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La familia reacciona con temor, rechazo y a veces odio hacia esta miembro que
consume, negando en primera instancia su apoyo para luego ejercerlo con muchas
limitaciones y movilizada por el amor y el anhelo de paz en sus vidas.
La mujer drogodependiente por su parte hace del consumo su principal arma, para
vengar dolores personales, hacer daño a sus padres y seres queridos, y por cierto, hacerse
daño a sí misma. Se vale de la manipulación, el engaño y la victimización para continuar y
sostener un consumo que la lleva a los hechos más traumáticos que puede vivir una mujer,
viendo vulnerada su integridad mental y física.
Tíos y otros
APOGEN, cumple los roles de tutores, Hermanos
Padres
0 2 4 6 8 10 12
ausencia. Pero este acompañar no está
exento de problemas, pues las propias
familias deben derribar mitos, volver a generar confianzas y hacerse autocríticas al
asumir situaciones que se creían olvidadas o superadas.
El foco de la atención debe ser la situación de consumo, y no otras problemáticas o
situaciones familiares, salvo aquellas de mayor gravedad ante lo cual sí se deben tomar
ciertas medidas de derivación a tribunales u otras instituciones. Esto está sustentado en el
hecho de que la familia tiene la ilusión de que gracias al tratamiento solucionaran todos sus
problemas, por lo que es necesario dejar en claro, tanto a ellos como a la usuaria, que lo que
se busca es cesar el consumo, pero ciertas desavenencias, diferencias personales e
inclusive rasgos de personalidad de la usuaria seguirán estando, y por ende deben
apelar a la tolerancia y empatía para poder tener una convivencia armónica, porque una vez
sin consumo muchos de esos rasgos seguirán estando.
Según lo diagnosticado por APOGEN, el 79% de las mujeres que han ingresado a
comunidad presentan como droga de inicio el alcohol y la marihuana, siendo la antesala al
consumo de drogas más dañinas y adictivas como lo es la pasta base, droga en la que
deriva la mayoría de éstas (79%), por su bajo costo, fácil acceso y potencial adictivo, lo
que se refleja en la coincidencia en los porcentajes señalados.
Las razones por las cuales consumen drogas y desarrollan la adicción son variadas,
derivando siempre y a mediada que avanza el tratamiento en el no poder resolver conflictos
personales (muchos de los cuales ya fueron precisados) pero que están muy ocultos, pues
optaron por no hacerse cargo de ellos y menos socializarlos, ya sea por temor o por no
contar con una figura de confianza en quien depositar dicha información.
Daño propiedad
implicancias para terceros, y porque Mendicidad
Hurto
tanto en abstinencia como con
Vagancia
Pero en el caso de las mujeres drogodependientes, el tema más sensible tiene que
ver con sus conductas sexuales, ya que muchas de ellas con consumo son víctimas de
violaciones, lo que conlleva el nacimiento de hijos no deseados, o por su afán de consumir
fácilmente terminan en la prostitución, una forma rápida pero nunca fácil de obtener
dinero, o peor aún, utilizan el sexo como un bien de intercambio, como una suerte de
“trueque” en donde ellas entregan su cuerpo a cambio de drogas. Estas situaciones
medran aún más su autoestima y su culpa, y tal vez son la causa del elevado número
de hijos que la mayoría tiene a temprana edad.
Cabe señalar que no todas las mujeres llegan con la convicción de someterse al gran
cambio de vida que implica el estar en un sistema de semi-encierro, con otras mujeres del
todo desconocidas, alterando su ritmo de vida y haciendo evidente ante todos el hecho de
que se tiene un problema y es hora de hacerse cargo de ello.
Los hijos e hijas de mujeres drogodependientes sin duda generan un daño propio,
aunque muchas veces repitiendo los daños de la madre, de fuertes repercusiones en su vida
a nivel psicológico y social, pues muchos de ellos han pasado por períodos de abandono
(ya sea físico o espiritual) en donde luchan constantemente por encajar en la vida de
esta madre, que les produce sentimientos contradictorios, pero que sin duda aman y de la
cual dependen, aunque sea solo afectivamente.
El incluir a los niños dentro del proceso terapéutico tiene un gran potencial, pues le
permite a la mujer reencantarse con su rol materno, y en muchos casos aprender a ejercerlo.
Ante ello es importante evidenciar ante las mujeres el daño que le han provocado y pueden
seguir provocando a sus hijos/as, ya que muchas veces este daño es por omisión y en forma
inconsciente, no siendo un daño intencionado. Ahora bien, la presencia de niños altera sin
duda el sistema, ya que tanto al resto de las usuarias (inclusive aquellas que aun no han sido
madres) como al equipo de trabajo se le gatillan sentimientos, surgiendo afectos y
generándose vínculos con estos niños.
