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Es un libro estremecedor, y sobrecogedor, en que el autor relata las circunstancias del asesinato de su padre
en hechos ocurridos en 1987, año en que más de 4000 personas fueron asesinadas, en una verdadera
carnicería humana por parte de actores armados, en medio de la más absoluta impunidad.

Es una historia de una tragedia humana, en un contexto de polarización social profunda, de creciente pérdida
de presencia del Estado en regiones del país, una profunda crisis económica y una tendencia aguda hacia la
paramilitarización del país. Como telón de fondo, también hay una degradación de la guerra, y su imbricación
con el fenómeno del narcotráfico.
Pero este libro es también una manifestación del profundo amor del hijo hacia el padre, es un testimonio de
además de los lazos de la sangre o parentesco, existía una comunidad de sueños y esperanzas por el país,
por el futuro del país que se descuadernaba a pedazos.
Héctor Abad ha dicho que es la única novela que se impuso escribirla como como una obligación personal
nacida desde lo más íntimo del ser.

El título de la obra ''el olvido que seremos'', es un homenaje al padre, pues llevaba el día de su asesinato
guardado en uno de sus bolsillos, unos versos de Jorge Luis Borges, donde el poeta anuncia el olvido que
seremos... la soledad de las tumbas, y quizás el olvido también de su obra...
A diferencia de las sagas tradicionales de otras novelas, inspiradas en la violencia reciente y pasada, el autor
toma para su trama la perspectiva de las víctimas asesinadas, desaparecidas, heridas de muerte y su drama
de una justicia que nunca llega, por el contrario los caminos de verdad, justicia y reparación están bloqueados
y sembrados de peligros terribles, por cuanto también los familiares padecen los efectos de la persecución y la
saña de los victimarios.

Héctor Abad, nos dice que asumió esa perspectiva para contar a la nación y al mundo, que el país no es una
escoria, que las víctimas son personas dignas vapuleadas por el dolor y los desgarramientos interiores del
trauma del duelo, en muchos casos no resuelto, por cuanto jamás han aparecido los restos mortales de las
víctimas.
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Héctor Abad optó por escribir la historia, para decir la verdad de los hechos históricos.
Entonces, uno percibe que más allá de los lamentos, los gritos de terror, y el llanto, el espanto de las
masacres, la impunidad, la insensibilidad frente a los crímenes, hay un país que resiste y busca alternativas
a la crisis que camina hacia una superación de la guerra por la vía negociada, sin perdón ni olvido,
recuperando la memoria de las víctimas, y produciendo cambios estructurales en la sociedad. ³El olvido que
seremos'' es una invitación a el abordaje literario con el pensamiento abierto.