Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
1. Objeto.
1
justicia por un tribunal independiente e imparcial”; en el artículo 14 ap. 1
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: “Toda persona
tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por
un tribunal competente, independiente e imparcial …” y en el artículo
XXVI de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre:
“Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en forma
imparcial y pública…”.
2
Ministerio Público Fiscal de la Nación
2. La posibilidad de inhibición.
3
normal desarrollo de este juicio -frustrando la expectativa de la sociedad
toda a contar con un juicio oral cuya rectitud y legalidad se encuentre
absolutamente insospechada, máxime si se tiene en cuenta la enorme
trascendencia institucional e histórica que involucran los hechos a
juzgar-, por afectación de la garantía de imparcialidad, “principio de
principios” del sistema penal del Estado de derecho.
Un juicio llevado a cabo ante un juez parcial sólo
tiene de juzgamiento su apariencia. Para excluir por completo la
desconfianza razonablemente instalada en la ciudadanía a la luz de los
hechos objetivos en que incurre el juez el remedio legal y
constitucionalmente previsto es su apartamiento.
En adelante se indican los hechos que determinan
que el juez Velázquez deba apartarse de conocer en esta causa.
4
Ministerio Público Fiscal de la Nación
posible, etcétera.
5
Además se encuentra imputado de de haber formado
parte de una asociación ilícita destinada a cometer delitos, la que
conformó junto con otros funcionarios judiciales y miembros
jerarquizados de las Fuerzas Armadas que integraban la cadena de
mandos de las Unidades Militares en esta jurisdicción; como así
también de haber concretado dicho compromiso delictivo mediante la
realización de tareas imprescindibles para la consumación de distintos
tramos del plan criminal, desnaturalizando la actuación de la justicia
ante la notitia criminis, sumado a las condiciones de cantidad,
sistematicidad y uniformidad de los hechos de los que tomaba
conocimiento. Por otra parte, se le imputa haber participado en sesiones
de tortura sobre personas recluidas a cautiverio en centros clandestinos
de detención.
Las víctimas en perjuicio de quienes realizó las
conductas típicas descriptas son: María Eugenia González, Néstor Oscar
Junquera, Gustavo Darío López, José María Petersen, Alberto Adrián
Lebed, Sergio Andrés Voitzuk, Néstor Daniel Bambozzi, Gustavo
Eduardo Roth, Emilio Rubén Villalba, Francisco Valentini, Luis Alberto
Sotuyo, Dora Rita Mercero, Roberto Adolfo Lorenzo, María Cristina
Pedersen, Héctor Osvaldo González, Susana Elba Traverso, Néstor
Alejandro Bossi, Rubén Alberto Ruiz, Carlos Rivera, Carlos María
Ilacqua, Estela Maris Iannarelli y Darío José Rossi, Daniel José
Bombara, Laura Manzo, María Emilia Salto, Eduardo Hidalgo, Patricia
Acevedo Francisco Fornasari, Juan Carlos Castillo, Manuel Mario
Tarchitzky, Zulma Matzkin, Héctor Núñez, María Cristina Pedersen,
Héctor Osvaldo González, Julio Ruiz, Pablo Bohoslavsky, María Marta
Bustos, René Eusebio Bustos, Rubén Aníbal Bustos, Raúl Agustín
Bustos y Mario Edgardo Medina.
Del contenido de la imputación que pesa sobre Hugo
Mario Sierra, brevemente reseñada, surge que decenas de hechos que se
le imputan son los que conforman el objeto procesal que debe juzgar
Juan Leopoldo Velázquez.
6
Ministerio Público Fiscal de la Nación
7
producido aún en el juicio, pero cabe concluir que las innumerables
menciones de Sierra que obran en la instrucción resultan más que
suficientes para dar por acreditada la posibilidad cierta de que ello
ocurra. Por lo demás, interesa a este Ministerio Público que así sea, así
que será objeto de los correspondientes interrogatorios, y sobre ello
deberá expedirse el presidente del tribunal oral.
8
Ministerio Público Fiscal de la Nación
9
desmedro de las víctimas sobrevivientes de los más hondos horrores que
ha conocido la humanidad, de sus familiares, que con su obstinación
han perseguido durante décadas un juzgamiento pleno y legal de los
hechos, de los testigos que deberán dar su testimonio ante un juez que
se encuentra relacionado de este modo con partes acusadas, sobre
quien se proyecta la razonable sospecha de que no se halla en
condiciones de asegurar la vigencia de la garantía constitucional del
debido proceso legal.
