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La empresa ante la interrelación de los espacios negociadores

Lic. Alonso P. Ferrando


Director de Proyectos del Instituto de Estrategia Internacional (IEI) de la CERA

I. Introducción

El objetivo del presente artículo es presentar en forma esquemática los diferentes espacios
de negociación dónde se están discutiendo los temas de Cambio Climático que pueden
afectar al comercio de bienes, con especial atención en los agribussines. Las políticas
comerciales domésticas de carácter ambientalistas se están transformando en las nuevas
barreras para-arancelarias o neo-proteccionismo, para el cual debemos estar preparados.

Más allá de las medidas particulares que pueda tomar cada empresa para enfrentar el
Cambio Climático, es importante que los empresarios conozcan donde se negocian estos
temas y qué se está discutiendo en ellos, ya que en el corto plazo afectarán de manera
directa su estructura productiva, sus decisiones de inversión y sus ventas, tanto al mercado
externo como interno. Con este esquema general como herramienta, las empresas podrían
entonces crear su propio esquema o tablero indicador incluyendo sus propias variables
estratégicas, determinando así los posibles efectos de las diferentes negociaciones en
dichas variables.

II. Esquema

Esquema d
Normas
Multilaterales
• Protocolo de Cartage
• Protocolo de Montre
Los • Convención de Basi
* Protoco
AMUMA
• CMNUCC * Plan Ac
* Acuerd
1
Como se aprecia, se lo ha dividido en dos grandes sub-esquemas: el de Normas
Multilaterales y el de Normas No Multilaterales, donde las normas, acuerdos o temas que
se resaltaron en colorado son aquellos más ligados al Cambio Climático. El por qué de esta
aclaración se debe a que la mayoría de estos espacios o foros de negociación hacen
referencia al Medio Ambiente y no específicamente al Cambio Climático. Es por ello que
resulta relevante hacer la distinción entre temas medioambientales y temas específicos de
Cambio Climático.

Originariamente, algunas de las normas y acuerdos que se presentan en el esquema fueron


previstas o hacen referencia a la preservación y protección del medio ambiente. El concepto
de Cambio Climático es un concepto relativamente nuevo y es por eso que muchos de estos
foros de negociación de a poco han ido incorporándolo. Por supuesto, el tema
medioambiental es mucho más amplio que el específico de Cambio Climático, si definimos a
éste como el calentamiento global provocado por el ser humano1 y como uno de los varios
“procesos ambientales” que están siendo estudiados por los científicos por sus efectos en el
planeta2. Sin embargo, en sentido amplio el Cambio Climático tiene efectos transversales en
otros procesos como en el aire, en los suelos, en los océanos, en la biodiversidad, etc., pero
también en el comercio.

II.1. Normas Multilaterales

II.1.1. Los AMUMA y la OMC

Dentro del sub-esquema de Normas Multilaterales se presentan tres espacios donde se


tratan los temas medioambientales y de Cambio Climático que pueden afectar el comercio:
el de los Acuerdos Multilaterales de Medio Ambiente (AMUMA), las normas de la
Organización Mundial de Comercio (OMC) y finalmente las Organizaciones
Internacionales de Normalización.

Dentro del espacio de los AMUMA, el corazón donde se negocia el tema específico de
Cambio Climático es la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático
(CMNUCC), aprobada en Río de Janeiro en 1992, y de la cual surge el Protocolo de Kioto
(1997) y el Plan de Acción de Bali (2007). De la última reunión de Presidentes en
Copenhagen, en diciembre de 2009, en el marco de la 15ª Conferencia de las Partes
(COP15) de la CMNUCC, se logró un documento: “Copenhagen Accord”, el cual no es
vinculante y ni siquiera fue aprobado por dicha Conferencia. Habrá que esperar hasta
diciembre del corriente año para saber, en Cancún, como evoluciona este “acuerdo” no
vinculante.

Actualmente existen más de 150 AMUMA, de los cuales la OMC ha identificado más de 25
que contemplan o tiene el potencial de adoptar medidas comerciales. Los tres ejemplos que
se presentan en el esquema y quizás los mas conocidos por sus implicancias comerciales y
su relación con el Cambio Climático son: el Protocolo de Cartagena (en vigor desde el
2003), que regula el movimiento transfronterizo de los Organismos Genéticamente
Modificados (OGM); el Convenio de Basilea (en vigor desde 1992), relacionado al
movimiento transfronterizo de desechos peligrosos y su eliminación, y el AMUMA que
directamente tiene ingerencia en temas de Cambio Climático: el Protocolo de Montreal (en

1
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término cambio
climático sólo para referirse al cambio por causas humanas: Por "cambio climático" se entiende un
cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de
la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos
comparables (Artículo 1, párrafo 2).
2
Ver artículo “Boundaries for a healthy planet” en Scientific American, de Abril 2010, pág. 38 – 41.

