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FISIOPATOLOGIA DE LA PE
Es la hipertensión propiamente secundaria al embarazo, ya que el alza tensional es
causada por una placenta isquémica debido a una penetración trofoblástica superficial.
Aún no se conoce el defecto de la interacción de los tejidos maternos y fetales que causa
esta penetración trofoblástica insuficiente, pero sí se sabe que debido a ésta, persiste una
vasculatura uterina de menor diámetro y mayor resistencia que disminuye el territorio
de síntesis de sustancias vasodilatadoras (prostaciclina, óxido nítrico), y que la placenta
isquémica libera a la circulación materna factor(es) hipertensógeno(s) aún no
conocido(s). Estos, o factores asociados, poseen además propiedades citotóxicas que
dañan el endotelio, aumentan su permeabilidad y son responsables del edema; a nivel
renal causan la tumefacción celular (endoteliosis propia de la PE) y favorecen la
agregación plaquetaria. Además de la nuliparidad y edad extrema, predisponen al
desarrollo de PE una historia familiar positiva (indicador de factores genéticos), y otros
factores anatómicos e imunológicos que favorecen el defecto de placentación y la
isquemia posterior de la unidad úteroplacentaria.
CAUSAS DE ISQUEMIA UTEROPLACENTARIA
FACTORES FACTORES
MORFOLOGICOS FUNCIONALES
Desbalance entre
Primiparidad vasoconstrictores y
vasodilatadores
Diabetes
Enfermedades inmunológicas
Déficit sistema calicreína-
(LE, síndrome
cinina
antifosfolípidos)
Hipertensión
Edad tardía
Durante los controles obstétricos ambulatorios la presión arterial (PA) se mide con la
paciente en posición sentada, con el manguito colocado a la altura del corazón, después
de un período de reposo de 5 minutos. De encontrar una cifra elevada se repiten las
mediciones en 3 oportunidades separadas por 1 minuto. En la embarazada se considera
como cifra sistólica el primer ruido de Korotkoff y como cifra diastólica estudios
recientes apoyan una mejor relación entre el 5 ruido y la medición intraarterial. Si existe
auscultación hasta 0 mm Hg, hay que consignar el apagamiento de los ruidos (4 ruido)
(ej.: 120/70-0 mm Hg). El monitoreo ambulatorio continuo de PA (MAPA) esta aún
siendo evaluado en la embarazada y su uso para el diagnóstico no se justifica en la
práctica habitual.
Se considera hipertensa a la embarazada con:
1) comprobación de hipertensión previa al embarazo o en controles tempranos:
1.1. aun cuando sus cifras tensionales en primer y segundo trimestre sean normales.
1.2. hallazgo de cifras iguales o mayores a 140/90 mm Hg en el control inicial en primer
o segundo trimestre.
2) aparición de cifras tensionales elevadas durante el transcurso de un embarazo
previamente normotensivo:
2.1. alzas de 30 mm Hg de presión sistólica (PAS) y 15 mm Hg de diastólica (PAD)
sobre los valores de los controles en la gestación temprana deben ser considerados
anormales, por lo que debe repetirse la determinación al cabo de reposo de 30 minutos.
De persistir esta alza deben realizarse exámenes de laboratorio y control clínico una
semana más tarde.
2.2. elevaciones en el rango de 159-140/ 109-90 mm Hg en mediciones espaciadas por
30 minutos en la segunda mitad de la gestación, sin los antecedentes de 1.1 ó 1.2,
obligan al diagnóstico presuntivo de una PE y constituyen indicación de
semihospitalización. En este caso la paciente debe permanecer hospitalizada, en reposo
en decubito lateral izquierdo, durante 6 horas, con control de PA al ingreso y al
completar las 6 horas. Si la presión no desciende al cabo del reposo, se indica
hospitalización formal para estudio de laboratorio (hematocrito, hemoglobina, uricemia,
proteinuria de 24 horas, clearance de creatinina, orina completo, fondo de ojo). Si al
cabo de 6 horas la presión es normal, la paciente es dada de alta, con indicación de
control en 1 semana y medidas preventivas.
