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CAPÍTULO I
Violeta Parra
Giordano Bruno
EL HOMBRE DE ORCE 19
1915, Bonarelli en 1916, Sergi en 1917, Alcobe en 1958, M. De Lumley en 1966,
A. Pérez-Pérez y Lalueza en 1990.
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Theilhar de Chardin. El libro que mejor representa su pensamiento es La Evolución
1Crusafont, Aguirre, Melendez, Editores, BAC, 1966 l a edición, 1974, 2a edición.
Hay otras dos ediciones en 1976 y 1986). En él se resume el modelo de evolucionismo
finalista que dominó hasta finales de los setenta. Crusafont tuvo presente los
grandes descubrimientos realizados en estos años en África por Louis y Mary
Leakey, en Java por von Koenigsval, que visitó Sabadell y en Pakistán por Simons
y Pilbean que trabajaron en Cataluña en colaboración con el Instituto.
El Dr. Emiliano Aguirre, fue el otro paleontólogo español que bajo la misma
perspectiva que Crusafont, animó el debate evolucionista. Aguirre fue un gran
viajero, estuvo África con los Leakey, Tobias, y Clark y tuvo la oportunidad de
estudiar en directo algunos fósiles. Estos contactos le permitieron divulgar en
España nuevas ideas evolutivas animando el debate.
Entorno a Crusafont y Aguirre nos formamos varios paleontólogos de
vertebrados tanto en Sabadell como en Madrid. No éramos muchos y nos sentíamos
auténticos colegas en el mejor sentido de la palabra. Eran tiempos de formación y
esperanza. En mi caso de gran idealismo y utopía. Desgraciadamente aquella etapa
pasó, aunque quedan en el recuerdo muchas vivencias, anécdotas y momentos
felices en los que primaba la colaboración.
La discusión científica sobre Paleontología Humana o evolución era muy
limitada. El paradigma dominante del finalismo permitía pocas variantes. La
renovación vino del campo de la biología. El ensayo del Premio Nobel Jaques
Monod denominado "Azar y Necesidad" publicado en español en 1971 tuvo amplias
repercusiones. Crusafont replicó este trabajo en una memorable conferencia a la
que asistí y que se publicó con el título "Evolución:azar o direccionismo". La
apertura ideológica estaba asegurada. Era el principio del fin del paradigma
dominante. Los genéticos españoles, muy callados hasta entonces, no dudaron en
apoyar las tesis neodarwinistas de Mayr, Dobzhanky y otros. Simpson, el gran
paleontólogo neodarwinista, que visito Sabadell, y se carteó profusamente con
Crusafont empezó a ser traducido, divulgado y leído. Una nueva generación de
científicos tomaría el relevo con métodos e ideas ya homologados con la ciencia
universal.
Pero la situación científica en España era bastante deplorable. En el año 1970
existían apróximadamente 2.000 científicos, menos de 10 investigadores por cada
100.000 habitantes (110 en Gran Bretaña y Alemania, 40 en Italia) y la inversión
en investigación no superaba el 0,2 % del PIB (2,5 en Francia, 1,3 en Italia, 0.17
en Grecia). Los investigadores en paleontología de vertebrados se contaban con
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EL HOMBRE DE ORCE
los dedos de una mano. En 1969 se inauguró el Instituto de Paleontología
dependiente de la Diputación de Barcelona en el que trabajábamos de manera
altruista, junto al Dr. Crusafont, la Dra. Golpe, el Dr. Pons (que muy pronto se
trasladó a la Universidad Autónoma de Barcelona), la Dra. Casanovas, el Dr.
Santafé y quien esto escribe. En el Museo Nacional de Ciencias Naturales y las
universidades de Madrid estaba el otro núcleo importante con las Drs. N. López,
D. Soria, J. Morales, J.L. Sanz, Alberdi.
BUSCANDO LA OPORTUNIDAD
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es-.a er ca recuerdo mis relaciones con el Dr. Hans de Bruijn de la
- - e- e 1----echt que me ayudó mucho, tanto en los trabajos de campo,
71,205 derivados de la bioestratigrafía, me introdujo en el mundo
l'alcontología, realicé las primeras fotografías al microscopio
_ r-.-e -1:cc en su universidad y gracias a él publiqué extensos resúmenes de mi
EL HOMBRE DE ORCE 23
Millones
de años Tipos de hominidos
0,1
► H.sapiens sapiens
► H. heidelbergensis
► Extincion de P.robustos y Z.boisei
H.erectus
2 H.ergaster
P robustos, Z.boisei, Paetiopicus
H.habilis, H.rudolfensis
A.fricanus
3 P. afarensis
► P.africanus, K.platyops
_4
• P.anamensis
_5
Orrorin, Sahelanthropus
-9 ► Ultimas Dryopithecus
-10 ► Sivapithecus
JOSE GIBERT
CAMINO DE VENTA MICENA
EL HOMBRE DE ORCE 25
origen de sus descubrimientos. La frase era más o menos así: " cada noche, cuando
iba a encerrar las ovejillas en el corral, al descender por la ladera, las piedras se
me representaban huesos".
