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EDICIONES DEL SEGUNDO CENTENARIO ¢HAY PATRIA QUE DEFENDER? La identidad nacional frente a la globalizacién Centro de estudios para el desarrollo 1 Globalizacién GLOBALIZACION E IDENTIDAD NACIONAL. UNA REFLEXION NECESARIA JAIME FIERRO C.® “Desde casi un siglo de que se habla de que los nuevos medios de co- municacién —desplazamiento de personas, transferencia de productos y trans- misi6n de noticias— han aproximado a los pueblos y unificado la vida en el planeta. Mas como se suele acaecer, todo este decir era una exageracién. Casi siempre todas las cosas humanas comienzan por ser leyendas y sélo mas tarde se convierten en realidades”” . “El trafico mundial, hoy ya posible, pero atin no suficientemente realizado, va arrancar alos hombres de su perspec- tiva local, de sus usos tradicionales —que son casi siempre arbitrarios— va a crear, por fin, algo asi como el ‘hombre abstracto’, el hombre desnudo de pasado casual. Este es el Weltmensch (hombre cosmopolita). Si eso es bueno 0 dafioso es cosa sobre la cual no quisiera ahora declararme”". A MODO DE INTRODUCCION En la actualidad las sociedades tienden a ser cada vez mas interde- pendientes entre si, lo que se pone de manifiesto en lo politico, lo econémi- co y lo cultural, siendo posible identificar ciertas estructuras, mas all4 de los limites tradicionales de la sociedad de Estado nacional, que permitirian in- corporar progresivamente a las sociedades a un sistema con caracterfsticas cada vez mas globales”. 8 Sociéloga, Magister (c) en Ciencias Sociales, Investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo, te, 1986, 9 Ortega v Gasset, José; Mevitacidn de Europa (Segunda Edicién), Madrid, Revista de Occi p. 109, w ns ps 159. tompla, Pinte: Sociologia del Canto S 1. Alianza Editorial, Madrid, 1995, pp. 101 y ss. tHay Patria Qua Derenpen? = 1 Con la globalizacién se ha derrumbado la idea de vivir y actuar en los espacios cerrados de los Estados nacionales y de sus respectivas sociedades nacionales. La globalizacién implica la pérdida de fronteras del quehacer cotidiano en las dimensiones de la politica, la economia y Ia cultura, cuestio- nando con ello el presupuesto de que el contorno de la sociedad sea en su mayor parte coincidente con el del Estado nacional”. Actualmente, la sociedad nacional se encuentra en una doble tensién, por una parte, se abre a una realidad que es cada vez mas transnacional 0 propiamente global, y por otra, subsisten y resurgen los nacionalismos, etnicismos, fundamentalismos ¢ identidades en distintas partes del mundo". Asi, los problemas sociales y politicos m4s importantes del mundo con- tempordneo giran en torno al conflicto entre la unidad de la actividad globalizada y la multiplicidad de la identidad cultural individual o colectiva. Los debates més interesantes del pensamiento social contempordneo se de- sarrollan en torno a estos temas". Ahora bien, de todas las identidades colec- tivas que comparten los seres humanos hoy en dia, la Identidad Nacional es la mas importante e inclusiva'’, En virtud de lo anterior, el presente ensayo constituye un intento de dar cuenta respecto de los principales alcances del proceso de globalizacién sobre la(s) identidad(es) y, en particular, sobre la Identidad Nacional. Ello parece un esfuerzo de primera importancia a la luz de un proceso de globalizacién del cual somos parte y que no podemos eludir. CONSIDERACIONES PRELIMINARES EN TORNO ALA GLOBALIZACION LA GLOBALIZACION Y SUS DIMENSIONES La globalizacién se ha convertido en una de las mas importantes repre- sentaciones sociales de este siglo’, Sin embargo, su imprecisién conceptual "2 Beck, Ulrict ie ex fa Globalizacién?, Paidés Ibérica, Barcelona, 1998, ‘3 Ver en: Castells, Manuel; La Era de la Informacién, Vol. 2, El Poder de la dentidad, Alianza Uni dad, Madrid, 1998; Miller, David: Sobre la Nacionalidad, Autodetereninacién y Pluralismo Cultural, Paidés Ibériea, Barcelona, 1997; Smith, Anthony; La Identidad Nacional, Trama Editorial, Madrid, 1997. 4 Touraine, Alain; “Intervencién en la Sesién {naugural del XIII Congreso Mundial de Sociole, sie "ene Chile, Departamento de Sociologia de la Universidad de Chile: Revista de Sociologia, N* 10, Santiago de 1996, pp. 52-58. 1¢ un fendmeno histérien reciente, impulsado por las nuevas tecnologias de la com municacién y de la informacién, fa multipolarizacién del sistema de produccidn y el aunento de los intercambios a escala mundial. 2 Grosauizacion y analitica ha hecho que bajo dicho concepto se enuncien las cuestiones mas disimiles, con lo cual la globalizacion termina siendo tratada en un nivel de generalidad excesivo, corriendo el riesgo de reducir todo hecho social a ella’? Conviene, entonces, hacer algunos alcances al respecto. En muchos sentidos el mundo se ha transformado en un sistema social tinico como consecuencia de los crecientes vinculos de interdependencia que ahora nos influyen practicamente a todos. El término general que denomi- na esta creciente interdependencia es el de globalizaci6n. Ella implica tam- bién una intensificacién de las relaciones sociales en todo el mundo'®. Sin embargo, a pesar de la creciente interdependencia, el nuevo orden global esta leno de desigualdades (en riqueza y poder) y dividido en un conjunto de Estados cuyas preocupaciones son divergentes y también comunes”, La globalizacién es, por ende, un proceso asimétrico en su relacién entre los globalizadores, los globalizados y los excluidos. En el proceso de globalizacién, que es de caracter multidimensional, se pueden distinguir las dimensiones politica, econémica y cultural”. En su dimension politica, la globalizacién tiene un cardcter paraddji- co. Se presentan tanto tendencias hacia la integracion como hacia la frag- mentacion. Ambos procesos se dan simulténeamente, pero connotan cues- tiones diferentes. Asi, es posible distinguir fuerzas centrifugas que apuntan hacia la integracion de los bloques regionales (Mercosur, Asociacién de Na- ciones del Sudeste Asidtico, Organizacién para la Unidad Africana, Unién Europea) y fuerzas centripetas fragmentarias (ex Unién Soviética, ex Yugos- lavia, Checoslovaquia, Etiopia, Pais Vasco, Catalua, Quebec, Norte de Ita- "7 La problemética de la globalizacidn estd presente en los estudios ¢ interpretaciones sobre las relaciones internacionales, geopolitica, integracidn regional, sistema-mundo, economia-mundo, tresmundos, cua troamandos, Guerra Fria, fin de la Guerra Fria, fin de la historia, nueva divisisn internacional del trabajo, aldea global, shopping center global, norte y sur, ONU, UNESCO, FAO, FMI, BID, CATT, OTAN, TLC, Mercosur, Casa de Europa, Estados Unidos de Europa, espacio europeo, espa mo, postimperialismo, dependencia, nueva dependencia, interdependencia, snultilateralisino, multi nacionalisto, transnacionatismo, Occidente y Oriente, ciclo Kondratieff, telecomunicaciones, medios de comunicacién mundial, industria cultural, cultura del Pacifico, imperialis- tcrnacional popular, mereatotecnia global, nodernidad-mundo, posmodernidad, entre slobalizacién y fragmentac ros Lemna W Asi, xe enlazan lugares Iejanos, de tal ananera que los aconte aconteci dad local tiende a ser influido por factores que operan gn wna distancia indefinida de ta vecindad en nicntos locales estin eonfigurados por jentos que ocurren a muchos kildinetras de distanvia o viceversa. LLo que ocurre en una veo! cuestiin, 19 Giddens, Anthony: Comsecnencias de Ja Modernidad, Mianza Universidad, Madrid, 1997 y Giddens, rcera Edicién Revisada), Alianza Universidad, Madrid, 1998, Anthony: Sacivlogia (1 cquiel: Reflexiones en torno al Proceso de Mundializavisn/Globalizacion, Lumen Hy- manitas, Buenos Aires, 1998. Hay Patria Que Derencen? 3 lia, Cércega, entre otras)”. De algin modo ello ha conducido a expresiones de nacionalismo y de tribalismo, produciéndose enfrentamientos no entre Estados, sino entre etnias, nacionalidades y clanes”, En su dimensién econémica, la globalizacién logra su mayor grado de alcance e intensidad —en relacién a su dimensién politica y cultural-, sin embargo, més que una economia mundial, lo que se ha creado son redes financieras mundiales”’. A su vez, ello ha generado una interdependencia econémica creciente a escala mundial, en que lo que acontece en cualquier lugar tiene algun tipo de incidencia en un “otro cualquier lugar”. Asi lo demuestran, por ejemplo, el colapso bursétil de Hong Kong a fines de 1997 yla crisis asiatica a comienzos de 1998. En su dimensién cultural, la globalizacién ha conllevado una suerte de transnacionalizacion de la cultura, a partir de los medios de comunicacién de masas y el comercio internacional. Esto ha ido generado una acentua- cién del mestizaje cultural, el que, no obstante, ha sido desigual, incidiendo en las identidades culturales. Como se podra ver, una reflexién sobre la globalizacién supera los li- mites convencionales de cada ciencia en particular, por lo cual, aunque haya énfasis y prioridades en cuanto a los aspectos a estudiar de la globalizacién, cualquier anélisis implica necesariamente varias ciencias. Ademés, para su estudio requiere tener presente, entre otros temas, que con el proceso de globalizacién se expresan cada vez con mayor fuerza las diversidades, localismos e identidades”*, las historias de las naciones y nacionalidades se insertan de forma cada vez mds dindmica en los movimientos de la historia 21 Al considerar el ntimero de nacionalidades existentes, tenemos que la ONU esta conformada en la actualidad por 184 naciones; hace una década eran tan sélo 159, y en la prdxima seran posiblemente trescientas y algo mds. Esto se pone de manifiesto en la medida que la ex URSS ha engendrado unos setenta Estados, que contienen unas cien nacionalidades; China, 56 nacionalidades; Indonesia, tres mil grupos étnicos; Africa, est configurada por miles de tribus y etnias; y en América Latina existen mas de quinientas etni 22 La xenofobia y la limpieza étnica trajeron consigo guerras y violencia que produjeron los mayores desplazamientos de la historia de la hunanidad -ténese ef caso de la ex Yugoslavia y de los paises africanos. 23 Un dato esclarecedor at respecto, es que sélo entre el 2 y 3 por ciento de los movimientos de capital (a scala mundial) corresponde a intercambio de bienes y servicios: ol resto corresponde a valores final ros. Se calcula que en el mundo hay un flujo financiero diario de mae de un tillén de délares. Ver: Ander- Egg, op. cit., p. 39. 24 Que afecté a paises asiticos y a los mercados de Europa y Estados Unidos. ie 25 La cual afecté las economias de Corea del Sur, Japén y América Latina, 26 En la medida que ésta debilita al EstadoNacidn y reduce los espacios de soberania nacional, reflorecen identidades pretéritas y presentes, auevas y anacrénicas. 4 Gropatizacion universal; y que, en la medida que avanza el proceso de globalizacién, cate- gorias e interpretaciones pueden volverse obsoletas”’. Sobre esto ultimo, el debate acerca de la glebalizacién en las ciencias sociales se articula en torno a dilucidar qué supuestos fundamentales, qué imagenes de lo social y qué unidades de anilisis pueden sustituir a la axio- matica nacional-estatal”*. Y por tanto, quedan atras esquemas societales uni- vocos en que se correspondian economia, politica y cultura, y emergen tipos de sociedad donde estas dimensiones estallan en sus propias dinémicas”. Incluso el concepto de sociedad tiende a perder sentido“. La crisis de su correlato empirico 0, al menos, de la centralidad de su correlato empirico, plantea la necesidad de integrar las nuevas légicas supranacionales e infra- nacionales en la teoria general —sociolégica—". Por otra parte, que el proceso de globalizacién sea un concepto mal empleado, poco definido y escasamente comprendido, se debe a que muchas veces son utilizados indistintamente los conceptos de globalismo®, globa- 2 lanni, Octavio; Teorias de la Globatizacién, Siglo XX1, México, 1998. 28 Bock, up. cit 2 Laidea de sociedad 1 catre un modelo cultural, un si a una cierta corresponde una estructura social y una organizacidn politica. Las diversas teorias a este respecto se diferenciaban de las formas de correspondencia y de cual de estas naba io territorial; luego, cada una de mico, un sistema politic imensiones detern alas otras. Hoy en dia ya no existe una de estas dimensiones en un esp: estas dimensiones tiene su propia dindmica que no determina a las otras —y silo hace, fo es de un modo fragmentario, parcial y no w 30 La i reiteradamente sefialado por la simultaneidad de dos procesos. Desde arriba, en la medida de que el proceso de globalizacién desteuye la idea de fronteras v un centro enddgeno de decisién (Estado-Nacion), y desde abajo, en la medida que las identidades y las adscripeiones se autonomizan de ese centro de decisidn y se constituyen en su propio y basico referente de accidn social. Ver en: Garretén, Manuel A. fan Qué Sociedad Vivi(re)mos? Tipos Societales y Desarrollo”, en: Gonzalez, Helena y Schunidt, Heidulf; Democracia para una Sociedad (Modelo para Armar), Editorial Nueva Sociedad, Venezuela, 1997 y Garretén, Manuel A. “;Crisis de la Idea de Sociedad? Las Iunplicancias para la Teoria Sociolgica en América Latina”, en: Departamento de Sociologia de la Universidad de Chile: op. cit., pp. 25-30. 31 Pérez-Agote, Alfonso; “La Crisis de la Sociedad: Entre la Mundializacidn y la Disolueién Narcista”, en: De Espinoza, Emilio y Rodriguez, José (Editores); Problemas de Teoria Social Contempordnea, Centro de Inve; s (CIS), Madrid, 1993, 8 El global peidn segtin Ja cual el mercado mundial desaloja 0 sustituye al quehacer politicn: ex decir, la ideologia det domninia del mercado mundial o la ideologia del liberalismo. Esta proces voce, de sociedad esti cuestionada como el lugar referencial de la accién social, la que ha sido jones Socioldgi oe una C4 de de manera monocausal y economicista, y reduce la pluridimensionalidad de la globalizacién a una sola dimensidn: la econdmica, Asimisino, ella considera de manera lineal, y pone sobre ef tapete, a todas lax den a, cultural, politica y social sdlo para destacar ed presunto predominio del sistema de mercado mundial. Ver: Beck, op. eit, p. 27. Hay Patnia Que Derenver? = 5 lidad® y globalizacién™ para hacer referencia al proceso de globalizacién, aunque ellos implican cuestiones totalmente diferentes. El concepto de globalizacién se puede describir como un proceso que crea yinculos y espacios sociales transnacionales, revaloraliza culturas loca- les y trae a un primer plano terceras culturas. La globalizacién significa tam- bién una sociedad mundial sin Estado mundial y sin Gobierno mundial, en donde lo que hay es un capitalismo globalmente desorganizado, sin que exista ningan poder hegeménico ni régimen internacional, ya sea econémico 0 po- litico. Finalmente, la globalizacién significa también Ia intensificacion de 35 los problemas y conflictos transnacionales", LA GLOBALIZACIGN EN SU DIMENSION CULTURAL La globalizaci6n en el ambito de la cultura despierta el entusiasmo entre quienes suponen que se aumenta y enriquece la difusién de ideas y valores universales, como también despierta temores entre aquellos que plan- tean que se produciria una erosién de lo nacional, de las identidades cultu- rales, tendiendo a desaparecer la articulacién entre lo nacional, lo interna- cional y lo transnacional*, A su vez, la globalizacién genera reacciones que afirman desesperadamente lo propio, el territorio, la tradicién, la no conta- minacién de las culturas™. A partir de lo anterior se desprenden dos posturas. Una plantea que la globalizacién cultural estaria produciendo una homogenizacién y estanda- rizacién en ese ambito, lo que conduciria a una pérdida de la identidad cul- tural, y en virtud de ello, se generarian reacciones y resistencias frente a tal proceso, como es el caso de los fundamentalismos ortodoxos, milenarismos, sectarismos y algunas expresiones agresivas de nacionalismos, entre otras. 33 La globalidad, por eu parte, hace referencia a que no hay ningtin pais ni grupo que pueda vivir al margen de los demas. Es decir, que las distintas formas econdmicas, culturales y politicas no dejan de entremezclarse y que las evidencias del modelo occidental se deben justificar de nuevo, Asi, sociedad mundial si tegradas en la politica del Estado nacional ni estan determinadas (ni son determinables) a través de ésta. Ver: Beck, op. cit,, p. 28. 34 La globalizacién, en cambio, se refiere a los procesos en virtud de los cuales los Estados nacionales tremezclan o ienhrican mediante actores transnacionales y sus respectivas probabilidades identidades y entramados varios. Ver: Beck, op. cit. p. 29. fica la totalidad de las relaciones sociales que no estén soberanos x de poder, orientacione: $5 Beck, op, cit 46 BernakMeza, Raul; “Los Procesos de Globalizacidn, Perspectivas y Riesgos para América Latina”, en: Revista Contrihuciones N° 3, Buenos Aires, 1998. tos de esta naturaleza podrian encontrarse en las regiones del Asia, en Africa c cidemtal. Ver: Briinner, José a, Santiago de Chile, 1998. 12, con sus rajors extendidas entre las culturas aborigenes ¥ 0 Joaquin, Globatizavion Cultural y Posmodcrnidad, Fondo de Cultura Econ 6 Growarizacion La segunda postura plantea, mds bien, que la globalizacin cultural estaria generando encuentros e interpenetraci6n cultural, lo que conduciria a nue- vas sintesis culturales que acentuarian el mestizaje cultural**. Intentaremos dilucidar —parcialmente- la disyuntiva anterior a partir de la perspectiva de la teoria cultural, que enfatiza la idea de que la globali- zacién cultural no significa que el mundo se haga mas homogéneo cultural- mente”. Seguin la tesis de la convergencia dela cultura global, se esta producien- do una paulatina universalizacién que unificaria modos de vida, simbolos culturales y modos de conducta transnacionales, Es decir, la industria de la cultura global implica cada vez mas la convergencia de simbolos culturales y formas de vida. En la medida que el planeta se integra al mercado mundial estaria sur- giendo un solo mundo, el mundo mercantil, en el cual las culturas y las iden- tidades se desarraigan, tendiendo a ser sustituidas por los simbolos mercan- tiles del disefio publicitario y las empresas multinacionales. En ello juegan un papel importante medios de comunicacién como la informatica, la tele- comunicacién y la television. Ahora bien, la tesis de la convergencia de los contenidos culturales y de Jas informaciones, resultante de la tendencia a la concentracién en los mer- cados de los medios de comunicacién mundiales, es cuestionada por la teo- ria cultural, al sefalar que la primera no toma en cuenta la dialéctica de la globalizacion. Es decir, la globalizacién implica cada vez mas la localizacién. La globalizacién no sélo significa deslocalizacién, sino que ademas pre- supone una relocalizacién. Por tanto, si las empresas producen globalmente, deben desarrollar relaciones locales, con lo cual lo global es sinénimo de lo transiocal. En sintesis, se puede decir que se da un renacimiento de lo local (no tradicionalista) cuando se translocalizan globalmente particularismos locales y, en este marco, se renuevan de manera conflictiva.. Lo local y lo global no se excluyen mutuamente pues lo local debe en- tenderse como un aspecto de Jo global. La globalizacién supone un acerca- miento y mutuo encuentro de las culturas locales, las que se redefinen mu- tuamente. Con esto, tanto las generalizaciones a nivel mundial, como la unificacién de instituciones, simbolos y modos de conducta no constituyen ninguna contradiccién con el énfasis y defensa de las culturas e identidades 88 Ander-igg, op. cit. 39 En esta perspec Urry, Ver: Beek, op. ei contramos autores como Robertson, Appadurai, Mibrow, Feathertone, Lash v tHay Pataia Que Derenver? 