2
vigor desde 1989), relacionado a las sustancias que agotan la capa de ozono, como los
gases clorofluocarbonos (CFC).

El “espacio” del GATT/OMC se incorpora al esquema ya que desde hace tiempo se le


reclama a esta Organización que tenga ingerencia en las medidas medioambientales o por
lo menos que analice los medios de lograr que el comercio y el medio ambiente se apoyen
mutuamente3. Esta necesidad de estrechar relaciones se ha vuelto más imperiosa al
percibirse que ciertas medidas medio ambientales pueden afectar negativamente al
comercio, Si bien el tema Cambio Climático como tema particular no aparece en ninguna
norma o Acuerdo de la OMC, ya que no es un objetivo en sí mismo, cualquier medida de
política doméstica que tienda a la mitigación y/o adaptación del Cambio Climático que pueda
menoscabar algún derecho de un tercer país Miembro de la OMC, podría entrar en conflicto
con algunas normas del GATT y/o con algunos otros Acuerdos de la OMC.

Las normas de la OMC regulan el uso de las medidas comerciales. Por su parte, algunos
AMUMA también lo hacen pero para conseguir objetivos medioambientales. El problema es
que lo hacen desde perspectivas distintas y, hasta cierto punto, contradictorias: mientras
que para los AMUMA son un instrumento para lograr sus objetivos, las normas de la OMC,
por lo general, están encaminadas a establecer marcos normativos que las prohíban. Es
necesario, por lo tanto, examinar cómo pueden producirse estas interacciones para evitar
que la protección del medio ambiente se vean impedidos y, a su vez, que tal protección no
se transforme en discriminatoria ni en una restricción encubierta al comercio.

Las medidas comerciales empleadas por los AMUMA son variadas y se emplean también
con fines diversos. Las restricciones cuantitativas a la importación o exportación se
encuentran entre las más comunes. Un ejemplo de ello lo da el Protocolo de Montreal, que
prohíbe explícitamente la importación de sustancias que afectan a la capa de ozono
(llamadas “sustancias controladas”).

En los acuerdos comerciales de la OMC las restricciones comerciales, por lo general, están
prohibidas. El GATT, por ejemplo, prohíbe la aplicación de restricciones cuantitativas a los
productos en su artículo XI. Adicionalmente, si un Estado Parte de algún AMUMA de
incidencia comercial y miembro de la OMC importa o exporta el bien ambiental sujeto a las
disciplinas del AMUMA de o a otro Estado Parte y miembro de la OMC, pero prohíbe las
exportaciones o importaciones de o a otro miembro de la OMC que no es parte del AMUMA
en cuestión, estarían infringiendo el artículo I del GATT referido a Nación Más Favorecida
(NMF).

Ahora bien, si se permite que domésticamente se comercialice ese bien, como es el caso de
las “sustancias controladas” del Protocolo de Montreal, donde su consumo y producción por
parte de los Estados Parte del Protocolo no está prohibida (aunque si limitada), las
prohibiciones comerciales aplicables a los Estados no Partes estarían en contradicción con
el artículo III del GATT sobre Trato Nacional.

Tanto el principio NMF como el de Trato Nacional forman parte del pilar sobre el que se ha
constituido el GATT primero y la OMC después, que es el de la no discriminación.

3
La relación entre medio ambiente y comercio fue plasmada en la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro, de 1992, específicamente el
llamado Programa 21 -principal guía para procurar el desarrollo sostenible- así lo ha reconocido al
decir: “Es necesario que la Organización Mundial del Comercio [...] examinen los medios de lograr
que el comercio y el medio ambiente se apoyen mutuamente, incluso mediante la debida observancia
de los objetivos y principios del sistema multilateral de comercio y de las disposiciones de los
Acuerdos Multilaterales sobre el Medio Ambiente”.

