otro derechos reales que
menciona, entre los cuales no se cuenta la herencia, y ésta, aunque en doctrina puede mirarse como una forma
de dominio y aplicársele sus reglas, en nuestro derecho positivo no puede seguirse tal criterio, porque
considera la herencia en forma autónoma o independiente del derecho de dominio. (art. 577 y 1268)
Como no hay reglas particulares para la tradición del derecho real de herencia, corresponde aplicar las
generales del título de la tradición. En conformidad a éstas, la tradición del derecho de herencia puede
verificarse por cualquier medio que revele la intención del tradente de transferirlo y la del adquirente de
adquirirlo. Se aplica la regla general del art. 670, inc. 1° y 2°.
En consecuencia, y por ejemplo, operará la tradición del derecho de herencia si en la escritura pública de la
venta de este derecho el vendedor expresa su voluntad de transferirlo y el comprador de aceptarlo para sí.
Así, si solo se compone de bienes muebles, la herencia será cosa mueble y su tradición deberá efectuarse por
uno de los medios que el art. 684 indica para la tradición de las cosas corporales muebles. Si la herencia se
compone únicamente de bienes inmuebles, será cosa inmueble, y la tradición deberá efectuarse conforme al
art. 686, por la inscripción del título en el Registro del Conservador. Por último, si comprende muebles e
inmuebles, tiene carácter mixto, y su tradición también deberá efectuarse conforme al art. 686.
La calificación de la herencia, como de todo derecho, depende, pues, según seas mueble o inmueble la cosa
en que recae. (art. 580)
Posición de la Jurisprudencia. Prácticamente todas las sentencias judiciales consideran que la tradición del
derecho real de herencia no exige inscripción, aunque en ella haya bienes raíces, y basta con cualquier medio
que revele la facultad e intención del tradente y la capacidad e intención del adquirente.
Así ha habido sentencias que estiman efectuada la tradición o cesión del derecho real de herencia, por el
hecho que los demás herederos o copartícipes, reconozcan al cesionario como tal; Otra sentencia, en la
circunstancia que el cesionario intervenga en la administración y en la liquidación de los bienes hereditarios,
otra, por la entrega de los documentos que acreditan la calidad de heredero del cedente.
1.- Porque la herencia es una asignación a título universal y los herederos son dueños de esa universalidad.
2.- Porque el art. 686, expresamente excluyó al derecho real de herencia y no existe ninguna disposición que
exija la inscripción.
3.- Porque en numerosos art. como el 687 y los art. 54 y 78 del Reglamento del Conservador de Bienes
Raíces, se desprende que la inscripción en el conservador, se refiere a inmuebles particulares, singulares, pero
no a universalidades.
Conveniencia de la inscripción. Si bien nuestra jurisprudencia no exige inscripción para que opere la
tradición del derecho real de herencia, todos los autores consideran que resulta conveniente efectuar la
inscripción cuando en la herencia hay bienes raíces, porque de lo contrario, se vería afectado el principio, a
www.jurislex.cl
través del cual, se busca mantener la historia de la propiedad raíz, y por esto existen muchos autores
partidarios de la modificación del inciso 2° del art. 686, para que expresamente sea incorporado el derecho real
de herencia.
La palabra título, según la mayoría de los autores, se ha tomado como sinónimo de instrumento donde consta
la cesión, y si no existe ningún instrumento escrito, habrá que otorgar uno para que éste se pueda entregar y
así se entienda hecha la tradición.
Sin embargo, otros autores como don Arturo Alessandri, han criticado lo anterior y señalan que para que se
entienda hacha la tradición de los derechos personales, no es indispensable que exista una entrega material
del documento donde consta la cesión, sino que basta con una entrega simbólica. Por ej. permitiéndosele al
cesionario cobrar el crédito.
Los art. 1901 y sgtes. hablan de la cesión de los créditos personales; en general la doctrina ha criticado que
nuestro Código hable de créditos personales, porque todo crédito siempre es personal.
Sin embargo, se sostenido que don A. Bello, habló de créditos personales para dejar en claro que, el C.C. solo
regula la tradición de los créditos nominativos, que son aquellos, en los que se indica con toda claridad la
persona del acreedor y no puede ser pagado sino es a él.
Los créditos a la orden y al portador, no están regulados por el C.C., sino en el Código de Comercio. (Los
créditos a la orden, son aquellos en que al nombre del acreedor se le antepone la expresión “a la orden” u otra
semejante. Su tradición se efectúa a través del endoso. Los créditos al portador, son aquellos en que no se
designa la persona del acreedor. Y su tradición se efectúa por la simple entrega material)
Por tanto, el C.C. regula la cesión de los créditos nominativos, esta cesión es una tradición de derechos, no es
un contrato, y si bien está regulada después de la permuta y de la compraventa, que si lo son, esto fue solo por
una razón histórica.
Para determinar como se hace la cesión de los créditos nominativos, tenemos que distinguir:
C) Entre el cedente y el cesionario, según el art. 1901, la cesión se perfecciona por la entrega del título.
D). Respecto al deudor cedido. A esto se refieren los art. 1902 y sgtes. Una vez que el cedente le ha hecho
entrega del título al cesionario, se va a entender hecha la tradición, sin embargo, ésta le va a ser inoponible al
deudor cedido y a los terceros. Para que esa tradición se haga oponible, es menester que se de alguna de
estas situaciones: * Que se notifique al deudor la cesión; o * Que el deudor acepte la cesión.
La notificación esta regulado en los arts. 1902 y 1903. La ley señala que el cesionario (adquirente del crédito)
debe notificar al deudor cedido de la cesión o tradición; porque de lo contrario, esa tradición le va a ser
inoponible, así como a los terceros.
Esta notificación, según la mayoría de los autores, debe ser judicial, y debe efectuarse, exhibiéndosele al
deudor, el título donde consta la cesión, con la designación del cesionario y la firma del cedente.
www.jurislex.cl
La ley exige esta notificación, porque la cesión de créditos hace pasar el crédito del cedente al cesionario, con
todos sus privilegios, garantías y gravámenes. Lo único que no se traspasa, son las excepciones personales
(art. 1906).
La cesión de crédito es distinta de la novación por cambio de acreedor y se diferencia, entre otras
cosas:
1° Que en la cesión de créditos, no se requiere el consentimiento del deudor, basta con que se le notifique la
cesión. En la novación por cambio de acreedor, es necesario el consentimiento del deudor.
2° En la cesión de créditos , este pasa con todos sus derechos y garantías. En la novación por cambio de
acreedor, estas garantías se pierden.
En el caso de la aceptación, esta no es exigida por la ley; sin embargo, es posible que el deudor cedido,
voluntariamente acepte la cesión, y en este caso, se hace innecesaria la notificación.
Efectos de la Tradición
Para estudiar los efectos de la tradición, hay que distinguir según que el tradente sea dueño de la cosa que
entrega o a su nombre se entrega, o que no lo sea.
1.- Efectos de la tradición cuando el tradente es dueño de la cosa que se entrega. En este caso, la
tradición transfiere el dominio. Este es el único caso en que la tradición desempeña el verdadero papel jurídico
que la ley le atribuye.
Claro es que, tratándose de un modo de adquirir derivativo, el dominio que tenía el tradente pasa al adquirente
en las mismas condiciones; con los mismos gravámenes y privilegios que aquel detentaba.
2.- El tradente no es dueño de la cosa que se entrega; diversas situaciones. Cuando el tradente no es
dueño de la cosa que entrega, la tradición es válida, lo que concuerda con el art. 1815 C.C., que expresamente
declara la valides de la venta de cosa ajena.
a) El tradente es poseedor regular de la cosa entregada. En este caso, el adquirente, si está de buena
fe, también adquiere la posesión regular de la cosa entregada. En este caso, la tradición le va a servir de justo
título y podrá llegar a adquirir el dominio de la cosa, no por la tradición, sino que por la prescripción adquisitiva.
Todavía mas, el art. 717 permite al sucesor, añadir la posesión de su antecesor con sus calidades y vicios.
b) El tradente es poseedor irregular. Si el adquirente está de buena fe, mejora el título que tenía su
tradente y la tradición servirá, no de modo de adquirir, sino de justo título, pasando el adquirente a tener la
posesión regular.
c) El tradente es un mero tenedor. Siendo el tradente un mero tenedor, jamás, puede llegar a adquirir por
prescripción la cosa; porque, precisamente, la mera tenencia excluye la posesión.
Pero, aun en este caso, en que la tradición la hace un mero tenedor, aquí como modo de adquirir, sirve,
en cambio, de justo título, y uniendo a este justo título la buena fe, tendrá el adquirente del mero tenedor la
posesión regular que conduce a la adquisición de la cosa por prescripción ordinaria.
Adquisición del dominio por el tradente con posterioridad a la tradición. Excepcionalmente, puede
acontecer que en estos tres casos que hemos analizado, el tradente, por cualquiera razón adquiera con
posterioridad el dominio de la cosa entregada. En tal evento, deacuerdo con el art. 682, inc. 2°, se entiende que
la transferencia del dominio ha operado desde el mismo instante en que se hizo la tradición. Esta disposición
concuerda con el art. 1819, según el cual, vendida y entregada a otro una cosa ajena, si el vendedor adquiere
después el dominio de ella, se mirará al comprador como verdadero dueño desde la fecha de la tradición.
Cuando puede pedirse la tradición. De acuerdo a lo que señala el art. 681, lo normal y corriente es que la
tradición se efectúe inmediatamente después de celebrado el contrato. Sin embargo, hay tres casos en los que
no puede pedirse la tradición de lo que se debe:
a) Cuando el título es condicional. La condición suspende le nacimiento el nacimiento del derecho. Ej. Si le
ofrezco a Pedro regalarle una casa si se recibe de abogado, natural es que Pedro no pueda pedírmela mientras
no se reciba.
b) Si hay plazo pendiente para el pago de la cosa. No se puede exigir la tradición de la cosa, sino
después que se haya cumplido el plazo; puesto que el efecto propio del plazo es suspender la exigibilidad del
derecho.
Art. 1578. nº 2
El pago hecho al acreedor es nulo en los
casos siguientes:
2º Si por el juez se ha embargado la deuda o
mandado retener su pago;
De manera que cuando ha intervenido decreto judicial en contrario, es decir, cuando se ha retenido o se ha
embargado la cosa que debe entregarse, el acreedor no sólo no tiene derecho a exigir la entrega, sino que el
tradente no debe hacerla.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tradición sujeta a modalidades. Hasta el momento nos hemos puesto en el caso mas sencillo, en que la
tradición transfiere el dominio puro y simple. Pero, de acuerdo con el art. 680, puede la tradición transferir el
dominio bajo condición suspensiva o resolutoria, con tal que se exprese.
1.- Tradición bajo condición resolutoria. Los autores consideran que en este caso, la condición resolutoria
se exige mas propiamente en el título que precede a la tradición; en sí misma, la tradición no puede ser bajo
condición resolutoria. Esta existe en el título traslaticio de dominio que ha precedido a la tradición. Ej. Le doy a
Pedro una casa hasta que se vaya a Europa. En este caso, yo hago la tradición de la casa y Pedro adquiere el
dominio bajo condición resolutoria, es decir, que si se va a Europa deja de ser dueño; la condición resolutoria
existe en el título, y como toda modificación en el título se extiende a la tradición, resulta que ésta también está
sujeta a la misma condición.
www.jurislex.cl
¿afecta la condición resolutoria tácita a la tradición?. La regla general es que la condición se exprese; pero
también manifestamos que hay excepciones en que la condición es tácita. Una de estas condiciones es la
establecida en el art. 1489, según el cual, en todo contrato bilateral va envuelta la condición resolutoria de no
cumplirse por una de las partes lo pactado. La cuestión que se suscita en este momento es la siguiente: la
condición del art. 1489. ¿afecta o no a la tradición?
Don Ruperto Bahamonde sostiene que no se aplica en este caso, por la muy sencilla razón de que el art. 680
dice que la tradición puede transferir el dominio bajo condición suspensiva o resolutoria, con tal que se
exprese. Y agrega, lo que no es expreso es tácito. En consecuencia, no estando esta condición expresada, ella
no puede afectar a la tradición.
2.- Tradición bajo condición suspensiva. El caso de la condición suspensiva es mas bien teórico, tiene poca
aplicación práctica, porque la tradición se hace después de cumplida la condición. Sin embargo, este art. 680
se pone en el caso de que se entregue anteriormente la cosa a la persona, y entonces, una vez cumplida la
condición, el adquirente pasa a ser dueño de la cosa, sin necesidad de tradición, ya que ésta se ha efectuado
anticipadamente.
Como explica Claro Solar, la tradición hecha bajo condición suspensiva, “no transfiere naturalmente la
propiedad, porque el propietario no se ha desprendido de ella a favor del adquirente, sino en caso que se
realice el acontecimiento futuro e incierto que las partes han tenido en vista para que se efectúe la
transferencia. Pero verificada la condición, la transferencia del dominio tendrá lugar de pleno derecho en el
momento de la realización de la condición, sin necesidad de ningún acto o manifestación de voluntad ulteriores.
La tradición en la compraventa no está sujeta al pago del precio; contradicción de disposiciones. El art.
680, inc. 2° señala que una vez que se entrega la cosa vendida, se entiende hecha la tradición, aunque no se
haya pagado el precio, a menos que las partes expresamente hayan convenido lo contrario. Por lo tanto, este
art. declara lícito y válido el pacto por el cual, el vendedor se reserva el dominio mientras no se pague el precio
y la única exigencia que se hace es que se convenga expresamente.
Por su parte, el art. 1874 establece que la cláusula de no transferir el dominio, sino en virtud del pago del
precio, no produce otro efecto que el de la demanda alternativa del art. 1873; en virtud del cual, el vendedor o
el comprador tienen un derecho alternativo, cuando la contra parte no ha cumplido con su obligación. El
derecho alternativo consiste, en que se podrá optar o por pedir la ejecución forzada de la obligación o la
resolución del contrato, en ambos casos, con indemnización de perjuicios. (art. 1489).
Por lo tanto, de acuerdo al art. 1874, pese al pacto, por el cual el vendedor se reserva el dominio mientras no
se pague el precio, el dominio se transfiere igual y el único efecto que este pacto va a producir es que si el
comprador no paga el precio, el vendedor podrá a su voluntad o demandar la ejecución forzada o la resolución
y en ambos casos con indemnización de perjuicios.
www.jurislex.cl
Como la compraventa es un contrato bilateral, en ella va envuelta la condición resolutoria tácita, era
innecesario que el legislador expresamente señalara que el efecto de este pacto, era que el vendedor pudiera
hacer uso del derecho alternativo, porque cada vez que el comprador no pague el precio, se haya o no
establecido el pacto, el vendedor tendrá esta facultad.
Por lo tanto, este pacto carece de valor de acuerdo al art. 1874, porque el único efecto que produce, se
materializa se haya o no convenido.
Esta contradicción se resuelve haciendo primar los arts. de la compraventa; porque están ubicados
especialmente en el título de la compraventa y sabemos que, de acuerdo con el art. 13 del Código, las
disposiciones de una ley relativas a cosas o negocios particulares, prevalecen sobre las disposiciones
generales de la misma ley, cuando entre las unas y las otras hubiere oposición.
En conclusión, si el vendedor y comprador estipulan que no se transfiere el dominio de la cosa vendida sino en
virtud del pago del precio, y el primero verifica la entrega, la estipulación no produce sino los efectos de dar al
vendedor la demanda alternativa señalada en el art. 1874.
--------------------------------------------------
1.- La inscripción en el CBR. Permite hacer la tradición del dominio de los bienes raíces y de los demás
derechos reales que menciona expresamente el art. 686. Esta función está establecida en el art. 687 y
señala que el título debe inscribirse en el CBR. Que corresponda al territorio donde se encuentra ubicado el
inmueble.
2:- La inscripción permite tener la historia fidedigna de la propiedad raíz. A esto se refiere el art. 688; este
art. regula una serie de inscripciones que no se requieren por tradición, sino que para dar publicidad a la
propiedad raíz.
Estas inscripciones la ley se las exige al heredero, el que adquiere el dominio de la herencia por sucesión por
causa de muerte.
De acuerdo a la ley, desde el momento que fallece el causante, en ese mismo momento el heredero adquiere
el dominio de la herencia e inicia la posesión legal de ella, de manera que las inscripciones que regula el art.
688, no podrían exigirse por tradición, porque un derecho solo puede adquirirse por un solo modo, en este
caso, sería el de sucesión por causa de muerte.
www.jurislex.cl
El heredero, una vez que ha fallecido el causante, va a poder disponer libremente de todos los bienes muebles
de la herencia. Sin embargo, para que el pueda disponer de los bienes raíces, pese a que ya adquirió el
dominio de la herencia, la ley le impide disponer de ellos, mientras no efectúe las inscripciones que regula el
art. 688. La Corte Suprema, ha señalado que la palabra “disponer” que emplea este art. debe tomarse como
sinónimo de enajenar, en sentido amplio.
a) La primera inscripción consiste, en que los herederos deben inscribir el decreto judicial que da la posesión
efectiva de la herencia, en el registro de la comuna o agrupación de comunas que corresponda al lugar donde
fue pronunciado o dictado el decreto. Si hay testamento, a demás habrá que inscribirlo. Los herederos, aún no
pueden disponer de los bienes raíces.
b). (688, N°2) La segunda inscripción, es la especial de herencia a nombre de todos los herederos. Esta
consiste en que los herederos deberán acudir al CBR. De donde estén ubicados los inmuebles y cancelar la
inscripción que exista a nombre del causante y efectuar una nueva a nombre de todos ellos. Para acreditar que
son herederos, deben exhibir una copia del decreto de posesión efectiva inscrito; una vez que los herederos
han efectuado esta 2ª inscripción, podrán disponer de común acuerdo de los inmuebles hereditarios.
c). (688 N°3) La tercera inscripción, es la especial del acto de partición. Cuando se produce la partición de la
herencia, el heredero que se adjudica un inmueble en particular, debe concurrir al CBR. Y solicitar que se
cancele la inscripción que exista a nombre de todos los herederos y que se haga una nueva a nombre de él.
Una vez que el heredero ha cumplido con estas tres inscripciones, recién ahora podrá disponer libremente del
inmueble.
Asimismo, estas inscripciones no se exigen por tradición; sino que ellas cumplen dos funciones especificas:
primero, van a permitir mantener la historia de la propiedad territorial, dando publicidad a los bienes raíces; y
segundo, van a permitir a los herederos, disponer de los bienes raíces hereditarios.
3.- Permite hacer oponible a terceros el dominio que se ha ganado por la prescripción.
A esto se refieren los art. 689 y 2513. Cuando se adquiere por prescripción el dominio de cualquiera de los
derechos reales mencionados en el art. 686, la ley señala que la sentencia judicial, que reconoce como
adquirido ese derecho por la prescripción, puede inscribirse en el CBR. Para ser oponible esa adquisición ante
los terceros.
En este caso la inscripción tampoco se exige por la tradición, porque ha operado otro modo de adquirir, a
saber, la prescripción. La inscripción se exige por vía de publicidad, para hacer oponible ante los terceros, la
adquisición del derecho real.
La regla general, es que en el CBR. Sólo se pueden inscribir, escrituras públicas, pero el art. 2513, señala que
la sentencia judicial que reconoce que se adquirió el dominio por la prescripción, hará las veces de escritura
pública y por lo tanto podrá inscribirse en sus registros.
4.- La inscripción en el CBR. Es requisito, prueba, y. garantía de la posesión de los bienes raíces.
a). Requisito. Se dice que la inscripción en el CBR., es requisito de la posesión de los bienes raíces, en virtud
de lo señalado en el art. 724. Si se trata del dominio de un bien raíz o de alguno de los otros derechos reales
que menciona el art. 686, para iniciar la posesión , es necesaria la inscripción.
b). Prueba. En virtud de lo dispuesto en el art. 924. La Corte Suprema ha señalado que este art. consagra una
presunción de derecho, en el sentido que, si una persona tiene su derecho inscrito y su inscripción ha durado
un año completo o mas, no se podrá impugnar su posesión, por otras pruebas de posesión. Lo que la ley no
permite, es que se pueda destruir la presunción de que es poseedora la persona que tiene su título inscrito al
menos un año, por otra prueba de posesión. Con todo, si se pretendiere impugnarla por otro mecanismo, que
no sea prueba de posesión, como por ej. si se intenta una acción reivindicatoria, esta sería perfectamente
valida.
El art. 925, consagra una aparente excepción con la regla del art. anterior, al sostener que la posesión del
suelo se debe probar por hechos positivos, de aquellos que solo da derecho el dominio. La doctrina ha
señalado, que el art. 924 debe aplicarse cuando el derecho está inscrito y esta inscripción haya durado por lo
menos un año; y el art. 925, tendría aplicación cuando el derecho no se encuentre inscrito o cuando la
inscripción haya durado menos de un año.
c). Garantía. Aquí hay que tener presente lo que reglan los arts. 728 y 2505. El primero. Señala los casos en
que la posesión inscrita puede cancelarse y esta puede verificarse de tres maneras diferentes, a saber.
Primero, por la voluntad de las partes; segundo, por una nueva inscripción, en que el poseedor inscrito
transfiere su derecho a otro. En este caso, se ha criticado el lenguaje que emplea el C.C., porque se refiere a la
posesión como un derecho y a demás señal que se puede transferir y los hechos, como la posesión, no se
pueden transferir. Y tercero, por decreto judicial.
La inscripción es garantía de la posesión, deacuerdo a lo que se desprende de la última parte del art. 728, en
efecto, mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa, no inicia posesión, ni hace perder la
existente.
El art. 2505, establece que contra un título inscrito no opera la prescripción adquisitiva de los bienes raíces o de
los derechos reales constituidos en ellos, sino en virtud de otro título inscrito y la prescripción comienza a
correr, desde la inscripción de este 2° título.
www.jurislex.cl
En estos casos, la inscripción tampoco juega un rol de tradición, todos ellos se refieren a la posesión.
Ej. La propiedad fiduciaria debe inscribirse en el CBR. El usufructo cuando recae sobre bienes raíces y se
constituye por acto entre vivos; Debe inscribirse la hipoteca; también debe inscribirse, las donaciones entre
vivos; los derechos reales de uso y habitación.
Respecto de ciertos derechos reales, como el uso; la habitación; el usufructo y la hipoteca, los autores
consideran que la inscripción cumple dos funciones, a saber: primero, se exige como solemnidad y segundo,
opera como tradición de estos derechos reales.
La inscripción en Chile, no es prueba de dominio. La inscripción en nuestro país sólo permite probar la
posesión, pero no es prueba del dominio; éste habrá que probarlo por la prescripción. En efecto, si la
inscripción ha durado el respectivo plazo de prescripción, se podrá probar el dominio.
Don A. Bello quería garantizar con la inscripción el dominio y no solo la posesión, sin embargo consideró, que
si bien esa era la solución ideal, el país no estaba preparado para ese cambio, porque existía una gran
cantidad de propiedades no inscritas. Con todo, previó que en un tiempo prudente, la inscripción, con el
dominio y con la posesión se confundirían. Es así que en el mensaje del código se lee “La inscripción sería
desde entonces un título incontrastable de propiedad, obteniéndose así el resultado.... de que en una época
inscripción, posesión y propiedad serían términos idénticos “.
A pesar de todo, hasta hoy subsisten muchas propiedades no inscritas. Por lo tanto, aún estos conceptos no
son sinónimos y consecuentemente es frecuente ver en los Tribunales el ejercicio de la acción reivindicatoria.
Sistemas de inscripción
En el derecho comparado, son tres los regímenes territoriales que existen, a saber: sistema o registro alemán;
régimen australiano o Acta Torrens y Sistema francés o de la transcripción.
En Chile existe un sistema intermedio entre el francés y el alemán, pero a diferencia de ellos, la inscripción,
como se dijo, no es prueba del dominio.
a). Sistema alemán o germánico. La inscripción es prueba del dominio y este sistema funciona en base a dos
libros o registros, a saber; El Registro predial o territorial (Grundbuch), contiene en cada foja la matrícula de
cada propiedad y en ella se anotan todos los actos jurídicos relativos a la misma: transferencias, gravámenes,
etc. El otro libro, llamado catastral (Flurbuch), contiene la determinación física y topográfica de cada predio, su
naturaleza, forma, cabida, anotándose todas las modificaciones materiales que experimenta: construcción de
caminos, canales, cercas, etc.
b). Régimen australiano. El inventor de este sistema fue Sir Robert Torrens. Este sistema consiste en que el
propietario que quiere hacer inscribir su título presenta los antecedentes del mismo y un plano del predio. El
Director del Registro, que tiene facultades judiciales, examina todo
y ordena hacer ciertas publicaciones, para advertir a los terceros que quieran oponerse a la inscripción. Se
procede a ésta, si no hay oposiciones o si son desestimadas. Se redactan dos certificados idénticos, que
contienen un plano de la propiedad y la indicación de las obligaciones que la gravan. Uno de los documentos
se entrega al propietario, a quien sirve de título y el otro se inserta en el Registro.
c). Sistema francés. En Francia, de los contratos nacen derechos reales y la compraventa de los bienes
raíces, tiene un carácter consensual; por lo tanto, la inscripción no se exige por tradición, porque esta opera por
el contrato mismo; la inscripción se exige para hacer oponible ante los terceros la adquisición del dominio, es
decir, se exige por vía de publicidad.
En nuestro país , la propiedad raíz, inmueble o territorial está organizada sobre la base del régimen
conservatorio de los bienes raíces. Bello concibió esta institución inspirándose en la ley prusiana de 1872 y en
el registro de hipotecas que, conforme a la legislación española, existía en Chile.
El Registro del conservador fue creado por el CC. El art. 695, establece que un reglamento especial
determinará los deberes y funciones del conservador; este Reglamento se dictó el 24 de junio de 1857, y el 28
de Agosto de 1858, se estableció que éste, comenzaría a regir el 1° de Enero de 1859. En conclusión, éste
Reglamento del registro CBR., como vemos, fue dictado por autorización de una ley, El CC., y se ajusta a los
términos de éste; y si bien se le llama reglamento, es un DFL., produciendo los efectos propios de estas
normas jurídicas.
Los Conservadores. Son los ministros de fe encargados de los registros conservatorios de bienes raíces, de
comercio, de minas, de accionistas de sociedades propiamente mineras, de asociación de canalistas, de
prenda agraria, de prenda industrial, de especial de prenda y demás que les encomiendan las leyes. (COT.
446).
De estos auxiliares de la administración de justicia, de acuerdo a lo que señala el art 447 del COT., existe uno
en cada comuna o agrupación de comunas constitutivas del territorio jurisdiccional de un juez de letras. En
aquellos territorios en que solo existan notarios, el Presidente de la República puede disponer que uno de ellos
actúe como Conservador del registro de Comercio y otro como Conservador del Registro de Bienes Raíces.
Requisitos para ser conservador. Son nombrados por el Presidente de la República, deben ser abogados
que cumplan con los requisitos para ser Notarios.
Libros del registro conservatorio de bienes raíces. Los libros que propiamente constituyen el Registro
Conservatorio de Bienes Raíces son tres: el registro de Propiedad, el Registro de Hipotecas y Gravámenes y el
registro de Interdicciones y Prohibiciones de Enajenar. (Reg. Art. 31).
Pero además, relacionado con estos libros, existen otros dos: el Repertorio y el Indice General: son libros
generales que no forman propiamente parte del Registro.
1.- El Repertorio. Es un libro que lleva el Conservador en el cual se deben anotar todos los títulos que se le
presentan para su inscripción, cualquiera que sea su naturaleza y cualquiera que sea el
Registro en que en definitiva deba inscribirse. Estos títulos se anotan en orden cronológico en el que se van
presentando. (art. 21 y 27 del Reg.)
Este libro debe llevarse foliado y en él se debe señalar, el día y la hora en el que se anota el título y se le
asigna un número correlativo. En esta anotación, se debe individualizar al requirente, señalar la naturaleza del
acto o contrato; la clase de inscripción que se pide y los demás datos que sean necesarios. (art. 24 Reg.).
2.- Indice general. Al igual que el Repertorio, no forma parte del Registro y en él se llevan por orden alfabético,
las inscripciones que se van haciendo en los tres libros que forman parte del Registro.
a).- Registro de Propiedad. En este libro se inscriben todas las traslaciones de dominio, las transferencias,
transacciones, adquisiciones por prescripción. (art. 32 inc. 1° Reg.)
b).- registro de Hipotecas y Gravámenes. En el se inscriben las hipotecas, los censos, los derechos de
usufructo, uso y habitación, los fideicomisos, las servidumbres y otros gravámenes semejantes. (art. 32, inc. 2°
Reg.)