7 culturales. En consecuencia, la globalizacién no produce necesariamente ninguna unificacidn cultural 0 algo que se pueda parecer a una cultura glo- bal, Es mas, del entrarado global se aislan simbolos culturales y se tejen identidades de variada indole". Por ultimo, no cuesta mucho trabajo representarse e} mundo globali- zado como resquebrajado por los conflictos. La vision de la guerra de las culturas sigue bastante arraigada, pues la globalizacién significa también que en lugar de la comunidad local entra el conflicto -piénsese en la esci- sién del mundo que se produce mediante la exclusién de los sin poder ad- quisitivo, y tal vez también de Ia mayoria demografica del futuro". LA IDENTIDAD NACIONAL: iJAQUE DE LA GLOBALIZACION? La apertura de los paises al proceso de globalizaci6n (participacién de mercados globales, transnacionalizacién de tecnologias, comercializacién de n regional, entre otros) ha reduci- bienes culturales y procesos de integra do el papel de las culturas nacionales, disminuyendo la importancia de los referentes tradicionales de identidad’®. No obstante, ha surgido una respues- ta inmediata de la(s) sociedad(es) frente a la globalizacién a partir de la afir- macién de identidades de diferente tipo". La oposicién entre globalizacion e identidad esta dando forma a nues- tro mundo y a nuestras vidas. Hoy asistimos a diferentes expresiones de iden- tidad colectiva que desafian la globalizacién en nombre de la singularidad cultural y del control de la gente sobre sus vidas y sus entornos"*. La globalizacién ha reforzado las identidades culturales como princi- pio basico de organizacién social, seguridad personal y movilizacién politi- ca. En la actualidad las identidades religiosas, nacionales, territoriales, étni- cas y de género, se constituyen en principios fundamentales de autoidentifi- cacién, que marcan en forma decisiva la dinamica de las sociedades. Junto a tales identidades (comunitarias) surgen también identidades individuales en 4 Los mercados globales hacen indispensable elegir lo que se debe absorber, pero fa manera y modo de itivos sinbélicos para las la eleceién ide a nivel Incal 0 comunitario, para asegurar nuevos 4 Beek, op. cit #2 Canelini, Néstor, Consuinideres v Cindadanos, Conflictos Multiculturales de la Globalizacién, Editor rial Grijalbo, México, 1995, 48 Garretdn, op. cit., 1997. 4 Castells, op. cit B Grosaiizacton torno a un proyecto personal o principio electivo!’, Estas tiltimas son mas importantes en aquellos sectores sociales o sociedades en que las identida- des comunitarias no logran desarrollarse con la suficiente fuerza‘”. El proceso de construccién social de identidades colectivas” estaria marcado por las relaciones de poder, lo que da origen a tres formas distintas de identidad colectiva: la identidad legitimadora”, la identidad de resisten- cia" y la identidad proyecto”. Las identidades de resistencia pueden transformarse en identidades proyecto y, con el transcurrir de la historia, convertirse en identidades legitimadoras para racionalizar su dominio. Asif, “la dindmica de las identi- dades a lo largo de esta secuencia muestra que, desde el punto de vista de la teoria social, ninguna identidad puede ser una esencia y ninguna identidad tiene, per se, un valor progresista 0 regresivo fuera de su contexto histéri- co”! Por su parte, cada tipo de construccién de identidad conduciria a un resultado diferente en la constitucién de la sociedad™. 5 Un ejemplo de relativa importancia es ta identidad familiar 0 individualismo familiar. ¥ Castells, Manuel, Globalizacién. Identidad y Estado en América Latina, Ministerio $ de la Presidencia, PNUD, Santiago de Chile, 1999. #7 Desde una perspectiva suciobigica, identidad “es el proceso poor el eual onjunto articulade de ateibutos cultural etaria General actores sociales ¢ truyen ‘) cleentido de eu accidn, atendiendo a un atributo cultural (0 al que se da prioridad sobre otras fuentes posibles de sentido de ta aceidn”. Ver: Ubidean, p. 4. 48 La identidad legitimadora es introducida por las instituciones dom i iacidn frente a los actores sociales, antes de la sociedad para extender # La identidad de resistence ciones devaluadas 0 est resistencia y supervivencia a partir de principios diferentes y opuestos a los que it nes de la sociedad, ida por aquellos actores que se encuentran en posiciones/condi- atizadas por la Iogica de domninacidn, por lo que construyen trincheras de ppregnan las institucion 50 La identidad proyecto es generada cuando los actores sociales, basdndose en los materiales culturales ¢ su posicién en la sociedad y, al hacerlo, de que disponen, conatruyen una nueva identidad que defi buscan Ja transformacién de toda la estructura social. 5 Castells, op. cit., p. 30, 1998. 52 Las identidades legi dad sociales estructurados y organizados) que reprodueiria, a veres de manera contflictiva, la identidad que ituciones v actores imadoras generarian una so vil (organizaciones « racionaliza las fuentes de dominacién estructural. » comunidades, formas de resis: tencia coleetiva contra la opresién, siendo probablemente el tipo mis importante de identidad en nuestra sociedad. El navionalismo basado en la etnicidad, el fundam comunidades territoriales, la autoafirmac plos de cidn de identidad defensiva en los términos de las juicio de valor mientras xe refuerza la frontcra entre estas identidades excluidas/excluyentes. ‘rian a la formacién de nnunas Las identidades de resistencia condi nstruccién de alismo rcligioso, las nacionalista, son algunos ej mas de construc nstituciones/ideologias dominantes, invirtiendo el lective mediante tipo de id iedad. 1.a afirmaciss Las identidades proye os, cs decir, un actor social que los individuos alcanzan wn sentido holistico de su experi entidad es un proyecto de vida diferente que se expande hacia la transformacién de la de una sociedad postpatriarcal o la reconciliaeién de todos los seres humanos como ereventes en las sucieda- instituyen do (0 producirian idm de cia, La constr des ateas, < ejemplos al respecto. Hay Patria Que Derenver? = 9 Ahora bien, de todas las identidades colectivas que hoy comparten los seres humanos, probablemente la Identidad Nacional es la mas impor- tante e inclusiva. Los otros tipos de identidad colectiva —de clase, género, raza, religin, entre otros pueden solaparse o mezclarse con la Identidad Nacional, pero es poco probable que logren efectivamente desplazar total- mente a la Identidad Nacional, que ocupa un cierto lugar de preeminen- cia. Esto ultimo se relaciona con la omnipresencia de la Identidad Nacio- nal, es decir, su capacidad de impregnar la vida de los individuos y de las comunidades en numerosas esferas de actividad. Al respecto, ella posee di- mensiones culturales, sociales, politicas y, ademas. es de gran complejidad y variedad™, En la dimensién cultural, la Identidad Nacional se manifiesta en toda una gama de suposiciones y mitos, valores y recuerdos, asi como en la len. gua, el derecho, las instituciones y las ceremonias. En la dimensié6n social, el vinculo nacional configura la comunidad, la que tiene una mayor capacidad de inclusién y en cuyo seno se producen habitualmente el intercambio social y el limite para distinguir a los foraste- ros de sus miembros. En la dimensién politica, la Identidad Nacional no sdlo determina la composicién del funcionamiento del régimen, sino que también legitima, y a veces influye, en los objetivos politicos y las medidas administrativas que regulan la vida cotidiana de todos los ciudadanos. A su vez, se ha convertido en la unica fuente reconocida de legitimidad internacional, de validez de un sistema de Estados en prdcticamente todo el mundo. A ello se suma su gran complejidad y variedad. La Identidad Nacional es un constructo abstracto y multidimensional que afecta a una gran cantidad de Ambitos de la vida, y manifiesta numerosas permutaciones y combinaciones (ex- presadas, por ejemplo, en el comunismo chino, los movimientos anticomunistas de Europa oriental de 1989 y las demandas de comunidades étnicas). Adicionalmente, la Identidad Nacional desempeja ciertas funciones externas™, territoriales, econdémicas y politicas, y ciertas funciones inter- 58 Smith, op. cit. 34 Asi, es posible distinguir entre las funciones externas, que las naciones definen en un espacio social concreto, en cuyo marco han de vivir y trabajar sus miembros, y demarcan un territorio histérien que a comunidad en el espacio y en el tiempo. ondmicamonte, las naciomes se responsabilizan del nte, la Mdentidad Nacional refuerza al Estado dando las naciones carecen de Estado prapiv, pero particularmente sitiaan Titorie, Politica a suk control de los reeursos de inetitaciones, o a sus eqnivalentes otorgan legitimidad a los derechos y deberes legales c nes contemplados en las instituciones legales. 10 Grosauizacion 56 nas® que atafien a los individuos de la comunidad, como su socializacién™. No obstante lo anterior, Ja Identidad Nacional aparece cuestionada por los embates de la globalizacién, entre los cuales es posible mencionar el im- pacto cada vez mayor del mercado mundial sobre el consumo individual y los estilos de vida, con lo que los modelos de consume se hacen mas pareci- dos en todas partes; el que la gente se defina cada vez mas en términos de grupos y comunidades que pueden ser tanto subnacionales como suprana- cionales; y, por ultimo, que el Estado-Nacién, como locus de la toma de deci- siones politicas, se ha visto sustituido en cierta medida por érganos regiona- les y supranacionales de gobierno”. Si bien los argumentos anteriores parecen ser razonables, no son lo suficientemente consistentes como para poner en cuestién de un modo radi- cal la Identidad Nacional. Esto, segun Miller, por tres razones. En primer lugar, apostar a la homogenizacién cultural a partir de la convergencia de los modelos de consumo, en modo alguno indica la convergencia en la iden- tidad politica. Si la convergencia cultural fuera suficiente para borrar las diferencias nacionales, no existirian el problema quebequés ni el problema bosnio. En segundo lugar, resulta exagerada la afirmacién de la fragmentacion cultural a partir de que la gente tiene en forma creciente identidades multi- ples, tanto subnacionales como supranacionales, con lo que tiende a dismi- nuir la importancia de las identidades nacionales. Las sociedades se frag- mentan culturalmente en muchas direcciones, pero en general, las lineas de fractura no son lo suficientemente profundas como para impedir que la gen- te comparta una Identidad Nacional que apuntale sus instituciones politicas. En tercer lugar, resulta discutible la afirmacién de que las institucio- nes nacionales y el Estado-Nacién estarian en decadencia en pro de un go- bierno supranacional. Quizds a lo que realmente estemos asistiendo es al surgimiento de nuevas nacionalidades, como la europea, de modo que las identidades nacionales coexistirian a niveles diferentes —la gente se sentiria francesa o alemana en un nivel, y europea en otro, 55 Entre las funciones internas de la identidad Nacional, esta la socializacidn de sus miembros para que lleguen a ser ciudadanos y naturales de la Nacién, Establece un vinculo sacial entse individuos y clases, hasado en los valo compartidos. Y, por iltimo, la Identidad Nacional supone un medio efiean de di dividuos en ef mundo, a través del marco eultueal que la caructeriza, % Smith, op. eit 5 Miller, op. eit 58 fbidem. Hay Patria Que De Por otra parte, el mundo moderno genera tales incertidumbres, frustra- ciones y lesiones en la individualidad, que la conciencia de ser arrancado sin remedio por el flujo fugitivo de la historia se ha incrementado hasta tal pun- to que la Identidad Nacional continua fijando las necesidades de afirmacién y de seguridad, como una cierta reconciliacidn con el tiempo y su espacio”. Para una mayor comprensién acerca del debate en esta materia, resul- ta apropiado hacer algunas precisiones en torno a las perspectivas de la Iden- tidad Nacional, pues el que se atienda a una u otra determinara nuestra vision al respecto. Segun Smith, existen dos aproximaciones-conceptuales en torno a la Identidad Nacional: un modelo civico occidental y otro étnico no-occiden- tal®, El primero reconoce como componentes un territorio histérico, una comunidad politico-legal de sus integrantes, una ideologia y cultura civicas colectivas. En tanto, los componentes del segundo son Ila comunidad de na- cimiento, el linaje y la cultura nativa®. En el trasfondo de los modelos riva- les —sefiala— hay ciertas creencias compartidas sobre lo que constituye una Nacién, lo que permite enumerar las principales caracteristicas de la Identi- dad Nacional: un territorio hist6rico, 0 patria: recuerdos histéricos y mitos colectivos; una cultura de masas publica y comin para todos; derechos y deberes legales para todos los miembros; y una economia unificada que per- mite la movilidad territorial de los miembros. Por su parte, Miller distingue cinco elementos que forman la Identi- dad Nacional y que la diferencian de otras fuentes colectivas de identidad personal. Las comunidades nacionales estan constituidas por creencias, asi sus miembros pueden reconocerse como compatriotas y hay una cierta reci- procidad de compromisos; es una identidad que encarna una continuidad histérica, es decir, se extiende hacia el pasado y se proyecta hacia el futuro; es una identidad activa, pues las naciones son comunidades que hacen cosas en comun, toman decisiones, logran resultados; la Identidad Nacional co- necta a un grupo de personas con un espacio geografico particular; y, final- mente, la Identidad Nacional involucra un sentido de pertenencia a partir de las caracteristicas compartidas, es decir, una cultura publica distintiva 59 Morin, Edgar; Sociolog/a, Editorial Tecnos, Madrid, 1995, pp. 151 y ss.. © A partir de que se desarrollé un madelo de Nacién muy distinta at mundo occidental, principalmente en Europa oriental y en Asia 91 En todos los nacionalisinos hay elementos vivicos y étnicos en diversos gradns y formas: a veres predy- minan los elementos civieos y territoriales, y en otros casos cobran mayor importancia los componentes étnicos y verniculos, 12 Groparizacién que sirve para distinguir la nacionalidad de otras formas de identidad per- sonal. Ahora bien, el problema estriba en el hecho de que la Identidad Nacio- nal es algo en su mayor parte elegido y adquirido de forma no reflexiva. Esto reviste cierta importancia puesto que las identidades validas serian aquellas que son elegidas libremente. Por tanto, la Identidad Nacional no es una cues- tidn de eleccin para la gran mayoria de las personas. No obstante, las identidades nacionales existen y seguiran existiendo (otro tema es su densidad). Siguiendo a Miller. la Identidad Nacional puede ser parte de la identidad de alguien y las identidades nacionales pertenecen aun grupo nacional. Este en virtud de que, por una parte, las Naciones existen realmente, y, por otra, que hacer de nuestra nacionalidad una parte esencial de nuestra identidad no es algo racionalmente indefendible. A partir de las aproximaciones realizadas, queda de manifiesto tanto el caracter abstracto y complejo de la Identidad Nacional como su cardcter esen- cialmente multidimensional y, en consecuencia, la imposibilidad de redu- cirla a s6lo uno de sus componentes o dimensiones. Una perspectiva diferente que permite complementar las anteriores, y que a nuestro juicio ofrece mayores posibilidades de comprensién del tema, es la presentada por Larrain, quien distingue tres concepciones alternativas de la Identidad Nacional: la constructivista, la esencialista y la hist6rico-es- tructural™. En la concepcién constructivista se concede una importancia clave al discurso. En tal sentido no serian los sujetos quienes crearian los discursos, sino mas bien los discursos crearjan sujetos. En tal vision se concibe a la Identidad Nacional como construida desde arriba, en la esfera publica, des- cuidando las formas populares y privadas. Supone indebidamente que exis te una correspondencia entre el discurso ptiblico y las vivencias de las perso- nas. En la concepcién esencialista, la Identidad Nacional es un hecho aca- bado, un conjunto ya establecido de experiencias comunes y de valores fun- damentales compartidos que se constituyé en el pasado, como una esencia, de una vez para siempr En la concepcién hist6rico-estructural, la Identidad Nacional es algo en permanente construccion y reconstruccién dentro de nuevos contextos y situaciones hist6ricas. Asi, nunca puede afirmarse que esta resuelta 0 cons- Mudternidlad, Razén ¢ fdentidad en América Latina, Ealitocial Andrés Bello, Santiago 1996, p. 2H vss ‘Hay Pataia Que Derenver? 13 tituida definitivamente como un conjunto fijo de cualidades, valores y expe- riencias comunes, Ahora bien, dado que la globalizacién afecta a la Identidad Nacional porque pone a individuos, grupos y naciones en contacto con nuevos “otros” en relaci6n con los cuales pueden redefinirse a si mismos, y porque las gran- des transformaciones sociales que ésta implica tienden a desarraigar las iden- tidades culturales y alterar las categorias con las cuales los sujetos construian su identidad, algunos sectores piensan que ella, especialmente en su dimen- sién cultural, esté amenazando las identidades nacionales“. Sin embargo, ;qué tan clara es la linea divisoria entre lo realmente propio y lo ajeno?, mds atin cuando muchos de los elementos que hoy consi- deramos nuestros, en algun momento fueron extranjeros —por ejemplo, la lengua espaiiola y la Iglesia Catélica—. Por tanto, no todos los elementos que han constituido nuestra Identidad Nacional en el pasado son necesariamen- te buenos y aceptables para e] futuro —menos aun inmodificables—. De lo que se trata, mas bien, “es de tomar los aportes universales de otras culturas para transformarlos y adaptarlos desde la propia cultura, llegando asf a nue- vas sintesis”™, En consecuencia, por un lado es posible sostener que la Identidad Na- cional se ha ido perdiendo frente al impacto de la globalizacién y, por otro, se puede afirmar que la identidad se ha ido reconstituyendo en un sentido diferente. La posicién que tomemos al respecto dependera del concepto de identidad que tengamos. Un matiz interesante al respecto, a esta altura casi obvio, es que si bien hay muchas identidades y es posible que coexistan unas en otras, no pueden fusionarse sin perder algunos aspectos constitutivos de su identidad como formas de vida diferenciadas. Las formas de vida o las formas culturales co- munes a las que adscriben los seres humanos y de cuya pertenencia derivan sus identidades, implican tanto una pluralidad inherente como una mutua exclusividad®. Por otra parte, nos recuerda Canclini, en este tiempo de glo- balizacién es mds evidente la constitucién hibrida de las identidades étnicas y nacionales, la interdependencia asimétrica, desigual, pero insoslayable, en medio de la cual deben defenderse los derechos de cada grupo”. 