3
Sin embargo, es importante señalar que el compromiso con el libre comercio que asumen
los Estados por formar parte del Sistema Multilateral de Comercio (SMC) no les priva
totalmente de sus facultades normativas en el ámbito doméstico. Los Estados conservan
sus facultades soberanas para adoptar las políticas necesarias –que pueden ser
restricciones comerciales- con el fin de lograr objetivos de orden público, como la protección
del medio ambiente o la salud de las personas y animales. El equilibrio entre la prohibición
general de aplicar restricciones al comercio y el principio de soberanía normativa doméstica,
se logra a través de un sistema de regla general con excepciones. Las excepciones a los
principios de no discriminación y a la prohibición de las restricciones cuantitativas se
contemplan en disposiciones como el artículo XX del GATT. Sus incisos b) y g)4 permiten
la adopción de las restricciones comerciales que sean necesarias para proteger diversos
elementos del medio ambiente, siempre y cuando se cumplan las condiciones establecidas
en su preámbulo, que prohíbe la discriminación arbitraria o injustificada y las restricciones
encubiertas al comercio internacional.

El artículo XX del GATT y sus posibles interpretaciones es una cuestión que debe ser
seguida de cerca y examinada por cuanto podría resultar una ventana que tienen los países
para incorporar restricciones comerciales ambientales “teóricamente” justificadas.

Los impuestos ambientales también son utilizados por algunos AMUMA y sirven para
cargar el coste de la contaminación a las fuentes contaminantes. El Protocolo de Kioto,
autoriza el uso de instrumentos de mercado, como los impuestos ambientales, para
favorecer el logro de sus objetivos. Efectivamente, para lograr los compromisos asumidos
diversos países desarrollos aplican impuestos para incentivar la eficiencia energética y
disminuir la emisión de gases que contribuyen al Cambio Climático. Cuando estos
impuestos afectan al comercio internacional, las normas de las OMC, particularmente las del
GATT, son aplicables. Esta situación se da con los llamados “ajustes fiscales en
frontera”5. Mientras los impuestos se apliquen únicamente a los productos nacionales las
normas de la OMC no son ningún obstáculo. Sin embargo, para nivelar las condiciones de
competencia, lo más probable es que los gobiernos intenten extender a los productos
importados los impuestos aplicados a los productos nacionales similares6. El artículo III.2
del GATT prohíbe que los productos importados estén sujetos a impuestos u otras cargas
que sean superiores a los aplicados, directa o indirectamente, a los productos nacionales
similares. Por eso, los impuestos sobre eficiencia energética que puedan ser ajustados
en la frontera deberán satisfacer, como cualquier otro impuesto interno, las exigencias del
mencionado artículo.

Otro aspecto sobre los ajustes fiscales en frontera que puede generar algunos problemas
con las normas OMC son las exenciones o los reembolsos de impuestos a los productos
nacionales que habrán de ser exportados. Si un gobierno generalmente aplica un alto
impuesto a la energía pero exime del pago a algunas industrias, la exención puede ser
considerada como una subvención específica y, si exceptúa del pago a las industrias
exportadoras, puede ser considerada un subsidio a la exportación, en ambos casos es

4
Que hacen referencia a: b) la protección de la salud y la vida de las personas y de los animales o
para preservar los vegetales. Y el g) a la conservación de los recursos naturales agotables.
5
Los ajustes fiscales de frontera son una práctica comercial que se basan en el principio del país de
destino y que consiste, por un lado, en permitir imponer a los productos importados los impuestos
indirectos que aplica a los productos nacionales similares y, por otro lado, permite exonerar a los
productos nacionales que habrán de ser exportados de los impuestos indirectos domésticos, esto con
el fin de evitar que sean doblemente gravados.
6
En el Acuerdo Antidumping y en el de Subvenciones y Medidas Compensatorias de la OMC se
entenderá que la expresión “producto similar” (“like product”) significa un producto que es idéntico, es
decir, es igual en todos los aspectos al producto de que se trate, ó aunque no sea igual en todos los
aspectos, tenga características muy parecidas a las del producto considerado.

4
posible que se consideren contrarias al Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas
Compensatorias.

Las cuestiones prácticas que surgen de la necesidad de lograr el apoyo mutuo entre los
AMUMA y el régimen del comercio internacional dependen, en gran medida, de que la
interpretación de las normas de la OMC favorezca las sinergias entre éstos ámbitos
normativos.

II.1.2. Cuestiones de Aplicación

Si bien como se dijo en las normas GATT/OMC no figura el objetivo explícito de luchar
contra el Cambio Climático, en algunos Comités de la OMC, que analizan la correcta
aplicación de sus respectivos acuerdos, podemos encontrar espacios donde se discuten las
implicancias del Cambio Climático en el comercio de bienes. Tal es el caso del Comité sobre
Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) y el Comité de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias
(MSF).