Títulos que deben inscribirse. El art. 52 del Reg. Y otras disposiciones complementarias se encargan de
señalar que títulos obligatoriamente tienen que inscribirse, en el Registro del Conservador, la sanción de no
llevarse a cabo la inscripción de estos títulos , consiste en que no surtirán el efecto que en cada caso señala el
legislador.
Normas complementarias. En relación al art. 55 del Reg., que es una copia del art. 688 nos remitimos a lo
visto.
El C.P.C. establece que para que las prohibiciones afecten a terceros, necesariamente deben inscribirse;
produciéndose aquí una aparente contradicción con el art. 53 N°3 del Reg., que señala los títulos que pueden
inscribirse, y establece “pueden inscribirse: N°3 todo impedimento........son del derecho de enajenar”. Los
autores han considerado que si no se efectúa la inscripción, esta prohibición será inoponible a los terceros y
por o tanto, en la practica, siempre será necesario inscribir la prohibición.
La ley de quiebras, establece ciertas inscripciones que obligatoriamente deben hacerse, por Ej. la sentencia
que declara la quiebra debe inscribirse.
Títulos que pueden inscribirse. El art. 53 del Reg. establece en tres numerales, los casos en que puede
inscribirse, de cualquier manera, esto puede ser útil por vía de publicidad.
Forma y solemnidad de las inscripciones. Las inscripciones de los títulos traslaticios de dominio y de
cualquier otro de los derechos reales mencionados en los N° 1 y 2 del art. 52 del Reg. deben hacerse en el
registro conservatorio que corresponde al lugar donde esté ubicado el inmueble. Si éste se ubica en distintas
comunas, existiendo distintos registros conservatorios, debe hacerse la inscripción en todos ellos. Art. 687 CC.,
y art. 54, inc. 1° del Reg.
Personas que pueden solicitar la inscripción. Pueden ser los interesados personalmente o a través de
representantes legales o convencionales. (art. 60 Reg.)
Requisitos para que el Conservador inscriba. Se le debe exhibir copia auténtica del título respectivo, y si es
una sentencia judicial, es necesario exhibir una copia auténtica de ella, con la certificación al pié del secretario,
que acredite que la sentencia se encuentra ejecutoriada.
El Conservador está obligado a anotar en el Repertorio los títulos que se le presenten, cualquiera que sea su
naturaleza y aunque los títulos tengan defectos de forma, salvo que la inscripción sea inadmisible de manera
manifiesta.
3.- Naturaleza del acto o contrato que contenga la inscripción que trata de hacerse (contrato de venta, hipoteca,
etc.).
6.- Se debe señalar el Registro parcial en que debe hacerse la inscripción y el número que en él corresponde.
Arts. 24 y 65 del Reg. Una vez que el Conservador anotó el título en el Repertorio, debe efectuar un estudio
del mismo y si este tiene defectos formales, se los debe comunicar al interesado para que los subsane.
La anotación en el Repertorio tiene una vigencia de dos meses y este es un plazo de caducidad, no es de
prescripción. Por lo tanto, si el interesado logra corregir el defecto, dentro de ese plazo, por una ficción se
entiende, que el título fue presentado válidamente en la fecha que se anotó en el Repertorio y el Conservador
deberá inscribirlo en el Registro parcial que corresponda. De ahí la importancia de corregir los defectos dentro
de los dos meses. Esto se conoce como el efecto retroactivo de la inscripción por su anotación presuntiva en el
Repertorio. (arts. 15, 16 y 17 del Reg.).
La anotación en el Repertorio es un requisito indispensable para que el Conservador después inscriba en título
en el Registro parcial que corresponde; por lo tanto, esta anotación en el Repertorio, es una solemnidad exigida
en atención a la naturaleza misma del acto, de tal suerte, que su omisión, produce la nulidad absoluta de la
inscripción.
La anotación en el Repertorio tiene particular importancia en las hipotecas, porque ellas se prefieren según sus
fechas.
Para que el CBR. Inscriba el título en el Registro parcial correspondiente una vez que se han subsanado los
errores, el interesado deberá solicitar al Conservador que practique esta inscripción, ya que éste no actúa de
oficio. Si rechaza la inscripción en el Registro parcial, por existir defectos en el título, en ese caso el interesado
tiene dos opciones, a saber: primero, puede corregir los errores que se le hicieron presente, esa corrección el
interesado la puede hacer dentro o fuera de dos meses. (art. 14, inc. 2° y 25 del Reg.). Segundo, acudir ante el
Juez de Letras correspondiente, quien resuelve por escrito y sin mas trámite. Si el Juez manda a hacer la
inscripción, el Conservador está obligado a hacerla y en ella debe declarar el decreto judicial que la ordena y
por el contrario, si el Juez ratifica la decisión del Conservador, el interesado puede apelar de esta resolución,
según las reglas generales.(art. 18, 19 y 20 del Reg.)
La Corte Suprema a señalado, que la anotación presuntiva en el Repertorio, caduca a los dos meses si no se
convierte en inscripción y no puede renovarse. La inscripción que se efectúa pasado este plazo, es nula.
www.jurislex.cl
Contenido de la inscripción. El contenido de la inscripción, varía según el tipo de título de que se trate, así
por ej. el art. 78 del Reg. señala el contenido de la inscripción de dominio.; el art. 81 se refiere al contenido de
la inscripción de hipoteca; el 79 al de un testamento.
Con todo, en general, toda inscripción debe contener un extracto del título, señalando la individualización de las
partes y el asunto al que se refiere la inscripción.
Las cancelaciones. Estas implican extinguir o dejar sin efecto un asiento del Registro o una inscripción del
mismo y se realiza mediante la subinscripción, sean totales o parciales, convencionales o decretadas por la
justicia. (art. 91 Reg.).
LA POSESIÓN
La posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño, sea que el dueño o el que
se da por tal tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga en lugar y a nombre de él.
Lo normal es que la posesión se encuentre unida al dominio, es decir, que el poseedor y el dueño sean la
misma persona y como la ley presume lo normal, el art. 700, inc. 2°, establece que el poseedor es reputado
dueño, mientras otra persona no justifique serlo (presunción simplemente legal).
Puede ocurrir que el poseedor, no sea en realidad dueño y en este caso existen dos posibilidades:
a) Que el poseedor esté convencido que es dueño y en ese caso está de buena fe; y,
b) Que el poseedor tenga conocimiento que efectivamente no es dueño. pero actúa como si lo fuera y en ese
caso está de mala fe.
La esencia de la posesión, es que el poseedor en todo momento debe comportarse como dueño, aunque no lo
sea. Si en un momento determinado el poseedor abandona este comportamiento, pierde la posesión y pasa a
convertirse en mero tenedor.
La ley en el art. 700 al definir la posesión, dice que es la tenencia de una cosa determinada, por lo que se está
refiriendo a las cosas corporales; sin embargo, de acuerdo al art. 715, las cosas incorporales también pueden
ser objeto de posesión y esta se llama cuasi posesión.
Respecto de los primeros, (D REALES)todos los autores están de acuerdo en que se pueden poseer y así la
propia ley, respecto del derecho real de herencia, dice que los herederos tienen la posesión legal de la
herencia al momento de morir el causante, y la posesión de los derechos reales, se manifiesta por el ejercicio o
uso que se hace de ellos. En relación a los segundos,(D PERSONALES) la doctrina discute si son o no
susceptibles de posesión. Hay autores que consideran que éstos se pueden poseer y se fundamentan en el art.
1756, donde se habla del poseedor del crédito; sin embargo, la mayoría de la doctrina, estima que los derechos
personales, no son susceptibles de posesión, por las siguientes razones:
a). Cuando la ley habla del poseedor del crédito, no se estaría refiriendo a la posesión en sentido técnico, sino
que lo estaría haciendo en referencia a la persona que tiene en su poder el documento donde consta el crédito.
b). Estos autores señalan que la posesión de los derechos se manifiesta por su ejercicio y goce prolongado y
los derechos personales por su ejercicio se extinguen, no admiten un goce prolongado y por lo tanto no podrían
poseerse.
c). Una razón de texto, en el mensaje del Código, se dice que el usufructuario no posee la cosa fructuaria,
posee solo el usufructo de ella que es un derecho real y por consiguiente susceptible de posesión. El
arrendatario, en cambio, nada posee, solo tiene una acción personal. De esta manera, se establece claramente
www.jurislex.cl
que los derechos reales pueden poseerse puesto que el usufructo es un derecho real y por el contrario los
derechos personales no serían susceptibles de esta posesión ya que la ley expresamente dice que el
arrendatario nada posee, este tiene un derecho personal, un crédito.
d). El art. 2498 señala que se ganan por prescripción el dominio de los otros derechos reales y no menciona a
los personales, lo que estaría indicando, que los derechos personales no pueden poseerse y por ese motivo no
podrían ganarse por prescripción.
Elementos de la posesión. Dentro de la teoría clásica, seguida por nuestro código, la posesión consta de dos
elementos con fisonomía propia e independiente: el corpus y el animus.
El primero. Es el elemento material, físico u objetivo de la posesión, es un poder físico o potestad de hecho
que se tiene sobre la cosa; y, está representado por el apoderamiento de la cosa, por la tenencia de ésta.
Savigny afirma que el corpus no supone necesariamente el contacto inmediato del hombre con la cosa
poseída; consiste en la manifestación de un poder de dominación, en la posibilidad física de disponer
materialmente de la cosa, en forma directa e inmediata.
Este elemento material está consagrado en el art. 700 de la ley, en la palabra “tenencia”.
La doctrina discute, acerca de cual de los dos elementos es mas importante. Con todo, los autores están de
acuerdo en que para iniciar la posesión se requiere del corpus y del animus, pero surge la duda de determinar,
si también estos dos elementos deben darse para ,mantener la posesión.
Savigny, considera que la posesión se pierde si no se tiene el animus, porque éste sería el elemento mas
importante.
Ihering sostiene que el corpus es el elemento fundamental, y sin él, se pierde la posesión.
Nuestro código sigue la escuela subjetiva de Savigny; por lo tanto, si se pierde el animo, se pierde la posesión,
aunque se mantenga el corpus.
1° Ambas son exclusivas, solo admiten un poseedor o un propietario sobre la totalidad de la cosa.
3° Ambas están protegidas por acciones. La propiedad, por la acción reivindicatoria, y la posesión, por los
interdictos posesorios.
Diferencias.
1° El dominio supone una relación jurídica, es un derecho; la posesión una relación de hecho.
2° El dominio se puede adquirir por varios modos, pero necesariamente debe operar uno de ellos. La posesión
se puede iniciar por varios títulos.
Ventajas de la Posesión.
a). La posesión está amparada por una presunción de dominio simplemente legal, consagrada en el art. 700,
inc. 2°, en virtud de la cual, si alguien alega que el poseedor no es dueño, deberá probarlo, el peso de la
prueba incumbe a quien duda de la calidad de dueño del poseedor.
b). La posesión habilita para ganar el dominio a través de la prescripción. Si la posesión es regular, permitirá
adquirir el dominio por la prescripción ordinaria (que es de 2 años para los muebles y 5 años para los
inmuebles).
Si en cambio la posesión es irregular, facultará para adquirir el dominio por la prescripción extraordinaria, que
será de 10 años.
www.jurislex.cl
c). Si el poseedor es vencido en el juicio reivindicatorio y se encuentra de buena fe, no está obligado a restituir
los frutos y no se responderá de los deterioros, a menos, que se haya aprovechado de ellos. La buena fe
termina al momento de contestar la demanda.
d). La posesión de los bienes raíces y de los derechos reales constituidos sobre ellos está protegida por los
interdictos o acciones posesorias.
e). La ley concede a cierto poseedor regular la acción reivindicatoria, que para estos efectos se llama acción
publiciana.
Naturaleza jurídica de la posesión. Entre las múltiples discusiones que suscita la posesión está la que versa
sobre si ella es un hecho o un derecho.
Planiol, Ripert y Pothier, entre otros, consideran que la posesión es un mero hecho, porque se funda en
circunstancias materiales.
Ihering afirma rotundamente que la posesión es un derecho, porque es un interés jurídicamente protegido.
En nuestro país, Victorio Pescio y Luis Claro Solar, sostienen que la posesión es un estado de hecho al que la
ley asigna efectos jurídicos. Hugo Rossende, sostenía que la posesión es un hecho, por las siguientes razones:
1° Consta en las actas del código, que Bello en esta materia siguió el criterio de Pothier y para él la posesión
era un hecho.
2° Si la posesión fuere un derecho, debería ser o un derecho personal o un derecho real. No es personal,
porque excluye la idea de obligación; y, tampoco es real, porque el poseedor no puede oponer su posesión
ante el verdadero dueño y una de las características de los derechos reales es que se pueden oponer contra
cualquier persona.
3° Cuando la ley quiere referirse a un derecho habla de derecho o de facultad; así por ej. el art. 582 al definir el
dominio, habla de facultad; sin embargo, en el art. 700, al definir la posesión habla de tenencia, con lo que se
estaría aludiendo a un hecho físico.
4° si bien la posesión esta protegida por acciones posesorias, esto se ha hecho para proteger el dominio
aparente que existe en la posesión, porque lo normal será, que el poseedor sea dueño.
Clasificación de la posesión.
Posesión regular la que procede de justo título y ha sido adquirida de buena fe; aunque la buena fe no
subsista después de adquirida la posesión. Si el título es traslaticio de dominio, es también necesaria la
tradición (art. 702).
Posesión irregular es la que carece de uno o mas de estos requisitos (art. 708), o sea, es la posesión a la que
le falta el justo título, o la buena fe, o la tradición si el título traslaticio de dominio.
La Primera habilita UTIL para llegar al dominio, por medio de la prescripción, estando protegida por aciones
posesorias. Esta se subclasifica a su vez es Posesión Regular y Posesión Irregular.
La Segunda no habilita INUTIL para llegar al dominio por la prescripción, ni ordinaria ni extraordinaria. Esta se
subclasifica a su vez, en Posesión Violenta y Posesión Clandestina.
Posesión Util Regular, Esta Posesión habilita, como se dijo, para adquirir el dominio por la prescripción
ordinaria, y esta definida en el Art. 702 Inciso 2°. Asimismo, es menester que esta se haya iniciado sin violencia
y se ejerza sin clandestinidad, concurriendo los siguientes requisitos positivos: Justo Título y Buena Fe. Estos
requisitos tienen la característica de ser indispensables. Si se invoca un título traslaticio de dominio, debe haber
operado la respectiva tradición.
Por lo tanto, en la Posesión Regular existen dos requisitos indispensables (Justo Título y Buena Fe), y uno
eventual (Que al ser invocado un título traslaticio de dominio, debe haber operado la Tradición).
El Justo Título, La Ley no define lo que debe entenderse por Justo Título, sino que se limita a enumerar los
casos de títulos injustos. En efecto, el Art. 704 enumera los únicos casos de título que se consideran injustos,
esta enumeración tiene dos características:
a.- Es Taxativa, es decir, no hay mas títulos injustos que los que ahí aparecen, y
La palabra Título, la ley la toma de distintas maneras, a saber, como sinónimo de acto jurídico; de instrumento;
y en la posesión, como sinónimo de causa o antecedente jurídico.
Pothier, dice que el Título de la posesión, es todo acto o contrato a consecuencia del cual, una persona ha
entrado en posesión de la cosa y es la causa que justifica o en que se funda la posesión.
¿ Cuando se entiende que el título es justo ?. No existe acuerdo en la doctrina. Don Victorio Pescio, señala
que son justos títulos los que consisten en un acto o contrato traslaticio de dominio, seguido de la tradición y
que sirven para crear en el adquirente la convicción o razonable creencia que se ha adquirido la propiedad;
Aunque esta creencia puede ser equivocada.
Alessandri, por su parte sostiene que por justo título se entiende, todo hecho o acto jurídico que por su
naturaleza, o por su carácter de verdadero, es apto para atribuir en abstracto el dominio.
Características del Justo Título, Se desprenden de lo que regla el Art. 704, deben concurrir copulativamente,
y son las siguientes:
Los Títulos Injustos, Son aquellos a los que les falta una o mas de las características anteriores; o no son
auténticos; o no son válidos, o no son reales.
La doctrina señala que los títulos injustos, se caracterizan porque adolecen de vicios o defectos que impiden la
trasferencia del dominio. Por lo tanto, el título es injusto cuando adolece de un vicio, o cuando no tiene valor
respecto de la persona a quien se confiere.
N° 1 El Falsificado, es decir, no otorgado realmente por la persona que se pretende; en este caso el título no es
auténtico.
La Falsificación puede tener diversos significados, y en este caso la ley se esta refiriendo, al título que no ha
sido realmente otorgado por la persona que se alega o que se pretende.
Como estas normas son restrictivas y excepcionales, se ha entendido que si se produce una venta de cosa
ajena, sin que exista falsificación, esa compraventa será válida, porque la ley expresamente le da valor a la
venta de cosa ajena.
Además, el Art. 730 en su Inciso 2°. Se pone precisamente en el caso de que una persona no se atribuya el
nombre de otra, pero enajene la cosa; en este caso el tercer adquirente no adquiere el dominio, pero si la
posesión de la cosa.
El Art. 682 y 683 expresamente señalan que si el tradente no es dueño, la tradición vale, lo que ocurre es que
el adquirente, no adquiere el dominio, pero si puede iniciar posesión, porque habrá justo título.
El Art. 704 Nro. 1, se refiere al caso de que exista una “suplantación”, en que una persona se haga pasar por
otra, así por ejemplo la jurisprudencia ha señalado que esta caso se presenta cuando, una escritura pública
aparece autorizada por un Notario distinto del que efectivamente la autorizó.
N° 2 Establece que no es justo título, el conferido por una persona, en calidad de mandatario o representante
legal, de otra sin serlo.
Esta situación se presenta, cuando una persona actúa en representación de otra sin estar facultada, ni por ley,
ni por ella, o bien cuando se exceden los términos de la representación, se excede en sus atribuciones. Por
ejemplo, un padre de familia que dispone de un bien raíz de su hijo, perteneciente éste a su peculio profesional.
Esta situación no se presenta cuando una persona exhibe un poder de otra, que no tiene la calidad de dueño
de la cosa, si no que al que obra en calidad de mandatario o representante legal de otra, sin serlo, o
excediéndose de los límites de su representación.
N° 3 No es justo título el que adolece de un vicio de nulidad, como la enajenación que debiendo ser autorizada
por un representante legal, o por decreto judicial, no lo ha sido. En este caso el título no es válido.
www.jurislex.cl
La Corte Suprema ha señalado que la expresión “como” que empresa la ley, es sinónimo de “por ejemplo”, y
por lo tanto, los dos casos que menciona este número, se señalan en forma meramente ejemplar, aplicándose
esta disposición a todos los casos en que exista un vicio de nulidad.
Los dos ejemplos que establece la ley en este numeral, son de nulidad relativa. Sin embargo, la mayoría de los
autores está de acuerdo, en estimar que también habría título injusto cuando el vicio es de nulidad absoluta, y
ello porque la ley no distingue, y además, porque si es injusto el título viciado de nulidad relativa, con mayor
razón deberá serlo el que está afecto a un vicio de nulidad absoluta.
Con todo, algunos autores ponen en duda lo anterior, porque el Art. 705 señala que el título que en
principio fue nulo, se puede validar por la ratificación, y esta solo opera en la nulidad relativa
N° 4 No es justo título, el meramente putativo, como el del heredero aparente que no es en realidad heredero;
el del legatario cuyo legado ha sido revocado por un acto testamentario posterior, etc. En este caso el título no
es real.
La ley en este número se refiere a los títulos putativos o aparentes, que son aquellos en cuya existencia cree la
persona que lo invoca, pero que no existen en realidad, y la ley coloca dos ejemplos de títulos putativos.
1° Ej. el heredero aparente, que no es en realidad tal; es el se encuentra en una situación especial, en este
caso, la regla general es que el pueda adquirir el dominio de la herencia por la prescripción, la extraordinaria de
10 años, y ello por aplicación del art. 2512 N°1.
Lo anterior se aplica, cada vez que el heredero putativo no haya obtenido el decreto de posesión efectiva,
porque de acuerdo al art. 704 N°4, inc. 2°, si el heredero obtiene el decreto de posesión efectiva, ese decreto le
va a servir como justo título y de acuerdo al art. 1269, podrá adquirir el dominio de la herencia por la
prescripción ordinaria de 5 años.
El art. 1269 si bien no dice que se refiere a la prescripción ordinaria, todos los autores están de acuerdo en que
se está refiriendo a esa especie de prescripción; por lo tanto, para determinar como el heredero putativo puede
adquirir el dominio de la herencia por prescripción; hay que distinguir:
primera situación, la regla general es que no obtenga el decreto de posesión efectiva, que el Juez no se lo
conceda y por lo tanto, de acuerdo a lo que señala el art. 704 N°4, su título será injusto. De cualquier manera,
según lo que establece el art. 2512 N°1, podrá adquirir el dominio por la prescripción extraordinaria de 10 años.
Segunda situación. Si el heredero putativo obtiene el decreto de posesión efectiva, de acuerdo al art. 704, inc.
2°, ese decreto le sirve de justo título y según lo que regla el art. 1269, podrá adquirir el dominio de la herencia
por la prescripción ordinaria de 5 años.
2° Ej. El legatario putativo, la ley establece en el art. 704 N° 4, inc. 2°, que a este legatario le va a servir de
justo título, el acto testamentario que haya sido reconocido judicialmente. Este reconocimiento, puede ser
voluntario o forzoso, porque la ley no distingue.
La ley no lo dice expresamente, pero todos los autores, están de acuerdo en que se refiere al legatario de
especie o cuerpo cierto, porque el legatario de género adquiere el dominio del legado por tradición, cuando los
herederos le hagan entrega de una especie de un género determinado. Hasta antes que esto ocurra, solo
tendrá un crédito contra la sucesión.
En cambio, el legatario de especie o cuerpo cierto, adquiere el dominio por sucesión por causa de muerte, en el
momento mismo de morir el causante.
Clasificación de los Títulos. De acuerdo a lo que señala el art. 703, estos pueden ser:
a) constitutivos u originarios;
c) La doctrina agrega una tercera clase de títulos, que son los declarativos.
a) Constitutivos de dominio. Son los que dan origen al dominio, esto es, sirven para constituirlo
originariamente.
Tienen este carácter la ocupación, la accesión y la prescripción (art. 703, inc. 2°)
Producen, al mismo tiempo, la adquisición del dominio y la posesión; pero puede que en determinados casos
no den el dominio por falta de algún requisito; en esta situación, si bien no operan como modo de adquirir, dan
la posesión desempeñando su función de justos títulos de ésta.
Pero de los títulos constitutivos de dominio, sólo la ocupación y la accesión sirven para adquirir la posesión. Ha
sido un error del legislador el haber incluido la prescripción entre los justos títulos de posesión, pues la
prescripción supone la posesión “es resultado de ella cuando ha durado el tiempo señalado por la ley; y por la
prescripción basada en la posesión se adquiere el dominio: la posesión es necesariamente anterior a la
prescripción y no puede ser a la vez causa y efecto de ella”. Para adquirir una cosa por prescripción es previo
adquirir la posesión de la misma por otro título, sea constitutivo o traslaticio.
b) Traslaticios de dominio o derivativos. Son los que por su naturaleza sirven para transferir el
dominio como la compraventa, permuta, la dación en pago, donación entre vivos. El art. 703 también menciona
a las sentencias de adjudicación en los juicios divisorios y a los actos legales de partición.
La partición, es un conjunto de operaciones complejas que tiene por objeto separar, dividir y repartir la (s)
cosa (s) común (es), entre los copartícipes a prorrata de sus respectivas cuotas.
Estos títulos por sí solos no transfieren el dominio, pero sirven para transferirlo cuando se unen a un modo de
adquirir, que normalmente es la tradición.
También se llaman títulos derivativos, porque hay una relación de causalidad con el anterior.
c) Los títulos declarativos. Son los que se limitan a reconocer o declarar el dominio o la posesión
preexistentes. Nada crean, ni transfieren; sólo confirman, reconocen o verifican una situación ya existente. Ej.
las sentencias judiciales sobre derechos litigiosos, las transacciones constituyen título declarativo, cuando
recae sobre la cosa disputada, si recae sobre una cosa no disputada, constituye título traslaticio de dominio
La adjudicación, es el acto por el cual el derecho que cada comunero tenía en la cosa común, se singulariza en
forma exclusiva, transformando el dominio colectivo en un dominio individual.
La adjudicación supone que un comunero adquiera la totalidad de la cosa común; sin embargo, en la práctica,
también se habla de adjudicación cuando es un tercero el que adquiere esta cosa.
La adjudicación para nuestro código, es título declarativo, porque la ley le da a la partición un efecto retroactivo,
entendiéndose que una vez que un comunero se adjudica el bien común siempre fue dueño y nunca existió
comunidad. (art. 718).
Los autores han intentado explicar porque en el art. 703 se dice que las sentencias de adjudicación y los actos
de partición son títulos traslaticios, cuando existe acuerdo, de que para A. Bello, eran títulos declarativos. Y
afirman que lo que se quiso decir, es que eran títulos derivativos en el sentido que reconocían un dominio
anterior, y además se dice que el legislador al referirse al caso de que un tercero adquiera el bien común, en
ese caso no hay adjudicación, hay una compraventa, y por lo tanto el título es traslaticio de dominio.
Sin embargo, Bello habría incurrido en una impropiedad y con la palabra adjudicación se estaría refiriendo a los
casos en que un tercero adquiere un bien común.
En conclusión, la adjudicación propiamente tal que se presenta cuando un comunero adquiere el bien común,
es un título declarativo; la mal llamada adjudicación que se presenta cuando un tercero adquiere el bien común,
es titulo traslaticio de dominio, porque no es mas que una compraventa.
Su presencia resulta indispensable, al igual que el justo título, para iniciar la posesión regular.
En materia de posesoria, la buena fe se encuentra definida en el art. 706 (memoria).”es la conciencia de
haberse adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio”
En este sentido, la buena fe es un comportamiento espiritual subjetivo, no es una mera impresión, es una
convicción, una certeza de haber adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos.
La creencia que importa la buena fe debe ser firme, el que duda de la legitimidad de la adquisición está de
mala fe.
El inciso 2° del art. 706, pone un ej. en que se entiende que hay buena fe, y señala, que en los títulos
traslaticios de dominio la buena fe supone la persuasión de haber recibido la cosa de quien tenía la facultad de
enajenarla, y de no haber habido fraude ni otro vicio en el acto o contrato.
Finalmente, conviene tener presente lo que a este respecto señala el inciso final del mentado art. 706 “un justo
error en materia de hecho no se opone a la buena fe.
Pero el error en materia de derecho constituye una presunción de mala fe, que no admite prueba en contrario”.
Concordar con art. 8 y 1452.
Momento en que debe existir la Buena Fe. El problema consiste en determinar si la buena fe basta con que
esté presente al inicio de la posesión o si debe mantenerse durante toda ella.
En el Derecho Romano, bastaba la buena fe inicial; el Derecho Canónico y el Código Civil Alemán exigen que
la buena fe esté presente durante toda la posesión, hasta que se cumpla el plazo de prescripción. El Código
Civil Francés, siguió el criterio del Derecho Romano.
Nuestro Código, de acuerdo al art. 702, inc. 2°, admitió el criterio romano-francés, por lo que vasta la buena fe
inicial para que exista posesión regular.
Colin et Capitant, sostienen que el Código dio esta solución, porque ha pensado que el que entra en posesión
regular, ignorando el vicio que afecta al acto en virtud del cual tiene la cosa, no es merecedor de grandes
reproches si al conocer después la falta de derecho de su causante, conserva la cosa poseída.
La buena o mala fe es un elemento personal y para determinarlo, el Juez debe evaluar el comportamiento del
poseedor mismo, ya que la buena o mala fe no se traspasa a otros poseedores.
El error en la buena fe. Esto se encuentra regulado en el art. 706, inc. 3° y final. Y para determinar si el error
afecta o no a la buena fe, hay que distinguir: El error de hecho. Este error no se opone a la buena fe, lo dice
expresamente la ley (706, inc. 3°). Y se entiende por justo error de hecho el que tiene un fundamento lógico; de
tal suerte que, si alguien alega padecer de un error de hecho, no por esta circunstancia se va a presumir la
mala fe, por el contrario, se le seguirá aplicando la presunción general de buena fe. En definitiva, van a ser los
Tribunales los que determinen cuando hay un error de hecho.