68 Larrain, tbatiez; “Aproximacidp Soeiatdgica al Proceso de Clobalizacién en América Latina”, en: Me- morial del Ejército de Chile N° 458, Santiago de Chile, 1998, 4 Larrain, Ihatiez: “Chilenidad: ;Pérdida 0 Cambio?”, en: Revista Mensaje N° 30, Santiago de Chile, 1997, p. 61. 4 Gray, John; Isaiah Berlin, Ediciones Alfons el Magnamin, Valencia, 1996. Canclini, op. cit. 14 Growatizacion Finalmente, si bien se vislumbra una creciente disyuntiva entre presio- nes de las identidades nacionales y la globalizacién, no esta en modo alguno claro cual sera su resultado, “Es tan improbable que emerja una cultura global como que las identidades nacionales se mantengan inalteradas a pe- sar de su inmersién en estructuras de comunicacién abarcantes”™”. LA IDENTIDAD NACIONAL: ENTRE EL NACGIONALISMO Y EL MULTICULTURALISMO Actualmente se debilita el modelo ideal de sociedad nacional, por lo que se tiende a hablar de multiculturalismo. Esta se habria debilitado en parte porque se transformé en nacionalismo agresivo para defenderse con- tra la globalizacién de la economia y por resistencia de las identidades parti- culares frente al proceso. Sin embargo, a pesar de su progresivo debilitamiento, nuestro mundo sigue siendo de Estados-Nacién. En su interior conviven, muchas veces, dis- tintos grupos étnicos y nacionalidades, cada uno con su propia identidad™. A su vez, el nacionalismo"”, que se identifica fundamentalmente a par- tir de un sentimiento comtin de unién que separa el “nosotros” del “ellos”, ha demostrado ser uno de los vinculos ideolégicos ms resistentes que unen alos seres humanos en comunidades politicas separadas™. Desde la Revolucién Francesa a la fecha, han acontecido tres oleadas de nacionalismo en el mundo y actualmente asistimos a la cuarta. Esta nue- va manifestacién bien puede denominarse “etnonacionalismo”, ya que re- presenta una cierta continuidad con los movimientos nacionalistas anterio- res y articula las demandas de distintos grupos étnicos que viven en un Estado, para que puedan emanciparse afirmando su identidad e intentando traducirla en autonomia y soberania politica. Esta ultima oleada de nacio- nalismo, no necesariamente la ultima, se vincula a la ruptura de la Unién Soviética y Yugoslavia. Con ello, los movimientos etnonacionalistas se ex- © Held, Davie La Democracia y el Orden Global, Paids, Barcelona, 1997, p. 159. dad” denota una identidad una organizacién politica 64 AL respecto, conviene precisar, para evitar confusiones, que la *naci stado” es Guniea y cultural, basada cn valores comunes. En tanto, ol ‘nado, Por ello, Zstado-Nacidn, a sobre un puchlo dade dentro de un territorin detern detenta y ejercita el poder supre n Estado puede, eventualmente, incluir distintas nacionalidades, En conseeuencia, wn erencia de una nac lad y de-un Estado, es a Ja vez una Nacién y un Estado, * EL nacionalismo es una ideologia politica que se desarrollé en Europa en la iltima parte del siglo XVU y durante el XIX, Luege de la Segunda Guerra Mundial se extendid al Mundo ya América Latina Mareridis. 1 1998, Wy Hulling, Mark, Las ideologies Politicas Comemporiineas, Nlianza Editorial, Madvid, Hay Patria Que Derenver? 15 tienden por Europa del Este, la ex Unién Soviética, Espafia y, en general, por todo el mundo”. El resurgimiento del nacionalismo, expresado tanto en el desafio a los Estados-Nacion como a la extensa (re)construccién de identidad atendiendo ala nacionalidad, ha sorprendido a quienes sostienen la desaparicién del nacionalismo en virtud de la globalizacién de la economia y la internacio- nalizacién de las instituciones politicas; el universalismo de una cultura en buena parte compartida; y el cuestionamiento al concepto mismo de nacio- nes, al considerarlas como meras comunidades imaginarias. Dicha tendencia hay que entenderla mas bien, en la opinién de Castells, apartir del hecho de que el nacionalismo y las Naciones tienen vida propia, independientemente de la condicién de Estado, si bien incorporada en cons- trucciones culturales y proyectos politicos. La explosién de los nacionalis- mos, ya sea deconstruyendo Estados multinacionales como entidades plu- rinacionales, no esta asociada a la formacién de los Estados modernos; antes bien, el nacionalismo parece promover la constitucién de cuasi-Estados (federalismo avanzado o multilateralismo internacional)”. El nacionalismo cultural, afirma Touraine, no seria tan poderoso si no se presentara desde hace un siglo como una respuesta a la globalizacién. En el extremo opuesto de las ilusiones universalistas que imaginan una uni- ficacién del mundo por la racionalizacién, vivimos la disociacion (y la mez- cla) de la cultura de masas y la obsesién identitaria. Por otro lado, un rela- tivismo cultural extremo, nos mueve a ambicionar la separacién de las culturas definidas por su particularidad, y por lo tanto, hacia la construc- cién de sociedades homogéneas, con Ia consiguiente discriminacién y vio- lencia, producto de tratar como inferiores a quienes se alejan del modelo dominante®. Por tante, podemos decir que nos movemos desde un nacionalismo conservador a un multiculturalismo radical. Ambos, sin embargo, serian los momentos extremos de] movimiento pendular identitario, En el nacionalismo conservador, las identidades nacionales son dadas por el pasado. Ellas serian las identidades colectivas mas importantes para las personas siendo, por tanto, fundamental para la estabilidad del Estado que se protejan contra la subversién y que sean transmitidas a los futuros nuevos ciudadanos. Asi también, la Identidad Nacional implica de forma 7 thidem. 72 Castells, op, cit., 1998, *3 Touraine, Alain; ;Podremos Vivir Juntos?, Fondo de Cultura Econémica, Argentina, 1997. 16 Gropatizacion integral lealtad a la autoridad, en particular, frente a las demandas de la nacionalidad en caso de conflicto. En el multiculturalismo radical, el Estado ha de reconocer y dejar que se expresen los diferentes tipos de identidades —de género, étnicas, religio- sas, locales— como expresiones de la diferencia individual. En cambio, la Identidad Nacional es vista de manera sospechosa por cuanto puede ser sus- ceptible de manipulacién politica y no deberia tener una preponderancia especial sobre el resto de las identidades. Frente a tales posturas (por cierto extremas, pero utiles), adscribimos a Ja visién de Miller, quien ataca tanto la idea de que las identidades naciona- les deban evaporarse de modo que las personas sean sélo portadoras de iden- tidades especificas de grupo; como la idea de la nacionalidad vista en la for- ma de una identidad colectiva que ha de imponerse de forma autoritaria sobre las minorias disidentes. En cambio, propone que en las sociedades multiculturales coexistan las identidades de grupo y las nacionales. En este contexto, el desafio consiste en desarrollar formulaciones de ambas que sean consonantes unas con otras. Los individuos deben ser capaces de de- sarrollar y expresar los diferentes tipos de identidades y a la vez poder to- mar parte del debate colectivo de lo que significa ser miembro de la Na- cién. Ello en un plano de igualdad en el marco de la discusién politica sobre estos temas, que, aun cuando no és el unico espacio posible, es el mas importante”. Sin embargo, ;c6mo podemos construir una identidad comtn en un pais donde la gente no sélo pertenece a comunidades politicas distintas, sino que lo hace de diferentes maneras, pues algunos se incorporan como indivi- duos y otros a través de la pertenencia comunitaria? Taylor llama a este fend- meno diversidad profunda e insiste en que su respeto es una formula necesa- ria para evitar que el Estado multinacional se desintegre. Pero admite que queda abierta la duda respecto de qué mantiene unido a un Estado de este tipo’, La conciencia de Identidad Nacional es necesaria para evitar la ruptu- ra entre globalizacién econémica y fragmentacién cultural, cuya unidad no puede ser impuesta por una tradicién ni por la economia globalizada, sino por una democracia que combine la solidaridad con el respeto de los dere- chos civicos, sociales y culturales de cada individuo. 74 Miller, op. cit. 78 Kymlicka, Will y Norman, Wayne; “El Retorno del Ciudadano. Una Reviaién de la Produccidn Reciente en la Teoria de la Ciudadania”, en: Le Politica, Revista de Estudios Sobre el Estado y la Sociedad N° 3, Paidés, Barcelona, 1997, p. 33. tHay Parga Que Darancan? 17 Por tanto, se puede afirmar que el problema de la identidad resulta del hecho de que todos los paises democraticos tienen necesidad de una identi- dad comun. Esto significa que los ciudadanos se reconozcan como miem- bros de un mismo grupo, vinculados con sus conciudadanos en un mismo proyecto, que no incluye necesariamente a los otros seres humanos pero que a ellos los convoca en la unidad. Un proyecto democratico sélo puede tener éxito en la medida que Jas personas lo hagan suyo y se sientan parte de una iniciativa comin”. Seguin Taylor toda comunidad necesita de una base de unidad donde las personas pueden sentirse aunadas a un mismo proyecto. Asi también, es un hecho moderno que las identidades se negocien por medio del reconoci- miento de las otras”. En diversos aspectos, la politica contempordnea gira en tornoa la nece- sidad del reconocimiento. Ello se expresa de diversas maneras en la politica actual, a partir de los grupos minoritarios 0 subalternos, en ciertas formas de feminismo y en lo que se conoce como la politica del multiculturalismo. La exigencia se torna fundamental en la medida que existe una conexién entre reconocimiento e identidad. Esta ultima designa la comprensién de quiénes somos y de dénde venimos. Asi, nuestra identidad estaria parcial- mente moldeada por el reconocimiento 0 por su ausencia. La definimos a partir de un didlogo, y a veces lucha, con lo que nuestros otros significativos quieren ver en nosotros”. La importancia del reconocimiento es hoy universalmente aceptada tanto en el plano intimo como en el social. En el primero, podemos ver hasta qué punto una identidad original necesita ser, y de hecho es, vulnerable al reconocimiento que le otorgan o no los otros significativos. En el plano so- cial, la comprensién de que la identidad se forma en didlogo abierto, no determinado por un esquema predefinido socialmente, ha hecho que la po- litica del reconocimiento igualitario ocupe un lugar mds central y de mas peso”, Por tanto, la unidad que necesita un pais democratico debe ser signifi- cativa para sus miembros y no puede tratarse de un principio definido de una vez y para siempre. En Europa los embates del nacionalismo plantearon Taylor, Charles; “La Politica del Reconocimiento”, en: Taylor, Charles: Argumentos Filosoficas, Paidés, Barcelona, 1997). idem ; 78 Taylor, Charles; {Qué principios de Identidad Colectiva? en: La Politica, Revista de Estudios Sobre el Estado y le Sociedad N° 3, Paidés, Barcelona, 1997b. 9 Ihidem, 18 Guomacizacion la pregunta acerca de los limites de la Identidad Nacional en sentido fuerte y crearon la necesidad de investigar otros principios de unidad, como el pa- triotismo constitucional. Sin embargo, en otras partes del mundo ello no ocurre necesariamente asi, ya que el principio de unidad en gestacién esta- r4 indefectiblemente marcado por la experiencia histérica®. Finalmente, “sin el reconocimiento de la diversidad de las culturas, la idea de recomposicién del mundo correria el riesgo de caer en la trampa de un nuevo universalismo y hundirse en el suefio de la transparencia. Pero sin esta biisqueda de recomposicién, la diversidad cultural no puede llevar mas que a la guerra de las culturas”®', DEL RESURGIMIENTO DE LAS IDENTIDADES Y LAS POSIBILIDADES DE CONFLICTO: ALGUNOS ALCANCES Nuestro mundo actual se encuentra emplazado por conflictos mds ra- dicales que en la etapa de industrializacién, marcada por los conflictos de clases; ahora éstos tienen un caracter cultural y llevan a enfatizar las dife- rencias y a rechazar al “otro”. Ciertamente que las fuentes de conflicto hoy latentes en el mundo, re- conocen aspectos mas amplios y complejos que el enunciado. No obstante, con el término de la Guerra Fria se han intensificado y extendido las con- frontaciones de orden étnico, nacionalista y cultural, con lo que el tema de la(s) identidad(es) comienza a situarse en un primer plano. En el mundo de hoy, sostiene Huntington, la identidad cultural es el factor fundamental que determina las asociaciones y antagonismos de un pais. Asi, cada Estado debe tener claridad respecto de su identidad cultural, pues ello no s6lo define su lugar en la politica global, sino que también a sus amigos y enemigos. Es decir, una mayor coincidencia cultural facilita la co- operaci6n y la cohesién, mientras las diferencias culturales promueven las escisiones y los conflictos™. La afirmacién anterior se fundamenta, entre otras, en las siguientes razones: la identificacién cultural esta aumentando su importancia por so- bre las otras dimensiones de la identidad, con lo cual los conflictos cultura- les son cada vez mas importantes; los avances en materia de transportes y % Taylor. op. cit.. 1997a, 81 Touraine, op. cit, p. 187 , 1997. + ®& Huntington, Samuel; EY Choque de Civilizaciones y la Reconfiguracién del Orden Mundial, Paidés, Buenos Aires, 1997. ‘tHay Parasia Que Durenoen? 19 comunicaciones han generado interacciones mas frecuentes entre las dife- rentes culturas, de modo que las identidades son més relevantes, lo que ge nera una mayor conciencia de las diferencias y de la necesidad de proteger lo que distingue a “uno” respecto del “otro”; y, tras la Guerra Fria, han sur- gido nuevas modalidades de conflicto entre grupos de diferentes culturas y, a su vez, nuevas formas de asociacién entre distintos paises de culturas simi lares (particularmente en la integracién econémica)*”. En virtud de lo anterior, en el futuro los conflictos mas generalizados, importantes y peligrosos seran los que se produzcan entre pueblos de dife- rentes culturas; en un sentido mas amplio, entre civilizaciones®. En sinte- sis, su tesis central es que la cultura y las identidades culturales estan confi- gurando las pautas de cohesi6n, desintegracién y conflicto en el mundo de la postguerra fria®®, La importancia otorgada a la cultura y las identidades culturales, en el marco de las posibilidades de conflicto, nos parece de suma importancia, més atin cuando la fuerte presencia de las Naciones y el poder de la Identi- dad Nacional en todo el mundo entrafia el riesgo de la desestabilizacién de un frdgil sistema de seguridad global, la proliferacién y la exacerbacién de los conflictos étnicos en todas partes, la persecuci6n de minorias en la bus- queda de una mayor homogeneidad nacional, y la justificacién del terror, el etnocidio y el genocidio a una escala inconcebible en épocas anteriores. El conflicto de los Balcanes puede ser una buena ilustracién al respec- to. Pero, mas alld de las particularidades del caso, lo interesante es que se 83 Ibidein, 81 Huntington identifica en el mundo postguerra fria siete u ocho grandes civilizaciones: la occidental, la confuciana, la japonesa, la islimica, la hindd, la eslavo-ortodoxa, la latinoamericana y posiblemente l2 africana, afadiendo que las lineas de fractura entre civilizaciones constituirdn las lineas de fractura en el futuro, No obstante, el conflicto dominante seré entre Occidente y el resto de las civilizaciones, Ver: Huntington, op. ci 85 Una idea andloga a la de Huntington es la desarrollada por Galtung. Este sostiene que el mundo postguerra fria pudiera bien ser ut mundo heptapolar, con siete paises hegeindnicos. Los Estados Unidos en el hemisferio accidental y Oriente Medio, con aspiraciones de ser pais hegeménico entre los hegerndnicos; la Comunidad Europea, con Europa y su area de influencia en el Pacifico, el Caribe y Africa, que encuentra su identidad judeocristiana y romanogerménica, intentando convertirse en una unién sobre la colisién histérica con los rusos y los turcos; Rusia en la ex Unién Soviética, quiads algunas partes de Europa Oriental, que encuentra su identidad ortodoxa y eslava; Turquéa sobre si misma, pero con cierta presién en todas las direcciones, que encuentra su identidad islimica; La India, sobre # mis ‘ma, pero con cierta presién en todas direcciones, que encuentra su identidad hindi; China, sobre si mnisina, taoista-budista-confuciana, capitalista; y, Japén, shinto-budista-confuciana, con un concepto nue. vo de dai to a, Sin embargo, un sistema multipolar, nos aclara Galtung, e# inuy dificil de mantene cequilibsio y ta tendencia normal serd a restablecer en breve la bipolaridad. Ver: Galtung, Johan; Inves gaciones Tedricas, Teonos, Madrid, 1995, pp. 271-291. 8 Smith, op. cit. 20 Growavizacion introducen en la agenda mundial del préximo siglo temas como el conflicto étnico y la busqueda de identidades culturales. Todo ello hace pensar que la universalidad tiene su contraparte en la particularidad. Al parecer, hoy asis- timos a la busqueda de nuevas identidades en todo el mundo y al renacer de las identidades locales resituadas en el mundo globalizado. Mientras mas fuertes son los procesos de globalizacién, con més violencia se producen los procesos autoidentificatorios*”. Por otra parte, segin Touraine, nunca antes los conflictos fueron tan globales. Estos se articulan por un lado, en la afirmacién de hegemonia de Occidente, que se considera universalista, destruyendo culturas, naciones, es- pecies animales o vegetales, y por otro, un antieuropeismo que tiende a un diferencialismo agresivo, alimentado de racismo y odio. Agrega, “el siglo que comienza estara dominado por la cuesti6n nacional, asi como el siglo XIX lo estuvo por la cuestién social (...) En todas partes del mundo es visible el desga- rramiento entre un universalismo arrogante y un particularismo agresivo”™. Ejemplo de lo anterior son, en las ultimas dos décadas del siglo XX, las recurrentes tensiones internacionales producto del auge del fundamenta- lismo islamico, entendido como un proceso de oposicién a la modernizacién occidental y su cultura”. Dicho ejemplo es clarificador, ya que nos permite introducir la idea de una nueva variante en las modalidades del conflicto para el préximo siglo. El peligro en el futuro, segtin Toffler, radicara, de manera cada vez mas cre- ciente, en una multitud de amenazas auténomas. Las luchas separatistas, la violencia étnica y religiosa, los golpes de Estado, disputas fronterizas, tras- tornos civiles y ataques terroristas constituyen algunos ejemplos de éstas”’. “No deja de ser sorprendente el hecho de que aproximadamente una tercera parte de los actuales miembros de la ONU esté amenazado por significativos . Desde Birmania con sus masas de fugitivos musulmanes y sus rebeldes armados Karen, hasta movimientos rebeldes, disidentes o gobiernos en el exili Mali, donde la tribu tuareng reclama la independencia; de Azerbaiyan a 87 Bengoa, José; La Comunidad Perdida. Ensayos Sobre Identidad y Cultura, FLACSO-Ediciones Sur, Santiago de Chile, 1996. 