La realización de un plenario sin garantía plena y
absoluta de la imparcialidad del juzgador no sólo carece de valor alguno
en términos legales, implica el atropello a un proceso de justicia que ha
llevado décadas desarrollar y que a poco de ser completado se ve
ensombrecido por las circunstancias que se han descripto.
10
Ministerio Público Fiscal de la Nación
1
Expte. 52.142 – Leg. 1277 año 1978 caratulado “SAMPINI Héctor R. y SAMPINI Catalina C. de
INTERPONEN REC. DE HABEAS CORPUS a favor de RUBÉN HÉCTOR SAMPINI – B. Blanca”).
2
(conf. Cafferata Nores - Hairabedián “La Prueba en el Proceso Penal, editorial Lexis Nexis, edición sexta,
pág.108)
11
condición de testigo a prestar declaración con relación al hecho de la
desaparición de Rubén Héctor Sampini.
3
Conf. Francisco J. D’Albora, Código Procesal Penal de la Nación, editorial Abeledo Perrot, edición cuarta,
pág. 132
12
Ministerio Público Fiscal de la Nación
13
aceptadas con fecha 8/2/2010 en el incidente n° 982 (6) caratulado
“Dres. Raúl H. Fernández Orozco y Gustavo Arturo Duprat s/
excusación en causa n° 982 (BAYÓN…), revela el desprecio por encausar
el trámite judicial conforme indispensables garantías de orden
constitucional y permite sin dudas contextualizar las sospechas acerca
de su parcialidad en caso que está llamado a juzgar.
Claro que ello debe valorarse en conjunto con la
presencia del juez Duprat en la reunión que origina este planteo.
14
Ministerio Público Fiscal de la Nación
oportunidades posibles
Lo precedente encuentra sustento que en los cuatro
casos que a continuación se mencionarán, las situaciones personales de
los procesados fueron debidamente analizadas tanto por la instancia de
grado, como por la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca
quienes hallaron el mérito suficiente -y así quedó de manifiesto en
resoluciones fundadas- para no conceder el beneficio impetrado.
No obstante ello, el juez Juan L. Velázquez –
conformando mayoría con la vocal Torterola, que votó en contra del
criterio que aplicó en otras causas de la jurisdicción de Mar del Plata-
decidió en amplia contradicción con el criterio de sus pares,
excarcelando imputados con argumentos genéricos (prácticamente un
cliché que fue modificando a partir de los recursos de casación
interpuestos por la fiscalía)
Así, mencionamos los casos de Carlos Alberto
Taffarel y Mario Carlos Antonio Méndez, y, más grave aun en el caso de
la excarcelación de Miguel Ángel García Moreno, quién en la etapa de
instrucción fue inicialmente citado a indagatoria sin orden de detención,
fracasaron cinco intentos de notificación y luego el juez de instrucción
ordenó la detención del mismo, todo ello, necesario para vencer la
reticencia del imputado a comparecer y cumplir las resoluciones
judiciales.
Asimismo, se ordenó la libertad de Jorge Horacio
Granada sin valorarse adecuadamente que el mismo permaneció
prófugo durante ocho meses, mantenía estrechos contactos con sectores
de poder también involucrados con imputaciones en crímenes de lesa
humanidad, como el caso de Luis Patti, quien fue acusado y elevado a
15
juicio en el año 2008 por el encubrimiento de Granada mientras estuvo
prófugo en la causa “Contraofensiva”.
16
Ministerio Público Fiscal de la Nación
17
del tribunal en una posición de vulnerabilidad moral a la hora de juzgar
los hechos y las personas a las que se encuentra unido por razones
extraprocesales (que vale indicar aquí no hace interesa analizar, pues
basta con que la relación con el caso exceda la del juez con el proceso).
Los casos bajo análisis configuran aquellas
situaciones estándar en las que puede pensarse que el criterio del juez
puede verse contaminado por cuestiones extralegales que permitan
aseverar razonablemente que su actuación frente al caso concreto será
parcial, que estará guiado por un interés distinto al del simple
complimiento de la ley. Es en tal sentido que se los puede llamar
supuestos objetivos de parcialidad o ejemplos estándar de
posicionamiento frente al caso que da lugar a la posibilidad de violentar
la neutralidad del juzgador pues el criterio para su distinción no
depende de una valoración personal en particular (una valoración
subjetiva) sino de aquella propia de cualquier observador y,
fundamentalmente, la de un interesado en el asunto que, en tanto parte
en el proceso, tiene un interés legítimo y un derecho subjetivo a que el
caso sea objeto de conocimiento por un tribunal imparcial.