Esta norma está en armonía con lo que sostiene el art. 707, en que declara que la buena fe se presume.
La doctrina y la jurisprudencia, han estimado, que si bien, estas normas están ubicadas en la posesión, son de
aplicación general, extendiéndose a todo el ámbito del derecho; y ello porque:
1°. Existen muchas normas, que pese a encontrarse en una determinada materia, son de aplicación general. Y
el contenido de estas dos normas (art. 706, inc. 3° y 707) son un ejemplo claro, su alcance trasciende a la
posesión.
2°. Uno de los principios inspiradores de nuestro CC. es la buena fe, y por lo tanto, resulta indispensable para
materializar este principio, que la buena fe se presuma, por lo que la norma del art. 707 tiene que ser de
aplicación general. Y además, si por la circunstancia de alegar un error de hecho se presumiera la mala fe, se
afectaría el principio que dice que la buena fe es la regla general.
3°. Hay casos en que la ley expresamente presume la mala fe, lo que a contrario sensu, equivale sostener que
la regla general es la presunción de buena fe..
Nuestra jurisprudencia, en numerosos fallos ha señalado que la presunción de buena fe es general y no sólo
aplicable a la posesión.
El error de derecho. El art. 706, inc. final, da la regla en esta materia, estableciendo que el error en materia de
derecho, constituye una presunción de mala fe que no admite prueba en contrario.
Esta norma no es mas que una consecuencia del principio de la presunción del conocimiento de la ley,
consagrada en el art. 8; en virtud de la cual, la ley se presume conocida de todos desde que entra en vigencia.
Por lo tanto, en la posesión, si se alega un error de derecho se presumirá la mala fe, sin que sea posible
destruir esta presunción (es una presunción de derecho)
Los autores discuten si esta regla del art. 706, inc. final es o no de aplicación general. La mayoría de los
autores concluyen que no, porque la ley sería muy estricta si hiciera operar esta presunción de manera general.
El legislador no quiere que se alegue un error de derecho para que las personas se excusen de cumplir con
sus obligaciones y por lo tanto en esos casos, no se puede alegar el error de derecho; y si se hace, se
presumirá la mala fe, sin que pueda probar lo contrario, pero si se alega un error de derecho con otro finalidad
distinta, la ley no presume la mala fe y acepta esta alegación. Ej. matrimonio putativo.
En conclusión, las normas del art. 706, inc. 3° y 707, son de aplicación general. La norma del art. 706, inc. final,
sólo se aplica a la posesión y en aquellos casos en que se pretenda excusar el incumplimiento de una
obligación.
La tradición como requisito de la posesión regular. Para que la posesión regular tenga existencia legal y
pueda invocarse como base de la prescripción adquisitiva ordinaria, es necesario que proceda de justo título y
haya sido adquirida de buena fe. Tales condiciones bastan cuando se invoca un título constitutivo de dominio
(ocupación o accesión); pero cuando la posesión arranca de un título traslaticio de dominio (como la
compraventa o permuta) es preciso no sólo que la posesión proceda de justo título y haya sido adquirida de
buena fe, sino también es menester se haya realizado la tradición (art. 702, inc. 2° y 3°).
www.jurislex.cl
La diferencia según el título invocado, se explica. Tratándose de título constitutivo de dominio, no se requiere la
tradición porque él importa un modo de adquirir que por sí mismo da la posesión; pero los títulos traslaticios de
dominio sólo dan un derecho personal para exigir la tradición, y es ésta la que coloca la cosa en poder del
adquirente.
1°. Si el poseedor regular es vencido en el juicio reivindicatorio y se encuentra de buena fe, no estará obligado
a restituir los frutos y sólo responderá de los deterioros cuando haya obtenido un provecho de ellos.
La buena fe se entiende que dura hasta cuando se contesta la demanda.
2°. Cierto poseedor regular tiene una acción reivindicatoria que se denomina “publiciana”.
3°. Conduce al dominio a través de la prescripción ordinaria, que será de 2 años para los muebles y 5 para los
inmuebles.
4°. Cuando recae sobre bienes raíces o derechos reales constituidos sobre ellos, está protegido por acciones
posesorias.
En otras palabras, es la que no procede de justo título o ha sido adquirida de mala fe o sin que se haya hecho
la tradición si es que se invoca un título traslaticio de dominio. (art. 708)
1°. Al poseedor irregular también se le presume dueño de acuerdo al art. 700, porque la ley no distingue.
2°. Esta posesión conduce al dominio a través de la prescripción extraordinaria, que es de diez años para
cualquier tipo de bienes.
3º Cuando recae sobre bienes raíces o derechos reales constituidos sobre ellos, también está protegida por
acciones posesorias.
Posesiones Inútiles.
Son aquellas que no habilitan para adquirir el dominio por la prescripción, ni ordinaria, ni extraordinaria.
De acuerdo a lo que señala el art. 709, estas posesiones inútiles, que la ley llama viciosas son: La violenta y la
clandestina.
Posesión Violenta. Esta regulada entre los arts. 710 a 712 y es aquella que se adquiere por la fuerza y ésta
puede ser actual o inminente, es decir puede consistir en vías de hecho o amenazas.
Existe el vicio de violencia, sea que se haya empleado contra el verdadero dueño de la cosa, o
contra el que la poseía sin serlo, o contra el que la tenía en lugar o a nombre de otro.
Lo mismo es que la violencia se ejecute por una
persona o por sus agentes, y que se ejecute con su
consentimiento o que después de ejecutada se ratifique
expresa o tácitamente.
b) Regulada en el art. 711 y se presenta cuando una persona en ausencia del dueño se apodera de la cosa y
volviendo el dueño le repele.
La posesión no se inicia con violencia, sino que en forma pacifica, pero cuando vuelve el dueño, se le repele.
La jurisprudencia ha entendido que se repele al dueño, no solo cuando se le expulsa con violencia, sino
también, cuando simplemente se le rechaza y se le niega la devolución de la cosa.
La fuerza de acuerdo con las reglas generales, tiene que ser grave, injusta, determinante y actual o inminente.
La Corte Suprema ha señalado que la fuerza inminente, comprende las amenazas, por lo tanto, si una persona
se apodera de la cosa en forma pacifica, pero se formulan amenazas, igualmente la posesión será violenta.
La posesión violenta no habilita para llegar al dominio por la prescripción, porque le falta un requisito
indispensable, que es el carácter pacífico de la posesión.
Los autores discuten si la violencia marca o no definitivamente a la posesión, es decir, si después que cesa la
violencia esa posesión podría o no convertirse en útil. La mayoría considera que la violencia marca
definitivamente la posesión, porque el legislador repudia la fuerza; Y, estos autores se apoyan en los siguientes
razonamientos:
1.- Cuando la ley regula la posesión clandestina, emplea una palabra “ejerce”, significativa que cesando la
clandestinidad, la posesión se convertiría en útil y esa palabra en la posesión violenta no se emplea.
2.- Existe numerosa legislación demostrativa que nuestro legislador rechaza la fuerza dándole un tratamiento
mucho mas riguroso y estricto. Por ej. la ley le concede al mero tenedor una acción, si es despojado
violentamente de su mera tenencia; el plazo de prescripción de la acción de nulidad relativa se cuenta desde
que la fuerza cesa; en cambio, el plazo de prescripción de los otros vicios de la voluntad, se cuenta desde que
se celebra el acto o contrato; en el art. 2510 el legislador da una serie de reglas para que opere la prescripción
extraordinaria, estas son sumamente benignas, pero se exige que no exista fuerza.
Hay autores minoritarios, que consideran que la fuerza es temporal y por lo tanto, cesando ésta la posesión
pasaría a ser útil.
Tienen derecho a oponerse a ella, el dueño, otro poseedor anterior o incluso un mero tenedor, como por ej. un
depositario, un arrendatario, etc.
Un caso ilustrativo en esta materia es el de las servidumbres. De acuerdo con la ley, estas pueden adquirirse
por prescripción, salvo: Las servidumbres discontinuas, que son las que se ejercen a intervalos mas o menos
prolongados de tiempo y suponen un hecho actual del hombre, como por ej. un servicio de tránsito.
Estas no pueden adquirirse por prescripción, porque les falta la continuidad. Y, las servidumbres continuas
inaparentes. Pese a ejercerse continuamente, sin necesidad de un hecho del hombre, no pueden conocerse
por una señal exterior, como por ej., un servicio de acueducto subterráneo. Estas no pueden adquirirse por
prescripción, porque les falta la publicidad, son clandestinas.
Esta agregación, consiste en la facultad que tiene todo poseedor, de agregar a su posesión la de sus
antecesores, para de esta manera, llegar mas rápido al dominio a través de la prescripción, a través de la
agregación, el poseedor se aprovecha de la posesión de sus antecesores.
Esta es una facultad del poseedor, no está obligado a hacerlo, ya que en oportunidades puede que no le
convenga hacerlo.
a). El poseedor se aproveche de la posesión de sus antecesores, con las mismas calidades y vicios que estos
las poseían.
La Corte Suprema ha señalado, que basta con que uno de los antecesores sea poseedor irregular, para que
toda la posesión se convierta en irregular.
Esta institución Bello la estableció por razones de orden practico, para facilitar la llegada al dominio a través de
la prescripción y de esta manera poner fin a las incertidumbres preexistentes.
Los autores señalan que la agregación de posesiones confirman que la posesión es un hecho, por lo tanto,
intransferible o intransmisible, porque de lo contrario, el poseedor no podría optar por agregarse o no la
posesión, estaría obligado a hacerlo.
La posesión puede recaer sobre cosas corporales en las cuales se pueda actuar con ánimo de señor o dueño,
es decir, cosas susceptibles de apropiación o de propiedad privada, a ella se refiere el art. 700 cuando emplea
la palabra “tenencia”; Y, también, de acuerdo al art. 715, la posesión puede recaer sobre cosas incorporales.
Para que una cosa corporal, sea susceptible de posesión, debe cumplir con los siguientes requisitos:
b). Debe ser comerciable, esto es, las que pueden formar parte del patrimonio.
En relación a la cuasi posesión, o posesión sobre cosas incorporales, de acuerdo al art. 715, se admite la
posesión de las cosas incorporales. Y a pesar de que la ley no distingue, los autores lo hacen, entre los
derechos reales y personales.
Respecto de los primeros, no existe ninguna duda que se pueden poseer, el problema se plantes con los
derechos personales, en donde la doctrina se encuentra dividida.
www.jurislex.cl
La mayoría de los autores considera que los derechos personales, no son susceptibles de posesión porque les
falta un requisito indispensable, que es la continuidad de la posesión, ya que el derecho personal por su
ejercicio se extingue, de manera que no es susceptible de un uso prolongado.
Otra posición, minoritaria, entre los que destacan Fernando Fueyo y Hugo Rossende, sostienen que los
derechos personales, son susceptibles de posesión y se fundamentan en dos arts. que hablan de la posesión
del derecho (art. 1576 en relación al pago, y el 2456, inc. 3° en la transacción)
La Mera Tenencia
Una persona se puede encontrar en tres situaciones respecto a una cosa, como propietario, que es el estado
mas perfecto; como poseedor, aparenta ser dueño, es un estado intermedio; y, como mero tenedor, que es
quien reconoce el dominio ajeno.
De acuerdo al art. 714, la mera tenencia es la que se ejerce sobre una cosa, no como dueño, sino en lugar y a
nombre del dueño.
El mero tenedor solo tiene el corpus y no el ánimo, no actúa como señor y dueño de la cosa.
La posesión y la mera tenencia son términos excluyentes, porque el poseedor acta a nombre propio, en cambio
el mero tenedor, reconoce el dominio ajeno.
El mero tenedor jamás por su propia voluntad podría mejorar su título y por lo tanto, nunca podría adquirir el
dominio por la prescripción, porque para prescribir es necesario poseer y el mero tenedor no posee.
a). Puede ser que tenga la mera tenencia de la cosa en virtud de un derecho real. En este caso, el mero
tenedor tendrá la mera tenencia de la cosa, pero será poseedor y dueño de su derecho real, por ej. el
usufructuario, el usuario, el habitador o el acreedor prendario.
b). El mero tenedor puede tener la mera tenencia de la cosa en virtud de un derecho personal. En este caso, el
mero tenedor tiene la mera tenencia de la cosa y es dueño de su derecho personal, por ej. el arrendatario, el
comodatario, el depositario. En estos casos, hay un contrato que une al mero tenedor con el dueño de la cosa.
1°. Es absoluta, se es mero tenedor tanto respecto del dueño de la cosa, como respecto de terceros; y, por
esto, si un mero tenedor es privado de su mera tenencia, sin violencia o es perturbado en ella, no podrá
intentar ninguna acción posesoria y estará obligado a recurrir donde el dueño de la cosa para que éste entable
la acción correspondiente.
2°. Es perpetua, se es mero tenedor en forma indefinida. Si éste fallece, sus herederos serán también meros
tenedores, como regla general.
www.jurislex.cl
3°. Es Inmutable o indeleble, es decir, el mero tenedor no puede transformarse en poseedor por el sólo
transcurso del tiempo, lo señala el art. 716 y consagra como aparente excepción la del art. 2510, regla 3ª; ésta
norma está ubicada en la prescripción extraordinaria (se analizará en su oportunidad).
Capacidad del adquirente para iniciar la posesión. En esta materia existe una regla especial, en donde la
capacidad para iniciar la posesión de los bienes muebles, es más amplia,
porque de acuerdo a la ley, cualquier persona que tenga el suficiente juicio y discernimiento para darse cuenta
del acto que ejecuta, puede iniciar posesión, aun cuando sea un incapaz;
sin embargo, estas personas tienen una limitación, porque si bien pueden libremente iniciar posesión, si no
tienen la libre administración de sus bienes para ejercer los derechos de poseedores, deberán actuar
autorizados o representados.
De acuerdo al art. 723, inc. 2°, las únicas personas que no pueden iniciar posesión de los bienes muebles son
los dementes y los infantes (menores de 7 años).
Momento en que opera la adquisición de la posesión. Esto está regulado en el art. 721, en donde la regla
general es que la posesión se inicié cuando concurre el corpus y el animus; sin embargo, esta regla puede
verse afectada cuando se adquiere la posesión a través de un intermediario, y aquí hay que distinguir:
b). Cuando se adquiere la posesión a través de un agente oficioso, en este caso se altera la regla general,
porque no se va a adquirir la posesión, sino en virtud del conocimiento y aceptación del interesado. Sin
embargo, una vez que se da esta aceptación, se produce un efecto retroactivo, en virtud del cual, se va a
entender que la posesión fue tomada en el momento en que concurrió el corpus y el animus en el agente
oficioso.
Regla especial relativa a la herencia. La herencia se encuentra en una situación excepcional, porque de
acuerdo a la ley, para iniciar su posesión legal no se requiere ni de corpus ni de animus; su posesión se
adquiere al momento mismo de morir el causante, aunque el heredero lo ignore y esta posesión que se
confiere por el sólo ministerio de la ley se denomina “legal”, para distinguirla de la posesión efectiva, que se
confiere por decreto judicial.
Claro Solar dice, la tenencia corporal de una cosa mueble se efectúa, ordinariamente, poniendo la mano sobre
ella; teniéndola real y materialmente o bien sometiendo la cosa al poder de hecho de la persona.
Conservación. Para conservar la posesión de estos bienes, basta con el animus, aunque momentáneamente
no se tenga el corpus.
Los arts. en que se funda esta afirmación son; el 725, en virtud del cual, el poseedor conserva la cosa, aunque
transfiera la tenencia de ella; el 727, en virtud del cual, no se entiende perdida la posesión, aunque se ignore
accidentalmente su paradero.
La voluntad de conservar la posesión, no significa que deba manifestarse en forma continua o permanente; la
ley supone que se conserva con animus, mientras no aparezca una voluntad contraria, sea del propio poseedor
o de un tercero.
Perdida de la posesión cuando se pierden corpus y animus. Esta situación se presenta cuando el poseedor
enajena la cosa, o cuando la abandona con intención de renunciar a ella.
Perdida de la posesión cuando se pierde el corpus. En estos casos por la pérdida del corpus, se pierde la
posesión, aunque subsista el animus, y tiene lugar:
* Cuando otra persona se apodera de la cosa con animo de hacerla suya. (art. 726).
*.Cuando sin pasar la posesión a otras manos, resulta imposible el ejercicio de actos posesorios. Ej. la heredad
inundada. (art. 653 y 2502 N°1)
* Cuando el animal domestico, pierde la costumbre de volver al amparo y dependencia de quien lo poseía.
(arts. 608, inc. 2° y 619)
* En el caso de los marinos que arrojan mercaderías al mar para aliviar la nave. Sin embargo, aquí hay una
regla especial, porque si bien se pierde la posesión, no se pierde el dominio, por lo tanto, sus dueños pueden
reivindicar las cosas si son salvadas por otro.
Perdida de la posesión cuando se pierde el animus. Esta situación se presenta cuando el poseedor, pese a
conservar la cosa en su poder, deja de actuar como señor y dueño reconociendo dominio ajeno. En estos
casos el poseedor se convierte en mero tenedor. (tradición. El constituto posesorio)
A. Bello, quería que todos los inmuebles se inscribieran, para fomentar su inscripción dio reglas destinadas a
proteger a los bienes raíces inscritos, dándoles un tratamiento preferente y desprotegiendo a los inmuebles no
inscritos.
Situación de los bienes inmuebles no inscritos. ¿cómo se adquiere o se inicia la posesión de un bien
raíz no inscrito? (arts. 726 y 729).
Se concluye de estos arts. que para iniciar la posesión de estos bienes, se aplican las mismas reglas que para
iniciar posesión de los bienes muebles. Por lo tanto, se necesita corpus y animus.
El art. 726, establece que se deja de poseer una cosa, desde que otro se apodera de ella con ánimo de
hacerla suya.
Como este art. no distingue entre bienes muebles e inmuebles, se ha concluido que se aplica a los bienes
muebles y a los inmuebles no inscritos, porque los inscritos, estarían comprendidos dentro de las excepciones
que este mismo art. alude. En conclusión, si una persona se apodera de un inmueble no inscrito, inicia
posesión de él.
El art. 729, establece que si alguien se apodera violenta o clandestinamente de un inmueble no inscrito, el que
tenía la posesión la pierde.
En esta norma, A. Bello tuvo que renunciar a un principio que era el “rechazo a la fuerza”, porque pensó que la
mejor manera de fomentar la inscripción de los inmuebles, era desproteger legalmente a los no inscritos.
El art. 730, establece que si un mero tenedor usurpa la cosa y se da por dueño de ella, no inicia posesión de la
misma; sin embargo, si este mero tenedor enajena la cosa a un tercero, este inicia posesión.
El inciso segundo de la disposición antes aludida, contiene una contra excepción, porque si se trata de un bien
inmueble inscrito, para que el tercero pueda iniciar posesión, debe efectuar la competente inscripción.
Perdida de la posesión de los bienes raíces no inscritos. De acuerdo a lo ya analizado y normado por los
arts. 726 y 730, estos bienes se pierden por; perdida del corpus; perdida del animus o perdida de ambos.
Situación especial que se presenta cuando un tercero inscribe un título relativo a un inmueble no
inscrito, sin conocimiento del poseedor. El problema de este caso, es determinar si por esa sola inscripción,
el poseedor no inscrito, pierde o no su posesión, pese a no haber intervenido en el acto.
Algunos autores piensan, que la inscripción conservatoria es una ficción legal, que representa abstractamente
los dos elementos de la posesión (corpus y animus); por lo tanto, en este caso el poseedor no inscrito perderá
su posesión y la adquirirá el tercero que inscribió el título, porque para estos autores, la inscripción hace
adquirir la posesión; asimismo, de esta manera, se sancionaría la negligencia del poseedor no inscrito, que no
se preocupó de inscribir su titulo.
Otros autores, sostienen que la inscripción sólo es una garantía de la posesión, es decir, un requisito legal para
solemnizar la tenencia con ánimo de señor y dueño y si esta tenencia no existe, si no hay posesión material, la
inscripción por sí sola no significaría nada, sería una inscripción de papel y por lo tanto, el poseedor no inscrito
no perdería su posesión mientras conserva el corpus y el animus. Nuestros Tribunales, adhieren a esta
posición.
Esta teoría está formada por una serie de disposiciones que diseminadas a través del código, son
perfectamente armónicas. Y estas son: Art. 686; 696; 702, inc. final; 724; 728; 730; 2505 y 924.
Iniciación o adquisición de los bienes raíces inscritos. En esta materia hay que distinguir según el título
que se invoque. Si se invoca un título constitutivo, no es necesaria la inscripción, porque estos títulos en sí
mismos constituyen modos de adquirir.
La ocupación no tiene cabida en esta materia, porque sólo opera respecto de bienes muebles.
La accesión tampoco precisa de inscripción, porque la inscripción de lo principal, comprende los aumentos que
éste recibe por accesión.
Respecto a la prescripción, aunque muchos autores consideran que no es título constitutivo, aun cuando lo
fuera, la prescripción no necesitaría de inscripción.
Si se invoca un Título Traslaticio de dominio. La pregunta es ¿si compro una casa, necesito o no inscripción
para iniciar la posesión de ella?
Nadie discute que para adquirir la posesión regular de un inmueble inscrito, cuando se invoca un título
traslaticio de dominio, es necesaria la inscripción conservatoria de dicho título.
La exigencia es indudable: la ley dice expresamente que para la existencia de la posesión regular es necesaria
la tradición cuando se hace valer un título traslaticio de dominio (art. 702, inc. 3°), y la tradición del dominio de
los bienes raíces se efectúa pos la inscripción del título en el registro del Conservador (art. 686, inc. 1°)
El art. 724. establece que si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse por la inscripción, como es el
caso de los bienes raíces, nadie puede iniciar posesión, sino por este medio.
El art. 728. Establece que si el inmueble está inscrito, para que cese la posesión inscrita , se necesita de una
nueva inscripción.
El art. 729. Permite iniciar posesión sin inscripción, aceptando incluso la fuerza y la clandestinidad, pero este
art. sólo se aplica a los inmuebles no inscritos; por lo tanto, los inscritos se excluyen de esta norma.
Con todo, la controversia surge respecto a la posesión irregular. Se ha discutido si para iniciar posesión
irregular de un inmueble inscrito, cuando se invoca un título traslaticio de dominio, se necesita o no inscripción.
Autores como don José Clemente Fabres, sostienen que la inscripción en estos casos no se necesita, y ello
porque el art. 708 señala que la posesión irregular es aquella que le falta uno o mas requisitos de la regular, y
por lo tanto, si se invoca un título traslaticio de dominio, podría faltar la tradición.
La mayoría de la doctrina, encabezada por don Luis Claro Solar, y la Jurisprudencia, consideran que la
inscripción es necesaria tanto para iniciar posesión regular o irregular, cuando se trata de un inmueble inscrito;
las razones que se dan se fundan en los siguientes razones:
a) El art. 724, no distingue entre posesión regular o irregular, por lo tanto, lógico es concluir que se refiere a
ambas.
b) El 728, inc. 2°, señala que mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa, no inicia posesión,
ni hace perder la anterior y tampoco distingue entre posesión regular e irregular.
c) El 2505, dice que contra título inscrito no opera la prescripción de los bienes raíces o de los derechos reales
constituidos en ellos, sino en virtud de otro título inscrito. Y si la posesión irregular no necesitara inscripción, se
conculcaría esta norma, porque esta posesión conduce al dominio a través de la prescripción extraordinaria; y,
por lo tanto, se podría prescribir sin inscripción contra un título inscrito.
d) En el mensaje del código, se dice que la inscripción es la que da la posesión real y efectiva y mientras ella
no se ha cancelado, el que no ha inscrito su titulo no posee: es un mero tenedor. Aquí tampoco se distingue
entre posesión regular e irregular y por lo tanto, en ambas se requiere inscripción.
e) La doctrina señala, que nuestro código persigue que los inmuebles se inscriban; y por lo tanto, no tendría
sentido que el legislador permitiera que después que un inmueble se ha incorporado al sistema de inscripción,
pueda salirse de él, mediante la adquisición de la posesión sin inscripción.
Puede concluirse que la posesión, tanto regular como irregular, de un inmueble inscrito no se puede adquirir,
cuando se invoca un título traslaticio de dominio, sino mediante la inscripción de éste.
De acuerdo al art. 728, la posesión de estos bienes se conserva mientras no se cancele la inscripción. Ni aun el
despojo violento o clandestino afectan esta posesión, porque el art. 729 expresamente excluye a los inmuebles
inscritos.
Los autores en esta materia, también discuten, si lo anterior es aplicable a toda posesión o sólo a la regular.
Algunos sostienen que si una persona se apodera materialmente de un inmueble inscrito, podría iniciar
posesión irregular; sin embargo, la mayoría de la doctrina considera que como el art. 728 no distingue, para
conservar la posesión regular o irregular de un inmueble inscrito, es necesario que no se cancele la inscripción,
que ésta subsista, porque de lo contrario, se afectaría el art. 2505 ya que podría haber prescripción contra un
título inscrito, sin inscripción, lo que resulta inadmisible por las razones ya expuestas.
De acuerdo al art. 728, la posesión de estos bienes se pierde por la cancelación de la inscripción, y ésta se
puede verificar de tres maneras diferentes:
www.jurislex.cl
a) por una cancelación voluntaria de las partes.
c).Por decreto judicial. Esta forma de cancelación se produce, cuando se ha seguido un juicio, y en él, una de
las partes obtiene el reconocimiento de la posesión o la orden que se le devuelve su posesión, como por ej. un
juicio reivindicatorio; una demanda de nulidad, etc.
Las cancelaciones voluntarias y por decreto judicial, se hacen por medio de sub inscripciones que se anotan al
margen de la inscripción respectiva.
En cambio, las cancelaciones en que un poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, junto con la inscripción
a favor del adquirente, queda cancelada la inscripción anterior.
La Corte Suprema ha señalado que la cancelación de la inscripción, es la única manera de hacer que cese la
posesión inscrita, porque la inscripción representa el corpus y el animus; y si se cancela, se entiende que estos
elementos se pierden.
1.- Ha surgido la duda en determinar, si la inscripción de un título injusto, cancela o no la inscripción anterior.
La Corte Suprema, en un principio señaló que, como el título traslaticio era injusto, no se producía el efecto de
cancelar la inscripción, por lo tanto, no se ponía fin a la posesión existente; pero con posterioridad, ha
cambiado su criterio, y ha señalado que la inscripción de un título injusto sirve para cancelar la inscripción
anterior y hace cesar la posesión inscrita. A favor de ésta argumentación, se dan las siguientes razones:
* Si se puede prescribir sin título alguno, de acuerdo al art. 2510 N°1, con mayor razón se podrá prescribir con
un título injusto.
Los arts. 728 y 2505, que se refieren a la cancelación de la inscripción, no distinguen entre títulos justos e
injustos.
2.- Cual es la función que cumple la inscripción en el CBR. De acuerdo al art. 724 para iniciar posesión de los
bienes raíces y de los derechos reales mencionados en el 686, es necesario la inscripción.
Don Carlos Aguirre Vargas, sostiene que la idea de, sin inscripción conservatoria no hay posesión del bien
raíz, se basa en tres arts. el 724 que es la llave de la posesión inscrita, el 728 y el 2505.
Y luego agrega, la inscripción es el signo de la posesión, equivale a la herencia de los bienes muebles y si se
carece de esta inscripción, no habrá posesión; el que no tiene inscrito el título del inmueble, jamás podrá
adquirirlo por prescripción, ni ordinaria, ni extraordinaria. La inscripción, es elemento indispensable de la
posesión de los bienes raíces y ésta es elemento indispensable de la prescripción.
www.jurislex.cl
Don Luis Claro Solar y Don Humberto Trucco, estos autores hacen una distinción; entre los inmuebles
inscritos y los no inscritos. Y afirman, el poseedor de un inmueble inscrito, goza de una situación preferencial;
recibe un premio por haberse incorporado al régimen de la propiedad inscrita, tiene una garantía consagrada
en el art. 728, inc. 2° que es ratificada por el 726.
Trucco por su parte agrega, que en el proyecto de código civil, existían dos formas de hacer la tradición de los
bienes raíces, a saber: de una manera real, aplicando el art. 670; y, de una manera simbólica, aplicando el 686.