88 Tuuraine, Alain; Critica de la Modernidad (Cuarta Reisnpresisn), Fondo de Cultura Econdmica, Argen- tina, 1998. p. 316. ® Ministerio de Defensa Nacional; Libro de la Defensa Nacional de Chile, lunprenta de la Arinada, Santiago de Chile, sin fecha % Familias de ta mafia, fieles del culto davidiano, gruptisculos arquetrostskistas, inaoistas de Sendero Luminoso, cabecillas somalies o del sudeste asistico, nazis serhios e incluso, quizds, individuas aistados podrian extorsionar naciones enteras ~gracias al desarrollo de tecnologia bélica de avanzada, UMay PaTRIA Que Derenpen? 21 Zaire, los Estados nacionales se enfrentan con el tribalismo prenacional, aun- que en sus consignas se aluda a veces a la nacionalidad” “'. Es més, la democratizacién y privatizacién de los medios de destruc- cién han transformado las perspectivas de conflicto y violencia en cualquier parte del mundo. Ahora resulta posible que pequefios grupos de disidentes, politicos o de cualquier otro tipo, puedan crear problemas y destruccién en cualquier parte del mundo”. Lo relevante aqui es que las guerras localizadas pasan a ser el punto de conflicto porque pueden transformarse en impredecibles, en tanto poten- cias subalternas de tinte regional pueden poner en cuestionamiento los acuer- dos internacionales més inclusivos. A su vez, los brotes de violencia pueden desencadenar guerras generalizadas”. El peligro global de guerra no ha des aparecido, sélo ha cambiado™. Sin embargo, para comprender mejor la estructura actual de poder a nivel mundial, es necesario distinguir, respecto de la presencia de tenden- -cias homogeneizadoras y diferenciadoras, la problematica de la Identidad Nacional y de los comportamientos sociales en dreas de disputa® en donde el problema de la Identidad Nacional incluiria parte importante de los con- flictos hoy existentes””*”. Finalmente, cabe tener presente, como sefiala Laidi, que en el mundo de la postguerra fria, el problema central de la guerra no se plantearé tanto % Toffler, Alvin y Toffler Heidi; Las Guerras del Futuro, Plaza & Janes Editores, Barcelona, 1994, pp. 336337, 92 Hobsbawm, Eric; Historia del Siglo XX. Critica, Buenos Aires, 1998, pp. 551-576 93 Burkum, Mario; “La Globalizacién en el Ordenamiento de las Relaciones de Poder Internacional”, en. Rapoport, Mario (Editor), Globalizacién, Integracién e Identidad Nacional, Grupo Editor Latinoamerica- no. Buenos Aires. 1994. 94 Segiin Hobsbawin, desde los afios ochenta en adelante, quedé demostrado que las guerras no tenian nada que ver con la confrontacién entre las potencias mundiales. Esto ae pone de inanifiesto en el contflic- to anglo-argentino de 1982 y en el de Iran-Trak, de 1980 2 1998; el mayor ntiinero de operaciones res en Europa, Asia y Africa (como ocurrié en Liberia, Angola, Sudan, el Cuerno de Africa, la antigua Yugoslavia, Moldavia, en varios paises del Céucaso y la zona transcaucésica, el Medio Oriente, la antigua Asia central sovidtica y en Afganistan); y el conflicto de los Balcanes. Ver: Hobsbawin, op. cit. 98 En particular, segxin Burkum, expresiones como el fundamentalismo étnico pueden llegar hasta los enfrentamientos bélicos. 96 Burkum, op. cit., 1994. 97 En lo concerniente al cago chileno en particular, si bien pudiera verse como muy lejano al tipo de conflictos aqui planteados, ello no significa que se descarten. De hecho, la identidad nacional revierte de cierta importancia en materia de posibles conflictos ante un mundo cada-vez.inés globalizado, y por tanto a objeto de una politica al respecto. Asi, entre las Objetivos Nacionales encontramnos “la conservacién y enriquecimiento de su identidad y patrimonio cultural”, y entre los abjetivos de la Defensa Nac posible diatinguir el “resguardar, fortalecer y renovar nuestra identidad hiat6rica y cultural”. Ver: Mini terio de Defensa, op. cit. pp. 28:29. 22 Gromarizacion en términos de intensidad como de identidad”*. En tal sentido, resultan com- pletamente pertinentes y validas las interrogantes planteadas por Touraine. gCémo escapar a la eleccién inquietante entre una ilusoria globalizacién mundial que ignora la diversidad de las culturas y la realidad preocupante de las comunidades encerradas en si mismas? zy si no encontraramos las soluciones aceptables a los problemas planteados, nos condenariamos a acep- tar una guerra civil mundial entre quienes dirigen las redes mundiales de técnicas, flujos financieros e informacién, y todos aquellos, individuos, gru- pos, naciones, comunidades que sienten amenazada su identidad a causa de esta globalizacién?” A MODO DE COMENTARIO FINAL La globalizacién ha hecho ver la profunda necesidad de los seres hu- manos y las sociedades de reconstituir su diferencia cada vez que ésta parece estar en crisis, y a la vez, ha puesto de manifiesto sus efectos sobre los aspec- tos débiles de las sociedades que se enfrentan a dicho proceso. En el presente, los medios de comunicaci6n han acercado a las nacio- nes como nunca antes habia sucedido y, sin embargo, éstas se hallan mas claramente separadas por las diferencias culturales que en el pasado. Vista como una totalidad, la sociedad mundial es plural y heterogénea. E] desafio entonces, reside en la heterogeneidad al interior de una sociedad- Estado determinada, es decir, la coexistencia de grupos con identidades dis- tintas. La aceptacién del pluralismo exige concebir la existencia de una va- riedad de identidades y fronteras dentro de una misma sociedad. En los préximos afios parece mas probable que las identidades nacio- nales sean desafiadas desde abajo —como los casos del Pais Vasco y Quebec, entre otros— que desde arriba —como sucederia si la gente empieza a identi- ficarse con grandes identidades heterogéneas como, por ejemplo, Europa—. En América Latina, si bien durante el presente siglo ha predominado el principio identitario de la Identidad Nacional, éste comienza a ser cues- tionado por la globalizacién. Con el debilitamiento del Estado nacional se generaria también un debilitamiento de la Identidad Nacional en pro del individualismo y el repliegue hacia identidades comunitarias mas fuertes. Sin embargo, el punto central no radica tanto en el hecho de que la Jden- tidad Nacional que se tenia se haya perdido (visidn esencialista), sino en c6mo 9% Laidi, Zaki; Un Mundo sin Sentido, Fondo de Cultura Eeonémica, México, 1997. %® Touraine, op. cit., 1997. tHay Patmia Que Derenpen? 23 ésta se ha reconstituido en un sentido diferente (visién histérico-estructu- ral). Por esa raz6n, la pregunta clave que debemos responder es ;qué pro- yecto de Identidad Nacional queremos? y no qué hemos perdido de lo que consideramos como propio de nuestra Identidad Nacional? Nuestro verda- dero desafio consiste en definir qué es lo que realmente queremos ser. Ello sera posible en la medida de que seamos capaces de generar un debate abier- to acerca de la Identidad Nacional y de sus desafios en el contexto de la globalizacién. 24 Growauizacion | ESTADO-NACION Y GLOBALIZACION EDUARDO SAFFIRIO S.'” LA TESIS DEL FIN DEL ESTADO-NAGION: LA GLOBALIZACION DE UNA ECONOM[A “MUNDO” Este trabajo se inserta en el marco de la permanente actitud que debe caracterizar a toda comunidad en torno a la previsién de nuevas realidades y desafios. La realidad mundial, como es sabido, esta experimentando grue- sos cambios. Se ha sostenido que estamos frente a un “siglo corto”, que tocd fin en 1989. Y frente a un mundo nuevo, el Estado-Nacion estaria llamado a desaparecer. Representativo de esta linea de pensamiento es Kenichi Ohmae™. A medida que se aproxima el siglo XXI y fluyen sin trabas, atravesando fronteras nacionales, las que Ohmae denomina cuatro ‘ies’ —industria, in- version, individuos e informacién— dejan de ser validos los conceptos bisi- cos adecuados para un modelo del mundo de pajses cerrados, Propio ‘del siglo XIX'?, El autor citado estima que ello obedece a que los mercados de capital de la mayoria de los paises desarrollados estén saturados de fondos para in- yertir; la industria tiene una orientacién mucho més mundial que hace un decenio; el movimiento de inversiones e industrias se ha visto facilitado por Ja tecnologia de la informacién, y los individuos consumidores también han adoptado una orientacién mundial. En tal sentido, plantea que “como los mercados mundiales de las ‘ies’ funcionan estupendamente por su cuenta, los Estados-Nacién ya no tienen que desempefiar el papel de creadores de mercado. De hecho (...) lo que suelen hacer mas frecuentemente es estor- bar”, Agrega que “menos notorio, pero con toda probabilidad mas impor- tante, es que el Estado-Nacién moderno, ese artefacto de los siglos XVIII y XIX, ha empezado a venirse abajo”, Asi, actualmente estariamos siendo testigos del efecto acumulado de los cambios sufridos por las corrientes de actividad econdmica en todo el 10 Abogado, Cientista Politico, Presidente del Directorio del Centro de Estudios para el Desarrollo. 10 Ohmae, Kenichi; El Fin del EstadoNacién, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1997. 182 Thidem, p. 13. 103 Thidem, p. 19. 104 Thidem, p. 21 Hay Paras Que Deranven? 25 mundo. En términos de flujos reales de actividad econémica, los Estados- Nacién ya han perdido su papel como unidades significativas de participa- cién en la economia global del mundo sin fronteras de hoy. Ello, por los siguientes motivos: + Estas unidades de larga tradicién, definidas en términos politicos, tienen mucho menos que aportar y mucha menor libertad para hacer sus contri- buciones; * Los Estados-Nacion, desde el punto de vista de la economia mundial, han pasado a ser poco mds que figurantes. * El Estado-Nacién es cada vez mas una ficcién nostalgica. Puede ser una necesidad politica, pero en el campo econémico constituye una falacia manifiesta; * Alanalizar detenidamente los bienes y servicios que se producen y comer- cian por todo el mundo, asi como las empresas que los ofrecen, no es facil atribuirles una etiqueta nacional. Ohmae concluye que “en una economia sin fronteras, los mapas cen- trados en las naciones, que habitualmente utilizamos para interpretar la ac- tividad econdémica, son por desgracia desorientadores. Debemos, tanto los directivos como los politicos, hacer frente a la incémoda y dificil realidad: la vieja cartografia ya no sirve. A estas alturas, ya no es ms que una ilusion”", Una visién mas integral, que se apoya en la idea de globalizacién, sos- tiene que vivimos una época caracterizada por la resolucién de antiguos con- flictos ideoldgicos; la extensién del principio de la legitimidad democratica y de las fuerzas del mercado, y los intentos por afianzar un orden internacio- nal donde primen el derecho y la solucién pacifica de los conflictos. Estos acontecimientos politicos recientes, se agregan a logros sociales sustantivos en algunos de los paises en desarrollo. Asi, hay varias tendencias generales que afectan a una gran parte de la poblacién mundial, de las cuales seis son especialmente significativas: * La expansién de la democracia liberal; * El dominio que ejercen las fuerzas del mercado sobre la sociedad; * La integracién de la economia a escala global; * La transformacién de los sistemas de produccién y de los mercados de trabajo; * La velocidad del cambio tecnolégico; y | * La revolucién en los medios de comunicacién de masas'®. 195 [hidem, p. 37. 496 fra la misma linea, yer: Beck, Ulrich ex la Globalizaci6n?, Paidés, Barcelona, Expaiia, (998. 26 Guowacizacion De esta perspectiva, surge una mirada que centra su foco en la globalizacién cultural —que tenderia a crear una poblacién mundial cosmo- polita postnacional-; la integracién politica —democracia liberal-, y la apa- ticién de una economia abierta al mundo. Estos tres procesos cuestionarian las ideas modernas de Estado, Nacién y guerra interestatal. LA VIGENCIA DEL ESTADO-NACION: HACIA UNA VISION MAS MATIZADA DE LA NUEVA REALIDAD MUNDIAL UNA VISION MAS COMPLEJA DE LA GLOBALIZACION Hoy, la mundializacién de la sociedad, via la globalizacién, es vista por Ja mayoria de los analistas como un dato que expresaria un fenémeno irre- versible. Como es obvio, un fenémeno tan complejo contiene elementos que pueden ser muy positivos para una vida humana mejor. Sin embargo, como veremos, la globalizacién presenta una cara negativa, capaz de potenciar fe- némenos que han acompanado a la humanidad durante toda su historia. Por ejemplo, las desigualdades y la violencia. Se impone, entonces, una mi- rada analitica que sopese el conjunto de situaciones que involucra la glo- balizacién. Una mirada con estas caracteristicas parece particularmente ne- cesaria cuando se la pretende estudiar en sus relaciones con la Defensa Nacional, por la importancia obvia de los bienes humanos y sociales en juego. Existen pocas dudas respecto de que en las wltimas décadas la humanidad ha iniciado una era global. Particularmente, el mundo de la postguerra fria ha expresado esta realidad. La claridad con que aparece la globalizacién no nos debe llevar, sin embargo, a la conclusién facil de que es un fenémeno unidimensional en sus efectos. Por el contrario, nuestro mundo, en la era global que iniciamos, aparece signado por miltiples y contradictorias situaciones. Asi, la extensién de las autocracias; la mantencién de los conflictos ex- ternos e internos en distintas regiones; la aparicién de fendmenos como los nacionalismo agresivos y los fundamentalismos; las crecientes desigualda- des sociales entre las distintas sociedades nacionales y al interior de ellas; fenémenos de desempleo estructural y de reaparicién de la pobreza, incluso en las sociedades opulentas; la debilidad de muchos sistemas democraticos amenazados por la corrupcién, la apatia y la desafeccién ciudadana; el tema dela proliferacién nuclear que no ha sido adecuadamente resuelto, y nume- rosos conflictos locales, son signos inquietantes. Por lo anterior, ningun anilisis serio puede obviar la fragmentacién del mundo segun sus niveles de riqueza y de pobreza asi como sus sistemas ‘LHay PaTRia Qua Darenoer? 27 politicos y econémicos. De esta manera, un balance maduro y equilibrado de la globalizacién nos deberia inducir a descartar un optimismo ingenuo sin asidero. Dicha visién unilateral de la globalizacién no puede ser tampo- co la base de la politica exterior y de defensa de un Estado. En efecto, desde el punto de vista politico, la situacién presenta carac- teristicas ambiguas. Por una parte, se ha hablado de la presencia en el mun- do de una “Tercera Ola Democratica”"”. Sin embargo, lo Unico cierto en materia de regimenes politicos es el principio de legitimidad. Nadie discute hoy en dia, que para gobernar se requiere el consenso ciudadano y para ejercer el poder es necesurio respetar los derechos humanos y los principios y normas del Estado democratico de Derecho. Pese a ello, el mundo dista de haberse homogeneizado politicamente en torno a la democracia representativa. En tal sentido, son reveladores los casos de Africa, China, India, Rusia, los paises de la ex Unidn Soviética, par- te del Sudeste Asidtico, Europa del Este, Europa Occidental y, por ultimo, América. Samuel Huntington sostiene que el préximo conflicto no sera militar o politico, ni de fronteras, sino que surgira del “choque de civilizaciones”*. E] autor, junto con destacar la cultura como fuerza divisiva y unificadora en los préximos conflictos, sefiala, en particular, los peligros del islamismo. Aunque la tesis de Huntington puede ser exagerada y etnocentrista, seria ingenuo ignorar el desafio que la versién fundamentalista del islamismo re- presenta para la democracia liberal. Pero, ademas, como hemos dicho, el conjunto de los fenémenos globales tiene dos caras. Por una parte, existe una “visién positiva” de Jos actuales procesos, apoyada fundamentalmente en el avance de la tecnologia y la ex- pansién del mercado. Se senala que las empresas, con el capitalismo y la ciencia, estan transformando al mundo en forma sumamente benéfica. Se habla de un “mundo sin fronteras” centrado en la triada Estados Unidos, Comunidad Europea y Japon, en el cual las reglas del mercado global preva- leceran sobre las concepciones y conductas basadas en el sistema Estado- céntrico, conduciendo a una sociedad cuyos gobiernos tendran un papel mas reducido y donde prevaleceran otra ética y otra racionalidad. Pero, en contraste con esta visién triunfalista, existen numerosos ele- mentos que sefialan las limitaciones y las graves consecuencias que puede ‘07 Huntington, Samuel; 1La Tercera Ola Demorcatica, Paidés, Barvelona, Expafa, 1993. 108 Huntington, Samuel; El Choque de Civilizaciones, Paidéa, Barcelona, Expatia, 1997. 28 Gromauizacion traer aparejada para la “sociedad-mundo”, la continuidad y profundizacién de las presentes pautas de globalizacién. Entre estos potenciales efectos ne- gativos podemos serialar los siguientes: Existen pautas de distribucién asimétrica de la riqueza, del avance cienti- fico-tecnolégico y de la calidad de vida entre los paises ricos y los paises en desarrollo. Peor atin, la tendencia seria al incremento de las brechas en- tre los paises ¢ incluso al interior de las propias éreas desarrolladas del mundo"; * La globalizacién financiera facilita un crecimiento rapidisimo de los flu- jos de capital. Ello tiene un efecto negativo sobre la estabilidad de las econo- mias nacionales e, incluso, sobre el propio sistema econémico mundial: * La integracion de la economia mundial tiene numerosos efectos positi- vos, pero también significa impactar negativamente a muchos de los pai- ses y regiones mas débiles. Ellos deberan enfrentar una durisima compe- tencia comercial y productiva, haciéndose especialmente vulnerables a las fugas de capital y a la reubicacién de las empresas, Vinculada a lo anterior esta la accién de las empresas transnacionales; * La globalizacién del comercio mundial presenta también facetas bastan- te negativas. El trafico internacional de drogas excede ahora al del petré- leo, y esté en segundo lugar sélo después del comercio de armas. * Un efecto negativo mas de la liberalizacién econdémica ha sido el desenca- denamiento de una competencia feroz tanto al interior de las naciones como entre ellas mismas. Nuevamente, esta situacién ha aumentado la eficiencia en la produccién, pero también ha generado salarios declinantes yha hecho que aumenten el desempleo y la pobreza a niveles que se creian definitivamente superados; * La concentracién de recursos en manos de las companiias de informatica de dimensién transnacional acrecienta los riesgos de estructuracién de oligopolios globales de tecnologias de punta. Una concentracién similar en las empresas de comunicaciones (como CNN), favorece la difusién y homogeneizacién, en las distintas sociedades, de un discurso favorable al perfil y a los valores sustentados en la ideologia del neoliberalismo econé- mico predominante en el proceso globalizador; * Las innovaciones tecnolégicas —particularmente aquellas vinculadas a las comunicaciones— y el predominio de lo econémico, han modificado pro- fundamente las condiciones de produccién y de circulacién de todas las 8 Ver: Thurow, Leste na, 1996. uturo def Capitalismo, Javier Vergara A.. Buenos Aires. Argenti- Hay Patria Que Derenven? 