Apuntes sobre la Venezuela Bolivariana de Hoy H.

Galván

Apuntes sobre la Venezuela

Bolivariana de Hoy
Apuntes sobre la Venezuela Bolivariana de Hoy H. Galván

Apuntes sobre la Venezuela Bolivariana de Hoy

(Documento Interno de Trabajo, No citar)
(Final)

Por H. Galván1
Email: triunfaremos@gmail.com

Un antes…

Antes de comenzar a leer estas líneas deseo advertir seriamente al lector/a.

Si bien puede usted proseguir con toda confianza, quisiera que tuviera en cuenta
que este intento de análisis de la situación de Venezuela es un verdadero
atrevimiento. Se trata pues de las vivencias de un inexperto joven extranjero (o
sea yo), que ha visitado Venezuela en tan sólo dos ocasiones, y cuyas impresiones
pueden estar sesgadas por el espacio y por el tiempo, lo que al momento de hacer
un análisis supone el humano peligro de equivocarse (ah!, pero los yerros son parte
de la vida).

Deseo dejar claro que estas reflexiones no poseen así (aun me lo pueda proponer
inconcientemente) ningún visto malintencionado. Alguna acusación o
cuestionamiento en estas líneas cortas, obedece estrictamente a un análisis que
por razones obvias, no es todo lo profundo, que pudiera ser o quisiera que fuera.
Cualquier atrevimiento debe verse, a lo máximo, como una crítica revolucionaria,
como un intento desesperado de promover el debate para la superación; y no como
un intento de desprecio, ni de ofensa alguna. Después de todo sea usted el jurado
de este atrevimiento (¡atreverse siempre es bueno!).

Las tendencias generales en un diagnostico apresurado.

Lo primero que se me hace necesario resaltar, para comprender la actualidad del

proceso bolivariano, es que el tiempo revolucionario no es el tiempo real. La
dimensión temporal en que se suceden los acontecimientos en tiempos
revolucionarios es diametralmente diferente a la de una situación poco cambiante.
El ritmo de los hechos en tiempos de cambio es asombrosamente mayor,
asombrosamente acelerado. Por eso, las tendencias, las situaciones, los procesos
se agudizan, toman forma y hacen crisis rápidamente.

De agosto2 en adelante la situación en Venezuela ha cambiado mucho. Asistimos

pues a una Revolución que aparenta virtualmente estancada, con una situación
política compleja, donde la situación económica es estable (pero con elevada
inflación y escasos avances en la industrialización y reducción estructural de la
pobreza), y en donde la situación social parece no haber avanzado mucho. En
tiempos de Revolución, esta situación es preocupante.

Asistimos pues, ante una agudización de las tendencias y desviaciones que hubimos
de resaltar en el análisis anterior3. El burocratismo, la corrupción, la atomización y
división de las organizaciones, la ineficiencia, el clientelismo, el oportunismo, la
falta total de liderazgo medio, la impunidad, etc., son las tendencias predominantes

1
Economista, Miembro de la Iniciativa www.lainiciativa.org
2
En agosto se celebra en Caracas el XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes al cual el
autor asistió, pudiendo hacer un primer diagnostico de la realidad venezolana.
3
Se refiere al documento “Venezuela Ahora es de Todos: Cuatro Pilares para comprender la Revolución
Venezolana Hoy” Ponencia preparada para el Conversatorio “Festival Mundial de la Juventud:
Experiencias y Ejemplos” .10 de Septiembre de 2005
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de la actualidad del proceso venezolano. Estas tendencias se mezclan así con la

más peligrosa de todas las tendencias, que es la pérdida progresiva de la
participación popular real. El protagonismo de la sociedad, entendido más allá de lo
meramente reactivo o de masa, parece haberse convertido en una simple consigna.

La participación masiva del pueblo venezolano en el proceso de transformación es

el elemento más destacable de dicho proceso, y a mi juicio, dicha participación real
y directa se puede estar reduciendo, en el nuevo escenario, a un simple papel
secundario de “seguidísimo”, o maquillándose tras supuestas representatividades
nunca representativas.

Para comprender esta tendencia es preciso comprender que el proceso bolivariano

iniciado por Chávez y unos pocos revolucionarios condujo al país a un extraño
fenómeno que se caracteriza por el empoderamiento de las clases populares (y no
tan populares) y por la participación activa y masiva de la sociedad en general en
los procesos políticos. Hubo un cambio dramático de la conciencia colectiva y el
ciudadano/a medio/a se convierte entonces en un ente de acción política como
ninguno a nivel continental.

