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Implicancias del Desarrollo Rural en el Perú, en un escenario de cambio

climático global

Por: Ing. Jaime Llosa

“…jamás se dice nunca de rodillas”.

César Vallejo

1. Precisando conceptos

Para efectos del presente artículo estimamos importante aportar algunas precisiones de
carácter conceptual, vinculadas con los temas centrales que motivan las reflexiones que
en él se contienen.
El cambio climático global es un fenómeno de orden climático producido por el
Hombre, que se expresa en el aumento progresivo y acelerado de la temperatura media
del Planeta Tierra, con consecuencias sociales y económicas, de diversa índole y
naturaleza, que afectan la vida en sus diferentes expresiones.El desarrollo rural alude a
los procesos acumulativos que generan crecimiento económico con equidad, haciendo
uso sostenible de los recursos existentes en el ámbito rural.
El desarrollo rural incluye el desarrollo agrícola y pecuario, pero no se limita al
cultivo de plantas y animales, sino que incluye otras actividades generadoras de ingreso y
de empleo, como: la industria, (y no sólo la agroindustria), la extracción de productos
mineros (metálicos y no metálicos), los servicios de turismo: científico, vivencial, paisajista
y de aventura; también, de hotelería, restaurantes, de transporte; incluyendo la
elaboración de productos de metal mecánica, etc.
Esta distinción es de suyo muy importante en tanto las políticas públicas seguidas
por los sucesivos gobiernos nacionales y los instrumentos de política mediante las cuales
estas se aplican (o en teoría se aplican), han invariablemente, privilegiado la noción
estrecha de desarrollo agropecuario, condenando de este modo, a los productores
rurales, a realizar una actividad que por trabajar con seres vivos, es una actividad
biológica y por tanto sujeta a factores contingentes que no pueden ser totalmente
controlados o anticipados por el Hombre, tales como: sequías e inundaciones, heladas y
granizadas; plagas de insectos y enfermedades fungosas, etc. En cambio, la actividad
industrial se realiza bajo techo, esto es, no es afectada por la incidencia de dichos
factores contingentes; Lo propio ocurre con la actividad comercial.

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Adicionalmente, cabe mencionar que, las actividades agropecuarias, en
comparación con otras actividades productivas, como la industria y el comercio, muestra
altos niveles de incertidumbre, como serias desventajas o rigideces; tales como a)
Imposibilidad de responder (adecuarse) en tiempo breve a los cambios en la demanda de
los bienes que produce, b) Imposibilidad, salvo que se trate de cultivos en invernaderos,
de burlar la estacionalidad de los períodos de siembra y cosecha, como de alterar los
ciclos fenológicos de las especies y dentro de ellas de las variedades.
Otro aspecto a tener en cuenta es la velocidad de rotación del capital. La actividad
agrícola muestra una lenta rotación del capital en comparación con actividades como la
industria y el comercio. Mientras en la agricultura, salvo que se trate de hortalizas de corto
período vegetativo o de cultivos en invernadero, se obtiene entre una cosecha y cosecha
y media por campaña /año esto es lenta velocidad de rotación del capital; en la industria
se pueden obtener y dar vuelta al capital, dependiendo del tipo de bienes a producir, entre
25 y 80 veces; en el comercio, esta rotación es aún mayor llegando a rotar el capital entre
100 y 200 veces.
Si relacionamos esta velocidad de rotación del capital, con el “costo del dinero”
(tasas de interés de los préstamos, que en nuestro país es un asalto a mano armada)
podemos afirmar que la actividad agrícola no está en condiciones de soportar tasas tan
elevadas de interés, al sólo poder devolver el dinero prestado (principal más intereses)
luego de pasados varios meses, con lo cual los intereses se acumulan, haciendo no
rentables o poco rentables, los resultados.
Es por tal razón, que no pocos productores andinos recurren al engorde de
ganado, toda vez que mediante tal actividad valorizan sus pastos y logran vender el
animal ya engordado en tres meses (alta rotación). Así mismo, no pocos productores
procuran tener algunas vacas lecheras para contar con una producción diaria que les
otorga liquidez. Igualmente, los productores andinos deben migrar estacionalmente para
alquilar su fuerza de trabajo, a fin de complementar sus magros ingresos.
Otro aspecto critico en el espacio rural es la ausencia o escasa presencia de
economías externas, entendiendo como tales: la existencia o ausencia de infraestructura
física y social; tratándose, las primeras de aquellas que sirven, fundamentalmente a la
producción: carreteras, puertos, aeropuertos, fuentes generadoras de energía, sistemas
de almacenamiento y conservación de productos, etc.; siendo las segundas, aquellas
obras destinadas a atender los servicios básicos para las personas, tales como: centros
de salud y centros educativos, servicios de provisión de agua y desagüe.