Pero después se suprimió la referencia a la tradición real y se dejó como única forma de iniciar la posesión de
los bienes raíces, la inscripción conservatoria.
Trucco concluye, que el que no ha inscrito, no puede prescribir, ni ordinaria, ni extraordinariamente; no puede
iniciar posesión, ni regular, ni irregular; por lo tanto comparte el criterio de Aguirre Vargas, en el sentido que la
inscripción, es un requisito de la posesión de los bienes raíces.
Don Leopoldo Urrutia y Oscar Dávila, refutan la posición anterior y dicen que la inscripción, es una garantía y
no una ficción.
Para estos autores, la inscripción no es sinónimo de posesión, representa una garantía de la posesión, siempre
que existan el corpus y el animus. De modo que para ellos, sin corpus y sin animus, no puede haber posesión,
aunque haya inscripción.
Dávila agrega, las inscripciones que no representan una realidad posesoria, son simples inscripciones de papel
y no pueden conferir posesión que no existe.
Urrutia por su parte sostiene, si la tenencia y el ánimo no existen, pese a que hay inscripción, no habrá
posesión. La inscripción es una garantía de la posesión, en la medida que se den los elementos del art. 700.
3.- Otro problema que surge en esta materia, se refiere a la situación que plantea el art. 730, inc. 2°, en el
sentido que si un mero tenedor usurpa la cosa y la enajena estando el bien inscrito, el adquirente no inicia
posesión sin la competente inscripción.
Humberto Trucco y Alessandri, señalan que la competente inscripción, es la que emana realmente del
poseedor inscrito, es la que deriva del anterior, está ligada a ella.
Luis Claro Solar, por su parte señala, que la competente inscripción, es aquella que se practica con las
exigencias del reglamento del CBR. Y por lo tanto, no es necesario que la inscripción derive del antecesor,
porque si así fuere, el 730, inc. 2°, estaría repitiendo lo dicho por el 728, que señala como una de las formas de
cancelar la inscripción, es por medio de una nueva inscripción, en que el poseedor inscrito transfiera su
derecho a otro.
Por lo tanto, para este autor, como la ley razonablemente, no puede decir lo mismo en dos art., la competente
inscripción sería las que cumple con las formalidades del CBR, sin importar si está o no ligada con la
inscripción del anterior.
La Corte Suprema, en algunas oportunidades, ha fallado en el sentido que las inscripciones no deben estar
ligadas entre sí, pero en otras, se ha inclinado por la tesis contraria.
La posición mayoritaria en la doctrina, (Claro Solar; Urrutia; Dávila, entre otros), considera que para que exista
una competente inscripción, no deben estar ligadas entre sí y esto por las siguientes razones:
a) El art. 730, se coloca en la hipótesis, en que un mero tenedor usurpa la cosa y la enajena. Y de acuerdo al
inc. 2°, si la cosa es un inmueble inscrito, el adquirente para iniciar posesión, debe efectuar la competente
inscripción. Esta norma se refiere a una situación distinta de la que regula el art. 728, y es éste el que
consagra, como una de las formas de cancelar la inscripción, que el poseedor inscrito transfiera su derecho a
otro. Por lo tanto el 728, se estaría refiriendo al caso de que las inscripciones estén ligadas; y como no sería
lógico, que el 730, repitiera esta misma idea, se ha concluido que este art., se refiere a la inscripción que
cumple con las formalidades del reglamento del CBR., sin importar si deriva o no del anterior poseedor. Esta es
la tesis mayoritaria.
b) El art. 2505, establece que contra título inscrito no opera la prescripción, sino es en virtud de otro título
inscrito. Esta disposición, no exige que este nuevo título derive del anterior poseedor; por lo tanto, sería posible
que esta nueva inscripción, esté desligada del anterior poseedor.
1.- La del inc. 1°, en virtud de la cual, basta con que el que invoca ser poseedor, para que se presuma la
continuidad de su posesión.
2.- El inc. 2°, si se empezó a poseer como mero tenedor, y después se alega ser poseedor, habrá que probar la
existencia de algún título que permita haber iniciado la posesión.
3.- El inc. final, establece que si se prueba que se fue poseedor antes, y se prueba que se es poseedor
actualmente, la ley va a presumir la posesión en el periodo intermedio.
Estas presunciones son simplemente legales, por lo tanto, admiten prueba en contrario.
LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA.
La prescripción, de acuerdo al art. 2492 (memoria), “es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las
acciones y derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no haberse ejercido dichas acciones y derechos
durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales”.
Sin embargo, la ubicación actual de esta materia en el código, tiene sus justificaciones; a saber:
a). Hay ciertas reglas que se aplican a ambas prescripciones, como las del párrafo 1° del Título XLII, del Libro
IV.
b). En ambas prescripciones hay un elemento común, que es el transcurso del tiempo.
c). Existe una razón histórica, porque el CC. Francés también trató ambas prescripciones en un mismo título.
d). Hay, asimismo, una razón lógica, porque se dice que ambas prescripciones tienen por finalidad,
estandarizar los derechos, dar certeza jurídica, seguridad, poner fin a las incertidumbres que puedan existir y
es natural que el legislador culminara su obra con esta institución, que viene a garantizar todos los derechos
que consagra el código.
Unidad de la Prescripción. Los autores discuten si la prescripción es una sola institución o dos diferentes
(adquisitiva y extintiva).
Pothier sostenía que ambas prescripciones eran completamente diferentes, lo único común que tenían era el
nombre.
Sin embargo, la mayoría de la doctrina considera que la prescripción es una sola, toda vez que la prescripción
extintiva, es a la vez adquisitiva y viceversa. Es la misma prescripción la que hace nacer un derecho por una
parte y lo hace perder por la otra. (dos caras de una misma moneda).
Fundamento de la Prescripción. Desde siempre los autores han criticado esta institución, señalando que es
injusta y altamente inmoral, manifestándose éstas características con mayor claridad en el caso de la
prescripción extintiva.
Con todo, se sostiene que la prescripción produce una gran utilidad, pese a las críticas que se le formulan,
porque pone fin a las incertidumbres que pudieran existir, da seguridad jurídica.
El legislador, con el objeto de aminorar las criticas que se formulan a la institución, señalan tres reglas
comunes a toda prescripción. a). El art. 2493, sostiene que la prescripción debe ser alegada, el Juez no puede
declararla de oficio, ésta opera de pleno derecho por el solo transcurso del tiempo y el Juez solo se limita a
constatarla. Sin embargo, pese a esto, aquel que desee aprovecharse de ella, debe alegarla; de esta manera,
la ley entrega a la conciencia del prescribiente determinar si opone o no la prescripción.
• El C.P.C. señala que el Juez debe declarar de oficio prescrito el mérito ejecutivo de la acción. Y
• Las prescripciones que corren a favor y en contra del Fisco, también deben declararse de oficio.
b). De acuerdo a lo que regula el art. 2494, no se puede renunciar en forma anticipada a la prescripción.
Todas las normas que reglan la prescripción son de orden público y por esto, antes de cumplirse la prescripción
no se puede renunciar a ella. Si se pudiera, esta se transformaría en una cláusula habitual en los contratos y
todos los acreedores le exigirían a sus deudores la renuncia anticipada de la prescripción, por lo que esta
institución desaparecería.
Sin embargo, una vez cumplida, como la prescripción opera de pleno derecho, se incorpora al patrimonio del
prescribiente y puede ser renunciada en forma expresa o tácita.
Renuncia tácita. Se presenta cuando el que puede alegarla, manifiesta por un hecho suyo, que reconoce el
derecho del dueño o del acreedor; La ley da dos ej. al respecto, a saber. Cuando el poseedor toma la cosa en
arriendo. Y, cuando el que debe dinero pide un plazo o paga intereses. (art. 2494).
Respecto de los incapaces, ellos deben actuar a través de sus representantes legales, pero hay que distinguir,
porque si se está renunciando a la prescripción de un inmueble, el representante legal debe actuar con
autorización judicial; en cambio, respecto de los muebles, el representante legal puede actuar con libertad,
porque la ley no le impone ninguna limitación.
Asimismo, la renuncia a la prescripción, es un acto personal, que solo favorece o perjudica al que lo alega, por
esto la ley señala que la renuncia hecha por el deudor le es inoponible al fiador y por lo tanto, él puede alegar
la prescripción ante el acreedor (art. 2496).
La Corte Suprema ha señalado que la norma del art. 2496, también se aplica a los deudores prendarios e
hipotecarios, porque la prenda y la hipoteca son contratos accesorios igual que la fianza.
c). La prescripción, corre contra toda persona que tenga la libre administración de sus bienes. (art. 2497).
La Prescripción Adquisitiva
Pothier, la definió, diciendo que es la adquisición de la propiedad, por medio de la posesión pacifica y no
interrumpida que se ha tenido de ella, durante el tiempo que la ley exige.
a). Es originario, porque si bien la cosa tenía un dueño anterior, el prescribiente no la adquiere por traspaso
del dueño; la adquisición se produce con independencia del dueño anterior.
www.jurislex.cl
c). Es por acto entre vivos, porque opera en vida de las personas que intervienen, no precisa la muerte de
ellas.
d). Es a título singular por regla general, pero excepcionalmente, a través de este modo de adquirir, se puede
obtener una universalidad, cual sería el derecho real de herencia.
Requisitos de la prescripción.
1.- Cosas susceptibles de prescripción. La regla general es que las cosas sean susceptibles de prescripción;
sólo por excepción hay cosas imprescriptibles.
Cosas que no pueden adquirirse por prescripción.
a). Los derechos personales. Así se desprende del art. 2498, que dice que se gana por prescripción el
dominio de las cosas corporales raíces o muebles y los otros derechos reales; pero no menciona la
prescripción de los derechos personales.
b). Los derechos de la personalidad. O sea el conjunto de derechos inherentes al individuo y que tienen por
el solo hecho de existir. Estos derechos están fuera del comercio humano y por eso no pueden ganarse por
prescripción.
c). Los derechos reales expresamente exceptuados por el legislador. El único derecho real imprescriptible
es el derecho de servidumbre discontinua de cualquier clase y continua inaparente. (art. 882 y 917).
d). Las cosas que están fuera del comercio humano, es decir, las cosas comunes a todos los hombres,
como la alta mar, el aire, etc.
e). Las cosas indeterminadas. El fundamento de la prescripción es la posesión, y ésta necesariamente debe
recaer sobre una cosa determinada.
f). Las cosas propias. La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas.
Prescripción de la cuota de un comunero. Nos remitimos a lo visto.
2. Existencia de posesión. El prescribiente debe ser un poseedor, debe actuar con ánimo de señor y dueño,
por esto los simples meros tenedores, no pueden prescribir, como tampoco los que se aprovechan de la
omisión de los actos de mera facultad del dueño o de los actos de mera tolerancia de él. (art. 2499).
Los actos de mera facultad, son aquellos que cada cual puede ejecutar en lo suyo, sin necesidad del
consentimiento del otro. Si el dueño no ejecuta un acto de esta naturaleza, esto no habilita para prescribir en su
contra. Actos de mera tolerancia. La ley no los define, pero se dice que son aquellos que permite el dueño por
simple benevolencia o condescendencia y tampoco habilitan para prescribir.
3..Transcurso de un plazo. Para que opere la prescripción, debe haber transcurrido cierto tiempo en el cual el
prescribiente haya tenido una posesión continua, es decir, no interrumpida.
La interrupción de la prescripción.
La prescripción adquisitiva supone la existencia de dos requisitos esenciales, a saber; la posesión del
prescribiente (elemento positivo) , y la pasividad o inactividad del dueño. (elemento negativo).
Alessandri dice que si falta alguno de estos dos elementos se interrumpe la prescripción. Si falta el elemento
positivo, la interrupción es natural; si falta el elemento negativo, la interrupción es civil.
Pothier, señala que la interrupción es, “todo hecho que destruyendo una de las dos condiciones esenciales de
la prescripción, hace perder todo el tiempo anterior de posesión”.
Una vez que se interrumpe la prescripción, sea en forma natural o civil, la regla general es, que el prescribiente
pierde todo el tiempo que llevaba de posesión y si después de interrumpida la prescripción, el prescribiente
conserva la cosa en su poder, debe comenzar a poseer de nuevo por el tiempo señalado en la ley.
Interrupción natural. Se presenta cuando falta el elemento positivo, es decir, falta la posesión del
prescribiente.
Se puede definir, como todo hecho material, sea del hombre o de la naturaleza, que hace perder la posesión de
la cosa. (art. 2502)
a). Cuando sin haber pasado la posesión a otras manos, se ha hecho imposible el ejercicio de actos
posesorios, como cuando una heredad ha sido permanentemente inundada (nos remitimos a lo visto);
b). Cuando se ha perdido la posesión por haber entrado en ella otra persona. En este caso, el poseedor pierde
materialmente la cosa.
La ley señala que en el primer caso, no se pierde el tiempo anterior, solo se descuenta el tiempo en que no
pudo ejercerse actos posesorios, por lo que constituye una excepción a la regla general.
En el segundo caso, se pierde todo el tiempo anterior, a menos que el poseedor logre recuperar la cosa por
medios legítimos, porque en ese caso se va a entender que nunca se interrumpió la prescripción y
consecuentemente, nunca se dejó de poseer.
La doctrina discute, si la interrupción material podría o no presentarse respecto a los inmuebles inscritos;
distinguiendo. En el caso a), algunos autores señalan, que esta forma de interrupción no podría darse respecto
a los inmuebles inscritos, porque la inscripción representa el corpus y animus, y por lo tanto, mientras subsista
ella, no se pierde la posesión. Sin embargo, otros autores, como Somarriva, sostienen que en el caso in
comento, si se aplica a los inmuebles inscritos, porque esta norma no diferencia entre inmuebles inscritos o no
inscritos.
www.jurislex.cl
En relación al segundo caso; los autores piensan que esta forma de interrupción, no se presenta, porque el art.
728, dice que mientras subsista la inscripción no se pierde la posesión. Y por lo tanto, el apoderamiento
material del inmueble inscrito, no interrumpe la prescripción.
Interrupción civil. Se presenta cuando falta el elemento negativo, cuando falta la inactividad o pasividad del
dueño; éste asume una actitud activa, reclamando su derecho.
La ley en el art. 2503, señala que la interrupción civil, es todo recurso judicial intentado por el que se pretende
verdadero dueño de la cosa, contra el poseedor.
La doctrina, no se pone de acuerdo acerca de lo que debe entenderse por la expresión, “recurso judicial” que
emplea la ley. Algunos, sostienen que esta palabra debe tomarse en el sentido de “demanda”, porque el N°1
del art. 2503, hace alusión a ella. Otros; piensan que esta expresión, debe ser tomada en un sentido mas
amplio, como toda acción o petición hecha valer ante los Tribunales, para conservar el derecho ante el
poseedor.
La Corte Suprema, ha señalado que es toda petición, solicitud o reclamación presentada ante los Tribunales de
Justicia y se ha dicho que la interrupción civil, tiene lugar cuando el presunto verdadero dueño de la cosa,
expresa en forma inequívoca, su intención de no abandonar el derecho del cual afirma ser titular.
a). Debe existir un recurso judicial, esto es, que se entable una acción ante los Tribunales de Justicia,
cualquiera que ella sea; nada influye que la acción se ejerza por vía de demanda o reconvención.
b). Este recurso debe haber sido legalmente notificado al poseedor. (art. 2503, N°1).
c). Finalmente, el recurso judicial y la notificación, debe hacerse valer antes que transcurra todo el plazo de
prescripción.
Momento en que se entiende interrumpida civilmente la prescripción. a este respecto hay dos posiciones,
a saber;
Primero, Están los que piensan que la interrupción civil opera cuando el recurso judicial es presentado ante los
tribunales, sin importar si es notificado o no; esto, por que de lo contrario, el poseedor podrá valerse de
maniobras dolosas para dilatar o demorar la notificación mas allá del plazo de prescripción, evitando de este
modo la interrupción.
Segundo. Otros autores señalan que la interrupción, se presenta cuando el recurso judicial ha sido legalmente
notificado y se basan en la letra del art. 2503, N°1, que establece que no se entiende interrumpida la
prescripción, si la notificación no ha sido hecha en forma legal.
Efectos de la interrupción civil. La regla general es que hace perder todo el tiempo de prescripción, y por lo
tanto, si el poseedor logra recuperar la cosa después de la interrupción, le empezará a correr todo el plazo de
nuevo.
Excepciones. El art. 2503, señala tres casos en que pese a existir recurso judicial, se entiende que la
prescripción no ha sido interrumpida y por lo tanto, no se pierde el tiempo anterior de prescripción. Estos casos
son:
www.jurislex.cl
a). Cuando la demanda o recurso judicial, no se ha notificado en forma legal. Si la demanda no es legalmente
notificada, se entiende que nunca se interrumpió la prescripción.
b). Cuando el que alega ser dueño (recurrente), se desiste expresamente de la demanda o se declara
abandonado el procedimiento. El desistimiento de la demanda, es el retiro de ella por el actor, después de
haber sido notificada. Debe ser expreso y declarado por sentencia judicial; El abandono del procedimiento. La
ley emplea la expresión, abandono de la instancia, pero por una modificación que se le introdujo al C.P.C. se
entiende que se hace alusión al abandono del procedimiento. Este se presenta cuando todas las partes que
figuran en el juicio, han cesado en su prosecución durante seis meses, contados desde la fecha de la última
resolución recaída en una gestión útil, para dar curso progresivo a los autos. (art. 152 C.P.C.)
c). Tiene lugar, cuando el demandado obtiene sentencia de absolución. Para algunos autores, basta con
cualquier sentencia que no acoja la demanda; y para otros, debe tratarse de una sentencia definitiva que
reconozca la legitimidad del derecho del poseedor.
La doctrina discute si el recurso judicial es presentado ante un Tribunal incompetente. La mayoría de los
autores y de la jurisprudencia, consideran que en ese caso, de todas maneras se entiende interrumpida la
prescripción.
Persona que puede invocar la interrupción natural. Lo puede hacer cualquier persona que tenga interés en
ello.
Con todo, la civil sólo puede alegarla el que ha intentado el recurso judicial, se trata de un acto jurídico
procesal.
Asimismo, hay una excepción a esta regla, porque tratándose de los comuneros, todo el que interrumpe la
prescripción, respecto de uno de ellos, lo hace respecto de todos; y viceversa, si una de ellos interrumpe la
prescripción, los otros se benefician. (art. 2404).
Campo de aplicación de la interrupción, tanto natural como civil. Opera en la prescripción adquisitiva tanto
ordinaria como extraordinaria y en la extintiva de largo tiempo.
Clasificación de la prescripción.
De acuerdo con el art. 2506, la prescripción adquisitiva puede ser ordinaria y extraordinaria. La primera tiene
como fundamento, la posesión regular y el tiempo que requiere es menor. En cambio, la segunda, su
fundamento esta en la posesión irregular y, consecuentemente, el plazo que se requiere para prescribir es
mucho mas largo.
Prescripción ordinaria. Además de las condiciones generales a toda prescripción (prescriptibilidad de la cosa
y posesión no interrumpida), necesita dos requisitos propios:
En relación al primer requisito especial, es la que procede de justo título y ha sido adquirida de buena fe,
aunque esta no subsista, siendo necesaria, además, la tradición si el título invocado para poseer es uno
traslaticio de dominio..
Como la buena fe se presume, excepto en los casos en que la ley establece la presunción contraria (art. 707,
inc. 1°), quiere decir que, una vez cumplido el plazo legal, al que alega la prescripción ordinaria le bastará, por
lo general, exhibir su justo título.
Para computar los plazos, la ley no da una regla especial, por lo tanto se aplicarán las generales, que están
reguladas en los arts. 48, 49 y 50. De acuerdo a ellos, el plazo de prescripción, debe ser continuo, corre sin
interrupción de días Domingos y festivos. Debe ser de días completos, se cuenta de media noche a media
noche y corre hasta la última del último día de plazo; no es un plazo de horas.
Por tanto, la suspención a diferencia de la interrupción, no hace perder el tiempo anterior, simplemente,
mientras dura la causal de suspención, deja de correr el plazo, pero desaparecida ésta, vuelve a correr
respetando el anterior. Los autores dicen, que la suspención abre un paréntesis en el plazo de prescripción.
a). Puede ser que esté corriendo el plazo de prescripción y al poseedor o al dueño le sobrevenga alguna de las
causales que contempla el art. 2509. En éste caso, se abre un paréntesis, y deja de correr el plazo mientras
dure la suspensión, pero una vez que esta cesa, vuelve a correr respetando el plazo anterior.
b). Puede ocurrir, que aún no haya empezado a correr el plazo de prescripción y el poseedor o el dueño se
encuentre en alguno de los casos del art. 2509, en esta situación, el plazo de prescripción comenzará a correr
una vez que cese la causal de suspención.
Efecto de la suspención. Detiene pero no extingue el tiempo de prescripción. Por lo tanto, una vez que cesa
la causal de suspención, al poseedor se le cuenta el tiempo anterior, si es que alguno hubo.
Fundamentos de la suspención. Radica en la injusticia que significaría dejar correr la prescripción, en contra
de personas que se encuentran en la imposibilidad de defender sus
derechos, porque pese a que ellos tienen representantes, el legislador quiere evitar la negligencia en que estos
puedan incurrir.
La suspención es un beneficio excepcional y solo procede a favor de las personas a que hace mención el art.
2509.
Campo de aplicación de la suspención. Esta se aplica tanto a la usucapión como a la prescripción extintiva.
Respecto de la primera, en general sólo cabe en la ordinaria.
Causales de suspención. Estas estén reguladas en el art. 2509 (memoria) y su enumeración es taxativa.
1.- Los menores; los dementes; los sordomudos; y todos los que están bajo potestad paterna o marital, o bajo
tutela o curaduría.
Los autores han criticado este N°1, porque es demasiado amplio, así respecto a los menores no distingue si
deben o no estar emancipados, entendiendo la doctrina, que se refiere a ambos.
Respecto a los dementes y sordomudos, tampoco entiende si deben o no encontrarse bajo interdicción, se ha
concluido que a ambos.
2...El número dos se refiere a la mujer casada en sociedad conyugal mientras dura ésta: Esto también se ha
criticado porque la mujer casada, en virtud de la ley 18.802, pasó a ser plenamente capaz.
Los autores han dicho, que esto se debe a que en la actualidad, pese a ser plenamente capaz, es el marido el
que administra los bienes propios de la mujer.
Con todo, esta suspención solo se da respecto de la mujer casada en sociedad conyugal y por esto, el inc. 3°
del art. 2509, establece que no se suspende la prescripción a favor de la mujer divorciada o separada de
bienes, respecto de aquellos que administra.
Esta relación con la mujer divorciada, los autores discuten que a cuál se refiere, si es a la perpetua o a la
temporal. La mayoría de la doctrina ha señalado, que pese a que la Ley no distingue, resulta claro que el
legislador se refirió al divorcio perpetuo, que es el que disuelve la sociedad conyugal.
3. La prescripción también se suspende a favor de la herencia yacente.
Esto también se ha criticado, porque la herencia yacente no es persona; sino que una masa de bienes que no
ha sido aceptada, ni repudiada por los herederos, y por eso mientras no se acepte o repudie, la Ley señala que
en su contra no van a correr las prescripciones. (artículo 2346).
Cabe aclarar, que cuando la herencia es repudiada por los herederos se llama herencia vacante.
El inciso final del artículo 2509, establece que la prescripción se suspende siempre entre cónyuges; lo que ha
dado origen a gran cantidad de controversia.
Las razones que se dan para esto son las siguientes:
a).se dice que esto permite mantener la armonía en las relaciones conyugales, porque si la prescripción no se
suspendiera, en este caso, el cónyuge debería estar preocupado de interrumpir la prescripción del otro.
b).de acuerdo a lo que establece la Ley, el marido tiene el usufructo legal sobre los bienes de su mujer y en
aplicación a las reglas generales, el usufructuario es un mero tenedor, por lo tanto el marido nunca podría
prescribir, pero la mujer si podría hacerlo, produciéndose la consiguiente desigualdad.
www.jurislex.cl
c).el marido administra los bienes de la mujer y en tal calidad debe interrumpir las prescripciones que corren en
contra de ella y no podrá dejar correr una prescripción en su favor, que afecte los bienes de su mujer.
d).la ley prohibe las donaciones irrevocables entre cónyuges. Y si corriere la prescripción, se podría encubrir
una donación irrevocable, vulnerando de esta manera la Ley.
La doctrina ha discutido, si esta suspensión entre cónyuges se da tanto en la prescripción ordinaria como
extraordinaria, o sólo en la primera; a este respecto hay dos posiciones:
I.- Alessandri y José Clemente Fabres, sostienen que la suspención entre cónyuges, opera en toda
prescripción sea ordinaria o extraordinaria, por las siguientes razones: * Dónde existe la misma razón, debe
existir la misma disposición, y las razones que ha tenido el legislador para suspender la prescripción ordinaria,
se da también en la extraordinaria.
*. El art. 2509 expresamente dice que la prescripción se suspende siempre entre cónyuges.
*. El art. 2511 dice que la prescripción extraordinaria, no se suspende a favor de las personas enumeradas en
el art. 2509, no es aplicable, porque los cónyuges no están enumerados.
II. Otros autores, como Alfredo Barros Errázuriz, dicen que la suspención solo opera en la prescripción
ordinaria; da en apoyo de su tesis las razones que siguen:
*. La norma del art. 2509 es excepcional, por lo tanto no puede aplicarse por analogía.
*. La palabra “siempre” que emplea el inciso 3° del art. 2509, no se refiere a la prescripción extraordinaria, sino
al inciso anterior, es decir, la prescripción se suspende siempre entre cónyuges aunque estén divorciados o
separados de bienes.
*. Por la aplicación del art. 2509, no cabe dudas que la suspención solo opera respecto de la prescripción
ordinaria, porque recién en el art. siguiente, la ley comienza a regular la prescripción extraordinaria.
*. Si bien los cónyuges no están enumerados en el art. 2509, no cabe dudas que el art. 2511, está refiriéndose
también a ellos, porque la expresión “enumeradas”, que emplea esta norma, debe entenderse como
mencionada o referida, y no en el sentido de señaladas con números.
En lo que todos los autores están de acuerdo en forma unánime, es que la prescripción extraordinaria, no se
suspende a favor de las personas enumeradas en el art. 2509, salvo en el caso analizado de los cónyuges.
2° Siendo la suspención un beneficio de carácter excepcional, solo puede alegarla aquel en cuyo favor se
encuentra establecida; la interrupción puede alegarla cualquier persona que tenga interés en ella, cuando la
interrupción es natural, y el que ha entablado la acción, cuando es civil.
3° Los efectos de ambas son diversos: la interrupción hace perder todo el tiempo corrido de prescripción; la
suspención solo produce el efecto de descontar el tiempo que ha durado la causa de la suspención.
Prescripción extraordinaria.
Posesión irregular, posesión viciosa. La teoría común y tradicional sostiene que aunque la posesión sea
irregular, en ningún caso debe ser viciosa, porque ésta no es útil para prescribir mientras subsiste el vicio de
violencia o clandestinidad. Sin embargo, el código no contiene ninguna disposición que permita afirmar que el
poseedor vicioso no puede prescribir adquisitivamente; lo que ocurre es que ésta posesión sólo es un
obstáculo para prescribir.
Lapso de diez años. El lapso necesario para adquirir por la prescripción extraordinaria es de diez años (art.
2511). Pero, a diferencia de la prescripción ordinaria, el hecho de que la cosa sea mueble o inmueble, es
intrascendente y el plazo corre contra toda persona y no se suspende.
El título, la buena fe y la tradición en relación con la prescripción extraordinaria. Para esta prescripción
no es necesaria la buena fe, porque basta para ella la posesión irregular y es tal la que carece de uno o mas de
los requisitos que establece el art. 702; y entre estos requisitos está la buena fe.
También entre estos requisitos está la tradición, cuando se invoca un título traslaticio de dominio.
Ahora bien, si falta la tradición, hay posesión irregular. De ahí la redacción del art. 2510.
Con todo, la redacción de ésta disposición no ha sido del todo feliz. De la simple lectura parece desprenderse
que el poseedor no podría prescribir por estar de mala fe, cuando la verdad es que no podría hacerlo por la
existencia del titulo de mera tenencia, por faltar la posesión, elemento indispensable para prescribir.