La masiva participación popular es en si misma la garantía del proceso, y el único

instrumento con que cuentan los revolucionarios venezolanos para combatir las
tendencias desviadas del proceso. La acción de masa (no sólo concebida como
cantidad reunida en un tiempo y espacio, sino también como acción, como poder de
reserva) es lo único que pudiera suplir temporalmente la falta de dirección media
para el proceso revolucionario. Aunque en si misma no es una condición suficiente
de sustentabilidad, al menos no en el largo plazo

El ejemplo más claro de dicho fenómeno fue la escasa participación popular en las
actividades del Foro Social Mundial 2006, el que aunque no era un evento oficial
(sin apoyo directo vale aclarar), no contó con la asistencia popular de venezolanos
como se pudo esperar. Sin embargo, esta situación contrastó claramente con lo que
aconteció cuando la Marcha de la dignidad celebrada el 4 de febrero4, sólo a pocos
días del FSM, reunió a cientos de miles de venezolanos y venezolanas ante la
convocatoria explicita del Presidente Chávez.

La corrupción.

Dentro de las tendencias y desviaciones que podemos identificar en el proceso

podemos destacar el uso ilegitimo e irregular de los recursos públicos. La
corrupción, se convierte así en el principal problema de la Venezuela de hoy (sino
después de la amenaza imperial). La corrupción administrativa está arropando
todas las esferas del poder político alto y medio. Los ministerios, los institutos, las
organizaciones, las estructuras de base, etc, pierden paulatinamente toda
credibilidad. Peligoroso es que los ministros en casi su totalidad están signados por
el ojo de la gente como corruptos.

Hay que aclarar que esta situación ocasiona muchos problemas, porque en un
proceso revolucionario (bajo la institucionalidad actual), los ministerios son (o
deberían ser) los principales instrumentos para impulsar y desarrollar el proceso
(aunque no los únicos). Así entonces la corrupción administrativa está provocando
la ineficiencia de las acciones gubernamentales, lo que se traduce en una lentitud
de la posible transformación (cuanto poco), en una pérdida de credibilidad en las
instituciones y como consecuencia en una desmotivación de la participación
popular.

4
El 4 de Febrero se conmemora un aniversario mas del primer intento de rebelión militar de Chávez y el
MBR-200 contra Carlos Andrés Perez
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La burocratización.

Pero el problema de los ministerios y las instituciones no se expresa sólo en la

corrupción galopante y en la ineficiencia de sus ejecutorias que se produce muchas
veces por la ineptitud de sus ejecutivos y funcionarios medios. El burocratismo
como actitud, como conducta y como sistema se está implantando en Venezuela a
un ritmo acelerado. Es una continuación de la Cuarta República, en donde el
funcionariado corresponde una casta superior urbana de la sociedad, con enormes
privilegios, con una actitud de “nonpertencia” al resto de la sociedad, y con una
resistencia permanente a la profundización del proceso revolucionario.

El nuevo burócrata es un revolucionario “Light”, combina idealmente la retórica

efusiva, el vestuario de moda” (mayormente chaleco, remera roja y gorra roja,
aunque también chaqueta de diversas tonalidades), el fingir fidelidad estricta y
hasta agresiva a “mi comandante” y al proceso, y un accionar totalmente
divorciado de lo que predica, situación que la gente conoce y critica públicamente.

Es pues, el mismo burócrata que en todas partes abunda, metódico, formal,

hipócrita, farsante.

Los gobernadores, los alcaldes, la totalidad de los ministros, los jueces, el

funcionariado en general, funcionan como una maquinaria de procesos ineficientes,
trámites y formalidades que conducen únicamente a estancar los cambios que la
sociedad reclama.

Funcionan bien como maquinaria de propaganda y derroche de recursos y como la

“corte” revolucionaria, pero sin los coloridos disfraces rojos, son los mismos de la
IV República.

La atomización y división de las organizaciones

Venezuela es un país muy organizado, y sin una sola organización efectiva. El

Bloque del Cambio5 que ha llevado a Chávez más siete veces a la victoria, es un
variopinto conglomerado de organizaciones, siglas, historias y personajes.

Existen unos cuantos “partidos”: El Movimiento V Republica-MVR, el Partido

Comunista de Venezuela-PCV, El Partido Patria Para Todos-PPT, el Partido por la
Democracia Social-PODEMOS, el nuevo Partido Tupaamaro6, la Unidad Popular
Venezolana-UPV, entre otros.

Sin embargo, mas allá de las siglas y la hojarasca, se puede considerar que lo único
que podria parecerse a un partido real en ese frente, con todas sus debilidades y
desviaciones, sería el Partido Comunista de Venezuela. Las otras siglas
corresponden más a plataformas políticas que al parecer se activan en los procesos
electorales.