29 formas de expresién cultural y el sentido simbélico de los productos cul- turales; * Los procesos de globalizacién politica y cultural enfrentan resistencias. Las lineas de fractura coinciden, no por casualidad, con fronteras religio- sy etnias —por sas y culturales, Estas se desplazan entre Estados, territo ejemplo, las que separan la civilizacion islamica de la cristiana— pero tam- bién actian en el marco interno de los Estados (las minorias étnicas 0 religiosas y los inmigrantes temporales, entre otros). Asi, el marco de referencia de la fragmentacién comprenderia la exis tencia de un globalismo limitado en un sentido geografico, econémico, cul- tural y social. Incluye, en grandes lineas, al “Norte” desarrollado y a algunos paises de Asia (los “tigres” y “dragones” del Sudeste Asiatico) y de América Latina. Ademas, al interior de las sociedades opulentas se observa una desin- tegracién social significativa, en términos tales que frente a un sector mayo- ritario de la poblacién beneficiada por los cambios tecnolégicos y econémi- cos en curso, hay una minoria numerosa empobrecida y amenazada por la inestabilidad econémica y el aumento de las desigualdades. Estas situaciones ofrecerian mayores probabilidades de causar un in- cremento importante de la violencia entre los distintos mundos y al interior de sus sociedades nacionales. Ademas, otra fuente de conflicto derivara de vinculaciones transnacionales extremadamente negativas (como redes de pro- duccién y comercializacién de drogas; transferencia y venta de armamentos; prostitucién; contrabando humano y de érganos). Por ultimo, también po- dria observarse que, en muchas regiones del mundo, la resistencia a la globalizacién produce el fortalecimiento de ideologias y fundamentalismos agresivos, con base cultural, religiosa o étnica. Lo anterior no significa negar que la globalizacién y la interdependen- cia son crecientes. En efecto, la globalizacién de la sociedad mundial apare- ce como una realidad que se impone"’”. La preocupacién de Held se centra en la paradoja manifiesta “mien- tras que se defiende de nuevo la idea de ‘gobierno del pueblo’, la eficacia misma de la democracia como una forma de organizacin politica se ve pues ta en duda. Las naciones estan proclamando la democracia en el momento mismo en que los cambios en el orden internacional estén comprometiendo la posibilidad de una Nacién-Estado democratica e independiente. Confor- me amplias areas de la actividad humana se organizan de forma progresiva 10 Tleld, David; La Democracia y el Orden Global, Paidés, Barcelona, 1997, BO Grosatizacion a nivel mundial, el destino de la democracia esta cargado de incertidum- bre”, Para Held, la globalizacién ha significado “en primer lugar, la forma en que los procesos de interconexién econémica, politica, legal y militar, entre otros, estan cambiando desde arriba la naturaleza del Estado sobera- no; en segundo lugar, la forma en que los nacionalismos locales y regionales estan desgastando desde abajo la Nacién-Estado; y, en tercer lugar, la forma en que la interconexién mundial crea cadenas que traban las decisiones y resultados politicos de los Estados y de sus ciudadanos, que alteran la natu- raleza y la dindmica de los propios sistemas politicos nacionales. La demo- cracia tiene que adaptarse a estos tres desarrollos y a sus implicaciones para los centros de poder nacionales e internacionales”"”. Por otra parte, la interdependencia entre los Estados y las sociedades y el caracter comun de muchos de los problemas a enfrentar, teorizados en los afios setenta por algunos analistas de las relaciones internacionales, es hoy una realidad. En tal sentido, Held sefiala que “la visién transformadora 0 modernista, que ofrece una descripcién de cémo una creciente interconexién mundial puede llevar a un recorte 0 crisis de la autonomia del Estado, y la necesidad de que las NacionesEstado cooperen y colaboren intensamente unas con otras”'"*, Los Estados son los principales responsables, pero, también se recono- ce que ellos no pueden lograrlos por si solos. Entonces es absurdo desconocer el caracter planetario de una serie de asuntos antes considerados como meramente nacionales. Sin embargo, exis- ten legitimos temores de que tras la nueva agenda vinculada a la consolida- cién democratica, el respeto a los derechos humanos, la proteccion del me- dio ambiente, la lucha contra el narcotrafico y el tratamiento a los fenémenos migratorios, se impongan unilateralmente los intereses de las grandes po- tencias a través de érganos multilaterales. Para evitar lo anterior, los orga- nismos internacionales deben ser, como lo ha sostenido Boutros-Ghali a pro- pésito de la ONU, un instrumento de todos los Estados miembros y un foro abierto para el andlisis realista de problemas complejos, cuyo objetivo cen- tral sea efectivamente el logro de la paz y la seguridad, la equidad econémi- ca y social, la democracia y los derechos humanos. 1 Hhidem, p. 361. 12 Thidem, p. 392, 18 Thidem, p. 372. Hav Patria Que Derenper? 31 EL PROBLEMA DE LAS IDENTIDADES. La aspiraci6n a la identidad, al arraigo comunitario y a la participa- cién local, frente al cambio, la globalizacién, la anomia y masificacién de la sociedad de nuestros dias, aparecen como demandas razonables, propias de la condicién humana y, por ende, legitimas. Sin embargo, no deja de ser preocupante que estas aspiraciones se transformen en campo fértil para el surgimiento de egoismos particularistas que no estén dispuestos a respetar el bien comun del Estado contemporaneo, ni el minimo ético universal deri- vado de la dignidad de cada persona. Otro proceso inquietante, vinculado al anterior, es el resurgimiento de los nacionalismos que, por lo demas, fueron un actor decisivo en el siglo pasa- do y en la primera etapa de éste. Sin duda este fenémeno, expresado con gran fuerza tras la caida de bloques ideolégicos, ha adquirido una violencia inusi- tada que en ocasiones ha Ifevado al genocidio, Adicionalmente, organismos internacionales, generados para impedir guerras entre Estados, han demos- trado tener poca capacidad para enfrentar conflictos civiles internos. El siglo que estaba llamado a ser expresién categérica del universalis- mo racionalista y de la secularizacién, parece estar terminando con el surgi- miento de otra vieja fuerza que ha acompafiado a la humanidad por largo tiempo: las grandes religiones de Oriente y Occidente. Lamentable expre- sién de ello son los fanatismos religiosos que, muchas veces, van acompafia- dos de procesos politicos que demandan autonomia naciona) y justicia fren- te a un orden internacional que se estima inigualitario. Las oleadas de inmigrantes hacia Europa Occidental han producido un inquietante fenémeno: las modas xenofébicas y el renacer de sentimien- tos antiextranjeros, El europeo medio ve amenazada su identidad y sus fuen- tes de empleo y ello tiende a producir reacciones psicolégicas y politicas ante este formidable desafio internacional. Descalificar estos movimientos nacionalistas y religiosos resulta facil; lo dificil es tratar de entenderlos. En efecto, tras ellos existen profundas aspi- raciones humanas de autodeterminacién y autogobierno y de busqueda de sentido, arraigo y comunidad. Ademés, las grandes potencias del Este y del Oeste deben asumir su propia responsabilidad en la radicalizacién de estos procesos identitarios y promover un orden internacional mas justo y respe- tuoso de as culturas. Si bien la globalizacién del planeta impone una suerte de dilucién- homogenizaci6n de fas identidades nacionales, ello no significa la muerte de las tradiciones, de las identidades y de las sintesis culturales. Al referirse a 32 Gropatizacion Occidente, Huntington sefala que a medida que el poder relativo de otras civilizaciones aumenta, el atractivo de la cultura occidental se desvanece, y los pueblos no occidentales tienen cada vez mas confianza e interés en sus culturas autéctonas, lo que provoca una mayor afirmacién y diferenciacion cultural de las sociedades no-occidentales respecto de Occidente. En parti- cular, a medida que se afirman las tradiciones, las lenguas y las creencias e instituciones autéctonas, enraizadas en la historia!"*. Lo anterior no es extrano, pues la cultura tradicional es parte de la autoidentificacion de un pueblo. Es el suelo en que éste tiene sus races, de las cuales extrae vida, al decir de Zwi Werblowsky. Es mas, siguiendo a Karl Jaspers, el hombre mismo es una tradicién que habla desde al pasado hacia el futuro. Cada pueblo, cada individuo, debe sumirse en su propia histori- cidad, en su procedencia y pertenencia, en Jo que ha hecho, tomando sobre silo que fue. No entenderlo asi, representa la alienacién, es decir, que el hombre y los pueblos se enajenen de si mismos. Sin embargo, lo anterior no significa postular que las tradiciones, iden- tidades y sintesis culturales constituyen realidades cerradas e inamovibles. En efecto, al decir de Werblowsky, los pueblos observan y descubren su tra- dicién y simultaneamente la definen, con lo que, en alguna medida, la crean. Su cultura tradicional es una creencia y una declaracién acerca de lo que ahora se percibe como habiendo sido tipico en el pasado. La tradicion, asi, paradojalmente, es innovadora. La modernidad, lo nuevo, no es por defini- cién sepulturero obligado de la tradicién. La tradicién cambia modernizan- dose y la modernidad “tradicionalizandose”"*. El mismo cambio supone persistencia y sus mecanismos requieren la persistencia. Sin ésta, la innovacién se apagaria y se restaurarian las condi- ciones anteriores. La tradicién es, s6lo en parte, presencia del pasado, pues éste se recrea constantemente en el cambio. Los pueblos, como las personas, para progresar deben apropiarse de lo pasado, de oir a sus contemporaneos y abrirse a todas las posibilidades, para luego optar. Lo contrario nos Ilevaria a un milenarismo imposible. La histo- ria no se detiene; los pueblos tampoco. Las culturas y las religiones son puntos de sintesis siempre inacabadas, en constante renovacién. El propio cristianismo nacié del mensaje de un hombre, Jestis, y fue propagado por un judio que era ciudadano romano y 4 Huntington, op. cit., 1997, 15 Werblowsky, Ziwi Rs Mas sild de la Tradicién v fa Modernidad, Fondo de Cultura Eeond co, 1981, nica, Méxi- iHay Patria Que Derenver? 33 habia experimentado la influencia helenistica (Pablo de Tarso). Luego fue alimentado por los misterios helenisticos y la filosofia neoplaténica y leva- do al triunfo en Occidente por circunstancias histéricas que hacen de esta religion la mejor sintesis a la que podia aspirar la humanidad en el siglo cuarto, a juicio de un positivista como Guignebert'"’. Por lo dicho, ‘no nos debiera extrafiar que en el mismo momento que el mundo se cosmopoliza, resurgen los nacionalismos, los regionalismos, las etnias y las religiones. E] mundo es una rara mezcla de tradicién y cambio en infinita y perenne relacién. HACIA UNA NUEVA CONCEPCION DE LA IDENTIDAD NACIONAL Entonces el problema pasa a ser, qué tipo de nacionalismo queremos. Creemos que un nacionalismo sano y a la altura de los tiempos debe ser un nacionalismo civico, socialmente incluyente y capaz de dialogar con el otro en este mundo global. No un nacionalismo chauvinista, estereotipado y agre- sivo. Al mismo tiempo, una concepcién histérico-estructural de la Identidad Nacional, como Jorge Larrain lo ha sefialado, permite dar cuenta adecuada- mente de una aspiracion a la identidad y al arraigo comunitario frente a la globalizacién, al cambio tecnolégico, epocal y a Ja masificacién, que nos pa- recen demandas humanas razonables'". Detras de ello hay necesidades so- ciales muy profundas de autodeterminacién, de autogobierno, de sentido, de pertenencia. En sintesis, requerimiento de comunidad. Y hay también aprehensiones legitimas y justificadas frente a un proceso de globalizacién, que, como escribié recientemente Alain Touraine", muchas veces se trans- forma en una ideologia que enmascara simplemente el mantenimiento de las relaciones de dominacié6n, enfatizando los fenémenos de autorregulacién econémica propios del mercado capitalista mundial y la imposibilidad de actuacién frente a ellos de los centros de decisién politica. Pero la globa- lizacién en curso no es un proceso natural, sino que detras de ella, y segiin cual sea la forma de asumirla, también se esconden relaciones de poder frente a las cuales hay que estar alerta. Los actores sociales nacionales muchas ve- ndmica, Mé 16 Guignebert, Charles; El Cristianisio Medieval y Moderno, Fonda de Cultura FE: 1957. ¢; Modernidad, Razén ¢ Identidad en América Latina, Editorial Andrés Bello, Santiago 1997, ‘Podremos Vivir Juntos? Fondo de Cultura Eeondimica, Arges 34 Gropauizacion ces lo ven asi y por eso hay dudas, temor y resistencias muy fuertes frente a los fenémenos en curso. Por lo demas, desde el punto de vista de la autodeterminacion, del autogobierno y del sentido de comunidad, sdlo sefialaremos que no necesa- riamente las tensiones que hoy pueda estar experimentando el Estado-Na- cién traerdn aparejada una mejor vida politica. Recordemos que cuando se hundié la polis griega lo que vino fue el imperio, primero macedénico y Juego romano, y que la democracia o el gobierno bajo control popular, un valor altamente apreciado en las sociedades contemporaneas, simplemente se eclipsé por dos mil afios. Resurgié recién en el siglo XVIII, representando una nueva fase de creacién cultural e institucional humana, via el indivi- dualismo liberal y los mecanismos juridico-politicos de la representacin. Frente al cosmopolitismo ingenuo parece valida la advertencia de un fildso- fo comunitarista judio, el norteamericano Michael Walzer, quien escribid: “no sabia que existiese un mundo en el cual uno podia ser ciudadano. Nadie me ofrecié nunca esa ciudadania, ni me describid los procedimientos de naturalizacién, ni me ha incluido en las estructuras institucionales del mun- do, ni me ha descrito sus procedimientos de decisién, ni me ha dado una lista de los derechos y los deberes que competen a sus ciudadanos(...)""”. LA IDENTIDAD NACIONAL EN UNA SOCIEDAD DEMOCRATICA Una concepcién histérico-estructural de la Identidad Nacional tiene a la vista que las tradiciones, las identidades y las sintesis culturales, no consti- tuyen realidades cerradas e inamovibles. También, que para generar lealta- des y dar sentido a un grupo humano, en un momento en que cultural y politicamente la mayoria somos post-ilustrados (incluso quienes quieren ser antimodernos), se requiere que esas tradiciones, esas identidades y esas sin- tesis culturales, pasen la prueba de la reflexividad. Es decir, la sabiduria y los bienes humanos que se supone que estas tradiciones, identidades y sinte- sis culturales incorporan, hoy deben probarse a través del didlogo y la argu- mentacién, si quieren ser exitosos frente a la complejidad social y al plura- lismo. Anthony Giddens, ha dicho que las tradiciones hoy dia no pueden ser defendidas del modo tradicional, pues ello conduce al fundamentalismo. Y U9 Walzer, Michael; “Esferas de Afecto”, en: Nussbaum, Martha: Los Limites del Patriotismo, Paid Barcelona, 1999, p.153. tHay Patria Que Di 35 es muy notable que él, un socidlogo que se inscribe en una corriente de izquierda, haga una fuerte defensa de las tradiciones. Pero Giddens empren- de esta tarea de un modo que Hama “no tradicional”, Escribe que hay que salvar o recuperar las tradiciones pues proporcionan fuentes generaliza- bles de solidaridad, pero que en un orden social destradicionalizado, donde los cambios en curso estén haciendo que la poblacién se vuelva cada vez mas activa y reflexiva, el pasado es una razén més, entre otras, para guiar nues- nes; los habitos son hoy dia una guia limitada de accién, en las tras ace’ distintas relaciones humanas, incluso entre padres e hijos. Lo que él reco- mienda a la politica en general —y esto también es valido para la Politica de Defensa—es que busque promover una confianza activa, una fe en la comu- nidad nacional y en sus instituciones, nacida de la interaccién y la persua- sién con los distintos actores sociales e individuales. Parece muy importante vincular esto con la idea de Jurgen Habermas sobre el patriotismo constitucional, y complementarlo con algunos plantea- mientos de Charles Taylor, un filésofo comunitarista catélico canadiense, en torno a que hoy es posible desarrollar una identidad colectiva en funcién. de un acuerdo sobre un marco juridico republicano, en principio abstracto, pero que no es solamente una regla de derecho. Habermas escribié en un libro que se llama Mas Alla del Estado Nacional, lo siguiente: “seria bien errénea la sugerencia de que el orden politico de una republica moderna, pudiera basarse en un consenso de fondo adquirido de forma casi natural, es decir un consenso de fondo que por haber los individuos crecido cuasi orgdnicamente en él, quedasen libres de cuestionamientos. Lo que une a los miembros de una sociedad que viene en principio definida por el pluralis- mo social, cultural, y por el pluralismo en lo tocante a concepciones tiltimas del mundo, no puede consistir en otra cosa que en principios abstractos y procedimientos abstractos de un medio republicano artificial, es decir gene- rado por medio del derecho, Pero estos principios sélo pueden echar raices en los motiyos de los ciudadanos cuando la poblacién haya hecho buenas experiencias con sus instituciones democraticas, y se haya acostumbrado a la situacién de libertad politica. Es entonces cuando aprende también, y ello desde su propio contexto nacional, a entender como un logro la republica y su constitucién. Sin tal posibilidad de representacién histérica no puede surgir esa clase de vinculo a la cual me he referido bajo la denominacién de patriotismo de la constitucién”. 