2.3. una sola cifra de 160/110 mm Hg o más, o hipertensión en rango menor asociada a
proteinuria, hacen el diagnóstico de síndrome hipertensivo establecido y no requiere de
mediciones repetidas, separadas en el tiempo.
Otros hechos importantes son el edema facial y lumbar, los reflejos osteotendíneos
exaltados y la presencia de otras complicaciones como insuficiencia cardíaca,
epigastralgia y compromiso de conciencia. El examen de fondo de ojo permite
caracterizar la cronicidad del cuadro (aumento del brillo arteriolar y alteración de cruces
arteriovenosos) o certificar la gravedad del cuadro actual (vasoespasmo importante,
retina brillante edematosa, exudados, hemorragias, edema de papila).
Laboratorio:
Hemograma: el hematocrito elevado certifica la hemoconcentración propia de la PE.
Las alteraciones en el recuento de plaquetas y las alteraciones morfológicas en los
glóbulos rojos reflejan daño endotelial y señalan la severidad del cuadro
(trombocitopenia, esquistocitos, signos de hemólisis y/o aparición de crenocitos).
Examen de orina: evalúa el compromiso renal agudo o previo, y alteraciones asociadas
como infecciones urinarias a través de la presencia de cilindros, hematuria, bacteriuria
y/o piuria.
Uricemia: un valor sobre 5 mg/dl es característico de PE.
Proteinuria: cualitativa o cuantitativa (sobre 300 mg en orina de 24 horas o sobre 1
gr/lt en una muestra aislada) indica nefropatía previa o PE. La magnitud de la
proteinuria reviste importancia para evaluar la severidad y progresión de la PE.
Clearance de creatinina: es el mejor parámetro para evaluar la función renal, porque si
se consideran otros como la creatininemia o uremia pueden existir modificaciones
sutiles que no sobrepasan los valores normales de estas determinaciones, pero que sí
traducen una reducción de función renal o una incapacidad para alcanzar el aumento
propio de una gestación normal. La recolección de orina de 24 horas es, además, útil,
porque permite cuantificar con precisión la proteinuria.
Electrocardiograma: la presencia de hipertrofia ventricular indica hipertensión previa
al embarazo.
Enzimas hepáticas: esta determinación se agrega en una PE severa o si existen
indicadores de consumo plaquetario o de glóbulos rojos que indiquen daño endotelial
importante. Una elevación de enzimas hepáticas asociada a estas alteraciones hace el
diagnóstico de síndrome de HELLP (Hemolysis, Elevated Liver enzymes, Low Platelet
count), forma grave de PE.
La Tabla I resume los criterios utilizados para el diagnóstico diferencial de los
síndromes hipertensivos del embarazo.
La Tabla II resume los riesgos maternos y fetales en el síndrome hipertensivo del
embarazo.
La Tabla III presenta los criterios utilizados para clasificar la PE como moderada o
severa.
Los distintos exámenes que permiten evaluar la UFP se analizan en capítulo aparte.
Aquí sólo se mencionan los aspectos más relevantes al SHE. Su evaluación permite
precisar las posibilidades de prolongar el embarazo y decidir la vía de parto.
Examen obstétrico: evalúa la vitalidad y crecimiento fetal así como su relación con la
edad gestacional mediante altura uterina y estimación de peso fetal. Es necesario,
además, precisar la presentación fetal y el grado de madurez del cuello uterino para
decidir la vía del parto.
Movimientos fetales: en la práctica clínica se solicita a las pacientes que registren los
movimientos fetales durante 1 hora, una vez al día. Si registra menos de 6 movimientos
fetales en ese período, se realiza monitorización electrónica de la frecuencia cardíaca
fetal (FCF). Una modalidad alternativa es registrar los movimientos fetales 30 minutos,
3 veces al día. Si la madre pesquisa menos de 2 movimientos fetales por período se
realiza monitorización electrónica de la FCF.