El MVR es al parecer el más fuerte, y a la vez es el más débil, el menos

cohesionado y el más agobiado por las acusaciones de corrupción, oportunismo y
traición. Me resisto a verlo como un partido político, se asemeja más a un grupo
heterogéneo de seguidores del Presidente Chávez.

5
Así se ha hecho llamar la coalición de organizaciones que apoya a Chávez, pero sólo se activan durante
las elecciones.
6
Es preciso aclarar que el Movimiento Tupamaru de resistencia urbana está ante un franco proceso de
división interna.
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No existe tampoco Movimiento estudiantil. La universidad principal es controlada

por la oposición, y en la nueva, la Universidad Bolivariana, no ha surgido una
organización potable que incida en la sociedad. Siendo este uno de los puntos más
débiles del proceso actual.

Se puede afirmar también que no hay en Venezuela organizaciones juveniles como

tales, con la incidencia significativa que dado su situación se esperaría. El
movimiento juvenil está completamente atomizado. Lo peor de todo es que la
inexistencia de un movimiento fuerte no se debe en lo fundamental a la falta de
interés de la juventud, ni a la escasez de recursos para impulsarlo, sino todo lo
contrario a razones muy particulares que se entrelazan a la corrupción, la
burocratización y finalmente la inexistencia de liderazgo medio (o una generación
de revolucionarios que encamine el proceso por otros caminos.).

Los “partidos” por su parte no parecen tener juventud (salvo la juventud

comunista). La Juventud de Quinta República (JVR) se diluyó completamente entre
el oportunismo y la burocratización.

No hay organización de mujeres que haya podido reconocer. Puede que las haya
pero seguramente atomizadas y de poca incidencia.

El frente Campesino Ezequiel Zamora parece bastante debilitado y se puede pensar

que está en reposo (ojala me este equivocando). El Movimiento campesino (si lo
hay más allá) parece incapaz de organizarse para presionar por la reforma agraria.

El bulloso Frente Francisco Miranda (un experimento directamente dirigido por los
cubanos) está prácticamente diluido, al menos

Así, parece acontecer con todo intento organizativo, se ha diluido o ha fracasado.

Los círculos Bolivarianos, el Comando Maisanta, el Comando Ayacucho, las UVE,
etc, se han diluido con el tiempo.

Rescato de mi análisis anterior la siguiente frase: “Lo que si pude notar es que
ellos(refiriéndome a la actual clase política) no están a la altura del proceso, falta
ideología, falta formación revolucionaria, falta autentica pasión de militancia, falta
gestión organizativa. Falta una visión que trascienda la coyuntura electoral.”

Para comprender…

Para comprender la atomización de la organización social en Venezuela hay

pues que vincularla a su historia reciente y sobretodo a la irrupción de Chávez y el
MBR-200 en la vida política frente a una crisis de credibilidad institucional, y ante
una reacción popular ante esa crisis político-social. El nuevo escenario se ve
totalmente carente de liderazgo medio y de estructuras capaces de solventar el
proceso de participación política, no existen los mecanismos adecuados, y si existen
no están preparados ante el reto. El proceso revolucionario iniciado cambio para
siempre los viejos mecanismos de participación social, y se fueron también los
actores, pero la falta de suficientes nuevos actores comprometidos con los cambios
no permite impulsarlos.

También hay que relacionar el fenómeno de atomización e inexistencia de

organizaciones político-sociales desarrolladas a la falta de visión y estrategia de la
elite política venezolana actual. La burocratización y la cooptación de los dirigentes
para trabajar en el Estado han provocado que el oportunismo sea el principal motor
para convertirse en ente directivo de organizaciones y finalmente concluir
anquilosados en los ministerios (parece un círculo por la vida).
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Este proceso de atomización está íntimamente vinculado también a una falta de

formación revolucionaria de la militancia y de la clase política del proceso, a una
escasa voluntad desde el Gobierno de Chávez por ahora (que se demuestra en una
inexistente política organizativa gubernamental más allá de lo electoral o de lo
burocrático7) para impulsar procesos organizativos autónomos y sólidos, y
finalmente está vinculado al proceso de corrupción que arropa Venezuela.

Otros han abandonado sus organizaciones en el proceso natural y necesario para

insertarse en el tren gubernamental. Así suplen importantes necesidades, y
contribuyen al proceso revolucionario, sin embargo eso deja las organizaciones
acéfalas en orfandad, la posibilidad de reemplazo generacional no existe aun.