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En el Perú, es la región costera la que se encuentra mejor atendida tanto de obras
destinadas a la producción como de aquellas destinadas a brindar servicios a las
personas; Constatamos, en cambio, que en la zona rural, sobre todo de nuestra Sierra y
Selva, son escasos los buenos caminos; siendo amplios espacios rurales los que no
cuentan con energía siendo también escasos o mal dotados, los servicios de salud como
los de educación.
Lo que queremos significar es que cuando existen tales economías externas éstas
potencializan las actividades productivas, haciéndolas más rentables; los economistas
dirían que éstas hacen que la relación costo beneficio sea favorable; en cambio, cuando
no existen o son deficitarias por el contrario no la estimulan, haciendo que
comparativamente los costos de producción sean más elevados, obteniéndose menor
rentabilidad.
Es por todo lo mencionado que, la actividad agropecuaria, recibe, en la mayoría de
los países que ostentan un elevado crecimiento (mal designados como desarrollados)
subvenciones, para compensar, en alguna medida, las restricciones y condicionamientos
a que se encuentra sujeta.
La situación antes descrita se torna aún más crítica si le añadimos los efectos
perversos que viene produciendo el cambio climático global, sobre la vida en general y
más específicamente sobre los rendimientos de los cultivos nativos y, con ello, sobre la
calidad de vida de los productores rurales, de modo particular en sus sistemas
alimentarios locales.

2. Los efectos del cambio climático global

Los impactos son de tal magnitud que los especialistas constatan que no serán cumplidos
los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sobre todo aquél que se refiere a la superación,
para el año 2012, de la condición de pobre en las áreas rurales del mundo.
En los siguientes párrafos, habremos de poner en evidencia como el Cambio
Climático Global está afectando, en general, y seriamente, los ecosistemas y en ellos las
expresiones de vida y, en particular, la seguridad alimentaria como a la biodiversidad que
le es consubstancial. Tratándose de un artículo breve, nos limitaremos tan sólo a enunciar
sus principales efectos debido al aumento en 0.69º C de la temperatura media del
planeta1.
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Para contar con testimonios de los productores andinos sobre como los está afectando el fenómeno global, véase el
libro: “Cambio Climático y sabiduría andino amazónica. Prácticas, percepciones y adaptaciones indígenas. Lima:
PRATEC, 2009.

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Dada su repercusión, consideramos pertinente advertir los siguientes:

a. Pérdida acelerada de las importantes reservas de agua contenidas en los glaciares (el
Perú posee 18 cordilleras de glaciares, ubicadas en el centro y sur del país).

b. Alteración en nuestra serranía como en la Amazonía, del patrón de comportamiento


de las lluvias, tanto en periodicidad (ocurrencia) como en intensidad. (volúmenes).

c. Ascenso, en nuestra Sierra, de los cultivos; de los pisos altitudinales inferiores a los
pisos más elevados, donde anteriormente prosperaban tan sólo pastos naturales y
algunas variedades de papa amarga.

d. El incremento de la evaporación, lo cual determina que, la tierra se seque


rápidamente, obligando, si se tratase de tierra irrigada, a riegos más frecuentes; en
caso que se tratase de tierras de secano (esto es que dependen de las lluvias) a
esperar que éstas lleguen y, si no lo hacen con la frecuencia requerida, a perder en
parte o en todo la posible cosecha.

e. Progresiva disminución de los volúmenes de agua en los ríos como en los


manantiales.

f. Aumento de plagas y enfermedades, incluyendo el desplazamiento de su hábitat


original a otros ambientes, de los vectores de enfermedades transmisibles como el
paludismo, el dengue y la uta, entre otras.

g. Cambios en el calendario agrícola como en el pecuario, y con ello, afectando el


movimiento migratorio estacional de los productores andinos, mediante el cual
complementan los jefes de familia los magros ingresos obtenidos en sus minifundios.
La importancia de la migración estacional la puso en evidencia el último Censo
Agropecuario, en el cual se consignó que el 77.7% de los productores agropecuarios |
declaró que la actividad no les provee de ingresos suficientes y por ello realizan
actividades conexas.

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A continuación, habremos de analizar, en especial aquellas secuelas o
consecuencias del cambio climático global que afectan más directamente el ingreso
familiar de los productores, la seguridad alimentaria como la biodiversidad y la
agrobiodiversidad, nuestro patrimonio mayor.