Monitorización electrónica de la FCF: a través del registro basal no estresante y/o del
test de tolerancia a las contracciones uterinas.
Ecografía seriada: permite la evaluación del crecimiento fetal, el diagnóstico de
retardo de crecimiento intrauterino, la evaluación biofísica del feto ("perfil biofísico"),
el diagnóstico de anomalías congénitas asociadas y el compromiso de la hemodinámica
uterina y fetal mediante Doppler. Debe repetirse cada 1 semana para exámenes de
evaluación de bienestar fetal (perfil biofísico y Doppler). Se repite cada dos semanas
para evaluar crecimiento.
Amniocentesis: el estudio del líquido amniótico (LA) mediante los tests de Clements,
índice lecitina-esfingomielina y fosfatidilglicerol, permite verificar la madurez
pulmonar fetal antes de la interrupción del embarazo. La presencia de meconio en el LA
constituye un signo de alerta, ya que se asocia a Apgar bajo y mayor mortalidad
perinatal.
Equilibrio ácido básico fetal: la determinación del pH en sangre del cuero cabelludo
fetal permite evaluar la condición ácidobasica del feto durante el trabajo de parto.
TRATAMIENTO DE LA PE
Por ser la PE una enfermedad causada por una placenta isquémica dañada en las
primeras etapas de la invasión trofoblástica, la interrupción del embarazo es la única
medida que revierte las alteraciones características de la enfermedad. En la práctica
clínica es inconveniente interrumpir la gestación en un gran número de casos, ya que se
hace necesario prolongar la estadía del feto in útero para permitir una madurez que
asegure su viabilidad. Por esto, cuando hablamos de "tratamiento" nos referimos a
medidas destinadas a:
- evitar el compromiso materno secundario al alza tensional (edema y/o hemorragia
cerebral, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal)
- prevenir la eclampsia
- promover la mejoría o detener el deterioro de la circulación placentaria
- prolongar, con el menor riesgo posible, la estadía fetal in útero con el fin de evitar las
complicaciones propias del prematuro
USO DE ANTIHIPERTENSIVOS
Antihipertensivos orales si la PAD es mayor o igual a 100 mm Hg
Antihipertensivos por vía parenteral (ver "crisis hipertensiva") si la PA es mayor o igual
a 170/110 mm Hg, y ante la falta de respuesta al tratamiento oral.
En aquellas pacientes que presentan PAD mayor o igual a 100 mm Hg se usarán drogas
antihipertensivas hasta lograr cifras entre 90 y 100 mm Hg. Si se logra un buen control
de las cifras tensionales y se demuestra indemnidad de la unidad fetoplacentaria, no
debe interrumpirse el embarazo.
Las drogas de elección son:
Metil dopa (500 a 2000 mg/día) es el antihipertensivo de primera elección, por dos
razones: 1) es la única droga para la cual existe seguimiento prolongado (7 años) de los
niños expuestos a ella in útero, seguimiento que demuestra inocuidad del medicamento,
y 2) los estudios randomizados disponibles que comparan metil dopa con otros
antihipertensivos no muestran ventajas para ninguno de los otros medicamentos.
Apresolina (50 a 200 mg/día). También ha sido ampliamente usado. No provoca en la
embarazada un ascenso significativo de la frecuencia cardíaca sobre el aumento ya
propio de la gestación, por lo que no requiere de la adición obligada de
betabloqueadores como en el hipertenso habitual.
Otras alternativas:
El labetalol y la clonidina son preferibles en pacientes con frecuencias de pulso sobre
100 lpm. en dosis de 100 a 400 y 0.15 a 0.60 mg, respectivamente.
Los antagonistas del calcio pueden emplearse en la gestación avanzada, pero nunca
deben asociarse a sulfato de magnesio, pues pueden producir hipotensión y parálisis
muscular.
Los inhibidores de enzima convertidora deterioran la perfusión fetal e inducen
teratogenia, razón por la que su uso está absolutamente contraindicado.
