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Gisela Gil: en Venezuela no se valora la investigación

Ezequiel Borges
Tal Cual, 09704/11

" Imagínate, soy una `nerd’ dentro de una disciplina de frágil reputación
académica, y viviendo en un suburbio que sería algo así como la Guarenas de
Nueva York", me responde Gisela Gil, venezolana investigadora de la
comunicación, cuando le pregunto cómo es la vida en el pueblo de Bridgeport
(Conneticut, EUA), donde reside y da clases en la Universidad de Fairfield, en la
que es directora del programa de estudios latinoamericanos. "Es un área donde
viven muchos profesores, está cerca del mar, está bonito. Esto está entre 2
ciudades grandes, está a 1 hora y 15 minutos de Nueva York y a 2 horas de
Boston. Aquí no pasa nada importante en términos de conciertos, de teatros,
de deportes, está demasiado cerca de esos 2 polos, tienes que viajar. Eso sí,
estoy en 10 minutos en mi trabajo, estoy a una cuadra del mar, es
absolutamente pacífico. De vez en cuando agarras el carro y te vas a un
concierto de jazz en NY...", añade.

Gisela Gil estudió Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela


y realizó una maestría en telecomunicaciones y medios de masas en la Temple
University de Pennsylvania, donde también hizo un PH.D. en medios de masas
y comunicación. Ha realizado investigaciones en los ámbitos de las políticas
comunicacionales de los gobiernos, sistemas de comunicación de masas e
instituciones, comunicación internacional, nuevas tecnologías de medios,
derechos de autor y economía de la información.

¿Cómo aterrizaste en Connecticut? Te voy a echar el cuento desde que


llegué a Estados Unidos: yo me fui en el 96 de Venezuela a Filadelfia,
persiguiendo a un profesor que había dado una conferencia en Caracas -
invitado por Antonio Pasquali, a quien yo le había trabajado en unos proyectos
de investigación mientras estudiaba comunicación social en la UCV. Me quedé
muy impresionada con este profesor, George Gerbner, y mandé papeles a
Filadelfia porque él estaba dando clases en la Universidad de Pennsylvania en
Filadelfia, precisamente. Lo que yo no sabía en ese entonces es que la
Universidad de Pennsylvania es de lo que llaman aquí la Ivy League, la Ivy
League son las universidades élites: Princeton, Harvard, Georgetown, Stanford,
MIT, Brown, Columbia... Yo no tenía idea de cómo era el proceso de mandar
papeles a las universidades acá, ni cómo eran las cartas de recomendación.

¿Cómo es ese proceso en Estados Unidos? Es totalmente diferente a lo de


Venezuela. Importan tus notas pero importa también que tú les escribas por
qué quieres ir a esa universidad, por qué tú vida va a ser diferente si tú vas a
esa universidad.
Las cartas de recomendación en Venezuela son 3 párrafos cortos diciendo: "sí,
ella es responsable, se aparece todo el tiempo a trabajar, no mató a nadie en
el trabajo...". Aquí son 2 o 3 páginas echando un cuento larguísimo de cómo va
a cambiar tu vida. Lo insólito es que me aceptaron pero diciendo te pagas tú
todo. Claro, la matricula de la Universidad de Pennsylvania costaba algo así
como 40 y pico mil dólares por semestre y el mayor préstamo educativo al que
yo podía aspirar era 18 mil dólares. Es decir, que ni siquiera cubría la
matrícula, mucho menos los costos de vida. Ya yo estaba por tirarme por una
ventana.

¿Cómo resolviste la situación? Resulta que George Gerbner, este profesor


que te conté, a quien ya yo había contactado, me dijo: "bueno, pero por qué no
tratas en Temple University que es una universidad pública". Él, que estaba a
punto de retirarse de la Universidad de Pennsylvania, iba a dar una materia
como profesor invitado en Temple University.