22" Giddens, Anthony: als Auld de ia laquierda y ta Derecha, Cave paiia, 1998, p. 54 vss. 36 Gropauizacion Y en didlogo con Charles Taylor, en otro libro de Habermas, Facticidad y Validez, se nos muestra cémo lo anterior no sélo expresa la regla de dere- cho, 0 el acuerdo sobre normas formales, sino que tiene que ver con précti- cas, con modos humanos de actuaci6n. Habermas sefiala que “los principios constitucionales, slo pueden cobrar forma en practicas sociales y convertir- se en fuerza impulsora del proyecto dindmicamente entendido de establecer una asociacién de libres e iguales, si quedan situados de tal suerte en el con- texto de historia de una Nacién de ciudadanos, que consigan conectar con los motivos, intenciones y actitudes de éstos”!!. En sintesis, un concepto hist6rico-estructural de Identidad Nacional responde a muchas de las criticas normativas y también empiricas que se han hecho. También hace plenamente compatible vivir la globalizacién en curso, entendiendo si su cardcter fragmentado, y no cayendo en ingenuidades frente a las relaciones de dominacién y de poder que se puedan esconder detras de estos procesos, que no son, por lo demés, univocos. Dicha concep: cién también es plenamente compatible con una democracia pluralista, via que Habermas !lama el “patriotismo constitucional”. Esto tiltimo podria ser entendido no sélo como un acuerdo en las reglas de derecho, en el abstracto y procedimental marco de las normas juridicas de una Carta Fundamental. También, como han dicho Charles Taylor y Michael Sandel —otro filésofo comunitarista norteamericano— puede significar, ademas, un acuerdo en la promocién de otros valores como, por ejemplo, solidaridad, participacién, autogobierno, identidad y cultura nacional, lengua y estudio de la historia patria. Tendriamos entonces una ciudadania democratica mas potente y de mejor calidad; y, via la republica democratica, podriamos desarrollar nues- tro sentido de pertenencia ¢ ir mas alla del individualismo y de las relacio- nes mercantiles, pero sin atentar contra la dignidad humana ni vulnerar el pluralismo. LA CUESTION DEL ESTADO CENTRALIZADO Y AUTONOMO Actualmente presenciamos una serie de impactos y efectos que part cularmente el mundo de Ja postguerra ha provocado sobre la concepcién clasica del Estado. Setialemos que muchos de estos efectos ya venian desarrolldndose an- tes de 1989. Simplemente lo que se quiere afirmar es que en los tltimos 121 Habermas. Jurgen: Factividad y Validez, Trotta, Valladolid, Expaiia, 1998. @Hay Patria QUE Derenver? 37 cincuenta aiios estas tendencias difuminadoras del Estado soberano se han acentuado™. En efecto, conceptos tales como soberania, territorio y Nacién, como entidades auténomas y/o impermeables, pasan a ser cuestionados". LA RELATIVIZACION DE LA SOBERAN(A EN SU CONCEPCION cLASicA La soberania estatal ha sido y es cuestionada por una serie de procesos histéricos, tales como el fortalecimiento de la sociedad civil en los paises democraticos 0 el aumento de la complejidad social en los Estados au- tocraticos; el auge de las fuerzas del mercado; la irrupcién de las transna- cionales, de los medios de comunicacién social y de transportes; la creacién de los organismos internacionales, y la aparicin de los bloques regionales*. Held plantea que “si bien la Nacién-Estado disfruta todavia de vitali- dad, esto no significa que la estructura soberana de las Naciones-Estado in- dividuales siga sin estar por la interseccién de fuerzas y relaciones naciona- les e internacionales: mas bien, supone, con toda probabilidad, la existencia de modelos de poderes y limitaciones cambiantes””*. Ante ello se pone de manifiesto la existencia de una serie de disyuntivas internas y externas en- tre, “por un lado, el dominio formal de Ia autoridad politica que las Nacio- nes-Estado reclaman para si y, por otro, las practicas y estructuras reales del Estado y el sistema econdmico, a los niveles nacional, regional y mundial”°, El Estado deja de ser un poder absoluto y centralizador de las decisio- nes colectivas al interior de su propio territorio. Esto genera complejos problemas, ya que los actores de este sistema multicéntrico y polidrquico no estan sujetos sustancialmente a la autoridad estatal. Dichos nuevos actores poseen muchas veces estructuras muy flexi- bles y descentralizadas y tienen una buena cantidad de recursos de poder a su disposicién. Junto con lo anterior, el propio Estado experimenta procesos de des- centralizacion, es decir, de transferencia de prerrogativas desde los érganos 122 Held, op. cit. 123 Yhidem. ‘26 Dahrendorf, Ralf, “El Futuro del Estado Nacional”, en: Leviatén, Revista de Hechos « Ideas N® 61, Fditada por la Fundacién Pablo Iglesias, Madrid, 1995. 125 Held, David: op. cit., p, 378. 126 thidem, pp, 378-379. 38 Grosacizacion centrales a los regionales y locales, dotados de poderes normativos y guber- namentales. Este proceso de relativizacién de la soberania en su concepcidn clasica, en el ambito de las relaciones internacionales se ha acentuado por el avance de la globalizacién fragmentada. Hoy, muchos sostienen que en la interdependencia compleja el Estado pasa a constituir s6lo una parte de un sistema mayor: el global. Las interac- ciones corresponden a dos tipos de actores y a sus respectivos subsistemas. Por una parte, e] Estado-céntrico, con los Estados-Naciones como unidades principales y sus interacciones mutuas y con los organismos internaciona- les. Por otra parte, el subsistema multicéntrico, constituido por actores sub- nacionales y transnacionales no gubernamentales dotados de autonomia, 16- gicas, objetivos y medios de accién propios. En particular, las iniciativas y capacidades estatales en materia econd- mica, como por ejemplo valor del tipo de cambio, determinacién de los défi- cit presupuestarios y promocidn de politicas tributarias o de empleos, prac- ticamente desaparecen frente a la mundializacién del comercio, de las inversiones y de la comunicacién. De igual modo, el aspecto més notable del fortalecimiento de la economia abierta de mercado, es la movilidad del capi- tal mundial. El sistema computarizado de negocios despacha diariamente enormes sumas a través de las fronteras nacionales. Este nuevo sistema fi- nanciero global opera fuera del control de cualquier gobierno solo, y crecientemente establece su propia agenda, trabajando sistematicamente en favor de los intereses de los operadores financieros, y en oposicién a los de los fabricantes productivos 0 de los planificadores gubernamentales, en- fatizando, ademés, el corto plazo en vez del largo plazo social. De esta forma, por ahora, mas que en el ambito politico en sentido estricto, dicho impacto se ha hecho sentir a partir del area de la economia. Esto no sélo ha reconstituido el capitalismo mundial, sino que también ha contribuido a reestructurar el Estado, En forma desigual pero acumulativa, los Estados-Nacién han tenido que adaptarse a las fuerzas econémicas inter- nacionales y, en muchos casos, han tenido que suberdinarse a ellas. Tres actores internacionales que erosionan especialmente las capaci- dades estatales son las transnacionales, los organismos internacionales y los bloques regionales. LA SUBSISTENCIA DEL ESTADO La teoria de la interdependencia compleja, que permitiria explicar una menor importancia del Estado soberano y auténomo y una disminucién ra- iHay Paraia Que Darenoer? 39 dical de las probabilidades de confrontaciones bélicas, encuentra multiples criticas. Realistas como Kenneth N. Waltz consideran que si se parte de la idea de que la interdependencia significa un vinculo de tipo econémico entre dos Naciones 0 sociedades, costoso de quebrar porque existe una gran depen- dencia mutua entre ambos actores y, en general, de éstos respecto del comer- cio internacional, entonces en realidad la interdependencia ha ido decre- ciendo en vez de aumentar durante este siglo"”’. 8 afirman Partidarios de la interdependencia, como Keohane y Nye: que debe ser matizada la visién de quienes sostienen la declinacién de las fronteras nacionales, del poder militar y de la soberania nacional. En la me- dida en que la interdependencia compleja no abarque todas las areas de pro- blemas y todas las relaciones entre los principales Estados, el papel rema- nente de la fuerza militar requerira de los Estados soberanos el manteni- miento de las capacidades militares. Por otra parte, en la medida en que el mundo se caracterice por la enorme desigualdad en el ingreso de los Esta- dos —una circunstancia que no puede cambiar rapidamente aun en las mas optimistas hipétesis acerca del crecimiento econémico-, los ciudadanos de los distintos Estados seguramente habran de resistir el desmantelamiento de la soberania nacional. En un articulo sobre las relaciones internacionales, publicado a me- diados de la década de los ochenta, Robert 0. Keohane sefalé que permane- cera igual la premisa de que los actores principales en la politica mundial son los Estados'”. Otro autor contemporaneo importante, Robert Gilpin, ha afirmado que a pesar del profundo proceso de transnacionalizacién econémica y de la mayor interdependencia entre las economias, los elementos nacionalistas, tanto en el mundo desarrollado como en el Tercer Mundo, seguirian favo- reciendo el sostenimiento y defensa de Estados mas poderosos para contra- balancear a las grandes corporaciones multinacionales. Es decir, el Estado permanecera siendo la unidad de los mecanismos y modos de internacio- nalizacién conducidos por los conglomerados transnacionales, Por su lado, Peter B. Evans, en su trabajo sobre la autonomia nacional y desarrollo econémico, subraya la importancia del Estado como la unica 127 Hall, J. v Ikenberry, Ps EY Estado, Alianza Editorial, Madrid, 1993. 128 Keahane, Robert 0. y Nye, Joseph 8. Poder ¢ Interdepemencia. La Politica Mundial en Transicion, Grupo Editorial Latinoamericano, Coleceién Estudios Internacionates, Argentina, 1988. 1 Keohane, Robert O.: The After Hegemony (Después de la Hegemonia), en Vasquez, J. Az Relaciones Internacionales. El Pensamiento de los Clasicos, Limusa, Noriega Fativores, México, 1994, AO Gtosacizacion organizacién con suficiente poder para negociar con una corporacién mul- tinacional. Lejos de ser un impedimento anacrénico, el Estado aparece como la Unica organizacién que los ciudadanos de un pais pobre pueden utilizar para defender sus intereses. Las citas anteriores simplemente han buscado demostrar que el supues- to declinar de los Estados soberanos no es nada claro para los p' cipales analistas internacionales contemporaneos. Parece temerario concluir que nos encontramos ante la disolucién del Estado ni tampoco ante su reemplazo por nuevas estructuras politicas. En efecto: * Los nacionalismos, de caracter econdmico o étnico, seguiran siendo un 6) importante sustento a la idea de Estado-Na * El Estado aparece como el tnico contrapeso ciudadano y democratico ante las transnacionales: * El Estado se percibe como unico ente institucional con potestad para ha- cer respetar los derechos y libertades propios de la democracia'™; * Ladebilidad de los organismos multilaterales es evidente a la hora de apli- car sus politicas 0 de hacer respetar los derechos humanos, el Derecho Internacional y la resolucién pacifica de los conflictos; + ElEstado es la nica asociacién politica con poder y recursos para asegu- rar el bienestar social de la poblacién en democracia''; + En los organismos multilaterales y en los grandes bloques regionales en- contramos como fundamento de sus érganos y procedimientos al Estado. * Ante la carencia de organismos viables de gobernacién mundial, las alter- nativas son una nueva Edad Media, con una fragmentacién poliarquica del poder politico, militar y econémico en un mundo atomizado, o direc- tamente el imperio ejercido por una potencia hegemonica. Ninguna de las dos posibilidades aparece como aconsejable ni viable; * Detrds de la logica de la globalizacién se podria esconder, como en el pa- sado, la voluntad de poder de potencias hegeménicas. Los intereses y los temas de dichas potencias se le imponen al resto bajo la formula de un “neointervencionismo”; * Se esta partiendo de la base que las légicas mercantiles en el ambito glo- bal pueden ser las formas fundamentales para organizar la vida social y las relaciones internacionales. Esto es discutible incluso desde las posicio- nes neoclasicas, pues, segtin Douglas North, la experiencia demuestra la 4 Dabrendorf. op, cit hide iMay Paraia Que Derenver? 41 importancia del Estado y de las instituciones para la economia de merca- do". Ademés, las [égicas mercantiles pueden, como en el pasado, provo- car dos efectos perversos: crisis sociales internas, nacionalismos y compe- tencias comerciales interestatales que desemboquen en conflagraciones bélicas, * Si se parte de un modelo ideal de Estado soberano, obviamente los cam- bios son hoy abrumadores. Sin embargo, el Estado como detentador de un poder absoluto y perpetuo, corresponde mas bien a una aspiracién de los teéricos y de los publicistas partidarios de la monarquia, que a una realidad historico politica. Incluso el Estado absolutista estuvo muy lejos de alcanzar este modelo, al conceder el rey poderes y prerrogativas a los estamentos, a la burguesia y a negociar con las potencias fordneas que conformaban el sistema internacional; * La descentralizacién no constituye una alternativa a los Estados, sino que una variante de la asignacién del poder dentro de ellos. Las regiones, las provincias y las comunas no son una alternativa a los Estados; * La logica de los Estados-Naciones coexistira aan durante mucho tiempo con la légica del mundo imperial. “El error estratégico de Sadam Husseim fue el hecho de no ver que el naciente mundo imperial estaba atin organi- zado por Estados-Naciones capaces de voluntad politica. Una coalicién de Estados se enfrenta con otro Estado”, En conclusi6n, en el futuro inmediato, el Estado nacional seguira sien- do el marco de los derechos individuales y sociales y la unidad operativa en Jas relaciones internacionales", Lo dicho es particularmente aplicable para América Latina, rezagada en los procesos de globalizacién, fragmentada y muy débil ante poderes transnacionales o hegeménicos que sélo el Estado puede intentar siquiera equilibrar. Por ende, e} supuesto declinar de la soberania estatal puede ser critica- do desde una triple perspectiva. La primera es tedrica, pues como hemos dicho no es nada claro que el Estado como poder soberano, supremo, cen- tral y perpetuo, haya existido alguna vez en la historia de la humanidad, mas alld del pensamiento de sus teéricos. La segunda perspectiva de critica es sociolégica. Tampoco es nada claro que estemos frente a un declinar del 12 North, Douglas; Estructura y Cambio en la Historia Econdinica, Alianza, Madrid, 1994. és, 1995. la mayoria de tos tedricos liberales aceptan sin reserva que 135 Cudheano John; Fl Fin de la Democracia, Pai 1s, A derecho d Estados separados, a cada uno de los cuales se les supo jerminar quién puede eruzar sus fronteras y obtener la ciudadania”. En: Kyaaicka, Will Ciudadania Multicultural, Paidés, Barcelona, 1996, p. 174. 42 Growauizacion poder del Estado y de sus condiciones de existencia. Por ultimo, nuestra ter- cera critica es normativa en tanto no es nada evidente, desde una perspecti- va social y democratica, que sea deseable este declinar del Estado en el mun- do actual. LA LAMENTABLE PERSISTENCIA DE LAS POSIBILIDADES DE CONFLICTO ‘Tampoco parece mas plausible la tesis que sostiene el fin de la guerra. En efecto. el conflicto y la cooperacién son dos fenémenos muy pro- pios de la convivencia humana. Ello tanto al interior de las asociaciones hu- manas, como entre ellos'**. En relacién con el conflicto armado, es cierto que se ha avanzado en términos de que existe una conciencia creciente acerca de sus efectos negati- vos. Ello ocurre respecto a las posturas de la opinién publica, el derecho internacional y analistas de las relaciones internacionales. Pero, como no seria prudente creer que su posibilidad ha desaparecido, los esfuerzos hoy dia parecen concentrarse en limitar sus efectos destructivos. {Por qué la posibilidad de la guerra no ha desaparecido? Primero, porque las fuentes potenciales de conflicto son multiples". Segundo, porque es ingenuo creer que a modernizacién Ieva una po- idad decreciente de guerra. Ello por las siguientes razones: + En el tema de Ja guerra se hace evidente cuan poco se ha de pensar la modernizacién como un todo homogéneo. Ello, porque se constatan dis- crepancias complicadas en la esfera de la cultura, la economia y la politi- ca. Existen efectos retroactivos de pérdida de modernidad y persiste la defensa de viejos érdenes con métodos modernos; * Necesitamos una clara conciencia de las razones normativas que hacen de la democracia una medida de progreso, sin que poseamos con eso una garantia histérica de ese progreso. Las premisas de linealidad y teleologia no son facilmente sostenibles; * El efecto de las constelaciones internacionales sobre el caracter preciso de procesos de modernizacién tiene un alto impacto sobre el significado de la guerra y el cambio social; + Elincremento de la racionalidad puede significar muy diferentes cosas y los posibles conceptos opuestos de racionalidad son multiples. 15 Ministeri Chile, pp. 328 80 bidem, p. 33. le Defensa: Libro de fa Defensa Nacional de Chile. Imprenta de la Armada, Santiago de 199 Hay Patria Que Derenver? 43 ‘Tercero, porque aun cuando es cierto que dos democracias (liberales) no se han hecho la guerra, este régimen politico no es universal 0 facilmente universalizable; y la aplicacién causal de la conexi6n democracia-paz es dé- bil por Jo que cabe hablar mas bien de una tendencia. Cuarto, porque la globalizacién supone mayor comunicacién e inter- conexién, lo que incluso puede aumentar las posibilidades de conflicto y crisis internacionales. Y ello al margen del cardcter fragmentado de dicha globalizacién. Tras el término del bipolarismo, parece haber disminuido la probabilidad de un conflicto nuclear total. Pero lo anterior no excluye el empleo de armas nucleares localizadas (Huntington habla de la prolifera. cién nuclear como uno de los tres problemas claves de Occidente) ni la posi- bilidad de enfrentamientos convencionales, que son particularmente impor- tantes para Chile. Quinto, aun cuando las probabilidades de conflictos violentos puedan haber disminuido, el avance tecnol6gico posibilita tales niveles de destruc- cién que parece extremadamente imprudente que el liderazgo politico deje de considerar su posibilidad y los eventuales pasos para preverlo y afrontarlo —aunque disminuya la frecuencia hay que estar atentos a otros tres indica- dores: gravedad, magnitud e intensidad—"". CONCLUSION El proceso de globalizacion que se vive en la actualidad es un fendme- no mas complejo de lo que algunos desean reconocer. Junto a los aspectos positives que sin duda tiene, se observa la existencia de un conjunto de ele- mentos que afectan negativamente a muchos paises. Como la globalizacion es fragmentada, no beneficia a todos los paises por igual ni a todos los grupos sociales dentro de un mismo pais. Se obser- van importantes diferencias en la distribucién de la riqueza, del avance cien- tifico-teenolégico y de la calidad de vida en general tanto al comparar unos paises con otros, come si contrastamos lo que ocurre al interior de cada pais. La experiencia de los tltimos afios muestra que la globalizacién no sélo no ha eliminado las exclusiones de importantes grupos sociales, sino que en muchos casos las ha acentuado. Hoy se observan importantes sectores socia- les que quedan al margen del mundo global e interconectado. icacia sin Pruchas” (1969) en: Visquez, 1. As Relacio. icos, Limusa, Noringa Editores, México, 994, p, 280. 