La mera tenencia no da lugar a la prescripción. De los arts. 716, 719, 730 y 2510, se deduce que la mera
tenencia no se cambia en posesión por el sólo transcurso del tiempo, por la sola voluntad subjetiva de parte del
mero tenedor.
Sin embargo, del art. 2510 parece desprenderse lo contrario. Mas dado los términos de éste art., podemos
decir que no existe tal excepción, sino que una más amplia y clara confirmación de la regla general del art. 716.
Porque si bien es cierto que éste art. dice que el lapso de tiempo no muda la mera tenencia en posesión,
también no es menos cierto que el art. 2510 señala un caso en que la mera tenencia se muda en posesión;
pero este cambio no se opera por el simple lapso de tiempo, sino con la concurrencia de otros hechos que no
dependen de la sola voluntad del tenedor.
Si tal cambio se opera, es porque se han realizado actos de parte del mero tenedor, como también de parte del
propietario, que alteran por completo la situación jurídica de ambos.
Primera. Que el que se pretenda dueño, no pueda probar que en los últimos diez años se haya reconocido
expresa o tácitamente su dominio por el que alega la prescripción.
Segunda. Que el que alega la prescripción pruebe haber poseído sin violencia, clandestinidad ni interrupción
por el mismo espacio de tiempo.
La concurrencia copulativa de estas dos circunstancias, manifiesta que el que comenzó como mero tenedor, ha
tenido la cosa como señor y dueño: concurre la prueba negativa del desconocimiento del dominio ajeno y la
prueba afirmativa de que se obró como poseedor. Así, entonces, la mera tenencia se ha convertido en
posesión, no ya por la solo voluntad del tenedor, ni por el simple transcurso del tiempo, sino también, y esto es
lo principal, por negligencia de parte del dueño.
2. Tanto una como otra requieren posesión. Una, regular; la otra irregular.
3. En cuanto al computo del plazo, en ambos se aplican las reglas de los arts. 48, 49 y 50.
2. En la prescripción ordinaria, el plazo es de dos y cinco años, según se trate de bienes muebles o de bienes
inmuebles; en la prescripción extraordinaria, el plazo es de diez años sin distingo.
Dentro del capítulo dedicado al estudio del dominio, en lo que decía relación con sus diversas clases, una de
las clasificaciones aludidas, lo ponderaba desde el punto de vista de su extensión, y distinguía entre propiedad
absoluta y propiedad fiduciaria. Esto es lo que retomáremos a partir de esta clase.
La propiedad absoluta, es la que no está sujeta a evento alguno que le ponga termino y es la regla general; la
fiduciaria, es la que está expuesta al gravamen de pasar a otra persona por el evento de cumplirse una
condición.
En esta forma de propiedad, el dominio lo tiene una persona, pero este éste está expuesto a perderse y pasar
a otra, siempre que llegue a cumplirse una condición.
Este evento por el cual la propiedad pasa de una persona a otra se llama Restitución. Y es lo que a
continuación se analizara.
LA PROPIEDAD FIDUCIARIA.
En oposición a la propiedad absoluta, está la propiedad fiduciaria, que es “la que está sujeta al gravamen de
pasar a otra persona, por el hecho de verificarse una condición”, (art. 733, inc. 1°)
La constitución de la propiedad fiduciaria se llama fideicomiso. Este nombre se da también a la cosa constituida
en propiedad fiduciaria. (art. 733, inc. 2° y 3°).
1° El constituyente. Es la persona que dispone de una cosa suya a favor de otra a quien grava con la
obligación de restituirla a una tercera si se verifica una condición. Llámase restitución “la traslación de la
propiedad a la persona en cuyo favor se ha constituido el fideicomiso” (art. 733, inc. final)
Ejemplo. Primus (constituyente) deja una casa a Secundus (fiduciario) para que la adquiera Tertius
(fideicomisario) cuando éste se reciba de abogado.
La ley señala que el propietario fiduciario o simplemente, fiduciario, podrá faltar y en ese caso hará sus veces
el constituyente (art. 748); asimismo, el fideicomisario también puede faltar, siempre que se espere que llegue
a existir, porque de acuerdo a la ley, al momento de producirse la restitución, cuando se cumple la condición,
es indispensable que exista el fideicomisario. Este es una caso excepcional en que la ley presume una
condición y la considera como un requisito de existencia o un elemento esencial. (art. 737). Si el fideicomisario
no existiera al tiempo de la restitución, se consolidará el dominio en el propietario fiduciario y terminará la
propiedad fiduciaria.
En la propiedad fiduciaria, desde el punto de vista del fiduciario, la condición es resolutiva, porque por su
ocurrencia se extingue el derecho, se pierde el dominio de la cosa; con una particularidad, y es que en éste
caso, la condición no opera con efecto retroactivo.
Desde el punto de vista del fideicomisario, la condición es suspensiva, porque por su ocurrencia va a nacer su
derecho.
En el fideicomiso solo existe un derecho real que es el de dominio y lo tiene el propietario fiduciario, el es el
dueño, lo que ocurre es que está expuesto a perder ese dominio, el que pasaría al fideicomisario, siempre que
se cumpla con la condición estipulada.
1° Afecta el carácter perpetuo del dominio. El propietario fiduciario, pierde el dominio cuando se cumple la
condición estipulada.
2° Afecta el carácter absoluto del dominio, porque le impone al fiduciario una serie de limitaciones.
Fideicomiso sucesivo. Al legislador no le agradaba la propiedad fiduciaria, porque estimaba que entrababa la
libre circulación de los bienes, y por este motivo el art. 745 prohibe los fideicomisos sucesivos, y si de hecho se
instituyen dos o mas, una vez que se consolida el dominio en el primer fideicomisario, se va a extinguir la
expectativa de los demás.
El art. 736, permite que sobre una misma propiedad se instituya fideicomiso a favor de una persona y usufructo
a favor de otra.
Tiempo en que debe operar la condición en el fideicomiso. La ley en el art. 739, señala que la condición se
tiene por fallida si tarda mas de cinco años en verificarse, estos se cuentan desde que se constituyó el
fideicomiso. Fallida la condición, se consolidará el dominio en manos del fiduciario y se extingue la expectativa
del fideicomisario.
Con todo, el mismo art. 739 contempla una excepción, en el sentido que no es necesario que la condición se
verifique dentro de los cinco años, cuando la muerte del fiduciario sea el evento de que penda la restitución.
Cosas susceptibles de fideicomiso. Está regulado en el art. 734 y de acuerdo a la ley, no puede constituirse
fideicomiso sino sobre la totalidad de la herencia o una cuota de ella o sobre uno o mas cuerpos ciertos.
La frase inicial de la disposición “No se puede constituir fideicomiso sino” demuestra que la enumeración de las
cosas que pueden constituirse en fideicomiso es taxativa.
Como el fiduciario debe restituir la misma cosa cuando se cumpla la condición, esa cosa no podrá ser genérica,
ni consumible.
Solemnidades para la constitución del fideicomiso. Se puede constituir de dos maneras distintas, al tenor
de lo que dispone el art. 735.
Cuando la propiedad fiduciaria recae sobre bienes raíces y se constituye por acto entre vivos, además del
instrumento público, se exige la inscripción (otra solemnidad) en el CBR.
Algunos autores consideran que en estos casos la solemnidad es sólo una, el instrumento público.
La inscripción, como sabemos, sería la forma de hacer la tradición. Pero la mayoría de los autores consideran,
que tanto el instrumento público, como la inscripción serían solemnidades. Por tanto, el fideicomiso seria
doblemente solemne, sin perjuicio que la inscripción, además seria la forma de hacer tradición de la propiedad
o del dominio.
Cuando el fideicomiso se constituye por testamento o en un acto testamentario y se refiere a un bien raíz ,
también debe inscribirse en el registro de hipotecas y gravámenes.
Sin embargo, todos los autores están de acuerdo en que la inscripción en estos casos, no opera como
tradición, , porque en tal caso opera el modo de adquirir llamado sucesión por causa de muerte, y sabido es
que una cosa no puede adquirirse por dos modos diferentes.
www.jurislex.cl
Derechos y obligaciones del fiduciario. El fiduciario es dueño de la cosa, lo que ocurre es que existe una
condición resolutoria pendiente, por cuyo cumplimiento, se extinguirá su derecho de dominio; pero mientras eso
no ocurra, el fiduciario es dueño.
2° El fiduciario puede transferir la propiedad fiduciaria por acto entre vivos y transmitirlo por causa de muerte.
(art. 751).
Sin embargo, para proteger la mera expectativa del fideicomisario, la ley, en el mismo art. le impone una
limitación, puesto que esta transferencia o transmisión se debe hacer con el cargo de mantener indivisa la
propiedad.
La ley faculta al constituyente para que prohiba la enajenación, y en ese caso, el fiduciario no podrá transferir la
propiedad, por que es uno de los casos en que la cláusula de no enajenar se permite.
Además la ley consagra un caso de excepción, en que el fiduciario no puede transmitir la propiedad, este caso
se presenta, cuando la condición consista en la muerte del fiduciario (se extingue su derecho).
3° El fiduciario puede gravar la propiedad, puede constituir hipotecas, servidumbres y censos. (art. 757)
Sin embargo, al igual que en el caso anterior, la ley le impone ciertas limitaciones, para proteger al
fideicomisario. A saber:
a) Para constituir gravámenes, el fiduciario debe estar autorizado por el Juez, quien se pronunciará
con conocimiento de causa.
b) Al constituirse el gravamen, debe oírse a ciertas personas que son las señaladas en el art. 761, inc. 3°.
Si el fiduciario constituye un gravamen sin cumplir con estos dos requisitos o condiciones, este le será
inoponible al fideicomisario.
www.jurislex.cl
Esta inembargabilidad solo comprende la cosa constituida en fideicomiso, pero no alcanza a sus frutos
Aparece de manifiesto, que el objeto de esta norma es proteger al fideicomisario, porque si fuese posible
embargar las cosas por las deudas del fiduciario, al cumplirse la condición, podrían verse burlados los
derechos del primero.
La Corte de Apelaciones ha sostenido que la mera expectativa del fideicomisario, también es inembargable,
porque mientras no se cumpla la condición, no hay derecho, solo existe un derecho eventual y estos son
inembargables.
5° Como dueño, el puede demandar por daños y perjuicios, cuando la propiedad sea afectada. Art. 2315
6° El fiduciario tiene derecho a llevarse las obras necesarias, si es que el fideicomisario no se allana a
pagárselas.
7° Finalmente, el fiduciario tiene derecho de retención; una vez cumplida la condición,. Si es que el
fideicomisario le adeudare pagos o indemnizaciones.
Las obligaciones.
1° El fiduciario está obligado a conservar la cosa y a restituirla al fideicomisario una vez que se cumpla la
condición.
Debe cuidar la cosa como un buen padre de familia, por lo que responde de culpa leve. Asimismo, responderá
de todo menoscabo o deterioro que sufra la cosa y que sea consecuencia de su hecho o conducta. Art. 758.
2° El fiduciario está obligado a hacer inventario solemne en los mismos términos que el usufructuario. Art. 754.
Sin embargo, el fiduciario no está obligado a rendir caución, que se llama de conservación y restitución, a
menos, que por sentencia judicial se le ordene como una medida conservativa, y esto a diferencia de lo que
ocurre con el usufructuario. Art. 755.
Sin embargo, y pese a que solo tiene una expectativa, o derecho eventual, la ley le concede ciertos derechos,
a saber:
a) Si se entiende hecha a todo evento, esa compraventa va a ser aleatoria y pura y simple.
b) La compraventa se entiende hecha bajo la condición que la cosa futura llegue a existir.
2° El fideicomisario puede intentar medidas conservativas cuando la propiedad fiduciaria puede peligrar o
deteriorarse en manos del fiduciario. Art. 761, inc. 2°. Esta norma está en armonía con la del art. 1492, que le
concede a todo acreedor condicional esta facultad.
Si el fideicomisario es una persona que aún no existe, pero se espera llegue a existir; la ley permite que sus
ascendientes legítimos intenten estas medidas conservativas; y si el fideicomisario es una persona jurídica,
estas medidas podrán intentarlas las personas de las corporaciones o fundaciones interesadas. Art. 761, inc. 3°
3° El fideicomisario tiene derecho a ser oído, cuando el fiduciario quiere gravar la propiedad. Art. 757. Si no es
oído, habrá inoponibilidad.
4° tiene la facultad de solicitar que el fiduciario rinda caución de conservación y restitución, porque de acuerdo
a la ley, el Juez puede ordenar que el fiduciario la rinda a pedido del fideicomisario. Art. 755.
5° El fideicomisario tiene derecho a solicitar indemnización de perjuicios por los menoscabos y deterioros que
provengan del hecho o culpa del fiduciario, art. 758.
El fideicomisario no puede transmitir su mera expectativa, porque es una condición esencial para la existencia
del fideicomiso, que al tiempo de verificarse la condición, la persona del fideicomisario exista.
Las obligaciones. Esta obligado a reembolsar al fiduciario las expensas extraordinarias que se hubieren
hecho en la cosa, y por este derecho, el fiduciario tiene la facultad de retención. Art. 756.
1° Por la restitución que es la traslación de la propiedad del fiduciario al fideicomisario, y esta traslación se
produce cuando se verifica la condición.
2° Por resolución del derecho del constituyente. Por ej. se a comprado con pacto de retroventa, y se verifica
ésta.
3° Por la destrucción de la cosa dada en fideicomiso. La ley en esta materia, se remite a las reglas del
usufructo; y estas señalan que si la destrucción es total, se extingue el usufructo; si la destrucción es parcial,
subsiste el usufructo sobre el resto que subsista.
4° Por la renuncia del fideicomisario antes del día de la restitución. El fideicomisario tiene un derecho eventual,
que mira su solo interés, y por lo tanto, aplicando el art. 12, este derecho eventual es renunciable; sin embargo,
la renuncia es personal y por lo tanto no afectará los derechos de los sustitutos, si es que los hay.
www.jurislex.cl
Art. 12. Podrán renunciarse los derechos conferidos
por las leyes, con tal que sólo miren al interés
individual del renunciante, y que no esté prohibida su
renuncia.
5° Por faltar la condición o no haberse cumplido en tiempo hábil. Es decir, la ley se refiere a la situación que se
presenta cuando la condición es fallida o bien cuando no se verifica dentro de los cinco años siguientes. Y,
El usufructo se encuentra tratado en el Título IX del Libro II, arts. 764 a 810. Asimismo, el art. 732 N°2,
menciona al usufructo como una limitación al dominio.
El nudo propietario, que si bien está desnudo del uso y del goce, tiene la facultad de disposición.
La persona que crea, establece o da origen al usufructo se llama constituyente. Este puede quedar totalmente
al margen del derecho o pasar a ser uno de sus elementos personales. Ninguna injerencia tiene si el usufructo
de la cosa se lo da a un tercero y la nuda propiedad a otro; pero puede desprenderse sólo de la nuda
propiedad y reservarse el usufructo (en tal caso el constituyente sería usufructuario) o, por el contrario, puede
desprenderse del uso y del goce y conservar la nuda propiedad (caso en que el constituyente sería nudo
propietario).
Clases de usufructo. Según a las personas a quienes se concede, pueden ser simple o múltiple.
Múltiple, si se concede a varias. Este último se subdivide en simultáneo, cuando se confiere el goce actual a
todos los usufructuarios; hay cousufructo, una especie de comunidad en él; y,
Sucesivo, cuando se concede el goce a los titulares del derecho a uno en pos de otro. La ley prohibe esta
forma de usufructo, porque se estima que entraba la libre circulación de los bienes.
Características.
1° Es un derecho real. Porque se ejerce sobre una cosa sin respecto a determinada persona. Por lo tanto está
protegido por la acción reivindicatoria. (art. 577, 764).
2° Es un derecho de goce. Comprende el uso y el goce de la cosa (usus y fructus). Y como consecuencia de
esto, es una limitación al dominio, porque el nudo propietario estará desprovisto de éstas facultades. El
usufructuario se hace dueño de los frutos.
3° Es un derecho temporal. Está sujeto a un plazo a diferencia de la propiedad fiduciaria que estaba sujeta a
una condición. De manera que en el usufructo una vez cumplido el plazo, se consolida el dominio en manos del
nudo propietario.
4° Es un derecho intransmisible. Lo dice el art. 773, inc. 2°. A diferencia de la nuda propiedad, que se puede
transferir y transmitir, pero con la carga del usufructo.
www.jurislex.cl
5° Con el usufructo coexisten dos derechos reales en forma conjunta, el derecho real de usufructo, que lo
detenta el usufructuario; y el derecho real de dominio, que lo tiene el nudo propietario.
6° Es un derecho real sobre cosa ajena (iure in re alieni). El usufructuario es un mero tenedor de la cosa dada
en usufructo, reconoce dominio ajeno. Lo que ocurre, es que él es poseedor y dueño de su derecho real.
Usufructo y cuasi usufructo. De la definición que da el art. 764, se concluye que el usufructo puede recaer
sobre cosas fungibles o no fungibles. Sin embargo la mayoría de los autores, considera que el código
confundió los conceptos, debiendo haber dicho cosas consumibles y no consumibles.
Por lo tanto, si el usufructo recae sobre cosas no consumibles, la doctrina señala que en ese caso existe
propiamente usufructo y se puede definir como; “un derecho real que consiste en la facultad de usar de una
cosa con cargo de conservar su forma y sustancia y de restituirla a su dueño”.
Si el usufructo recae sobre cosas consumibles, no habrá usufructo propiamente tal, sino que existirá cuasi
usufructo, y se podría definir como “un derecho real que consiste en la facultad de gozar de una cosa con cargo
de devolver igual cantidad y calidad del mismo genero o de pagar su valor”. De esta definición se desprende
que el cuasi usufructuario, tiene un derecho alternativo, que no lo tiene el usufructuario propiamente tal.
En conclusión, el usufructo se encuentra definido en la 1ª parte del art. 764, recae sobre cosas no consumibles
y es un título de mera tenencia, porque el usufructuario reconoce dominio ajeno. En cambio, el cuasi usufructo
está definido en la 2ª parte del art. 764, recae sobre cosas consumibles, es un título traslaticio de dominio. El
cuasi usufructuario adquiere el dominio de las cosas que se le entregan, obligándose a devolver otras de igual
cantidad y calidad o a pagar su valor.
USUFRUCTO CUASIUSUFRUCTO
El usufructo es un título de mera tenencia El cuasiusufructo es un título traslaticio de dominio
El usufructuario es un mero tenedor de la cosa fructuaria
El cuasi usufructuario es dueño de la cosa
Consecuencia de lo anterior, es que en el usufructo, El nudo
si el propietario sólo tiene un crédito, tiene una acción
usufructuario retiene indebidamente la cosa, el art. personal
915, da para exigir al cuasi usufructuario otras cosas de la
al nudo propietario la acción reivindicatoria misma calidad y cantidad o bien su valor.
Art. 915.
Las reglas de este título se aplicarán
contra el que poseyendo a nombre ajeno retenga
indebidamente una cosa raíz o mueble, aunque lo haga sin
ánimo de señor.
Ambos se asemejan en el sentido que los dos son títulos traslaticios de dominio; sin embargo, se diferencian
en:
CUASIUSUFRUCTO MUTUO
El cuasiusufructo se puede constituir por acuerdoElde mutuo
las sólo puede constituirse por acuerdo de las partes
partes, por ley o por testamento
El cuasiusufructo si recae sobre bienes muebles, El mutuo
es sólo puede constituirse por acuerdo de las partes
consensual y si recae sobre bienes raíces, es solemne
El cuasi usufructuario está obligado a prestar caución
El mutuario
y no tiene ninguna de estas dos obligaciones.
hacer inventario solemne
El cuasiusufructo es un derecho real El mutuo es un contrato.
Comparación usufructo y Arrendamiento. Ambos conceden el uso y goce de una cosa, a una persona
distinta al dueño.
www.jurislex.cl
USUFRUCTO ARRENDAMIENTO
El usufructo es un derecho real y como tal, el usufructuario
El arrendamiento, por su parte, es un contrato; y el
ejerce su derecho directamente sobre la cosa, arrendatario
sin ejerce su derecho directamente en la cosa, el
intervención de ninguna persona. Planiol, dice que debe
el nudo
vincularse con el arrendador, el tiene un derecho
propietario está obligado a dejar que el usufructuario
personal
ejerza
su derecho, sin poder intervenir
Criticas a la institución del usufructo. En doctrina, los autores han criticado la institución, porque no es
favorable para la buena administración de los bienes. El usufructuario tiende a abusar, a sacar el mayor
provecho posible de la cosa que debe después restituir, sin que le importe el menoscabo que ella sufra. Si los
bienes dados en usufructo exigen grandes reparaciones o gastos importantes, será difícil que el usufructuario
los haga, pues tendrá temor de que la compensación económica la aproveche el nudo propietario. Y éste, por
su parte, tampoco estará llano a hacer sacrificios, temeroso de que si el usufructo se prolonga por mucho
tiempo el ganancioso será el usufructuario. Todas estas dificultades tratan de superarse con una adecuada
reglamentación legal.
Sin desconocer los inconvenientes, la existencia del usufructo en los códigos es defendida, porque presta una
positiva utilidad social, como es la de “garantizar a una persona recursos seguros durante su vida sin quitar la
propiedad de los bienes a los herederos consanguíneos”.
Cosas susceptibles de usufructo. A este respecto, la ley nada a señalado, por lo que se puede concluir que,
se puede constituir usufructo sobre cualquier tipo de cosas, sean muebles o inmuebles, corporales o
incorporales, consumibles o no.
El derecho de usufructo –dice el código- se puede constituir de varios modos: art. 766.
1º Por la ley;
2º Por testamento;
3º Por donación, venta u otro acto entre vivos;
4º Se puede también adquirir un usufructo por
prescripción.
2° Por ley,
3° Por prescripción; y,
1° Por voluntad del constituyente. El constituyente es dueño de la cosa que se va a dar en usufructo y se
pueden presentar las siguientes situaciones:
a) Que el propietario conceda la nuda propiedad a otra persona y se reserva para sí el usufructo. Esta figura se
llama retención.
b)..Puede acontecer, que el propietario concede el usufructo a un tercero y se reserva la nuda propiedad. Aquí
se habla de constitución por vía directa.
c) También puede acontecer que el propietario conceda la nuda propiedad y el usufructo a terceras
personas. En este caso se habla de constitución por vía de desprendimiento.
www.jurislex.cl
El constituyente puede instituir el usufructo por acto entre vivos o por acto testamentario.
Por acto entre vivos. En este caso el usufructo puede recaer sobre bienes muebles o inmuebles.
En el primer caso, el usufructo es consensual; en el segundo, es solemne, requiere instrumento público inscrito.
La doctrina discute cual es la solemnidad. Algunos autores señalan, que la única solemnidad es el instrumento
público, el que normalmente será un escritura pública y la inscripción sería modo de adquirir (tradición) del
derecho real de usufructo. Otros autores, que tanto el instrumento público como la inscripción son
solemnidades, pero la inscripción jugaría un doble papel, porque además haría las veces de tradición. Por lo
tanto, para la segunda posición, si falta la inscripción, no sólo no se adquiere el derecho real de usufructo, sino
que tampoco se constituye.
La Corte suprema en un principio admitió este último criterio, pero en los últimos años, se ha inclinado por la
primera tesis.
Por acto testamentario. En este caso, sea que el usufructo recaiga sobre bienes muebles o inmuebles,
siempre es solemne.
Si recae sobre bienes raíces, no necesita inscripción, esto se desprende, a contrario sensu de lo que dispone el
art. 767, que exige la inscripción cuando el usufructo se constituye por acto entre vivos, sin referirse a la
constitución por acto testamentario.
En el testamento, el dominio del usufructo se adquiere por sucesión por causa de muerte y la inscripción no
sería necesaria, porque ésta es tradición y aquí opera otro modo de adquirir.
2° Usufructo constituido por ley. El art. 810 señala, que son usufructos legales, el del padre o madre de
familia sobre ciertos bienes del hijo, y el del marido, como administrador de la sociedad conyugal, en los bienes
de la mujer.
Sin embargo, éstos no son verdaderamente usufructos legales, porque presentan particularidades que
demuestran técnicamente algo distinto. La doctrina ha señalado que son derechos de goce; con todo, nuestra
legislación los considera como usufructo.
3° Constituido por prescripción. De acuerdo a lo que dispone el art. 2498, el usufructo se puede adquirir por
prescripción, como los demás derechos reales. Sin embargo, en la practica, la prescripción del usufructo es
muy escasa, porque lo normal es que la prescripción se refiera a la totalidad de la propiedad. De cualquier
manera, podría presentarse, si el constituyente no era dueño y pese a ello constituye un usufructo, en ese
caso, el usufructuario podría llegar a adquirir el dominio del usufructo por prescripción.
En cuanto al plazo, se aplica la regla general, y por lo tanto, si el usufructuario era poseedor regular, será de 2
o 5 años, según se trate de cosas muebles o inmuebles; si era irregular, será de 10 años.
4° Por sentencia judicial. Para algunos autores, el único caso de usufructo constituido por el Juez, se
encuentra en la partición de bienes.
De acuerdo a lo que dispone el art. 1337, regla 6ª, el árbitro puede, con el consentimiento de los interesados,
entregar la nuda propiedad a un coasignatario o comunero y el usufructo a otro.
Otros autores, sostienen que existiría otro caso de usufructo constituido por el Juez, a saber, el que está en la
Ley 14.908, que es la ley sobre “abandono de familia y pago de pensiones alimenticias”. Esta norma señala
que el Juez, no sólo puede fijar las pensiones alimenticias en dinero, sino que también las puede fijar en forma
de usufructo, uso o habitación. En este caso, si la cosa es raíz, recae sobre un inmueble, la orden en la que se
constituye el usufructo, uso o habitación, debe inscribirse en el CBR.
El elemento fundamental del usufructo es el plazo; por lo tanto, tiene una limitación en el tiempo, al cabo del
cual, se consolida la propiedad en el nudo propietario, esto de acuerdo a lo que dispone el art. 765, inc. 2°.
La ley señala que el constituyente puede fijar el plazo que desee, pero si el usufructuario es persona es natural,
no puede exceder a su muerte. Si nada se dice, se entiende que el usufructo durará por toda la vida del
usufructuario. En cambio, si el usufructuario es una persona jurídica, el plazo no puede durar mas de 30 años,
y si nada se dice, el usufructo durará la cantidad de tiempo antes citada.
Limitaciones que el usufructo impone a lo propiedad.
La ley en esta materia establece ciertas prohibiciones, como la contemplada en el art. 769, en la que se
prohiben los usufructos sucesivos, que son aquellos que se presentan, cuando se le concede el uso y goce de
una cosa a un usufructuario hasta un determinado plazo, caso en el cual, pasa a otro usufructuario, y así
sucesivamente.
La ley las prohibe, por que entraba la libre circulación de los bienes, y si de hecho se constituyen, señala que
los usufructuarios nombrados después del primero se considerarán como sustitutos, de tal suerte que, el primer
usufructo que surta efecto, hará caducar los otros, pero sólo durará el tiempo que se hubiere estipulado.
Art. 768. Se prohibe constituir usufructo bajo alguna modalidad que suspenda su ejercicio. Si se vulnera esta
disposición, la ley señala que el usufructo no tiene valor.
Con todo, se contempla una excepción a esta prohibición, y ésta se presenta cuando, la modalidad que limita el
ejercicio del usufructo se establece en un acto testamentario, y al morir el testador, ya se habría verificado
dicha modalidad. Esta excepción es lógica, porque al momento de morir el testador, la modalidad ya se ha
verificado, y por lo tanto, no estaría impidiendo que el usufructuario goce de su derecho real.
Con todo, la ley permite que al usufructo se le agregue una condición, para que cuando se verifique, se
consolide éste con la nuda propiedad. Este caso es diferente al anterior, porque aquí la condición no impide el
ejercicio del usufructo, lo que ocurre, es que verificada dicha condición, se consolidará el usufructo con la nuda
propiedad.
La comunidad en el usufructo. Esta regulado en el art. 772 y de acuerdo a él, se permite que se pueda
constituir usufructo a favor de dos o mas personas para que simultáneamente ejerzan su derecho real,
rigiéndose esta comunidad por las reglas generales en esta materia.
Derechos.
1° El usufructuario tiene derecho a usar y gozar de la cosa. Si la cosa es un mueble, el usufructuario tiene
derecho a usar y servirse de ella, según su naturaleza y destino. Art. 787.