Tomás había encontrado algo singular en su finca. Corno buen observador de
la naturaleza adivinaba su rareza y le parecían huesos, pero no podía comprender
como estaban tan mineralizados y depositados en el interior de una roca. Me
comentó, en varias ocasiones, que se los mostró a los maestros de Orce que, más
o menos, lo tomaron por raro. También se los llevó a Granada para enseñarlos a
los técnicos del Museo Arqueológico con resultado negativo y al Museo de Ciencias
Naturales de Madrid, donde tampoco lo atendieron. No le hacían caso ni le sacaban
de dudas. Nuestra llegada fue providencial. Le explicamos el proceso de fosilización,
que su finca estaba próxima a un antiguo lago, que en las charcas morían animales
y que, atrapados en el barro, podían fosilizarse y conservarse muchos siglos, hasta
15.000 (Tomás contaba por siglos).
A partir de este momento hablé mucho con él durante las campañas de
excavación y en mis visitas a Orce. Siempre me preguntaba cosas y una muy
sorprendente que me repetía con insistencia, pues mis respuestas no debían
satisfacerle, era la siguiente: "Si usted dice que en Venta Micena había un lago ¿
por donde se ha marchado el agua?, ¿dónde esta el tapón, que bloquea la salida? ".
A pesar de su notable inteligencia nunca conseguí explicarle el proceso geológico
de formación y desecación del lago.
Así pues, Venta Micena, fue descubierta dos veces: la primera por Tomás
Serrano y la segunda por nosotros. Tomás lo dio a conocer a los maestros y al
Museo Arqueológico, con poco éxito, nosotros a la ciencia con nuestras
publicaciones.
Durante el resto de los días, algo más de una semana, nos dedicamos a recoger
fósiles, llenando el Land Rover a tope. Comíamos en la cueva y dormíamos en
Cúllar, en el Hotel Los Ángeles. Las comidas de Mariana eran las derivadas de la
cultura del trigo y del cerdo. Amasaba pan en el horno para comer y cuando estaba
seco hacía migas con los restos. Así la comida era simple: primer plato migas de
harina o de pan seco, segundo plato, cerdo variado y de postre un tomate. Siempre
recordaré estas comidas y la cuidadosa economía que regía la vida de Tomás y
Mariana. Con pocas hectáreas de secano consiguieron vivir y dar carrera a su hijo.
Una última anécdota: tenían un gran respeto por el agua. Llenaban las tinajas en
las fuentes de Venta Micena (hoy secas) a kilómetro y medio de la cueva. El
transporte y cuidado del agua era un ritual y su consumición cuidadosa. Cuando
JosÉ GIBERT
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r inatta con asombro el cielo y me preguntaba si sería una referencia para
- =ntepasados. En su opinión estos avanzaron lentamente y colonizaron
con paciencia. Miraban al cielo para no perderse y fijar posiciones que les
t-e-ieran retroceder. Según Tomás caminaban tres días y retrocedían uno, así
_:__-can mejor el camino y sus peligros.
Según él, el suelo de Venta Micena era prodigioso, pues le había curado de
_Ina extraña enfermedad al finalizar la guerra del 36. El medico le recomendó
descanso y baños de sol que tomaba tumbado en el sedimento blanco al que atribuía
In-andes propiedades.
Cuando encontramos unos restos humanos en la Cueva de la Umbría, que
atribuimos a neandertales, enseguida se interesó, subió con nosotros a lo alto de
Sierra Umbría y empezó a realizar cálculos complejos entre las distancia de la
cuera y el yacimiento. Intentaba buscar relaciones espaciales y temporales con las
que llenar el vacío entre neandertales y el "Hombre de Orce" pues ya conocía,
gracias a los libros que le proporcionaba, los diferentes fósiles humanos, sus
características, situación e edad cronológica. Según sus deducciones, en Orce,
había más restos humanos. lo que. muy probablemente, es cierto.