Para comprender el proceso de burocratización, por su parte, hay que

ineludiblemente vincularlo a varios elementos trascendentes. El primero de ellos: la
inexistencia de una clase política o una generación revolucionaria que acompañara
a Chávez desde el inicio del proceso y que no se ha formado aun, en otras palabras
el proceso venezolano se desenvuelve básicamente con una gran parte de los
actores del pasado. Segundo: la existencia de un modelo de Estado centralizado,
burocrático, tradicional que permite desarrollar una actitud burocrática; y esto
finalmente remite esencialmente al carácter central del proceso revolucionario
venezolano, y es que se desarrolla en convivencia (no pacifica) con la
institucionalidad tradicional.

Digamos que el sistema de Estado en Venezuela promueve y sostiene la

burocratización, en un Estado históricamente burocratizado (meritocracia).

El oportunismo y el arribismo, así como influencia externa y transmisión de

desviaciones de otros procesos juegan un papel también determinante en el
fenómeno.

El problema con la burocratización en Venezuela es que resulta muy fácil que se

produzca, todos los incentivos están dados. Es la forma más fácil de mediatizar la
revolución. Con un bonito discurso revolucionario, utilizando a Chávez, con una que
otra manifestación masiva, y una fuerte campaña mediática (la propaganda es
significativa) la clase política actual intenta hacerle creer a la gente que la
Revolución avanza.

Intentan crear una revolución virtual, acomodada a sus intereses de clase, y

totalmente Light. Una revolución superficial, incendiaria en la retórica pero débil
para transformar la estructura productiva, las relaciones de producción, la
superestructura en sentido general.

Son el llamado chavismo sin Chávez, en donde la conspiración contra el presidente

es permanente y de todas las formas.

Así, todos los procesos de transformación exitosos están perdiendo brillo

aceleradamente. La corrupción, la ineficiencia, la mala utilización, los errores, se
tragan una parte importante de los recursos, mientras su incidencia es cada vez
menor. Las exitosas misiones sociales parecen haber agotado su primera etapa,
ahora estan mostrando las ineficiencias y debilidades y están perdiendo el brillo que
les caracterizaba, la ejecución de los ministerios no es satisfactoria, los proyectos

7
Este es un tema complejo e inconcluso, habría que identificar las medidas gubernamentales para
promover organizaciones, vale destacar que el trabajo se ha realizado (un ejemplo eso fue crear los
Comités de Tierra Urbana, los Comités de Agua, las Misiones, la Reserva Militar etc), sin embargo la
política no ha sido lo fructífera que pudiera y debiera ser.
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fracasan, las cosas están comenzando a convertirse en cifras, en estadísticas…y

eso, eso es peligroso.

Para comprender el problema de la corrupción hay que conocer pues a Venezuela.

Hay que saber lo qué es un país que vive de la renta petrolera y que posee un
Estado súper poderoso, inmensamente rico, súper burocratizado y que en estos
momentos además de vivir una bonanza sin precedentes, está produciendo una
redistribución social también sin precedentes. Esto facilita infinitamente la
corrupción.

Un país rentista petrolero con históricos niveles de clientelismo y que vivió un

proceso de degeneración social importante en las últimas décadas, es un caldo de
cultivo efectivo para la corrupción.

El oportunismo y la falta de una generación revolucionaria permiten que esta se

expanda con la complicidad de los actores de la Cuarta República, que perduran
hoy.

La excusión social, elevada aun, y la impunidad son incentivos también para que
siga sucediendo el fenómeno.

Cabe destacar, sin embargo, que el elemento fundamental que sostiene la

corrupción es sin duda el mismo que sostiene el problema del burocratismo, se
trata de la institucionalidad tradicional de la Cuarta (IV República o época antes del
Gobierno Bolivariano). El Estado tradicional degenera en un sistema de corrupción
que corrompe al que se inserta en el sistema. Es un virus que lo afecta todo. El
Estado actual (diseñado para eso) genere, permite y sostiene la corrupción.

La ineficiencia, el clientelismo y el oportunismo

Estas desviaciones están sumamente relacionadas con la falta total de liderazgo

medio (generación revolucionaria) y con la atomización de las organizaciones.

La ineficiencia se vincula también a la falta de formación, a la ineptitud de parte

importante de la clase dirigente y a la incursión del oportunismo como actitud
habitual que permite ascender.

El oportunismo a su vez es la forma más fácil de escalar, manejar una dependencia

y volverse corrupto o diputado que es lo mismo. El clientelismo que promueven
algunas dependencias (Alcaldía Mayor, general de la gran Caracas) está
promoviendo que lo más desclasado y menos sano de las clases populares se
inserte en el tren chavista y en la institucionalidad estatal.