2.1 Consecuencias de la pérdida de glaciares

En el corto plazo (en progresión en curso, y en parte ya acaecido), aumento de la


disponibilidad de agua (procedente de los deshielos); peligro de desborde de lagunas y
deslizamientos de tierra. En el mediano plazo (etapa a la cual estamos asistiendo)
disminución substantiva de la provisión de agua (tanto la de escorrentía como aquella que
recarga los acuíferos), lo cual se evidencia en los cursos de agua (ríos) como en las
lagunas y manantiales afectando los rendimientos en cultivos como las crianzas de
animales domésticos; en especial, de los camélidos sudamericanos domesticados: las
alpacas y llamas, al disminuir la superficie cubierta por humedales o bofedales.
Afecta, también y habrá de afectar en mayor medida, a las centrales
hidroeléctricas al disminuir la provisión de agua que mueven las turbinas.
Aumentarán, en forma sostenida, los conflictos relacionados con el uso del agua;
en especial aquellos que enfrentarán a las empresas mineras con las comunidades
campesinas.
En el caso de la región natural Costa, la pérdida de glaciares habrá de determinar
que desaparezcan los llamados ríos de régimen regular; el término regular se refiere a
que cargaban agua todo el año; aún en la época de estiaje en la Sierra, debido
justamente, a que poseyendo cuencas profundas, percibían el agua de los glaciares.

2.2 Consecuencias de la alteración en el comportamiento de las lluvias

Es importante tener presente que en los Andes, la mayor superficie de los cultivos
dependen exclusivamente de las lluvias (por ello, se les designa como cultivos de
secano). Según el último Censo Agropecuario (III CENAGRO -1994) la Sierra acumula el
71.3% de la superficie de tierras de secano.
La menor disponibilidad de recursos hídricos afecta seriamente los rendimientos
de los principales cultivos. Se reportan pérdidas que van desde la totalidad de las
cementeras, hasta porcentajes que, en promedio, van, desde el 20% al 70%; según la

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intensidad del fenómeno, llamado “veranillo”. (Tiempo por el que se prolonga la ausencia
de lluvias) La primera consecuencia de la disminución en los rendimientos de los cultivos
es, el aumento de los ya elevados índices de desnutrición, como aquellos de pobreza, lo
cual repercute sobre otros indicadores, en especial, sobre los de morbilidad y mortalidad
infantil. En caso que el productor pierda la totalidad de la producción (incluye la semilla) y
que se vea obligado a vender los animales domésticos que cría (menores y mayores)
debido a la falta de pastos, siendo pobre o muy pobre, no podrá recuperar los medios de
vida, viéndose obligado a emigrar en busca de oportunidad de trabajo, de venta de su
mano de obra. Esta situación la ha comprobado el autor de éste artículo, en la Provincia
de Grau en Apurímac.
Los cambios en el calendario agrícola como en el pecuario, está ya alterado el
calendario de festividades rituales como el movimiento migratorio estacional de los
productores andinos, mediante el cual, complementan, los jefes de familia, los magros
ingresos obtenidos en la actividad agropecuaria; esta situación agudizará los cuadros de
pobreza y pobreza extrema en las familias de los productores andinos y afectará la
disponibilidad de mano de obra para las cosechas en los predios costeros del espárrago,
el algodón, los frutales (sobre todo mango y paltos) como de los pimientos.
También afectará, la disponibilidad de mano de mano de obra en la ceja de selva,
destinada a las cosechas de café y cacao, como de palma aceitera. Al respecto, el ya
referido Censo Agropecuario consigna que el 25.7% del total de productores
agropecuarios, se ausenta de sus respectivas unidades de producción por períodos
variables, durante el año; menciona, así mismo que, en la Sierra, los meses de mayor
migración estacional corresponde a julio y agosto; acumulando, en el primer mes
mencionado, el 40.2% y 44.1% al segundo.
En suma, el principal impacto negativo está ya gravitando en forma inmediata
sobre los rendimientos en los cultivos como, en los niveles de empleo e ingreso; también
en los de seguridad alimentaria de los productores andinos y, en forma mediata sobre la
seguridad y soberanía alimentaria del país.
Es de mencionar que los eventos de orden climático extremos: altas
precipitaciones pluviales, con prologados “veranillos”, se suceden con friajes, heladas y
altas temperaturas (como elevada irradiación solar), afecta en algunos lugares de la costa
como de la Sierra, produciendo la caída de las flores de algunos frutales, con la
consiguiente disminución en la producción de frutos; en otros lugares, ha producido el
deslizamiento de tierras, incluso, el que escribe estas líneas en el mes de septiembre

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pasado recibió el testimonio de los comuneros de la Comunidad Campesina de Condorini,
ubicada en la Provincia de Lampa, en Puno, que no habían podido producir chuño ni
moraya por no haber contado con el suficiente frío.

