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Introducción
Educar para la Paz es una aspiración pero también una necesidad, no sólo
porque posibilita la disminución de todo tipo de violencia (directa, estructural o
cultural), sino fundamentalmente porque es indispensable para que los
conflictos puedan ser transformados creativamente y de forma no violenta, “de
tal manera que creamos paz en la medida que somos capaces de transformar
los conflictos en cooperación, de forma positiva y creadora, reconociendo a los
oponentes y utilizando el método del diálogo” (Fisas, 1998).
En las dos últimas clases que restan, nos abocaremos a estudiar la educación
para la paz, en tanto posibilitadora de un proceso educativo para enfrentar los
conflictos, y formar en alumnos y comunidad educativa en general en
habilidades y actitudes para la resolución no violenta de los conflictos, bajo
principios de respeto, reconocimiento, tolerancia y no discriminación, y por
sobre todo comprender que todos somos sujetos de derechos y en dignidad.
Análisis de un caso
“Al inicio de año escolar, el director del colegio me propuso integrar en mi clase
a 3 niños peruanos que acababan de llegar a Chile. No pude negarme, e hice
oídos sordos a las madres que se me acercaron asustadas diciendo que
temían por la educación y buenas costumbres de sus hijos. Oí a algunos de
mis alumnos que, influidos por las conversaciones de su casa tenían quejas
contra sus nuevos compañeros. Todo el primer trimestre me la pasé observado
la situación, convenciendo a unos y a otros padres de que “las malas
costumbres” no pertenecen solo a los peruanos, que decir garabatos no es
exclusivo de estos niños, que quitar lápices o empujar en la fila pertenecía la
mundo de los niños y sobre todo que aquellos niños que usaban ropas
regaladas, que vivían en condiciones más desfavorables que el resto eran
seres humanos, fundamentalmente eso: Seres Humanos. Creo que este
principio me hizo resistir la presión. De otra forma no hubiera podido soportar
las innumerables quejas de las mamás miedosas.
Un día Francisca llegó triste. Le pregunté qué le ocurría. Me dijo que su abuela
le había pegado. Era mi oportunidad. Le pedí a los alumnos que colocaran sus
mesas y sillas formando una U para facilitar una asamblea. Comencé por una
pregunta. ¿Por qué pegan o castigan los adultos? Al principio, todos querían
hablar y se atropellaban unos a otros. Convinimos que era necesario que yo
moderara y que cada cual levantase la mano para pedir el turno de palabra.
Todos los inicios son difíciles. Cada alumno logró decir su opinión y ser
escuchado por los demás. Cuando la conversación parecía agotada , pregunté
por qué ellos se empujaban y pegaban en el recreo. Un niño habló para decir
que fulanito le había pegado. Fulanito dijo que él había empezado primero.
Saqué a los dos niños y por turnos expusieron sus problemas. Después les
recomendé que en un rincón de la sala se pusieran de acuerdo y me dijeron
qué habían decidido. Retornados a la asamblea no sé quién dijo que los
peruanos eran hediondos y flojos. Francisca dijo que ella no podía jugar con los
peruanos, porque su mamá y su abuela le habían dicho que eran malos. Los
niños estuvieron hablando toda la mañana sobre sus problemas. A veces
intervenía para preguntarles si sus afirmaciones eran porque las habían
deducido de sus experiencias o porque se las había dicho alguien. La mayoría
de las veces hablaban por boca de su familia. Decidí hacer algo en este
sentido.
Este caso se relaciona con la Educación para la Paz puesto que implica un
trabajo respecto de dos situaciones experienciales: los prejuicios
discriminatorios y la resolución de conflictos. Ambas situaciones tienen en su
base la necesidad de promover en los alumnos el reconocimiento del otro
como un legítimo otro.
Para definir qué se entiende por educación para la paz, es necesario primero,
comprender el significado y alcance de los dos términos, en sí mismos
complejos, que conforman esta propuesta educativa: educación y paz.
Para definir qué entendemos por Paz, es necesario primero, diferenciar entre
paz positiva y paz negativa.
La paz, en sentido positivo, no es solo una forma de resolver los conflictos, sino
que supone un proceso individual y global de cambio. Para Galtung (1985), la
paz es definida como justicia social, un orden, un estado de cosas,
caracterizado por un elevado grado de justicia y una expresión mínima de
violencia.