Existen pocos espacios dedicados a la rehabilitación de drogodependientes en donde
las mujeres puedan estar con sus hijos/as. Por otra parte sigue abierto el debate si
metodológicamente hablando sea lo más adecuado o no. Desde la experiencia de
APOGEN, se postula que es un proceso relevante e interesante, que le permite a la mujer
cumplir con una responsabilidad más, brindándoles la posibilidad de seguir ejerciendo el
rol materno (y en algunos casos aprender a hacerlo), pero por otra parte y sobre todo,
brindándoles a los niños la posibilidad de que redescubran a su madre y no pasar por el
trauma de un abandono, y además acceder también a apoyo profesional para disminuir
daños.
Ahora bien, desde un punto de vista terapéutico, lo ideal sería contar con dos
espacios, pues las dinámicas de trabajo cotidianas con mujeres con y sin hijos difieren entre
sí, por las vivencias previas que cada uno de estos perfiles de mujeres tienen, lo que les
lleva a enfrentar o acumular distintas crisis.
En relación a sus parejas.
Gráf.6
Estado Civil Cualquiera sea la razón argumentada,
0% 3%
lo cierto es que existen grandes
38%
dificultades para consolidar un proyecto
59%
de vida al lado de otra persona. Pero éste
Soltera Casada Divorciada Viuda
no es el punto más grave, pues esta situación
vista desde lo macro se repite a nivel
De las solteras, el 90% tiene pareja
sociedad por una cuestión de estilos de vida
y casi generacional, pero la experiencia de APOGEN muestra que efectivamente estas
mujeres cuentan con hombres apoyantes (en contaste a lo que se aprecia en otros estudios),
y apoyantes no quiere decir perfectos, pero que están presentes, acompañan en el
tratamiento y de una u otra forma no las dejan solas en este proceso (el 60% cumple
con este perfil), por lo que el desajuste sucede en la mujer, quien por una u otra razón
no es capaz de tomar decisiones y sobreponerse a las vivencias del pasado.
Ahora bien, algo aun por profundizar, es saber por qué estos hombres, además del
amor y los hijos, se mantiene al lado de las mujeres drogodependientes, cuando pareciera
ser más fácil el abandonarlas. En APOGEN, se plantea la existencia de un perfil particular
de hombres, en los cuales se genera una co-dependencia al estilo de vida y personalidad de
sus parejas, planteamiento que aún está a nivel de hipótesis, y puede dar lugar a un proceso
más profundo de investigación.
Gráf.7
Familiares e n situación de consumo
Es común encontrar otros familiares que
10%
consumen, siendo muchas veces la puerta de
entrada al consumo de drogas para las mujeres.
Sí presenta
2.- Cuando las mujeres encuentran un espacio donde pueden ser ellas mismas,
desahogarse, conversar, hablar, gritar, etc. inician un proceso de redescubrimiento, en
donde se dan cuenta que la careta ya no les sirve, y que tienen elementos positivos y
negativos como todas las personas. Sólo entonces se da el primer paso para iniciar el
proceso real de rehabilitación. APOGEN permite este redescubrimiento y se convierte en el
principal apoyo para muchas de ellas.
3.- La familia ocupa un rol importante en el modelo desarrollado por APOGEN,
ejerciendo las tutorías y el acompañamiento necesario dentro del proceso de rehabilitación,
pero esto no quiere decir que las mujeres no puedan salir por sí solas del consumo, vale
decir, la familia puede ser un gran facilitador u obstaculizador del proceso, pero
siempre la última en decidir, es la propia mujer. Por ello, sólo propiciando un modelo
con dichas características, vale decir sin una familia participando del proceso de
rehabilitación, entonces recién se sabrá con certeza los resultados de un modelo con este
perfil.
4.- Resulta interesante que en el proceso terapéutico sean las propias mujeres las que
toman las decisiones, pues sólo así se logra el “Hacerse cargo”, pues ya no existen otros
(familiares, profesionales, etc.) decidiendo por ellas, quedándose en consecuencias con
nadie a quien culpar. Sin embargo, el equipo de trabajo y la familia deben estar preparados
para eventos como recaídas, fugas, etc. cuestión que en APOGEN aún se debe trabajar más
en el contexto familiar, para que las tutorías no decaigan.
6.- El considerar a los hijos dentro del proceso de rehabilitación en Comunidad parece
ser muy valorado por las usuarias y por el equipo en general, y sin duda facilita el ingreso
sin culpas y se convierte en un estímulo importante para sencillamente hacerlo, sin embargo
se debe velar porque el cuidado de los niños no distraiga a la madre de su tratamiento,
contando para ello con personal especializado tanto en el cuidado como en la formación y
tratamiento de éstos niños/as.