El Código Procesal como norma reglamentaria de los
derechos fundamentales, en este caso de la garantía de imparcialidad
regula en su art. 55 varios de estos casos prototípicos –entre ellos,
algunos de los que aquí se han configurado- en los que es obvio pensar
que puede encontrarse comprometida la garantía. Se trata de una
exposición claramente enumerativa, pues resulta imposible pensar en
un legislado omnisciente que haya podido prever todos los supuestos en
que esta situación puede presentarse. Por ello Clariá Olmedo señala que
"la ley no capta la totalidad de posibilidades o modalidades de causa que
ponen al juez en sospecha de parcialidad" (CLARIA OLMEDO, J. A.,
"Tratado de Derecho Procesal Penal", t. II. ps. 242/243, Buenos Aires,
1962).
En tal sentido, Maier indica que "(c)ualquiera que sea
la proximidad al ideal de la imparcialidad del catálogo de las llamadas
causales de exclusión que las leyes enumeran (...) todos los casos
genéricos o motivos de exclusión de jueces se encuentran referidos a la
misma razón genérica o se miden según ella para establecer su acierto o
desacierto. Esa razón genérica es el temor o sospecha de parcialidad en
18
Ministerio Público Fiscal de la Nación
19
legitiman su denuncia por los interesados en que se respete el debido
proceso en las actuaciones.
Lo mismo corresponde decir en relación con la
intervención pretérita del juez en el trámite judicial que acompañó
algunos de los casos que hoy son objeto de juzgamiento. En su
condición de secretario tomó conocimiento previo de los hechos, lo que
lo sitúa como testigo de parte de los hechos que hoy está llamado a
valorar, hechos que deben probarse y juzgase por un tercero
absolutamente ajeno. ¿Podrá alguna parte preguntarle al juez acerca de
alguno de los sucesos a los que asistió? Su condición de juez no lo
ampara de la obligación de declarar como testigo en relación con ellos, y
esto muestra la inconveniente situación en la que se encuentra el
presidente de este tribunal frente a la causa en la que deberá conocer.
En esta clase de supuestos "no se debe cometer el
error común (...) de creer que la recusación cuestiona la honorabilidad del
magistrado" (Bovino, Alberto, Principios políticos del procedimiento penal,
Editores del Puerto. Buenos Aires. 2005, p. 49), "el temor o sospecha de
parcialidad es un vicio objetivo del procedimiento" y "no una (...) cualidad
subjetiva o personal del juez" (“Llerena”, Consid. 10 del voto de los jueces
Zaffaroni y Highton de Nolasco 4).
Tratándose de una causal objetiva de apartamiento,
lo que se busca es aventar la racional desconfianza que generaría en
todo ciudadano interesado en que se haga justicia la participación en el
debate de un juez con relaciones personales con las partes y sus
defensores, y que tiempo atrás tuvo contacto personal con algunos de
los acontecimientos que deben probarse en el juicio.
Por ello es común encontrar en la
jurisprudencia vinculada a estos casos la cita del viejo adagio según el
cual “no sólo se debe hacer justicia sino también parecer que se hace
justicia” –justice must no only be done. It must also be seen to be done”-
(caso “Delcourt”, del 17/01/70, Boletín de Jurisprudencia constitucional,
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, jurisprudencia 1984-1987,
Publicaciones de las Cortes Generales, Madrid, pág. 183). En el
precedente “LLerena” el ministro Petracchi trajo a colación el caso
"Herrera Ulloa e/Costa Rica", donde la Corte IDH sostuvo que "bajo el
análisis objetivo, se debe determinar si, aparte del comportamiento
personal de los jueces, hay hechos averiguables que podrían suscitar
20
Ministerio Público Fiscal de la Nación
21
Se trata entonces de evitar que en lugar de asistir
a un juicio en el que no existan dudad acerca de la vigencia irrestricta
de todas las garantías procesales se tramite una mera administración de
un conflicto entre el posicionamiento y los compromisos del presidente
del Tribunal Oral con las partes.
Este Ministerio Público debe indicar nuevamente
que “... lo decisivo es establecer si, desde el punto de vista de las
circunstancias externas (objetivas), existen elementos que autoricen a
abrigar dudas con relación a la imparcialidad con que debe
desempeñarse el juez, con independencia de qué es lo que pensaba en su
fuero interno...” (“DIESER, María s/ homicidio calificado” Causa nro.
120/02 D.81.XLI), y en el presente caso las circunstancia objetivas
tienen entidad suficiente para generar el temor de parcialidad.
22