1
El término violencia estructural alude a las formas de violencia y desigualdad generadas por las
estructuras sociales; es decir, a las desigualdades entre individuos, grupos y sociedades que impiden a las
personas satisfacer sus necesidades fundamentales, materiales y espirituales.
LA CONCEPCIÓN DE PAZ Y VIOLENCIA DE JOHAN GALTUNG2
PAZ
(Justicia social)
NEGATIVA POSITIVA
(Ausencia de violencia (Ausencia de violencia
personal) estructural)
VIOLENCIA
(Injusticia social)
deliberada manifiesta
no deliberada latente
física física
Personal o Directa Estructural o indirecta
psicológica
psicológica
Sin Con Sin Con
objetos objetos objetos objetos
2
V. Fisas, O.C., 73
Por su parte, Lederach (1984) concretiza el concepto de paz incluyendo los
siguientes elementos:
Ausencia Negativa
de guerra
Directa
Violencia
personal
PAZ
VIOLENCIA
EJERCICIO
DERECHOS HUMANOS
VIOLACIÓN
RESPETO
Educación para la paz
3
Tuvilla, 1993, p. 21
sobre la paz.
6. La educación para la paz y los Derechos Humanos como acción
concreta y específica debe inspirarse para su realización en los
pensamientos y experiencias pedagógicas que, a lo largo de la Historia
de la Educación, han tenido como objetivo la formación y desarrollo de la
persona integral, solidaria y fraterna.
Hasta ahora hemos enfatizado que la educación para la Paz y los Derechos
Humanos permea todas las instancias educativas. En este sentido, es un
proceso de educación a lo largo de toda la vida, y que por tanto no se agota en
el espacio escolar.
http://www.sodepaz.org/construyendolapaz/Construyendo%20la%20paz/construyendo%20la%20paz.htm
l
discriminación, la resolución de conflictos, etc.
Los principios que sustentan una propuesta de educación para la paz, se basa
en los siguientes principios educativos5:
Objetivos educativos
Ahora bien, para que esta concepción sea operativa en el proceso pedagógico,
es necesario convertirla en finalidades educativas, en objetivos de enseñanza.
En otras palabras, se requiere de unos objetivos que delimiten las capacidades
que la escuela quiere fomentar en las y los alumnos con la Educación para la
Paz. Entre los objetivos que se propone para ello están7:
- Valorar la convivencia pacífica con los otros y entre los pueblos como un
bien común de la humanidad que favorece el progreso, bienestar,
entendimiento y comprensión, rechazando el uso de la fuerza, la
violencia o la imposición frente al débil y apreciando los mecanismos del
diálogo, del acuerdo y de la negociación en igualdad y libertad.
El enfoque socioafectivo
8
Lederach, 1984.
9
Tuvilla, 1993.
La primera constatación en la educación para la paz es que en el camino de
formar personas con habilidades para tratar los conflictos y las relaciones
cotidianas de manera creativa y noviolenta, el mejor espacio de aprendizaje es
la práctica en la vida diaria. “El espacio educativo proporciona condiciones
cotidianas en las que poner en práctica estas habilidades. Podemos
aprovecharlas y controlarlas, además de crear otras nuevas; o, en cambio,
podemos dejar que los acontecimientos ocurran espontáneamente, sin
controlar lo que los alumnos y las alumnas aprenden en dicho espacio. En
cualquier caso, de este hecho deducimos que los medios – la forma que damos
a las actividades educativas y a la organización del aula y de la escuela son
fines en sí mismos puesto que se presentan como una forma irrenunciable de
aprender. Ello constituye uno de los objetivos básicos de aprendizaje de la
Educación para la Paz, cómo nos relacionamos con las personas y los
conflictos”10.
El enfoque sociocrítico
10
http://escolapau.uab.cat/img/educacion/anexo19e.pdf
11
Ibid
Anteriormente hemos señalado que la Educación para la Paz no es neutra. En
este sentido, el enfoque sociocrítico plantea que es necesario mirar la escuela
desde una visión ética y política, para desde allí, redefinir el currículum.
Pero junto con la redefinición del currículum, es importante también definir los
contenidos en base a las necesidades socioculturales de los alumnos, y de los
valores universales. Por ello, y de modo de hacer coherente la selección de
contenidos con los objetivos antes señalados, es posible seleccionar algunas
miradas y propuestas temáticas desde donde implementar un proceso de
educación para la paz. Entre ellas12:
Concluyendo
Bibliografía