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EGIPTO

“Egipto es una civilización fluvial de base agraria. Viven gracias a un río alóctono que con
sus crecidas periódicas fertiliza un desierto. Por eso la influencia de la economía agraria
lo impregna todo: de ese mundo agrario nace la geometría, la medida, el catastro y el
arte” (Enrique Valdearcos, 2007, p. 1)

Milenarios, intelectuales, herreros de maravillas que superan en lujos a las más modernas
edificaciones, los egipcios hicieron que un pueblo común se transformara en un imperio
lleno de magias, rituales y conocimientos nunca antes vistos por el hombre.

“Egipto, situado en el extremo noreste del continente africano, tiene características muy
singulares en lo geográfico, que mucho influyeron en su personalidad histórica” (Carlos
Alvear Acevedo, 1999, p. 29)

Egipto, surge como un maravilloso pueblo de agricultores y artesanos quienes con el


transcurrir de los años se fueron organizando lenta y sensatamente para formar parte de
la naturaleza que había a su alrededor, acompañados por el rio más grande de la tierra el
Nilo, Egipto fue favorecido por sus aguas, quienes ayudaron a crecer y mantener en pie la
civilización del culto a los muertos.

“Otras vías más, derivadas del rio, fueron abiertas por los egipcios en el curso de la
corriente, y gracias a ellas fue posible la extensión de la vida a muchos sitios” (Carlos
Alvear Acevedo, 1999, p. 30)

“No obstante las pequeñas comunidades fueron desenvolviéndose y acrecentándose


hasta convertirse en colectividades de dimensiones mayores llamadas nomos, que a
veces pugnaron unas con otra, y otras se unieron en alianzas políticas más dilatadas”
(Carlos Alvear Acevedo, 1999, p. 31)

Esta civilización fue la primera en honrar la defunción tal y como se honra la existencia;
con creencias fuertes sobre la vida después de la muerte, su impresionante material de
arte se basa en dicha idea; según ellos mismos el hombre al morir iniciaba el camino
hacia un mundo mejor a donde tenía que llegar en buen estado tanto en cuerpo y alma y
llevando consigo preciadas pertenencias para el viaje más importante de su vida, la
muerte. (Carlos Alvear Acevedo, 1999)

Su principal argumento en la construcción de tan importantes obras era el dogma de la


encarnación del dios omnipotente en un personaje del imperio, dotado de gran sabiduría,
poder y conocimiento para gobernar el imperio: el faraón.

El faraón al morir, se transformaba en el dios Ra, causa por la cual se iniciaron las
construcciones de las pirámides egipcias, que eran en si imponentes tumbas para sus
cuerpos y propiedades, dejando listo el inicio de su viaje al otro mundo.
“Cuando ocurría la muerte, sobrevenía la desintegración del ser humano, con resultados
diversos. El cuerpo era embalsamado y puesto en un sarcófago y venía a ser una especie
de punto de referencia para la vida de ultratumba” (Carlos Alvear Acevedo, 1999, p.34)

Las pirámides egipcias son un misterio actualmente por su construcción, el hecho de


mover cientos de miles de rocas pesadas desde lugares lejanos, y el corte tan fino son
hoy en día raíz de los más increíbles mitos y leyendas.

Pero sabemos que las pirámides fueron producto de un inimaginable conocimiento


adquirido por los principales hombres del imperio, quienes con audacia e ingenio
proporcionaron las herramientas perfectas para la creación de monumentos a dioses,
hombres y creencias propias de un pueblo.

Aquellos conocimientos dotados por los egipcios tienen consigo técnicas tanto
geométricas como astronómicas, conceptos claros de matemática e ingeniería, que
hicieron posible el desarrollo de las pirámides con su perfección, no solo en la tierra sino
en el cosmos pues su alineación con estrellas importantes para los egipcios, es también
fruto de grandes especulaciones. (José Manuel lozano fuentes, 1998)

El conocimiento es lo más sagrado que nos dejan, escondido entre sus edificaciones, día
tras día los investigadores actuales tratan de descubrir totalmente el secreto de como se
lograron levantar algunos de los más espectaculares monumentos.

“Las pirámides, destinadas a ser tumbas de los faraones y que suponían el trabajo y los
sufrimientos de miles de individuos son un testimonio elocuente del concepto que de lo
grande y solemne había en Egipto. Muchas de tales construcciones son gigantescas y
parecen constituir un desafío a la acción destructora del tiempo” (Carlos Alvear Acevedo,
1999, p.37)

“Por otra parte la egipcia fue siempre una civilización aislada por un desierto hacia el Este,
Oeste y Sur. Por eso fueron muy poco atacados pero tampoco sufren la evolución lógica
de una cultura relacionada. Este aislamiento produce orgullo. Su país era el centro del
mundo y el egipcio era el hombre por excelencia.” (Enrique Valdearcos, 2007, p. 2)

Claramente sabemos que la producción egipcia es materia de arte, desplegada en


alrededor de cuarenta o cincuenta siglos, demuestra las grandes aptitudes del pueblo que
la produjo, que fue de igual manera un pueblo hábil, laborioso y conto además con una
técnica depurada por los años, pero que se aferro a determinados convencionalismos que
en ciertas circunstancias y para ciertos temas no quiso abandonar. (Carlos Alvear
Acevedo, 1999)

Por otra parte, pero no menos importante esta el Valle de los Reyes, lugar de saqueos, de
profanaciones y de terror para los deidades muertas, sirvió de cuna del príncipe más
místico en toda la historia del imperio de Egipto, fue el revelador de muchos significativos
secretos no pensados y de importantes objetos que muestran una vez más, el poder del
hombre y su importante lucha por alcanzar la perfección. (Carlos Alvear Acevedo, 1999)
“Es un valle árido de altísimas y desnudas paredes en plena descomposición, en donde
se pueden ver por doquier anchas grietas producidas por los colores extremados y por los
hundimientos interiores. En algunas zonas, estas paredes tienen unas listas de una
decoloración negruzca, como si el sol los hubiese quemado. Todo es silencioso y
desolación en este valle dedicado a la muerte” (Carlos Alvear Acevedo, 1999, p.45)

Egipto, lugar de creaciones, momias y pirámides, también es un buen sitio para refrescar
nuestra mente y pensar en lo poco o mucho que hemos evolucionado a través de los
años, para reflexionar sobre nuestras creencias y finalmente para darle un vistazo al
pasado que le dio origen al futuro, futuro en el que incluso nos seguimos cuestionando
acerca de esta tan importante civilización y que por más tiempo seguiremos siendo presa,
de la magia de su existencia.

Bibliografía:

Carlos Alvear Acevedo. (1999). Introducción a la historia del arte: Egipto. México:
editorial Limusa.

José Manuel lozano (1998). Historia del arte:------------ México:------------

Enrique Valdearcos. (2007) El arte egipcio: pensamiento egipcio. Clio 33.

http://clio.rediris.es/n33/n33/arte/02Egipcio.pdf (08/02/11)

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