CRISIS HIPERTENSIVA
Hospitalización
Frente a alzas bruscas de PA o PAD de 110 o más mm Hg, Nifedipino es actualmente
la droga de elección por su eficacia, rapidez de acción (10-15 minutos), seguridad,
simplicidad de uso, mecanismo antihipertensivo vasodilatador y moderado efecto
natriurético. La cápsula debe ser masticada y tragada. Dosis: 10-20 mg sublingual. Está
contraindicado en encefalopatía hipertensiva.
De no observar respuesta o de haber compromiso de conciencia es necesario emplear
antihipertensivos parenterales:
Apresolina : es el medicamento más usado en crisis hipertensivas durante el embarazo.
El descenso tensional que induce no se asocia a cambios paralelos en el flujo renal o
placentario. Dosis: 5-10 mg ev directo; 20-40 mg en SG 5%. La dosis inicial es 5 mg ev
directo y se controla la PA cada 5 minutos. Si a los 20 minutos la presión diastólica no
ha disminuido a 100 mm Hg al menos, colocamos 10 mg ev directo, dosis que
repetimos cada 20 minutos, mientras la presión diastólica no alcance los niveles
deseados (90-100 mm Hg).
Otras alternativas:
Diazoxide : recomendamos su administración en minibolos de 30 mg ev, repetidos cada
1-2 minutos según necesidad, controlando simultáneamente la PA. En sus inicios se
recomendó su uso en forma de bolos de 300 mg, pero esas dosis sobrepasan con
frecuencia el efecto buscado.
Labetalol : 20 mg ev. Luego 20 a 80 mg ev cada 20 a 30 minutos, hasta 300 mg, o
infusión ev de 0,5-2,0 mg/min. Logrado el efecto deseado, se disminuye la dosis a 0,5
mg/min. Contraindicado en insuficiencia cardíaca, asma bronquial o bloqueo AV.
Nitroprusiato de sodio: su uso en el embarazo es excepcional. Sólo es planteable en
una gestación con hipertensión refractaria a los tratamientos anteriores, que se ha
decidido interrumpir, con el fin de llegar al parto con la madre adecuadamente
estabilizada. Su uso requiere mantención de la paciente en una sala de terapia intensiva.
En el contexto mencionado, no existiría riesgo fetal descrito para la droga (toxicidad por
acumulación de tiocianato y cianuro). Dosis: 0,5-10 ug/Kg/min (50 mg en 250-1000 ml
SG 5%).
OTRAS MEDIDAS
La restricción de sal o el uso de diuréticos sólo están justificados en aquellas pacientes
cuyas complicaciones médicas así lo exigen (insuficiencia cardíaca congestiva, edema
pulmonar agudo, insuficiencia renal).
En centros especializados y en situaciones de excepción puede emplearse la expansión
de volumen mediante soluciones coloidales. Esta es beneficiosa frente a contracción de
volumen (hematocrito >40%) y a oligoanuria, y puede asociarse a un descenso de la PA,
pero es una medida terapéutica riesgosa que puede precipitar insuficiencia cardíaca.
Habitualmente se emplea simultáneamente con vasodilatadores parenterales y, si hay
oliguria, con furosemida ev.
Si a pesar de las medidas señaladas no se logra un buen control de las cifras tensionales,
si aparecen signos de mayor daño materno (elevación de proteinuria, deterioro del
clearance de creatinina) o fetal (evidenciado a través de los parámetros de evaluación de
la UFP), debe plantearse la interrupción del embarazo, sea por inducción o por
operación cesárea, de acuerdo a las condiciones obstétricas de cada paciente. Nuestros
criterios de interrupción del embarazo son los siguientes:
• preeclampsia moderada con feto maduro (edad gestacional >37 semanas)
• preeclampsia severa con feto cuya edad gestacional es >34 semanas
• preeclampsia severa con feto inmaduro, en que fracasa el tratamiento médico o
hay deterioro progresivo del estado materno (hipertensión severa, crisis
hipertensiva recurrente)
• evidencia de deterioro de la UFP, independiente de la edad de gestación. Si se
trata de gestaciones menores de 34 semanas con pulmón fetal inmaduro, es
conveniente inducir maduración pulmonar con corticoides (Cidotén rapilento 12
mg im c/24 horas por 2 veces) e interrumpir a las 48 horas de la primera dosis
• eclampsia (interrupción sólo una vez controladas las convulsiones y lograda la
estabilización hemodinámica de la madre).