Si la cosa es raíz, el usufructuario tiene derecho a percibir todos los frutos naturales de la cosa, incluso los que
estuvieren pendientes, al tiempo de constituirse el usufructo. Art. 781. Respecto a los frutos civiles, el
usufructuario también tiene derechos a ellos, y estos se perciben día por día.
También el usufructuario tiene derecho a gozar de todas las servidumbres que pueden beneficiar al predio. Art.
782.
Si la cosa dada en usufructo es una heredad o un predio, el goce de ella se extiende a todos los bosques y
arbolados, pero con el cargo de conservarlos y de responder de su deterioro. Art. 783
Por último, se permite al usufructuario gozar de ciertos productos de la cosa fructuaria, como son las minas y
canteras. Art. 784.
2° Tiene derecho a enajenar su usufructo. Por lo tanto este derecho es transferible, mas no transmisible,
como quedo dicho.
En caso de transferencia, la ley señala que el usufructuario cedente seguirá siendo responsable ante el nudo
propietario y las enajenaciones que pueda hacer, se resolverán al término del usufructo.
Con todo, la ley señala, que si bien el usufructuario puede enajenar su derecho real, existe una excepción, ya
que autoriza al constituyente para prohibir la enajenación. (la cláusula de no enajenar en este caso vale). Si
dicha prohibición se viola, la sanción es el termino del usufructo. Arts. 793 y 794.
Estas dos obligaciones se han establecido para proteger al nudo propietario de la mala fe en que pueda incurrir
el usufructuario.
La caución, de acuerdo a lo que señala el art. 46, es una obligación accesoria que se contrae para la seguridad
de otra obligación. La ley en el usufructo, no señala que tipo de caución debe rendirse, por lo tanto, se puede
otorgar cualquiera. Si no existe acuerdo en el monto de la caución, la fijara el Juez, considerando el valor de los
bienes fructuarios.
Hay ciertos usufructuarios que están eximidos de la obligación de rendir caución y son: * Los usufructuarios
legales.
• Los Bancos, cuando actúan como administradores de bienes gravados con usufructo. Esto lo dice
la Ley General de Bancos.
En relación al inventario solemne, hay que agregar que, este se hace previo decreto judicial, ante un Ministro
de Fe y dos testigos, con los requisitos exigidos por la ley. Arts. 858 y 859 C.P.C.
Al igual como acontece con la caución, existen ciertos usufructuarios que están exonerados de hacer inventario
solemne. A saber:
* Los usufructuarios legales.
*. Para algunos autores, también estarían excluidos de esta obligación, los usufructuarios cuando el
constituyente expresamente los ha liberado. Sin embargo, otros autores, señalan que el constituyente no
estaría facultado para liberar al usufructuario de esta obligación, porque la ley no se lo permite expresamente, a
diferencia de lo que ocurre con la caución.
Si el usufructuario no rinde caución, ni inventario, el usufructo es válido, pero la administración de los bienes
fructuarios la tendrá el nudo propietario. Art. 776
Asimismo, el usufructuario antes de entrar al goce de la cosa fructuaria, tiene ciertas limitaciones, que son:
a) debe respetar los arriendos que se hubieren constituido sobre la cosa, con anterioridad al usufructo, pero
desde que éste se constituye, el usufructuario comenzará a percibir las rentas de arrendamiento. Art. 792,
resultado de la aplicación del art. 790.
b) El usufructuario va a recibir la cosa fructuaria en el estado en que se encuentre, de manera que si la cosa ha
sufrido deterioros, antes de constituirse el usufructo, aunque sean por culpa del nudo propietario, éste no
responde, sólo responderá por los perjuicios causados después de constituirse el usufructo. Art. 774.
a) Puede gozar la cosa, pero está obligado a conservar su forma y sustancia, porque debe restituir la misma
especie. Art. 764. Esta obligación sólo afecta al usufructuario, pero no se le aplica al cuasi usufructuario.
b) El debe gozar la cosa como un buen padre de familia, por lo que responde de culpa leve; esto se desprende
de los arts. 787; 788 y 802.
c)..Debe pagar las expensas o mejoras ordinarias de conservación. Art. 795. Las que no son ordinarias, la ley
las llama “reparaciones o refacciones mayores” y de acuerdo al art. 797 son de cargo del nudo propietario. Arts.
795, 796 y 797.
III. Obligaciones al extinguirse el usufructo. Su única gran obligación, es la de restituir al nudo propietario la
cosa fructuaria. Art. 764. Sin embargo, la ley le concede al usufructuario un derecho real de retención, en virtud
del cual podrá retener la cosa, mientras el nudo propietario no le pague los reembolsos o indemnizaciones que
le adeude. Art. 800
Derechos.
1° Tiene derecho a enajenar la nuda propiedad, pero con la carga del usufructo. Art. 779, inc. final.
2° Tiene derecho a hipotecar la nuda propiedad, pero el acreedor hipotecario debe respetar el usufructo. Art.
2416.
3° Puede transmitir la nuda propiedad, pero la transmisión es con la carga del usufructo. Art. 773 y 779.
4° Tiene derecho a percibir los frutos que estuvieren pendientes al tiempo de la restitución. Art. 781. En
consecuencia, los frutos pendientes al tiempo de constituirse el usufructo, son del usufructuario, y los
pendientes al tiempo de la restitución, son del nudo propietario.
5° Tiene derecho a exigir al usufructuario las indemnizaciones que correspondan a los deterioros que la cosa
haya sufrido por su culpa, durante el usufructo.
7° Tiene derecho a pedir la terminación del usufructo, si es que el usufructuario falta gravemente a sus
obligaciones, o causa daños considerables en la cosa fructuaria. Art. 809. Y,
Obligaciones. Tiene una sola, a saber: Efectuar las reparaciones mayores o expensas extraordinarias
mayores. Arts. 797 y 798.
La doctrina discute si el usufructuario puede o no obligar al nudo propietario a efectuar estas expensas.
Mayoritariamente, se piensa que no puede obligarlo, por las siguientes razones:
a) Porque existe un principio que señala, que el nudo propietario no tiene ninguna obligación con el
usufructuario.
b) Por la redacción de los arts. 795 y 797. El primero dice, “corresponden al usufructuario”; el segundo, “serán
de cargo del propietario”. Esto revelaría que el nudo propietario no puede ser obligado a hacer estas
reparaciones. La única facultad que tiene el usufructuario es hacerlas por su cuenta y exigir el reembolso de
ellas al nudo propietario, teniendo por este reembolso, un derecho legal de retención.
La regla general, es que el usufructo esté afecto a un plazo; sin embargo, puede agregarse a ese plazo una
condición, y por la llegada de ese plazo o el cumplimiento de la condición se va a extinguir el usufructo,
siempre que estos hechos acontezcan antes de la muerte del usufructuario.
La ley señala, que si se constituye un usufructo, hasta que una persona distinta del usufructuario llegue hasta
determinada edad y esa persona muere antes, el usufructo va a durar, hasta el día en que esa persona hubiere
cumplido la edad prefijada. Art. 804.
3° Por la resolución del derecho del constituyente, como cuando se ha constituido sobre una cosa que se
posee fiduciariamente, y llega el caso de la restitución. Art. 806, inc. 3°
4° Por la consolidación del usufructo con la nuda propiedad. Art. 806, inc. 4°. En este caso, se reúnen en
una misma persona las calidades del nudo propietario y usufructuario, como si el usufructuario hereda del nudo
propietario; cuando el usufructuario compra la nuda propiedad.
5° Por la renuncia del usufructuario. Art. 806, inc. final. Se trata en este caso, de un derecho que sólo mira el
interés particular de su titular, y su renuncia no está prohibida. Art. 12 y 52, N°3 del Reg. del Conservador. Esta
renuncia debe inscribirse.
6° Por la prescripción. Art. 806, inc. 5°. Según la mayoría de los autores, para que se de la prescripción, es
necesario que otra persona entre a poseer el derecho real de usufructo, el mero no uso, no la extinguiría. Así
piensa Alessandri, Rossende y Rozas. Por su parte Claro Solar, considera que el no uso hace perder el
usufructo.
7° Por la destrucción completa de la cosa fructuaria. Art. 807. De manera que si la destrucción es parcial,
subsiste el usufructo en el resto.
El art. 808 consagra una regla especial, y señala, que si se tiene un usufructo sobre un predio y éste es
inundado, el usufructo subsiste, sin importar el tiempo que permanezcan las aguas.
Como esta es una regla especial, prevalece por sobre la general del art. 653
Si las aguas no se retiran antes de los cinco años o permanecen por mas de ese tiempo, los derechos del
usufructuario se mantienen, pero como la ley nada señala respecto al nudo propietario, el sigue sometido a la
regla general y por lo tanto, pierde el dominio.
8° Por sentencia judicial. Art. 809. El nudo propietario puede pedir la terminación del usufructo, si el
usufructuario ha faltado gravemente a sus obligaciones o por haber causado daños o deterioros considerables
a la cosa fructuaria.
Art. 809. El usufructo termina, en fin, por sentencia de juez que a
instancia del propietario lo declara extinguido, por haber
www.jurislex.cl
faltado el usufructuario a sus obligaciones en materia grave,
o por haber causado daños o deterioros considerables a la cosa fructuaria.
El juez, según la gravedad del caso, podrá ordenar,
o que cese absolutamente el usufructo, o que vuelva al
propietario la cosa fructuaria, con cargo de pagar al
fructuario una pensión anual determinada, hasta la
terminación del usufructo.
1° En el fideicomiso, solo existe un derecho real, el dominio, que lo tiene el fiduciario pudiendo pasar al
fideicomisario, si es que se cumple la condición. En el usufructo existen dos derechos reales, el de dominio, del
nudo propietario y el de usufructo, del usufructuario.
4° El fideicomiso sólo puede recaer sobre una herencia, o una cuota de ella, o una o mas especies o cuerpos
ciertos. El usufructo puede recaer sobre cualquier cosa, incluso sobre cosas genéricas o consumibles, pero en
este último caso se llama, cuasiusufructo.
5° El fideicomiso siempre es solemne. El usufructo, cuando recae sobre bienes muebles, es consensual.
6° El fideicomiso si se constituye por testamento y se refiere a bienes raíces, necesita inscripción. El usufructo
no necesita inscripción.
7° El fideicomiso no puede tener su origen en la ley. En cambio, la ley reconoce ciertos usufructos legales.
8° El fideicomiso no puede tener su origen en una sentencia judicial. El usufructo sí. En el caso de la partición y
en la Ley sobre abandono de familia.
9° El fideicomiso sólo exige hacer inventario. En el usufructo, el usufructuario además debe rendir caución.
11° El fiduciario puede alterar la cosa, siempre que no disminuya de valor. El usufructuario debe conservar la
forma y sustancia de la cosa.
12° El fideicomiso jamás puede terminar por sentencia judicial. El usufructo sí, en el caso del art. 809, y el que
se constituye por ley sobre abandono de familia y pago de pensiones alimentarias.
A continuación del usufructo, el CC. Reglamentó los derechos que son gemelos, que son diminutivos del
usufructo: los derechos de uso y habitación.
Estos derechos, constituyen títulos de mera tenencia, porque el usuario y el habitador reconocen el dominio
ajeno, pero al igual que el usufructuario, son poseedores y dueños de sus respectivos derechos reales
Asimismo, la ley considera que el uso y la habitación, son limitaciones al dominio, y así lo establece el art. 732
N°2.
Estos derechos la ley los define en forma conjunta en el art. 811 (sabérselo).
La doctrina ha señalado que el uso y la habitación son usufructos limitados, se asemejan a él en que también
son derechos reales, temporales y limitativos del dominio; pero se diferencian, en que el usufructo es un
derecho completo, porque concede la facultad de usar y gozar en general de una cosa. En cambio, el uso y la
habitación son limitados.
www.jurislex.cl
El usufructo, si bien es intransmisible, es transferible; el uso y la habitación son intransferibles, porque son
derechos personalisimos.
En estos derechos al igual que en el usufructo, coexisten dos derechos reales, a saber, el de dominio del nudo
propietario y el de uso o habitación del usuario o habitador.
La ley señala que estos derechos reales, se constituyen y pierden igual que el usufructo. Art. 812.
Con todo, esto no es del todo exacto, pues no existe uso o habitación legales.
Además, ni el usuario, ni el habitador, están obligados a dar caución y respecto a la confección de inventario,
hay que distinguir: el habitador está obligado a hacer inventario y el usuario, sólo tiene esta obligación, cuando
la cosa se debe restituir en especie. Art. 813.
Para determinar sus derechos, hay que analizar el título que lo constituye. Si en este título nada se dice, se
aplican las normas legales. Art. 814. A saber:
a) Estos derechos son ilimitados, porque se restringen solamente a las necesidades personales del usuario o
del habitador. Art. 815. Dentro de estas necesidades se comprenden la de su familia. El art. 815. Inc. 3° se
preocupa de señalar que se entiende, para estos efectos, familia.
Se discutió en la doctrina, si este concepto era de aplicación general, o si sólo se aplicaba en esta materia, y se
concluyó esto último.
El concepto de familia que da la ley, sólo se aplica en el uso y en la habitación, porque es un concepto muy
amplio y se dice que la familia está integrada por personas que no se vinculan entre sí, por ej. los sirvientes.
b) El usuario y el habitador, deben tener el comportamiento de un buen padre de familia, deben hacer uso de
su derecho con moderación y contribuir a las expensas de conservación, a prorrata del beneficio que reporten.
Art. 818.
18. El usuario y el habitador deben usar de los objetos comprendidos en sus respectivos derechos con la moderación
y cuidado propios de un buen padre de
familia; y están obligados a contribuir a las expensas ordinarias de conservación y cultivo, a prorrata del
beneficio que reporten.
Esta última obligación no se extiende al uso o a la
habitación que se dan caritativamente a personas
necesitadas.
c)..Como se dijo, no están obligados a rendir caución, y respecto al inventario, nos remitimos a lo visto.
d) Los derechos del usuario y del habitador, son intransferibles, por que son derechos personalisimos.
e) Pese a que estos derechos son personalisimos, se pueden ganar por prescripción. El art. 2498 no los
excluye, y,
498. Se gana por prescripción el dominio de los bienes corporales raíces o muebles, que están en el comercio
humano, y se han poseído con las condiciones legales.
Se ganan de la misma manera los otros derechos reales que no están specialmente exceptuados.
f) En todo lo no regulado expresamente por la ley, rigen las normas del usufructo.
www.jurislex.cl
Las Servidumbres
Consideradas como una limitación al dominio en el art. 732 N°3; están definidas en el art. 820 (sabérselo).
2° Se constituye este gravamen sobre un predio, por lo tanto son derechos reales inmuebles.
según lo que señala el art. 821, en las servidumbres existen dos predios, predio sirviente que es el que sufre el
gravamen, respecto de él, la servidumbre se llama pasiva. Y, predio dominante que es el que reporta la utilidad,
respecto a él, la servidumbre se llama activa y es un derecho real.
La servidumbre pasiva no es un derecho real, la activa lo es, porque ella puede ejercerse sobre el predio, sin
respecto a determinada persona.
1° Es un derecho real. Porque se tiene sobre una cosa, el predio sirviente, sin respecto a determinada
persona (art. 577). De ahí que aunque cambie el dueño del predio sirviente, el gravamen sigue pasando y no
podrá ser levantado o rescatado por el nuevo dueño sin el consentimiento del propietario del predio dominante.
2° es un derecho real inmueble. Pues se ejerce sobre una cosa de esta naturaleza (art. 580).
3° Es un derecho accesorio. Porque no tiene vida independiente, es inseparable del predio al que activa o
pasivamente pertenece (art. 825).
Consecuencia de esto se desprende:
a) Que el derecho de servidumbre no puede enajenarse o cederse sin el predio a que activa o pasivamente
pertenece.
b) Para que se transfiera o transmita una servidumbre no es necesario mencionarla expresamente, porque se
entiende incorporada en la transferencia o transmisión del predio.
4° Es un derecho perpetuo. Porque se establece para una utilidad o necesidad indefinida o perpetua como la
existencia del predio dominante mismo. Sin embargo, esto no impide que se sujete a un plazo o una condición.
La misma ley lo deja de manifiesto al disponer que las servidumbres se extinguen por la llegada del día o de la
www.jurislex.cl
condición, si se han establecido de uno de estos modos (art. 885 N°2). La perpetuidad no es un elemento de la
esencia de la servidumbre, sino de la naturaleza.
5° Es un derecho indivisible. Esto quiere decir que no admite un ejercicio parcial, no puede adquirirse,
ejercerse, ni perderse por partes. Consecuencia de esto es.
a) Si se constituye una servidumbre sobre un predio que pertenece a varias personas, todas ellas deben
consentir.
b) Si se divide el predio sirviente, no varía la servidumbre (art. 826). El art. siguiente, confirma lo anterior, al
señalar que dividido el predio dominante, cada uno de los nuevos dueños, deberá gozará respectivamente la
servidumbre, pero sin aumentar el gravamen del predio sirviente.
Clasificaciones
a) Servidumbres Naturales. Son las que se derivan de la natural situación de los predios, se
establecen por razones obvias, sin que la ley tenga necesidad de constituirlas.
Lo que caracteriza a estas servidumbres, es el hecho de ser una consecuencia de la natural situación de los
predios, sin que en su constitución intervenga la voluntad de la ley, o la voluntad del hombre. La ley en este
caso, se limita a reconocer la voluntad del hombre. Y sólo reconoce un caso de servidumbre natural, a saber, la
del libre descenso o escurrimiento de las aguas, que se presenta cuando, por la natural situación de los
predios, se debe soportar las aguas lluvias que descienden de un predio a otro (art. 833); y para que exista, es
menester que las aguas desciendan naturalmente, y en estos casos, los dueños de los predios sirvientes
deben soportarlas, sin derecho a indemnización alguna. Esta servidumbre está regulada en el Código de
Aguas.
b) Servidumbres Legales. Son las que impone la ley, de manera que el dueño del predio sirviente es
obligado a soportarla. De acuerdo a lo que dispone el art. 839, estas servidumbres se pueden establecer en
razón a dos criterios distintos, a saber: Atendiendo al uso público; y, atendiendo a la utilidad de los particulares.
39. Las servidumbres legales son relativas al uso público, o a la utilidad de los particulares.
Las servidumbres legales relativas al uso público
son:
El uso de las riberas en cuanto necesario para la
navegación o flote, que se regirá por el Código de Aguas;
Y las demás determinadas por los reglamentos u
ordenanzas respectivas.
1° Las servidumbres legales relativas al uso público son: * El uso de las riberas para los fines de pesca y la
navegación. Código de Aguas.
• todas aquellas servidumbres reguladas por reglamentos u ordenanzas especiales. (se llaman,
servidumbres administrativas).
2° Las servidumbres legales relativas a la utilidad de los particulares son: * servidumbre de demarcación; *
Servidumbre de cerramiento; * Servidumbre de medianería; * Servidumbre de tránsito; * servidumbre de
acueducto; * servidumbre de luz; y, * Servidumbre de vista. (esta clasificación, se vera detalladamente en su
oportunidad).
c) Servidumbres Voluntarias. Son las que se constituyen por la voluntad del hombre; son el resultado
de una convención, de un acuerdo entre el dueño del predio sirviente y del predio dominante. Se puede
constituir una servidumbre voluntaria cada vez que sea improcedente la servidumbre natural o legal.
II.- Atendiendo el carácter de sujeción en que se encuentra el dueño del predio sirviente. (art. 823):
a) Positiva; y,
b) Negativa.
www.jurislex.cl
823. Servidumbre positiva es, en general, la que sólo impone al dueño del predio sirviente la obligación de dejar
hacer, como cualquiera de las dos anteriores; y negativa, la que impone al dueño del predio sirviente la
prohibición de hacer algo, que sin la servidumbre le sería lícito, como la de no poder elevar sus paredes sino a
cierta altura.
Las servidumbres positivas imponen a veces al dueño del predio sirviente la obligación de hacer algo, comola
del artículo 842.
a) Servidumbre Positiva. Sólo impone al dueño del predio sirviente, la obligación de dejar hacer, es
decir, está obligado a tolerar los actos del dueño del predio dominante. Ej. servidumbre de acueducto; tránsito.
b) Servidumbre Negativa. Impone al dueño del predio sirviente, la obligación de no hacer algo, que le
sería licito hacer de no existir servidumbre. Ej. servidumbre de vista.
a) aparente; y,
b). Inaparente.
a) Servidumbre Aparente. Es la que está continuamente a la vista. Ej. servidumbre de tránsito, cuando
se hace por una senda o por una puerta especialmente destinada.
b) Servidumbre Inaparente. Es la que no se conoce por una señal exterior. Ej. servidumbre de
tránsito, cuando no se hace por senda, ni puerta.
22. Servidumbre continua es la que se ejerce o se puede ejercer continuamente, sin necesidad de un hecho actual
del hombre, como la servidumbre de acueducto por un canal artificial que pertenece al predio dominante; y
servidumbre discontinua la que se ejerce a intervalos más o menos largos de tiempo, y supone un hecho
actual del hombre, como la servidumbre de tránsito.
a) Servidumbre Continua. Es aquella que se ejerce o puede ejercerse, sin necesidad de un hecho
actual del hombre. Ej. Una servidumbre de acueducto.
Puede darse el caso, que una servidumbre sea continua, pero se ejerza con intermitencia. Ej. un acueducto
donde el agua pasa de tiempo en tiempo.
Lo que caracteriza a la servidumbre continua no es su cantidad, sino el hecho de no necesitar la actividad del
hombre.
1° servidumbre continua aparente. Ej. servidumbre de acueducto, cuando el canal está a la vista.
3° servidumbre aparente discontinua. Ej. servidumbre de tránsito, cuando hay un camino especial.
Estas dos últimas clasificaciones, tienen gran importancia en las siguientes materias:
En materia de prescripción, porque las servidumbres discontinuas de toda clase y las continuas inaparentes;
no pueden adquirirse por prescripción, es decir, están regidas por una regla de excepción, porque pese a ser
derechos reales, no se pueden ganar por prescripción.
Las servidumbres discontinuas, no pueden ganarse por prescripción, porque les falta un elemento fundamental
de la posesión, que es la continuidad. A las servidumbres continuas inaparentes, les falta la publicidad.
También es importante esta clasificación, porque de acuerdo a la ley, estas servidumbres se extinguen por su
no uso, y para determinar desde cuando se cuenta este plazo, hay que distinguir; El art. 885 N°5, señala que
la servidumbre se extingue, por haberse dejado de gozar durante tres años y este plazo se cuenta, en las
servidumbres discontinuas, desde que se dejan de gozar; y en el caso de las continuas, desde que se haya
ejecutado un acto contrario a la servidumbre.
También es importante esta clasificación, porque una forma especial de constitución de las servidumbres, es la
“constitución por la destinación del padre de familia”; y, se presenta cuando una persona que tiene varios
predios, establece un servicio aparente y continuo de uno de ellos a favor de otro; si después, por cualquier
razón, estos predios pasan a pertenecer a distintos dueños, ese servicio, por el sólo ministerio de la ley se
convierte en servidumbre, pero para esto, resulta indispensable que el servicio sea continua y aparente; por lo
tanto, las servidumbres discontinuas y las inaparentes, no pueden constituirse por esta forma.
De acuerdo a este art. estas servidumbres son determinadas por las ordenanzas de policía rural; sin embargo,
pueden aplicarse tanto a predios rústicos como urbanos.
Nuestro Código menciona siete servidumbres de interés privado, sin embargo, existen otras reguladas por
leyes especiales. Ej. Las servidumbres establecidas en beneficio de los servicios eléctricos, de ferrocarriles,
etc.
1.- Servidumbre de Demarcación. (arts. 842 y sgtes.) La demarcación, es un conjunto de operaciones que
tiene por objeto fijar la línea de separación de dos predios colindantes de distinto dueño, y señalarla por medio
de signos materiales.
La doctrina y la jurisprudencia, han señalado que la demarcación, no es propiamente una servidumbre, porque
en ella no se permite que un predio se sirva de otro, no existe ningún aprovechamiento. Se ha dicho que la
demarcación es una de las facultades del dominio, que se traduce en el poder que tiene todo propietario de un
inmueble, para fijar la extensión de su derecho y para individualizar, por medio de signos materiales, la cosa
sobre la que recae éste. Y, respecto al predio sirviente, la demarcación tampoco sería servidumbre, porque la
obligación que tiene el dueño del predio colindante de concurrir a la demarcación, no sería mas que una
obligación derivado de las relaciones de vecindad.
2.- Servidumbre de Cerramiento. (art. 844). El cerramiento consiste, en la facultad de todo propietario de
cerrar su predio y de hacer que contribuyan a esta operación, los dueños de los predios colindantes. Es una
facultad inherente a todo propietario.
La demarcación, es un acto previo al cerramiento, porque una vez que el dueño del predio sabe hasta donde
llega su derecho, puede proceder a cerrarlo o cercarlo.
En el cerramiento, pueden presentarse dos situaciones distintas; a saber:
a) Que el dueño del predio proceda por su propia cuenta y riesgo a efectuar el cerramiento en terreno propio;
en este caso, el dueño del predio vecino no tiene ningún derecho en el cerco.
b) Que el dueño del predio, obligue a su vecino a que concurra al cerramiento, en este caso, si no existe
acuerdo en la forma de efectuar el cerramiento o en los gastos, se podrá recurrir al Juez, quien va a conocer en
procedimiento sumario. (art. 846 CC. y 680 N°12 C.P.C.)
En este caso, la cerca divisoria, construida a expensas comunes se llama Medianera.
Al igual como ocurre con la demarcación, la doctrina discute si el cerramiento es o no una servidumbre; y,
mayoritariamente se piensa que no lo es, porque no existe un predio dominante que se aproveche de uno
sirviente y la obligación de concurrir al cerramiento, es una obligación legal, que importa a los demás predios
colindantes y que tendrá su origen en las relaciones de vecindad.
3.- Servidumbre de Medianería. (art. 851). La Medianería, es consecuencia del hecho que el cerramiento
divisorio, pertenezca en común a los dueños de los predios colindantes.
Sin embargo, otros autores consideran que no es una servidumbre, sino que es una simple obligación derivada
de las relaciones de vecindad.
Aún existen otros autores, que consideran que es una copropiedad accesoria y forzada; siendo esta posición la
mayoritaria.
Requisitos.
* Que el cerco o muro se construya sobre el limite de los dos predios contiguos.
* Que los vecinos lo hayan hecho construir a expensas comunes, o si lo ha sido a expensas de uno solo, que el
otro le haya pagado su parte en la muralla medianera.
Naturaleza jurídica. Según la mayoría de los autores, constituye una copropiedad, porque la muralla
pertenece en común a los dueños de los predios colindantes; es una copropiedad accesoria, porque depende
del predio al cual pasiva y activamente pertenece; a demás es una comunidad forzada, que se constituye por la
sola disposición de la ley.
4.- Servidumbre de Tránsito. (ART. 847). Es aquel derecho concedido por la ley al dueño de un predio que se
haya completamente destituido de toda comunicación con el camino público por la interposición de otros
predios, para exigir el paso por alguno de ellos, siempre que esto fuere indispensable para el uso y beneficio
del predio, debiendo pagar la respectiva indemnización.
Naturaleza jurídica. Es una verdadera servidumbre, porque hay un predio dominante, que es el que está
desprovisto de salida al camino público; hay un predio sirviente, que es el que va a atravesar o cruzar el dueño
del predio dominante y hay un gravamen, que es dejar pasar al dueño del predio dominante.
Características.
1.- Es una servidumbre discontinua, porque para su ejercicio necesita, un hecho actual del hombre.
2.- Es positiva, porque impone al dueño del predio sirviente la obligación de dejar hacer (dejar que pasen o
transiten por su predio).
3.- Puede ser aparente o inaparente, según haya un camino o puerta especial.
4.- En cuanto a su adquisición, como es discontinua, sólo se puede adquirir por título, no puede adquirirse por
prescripción.
Requisitos.
1.- El predio dominante debe estar completamente destituido de salida al camino público. Por lo tanto, si tiene
cualquier tipo de salida o comunicación por larga o costosa que esta sea, no se puede constituir esta
servidumbre.
www.jurislex.cl
2.- La comunicación con el camino público debe ser indispensable para el uso y beneficio del predio. Este es
un problema de hecho.