Bueno, me registré como alumna no matriculada, pagas el curso y, si después


te interesa, te postulas formalmente para el posgrado. Pues, me metí a
estudiar con él y era una maravilla, se murió en 2005 pero todavía es uno de
los académicos más importantes en el tema de los efectos de los medios de
comunicación en la sociedad, conocido universalmente, no sólo en EEUU. Un
tipo supersencillo y muy accesible. Así fue como empecé en Temple University
que fue donde hice mi maestría y mi PH.D.

¿Después de eso te contrataron Fairfield University, donde estás


ahora? Sí, justo después. Aquí en Fairfield doy clases sobre economía y
legislación de medios. Recién empezamos una maestría y también doy clases
sobre nuevas tecnologías y teorías de comunicación. Pero mi investigación,
fundamentalmente, es sobre políticas de telecomunicaciones de los gobiernos.
Yo venía haciendo trabajos sobre lo que llaman el digital divide (la bre
cha digital , se refiere al abismo entre la gente que tiene pleno acceso a la
información digital y aquellos que tienen muy poco o no lo tienen). Venía
haciendo investigaciones comparando las políticas mediáticas de la Unión
Europea y los EEUU, mi tesis doctoral fue sobre eso. Pero, resulta que en la
universidad donde estoy les intereso más como latinoamericanista.

¿Por qué? Hay un interés creciente por Latinoamérica tanto en los medios
académicos como de parte de la sociedad norteamericana en general. De
modo que he estado haciendo ahora más trabajo sobre Latinoamérica, siempre
dentro del campo de la comunicación. De hecho, ahorita, antes de hablar
contigo, estaba haciendo unas correcciones a un trabajo que estaba haciendo
sobre medios comunitarios en Venezuela y cómo los medios comunitarios en
Venezuela lidian con cuestiones de autonomía con respecto a algo que creó el
gobierno que se llama el Sistema Nacional de Medios Comunitarios y
Alternativos. Que es un intento de centralizar y coordinar las actividades de
todo este grupo bien heterogéneo que son los medios comunitarios...

¿Y cuál es tu conclusión sobre los medios comunitarios alternativos en


Venezuela? Si es que tienes una conclusión...

Veamos, yo soy muy crítica sobre todo lo que ha hecho Chávez. Pero, en
términos de medios comunitarios, siento que una de las cosas buenas que ha
hecho es democratizar el espectro radioeléctrico, en el sentido de dar una serie
de licencias a un montón de grupos basados en comunidades, grupos
pequeños, grupos alternativos. Algunos de ellos tienen verdadera trayectoria
en sus comunidades y son los que van a sobrevivir. La mayoría de ellos son
oportunistas que vieron que el gobierno estaba repartiendo dinero a medios
comunitarios y se montaron ahí. Pero, los medios comunitarios que sobrevivan,
los que aprendan a sobrevivir, pueden terminar convirtiéndose en algo muy
incómodo para el gobierno, por decir lo menos.

¿Por qué? Porque el detalle es este: ellos pueden recibir dinero del gobierno, y
eso puede convertirse en una especie de bozal de arepa para los medios
comunitarios. Pero, al mismo tiempo, esos medios comunitarios están basados
en los barrios. Y no hay manera de que esos medios, si quieren conservar
algún mínimo de legitimidad, puedan dejar de decir: "hay este problema, hay
este otro, hay este rollo con la seguridad, hay este problema con los servicios
básicos...". O lo denuncias o pierdes legitimidad. Entonces, si lo denuncias y
creas una legitimidad tal vez perderás financiamiento del gobierno pero te
apoyará la comunidad. Además, sí me parece importante que la gente, por
primera vez, no esté en una posición de receptor de la información, sino en una
posición de productor de contenidos.

¿No te preocupa que como el dinero viene del gobierno se sientan


impelidos a transformarse en medios de adoctrinamiento ideológico?
Ahí precisamente es donde está el dilema que enfrentan los medios
comunitarios en Venezuela. El que decida ser completamente gobiernero y
olvidar la comunidad, posiblemente seguirá manteniendo subsidios del
gobierno pero no tendrá audiencia. No sólo audiencia, incluso para tener
reporteros tú tienes que tener cierta credibilidad dentro de la comunidad,
porque ni siquiera tienes dinero para pagarles, en la mayoría de los casos. Tal
vez yo esté viendo esto en términos muy románticos pero yo hice un primer
estudio de esto en el 2005 y luego en el 2007 otro que me indica que no voy
tan desencaminada en mis hipótesis...