Comité OTC

El Comité de OTC constituye un foro importante para examinar las prescripciones técnicas
destinadas a mitigar el Cambio Climático, ya que se dedica casi la mitad del tiempo a
examinar las preocupaciones comerciales específicas que pudieran tener los Miembros con
respecto a reglamentos técnicos o procedimientos de evaluación de la conformidad
propuesta o adoptada por otros Miembros.

En los últimos años, se han debatido en este Comité y/o se han notificado a los demás
Miembros varias medidas relacionadas con la reducción de las emisiones de determinados
equipos o la mejora de la eficiencia energética de aparatos eléctricos.

Por ejemplo, en 2007 el Brasil notificó un proyecto de reglamento técnico que establece las
normas de rendimiento energético mínimo para los calentadores de agua, excepto los
eléctricos (G/TBT/N/BRA/240, del 17 de abril de 2007); en 2008, las CE notificaron un
proyecto de reglamento para reducir el nivel de emisiones de CO2 de los vehículos livianos
nuevos de pasajeros (G/TBT/N/EEC/194, del 30 de abril de 2008); Singapur notificó un
reglamento que dispone que los automóviles deben registrarse y etiquetarse a fin de
proporcionar información sobre sus niveles de consumo de combustible y de emisiones de
CO2 (G/TBT/N/SGP/5, del 15 de agosto de 2008); y China notificó varios reglamentos
técnicos relacionados con la eficiencia energética y el ahorro de energía de calentadores de
agua de acumulación eléctricos, copiadoras y monitores para ordenadores
(G/TBT/N/CHN/330, G/TBT/N/CHN/331 y G/TBT/N/CHN/332, del 29 de enero de 2008).

Comité MSF

Otro Comité donde se están analizando temas relacionados con el Cambio Climático es el
Comité de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), concretamente bajo el tema de
“estándares privados”.

A nivel privado se han ido desarrollando un sin número de requisitos y estándares que,
aunque de cumplimiento voluntario, claramente impactan sobre el comercial internacional y
muchos de ellos están relacionados al medio ambiente y al Cambio Climático (como es el
caso de la “huella de carbono”, entre otras). Dichas normas privadas son objeto de discusión
en este Comité desde junio de 2005, el cual recopiló información sobre normas privadas en
base a un cuestionario elaborado por la Secretaría de la OMC y distribuido a los miembros

5
que forman parte del Grupo de Trabajo creado al efecto dentro del Comité en cuestión. De
las respuestas de los miembros surge que:

1. A pesar de ser normas “teóricamente” no obligatorias, ya que el que las impone no


es un Estado sino un privado, se concluyó que los estándares privados se consideran
una condición de acceso a mercados.
2. Por lo tanto, como corolario, estos estándares afectan negativamente al comercio,
especialmente al comercio de bienes agrícolas de productores de países en desarrollo
que no tienen la capacidad de cumplir con esos estándares, elevando sus costos y
convirtiéndose en verdaderas barreras para-arancelarias.
3. No existe una autoridad oficial con quien negociarlas o a quien reclamar.
4. En este punto surge el tema de las responsabilidades de los Estados, los cuales
evitan hacerse cargo aduciendo ser una cuestión del ámbito privado7.
5. Por el lado de quienes aplican estos estándares, no está garantizado un premio o un
plus en el precio. En la mayoría de los casos los estándares privados son más rigurosos
y con una justificación de dudosa comprobación científica respecto a los estándares
oficiales (nacionales o internacionales) basados en organismos internacionales como el
CODEX alimentario, la OIE (que actualmente se denomina Organización Mundial de
Sanidad Animal) o el CIPF (Convención Internacional de Protección Fitosanitaria).

Más allá de que las cuestiones ambientales o de Cambio Climático estén fuera del ámbito
del Acuerdo MSF, el Grupo de Trabajo determinó que la mayoría de las normas privadas
están relacionadas a la inocuidad de los alimentos8 y dentro de ellas las más comunes son
las de Límites Máximos de Residuos (LMR) para los plaguicidas, los cuales sí tienen
impacto en el Cambio Climático9.

II.1.3. La Ronda Doha y el Comité de Comercio y Medio Ambiente (CCMA)

La Declaración Ministerial de Doha de 2001 tampoco hace referencia al Cambio Climático.


Sin embargo, ésta Declaración por primera vez en la historia del régimen de comercio
internacional incluye en el núcleo duro de un Programa de Trabajo temas ambientales. La
Declaración Ministerial contempla la relación entre “comercio y medio ambiente” en sus
párrafos 31 y 32.