3.- Es necesario que el dueño del predio dominante, indemnice al dueño del predio sirviente por los perjuicios
que éste sufra. El monto de la indemnización se debe fijar de común acuerdo por las partes, si no lo hacen, lo
fijan los peritos. (art. 848).
Si constituida la servidumbre se llega a probar que no es indispensable para el predio dominante, en este caso
el dueño del predio sirviente, tiene derecho a pedir que se le ponga fin a la servidumbre, devolviendo o
restituyendo la indemnización que hubiere recibido. Art. 849.
Si un terreno se divide en varios lotes, y uno de ellos queda sin comunicación con el camino público, se
entiende constituida una servidumbre de tránsito a favor de él por el sólo ministerio de la ley, y sin la obligación
de indemnizar los perjuicios. Art. 850.
Las servidumbres de tránsito voluntarias. Para que se presente la servidumbre legal de tránsito, es
necesario que el predio dominante no tenga salida al camino público y que esta comunicación le sea
indispensable para el uso y la explotación del predio. Sin embargo, puede suceder que un predio tenga salida
al camino público, pero a través de un acceso dificultoso, o bien, esta comunicación no le es indispensable; en
estos casos no se puede constituir la servidumbre legal, pero en virtud de la autonomía de la voluntad, se
podrá establecer una servidumbre voluntaria de tránsito, siempre que exista acuerdo entre el dueño del predio
sirviente y el del predio dominante.
5.- Servidumbre de Acueducto. (art. 861). Es aquella que autoriza a conducir agua por un predio ajeno, a
expensas del interesado. Al igual que la servidumbre de tránsito, es efectivamente una servidumbre.
Características.
1.- Es positiva, porque impone la obligación de dejar hacer. (dejar que pasen las aguas).
2.- Es continua, porque para su ejercicio no necesita un hecho actual del hombre.
4.- Se puede constituir para conducir agua a otro predio, establecimiento o industria.
Todo lo relativo a esta servidumbre esta regulado en el Código de Aguas.
6.- Servidumbre de Luz y Vista. (arts. 874 a 878). La Corte Suprema ha dicho, que Luces son ventanas o
huecos destinados a dar luz y aire a los espacios cerrados y techados; Vistas son huecos o ventanas que,
además del paso de la luz y el aire, permiten asomarse al predio vecino o, como decía una costumbre
francesa, dirigir “miradas penetrantes” sobre él.
La servidumbre de luz impone al predio sirviente, la obligación de no impedir que llegue luz al predio
dominante; y, la servidumbre de vista, consiste en que el dueño del predio sirviente, no pueda tener ventanas,
balcones, miradores o azoteas que den vista a las habitaciones o patio del predio vecino a no ser que
intervenga una distancia de tres metros a lo menos de la línea divisoria de ambos predios.
Características.
1.- Son continuas, por que para su ejercicio no necesita de un hacho actual del hombre.
3.- La servidumbre de vista es negativa, porque impone al dueño del predio sirviente, la obligación de no hacer
(no abrir ventanas a menos de tres metros de la línea divisoria del predio vecino).
La servidumbre de Luz, es positiva, por que impone al dueño del predio sirviente, la obligación de dejar hacer,
que se traduce en permitir que llegue luz al predio dominante.
Para determinar como se constituye la servidumbre, hay que distinguir: La natural, se constituye por la natural
situación de los predios; La Legal, por la sola disposición de la ley; La Voluntaria, por la convención.
Jurídicamente, las servidumbres se pueden constituir por título; por sentencia judicial; por prescripción Y por
destinación del padre de familia.
1° Constitución por título. (art. 882). Las servidumbres discontinuas de toda clase y las continuas
inaparentes, solo pueden adquirirse por título. Por lo tanto, cualquier servidumbre, sea continua o discontinua,
aparente o inaparente, puede constituirse por título, y esto, porque el título es la forma de constitución que
proporciona mayor certeza.
Para que el dueño del predio dominante pueda constituir la servidumbre y beneficiarse de ella, debe tener
capacidad para adquirir derechos (capacidad de goce); para que el dueño del predio sirviente pueda constituir
la servidumbre, debe tener capacidad de enajenar, puesto que esto importa un acto de disposición de un
derecho real inmueble; y si no es capaz, su representante debe someterse a los requisitos que la ley impone
para la enajenación de estos bienes.
Para constituir la servidumbre por título, no se necesita cumplir ninguna solemnidad especial; en cuanto a su
forma, se rige por las reglas del acto que la contiene: cuando es hecha a título oneroso, se aplican las normas
de la compraventa, y cuando es establecida a título gratuito, las normas de las donaciones o del testamento,
según el caso.
Por lo tanto, la venta de la servidumbre no se reputa perfecta ante la ley, mientras no se ha otorgado escritura
pública (art. 1801, inc. 2°).
La servidumbre constituida por testamento queda subordinada al cumplimiento de las condiciones que la ley
señala para la validez de éstos; cuando la servidumbre se establece por donación entre vivos, se necesita
escritura pública, pues no vale la donación entre vivos de cualquier especie de bien raíz, si no es otorgada por
escritura pública. (art. 1400).
La ley señala, que el título constitutivo de la servidumbre puede suplirse por el reconocimiento del dueño del
predio sirviente (art. 883), sin embargo, este reconocimiento debe ser expreso.
La tradición de las servidumbres. (art. 698). La tradición del derecho real de servidumbre, no se efectúa por
la inscripción del título en el conservador de bienes raíces, como la mayoría de los derechos reales inmuebles.
De acuerdo a la ley, la tradición de este derecho real, se hace por escritura pública, que puede ser la misma del
acto o contrato u otra diferente.
Por esto, el art. 52 N°2 del reglamento del Conservador establece que las servidumbres “pueden inscribirse” (la
inscripción es facultativa, no obligatoria). Esta inscripción se exige por publicidad, no por tradición.
2° Constitución por Sentencia Judicial. Es sumamente excepcional, porque la regla general es que las
sentencias judiciales sean declarativas.
Sin embargo, en este caso la sentencia va a constituir una servidumbre, y la única oportunidad en que se da
esta situación la encontramos en la partición, art. 1337, regla 5ª; en virtud de la cual, el partidor (juez), cuando
adjudique los predios a los asignatarios, puede constituir una servidumbre de tránsito si alguno de los distintos
lotes no tiene salida al comino público.
4° Constitución por destinación del padre de familia. (art. 881) Nos remitimos a lo visto.
Requisitos.
1° Por la resolución del derecho del constituyente. Se aplica en este caso, el principio general que dice que
“resuelto el derecho del que da, queda resuelto el derecho del que recibe”.
Esta causal de terminación, es privativa de las servidumbres voluntarias, no opera ni en las naturales, ni en las
legales.
2° Por la llegada del día o el evento de la condición, si se ha establecido de uno de estos modos. La
regla general es que las servidumbres sean perpetuas, sin embargo, en virtud de la autonomía de la voluntad,
es posible someter una servidumbre a un plazo o a una condición, y en estos casos, cumplido el plazo o
verificada la condición, terminará la servidumbre.
www.jurislex.cl
Esta causal sólo opera respecto de las servidumbres voluntarias.
3° Por la confusión, es decir, por la reunión en una misma persona de la calidad del dueño del predio sirviente
y dueño del predio dominante.
4° Por la renuncia del dueño del predio dominante. Es una aplicación del art. 12. Y la renuncia puede ser:
Expresa, en términos formales y explícitos; y, Tácita, cuando se ejecute un acto que sea incompatible con la
mantención de la servidumbre.
5° Por haberse dejado de gozar durante tres años. Por lo tanto, las servidumbres se extinguen por su no
uso, lo que es verdaderamente excepcional.
El fundamento de esta extinción, es que la servidumbre se justifica por la utilidad que proporciona y la ausencia
de uso, demuestra que no está prestando ninguna utilidad.
A diferencia de lo que ocurría con la prescripción adquisitiva, que sólo se aplicaba a las servidumbres continuas
y aparentes; la prescripción extintiva, hace perder toda servidumbre, cualquiera que esta sea.
Para determinar desde cuando se cuenta este plazo de tres años, hay que distinguir: si la servidumbre es
discontinua, el plazo se cuenta desde que se ha dejado de gozar; si es continua, desde que se ha ejecutado un
acto contrario a la servidumbre, y se entiende por tal, todo acto material que impida el ejercicio de la
servidumbre.
Interrupción de la prescripción Como la servidumbre sirve al predio y no al dueño del fundo dominante,
cualquiera que goce la servidumbre en interés del predio dominante interrumpe la prescripción que pudiera
estar corriendo. Por lo tanto, no es necesario que el acto de interrupción lo realice el propietario del predio
dominante.
Si el predio dominante pertenece a muchos proindiviso, , el goce de uno de ellos, interrumpe la prescripción
respecto de los demás (art. 886).
Si la servidumbre no se puede gozar o ejercer, porque la cosa sobre la que recae está en mal estado, la
servidumbre se va a mantener siempre que pueda ejercerse antes de los tres años (si pasan mas de tres, la
servidumbre se extingue).
n. Es la que tiene el dueño de una cosa singular, de que no está en posesión, para que el poseedor de ella sea
condenado a restituírsela.
Cuando se intenta esta acción, el dueño no pretende que el tribunal declare su dominio, porque el alega ser
dueño, lo que busca es que se le reconozca su dominio y como consecuencia de ello, se condene al poseedor
de la cosa a restituírsela.
La doctrina ha señalado, que esta acción es muy complicada, porque cuando se intenta, habrá que probar el
dominio, lo cual es difícil de hacer y por esto se ha dicho que al dueño de la cosa, le puede convenir intentar
otras acciones distintas.
Además, la acción reivindicatoria sólo procede en contra del poseedor; por lo tanto, si la cosa está en manos
de un mero tenedor, no tiene lugar esta acción; en ese evento, no le quedará al dueño otro camino mas que
intentar la acción personal que corresponda.
Por lo dicho, se sostiene que el dueño podría intentar una acción posesoria para recuperar la cosa y en este
caso tiene la ventaja de que sólo deberá probar la posesión y no el dominio. (acción publiciana)
1° Es necesario que la intente el dueño de la cosa. (art. 893). Esta acción la puede intentar, tanto el que
tiene la propiedad plena, como el que tiene la nuda propiedad; el que tiene la propiedad fiduciaria o absoluta.
En concreto, puede accionar cualquier propietario, no importa la naturaleza del dominio, basta con que sea
dueño.
El comunero también puede reivindicar su cuota, porque nuestro código, siguió la teoría romana, en virtud de la
cual, cada comunero es dueño exclusivo de su cuota. La única exigencia que se le hace al comunero, es que
se trate de una cuota determinada de una cosa proindiviso. (art. 892).
La Corte Suprema, a señalado además, que el dueño también puede intentar la acción publiciana,
esta es una especie de acción reivindicatoria; Se llama publiciana en homenaje al pretor Publicio que la creó.
La ley se la concede a ciertos poseedores regulares y, por lo tanto, en ella sólo habrá que probar la posesión.
(art. 894). Esta acción la ley se la concede al poseedor regular que se encuentra en vías de llegar al dominio
por la prescripción. Por lo tanto, basta comprobar la calidad de poseedor regular y de que se estaba en vías de
ganar la cosa por prescripción. Para accionar de manera, es necesario que la prescripción no se haya
interrumpido, porque si lo está, no podría llegar a ganar el dominio por la prescripción.
La doctrina discute, si para intentar la acción publiciana, es necesario o no, haber cumplido todo el plazo de
prescripción. Algunos autores, señalan que debe haberse cumplido con todo el plazo, aunque, todavía no se
haya alegado, ni declarado judicialmente.
Sin embargo, la mayoría de los autores considera que no es necesario haber cumplido todo el plazo de
prescripción, por las siguientes razones:
a) señalan que la historia de la ley demuestra que la fuente del art. 894, fue la legislación romana, y ella
concedía esta acción al poseedor, que aún no cumplía el plazo para prescribir.
b)......La ley dice que esta acción la tiene el que estaba en vías de ganar el dominio por la prescripción; y, no
dice que la tiene el que haya ganado el dominio por la prescripción.
c) Si ya se cumplió todo el plazo de prescripción, esta acción sería innecesaria, porque el poseedor ya sería
dueño, y por lo tanto, tendría la acción reivindicatoria.
d) La ley señala que esta acción no se puede intentar contra el dueño, ni contra el que posea con igual o
mejor derecho, lo que demuestra que no es necesario que se haya cumplido todo el plazo de prescripción,
porque si así fuera, el que intentaría la acción, sería el dueño y no existiría nadie con igual o con mejor derecho
que él.
Esta acción publiciana el poseedor regular no la puede intentar en contra de tres grupos de personas, a saber:
4° La acción se debe intentar en contra del que posea con una calidad inferior.
2° La acción reivindicatoria es absoluta, se puede intentar contra cualquier persona, incluso, excepcionalmente,
contra el que dejó de poseer.
La publiciana sólo puede intentarse contra cierto poseedores.
2° segundo requisito para intentar la acción reivindicatoria. El dueño debe haber sido privado de la
posesión de la cosa. Porque en esta acción, el conflicto es entre el dueño no poseedor y el poseedor no
dueño, el objeto pedido es la posesión y la causa de pedir es el dominio.
El dueño deberá probar su dominio, a diferencia del poseedor demandado, él cual está protegido por la
presunción del art. 700.
Excepcionalmente, cuando el Fisco es el reivindicante de tierras situadas dentro del territorio nacional, no está
obligado a probar su dominio, ya que el art. 590 presume que todas las tierras que no tienen dueño conocido
pertenecen al Fisco, y, por lo tanto, se altera el peso de la prueba y será el poseedor demandado el que deberá
probar su dominio.
Art. 590. Son bienes del Estado todas las tierras que,
estando situadas dentro de los límites territoriales,
carecen de otro dueño.
La Corte Suprema ha dicho, que no opera en este caso, la presunción del art. 700.
Prueba del Dominio. En esta materia, hay que distinguir según el título que se invoque; a saber:
De esta manera, si se alega la ocupación, habrá que probar que la cosa no pertenecía a nadie y que hubo una
aprehensión material con ánimo de adquirirla en dominio.
Si se alega la accesión, habrá que probar que se han dado los supuestos necesarios para que opere este
modo de adquirir.
Si se alega la prescripción, habrá que probar que se ha poseído la cosa ininterrumpidamente por el tiempo
señalado en la ley.
b)..Si el título es derivativo, no basta con probar el dominio propio, por el contrario, hay que probar el dominio
de los antecesores hasta llegar a un antecesor que haya adquirido el dominio a título originario; en la practica,
el dominio se prueba a través de la prescripción.
El dueño, además de probar su dominio, debe probar que el demandado está poseyendo la cosa, a menos que
el reconozca ser poseedor en el juicio, y que la cosa que reivindica le pertenece y que está en posesión del
demandado.
3° Requisito para intentar la acción reivindicatoria. La cosa debe ser susceptible de reivindicación. La
regla general, es que se puedan reivindicar todas las cosas corporales e incorporales, muebles e inmuebles
(art. 890 y 891)
De acuerdo a la ley, la cosa debe tener un requisito especial, y es que sea singular. Sin embrago,
excepcionalmente, hay ciertas cosas que no pueden reivindicarse y estas son:
1.- El derecho real de herencia, porque es una universalidad y no una cosa singular. Sin embargo, si un
tercero toma posesión de la herencia, la ley le concede al heredero otra acción real, diferente a la
reivindicatoria, que es la acción de petición de herencia. Esta acción la tiene el heredero para que el tercero
que está en posesión de la herencia sea condenado a restituírsela. Este tercero se denomina “heredero
putativo o aparente”. En esta acción, la causa de pedir es la calidad de heredero y la cosa pedida, es la
posesión de la herencia. (arts. 1268 y 891, inc. 2°). Si el heredero es privado de toda la herencia, o de toda la
posesión de la herencia, dispone de la acción in comento, pero si es privado de uno o mas bienes singulares
que formen parte del derecho real de herencia, dispone de la ación reivindicatoria.
2.- Los derechos personales, porque según la mayoría de los autores no pueden poseerse y la reivindicación
persigue recuperar la posesión.
Con todo, hay otro autores que sostienen que tales derechos podrían poseerse, y para ellos, estos derechos
serian reivindicables.
3.- Las cosas muebles compradas en un establecimiento donde se vendan cosas muebles de la misma
especie. (art. 890, inc. 2°).En estos casos, el poseedor de la cosa mueble, está obligado a devolverla una vez
que se le pague lo que ha dado y gastado por ella (repararla y mejorarla).
En este caso, el reivindicante se vería obligado a pagar por una cosa propia. Don Fernando Rozas, señala que
lo excepcional de esta norma, es que el poseedor no es obligado a restituir la cosa, sino se le reembolsa lo
pagado; por lo tanto, este no es un caso de excepción, porque procede la reivindicación, lo curioso es que el
dueño tiene que pagar por algo que le pertenece para recuperarlo.
4.- El pago de lo no debido. (art. 2303). Según este art. el que pago lo que no debía, no puede perseguir la
cosa si está en manos de un tercero que la adquirió de buena fe y a título oneroso. Por lo tanto, en el pago de
lo no debido, sólo procede la acción reivindicatoria, si el tercero adquirió la cosa a título gratuito; o bien, si la
adquirió a título oneroso, estaba de mala fe.
6.- Si se resuelve un contrato y los terceros poseedores están de buena fe. Por lo tanto, en la resolución
sólo habrá acción reivindicatoria contra los terceros poseedores de mala fe.
Personas contra quien se reivindica. Por regla general, se intenta la acción en contra del actual poseedor.
(art. 895). No importa si se trata de un poseedor regular o irregular, si esta de buena o mala fe; con todo, puede
ocurrir que el dueño ignore quien es el actual poseedor, y sólo sepa quien es el mero tenedor. Como la acción
reivindicatoria no se puede intentar contra el mero tenedor, la ley le permite al dueño hacer comparecer al mero
tenedor ante el Juez, para que declare el nombre y residencia del poseedor (art.896); es una medida pre-
judicial. Y de acuerdo al C.P.C., si el mero tenedor se niega a contestar, se le pueden aplicar sanciones.
Si el mero tenedor o un tercero de mala fe, se da por poseedor de la cosa sin serlo, será condenado a
indemnizar todos los perjuicios (art. 987).
En el caso de los coposeedores, la reivindicación de una cosa que es poseída por varias personas, debe
dirigirse contra todas ellas, porque uno de ellos, no representa a los demás.
Situación de los herederos del poseedor. (art. 899) La acción reivindicatoria debe dirigirse contra el o los
herederos que posean la cosa. Sin embargo, por las prestaciones a que está obligado el poseedor en razón de
frutos y deterioros, responden todos los herederos en proporción a sus cuotas hereditarias, porque estas eran
obligaciones del difunto que se traspasan a los herederos; son deudas hereditarias y conforme a las reglas
generales, se divide entre los herederos, a prorrata de sus cuotas en la herencia. (art. 1354)
a) Una que es Indivisible, que es la acción para reivindicar la cosa; es indivisible por que se intenta contra el
heredero que la tenga. Este es uno de los casos de indivisibilidad de pago (art. 1526).
b)..Otra que es divisible, que se intenta para que se indemnice por los frutos y deterioros que haya sufrido la
cosa; y es divisible, porque se fracciona entre todos los herederos a prorrata de sus cuotas.
a) El primero está regulado en el Art. 898, y según la doctrina, este primer caso se refiere al
poseedor de buena fe. La ley señala que se puede intentar la acción reivindicatoria contra el que dejó de
poseer, si él, estando de buena fe, antes de trabarse la litis, en la creencia que la cosa era suya, la enajena,
haciéndose, por esta causa, imposible o difícil su persecución.
En este caso, la acción procede para que se restituya lo que se ha recibido por la cosa. (art. 898, inc. 1°, parte
1ª)
Si la enajenación del que era poseedor no fue a título oneroso, sino que a título gratuito, en ese caso, como el
poseedor estaba de buena fe, nada tiene que restituir.
En el caso que nos ocupa, los autores discuten si existe o no acción reivindicatoria propiamente tal. Algunos
señalan, que no hay acción reivindicatoria y que en estos casos la acción real se convierte en personal, porque
persigue obtener la entrega de ciertos valores a que está obligada cierta y determinada persona. Otros,
piensan que si hay acción reivindicatoria, y lo que ocurre es que se produce una subrogación real; el dinero
reemplaza la cosa.
La Corte Suprema, ha señalado que en este caso, existe una acción reivindicatoria ficta, porque no se concede
para reivindicar la cosa, sino únicamente, para solicitar la restitución de lo que se recibió por ella.
www.jurislex.cl
Si el poseedor enajenó la cosa a sabiendas que ésta era ajena, además del precio, deberá la indemnización de
todos los perjuicios. (art. 898, inc. 1°, parte final).
Confirmación de la enajenación por el reivindicante. La ley señala, que el reivindicador que recibe del
enagenador lo que éste recibió por la cosa, confirma por este hecho, la enajenación y por una ficción, se
entiende que el adquirente se hizo dueño de la cosa al momento de la entrega y no al momento de la
confirmación. (arts. 898, inc. final; 682, inc 2° y 1819
b)...(art. 900) Este art. se refiere al poseedor de mala fe. Contra el poseedor de buena fe que ha dejado de
poseer sólo tiene lugar la acción de dominio cuando ha enajenado la cosa y por esta enajenación se ha hecho
imposible o difícil su persecución. En cambio, contra el que poseía de mala fe la acción de dominio procede
cuando ha dejado de poseer por culpa o por cualquier hecho suyo (enajenación, destrucción, pérdida,
abandono de la cosa), sin que importe, además, la existencia o inexistencia de obstáculos para perseguir la
cosa. Por otra parte, contra el poseedor de buena fe la acción se intenta para que restituya al reivindicador lo
recibido por la cosa; contra el poseedor de mala fe la acción se dirige como si actualmente poseyese (art. 900),
es decir, se le demanda la restitución de la cosa misma, con todos sus accesorios, frutos y demás prestaciones
por deterioros de ésta.
En consecuencia, si el poseedor de mala fe es vencido en el juicio, deberá recuperar la cosa para restituirla al
reivindicador y, si no lo puede lograr, deberá pagarle el valor de ella, además de las prestaciones antedichas,
que en todo caso debe cumplir. Si el poseedor enajenó a sabiendas de que era ajena la cosa, y por la
enajenación la persecución de ésta se ha hecho imposible o difícil, deberá indemnizar al reivindicador de todo
perjuicio.
Efectos del pago del valor de la cosa. Si el poseedor de mala fe que dejó de poseer por hecho o culpa suya
paga el valor de la cosa y el reivindicador lo acepta, aquel sucede a éste en los derechos sobre la cosa (art.
900, inc. 3°). Por lo tanto, si el poseedor había enajenado la cosa a un tercero, esos derechos se entienden
transferidos al adquirente desde el momento de la tradición (arts. 682, inc. 2°, y 1819); pero el reivindicador no
es obligado al saneamiento (art. 900, inc. final). Queda sancionado así el poseedor de mala fe que enajenó la
cosa, pues él sólo deberá responder del saneamiento de ésta a su comprador.
Esto representa una diferencia con el caso anterior; en efecto, cuando el poseedor esta de buena fe, no
responde por el saneamiento, esta responsabilidad es del reivindicante, porque la ley entiende que por el
hecho de recibir el precio, ratifica la enajenación y asume las responsabilidades correspondientes.
Con todo, todas estas reglas del poseedor de mala fe, también se aplican al poseedor de buena fe, que durante
el juicio se ha puesto en la imposibilidad de restituir la cosa por su culpa (art. 900. inc. 4°). Y esta regla se
explica, porque si el poseedor es advertido que existe un proceso en su contra y pese a eso actúa
negligentemente, imposibilitándose de restituir la cosa, debe ser sancionado y por eso queda sujeto a las
reglas del poseedor de mala fe, de manera que deberá pagar el precio de la cosa que no pueda recuperarse,
además de indemnizar por los frutos y deterioros y de responder por el saneamiento de la cosa.
www.jurislex.cl
c) La doctrina considera que existe un tercer caso en que la acción reivindicatoria se puede intentar contra
quien no es poseedor. Y señalan que este caso se encuentra consagrado en el art. 915. La ley dice en este
art., que “las reglas de la acción reivindicatoria se aplicarán al que poseyendo a nombre ajeno retenga
indebidamente una cosa raíz o mueble , aunque lo haga sin ánimo de señor”. Algunos autores, señalan que en
este caso nos encontramos frente a un mero tenedor.
Sin embargo, la mayoría de los autores considera que este no es un caso de excepción; porque el principio que
dice que contra el mero tenedor no procede la reivindicación, no tiene excepciones.
Claro Solar y Rozas, señalan que si el CC. permitió intentar esta acción contra el que ya no es poseedor, nada
le habría costado incorporar al mero tenedor, pero como no lo hizo, se debe concluir que contra ellos nunca
procede la acción reivindicatoria.
Según la doctrina, lo que el art. 915 ha querido decir, es que cuando se pide a un injusto detentador que
restituya la cosa, se aplicarán las normas de la acción reivindicatoria en lo que sean compatibles con la acción
intentada. Por ej. si el deudor prendario cumple su obligación y el acreedor se niega a restituirle la cosa, en ese
caso el deudor deberá intentar la acción personal que nace del contrato de prenda y en lo relativo a los frutos,
deterioros y mejoras, se aplicarán las reglas que la ley da en la acción reivindicatoria. En este caso, el art. 915
se conoce con el nombre del caso del injusto detentador, porque se refiere a una persona que indebidamente
retiene una cosa sin ser poseedora de ella.
Como la acción reivindicatoria la tiene el dueño, una vez que el tercero poseedor adquiera el dominio de la
cosa se convertirá en dueño, por lo tanto, la acción pasará a su patrimonio; en este sentido, si la prescripción
no es interrumpida, la acción reivindicatoria va a prescribir -si el tercero es poseedor regular-, en dos años para
los muebles y en cinco para los inmuebles. Y si es poseedor irregular, en diez años.
Esto es sumamente excepcional, porque la regla general es que todas las acciones se extingan por la
prescripción extintiva por la inactividad del dueño.
1.- es una acción real, esta destinada a proteger un derecho real; por lo tanto, se puede intentar en contra de
cualquier persona que afecte o perturbe el derecho real de dominio.
3.- Es una acción mueble o inmueble, según la naturaleza de la cosa sobre que recaiga.
Procedimiento a que se somete. De acuerdo a lo que señala el art. 3° del C.P.C., la acción reivindicatoria se
tramita en juicio ordinario, porque la ley no señala ningún procedimiento especial.
Con todo, como puede acontecer que el poseedor deteriore o descuide la cosa, la ley le concede al
reivindicante la posibilidad de pedir ciertas medidas precautorias; que son aquellas que tienden a asegurar el
resultado de la acción, impedir que se frustre la efectividad de la ejecución en el momento oportuno.
a) Cosas muebles. Si hubiere motivo de temer que se pierda o deteriore en manos del poseedor la cosa
corporal mueble que se reivindica, puede el actor pedir su secuestro; y el poseedor está obligado a consentir
en él, o a dar seguridad suficiente de restitución, para el caso de ser condenado a restituir. (art. 901 C.C. y 291
C.P.C.). El secuestro es el depósito de una cosa que se disputan dos o mas individuos, en manos de otro que
debe restituirla al que obtenga una decisión a su favor. El depositario se llama secuestre (art. 2249).
Art. 901. Si reivindicándose una cosa corporal
mueble, hubiere motivo de temer que se pierda o
deteriore en manos del poseedor, podrá el actor pedir su
secuestro; y el poseedor, será obligado a consentir en
él, o a dar seguridad suficiente de restitución, para el
caso de ser condenado a restituir.
b)...Cosas inmuebles. Si se demanda el dominio u otro derecho real constituido sobre un inmueble, el
poseedor está autorizado por la ley para seguir gozando de él, hasta la sentencia definitiva pasada en
autoridad de cosa juzgada. Pero el actor tiene derecho de provocar las providencias para evitar todo deterioro
de la cosa, y de los muebles y accesorios anexos a ella y comprendidos en la reivindicación, si:
2° las facultades del demandado no ofrecieren suficiente garantía. (art. 902). Estas providencias cautelares o
precautorias están señaladas en el C.P.C.
Concepto. Terminado el juicio reivindicatorio y vencido el demandado tiene lugar las prestaciones mutuas.
Llamase así las indemnizaciones, pagos y devoluciones que se deben mutuamente el reivindicante y el
poseedor vencido.