ESQUEMA TERAPEUTICO DE LA ECLAMPSIA
INDICES PREDICTIVOS DE PE
PREVENCION DE LA PE
LECTURAS SELECCIONADAS
F de Pablo, E Oyarzún: Utilidad clínica del "roll over test" y de la presión arterial media
en el diagnóstico precoz del sindrome hipertensivo del embarazo. Rev Chil Obstet
Ginecol 1980; 45(6): 331-334
E Oyarzún, MT Mesa, J Brañes, C Contreras: Manejo del sindrome hipertensivo severo
del embarazo en un hospital Base de provincia. Rev Chil Obstet Ginecol 1985; 50(3):
212-224
E Oyarzún, R Wild: Eclampsia. Boletín Escuela Medicina PUC 1986; 16(2):12-19
M Ivankovic, E Oyarzún, P Werth, E Aranda, D Mezzano: Activación plaquetaria en el
sindrome hipertensivo inducido por el embarazo. Rev Chil Obstet Ginecol 1987; 52(2):
286-291
R Romero, C Lockwood, E Oyarzún: Toxemia: new concepts in an old disease. Sem
Perinatol 1988; 12:302-323
E Oyarzún: Etiopatogenia de la preeclampsia-eclampsia. Rev Chil Obstet Ginecol l989;
54: 267-269
G Valdés, E Oyarzún: Sindromes hipertensivos del embarazo. En: Obstetricia, Eds A
Pérez y E Donoso. Publicaciones Técnicas Mediterráneo, Santiago, 1992. Cap. 47, pg.
535-557
E Oyarzun: Hipertensión en la embarazada. Boletín Escuela de Medicina PUC 1992;
21: 153-157
WM Barron, MD Lindheimer: Management of hypertension during pregnancy. En:
Laragh JH y Brenner BM (eds) Hypertension: Patophysiology, Diagnosis and
Management. 2nd. edition. Raven Press, Ltd. New York. 1995. pg. 2427-2450
Normas Australianas para el manejo de la hipertensión en el embarazo. 1994
E Gallery: Hypertension in pregnancy. Practical management recommendations Drugs
1995; 49: 555-562
Al Indice
Al Departamento de Obstetricia y Ginecología
A la Escuela de Medicina
TABLA I
Antec.
HTA PE HTA HTA
familiares
esclerosis
Fondo de ojo esclerosis edema -
y edema
Proteinuria
+o- + + -
>300 mg/lt
Deterioro
+o- + + -
función renal
Recurrencia + - + +
TABLA II
RIESGOS MATERNOS
a) Desprendimiento prematuro de placenta normoinserta
(asociado en alrededor del 25% de los casos a preeclampsia)
b) Insuficiencia cardíaca y edema pulmonar agudo
c) Insuficiencia renal
d) Daño hepatocelular
e) Coagulación intravascular diseminada
f) Accidente vascular encefálico
g) Eclampsia
h) Muerte
RIESGOS FETALES
a) Prematurez
b) Retraso de crecimiento intrauterino
c) Muerte fetal in útero
e) Muerte en período neonatal
TABLA III
CLASIFICACION DE LA PREECLAMPSIA
Moderada Severa
Presión sistólica
< 160 160
(mm Hg)
Presión diastólica
< 110 110
(mm Hg)
Proteinuria (g 24 h) <3 3
Compromiso Elevación de
Ausente
hepático enzimas hepáticas