En estos párrafos se introduce la nueva labor del Comité de Comercio y Medio Ambiente
(CCMA) de la OMC10. Así, luego de la Ronda Doha, el CCMA se transformó en un Comité en
7
Muchos países en desarrollo afectados por estos estándares pretenden incorporar a la discusión el artículo 13
del Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (que hace referencia a las responsabilidades de los
Miembros por las medidas tomadas por las instituciones que no sean del gobierno central o por otras
instituciones o entidades no gubernamentales).
8
La inocuidad de los alimentos engloba acciones encaminadas a garantizar la máxima seguridad posible de los
alimentos. Las políticas y actividades que persiguen dicho fin deberán de abarcar toda la cadena alimenticia,
desde la producción al consumo.
9
La agricultura que hace un uso intensivo e irracional de químicos, agroquímicos y plaguicidas, además de
constituirse en un riesgo potencial para la salud humana degrada el suelo y destruye los recursos que son
fundamentales para la fijación de carbono, como los bosques y el resto de ecosistemas contribuyendo de esta
manera al Cambio Climático.
10
El CCMA fue creado originalmente en la Ronda Uruguay. Reemplazó al Grupo MACI (Grupo de Medidas
Ambientales y Comercio Internacional) del GATT de 1947, Grupo creado en 1971 y que en sus posteriores 20
años las Partes no le elevaron ninguna petición de examen de posibles efectos de políticas de protección
ambiental en el comercio. El CCMA fue entonces creado con el objetivo de analizar la relación existente entre las
medidas comerciales y las medidas ambientales con el fin de promover el desarrollo sostenible, así como
elaborar recomendaciones sobre si son o no necesarias modificaciones a las disposiciones del Sistema
Multilateral de Comercio. A pesar de las buenas expectativas que el CCMA generó en sus comienzos, la
confianza depositada en él disminuyo ya que no realizó ninguna propuesta de enmienda a la OMC que ayude a
que las políticas comerciales y medioambientales se apoyen mutuamente.

6
“Sesión Ordinaria” y un Comité en “Sesión Extraordinaria”. El párrafo 31 de la Declaración
de Doha esta relacionado con el CCMA en Sesión Extraordinaria (SE) y el párrafo 32 con el
CCMA en Sesión Ordinaria (SO).

En el párrafo 32 se encomienda al CCMA en “Sesión Ordinaria” a proseguir la labor de su


agenda de trabajo y a prestar particular atención a:

i) el efecto de las medidas medioambientales en el acceso a los mercados,


especialmente en relación con los países en desarrollo y los menos adelantados;
ii) las disposiciones pertinentes del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de
Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC); y
iii) las prescripciones relativas al etiquetado para fines medioambientales.

Sin embargo, no se avanzó sobre ninguno de estos tres aspectos.

Mientras que en el párrafo 31 se tratan dos temas relevantes a cargo del CCMA en “Sesión
Extraordinaria”. El primero, en su apartado i), que prevé la celebración de negociaciones
sobre la relación entre las normas vigentes en la OMC y las obligaciones comerciales
específicas establecidas en los AMUMA. Cabe aclarar que los AMUMA pueden prever tres
tipos de medidas comerciales medioambientales: 1) las medidas comerciales ambientales
específicas, es decir, restricciones comerciales textuales; 2) las medidas comerciales
ambientales autorizadas pero no identificadas; y 3) las medidas comerciales ambientales
que no están especificadas o autorizadas pero que las Partes del Acuerdo pueden adoptar
por medio de decisiones de sus Órganos Administrativos. Como se observa, el Mandato de
Doha solo hace referencia a las primeras, las específicas.

En consecuencia, los temas que previsiblemente pueden ocasionar mayores conflictos entre
los AMUMA y el régimen del comercio internacional no son abordados, ya que los posibles
conflictos que surjan por la aplicación de medidas no específicas o autorizadas, o aquellas
que sean recomendadas por los órganos de gestión de los AMUMA o aplicados a los
Estados que son Miembros de la OMC pero que no son parte en los AMUMA quedaron
fuera del mandato de Doha.

El segundo tema relevante del párrafo 31, es el del apartado iii), y es su llamado a
negociaciones tendientes a la reducción o, según proceda, la eliminación de los obstáculos
arancelarios y no arancelarios a los bienes y servicios ecológicos (los llamados “bienes
ambientales”).

