HERNÁNDEZ VEGA LORENA

DE LA FORMA A LA IMAGEN

En Filosofía de la Imagen, Zamora Águila introduce al lector en un mundo donde la

imagen desempeña un rol esencial, y cuestiona una interrogante indispensable ¿qué fue
primero la imagen o la palabra?, cuestión que lleva al lector por un interesante recorrido
franqueando de la forma a la imagen, entendiendo de este modo como se constituye.

Con respecto a la forma, el autor nos plantea un ciclo donde vida, juego y forma están
vinculados de tal modo que “El lenguaje es un conglomerado de formas, como la vida. La
vida se manifiesta en juegos como el lenguaje articulado.” 1 Y al hablar de formas no solo
se refiere a las lingüísticas, sino también a las formas imaginales, es aquí donde las imágenes
adquieren presencia, son cosas vivas, que se relacionan con el juego de modo natural, y
posteriormente adquieren un papel representativo. Donde las imágenes son signos y, por lo
tanto, representaciones que se refieren a algo.

En la creación de una imagen tres aspectos son indispensables: forma, materia y

significado, ya que la vida de las formas toma cuerpo en la materia. Para Focillon debe
haber “continuidad entre la fisiología (materia en acción) y la psicología (espíritu en acción):
el puente entre ambas son las formas”2. Las formas visuales no solo preceden a los
conceptos abstractos, sino que los generan, es decir la forma produce su propio contenido.
Así en el mundo de la imagen, los conceptos toman forma en imágenes abstractas, e
intuimos dicho mundo a través de ese conjunto de imágenes conceptuales.

Basado en Régis Debray, Zamora recuerda que hay 3 épocas de la mirada: la logosfera
(era de ídolos), la grafosfera (era del arte) y la videosfera (era de lo visual). Este análisis
resulta bastante interesante puesto que al pertenecer a un mundo en constante
transformación el modo de ver también cambia; actualmente estamos situados en la
videosfera y sus implicaciones se han hecho presentes “creando una sed insaciable de
imágenes que fomenta una percepción inmediata y simultánea del mundo”3. De tal modo
que se genera una controversia donde no se sabe que tan bueno resulte el hecho de que el
mundo de lo imaginal haya adquirido mayor terreno ante el mundo de lo verbal. El autor
considera que la razón simplemente cambia de medios y estrategias.

























































1
Zamora
Águila
Fernando,
Filosofía
de
la
Imagen,
2008,
p.
107.

2
Ibídem,
p.
109.

3
Ibídem,
p.
116.

 A favor de la imagen se puede decir que suele estar más directa y profundamente
ligada con las emociones que cualquier palabra, las imágenes son mejor recordadas que las
palabras y despiertan más fuertes deseos. Con respecto a lo anterior, Gombrich considera
que las imágenes encierran un gran poder, y “hay un momento en que las imágenes son
más fuertes que toda consideración racional”4. Tal vez es por esas razones y aunado al
incremento de las tecnologías y de los medios audiovisuales que la imagen ah cobrado una
fuerza cada vez más superior en la sociedad globalizada, donde las imágenes adquieren vida
por que el espectador así lo desea.

Retomando el sentido puro de la forma, Focillon considera que las formas son algo
así como el núcleo de las imágenes, y que el signo se vuelve forma y en el mundo de las
formas, engendra toda una serie de figuras. Es decir que la actividad de las formas en el
mundo se nos imponen, predominando así ante todo.

El autor concluye el capítulo 4 mencionando que “La construcción de una filosofía de

la imagen requiere que se examine el desarrollo de las representaciones visuales”5, donde
interviene las facetas de la imagen y sus usos y funciones. Considero que al igual que la
palabra, la imagen juega un rol indispensable en el modo de conocer y aprehender del ser
humano, incluso como ya se mencionó con anterioridad puede tener un mayor impacto
que la propia palabra sobre la razón y los sentidos.

Es por ello que es de vital importancia que un hacedor y portador de imágenes, como
en este caso el diseñador, debe saber configurar los mensajes a través de las imágenes, esto
se logra solamente si se tiene un conocimiento previo sobre la semiótica visual y la filosofía
de la imagen.

































































4
Zamora
Águila
Fernando,
Filosofía
de
la
Imagen,
2008,
p.
119.

5
Ibídem,
p.
123.