Quería su finca. su yacimiento y sus fósiles casi tanto como yo y esperaba
que Venta Micena fuera un yacimiento emblemático, muy conocido y respetado.
Nuestro trabajo. en cierta manera. se proyectaba en él, casi como sí fuera de suyo.
De hecho en las primeras exca\ aciones participaba activamente, conocía los
nombres de los excavadores \ lie \ cha una interesante libreta donde los visitantes,
a los que atendía con mucho interés. expresaban sus opiniones.
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Universidad de Granada y al Dr. Antonio Ruiz Bustos que también era profesor de
la Universidad y especialista en vertebrados fósiles.
Narciso tenía familia en Granada. Había nacido en Trevélez pero muy pronto
emigró a Sabadell y no había vuelto nunca a su pueblo natal. Narciso estaba muy
emocionado con el viaje a Granada y quería que nos alojáramos en casa de su
familia. La primera llegada a Granada fue muy emotiva, era la primera vez que
pasaba el Puerto de la Mora y desde la carretera veía la Alhambra. Llegamos tarde
al barrio de El Realejo, dejamos las maletas y nos dimos un paseo por la ciudad.
Recuerdo que nos tomamos un whisky en algún bar de la Gran Vía. Pasé la noche
fatal y me puse enfermo, por lo que al día siguiente, de buena mañana, me hospedé
en el hotel Maciá y solicite los servicios de un médico. No debía ser muy grave
pero no estaba bien, así que no recuerdo la conversación con Antonio, pero sí que
nos vimos en la Plaza Nueva y le comunicamos el descubrimiento quedando en
colaborar.
Narciso conoció Trevélez y nos marchamos a Sabadell. El viaje fue placentero
y largo. En aquella época los desplazamientos de Barcelona a Granada eran
interminables y más con un Land Rover. Dormimos en un hotel de Cullera, junto
al mar. Estaba muy contento, la expedición había sido un éxito. La paleontología
del cuaternario prometía, y quizás se me abrirían nuevas posibilidades de
investigación, ¿cómo reaccionaría Crusafont?
JosÉ GIBERT
Pero esta reunión nos
reservaba una importante
sorpresa. Aguirre nos enseñó la
mandíbula encontrada en
Atapuerca por el Dr. Trinidad
Torres durante el verano. Me
causó una gran sensación. Así que
en el verano de 1976 se
realizaron en España dos
importantes descubrimientos: los
primeros restos humanos de
Atapuerca y el yacimiento de
Venta Micena.
SEGUNDA VISITA
Con la llegada de la
democracia, la ciencia española
se empezó a normalizar. Un paso
decisivo fue la concesión de
Figura 1.- Mi hijo Luis en el ario 1979 recogiendo subvenciones por parte del
sedimento de Venta Micena Ministerio de Educación y
Ciencia (hoy Ciencia y Tecnología), a grupos de científicos para desarrollar
programas sectoriales trianuales. Crusafont se decidió a solicitar uno y me encargó
la redacción del Proyecto. Lo presentamos y nos fue concedido creo que por un
importe de cuatro millones de pesetas, que entonces era una respetable cantidad de
dinero y Crusafont me responsabilizó de su desarrollo. El objetivo fundamental
era la excavación de Can Llobateres, que efectuarnos con notable éxito pues
obtuvimos ocho preciosos dientes de driopitecidos que nunca pude estudiar ni
publicar.
Con parte del dinero procedente de este proyecto, en verano de 1979,
prospectamos la cuenca de Fortuna (Murcia) donde encontrarnos varios yacimientos
de macro y micromamíferos, algunos de los cuales publiqué conjuntamente con
Agustí. En aquella campaña participábamos Agustí, Moyá Solá, Pons Moyá y yo
mismo. Éramos muchos para lavar, por lo que Moyá Solá y Pons Moyá se fueron
a Venta Micena a retornar los trabajos. Tomás los recibió bien y aumentó la colección
de fósiles. Este mismo año, en septiembre volví a Orce acompañado de mi hijo
Luis (Fig. 1). Mi preocupación era delimitar el yacimiento, es decir, comprobar si
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se trataba de una acumulación puntual, modelo Roc de Santa, o se prolongaba en
extensión y había más yacimientos. En esta campaña, mi hijo y yo encontramos
Barranco León y por primera vez me di cuenta de la grandeza de la cuenca.
También lavamos sedimentos en el pequeño riachuelo que nacía en Venta Micena
y que pasaba por la finca de Tomás (hoy esta casi seco). A éste le interesó el
proceso de lavado que intentó reproducir con latas y conductos variados. Su
curiosidad no tenía límites.
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