La negociación en el CCMA en “SE” sobre esta temática se ha desarrollado en dos vías


paralelas. Por un lado, el tema de la determinación del universo de productos que podría
considerarse que cumplan el mandato (ser ambientales). En función de cierta convergencia
de los Miembros, el Presidente del Comité propuso “categorías ambientales” de bienes,
donde cada país iba identificando e incorporando, a título indicativo, los bienes ambientales
de interés para él. Estas “categorías” son 5: 1) Lucha contra la contaminación del aire. 2)
Energía renovable. 3) Gestión de desechos. 4) Tecnologías ambientales (de conservación,
vigilancia, análisis y evaluación) y 5) todas las demás. Por otro lado, se negocian las
modalidades, o sea, la manera en que se deberían configurar las negociaciones y los
compromisos, incluyendo por supuesto el trato especial y diferenciado (TED) y la forma de
tenerlo en cuenta en los resultados.

Sin embargo, más allá de una mínima convergencia la negociación no avanzó, corriendo la
misma suerte que la Ronda en general, quedó empantanada en el punto mas álgido de la
discusión que es el de identificar el tipo de bienes y servicios medioambientales que puedan
ser objeto de la liberalización comercial. Más allá de las diferentes posiciones, queda claro

7
que la negociación se centró más en lo comercial que en lo ambiental. O sea, lo comercial
traducido en la búsqueda de un mayor acceso a los mercados es lo que primó por sobre la
problemática del Cambio Climático.

Esta cuestión es un tema a tener en cuenta cuando, en el momento que la suficiente


voluntad política, se reanuden las negociaciones de la Ronda Doha.

II.2. Normas No Multilaterales

Al sub-esquema de Normas No Multilaterales se lo ha dividido en dos ámbitos en los cuales


podemos encontrar espacios de negociación donde se discuten temas de Cambio Climático
que afectan al comercio de bienes. Ellos son 1) el espacio de los Acuerdos Regionales o
Bilaterales y 2) el espacio en que encontramos normas y regulaciones Múltiples sin tener un
paraguas común normativo o que dichas regulaciones, de existir, no están sujetas a ninguna
autoridad común internacional aceptada por las partes. También se incluyó en este espacio
las normas y/o regulaciones fijadas unilateralmente, como es el caso del REACH en la
Unión Europea.

II.2.1. Acuerdos Regionales o Bilaterales

Generalmente, los países que integran estos Acuerdos Comerciales Regionales (ACR) son
más propensos y tienen mayor disposición a incluir temas medioambientales o de Cambio
Climático que en un esquema de negociaciones multilaterales.

El número de ACR’s se ha incrementado de manera significativa en los últimos años. Se


han vuelto tan comunes, que prácticamente todos los miembros de la OMC son parte de uno
o más ACR. En tanto que el propósito de los ACR’s es reducir aranceles, un número
creciente de acuerdos también tratan de otros temas, tales como las normas laborales o
medioambientales. En la actualidad, los ACR’s negociados por la mayor parte de los países
integrantes de la OCDE incluyen algún tipo de provisión acerca del medio ambiente.

En general los Acuerdos Regionales o Bilaterales intentan replicar las normas multilaterales
y acogerse a ellas. Así, dentro de estos acuerdos habrá medidas sanitarias y fitosanitarias
tendientes a “proteger la vida y la salud de las personas y los animales o preservar los
vegetales”; normas y reglamentos técnicos para la “protección de la salud y la vida de las
personas y de los animales o la preservación de los vegetales y la protección del medio
ambiente”; o medidas en frontera y para-arancelarias, algunas de las cuales legitimadas por
la lucha contra el calentamiento global con el objetivo de frenar importaciones de países que
no tengan planes para mitigar las emisiones de gases contaminantes; o normas de origen,
que son parte fundamental de los tratados comerciales, capaces de establecer reglas claras
que permitan, entre otras cosas, la protección del medio ambiente. O aspectos de propiedad
intelectual, que se han vuelto fundamental en la lucha contra el Cambio Climático en
relación a la transferencia de tecnología limpia por parte de los países desarrollados a los en
desarrollo (el sistema de propiedad intelectual pueda fomentar la transferencia de
tecnologías respetuosas con el medio ambiente). O normas de calidad, de ecoetiquetado o
estándares ambientales donde se obliga a las partes a cumplir con las propias leyes
ambientales. O, directamente, cláusulas específicas mediambientales que se incorporan a
los acuerdos de diversas maneras.

Los acuerdos más ambiciosos, desde un punto de vista ambiental, incorporan un capítulo
comprehensivo sobre el medio ambiente o se acompañan de un acuerdo ambiental lateral, o
ambas cosas. En el otro extremo están todos aquellos acuerdos que tratan los temas
ambientales tan sólo en la forma de cláusulas de excepción a las obligaciones comerciales.