'S Singer, J. Davi ‘Tedrico inperlecto: Pe nes Internacionales, ‘I nsamivnto de fo: 44 Grosatizacion Junto con ello, el crecimiento explosivo de los flujos de capitales ha provocado inestabilidades tanto en las economias nacionales como en la eco- nomia mundial. Ello aumenta las posibilidades de violencia entre paises y al interior de los mismos. Eso contradice la idea planteada por algunos respecto a que con el término del bipolarismo en las relaciones internacionales, se podian dar por terminados los conflictos. Asimismo, la globalizacién impone nuevos desafios a los paises peque- fios y medianos, en orden a obtener que su voz y sus intereses sean conside- rados en el tratamiento de temas a los que en la actualidad se reconoce un caracter planetario y que en un pasado reciente eran considerados privati- vos de cada Nacién; este es el caso del respeto de los derechos humanos, la proteccién del medio ambiente, la lucha contra el narcotrafico y el tratamien- to de fenémenos migratorios, entre otros, Es central que en el tratamiento de dichos temas se evite la imposicién unilateral de los intereses de las gran- des potencias a través de los organismos multinacionales. Las multiples transformaciones ocurridas han incidido en una rela- tivizacién del poder del Estado, en su concepcién clasica. En el ambito eco- némico son muchas las decisiones que toman los agentes econdmicos, sin necesidad de considerar al Estado. Este ha perdido parte de su capacidad de decisién en aspectos tales como el valor del tipo de cambio, la determina- cién de los déficit presupuestarios y la promocién de politicas tributarias 0 de empleos, que prdcticamente desaparecen frente a la mundializacién del comercio, de las inversiones y de la comunicacién. Junto con ello se han dado procesos de descentralizacién del poder estatal, desde érganos centrales a los regionales y locales. transfiriendo prerogative Para muchos, el Estado hoy es sélo una parte del sistema global. Dicho sistema estaria compuesto por dos subsistemas, el Estado-céntrico, confor- mado por los Estados nacionales, y un subsistema multicéntrico, constitui- do por actores subnacionales y transnacionales no gubernamentales que operan con autonomia y con objetivos y medios de accion propios. Sin embargo, la tesis de que estariamos frente al fin del Estado es cues- tionada por importantes analistas internacionales por razones te6ricas, so- ciolégicas y normativas. En primer lugar, como ya se ha dicho, ese modelo teérico ideal de un Estado con poder soberano, supremo, central y perpetuo, no ha tenido his- toricamente, una existencia empirica. En segundo lugar, varias de las funciones que cumplié el Estado en el pasado, siguen siendo necesarias en la actualidad, y hasta la fecha no se vis- iHay Paria Que Derenver? 45 lumbra otra entidad que pueda hacerse cargo de ellas. Tal es el caso de te- mas como asegurar el bienestar social de la poblacién y la defensa de fos derechos humanos, entre otros. Estos argumentos contribuyen finalmente, a fundamentar, desde un punto de vista normativo, la necesidad de la exis- tencia del Estado, desde una perspectiva social y democratica. 46 Grosacizacion GLOBALIZACION ECONOMICA RICARDO FFRENCH-DAVIS'™ Las repercusiones econémicas asociadas al fenémeno de la globa- lizacién también denominada integracién mundial, aldea global, desapari- cién de fronteras o fin de la historia— pueden abordarse profundizando en tres aspectos fundamentales para las relaciones econdmicas internaciona- les: el comercio de bienes y servicios, las finanzas y la innovacién tecnolé- gica. La globalizacién, en el sentido de profundizacién de las corrientes de inversion, comerciales y tecnolégicas, ha contribuido a la modernizacién de los sectores exportadores. El comercio de bienes y servicios y la inversién extranjera aumentan rapido. Los paises de crecimiento més acelerado, en los afios recientes han tenido un dinamico desarrollo exportador. Pero, saltar de ahi a la conclusién de “fin de la geografia” y pérdida de sentido de la Nacién, es profundamente errado y riesgoso. La globalizacién es intensa, pero parcial, heterogénea y desbalanceada; excesiva en algunos aspectos e insuficiente en otros. El comercio internacional y la inversién ex- tranjera directa (IED), atin son notablemente menores que el comercio in- terno y la inversién nacional en el mundo y en América Latina. Por ejemplo, a nivel mundial, la IED representa entre el 6% y el 10% de la inversion total anual, y las exportaciones cubren entre un 15% y un 20% de la produccién mundial (en EE.UU. es 10%). La globalizacién es muy fuerte en lo que respecta a los flujos financie- ros y especulativos. En cambio, es débil, e incluso declinante, en 4reas como la coordinacion macroeconémica entre las naciones mas influyentes en los mercados mundiales. La cooperacién internacional para el desarrollo de los paises mas pobres practicamente se ha evaporado. En cambio, en aquellos mas desarrollados econémicamente, se mantienen fuertes Estados con sen- tido nacional. E] Estado y el sentido de Nacién conservan plena validez para lograr progresos de la gente; su necesidad es justamente reforzada en un entorno de globalizacién profundamente heterogénea, o desbalanceada. En consecuencia, es ciertamente efectivo que los paises de América La- tina (PALs) deben seguir promoviendo el intercambio y la interrelacién con el mundo. Pero ello no es una panacea para todo. Representa sélo una frac- cién de la actividad econémica y no esta exento de costos. Por esa razén 138 Economista, Asesor Regional Principal de la CEPAL. Hay Paraia Que Derenper? 47 tienen tanta importancia el papel de las politicas nacionales y los esfuerzos de integracién nacional y regional: no ha Megado el “fin de la geografia”. Asimismo, tienen mucha importancia el cardcter y especificidad de las poli- ticas nacionales que se apliquen: estamos muy lejos del “fin de la historia”, pues no hay una forma tinica de hacer las cosas en la economia y en lo so- cial. Ejemplos de camino distinto, mas funcionales para un desarrollo soste- nible, cada uno en su dimensién, son los esfuerzos de “crecimiento con equi- dad” y los avances en MERCOSUR y en otros procesos de cooperacién intralatinoamericanos. EL COMERCIO MUNDIAL. Desde finales de fa {{ Guerra Mundial se registra una fuerte tendencia hacia un crecimiento del comercio internacional mds intenso que el aumen- to del Producto Interno Bruto (PIB), de los paises. Entre mediados de los aiios cuarenta y de los noventa, el comercio exterior aumentsé entre 1,5 y 2 veces la tasa anual de crecimiento del PIB mundial. Esta tendencia fue favo- recida por la presencia del GATT y, posteriormente, por las negociaciones de la Ronda Uruguay. Asi, el mercado externo se incrementé mas rapido en el conjunto del mundo, tanto en los paises desarrollados como en las regiones en desarrollo. Entre las segundas, aumenté muy fuertemente en el este asiatico (principal- mente en Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong-Kong). También se obser- va un ostensible crecimiento en América Latina en los afios mds recientes, cuando la participacién de las exportaciones en el PIB (a precios constantes) se elevé de 14% a 23% entre 1980 y 1995. Sin embargo, en los ultimos 25 aios, los precios de los productos de exportacién de América Latina se deterioraron a causa de la mayor veloci- dad con que auments la oferta en comparacién con la demanda. Por esta raz6n, es clave que los incrementos de la oferta de productos exportables se reorienten hacia mercados de rubros no saturados y de mayor valor agrega- do, como lo hicieron los paises del este asidtico'”. Los paises de América Latina (PALs), en cambio, han carecido de la rapidez y flexibilidad necesa- rias, a pesar dé que en los tiltimos afios se han ido cambiando las estructuras productivas. De ahi que los precios de exportacién en esta region hayan evo- 139 En Los afios °90 se observa una cierta “latinoamericanizaciin” de algunos paises asidticos, que ofre- cen en exceso rubros como los clectrdaicas, registrandase hacia iodiados de este deceniv un deteriora de lax condiciones de venta de esos produetos, 48 Giosatizacion lucionado tan desfavorablemente en los ahos ochenta y noyenta, Los avan- ces en MERCOSUR y reformas mas pragmaticas que aquellas mas ideolégi- cas ya hechas en América Latina, sin duda ayudardn a mejorar esa situacion de deficiente insercién en los mercados externos. Los datos presentados en el cuadro | ilustran [a participacién de paises seleccionados, en la produccién mundial, en las exportaciones y la inver- sién. Estados Unidos y Japén estan exportando el equivalente al 10% de su PIB en bienes y servicios; Alemania, 22%; Suecia, 33%; Corea y Chile, 28%. En promedio, el mundo exporta el 20% de todo lo que se produce anual- mente. Si se considera el componente importado que tienen las exportacio- nes, la cifra en términos de valores agregados, que es la manera como se calculan los PIB, seria cercana al 15%. Hay entonces un 85% de la produc- cién mundial que no se comercia internacionalmente. CUADRO 1 PRODUCTO, EXPORTACIONES E iNVERSION, 1994 PNB? Participacion en el PIB® Exportaciones Inversion Mundo 25.103 20 21 Estados Unidos 6.737 10 16 Reino Unido 1.070 25 15 Alemania 2.076 22 22 Francia 1.355 23 18 Japon 4.321 9 30 Corea 367 28 38 Chile 50 28 27 Fuente: Banco Mundial, The World Bank Atlas. 1996. * Producto Nacional Bruto, en miles de lones de US$ corrientes. » Porcentajes. En cuanto al 15% que si se comercia, el intercambio es mas intenso con los mercados intrarregionales (ver cuadro 2). Por ejemplo, en el caso de los europeos, que holgadamente son los principales exportadores mundiales (pues dace naciones cubren 36% del intercambio mundial), casi el 60% de sus exportaciones va a paises miembros de la misma Unién Europea. Asimis- tHay Parria Que DEFENDER? 49 mo, el comercio intranorteamericano (Estados Unidos y Canad) representa alrededor del 37% de sus exportaciones totales. En América Latina, mas atra- sada en el desarrollo de las relaciones econémicas regionales, sélo el 20% de su comercio es intralatinoamericano. Sin embargo, ha estado creciendo ace- leradamente en este decenio, estimulado, en parte, por los numerosos acuer- dos comerciales en proceso. El mas dinamico ha sido MERCOSUR. CUADRO 2 EXPORTACIONES MUNDIALES DE MERCANCIAS SEGUN DESTINO (PORCENTAJES) 1990 1991 1992 1993 1994 1995 América del Norte* 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Intra-América del Norte 34,3 32,9 33,4 35,6 36,9 36,0 Extra-América del Norte 65,7 67,1 66,6 64,4 63,1 64,0 Uni6én Europea? 100,0 100,0 100,0 100,6 100,0 100,0 Intra-Unién Europea 59,6 61,2 60,9 57,7 57,5 62,9 Extra-Unién Europea 40,4 38,8 39,1 42,3 42,5 37,1 América Latina‘ 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Intra-América Latina 13,9 15,9 18,9 20,6 20,2 20,8 Extra-América Latina 86,1 841 81,1 79,4 79,8 79,2 Fuente: OMC, El Comercio Internacional, 1995; ¢ Informe Anual, 1996. * Incluye Canada y Estados Unidos. “ Incuye doce paises. ©Incluye a los once paises de la ALADI y a otros 25 paises o territorios, Entonces, es evidente que la geografia es un aspecto relevante en la determinaci6n del comercio. Hay un espacio natural para comerciar con los paises vecinos, de ahi la importancia del MERCOSUR y las posibilidades de integracién con los paises del Grupo Andino y el resto de los PALs. Este espacio, sin duda, contribuye al estimulo a las exportaciones y a que éstas aporten mas al desarrollo nacional, ya que las exportaciones intralatinoa- mericanas son mucho mis intensivas en valor agregado e innovacién tecno- légica que las de Ja region hacia Estados Unidos, Europa o Japon. SO Grosatizacion Asi, las exportaciones intralatinoamericanas son mas generadoras de desarrollo econémico y social. Contribuyen mejor, entonces, a lo que se de- nomina “desarrollo endégeno”, es decir, aquel que va emergiendo al inte- rior de las economias nacionales, con las consiguientes mayores potenciali- dades y sustentabilidad para et futuro. Es preciso sefialar que la capacidad de aprovechar los beneficios del comercio internacional depende en gran medida de la disponibilidad opor- tuna de recursos fisicos y humanos en las respectivas economias, y de las politicas econémicas que se adopten. Los paises del este asidtico encontraron un ambiente internacional con poca competencia y gozaron de mucha autonomia para definir sus politicas econémicas. Aplicaron politicas promotoras de exportaciones notablemente selectivas, en cierte sentido intervencionistas. Fueron politicas inteligentes, ya que no otorgaron subsidios sin exigir nada a cambio. Por el contrario, concedieron incentivos sujetos a rendimientos, que obligaban a quienes los recibian a generar capacidad productiva y hacerse competitivos internacional- mente en plazos razonables, Eran subsidios e incentivos condicionados, que se utilizaban para promover ciertos sectores y actividades. Se trataba entonces de mercados orientados y regulados, principalmente entre mediados de los aios sesenta y fines de los ochenta. América Latina ha tenido una experiencia muy diferente. Fl volumen de las exportaciones ha sido satisfactorio, pero su calidad y su diversifica- cién han resultado deficientes. Como se sefial6, a diferencia de lo ocurrido en los paises del este asiatico, los precios de las exportaciones latinoamerica- nas han decrecido tempranamente. Por otra parte, el desarrollo exportador se ha transmitido muy débilmente a los mercados internos. El cuadro 3 mues- tra las relaciones entre crecimiento de las exportaciones y aumento del Pro- ducto Interno Bruto de la regién y de algunos paises dentro de ella, y el de los paises asidticos del este. El desempetio de los latinoamericanos en los Ultimos quince afios es deficiente en cuanto a su calidad y contribucién al desarrollo productivo, en tanto que el de Asia oriental es notable. Es el con- traste del pragmatismo versus el ideologismo en el disefio de las reformas. En consecuencia, la tarea actual es abrirse espacios para una mejor insercién en el comercio mundial. Para ello es necesario invertir en la gente y desarrollar los mercados “incompletos”. Justamente, uno de los mayores desaffos para lograr un desarrollo sostenible y con equidad es generar 0 com- plementar mercados efectivos donde antes no existian. F] enfoque neoliberal supone que esos mercados surgen rapido y espontaneamente con la liberali- zacion. La realidad es muy diferente. Por ello, el Estado debe efectuar es- tHay Pata Que DereNoeR? 51 fuerzos sistematicos para completar o crear esos mercados. Por ejemplo, vertir fuertemente en educacién y generar canales de capacitacién laboral; estimular la innovacién tecnolégica, y crear y fortalecer los mercados de ca- pitales de largo plazo, mejorando el acceso a proyectos de empresas “sin his- toria” y de las PYMEs. Asimismo, es determinante originar un ambiente M0 macroeconémico estable'™". LAS FINANZAS INTERNACIONALES El mercado internacional de capitales, que habia desaparecido con la crisis de 1930, renacié lentamente después de la IT Guerra Mundial, con el apoyo de la inversion extranjera directa (IED), los acuerdos de Bretton Woods 141 Aunque en ciertas ocasio- y la creacién de los organismos multilaterales' nes puede discreparse de las orientaciones que han tomado estas institucio- nes, debe reconocerse que han jugado un rol importante en el desarrollo de los paises, y su papel ha sido crucial en las situaciones de crisis. Por eso es que las propuestas de idedlogos como Milton Friedman de suprimir el FMI, son profundamente dafinas. La globalizacién requiere mas y no menos ins- titucionalidad internacional, pero con orientaciones profundamente refor- madas; sus tendencias tan ideologizadas deben reemplazarse por enfoques mas pragmaticos. A partir de los aiios sesenta, comenzaron a desarrollarse muy intensa- mente los créditos bancarios internacionales. Luego se produjo la crisis de Ja deuda en los aftos 1981-82, generandose el escenario de un mercado de capitales privados totalmente comprimido por casi un decenio, y la casi com- pleta desaparicion de las fuentes de financiamiento externo. En este perio- do, América Latina se convirtié abruptamente, de manera forzada, en ex- portadora neta de recursos hacia el exterior. Esta situacién se revirtié en los afos noventa, al originarse cambios en los mercados internacionales, espe- cialmente en los Estados Unidos!”. 4 Una de las deficiencias de las politicas macroecondmicas en el mundo actual, es la excesiva inestabili- dad provoeada principalimente por la aplicacién de rece excesivos dol tipo de cambio, endeudamientos externos de carteras bancarias rivsgosas. En definitiva, tienden a favorecer las ganancias especulativas (a expensas del resto de la econ nia) por sobre las de productivi n al conjunte). Ver CEPAL, Politicas para Mejorar la én en la Econonnia Mund 1 actualizada, Fondo de Cultura Eeondmica/CEPAL. 1998, capitulos X y XL 10 el Fondo Monetarin Internacional, el Banco Mundial, ¢! Banco Lnteramericano de Desarrollo is neoliberales simplistas, que facilitan atrasos ostenibles, y expansi il (que favorei segunda edi MG (BID) y el Banco Asiatic de Desarrollo. ‘2 Ver un examen sistematico del origen y causas del financiamiento externo en los afios noventa, en: FfrenchDavis v Griffith Jones; 1995, 52 Grosarizacion En América Latina, al iniciarse la década de los noventa, se produjo una recuperacion muy significativa del financiamiento externo privado. Ello representé un exceso respecto de lo que la regién podia absorber sin generar desequilibrios importantes. De este modo, América Latina pas de una exce- siva escasez a una excesiva abundancia. CUADRO 3 CRECIMIENTO DEL PIB Y DE LAS EXPORTACIONES, 1970-95* (TASA DE VARIACION PROMEDIO ANUAL, EN US$ DE 1980)" 1970-80° 1980-95 PIB Exportaciones PIB Exportaciones América Latina‘ 5.6 2.6 18 59 América Latina (excluida Venezuela) 6,0 6,4 18 65 Argentina 2,8 2,0 11 6,3 Chile 25 89 4,2 76 México 6,7 8,3 1,3 8,2 Todo el mundo 3,7 5,1 2,3 5,0 Estados Unidos 2,9 68 25 55 Este asiatico Primera tanda* 9,3 14,1 7,9 11,9 Segunda tandaf 7,5 8,2 7,0 14 Puente: CEPAL, sobre la base de datos oficiales; Banco Mundial, World Tables 1995; OCDE, World Economic Outlook, mayo 1996; y CEPAL, Politicas para mejorar la insercién en Ia economia mundial, 1998. * Corresponde a las exportaciones de bienes y servicios. » Para los paises que no pertenecen a América Latina, las cifras fueron calculadas en US$ de 1987. © Para los paises que no pertenecen a América Latina, el periodo es 1965-80. “Incluye diecinueve paises * Comprende a la Repiblica de Corea, Hong Kong y Singapur. ' Comprende a Indonesia, Malasia y Tailandia. Hay Patria Que Derenosn? 