Rozas, dice, que son las restituciones y pagos recíprocos que deben hacerse el reivindicante y el poseedor
vencido entre sí al termino del juicio.
Campo de aplicación. Estas reglas están ubicadas en la acción reivindicatoria; sin embargo existe acuerdo en
considerar que la aplicación de estas reglas es mas amplia, ya que regularán todos los casos en que la ley las
llama expresamente a regir y en todos aquellos en que no existe una disposición especial. Ej. estas reglas se
aplican en la declaración de nulidad hecha por sentencia judicial. (art. 1687); asimismo, en la acción de petición
de herencia, o en la acción de resolución de un contrato.
1°.- Esta obligado a restituir la cosa, sea raíz o mueble (art. 904). Esta restitución se debe hacer en el plazo
que el Juez señale; este es un caso sumamente excepcional en que el Juez puede fijar plazos, porque la regla
general es que sólo pueda interpretar los concedidos en términos oscuros y vagos, sobre cuya aplicación e
inteligencia discuten las partes. (art. 1494, inc. 2°).
Cosas que comprende la restitución. (art. 905). En la restitución de una heredad se comprenden las cosas
que forman parte de ella, o que se reputan como inmuebles por su conexión con ella (inmuebles por
adherencia o por destinación); las otra cosas que no se comprenden en la restitución, si no fueron
expresamente incluidas en la demanda y sentencia, pero pueden reivindicarse separadamente (art. 905, inc.
1°)
En la restitución de toda cosa (sea mueble o inmueble, pues la ley no distingue), se comprende la de sus títulos
que conciernen a ella, si se hayan en manos del poseedor (905, inc. 3°). Es natural la entrega de los títulos,
pues ellos sirven para la prueba del dominio, reconocido en el juicio a favor del reivindicador.
Lugar de la restitución. En este caso hay que distinguir: Primero. Si es un inmueble, en donde esta éste.
Segundo. Si es un mueble, la ley nada señala, por lo tanto, se aplican las reglas generales que dicen que debe
restituirse la cosa en el lugar donde se encuentra al tiempo de la contestación de la demanda.; si el demandado
la hubiere transportado a otra parte, debería ponerla a disposición del reivindicador en el lugar en que estaba
en aquella fecha, siendo de su cuenta (del demandado) los gastos de transporte (arts. 1588 y 1589).
2°.- Indemnización por los deterioros que ha sufrido la cosa. Hay que distinguir a este respecto entre el
poseedor de mala fe y el de buena fe.
www.jurislex.cl
a). El poseedor de mala fe es responsable de los deterioros que por su hecho o culpa ha sufrido la cosa (art.
906); no responde, pues, del caso fortuito, salvo que se haya constituido en mora de restituir, de acuerdo con la
sentencia que acogió la demanda reivindicatoria. (arts. 1547 y 1672)
La ley entiende que el poseedor está de buena fe y permanece en ella hasta que se contesta la demanda,
porque se entiende que una vez que el poseedor toma conocimiento que se le discuten sus derechos,
conociendo los fundamentos y títulos de la demanda, ya no puede tener la convicción absoluta de ellos, y si no
se allana a la demanda y la contesta, continuando con el juicio, quiere decir que está de mala fe.
En consecuencia, el poseedor de buena fe inicial responde de los deterioros que por su hecho o culpa ha
sufrido la cosa a partir de la contestación de la demanda; respecto de los anteriores, la ley lo libera de la carga
de indemnizar porque ha obrado en la creencia de ser dueño. Con todo, esta es una presunción simplemente
legal, por lo tanto, el reivindicante puede probar que antes de contestar la demanda el poseedor vencido ya
estaba de mala fe.
3°.- La restitución de los frutos. En esta materia, también hay que distinguir entre el poseedor de mala y
buena fe.
a). El poseedor de mala fe es obligado a restituir los frutos naturales y civiles de la cosa, y no solamente los
percibidos, sino los que el dueño hubiera podido percibir con mediana inteligencia y actividad, teniendo la cosa
en su poder. Si no existen los frutos, debe pagar el valor que tenían o hubieran tenido al tiempo de la
percepción: se consideran como no existentes los que se hayan deteriorado en su poder (art. 907, inc. 1° y 2°).
b). El poseedor de buena fe no es obligado a restituir los frutos percibidos antes de la contestación de la
demanda; en cuanto a los percibidos después, se le aplican las reglas del poseedor de mala fe. (art. 907, inc.
3°).
La Corte Suprema ha señalado que la fecha inicial para la restitución de los frutos por parte del poseedor de
buena fe, es la de la contestación de la demanda, y no la de su notificación.
En la situación de los frutos, tanto al poseedor de buena, como al de mala fe, se le deben deducir los gastos en
que haya incurrido para hacer producir los frutos. (art. 907, inc. final). La ley señala, que se deben deducir los
gastos ordinarios, entendiéndose por tales, los que corresponden a una explotación normal de la cosa y cuyo
monto no excede el valor de los frutos; por esto se dice que el poseedor vencido responde de los frutos
líquidos.
La buena o mala fe del poseedor se refiere, relativamente a los frutos, al tiempo de la percepción (art. 913)
4°.- Gastos del pleito, de conservación y de custodia. Si la cosa fue secuestrada, debe el actor pagar al
secuestre los gastos de custodia y conservación; pero el poseedor vencido de mala fe está obligado a
reembolsarlos (art. 904); el poseedor de buena fe, está libre de esta responsabilidad.
En cuanto a las costas del juicio, se estará a lo que disponga en la sentencia el tribunal de la causa, de
acuerdo con las normas del C.P.C.
a). El abono de los gastos ordinarios que ha invertido el poseedor en la producción de los frutos, y
b). El abono de las expensas y mejoras que el poseedor haya hecho en la cosa.
El punto a). ya ha sido analizado; sólo nos resta el relativo a las expensas y mejoras que el poseedor haya
hecho en la cosa.
Expensas o Mejoras. Clasificación. Durante el tiempo de su posesión, el demandado vencido en juicio pudo
hacer gastos en la cosa a fin de procurar su conservación y mejoramiento. Pues bien, corresponde preguntar si
en tal caso debe ser reembolsado y en qué medida. La teoría de las impensas, sistematizadas en el CC.,
responde a esa pregunta.
En general, llámase impensas, expensas o mejoras los gastos hechos para una cosa; pueden ser necesarias y
no necesarias; las primeras se sub dividen en ordinarias y extraordinarias; las segundas, en útiles y voluptarias.
Expensas Necesarias. Son las que aseguran la conservación de la cosa, las que de no realizarse producen su
deterioro, menoscabo o pérdida. Pueden ser ordinarias que representan los gastos mas o menos periódicos
que exige el uso natural de la cosa y que son indispensables para conservarla y cultivarla. Y, extraordinarias
que son las que ocurren por una vez o a largos intervalos de tiempo, y que conciernen a la conservación y
permanente utilidad de la cosa (art. 798).
El principio es que todo poseedor, de buena o mala fe, tiene derecho a que se le indemnicen las mejoras
necesarias (art. 908, inc. 1°9, porque el reivindicador también habría tenido que hacerlas si la cosa hubiera
estado en su poder. Estas expensas pueden referirse a obras materiales permanentes o a obras inmateriales.
www.jurislex.cl
Si las expensas se invirtieron en cosas que por su naturaleza no dejan un resultado material permanente, como
la defensa judicial de la finca, deben ser abonadas al poseedor en cuanto aprovechen al reivindicador, y se
hayan ejecutado con mediana inteligencia y economía (art. 908, inc. final).
Expensas no necesarias. Son aquellas que pueden dejar de hacerse sin que se produzca el deterioro,
menoscabo o pérdida de la cosa. Se clasifican en útiles y voluptuarias. Útiles son las que aumentan el valor
venal de la cosa (art. 909, inc. 2°); Voluptuarias son las que sólo consisten en objetos de lujo y recreo, como
jardines, miradores, fuentes, y generalmente aquellas que no aumentan el valor venal de la cosa, en el
mercado general, o sólo lo aumentan en una proporción insignificante (art. 911, inc. 2°).
Expensas no necesarias útiles. Para los efectos del abono de esta clase de mejoras, hay que distinguir entre
el poseedor de buena y el de mala fe. La buena o mala fe del poseedor se refiere, relativamente a las expensas
y mejoras, al tiempo en que fueron hechas (art. 913).
El poseedor de buena fe, vencido, tiene derecho a que se abonen las mejoras útiles, hechas antes de
contestarse la demanda (art. 909, inc. 1°).
En este caso la ley le da una opción al reivindicante, el puede optar o por pagar lo que valgan las mejoras al
tiempo de la restitución o bien puede pagar el mayor valor que ha adquirido la cosa por las mejoras (art. 909,
inc. 3°).
www.jurislex.cl
En cuanto a las obras hechas después de contestar la demanda, el poseedor de buena fe tiene solamente los
derechos que se conceden al de mala fe (art. 909, inc. final).
El poseedor de mala fe no tiene derecho a que se abonen las mejoras útiles. Pero puede llevarse los
materiales de dichas mejoras, siempre que pueda separarlos sin detrimento de la cosa reivindicada, y que el
propietario rehuse pagarle el precio que tendrían dichos materiales después de separados (art. 910).
Se entiende que la separación de los materiales es en detrimento de la cosa reivindicada cuando hubiere de
dejarla en peor estado que antes de ejecutarse las mejoras; salvo en cuanto el poseedor vencido pudiere
reponerla inmediatamente en su estado anterior, y se allanare a ello (art. 912).
Expensas voluptuarias. El propietario no está obligado a pagar estas expensas al poseedor de mala ni buena
fe; éstos sólo tienen con respecto a ellas el derecho que se concede al poseedor de mala fe respecto de las
mejoras útiles (art. 911, inc. 1°).
Liquidación de las prestaciones. Conforme a las reglas estudiadas deben hacerse las prestaciones entre
reivindicador y poseedor vencido, lo que da lugar a una liquidación en que, después de efectuadas las
compensaciones, una de las dos partes resultará con un saldo en contra; ésta es, en definitiva, la única suma
que deberá pagar el reivindicador o el demandado, según el caso.
La determinación y liquidación de las prestaciones mutuas puede ventilarse en el mismo juicio reivindicatorio,
en la ejecución del fallo o en otro juicio diverso (art. 173 C.P.C.).
Derecho de retención del poseedor vencido. El código declara expresamente que cuando el poseedor
vencido tuviere un saldo que reclamar en razón de expensas y mejoras, puede retener la cosa hasta que se
verifique el pago, o se le asegure a su satisfacción (art. 914).
Este derecho lo tiene tanto el poseedor de buena fe como el de mala fe; la ley no distingue.
La retención sobre muebles puede ser restringida por el Juez a una parte de ellos, a la que baste para
garantizar el crédito mismo y sus accesorios (art. 548 C.P.C.).
Los bienes retenidos por resolución judicial ejecutoriada se consideran, según su naturaleza, como
hipotecados o constituidos en prenda para los efectos de su realización y de la preferencia a favor de los
créditos que garantizan (art. 546 C.P.C.).
www.jurislex.cl
La doctrina discute la naturaleza jurídica de este derecho de retención. Algunos señalan que en razón de su
indivisibilidad y su oponibilidad absoluta , es un derecho real; otros lo catalogan de derecho personal, pues no
concede el poder de persecución; y no falta quien lo estime como un derecho de crédito con garantía
especializada. Por fin, se dice que el derecho de retención es un rehusamiento legítimo a ejecutar una
obligación mientras la contra parte no cumpla la suya; trataríase de un acto de justicia privada reconocido por la
ley, fundado en la equidad y con miras a simplificar la ejecución de las obligaciones, economizar tiempo y
gastos.
Concepto. Las acciones posesorias tienen por objeto conservar o recuperar la posesión de losa bienes raíces
o de derechos reales constituidos en ellos (art. 916)
Por regla general, tutelan la posesión propiamente dicha y, por excepción, la mera tenencia, cuando ésta es
violentamente arrebatada a una persona (art. 926). Pero en este último caso, como veremos oportunamente,
se discute el carácter posesorio de la acción.
Terminología. Las acciones posesorias se llaman también interdictos, palabra que tiene, además, otras
acepciones. Se la emplea para designar el juicio o proceso en que se debate, en forma sumaria, precisa y
exclusivamente el hecho de la posesión, como asimismo el procedimiento o tramitación a que está sujeto ese
juicio o proceso.
La demanda en que se interpone una acción posesoria recibe el nombre especifico de querella; el actor se
llama querellante y el demandado, querellado.
Naturaleza real e inmueble de la acción posesoria. Los que como Pothier hacen nacer las acciones
posesorias de un delito o cuasi delito civil, concluyen que dichas acciones son de naturaleza personal. Otros
piensan que en los ordenamientos jurídicos como el nuestro, en que la posesión es un simple hecho, las
acciones posesorias, en rigor, no pueden calificarse de reales ni personales, porque no nacen de ninguna de
esa clase de derechos, tutelan un simple hecho, la posesión. Prevalece, sin embargo, la tendencia de
catalogarlas dentro de las acciones reales, tal vez porque, al igual que éstas, protegen una situación directa
sobre la cosa y se pueden hacer valer contra cualquiera persona que perturbe o viole la situación existente.
Las acciones posesorias tienen carácter inmueble, porque se ejercen en resguardo de la posesión de bienes
de esta clase o de derechos reales constituidos en ellos. (arts. 580 y 916).
f) interdictos especiales.
Con todo, la doctrina considera que las únicas acciones posesorias propiamente tales son: las dos primeras,
porque las otras tienden a proteger otras finalidades distintas a la posesión, como es la mera tenencia y al
derecho de propiedad.
Fundamento de la acción posesoria. Esta radica en la paz social, impide a los particulares hacerse justicia
por sí mismos, obligándolos a recurrir ante la autoridad judicial cuando se les amenace o prive de su posesión.
a) Legitimado para accionar. De acuerdo al art. 918, esta acción la puede intentar el poseedor que
cumpla con los siguientes requisitos:
1.- Que tenga una posesión tranquila, la posesión debe ser útil, no puede ser ni violenta ni clandestina.
2.- Que esta posesión se tenga en forma ininterrumpida, que no haya habido ni interrupción natural ni civil.
3.- Es necesario que haya poseído tranquila e ininterrumpidamente por un año completo, sea personalmente o
agregándose la posesión de sus antecesores (art. 920).
b) Cosa susceptible de protegerse por una acción posesoria. De acuerdo con el art. 916, debe
tratarse de un bien raíz o de un derecho real constituido sobre él, pero además es necesario que la cosa sea
susceptible de ganarse por prescripción (art. 917). Por lo tanto, no son susceptibles de ampararse por acciones
posesorias las siguientes cosas:
1.- Las servidumbres discontinuas, la ley exige que el poseedor tenga una posesión no interrumpida para
prescribir.
2.- Las servidumbres inaparentes, les falta publicidad y el art. 918 exige una posesión tranquila; no puede ser ni
violenta ni clandestina.
3.- El derecho real de herencia, porque no es inmueble, sino una universalidad jurídica.
Con todo, podría intentarse una acción posesoria respecto de un bien raíz determinado de una herencia o de
algún derecho real que recaiga sobre él.
4.- Los bienes nacionales de uso público. La Corte Suprema ha dicho, que estos bienes no son susceptibles de
posesión privada, ni tampoco de prescripción y por esto es que no pueden ser objeto de una acción posesoria.
Respecto de los derechos reales de usufructo, uso y habitación, el art. 922 señala que el usufructuario,
usuario y habitador pueden ejercer por si mismos la acciones posesorias destinadas a proteger sus respectivos
derechos reales cuando recaigan sobre inmuebles. Incluso pueden intentar esta acción en contra del mismo
dueño y ello porque son propietarios y poseedores de sus respectivos derechos reales. Sin embargo, la ley
agrega, que como ellos son meros tenedores de la cosa sobre la que recae su derecho real, no podrían intentar
www.jurislex.cl
esta acción cuando sean privados o amenazados de su mera tenencia, en ese caso deberían recurrir ante el
dueño, para que él ejerza la acción posesoria.
1.- La querella de amparo prescribe contado un año contado desde el acto de molestia o de embarazo.
2.- La querella de restitución prescribe en el plazo de un año contado desde que el poseedor anterior ha
perdido la posesión.
3.- La querella de restablecimiento prescribe en el plazo de seis meses contados desde el despojo violento.
Prueba de la posesión. Los arts. 924 y 925 se refieren a esta materia, dichos arts. aparentemente son
contradictorios y en la doctrina ha surgido una discusión tendiente a resolver tal disquisición.
Ruperto Bahamondes, sostienen que el art. 925, se refiere a la forma de probar el derecho real de dominio,
este inscrito o no; y, el art. 924 se referiría a la forma de probar todos los otros derechos reales.
Humberto Trucco señala que el art. 924, trata de la prueba de la posesión de cualquier derecho real siempre
que esté inscrito, incluyendo el dominio. El art. 925 se referiría a la prueba de la posesión de los inmuebles y
derechos no inscritos, cualquiera que ellos sean. Esto, porque Trucco sostiene que existen bienes y derechos
inscritos y otros no inscritos y así lo reconoció Bello en el mensaje del código y por esto reguló en dos arts.
distintos la prueba de la posesión de ellos según estén o no inscritos.
Sin embargo, Bahamondes critica a Trucco, porque dice que Bello en el mensaje señalaba que en un tiempo
todos los bienes iban a estar inscritos; y, por lo tanto, la norma del art. 925 que se refiere a la prueba de la
posesión de los bienes y derechos no inscritos, debería haberse consagrado en un art. transitorio y no en uno
permanente, como lo hizo.
Con todo, la doctrina mayoritaria considera que la tesis de Trucco es la mas aceptable. Por lo tanto, el art. 924
se aplicaría a la prueba de la posesión de los bienes y derechos inscritos por un año o mas; y, el 925 se
referiría a la prueba de la posesión de los bienes y derechos inscritos por menos de un año o no inscritos.
En lo que todos los autores están de acuerdo es que el art. 925 habla de hechos positivos y no de los hechos
materiales: Así por ej. la inscripción conservatoria será un hacho material que quedaría regulado por el art. 924
y no por el art. 925.
La Querella de Amparo. Concepto. Es la que tiende a conservar la posesión de los bienes raíces o de los
derechos reales constituidos en ellos (art. 916 CC. Y art. 549, N°1 C.P.C.). Procede cuando se ha tratado de
turbar o molestar al poseedor en su posesión o en el hecho se le ha turbado o molestado (art. 921 CC. Y 551,
N°2 C.P.C.).
3.- Que se den garantías cuando fundadamente se tema que se continuará molestando el ejercicio de la
posesión.
¿contra quién se intenta? Se intenta contra el que turba, molesta o embaraza la posesión.
Menciones.
2.- Se debe señalar que personalmente o agregando la posesión de los antecesores, se ha estado en una
posesión tranquila, no interrumpida por un año completo.
3.- Hay que agregar que se a sufrido una perturbación o embarazo en la posesión, con expresión
circunstanciada de los hechos. Y,
4.- Hay que hacer mención a los medios de prueba que se harán valer.
Querella de Restitución. Concepto. Es aquella que está dirigida a recuperar la posesión de los bienes raíces
o de los derechos reales constituidos sobre ellos; y, procede cuando el poseedor ha sido injustamente privado
de su posesión.
¿contra quién se intenta? Esta se intenta contra el usurpador y además contra toda persona cuya posesión
se derive de la del usurpador, este de buena o mala fe. Con todo, la indemnización de perjuicios sólo puede
perseguirse del usurpador y de los terceros de mala fe (art. 927).
Prescribe en el lapso de un año contado desde que el poseedor anterior ha perdido la posesión (art. 920).
Naturaleza jurídica de esta acción. Algunos autores sostienen, que ésta no es una verdadera acción
posesoria, sino una acción personal, delictual, puesto que tendría su origen en un hacho ilícito como es el
despojo violento.
Otros autores señalan, que sería una acción posesoria, porque mantendría las características esenciales de
estas acciones, cual es, proteger la posesión.
La Corte Suprema se ha pronunciado, en el sentido de señalar que esta acción tiene un sujeto pasivo amplio,
porque puede intentarse en contra de los que han participado en el despojo violento, aún sin haberlo cometido.
También podría intentarse contra el dueño de la cosa, si es él el que comete el despojo violento. También
contra la autoridad administrativa si incurre en tal despojo.
Para la Corte esta no sería propiamente una acción personal, porque no se intenta contra cierta y determinada
persona, sino que existe la posibilidad, como quedo visto, de intentarla en contra de distintas personas.
La mayoría de los autores considera, que nuestro código le dio a esta acción el carácter de personal, porque el
art. 928, dice que puede intentarla el que no pudiere instaurar acción posesoria, lo que demuestra que para
nuestro código, esta acción no es posesoria. Esto se ve corroborado por el art. 564 C.P.C. que señala, que la
sentencia pronunciada en la querella de restablecimiento, deja a salvo a las partes del ejercicio de las acciones
posesorias que correspondan.
Titulares. Son legitimas activamente, toda persona que haya sido violentamente despojada, sea de su
posesión o de su mera tenencia, el único requisito que la ley exige al sujeto activo es que no se le pueda
imputar ni clandestinidad, ni un despojo anterior.
Los autores señalan que es tal el rechazo que el legislador le tiene a la fuerza, que concede esta acción, al
simple mero tenedor, cuando ha sido violentamente privado de su mera tenencia. Y por este motivo, mucha
doctrina afirma que esta querella no sería una acción posesoria, porque estas, por regla general, sólo pueden
ser intentadas por el poseedor.
La Corte Suprema, ha señalado que existe despojo violento, no sólo cuando existe fuerza física, sino también
cuando, el poseedor o mero tenedor son intimados o amenazados.
2.- Al momento del despojo violento, se debe de haber tenido la posesión o la mera tenencia.
5.- Debe intentarse la acción dentro de plazo (art. 928, inc 1°, parte final).
Menciones.
2.- Se debe señalar los actos a través de los cuales se ha producido el despojo violento.
3.- Hay que señalar los medios de prueba de que se hará valer el actor.
www.jurislex.cl
¿contra quién se intenta? Se dirige contra el autor intelectual del despojo violento o contra quien lo ejecutó
materialmente.
Objetivos. Consiste en recuperar la posesión o la mera tenencia y que se indemnicen los perjuicios.
1.- La QR. Puede ser intentada por un mero tenedor. La AP. Sólo la puede intentar el poseedor.
2.- La QR. Prescribe en seis meses contados desde que se produjo el despojo violento. La AP.
Prescribe en un año.
3.- La QR. No exige un tiempo previo de posesión o mera tenencia, por lo que cualquier tiempo basta. La AP.
Exige que el poseedor que acciona lleve al menos, un año completo en la posesión.
4.- En la QR. aún cuando accione el poseedor, no es necesario probar la posesión, basta con probar el despojo
violento. En la AP. Hay que probar la posesión.
La Denuncia de Obra Nueva. Concepto. Obra nueva significa toda cosa hecha que antes no existía, o que sí
existía, resulta distinta o diferente por la naturaleza de las modificaciones a que fue sometida
Por lo tanto, la denuncia de obra nueva se puede definir como, la acción judicial que a fin de prevenir un daño,
se dirige a lograr la suspención de los trabajos de una obra nueva comenzados o a punto de comenzar, hasta
que en el juicio correspondiente, se resuelva sobre el derecho a continuar o no con la obra.
La Denuncia de Obra Ruinosa. Concepto. Es la acción destinada a evitar o prevenir un perjuicio al sujeto que
la entabla. La finalidad consiste en obtener la enmienda, reparación o demolición de un edificio o cualquier otra
construcción que amenace caerse, o el afianzamiento, o extracción de árboles mal arraigados o expuestos a
ser derribados por causas de ordinaria ocurrencia (arts. 932 y 935 CC. y art. 571 C.P.C.)
La Acción Popular. Concepto. Son las que se conceden a cualquier persona para la defensa de un interés
público, y sobre todo a aquellas que, por el hecho que lo contraviene, también han sufrido o pueden sufrir un
daño en su interés privado.
Acción Popular con respecto a los bienes nacionales de uso público. El código declara que la
Municipalidad y cualquiera otra persona del pueblo tiene, a favor de los caminos, plazas u otros lugares de uso
público, y para la seguridad de los que transitan por ellos, los derechos concedidos a los dueños de heredades
o edificios privados (art. 948).
Recompensa al actor de la acción. La ley estimula el ejercicio de la acción popular. Declara que siempre que
ha consecuencia de ésta haya de demolerse o enmendarse una construcción, o de resarcir un daño sufrido,
debe recompensarse al actor, a costa del querellado, con una suma que no baje de la décima, ni exceda a la
www.jurislex.cl
tercera parte de lo que cueste la demolición o enmienda, o el resarcimiento del daño; sin perjuicio de que si se
castiga el delito o negligencia con una pena pecuniaria, se adjudique al actor la mitad (art. 948).
Esta acción no obsta a las que pueden intentarse en el sólo interés privado. Las acciones municipales o
populares se entienden sin perjuicio de las que competen a los inmediatos interesados (art. 949).
Acciones Posesorias especiales. La mayoría de estas acciones, no son en realidad posesorias, porque mas
que a la posesión, miran el ejercicio del derecho de propiedad. Y persiguen establecer restricciones o
limitaciones a este ejercicio.
b) la denuncia de obra ruinosa, las que por ser las de mayor importancia, se mencionan en forma
separada.
d) el código de aguas también consagra este tipo de acciones, como por ej. la acción por el estancamiento del
agua o desviación de su curso, así coma la acción destinada a impedir depósitos o corrientes de agua.
Reglas comunes.
1.- De acuerdo a la Jurisprudencia, para intentar estas acciones, no es necesario ningún tiempo de posesión
anterior.
2.- estas acciones no pueden hacerse valer contra una servidumbre legítimamente constituida (art. 947). Y,
4.- En materia de prescripción hay que distinguir: * para la indemnización de un daño sufrido, un año completo;
* las dirigidas a precaver un daño no prescriben mientras haya justo motivo de temerlo; * las dirigidas contra
una obra nueva, si no se interpone dentro del año, los querellados serán amparados en el juicio posesorio, y el
querellante podrá solamente perseguir su derecho por la vía ordinaria (art. 950).
1.- La posesoria ampara un hecho, que es la posesión. La reivindicatoria ampara el derecho real de dominio.
3.- En la posesoria, la causa de pedir es la posesión, la cual hay que probar. En la reivindicatoria, la causa de
pedir es el dominio y también es menester probarlo.
4.- La acción posesoria permite volver a discutir en mismo asunto, a través de otro procedimiento; porque si el
poseedor pierde el juicio, puede intentar la acción reivindicatoria sobre esta materia.
La doctrina distingue entre, cosa juzgada material que impide volver a discutir lo resuelto en cualquier otro
juicio; y, la cosa juzgada formal que impide discutir lo resuelto, con arreglo al mismo procedimiento; pero no
impide discutir el mismo asunto de acuerdo a un procedimiento distinto.
www.jurislex.cl
Por esto se dice que los interdictos posesorios, sólo producen cosa juzgada material. Con todo, esto se discute,
y Rozas señala, que en los interdictos posesorios se producen ambas cosas juzgadas, porque si bien es cierto,
que el que perdió la acción posesoria, puede intentar una reivindicatoria, son distintas las causas de pedir, en
una es la posesión y en la otra es el dominio; por lo tanto, si se pierde el interdicto, no puede volverse a discutir
su contenido en ningún otro juicio, pero nada obsta para intentar la acción reivindicatoria, pues ésta persigue
una finalidad distinta.
En la acción reivindicatoria, la sentencia produce el efecto de cosa juzgada, de manera que si el reivindicante
pierde el juicio, no puede volver a intentar la acción.
5.- Las acciones posesorias prescriben en un año, con excepción de la querella de restablecimiento, que
prescribe en seis meses. La acción reivindicatoria, no tiene un plazo fijo de prescripción.
6.- Las acciones posesorias siempre son inmuebles. La acción reivindicatoria puede ser mueble o inmueble,
según la naturaleza de la cosa sobre que se ejerce.
8.- En las posesorias, la discusión recae sobre la posesión y sobre la calidad de poseedor; habrá que probar la
posesión y no el dominio. Cuando la acción posesoria tiene por objeto recuperar la posesión, persigue el
mismo fin que la acción reivindicatoria. La Corte Suprema, ha dicho que, por este común objeto son
compatibles entre sí astas acciones, se pueden entablar conjuntamente.