8
Entre estos dos polos existe una gama de enfoques que incluyen mayor o menor detalle
respecto al medio ambiente. Los elementos ambientales que típicamente se encuentran en
los ACR’s son mecanismos de cooperación.

Algunos países toman en cuenta la problemática ambiental antes de establecer un acuerdo


al llevar a cabo una evaluación previa respecto de sus posibles impactos ambientales. Es
común entonces que mediante los Acuerdos Comerciales se analicen los efectos del
comercio en el medio ambiente y en el Cambio Climático, más específicamente en la
emisión de los gases de efecto invernadero (GEI). Esto se realiza a través de estudios de
impacto ambiental. Una variedad de Acuerdos Comerciales ya alcanzados (NAFTA, ALC
entre USA y Australia, ALC entre Chile y UE, Acuerdo de Asociación entre UE y
MERCOSUR), ha realizado este tipo de estudios.

En términos generales, la mayor parte de los ACR’s contienen cláusulas que ratifican la
compatibilidad entre las obligaciones comerciales de las partes y su derecho a adoptar o
mantener reglamentaciones y estándares ambientales. Algunos también se refieren a la
compatibilidad entre el acuerdo y los acuerdos ambientales multilaterales o regionales.

II.2.2. Espacio de Regulaciones Múltiples

El último espacio que se analizará en este artículo es aquel integrado por temas o aspectos
que no están sujetos a una norma o regulación común, sino que existen multiplicidad de
normas o iniciativas de regulaciones y que se incorporaron al esquema por su efecto en el
medio ambiente y en el Cambio Climático así como su relación con el comercio.

Sin duda, los temas incorporados en este sub-esquema son sólo una muestra, aunque
bastante representativa, y tienen como elemento distintivo la falta de un organismo,
organización o criterio normativo común.

Como caso representativo de este espacio se presentará la situación de los Biocombustibles

Biocombustibles

Ya en el año 2007, el ex vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, manifestaba que el


desarrollo de la industria de los biocombustibles amenaza con incurrir en cierta anarquía. El
hecho es que no hay principios o criterios acordados internacionalmente que definan cuales
son las prácticas sustentables para la producción de biocombustibles.

Esta amenaza se ha concretado. Existen un sin número de iniciativas, tanto voluntarias


como obligatorias, especialmente para el etanol, creadas con el objeto de certificar los
biocombustibles, que hacen que el sector sea considerado una “Babel”.

Existen discrepancias entre países desarrollados (principalmente Estados Unidos y Europa),


por un lado, y países en desarrollo (especialmente Brasil y otros países del arco tropical),
por otro, sobre los criterios de sostenibilidad y certificación a aplicar a los biocarburantes.
Tanto Estados Unidos como Europa han establecido una serie de criterios de sostenibilidad
para certificar que los biocarburantes que entran en sus fronteras responden a un respeto
escrupuloso con el medio y las personas. Por el lado de los países en desarrollo se reclama
que el establecimiento de criterios excesivamente rigurosos podría desincentivar la
producción de biocarburantes.
En la siguiente gráfica se puede apreciar la diversidad de iniciativas existentes.

9
INICIATIVAS
NACIONALES Y
REGIONALES
UE
Directivas
A estas iniciativas se las puede dividir en tres grandes grupos:

1. iniciativas de carácter nacional o regionales;


2. iniciativas internacionales; e
3. iniciativas globales de múltiples interesados o grupos de interés (multistakeholders),
como productores, compañías privadas, ONG, expertos, sociedad civil, etc.

1. En este primer grupo están las propuestas de certificación de biocombustibles y biomasa


que están siendo desarrolladas por Bélgica, Inglaterra, Suiza, Holanda, Alemania por el lado
europeo, por Estados Unidos y Canadá en América del Norte y Brasil como único
sudamericano y país en desarrollo. A nivel regional, la Comisión Europea está muy activa en
el desarrollo de una certificación de biocombustibles en el marco de las Directivas Europeas
para el uso de Energías Renovables.

Estas iniciativas, basadas en diferentes metodologías y definiciones, varían


significativamente entre los países europeos, lo que tiende a dificultar enormemente su
comprensión por parte de los exportadores de biocombustibles, lo que hace, en la práctica,
que el mercado europeo sea uno de los más cerrados del mundo.

2. En el segundo grupo, se destaca la GBEP11 (Global Bioenergy Partnership o Asociación


para la Bionergía Global) patrocinada por el G8+512 y la FAO-UNCTAD; y la TASK 3913 que
forma parte de la International Energy Agency (IEA) y a su vez esta coordinada por la
OCDE.