53 Un componente muy significativo de estos movimientos de capitales internacionales lo constituyen los flujos financieros. En América Latina, de cada cuatro délares que entraron en el cuatrienio 1991-94, sdlo uno fue IED. La mayoria correspondié a movimientos de capitales financieros de corto plazo —créditos financieros, depésitos bancarios en moneda extranjera, com- pra de acciones existentes y bonos de corto plazo—, que son mas volatiles dado su caracter especulativo. En 1996, el flujo total de JED de 140 paises alcanzé a cerca de 350 mil millones de délares anuales frente a 30 billones de producto mundial. Re- sulta entonces, que estos flujos de recursos por concepto de [ED alcanzarian s6lo a 1,2% del PIB mundial. Dado que en el mundo cerca del 21% del pro- ducto total se destina a inversién, el 6% de esta cifra (un punto) era realizado por IED. Estas cifras estan en evolucién. La IED esta expandiéndose mas répidamente que el PIB mundial, incluso a mayor velocidad que el comer- cio internacional. Por otra parte, las cifras de IED omiten algunos flujos de financiamiento asociados a sus proyectos de inversién. Con todo, su participacién de 6% en la formacién de capital mundial, podria corregirse a un porcentaje que se acerca al 10%. En consecuencia, algo asi como el 90% de la inversién inter- na (otal es de origen nacional. Esta es la realidad de la economia mundial, En el caso de los paises en desarrollo, los antecedentes oficiales revelan que la participacién media de la JED en su inversién interna total, fue de 7%. En 1994, en América Latina se registré una inversién total (incluyendo la extranjera y la nacional, publica y privada) cercana a los 300 mil millones de délares. De ellos, 24 mil millones correspondieron a IED, lo que da un porcentaje parecido al promedio de las regiones en desarrollo. Luego de la crisis de México, en 1994, los flujos especulativos hacia la regidn se frenaron transitoriamente (y se redirigieron hacia el este y sudeste asidtico). En tanto, la IED continué con su tendencia ascendente. Con ello, se elevé a alrededor de la mitad del flujo neto de capitales hacia la region en 1996-97. Sin embar- go, la otra mitad corresponde principalmente a inversiones financieras, de alta volatilidad. De hecho, entonces, una parte apreciable del financiamiento externo recibido por los PALs no llega directamente a la inversién productiva. Por el contrario, va a los mercados financieros y de ahi puede derivar a inversién 0 a consumo, dependiendo del ambiente que haya en la economia nacional y de las politicas que se apliquen. Por ejemplo, desde 1991 el tipo de cambio se aprecié mucho mas en México y Argentina que en Chile. Esto se explica por la mayor permisividad del mercado de capitales de aquellos dos paises: 54 Giopavizacion los enormes ingresos de capitales de corto plazo; garantias y evaluaciones insuficientes de los bancos al otorgar préstamos, y la relativa debilidad de las superintendencias y de la regulacién prudencial, observadas en esos paises. Esta situacién conduce a que los recursos que provienen del exterior, en vez de canalizarse hacia la inversién, se orienten crecientemente hacia el consumo, en particular de productos importados, que se financian con “las platas de otros”. Eso siempre resulta el preludio de crisis de balanza de pa- gos y dolorosos ajustes recesives. Se genera asi un gasto que no produce em- pleo ni producto nacional sostenibles, y se acumula endeudamiento sin un aumento correspondiente de la capacidad productiva. Las tasas de ahorro nacional son fuertemente afectadas por este fend- meno. En efecto, mientras en México y Argentina éstas decrecieron en el periode 1990-94, en Chile subio significativamente. De hecho, desde 1993, las tasas de ahorro y de inversion de Chile han sido las mds altas de su histo- ria, luego de que en el periodo de la dictadura —con la excepcién de dos aiios, (1981 y 1989)-, se registraron tasas notablemente deficientes. El contraste entre el desempefio de Chile y el de Argentina y México, se debe a que en estos dos tiltimos paises los capitales que ingresaron fueron ros de corto plazo y en cantidades mas fundamentalmente flujos finan excesivas. En Chile, en cambio, la IED es la parte mayoritaria de los ingresos externas. La razén es que las autoridades econémicas (Banco Central y Mi- nisterio de Hacienda) han aplicado restricciones al ingreso de flujos finan- cieros y de corto plazo, y el volumen global de flujos al pais se mantuvo en montos manejables gracias a las politicas activas que acertadamente aplica- ron el gobierno y el Banco Central de Chile!’. Es esencial, por tanto, saber cémo enfrentar la afluencia de capitales externos. Los efectos dependen crucialmente de la naturaleza de estos flu- jos. Es muy distinto si llegan en calidad de IED a crear nuevas capacidades productivas (no a comprar lo existente, sin ampliarlo), que cuando ingresan como depésitos bancarios en délares 0 a adquirir acciones en la Bolsa y pre- sionan por revaluaciones en el mercado cambiario, desestimulando la inver- sién productiva interna ¢ incentivando el consumo importado. Estos aspec- tos son muy claves para entender cual es el ambiente econémico y hacia dénde se esta empujando a la economia. 1B Flreactebavis, Agosin, v Uthoff "Movimientos de Capitales. Sen Ffrench-Dayis y Griffith Jones, intes, Efectos y Polit Fstrategia Exportadora y Estabilidad la Nuevas Corrientes Fi- ica/CEPAL. ounpiladore: 1s, Fondo de Cultusa Bron Macroecondmica en Chi mancieras Hacia la América Latina: Santiago, 1995, iHay Patria Que Derencer? 55 Los mercados de capitales de corto plazo de muchos paises, incluidos los de América Latina, se han interconectado mas intensamente que los mercados productivos. En materia de movimiento de capitales financieros, son montos gigantescos que entran y salen, lo cual crea problemas tanto a los paises desarrollados como a los en desarrollo, en particular si no adoptan medidas eficaces para defenderse constructivamente. En Chile, por ejemplo, durante algunos meses de 1990 y 1991 entraron capitales financieros en mon- tos muy elevados, lo que creé un serio problema en el mercado de capitales y el mercado cambiario. Esto, a su vez, indujo a las autoridades a regular, res- tringir y establecer impuestos sobre ciertos flujos financieros desde 1991. La implicancia de todo esto es que no hay una globalizacién uniforme y sus efectos sobre paises y sectores tienden a ser muy diversos. Las heterogeneidades que existen no son las mas favorables para el desarrollo y la equidad. Por el contrario, son las mas desfavorables, debido a que los alti- bajos que generan los movimientos de capitales de corto plazo tienden a es- tar sesgados contra el mundo de la produccién, contra la innovacién tecno- l6gica y contra la equidad. En los periodos de auge, los pobres y las empresas productivas no pueden correr a la misma velocidad que alcanzan quienes tienen buen acceso a los mercados financieros especulativos, y tampoco tie- nen la capacidad para enfrentar adecuadamente los periodos de contrac- cién. Son bien conocidas las fuertes concentraciones del ingreso y las innu- merables quiebras que se han producido, en el mundo y en América Latina, en los periodos de ajuste recesivo que con frecuencia han seguido a periodos de bonanza, acompaniados de booms crediticios, expansién del consumo importado, y alzas de precios bursatiles, en una expansién no sostenible. El “efecto tequila” es un ejemplo evidente. LA INNOVACION TECNOLOGICA Los tltimos quince aiios han sido de gran innovacién tecnolégica en el mundo, la que ha sido especialmente notable en ambitos como las comuni- caciones, la informatica y la electronica, Indudablemente, estas innovacio- nes han permitido mejorar los procesos productivos, reforzando al factor tecnolgico, uno de los ingredientes basicos para el crecimiento econémico. Al mismo tiempo, ha fortalecido el papel de los servicios. Qué ha pasado en dicho lapso con el crecimiento econémico mun- dial? Paradojalmente, ef mundo esta creciendo més lentamente. La tasa de crecimiento promedio ha bajado del 4% anual en el perfado 1965-80, al 3% en 1980-97. S6 Groparizacion De ninguna manera esto significa que el progreso tecnolégico no haya sido funcional al crecimiento, sino que los factores productivos (capital, tra- bajo, tecnologia), no se pueden combinar en forma arbitraria y operar ar- ménicamente. Hay que satisfacer requisitos de calidad y proporcién. El pro- blema es que la innovacién tecnolégica no se puede incorporar en forma significativa por si sola. En gran parte ella es “tecnologia incorporada” en los equipos y maquinarias y en la capacidad de la gente. Entonces, se necesi- ta una mayor inversién productiva, fisica y humana, para poder incorporar el desarrollo tecnolégico y mejorar asi la productividad nacional. Por otra parte, una elevada tasa de progreso técnico requiere de una mano de obra flexible y crecientemente calificada. De ese modo es posible evitar el llamado “desempleo tecnolégico” causado por la dinamica de los procesos innovativos, que desplaza a los trabajadores y a las empresas que no pueden adaptarse a las exigencias de las nuevas tecnologias. En este con- texto, la desigualdad en las capacidades adquiridas por los trabajadores ha dado lugar a una estructura salarial que ha aumentado persistentemente la brecha entre los salarios bajos y los altos a nivel mundial. Asi, se revirtié la tendencia progresiva que prevalecio en los tres primeros decenios de la pos- guerra mundial. Para superar esta situacién, es indispensable aumentar la inversién, fisica y en la gente, para asi poder absorber mas adecuadamente la mejor tecnologia disponible en el mundo. En ese sentido, un aspecto crucial es la recalificacién de la mano de obra y un mayor entrenamiento sistematico de los trabajadores durante sus cuarenta afios de vida laboral. Esto requiere un gran esfuerzo educacional, como el realizado en Alemania, Japon y el este asidtico, por ejemplo", De ahi la importancia de la reforma educacional, y también de redoblar los esfuerzos de capacitaci6n laboral. Sin embargo, la tendencia mundial reciente es a reducir la inversién. En efecto, en Estados Unidos y Gran Bretafia, por ejemplo, la formacion bruta de capital apenas representé alrededor del 16% del producto en varios de los ultimos afios, cifra muy pequefia en comparacién con las alcanzadas en las décadas del 60 y °70. Incluso, segiin datos del Banco Mundial, la tasa de ahorro de Estados Unidos ha bajado desde 19,7% en 1960-79, a 17,4% en los afios ochenta y a 15,3% en 1990-93, Paradojalmente, ha logrado sostener su nivel de gasto con un ingreso de capitales externos de US$ 100 mil millo- nes anuales, la mitad de los cuales procede de Japén. M4 La actual Cor Chile, recién en 1992 se supers fa remun tiende a opacar el notable desemy ios reales, por ejemplo, se elevaron mas de 8% anual en el curso de t v anterior de paises como Repiiblica de lecenios. En real promedio aleanzada en 1970, Hay Pavria Que Derenver? 57 Los deterioros de la inversién productiva y del ahorro corresponden a un fenémeno que esta muy relacionado, por una parte, con el detrimento de la eficacia de las politicas macroeconémicas en los tres 0 cuatro ultimos quin- quenios; y, por otra, con la naturaleza de las innovaciones en los mercados de capitales, pues ha aumentado de manera vertiginosa la velocidad con que ciertos capitales (principalmente los especulativos) pueden trasladarse de un pais a otro. Asi, se observa una tendencia declinante en la inversién productiva, junto con un aumento espectacular de los movimientos de capitales interna- cionales. Esto se debe a que una proporcién largamente mayoritaria de di- chos recursos no se vincula a la inversion productiva, sino que su caracter es meramente especulativo. Estos movimientos estan asociados y motivados por las expectativas sobre diferencias en las tasas de interés. los tipos de cambio y las cotizaciones de holsa de los distintos paises. Delo anterior se desprende que en el mundo hay mucho incentivo para obtener ganancias mediante la especulacién y no a través del mejoramiento de la productividad. Hay muchos agentes econémicos dedicados a lograr ganancias de capital, pero no de productividad. Esta seria una razén princi- pal del debilitamiento de la inversion productiva. En este contexto, los coeficientes de inversién son notablemente bajos en América Latina. En la segunda mitad de los aiios setenta la region estaba invirtiendo el 24% del PIB (cifra superior al promedio mundial), mientras que en los ochenta la tasa de inversién bajé significativamente, alcanzando un promedio anual de 16,8%. En 1994 ésta se elevé a 18,8%, para luego volver a bajar a 18,1% en 1995-96. Ello se explica por el espectacular descen- so de la inversin ocurrido en México y Argentina en ese afio, como conse- cuencia de la crisis mexicana de diciembre de 1994 y el llamado “efecto tequila”. La inestabilidad, que es la consecuencia de una apertura financiera excesiva, resulta muy dafiina para el desarrollo productivo y para la equidad. IMPLICANCIAS PARA LAS POLITICAS PUBLICAS La globalizacién econémica ha ganado terreno significativamente. Pero, como hemos demostrado, la mayor parte de las decisiones sobre produccién y empleo y respecto del acontecer diario de nuestros paises, atin se desen- vuelve dentro de las fronteras nacionales. En consecuencia, condicionar lo esencial de las politicas publicas a las consecuencias que involucren en la dimensién meramente externa o financiera, puede constituir un gravisimo error politico y econémico. 5B GLopauizacion Los resultados obtenidos en el Ambito financiero constituyen un ejem- plo muy ilustrativo. Ellos tienen que ver con el tipo de instituciones que se han ido creando y con la forma en que se disefian las politicas macroeconé- micas. La calidad y pragmatismo de éstas se han debilitado en los paises mas desarrollados, mientras que en muchas naciones latinoamericanos los espa- cios de maniobra se han ido limitando para concentrarse excesivamente en un instrumento predominante, que es la tasa de interé Es adecuado e imprescindible utilizar ésta como instrumento, pero cuando es la principal y casi tnica herramienta, suele involucrar fluctuacio- nes muy fuertes. Esto beneficia a algunos sectores, que ganan a costa de otros. Y quienes pierden son los de mas bajos ingresos y aquellos vinculados a la actividad productiva. Fluctuaciones pronunciadas de la demanda total de las tasas de interés y del tipo de cambio, dificultan la actividad empresa- rial. Los empresarios ven complicarse el cdlculo de sus pardmetros de refe- rencia y se generan demandas agregadas muy inestables. En tales circuns- tancias, el empresario experimenta una gran incertidumbre respecto de la situacién de mercado que enfrentaré una vez que haya ejecutado su proyec- to de inversién. Este factor desalienta muy fuertemente la inversién produc- tiva, que es irreversible en la medida en que queda inmovilizada. Diferentes estudios econométricos han comprobado la gran sensibilidad de la inver- sién respecto de la inestabilidad cambiaria, de tasas de interés y de demanda agregada. E] inversionista necesita asegurarse de que su produccién encon- trar4 condiciones de mercado razonables y no una economia altamente re- cesionada 0 con un tipo de cambio atrasado y unas tasas de interés demasia- do elevadas"**. Para perfeccionar esta situacién, es preciso dotar de mayor flexibilidad (expansiva y contractiva) a la politica fiscal, y aumentar la efectividad de la regulacién de los flujos de capitales especulativos. En lo referente al desarrollo del sector exportador, se debe tener en cuenta las interconexiones entre la innovacién tecnoldgica, los mercados fi- nancieros y la actividad productiva. Las exportaciones no interesan per se, 45 Ver un andlisis de seis PALs (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Pert), en: Ffrench-Davis, R. y Reisen, H., e¢ Flujos de Capitales ¢ Jnversion Productiva, McGraw-Hill, Interamericana, Santi; 20, 1997, Ahi se documenta Ja fuerte influencia que el entorno macroccondmico genera para la inversion aha sido desestimulante para la inver- tores productiva, Er general, el estilo neoliberal de hacer macroecon sin productiva. Un indicador sugerente es qu Fstadus Unidos, Inglaterra y Chile- la tasa de inversién dee mentos nevtiterales ~ tres caxos importantes de expe En los dos primeros paises ella fue menor en los afios "80 que en los °60 y cn los 70, Por su parte, Chile tuvo una tasa de inversién mds baja que en los sesenta, tanto en los ochenta como ext fox setenta Hay. Patria Que Darenver? 59 sino en la medida en que contribuyen al desarrollo productivo, de modo que haya mayor inversién y productividad, con plena utilizacién de la capacidad productiva que se crea y con generacién de empleo productivo. En todos los paises de la region, una expansién dindmica de las exportaciones no tradi- cionales de bienes y servicios, puede contribuir eficazmente a esos objetivos. De esta manera, la gente puede acceder efectivamente a trabajos de mayor calidad, salarios y rentas mds altos, con el consiguiente aumento de su bien- estar. Ademas, como ya se sefials, las exportaciones sdlo representan entre el 15% y el 20% de la produccién mundial, por lo que es necesario poner aten- cidn en el 80% a 85% restante, que se produce y consume localmente. Por lo tanto, no sdlo interesa promover la inversién en la produccién exportable, sino también en el resto de los sectores, y acrecentar las interrelaciones en- tre las producciones para los mercados externos ¢ internos. La importancia alrede- de esto es clara en la experiencia coreana. En efecto, si Corea ereci dor de 8% anual durante los tltimos treinta afios y las exportaciones le hi- cieron en 17%, el resto de los sectores aumentaran cerca de 6%. En cambio, en la experiencia menos exitosa de otros paises, mientras el sector exportador registraba un incremento, los demas sectores se contraian o permanecian aletargados. Lo que se busca es que las exportariones se expandan, arrastrando tras de si al resto de la economia. Esto es esencial para que el conjunto de la poblacién sea participe del crecimiento econémico y de una mayor equi- dad. En conclusién, es esencial buscar una inserci6n mas dindmica y diversificada en el comercio mundial, y aumentar nuestra capacidad de in- corporar tecnologia a través de politicas mesoeconémicas (inversién en in- fraestructura; educaci6n; capacitacion laboral; apoyo a la innovacién tecno- légica y de gestion; desarrollo del segmento de largo plazo del mercado de capitales, y acceso de las PYMEs, entre otras). Las tareas son multiples, pues el camino hacia el desarrollo econémico es largo y dificil. La globalizacion, con su heterogeneidad, plantea el desafio de aprovecharla y orientarla. Y un elemento muy importante en este sentido es el aspecto financiero. En particular, lo referente al movimiento de capita- les de corto plazo con el exterior y la organizacién del mercado interno de capitales, Se debe tener la capacidad necesaria para canalizar esos recursos en las cantidades y composicién apropiadas, consistentes con la capacidad de “digestién” nacional. Ello exige una regulacién adecuada, que concilie relaciones financieras externas activas con equilibrios macroeconémicos 60 Giopatizacion sostenibles, tal como lo ha demostrado la positiva pero perfectible experien- cia de Chile en estos ultimos afios. En efecto, desde 1990, el pais ha adopta- do una serie de medidas para desalentar el ingreso de capitales financieros desde el exterior. Ellas se han demostrado muy eficaces. El ejemplo mas pal- pable es el diferente desempenio en 1995 de Chile, por una parte, y de Argen- tina y México por otra. Hay Pataia Que DEFENDER? 61

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