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Historia de la Filosofía.

El origen de la Filosofía. La Filosofía Antigua.


La filosofía occidental surge en Grecia, fomentada por un contexto político severo difícil de
sobrellevar.

Una elite de eruditos se reunía en distintos ámbitos huyendo de la realidad oscura que
estaban viviendo para dialogar y así lograr comprender los sucesos que acontecían.

A partir del siglo VI antes de Cristo hasta el siglo II, comienza en Grecia el movimiento
filosófico que influyó y aún hoy sigue influyendo en nuestra cultura.
La filosofía antigua parte del conocimiento general para conocer lo particular y para los
griegos, el hombre forma parte de la naturaleza, de ahí el nombre del período, denominado
cosmológico.
Los filósofos anteriores a Sócrates (siglo IV a. de C.), que se denominan presocráticos,
integran el llamado período cosmológico, que se suele agrupar en escuelas, como la jónica,
milesia, pitagórica, eleática, pluralista y atomista.

Los más importantes fueron Tales (siglo VI a. de C.), Anaximandro, (siglo VI a. de C.)
Anaxímenes, (siglo VI a. de C.), Heráclito, (siglo V a. de C.), Parménides, (siglo V a. de C.),
Pitágoras, (siglo V. a. de C.), Empédocles, (siglo IV. A. de C.), Anaxágoras, (siglo IV. A. de
C.) y Demócrito (siglo IV a. de C.).

Los griegos, para llegar al conocimiento buscaban lo que tiene existencia en si mismo, o sea
el fundamento de todas las cosas, el principio como comienzo de la realidad, ya que en la
naturaleza todo cambia y lo que es ahora, con el paso del tiempo es diferente.

El más antiguo filósofo griego que se conoce es Thales, de la ciudad de Mileto, que
representa la ruptura con la mitología y el paso del mito al logos o conocimiento.
Su intuición fundamental fue la idea de que toda la realidad tiene su origen en un principio
único (arjé), el agua.

Otro filósofo de la misma época, Anaximandro, también de la escuela de Mileto, creía que el
principio de todas las cosas era material, pero no una cosa determinada sino una especie de
cosa indefinida, una protocosa que tenía en potencia la posibilidad de que se derivasen de
ella todas las demás (apeiron). Representó un gran avance porque por primera vez se
supuso que este principio era algo indiferenciado e inmortal.
La intuición de este filósofo se aproxima notablemente al concepto actual de partícula como
fundamento de la materia.

Anaxímenes, discípulo de Anaximandro, pensaba que el principio indeterminado e infinito de


todas las cosas era el aire, del cual, por un proceso de rarefacción y condensación, surgen
las otras tres materias básicas: fuego, tierra y agua, y, de éstas todas las demás. El mundo
está rodeado por el aire, que actúa como hálito vivificador e informador de la materia.

La intuición de Anaxímenes es precursora de la cosmovisión actual que reconoce un poder


organizador y de información sobre la materia, que también se encuentra dentro de
nosotros.
A Heráclito (siglo V a. de C.) se lo llama el oscuro por la dificultad que encierran los escritos
que se conservan de su obra. “Todo fluye”, decía, “Todo está en movimiento y nada dura
eternamente”, “No puedo bañarme dos veces en el mismo río, porque cuando lo hago, ni yo
ni el río somos los mismos”. Adjudicó un principio material a todas las cosas, atribuyendo
realidad a lo concreto, múltiple y cambiante, es decir, a un universo formado por contrarios
en constante oposición, a los que el logos, principio normativo del universo y del hombre,
conduce a una síntesis armónica.

Parménides (siglo V a. de C.) Su teoría sobre el ser se presenta como la contrapartida de la


filosofía del devenir de Heráclito.

la única vía real del conocimiento es la razón, la del ser, cuyos atributos son la inmutabilidad,
la eternidad, la indivisibilidad, la homogeneidad y la inmovilidad.

Concibe al ser como una esfera compacta y rígida e identifica el ser con el pensar, afirmando
que si el ser es, no puede no ser, de modo que descubre el principio de identidad: el ser es y
el no ser no es, afirmación lógica en contraposición a Heráclito, que afirmaba que el ser era
el devenir o sea el ser y el no ser.

En cuanto a Heráclito, rescato de su pensamiento el reconocimiento de la necesidad de los


opuestos y de la armonía a través de la razón universal. La vida es movimiento y cambio,
cada momento es único y hay que vivirlo intensamente porque no se va a volver a repetir
exactamente igual, seremos nosotros diferentes y distintas serán también las circunstancias.

Pitágoras: fue el fundador de una secta místico religiosa orientada hacia el estudio de las
matemáticas. El estudio de los números y sus relaciones llevaba a comprender la armonía
existente en el cosmos, ya que para ellos la esencia de los seres estaba en los números.

Empédocles fue otro filósofo singular del siglo IV a. de C. Para él, el origen de la materia era
la combinación de cuatro elementos irreductibles, agua, tierra, aire y fuego y la muerte no
era más que la separación de las partículas de estos elementos que integran los cuerpos
para agruparse después formando otros nuevos. El amor y el odio eran las fuerzas que
causaban esta integración y desintegración. Su gran aporte fue la idea de elemento, la de
conservación de la materia y la de evolución.

Demócrito(siglo IV a. de C.) fue uno de los filósofos más importantes de la antigüedad.


Su teoría sostenía la existencia de dos realidades básicas: lo lleno y lo vacío, la materia y el
espacio. El vacío era necesario para la existencia del movimiento y este vacío no significaba
negación de la materia o la nada.

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