3. Las principales iniciativas globales de múltiples interesados o grupos de interés son:

11
Iniciativa lanzada por el G8+5 para promover el desarrollo y la comercialización de energía renovable,
principalmente para la conversión y uso de biomasa por energía, con especial énfasis en los países en
desarrollo.
12
El G-8+5 o G13 es el grupo de los líderes de las naciones del G-8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos,
Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia), más los líderes de 5 de las principales potencias económicas
emergentes, el G-5 (Brasil, China, India, México y Sudáfrica).
R
13
Red global dedicada al desarrollo y puesta en funcionamiento de biocombustibles para el transporte. Su tarea
forma parte del Acuerdo de Implementación de la Bioenergía de la Agencia Internacional de Energía (IEA). Esta
red global esta compuesta por 5 países y regiones asociadas.

10
- la RSB (Roundtable on Sustainable Biofuels) o Mesa Redonda para los
Biocombustibles Sustentables, con sede en Suiza y específica en biocombustibles;
- la BSI (Better Sugarcane Initiativa) o Iniciativa para una mejor caña de azúcar, con
sede en el Reino Unido;
- la RSPO (Rountable on Sustainable Palm Oil) o Mesa Redonda para el Aceite de
Palma sustentable; con sede en Suiza;
- la RTRS (Round Table on Responsible Soy) o Mesa Redonda para la Soja
Responsable, fundada en Suiza con Secretaría Ejecutiva en Buenos Aires.

Tanto las iniciativas globales multistakeholder como las internacionales son generalmente
voluntarias, mientras que las nacionales y regionales son en la generalidad obligatorias.
Estas últimas, son incorporadas a la legislación del país o región y su cumplimiento implica
una condición de acceso al mercado. Ejemplos de certificaciones obligatorias son las del
Reino Unido: la Renewable Transport Fuel Obligation – RTFO (ú Obligación de uso de
Combustibles Renovables en el Transporte del Reino Unido), como también la Directiva
Europea para el uso de Energías Renovables de la UE que impone a los miembros la
obligación a partir de 2010 de usar el 20% de energías renovables en su matriz energética,
para lo cual se espera que en el segmento del transporte se utilicen los biocombustibles.
Así, todos los biocombustibles, independientemente del origen, deberán demostrar su
adecuación a los padrones de producción sustentable establecidos en dicha Directiva. Estos
criterios incluyen, entre otros, aspectos relativos a la reducción de emisiones GEI, así como
la prohibición del uso de tierras con una alta cantidad de carbono o con alto valor para la
conservación.

La mayoría de las iniciativas mencionadas se encuentra en su fase inicial o aun en


desarrollo, por lo que se desconoce sus implicancias prácticas futuras así como sus costos
inherentes. La actual ausencia de reglas claras dificulta la compatibilidad y armonización
entre los esquemas de certificación existentes y en elaboración.

El caso de los biocombustibles es un buen ejemplo de la fragmentación de normas que


existen. Por lo que no debe sorprender la existencia de otras “babeles”, dado que dicha
fragmentación también se observa en las legislaciones nacionales así como a nivel
empresa.

III. Comentarios Finales

En la generalidad de los casos se analizan los temas de negociación de forma parcializada,


por un lado las negociaciones comerciales, por otro las negociaciones agrícolas y por otro
las negociaciones medioambientales y de Cambio Climático.

Este artículo presenta un esquema que permite identificar los espacios de negociación que
tratan el Cambio Climático en general y su relación con el comercio de bienes en particular,
con énfasis en los productos agroindustriales.

Es imprescindible que los negociadores de todos los ámbitos del sector público conozcan
cómo estos espacios y temas se relacionan entre sí (transversalidad) y que cualquier
aspecto que se negocia en un espacio puede afectar a otro. Por su parte, los empresarios
deberían también conocer a que normas se pueden enfrentar sus productos en un futuro
cercano y donde se negocian estas normas, ya sean multilaterales, regionales, bilaterales,
unilaterales o privadas.

La relevancia del esquema presentado radica en poder verlo como un tablero indicador. Un
tablero que los empresarios deberían utilizar para crear su propio tablero, incorporando en él
sus variables estratégicas: proceso, producto, mercado, modelo de gestión, etc., para

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identificar el espacio de negociación o problemática donde estas variables están siendo
tenidas en cuenta y cómo, y así poder anticiparse a los efectos de las mismas.

Como se dijo al comienzo, las políticas internas relacionadas con el Cambio Climático
pueden transformarse en el neo-proteccionismo de un futuro cercano. Las empresas
deberían ser concientes de este desafío y estar preparadas.

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