2.3 Ascenso de los cultivos de pisos altitudinales inferiores a pisos más


elevados

El aumento de la temperatura y el hecho que se presentan mayores precipitaciones de


lluvia en las partes altas de las montañas (Puna) donde los suelos suelen retener el agua
por corresponder a suelos con presencia de turba, (suelos de color negro) está
determinando que varios cultivos nativos, asciendan varios cientos de metros.
La primera consecuencia es la ruptura de los intercambios de productos, debido
que en los pisos altitudinales más altos (zona de Puna y de Jalca) predominan casi
exclusivamente los pastos naturales como la papa amarga destinada a producir chuño y
moraya, siendo por tanto, la mayor actividad productiva la ganadería y la producción de
carne como de charqui; en cambio, en los pisos más bajos (zona Quechua) prosperan los
cultivos nativos, como la papa, el maíz, la quinua, la cañihua, los ollucos, entre otros.
Entonces se intercambiaban productos cárnicos, lanas o tejidos, como derivados de los
lácteos (sobre todo quesos) con los productos propios de la zona Quechua.
Entre otras consecuencias, son de mencionar, los conflictos entre pastores y
cultivadores; disminución en los rendimientos y la pérdida de variedades (erosión
genética). Cuando los cultivos suben de piso altitudinal, los productores andinos suelen
decir: “estamos acostumbrando a las plantas a vivir en zonas más altas”.
El incremento de plagas afecta los rendimientos en el campo como luego, en la
post cosecha; ello, a su turno, afecta la disponibilidad de alimentos en las familias o bien,
afecta los ingresos al disminuir la cantidad a ser colocada en el mercado.
En suma, las consecuencias del fenómeno global son de amplio rango de
afectación. De ello se sigue que la atención preferente deba atender al propósito de
minimizar sus efectos, priorizando aquellas zonas rurales del país que reúnan las
siguientes situaciones:

 Las más vulnerables ante las amenazas en curso.


 Mayor número de habitantes.
 Mayor incidencia de pobreza como de pobreza extrema.

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 Mayor riqueza de especies y variedades de cultivos nativos y sus parientes
silvestres; esto es de biodiversidad.

3. Se suman otras amenazas al desarrollo rural provenientes del “modelo” de


crecimiento adoptado por el país.

Habremos de enumerar aquellas amenazas que gravitan en mayor medida, acentuando la


exclusión, prolongando la miseria, mediatizando nuestra soberanía, negándonos acceder
a un estatuto Humano, compatible con las calidades inherentes a la condición Humana:

 El apoyo decidido del gobierno a las grandes corporaciones: mineras,


constructoras de infraestructura física, de hidrocarburos, madereras como
productoras de biocombustibles, expresado en la fragilización de las exigencias
sobre impactos medio ambientales. Incluye el caso de la interoceánica, IIRSA Sur.

 Persistentes intentos de desterritorializar a las comunidades campesinas del Ande,


como a las nativas de la Amazonía a fin de posibilitar el fraccionamiento y
privatización de tierras en favor de las grandes corporaciones. Ello determinaría
eliminar escenarios de recreación de los paisajes culturales, de transferencia
generacional de conocimientos tradicionales, entre ellos los asociados a la
reproducción de la biodiversidad. Incluye el caso del proyecto de ley para
desplazamiento forzoso de población para posibilitar la construcción de 6
hidroeléctricas en Amazonía, a fin de proveer de energía al Brasil; entre ellas, la de
Inambari.

 Persistente intentos de permitir el ingreso de cultivos transgénicos, con lo cual


debido al flujo de genes se afectaría nuestra enorme megadiversidad
culturalmente producida. Y con ello, a los cultivos nativos y sus parientes silvestres
fuente de seguridad alimentaria (nuestro patrimonio mayor), si medido en términos
de recursos fitogenéticos, de germoplasma.

 El haber abdicado a ejercer nuestro derecho soberano a legislar, a mejorar


nuestra legislación, por ejemplo, aquella destinada a controlar la biopiratería o a
reconocer nuestros derechos por el uso de conocimientos tradicionales asociados

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al uso sustentable de la biodiversidad y a la preservación de los ecosistemas y del
medio ambiente. Nos estamos refiriendo al Tratado de Libre Comercio –TLC Perú
– EE.UU., que consagra la figura de la “expropiación indirecta”, mediante la cual, si
el Perú introduce después de la fecha de suscrito dicho tratado, en su propia
legislación, alguna medida que una o varias empresas norteamericanas
(instaladas en el país) consideran que podrían afectar las expectativas de sus
ganancias (actuales o futuras), podrían acudir a instancias arbitrales
internacionales.

El panorama que hemos descrito no es propiamente alentador, cabalmente, constituye un


reto, un desafío llamado a estimular nuestra mayor vocación de servicio, como también,
incentivar, nuestra capacidad de propuesta y aún más, la de protesta.

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