Perdona, ¿a partir de qué elementos haces tú esos estudios, vienes a


Venezuela a hacer trabajo de campo? Te admito que las primeras 2 veces
que he ido a Venezuela ha sido sólo a entrevistar a los que dirigen estos
medios. Pero, sólo viendo las listas de CONATEL te puedes dar una idea de lo
que ocurre. En el 2007 había más de 400 medios comunitarios habilitados.
Resulta que el año pasado constaté fue fácil que quedan cerca de 300. Es
decir, hay un montón que han desaparecido. ¿Qué quiere decir eso? Que los
que tenían más trayectoria, basándome en lo que en inglés se conoce como
track record (monitoreo de trayectoria), Radio Perola, el Colectivo Radiofónico
Petare, Catia TV, la Televisión de Rubio... son los que lideran el movimiento de
medios comunitarios.

¿Cuáles son, según tú, los que están desapareciendo? Pues, los que
surgieron cual zorros y camaleones, por oportunismo, por aprovechar el dinero,
esos son los que están desapareciendo. Es verdad que esto es algo que sólo
vino con Chávez pero, por otra parte, en el largo plazo podría ser un
movimiento muy interesante para la sociedad venezolana en general, y un
gran dolor de cabeza para el gobierno ¿Qué opinión le merece tu
investigación a tus colegas de la comunicación? En mi universidad mis
investigaciones sobre la comunicación en Latinoamérica son bienvenidas. En
foros más amplios yo presenté unos resultados parciales de las entrevistas que
hice en el 2007 en un congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos
en Montreal y bueno, es un congreso muy polarizado también.

¿En qué sentido? En el sentido de que yo siento que muchos de los


norteamericanos que hacen investigaciones en Latinoamérica tienen este
cuento idealizado de las izquierdas latinoamericanas. Nada de lo que hagan las
izquierdas latinoamericanas es malo para ellos, y si a ti se te ocurre criticar
algo te caen encima. Si vas a otra conferencia como la International
Communication Association, que es un poco más internacional, a ellos lo que
les interesa es la metodología. Y, si vas a otra conferencia como la
International Association of Media Communication Research que es más
europea, lo que les interesa es más cómo conectas la metodología con ciertos
temas de economía política. Todo depende del foro. Pero, lo que se asume es
que si eres latinoamericana y de izquierda como yo, entonces todo lo que pasa
con los gobiernos de izquierda en Latinoamérica como el de Chávez, Evo
Morales o Daniel Ortega, es bueno.

¿Tú sientes que las izquierdas norteamericana y europea son


demasiado ingenuas, demasiado idealistas? No, definitivamente lo que
siento es que tienen estándares dobles. Los estándares sobre el respeto a la
libertad de expresión, por ejemplo, sobre el respeto a los derechos civiles
individuales que están dispuestos a defender hasta la muerte en el mundo
desarrollado, se vale que sean pisados y malogrados en el mundo en
desarrollo. Ahí sí adoptan una filosofía más utilitaria del fin justifica los medios,
el cuento de: "bueno, yo sé que en Cuba no hay elecciones pero todo el mundo
come". Sí, eso es importante pero yo no tengo que agradecer que la gente
coma, ese es el deber mínimo de un gobierno. No es un favor que se le hace a
la gente. También es importante poder criticar lo que se te ocurra criticar sin
recibir presiones de ningún tipo.

¿Te regresarías a vivir a Venezuela? No, en Venezuela no tengo las


condiciones de investigación mínimas, la investigación no es algo que se valore
mucho en Venezuela. Lo que sí extraño, paradójicamente, es eso de que en
Venezuela todo se hace en función del momento, de que el futuro no existe, el
asunto de la inmediatez.

Yo soy muy caótica y aquí en EUA todo se planifica...

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