JUNJI - Junta Nacional de Jardines Infantiles

INGRESO AL JARDÍN INFANTIL: ACOMPAÑEMOS A NIÑOS Y NIÑAS EN SU VIVENCIA

DE SEPARACIÓN
Viernes, 01 de Abril de 2011

El ingreso de niños y niñas al jardín infantil es una de las transiciones más significativas, puede ser un momento de
gran tensión tanto para los niños/as como para sus madres, padres o cuidadores.

El Buen Trato constituye una prioridad para JUNJI, ya que sabemos que es una condición básica para una educación
inicial de calidad, especialmente si se considera que los niños y niñas que asisten a nuestros programas educativos se
encuentran en un momento crucial de sus vidas, en una etapa de máxima potencialidad, en la que la relación y vínculo
con un adulto significativo es indispensable para su crecimiento y desarrollo integral.

Definir lo que es el Buen Trato no es una tarea sencilla. Probablemente esto tenga que ver con que, generalmente, es
algo que se siente y no necesariamente algo que se pone en palabras. Para hablar de Buen Trato en las relaciones, no
es suficiente la ausencia de acciones o situaciones de maltrato, sino desarrollar una manera de ser y actuar basada en
el profundo respeto hacia la dignidad de los otros, que se expresa en la cotidianeidad de las relaciones humanas.
Implica reconocer a quien tenemos al frente como un ser legítimo, un semejante.

Esta forma de relación genera bienestar entre quienes interactúan, formando una base que favorece el crecimiento y el
desarrollo personal. Para su logro es fundamental actuar con empatía, es decir, ponerse en el lugar de la otra persona,
sintonizando con sus emociones para poder responder oportunamente a las necesidades que el otro tiene.

El Buen Trato, entonces, transmite una forma particular de ver la vida y las relaciones entre las personas, se construye
en lo cotidiano a través de miles de pequeños gestos de cuidado, consideración y atención hacia uno mismo y los
demás.

Una buena noticia es que ¡El Buen Trato se contagia! En efecto, todos los pequeños gestos de buen trato que se viven
a diario van generando un clima bien tratante que promueve formas no violentas de relacionarse entre las personas.

Emprender la tarea de generar una Cultura del Buen Trato es una tarea titánica, imposible de llevar a cabo con el
esfuerzo de uno solo. Sin embargo, si cada persona se convierte en un agente de Buen Trato será como las
“gotitas de agua”. Cuando los esfuerzos de varios agentes de buen trato se van juntando, se van
formando progresivamente charcos, pozas, lagunas, lagos, hasta llegar a formar un gran océano ¿Por qué no?

Tenemos el sueño y está a nuestro alcance la creación de lugares seguros para la generación de “climas de buen
trato”, es decir, generar en cada uno de nuestros programas educativos un clima donde sus integrantes, niños y
niñas, sus familias y el personal tengan la percepción y la experiencia de ser bien tratados.

POR PRIMERA VEZ AL JARDÍN

El inicio de las actividades es una buena oportunidad para reflexionar respecto de cómo quisiéramos vivir el Buen Trato
en las comunidades educativas, especialmente si consideramos lo difícil que puede llegar a ser para un niño o una niña
separarse de su familia, para ingresar a la sala cuna o el jardín infantil.

El ingreso de niños y niñas al jardín infantil es una de las transiciones más significativas, puede ser un momento de
gran tensión tanto para los niños/as como para sus madres, padres o cuidadores.
Niños y niñas experimentan la pérdida de la cercanía de la madre, padre y otros miembros de la familia; madres y
padres necesitan sentirse confiados en la institución y particularmente en las personas que trabajan directamente con los
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niños y las niñas.

Educadoras y técnicas tienen un papel fundamental a la hora de facilitar una transición positiva desde el hogar al jardín.
Lograr acoger y contener emocionalmente a niños y niñas les ayudará a sentirse más confiados y seguros, condición
básica para generar experiencias de aprendizaje significativas.

Sintonizar con sus emociones, ponerse en su lugar y mantener una comunicación basada en la reciprocidad favorecerá
sus procesos de adaptación. Al mismo tiempo, se deben realizar esfuerzos continuos para vincular a la familia con el
ambiente educativo, dándoles a las madres y padres la seguridad de que sus hijos/as serán bien cuidados y bien
tratados, así como también que podrán participar en la educación de sus hijos e hijas.

Algunas Ideas para el primer día:

-Piense cómo quisiera recibir a los niños/as y sus familias y prepárense como equipo.

-Cuando los párvulos vayan llegando, póngase a su altura. Saludarlos en cuclillas los ayudará a sentirse más acogidos.

-Evite la sobre-estimulación ya que algunos niños/as podrían asustarse.

-Permita un momento la presencia de los padres, madres, de manera que ellos también puedan sentirse seguros al
momento de separarse de sus hijos/as.

-Acoja las emociones de los párvulos, nómbrelas y explíqueles que pueden contar con usted, cuando su mamá o papá
no esté.

-Niñas y niños necesitan despedirse de sus padres, no los haga salir a escondidas.

-Explíqueles a los niños/as qué es lo que harán durante el día, de manera de que se torne más manejable la
incertidumbre.

Padres, madres y familiares son las figuras más importantes en transmitirles confianza y seguridad a sus hijos e hijas,
para que puedan adaptarse de mejor manera a los cambios que enfrentan en sus rutinas.

Algunas sugerencias para acompañar a sus hijos/a:

-Es importante reconocer que el inicio del jardín es una experiencia que tensiona a niños y niñas, y que por ello es
legítimo sentir diversas emociones. No se enoje con su hijo o hija por sus llantos, pataletas u otras manifestaciones, ni
tampoco les castigue. La actitud correcta es acompañarles, decirles por qué se les deja en ese lugar, por cuántas
horas, quién lo irá a retirar y en qué tiempo. Si el adulto está tranquilo, es más fácil para el niño/a calmarse.

-Tenga presente que la adaptación es un momento clave, ha de ser paso a paso, sin prisas ni agobios. Puede ser más
lenta de lo esperado. Cada niño/a es diferente y reacciona distinto. Es importante respetar el tiempo y las exigencias de
cada uno.

-Durante los primeros días acompáñelo un tiempo en su sala, juegue con él e involucre a otros compañeros/as, eso le
dará confianza.

-Despídase de su hijo o hija, nunca salga a escondidas. La despedida le otorgará seguridad respecto de que se
encontrarán al término de la jornada.

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-Cumpla siempre sus promesas. Si le dice que lo retirará después de almuerzo, hágalo. Ello le transmitirá confianza
y tranquilidad.

-Déjelo llevar algo significativo para él/ella. Puede ser su juguete favorito, su chupete u otro. Le ofrecerá confianza y le
recordará el ambiente familiar.

-Converse en familia de lo entretenido que es, de los juegos que puede realizar con otros niños/as y de lo importante
que es el jardín infantil y la educación.

-Cuéntele a la educadora con precisión las cosas que a su hijo/a le gustan y las formas que tiene de calmarse, de
manera que las educadoras puedan responder empáticamente a sus necesidades.

-Converse con la educadora diariamente de cómo su hijo/a se ha ido adaptando, de manera que juntos puedan apoyar y
contener emocionalmente en este proceso al niño/a.

Recordemos que la adaptación nos involucra a todos, educadoras, técnicas/os, niños, y niñas, familia y
establecimiento. En este periodo de adaptación es importante que toda la familia y las personas que trabajan en el jardín
infantil se apoyen mutuamente y generen las mejores condiciones para que el niño/a aprenda, se desarrolle, juegue y
disfrute de la companía de amigos y amigas.

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