El lumpenaje se ha insertado como “perro por su casa” hasta en las instituciones.

Los oportunistas de todos los colores y clases se han metido a la moda
“bolivariana” y están causando estragos.

La impunidad

La impunidad es un problema que todos sienten, y parece que no; es el mejor

indicador de que la Revolución Bolivariana tiene algunos flancos muy débiles
(algunas lagunas que no le permiten avanzar). La Justicia, aunque se ha
tecnificado, ha aumentado presupuesto, y tiene una retórica revolucionaria, no está
a la altura aun de la sociedad venezolana.
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La corrupción anterior y la actual, la conspiración, el terrorismo, el golpismo no son

objeto de justicia. Ésta se debate aún en el plano institucional tradicional, cada caso
es un show mediático (como en las Repúblicas Bananeras). Los artilugios legales
diluyen los casos, y ésta está muy lejos de parecerse a una justicia revolucionaria.

En cambio el nepotismo, la meritocrácia, el favoritismo, el tráfico de influencias y

otras desviaciones se mantienen intactos no sólo en la acción judicial, sino en todo
el tren administrativo de Venezuela. Este es, a su vez, un elemento que exaspera
los ánimos entre el pueblo de Bolívar.

¿Y qué Carajo hace Chávez?

Hugo Rafael Chávez Frías, sigue siendo el líder carismático y coherente, al que el
pueblo quiere y respeta. A pesar de todas las desviaciones existentes, el liderazgo
del presidente no ha mermado significativamente, cuenta aun con la confianza y
cariño plenos de una mayoría de la población, que sin embargo está muy clara de
quienes son amigos y quienes enemigos alrededor del poder.

Para combatir las prácticas y desviaciones Chávez usa su mejor recurso, la

denuncia y la consecuente acción popular. Sin embargo, se puede decir que dicho
método aun no han sido lo efectivo que uno esperaría, especialmente cuando el
pueblo esperaría la remoción de la mayor parte de los ministros y funcionarios, y no
ocurre.

Pero Chávez es un gran estratega, hay que reconocerlo. Sabe bien con quien
cuenta y con quien no (al menos eso esperamos). Él utiliza el método dialéctico
para probar y combatir su clase política. Sabe muy bien que no cuenta con una
generación de revolucionarios comprometidos como necesita para desarrollar el
proceso, y sabe también que los vicios del pasado están presentes. Como ha
sucedido a todo lo largo del proceso, le ha dado tiempo al tiempo. Prueba con
confianza sus ministros, deja que se quemen y que se caigan entonces por si
mismos.

Él no los juzga, permite que el pueblo los juzgue y saque sus propias conclusiones.
La opinión popular los condena o los absuelve. Eso es mucho aunque no basta.

El método Chávez es muy complejo, no es muy formal. Comete errores (A mi juicio

como lo ocurrido en VTV8). Es un método de trabajo difícil que aunque puede dar
resultados en el contexto actual (donde se está arando la tierra seca) no puede ser
un método sostenible.

Los conspiradores, los corruptos, los ineptos están muy cerca de él. El pueblo los
conoce muy bien, el recuerdo de Miquelena y de su propia esposa Marisabel están
muy presentes en la conciencia los venezolanos, sin embargo el ejemplo de Baduel
también está presente.

Tiempo al tiempo.

Otras criticas:

8
Ver caso Walter Martinez
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La segregación espacial que permite la existencia aun de amplias y muy

significativas zonas liberadas. (Baruta, el Hatillo, Chacao).

La no actuación del el Presidente Chávez ante obvios casos de corrupción e

ineficiencia. Ejemplos claros: José Vicente Rangel, Blanca Ehekut, Freddy Bernal,
Ricardo Maduro, Juan Barreto etc. En muchos de dichos casos se produce
protección injustificada.

La utilización por parte de Chávez y otros sectores de códigos, consignas y símbolos

que no son propios de la realidad venezolana. La importación de la consigna “Patria
o Muerte” por ejemplo, a mi juicio no es correcta, no por su significado, sino porque
pertenece a otro contexto: la Revolución Cubana; y paradójicamente la misma
Revolución Venezolana ha y está dando cátedra de la necesidad de utilizar los
códigos, los próceres y los símbolos próximos al pueblo, a su historia, a su sentir.
De eso debemos aprender nosotros demasiado.

La ineficiencia total en los trámites administrativos normales que preocupa a

cualquier venezolano/a.

Conclusiones y Recomendaciones.

No me introduciré a realizar recomendaciones porque no deseo ser más aventurero

de la cuenta. Porque para desarrollar un punto como este se requiere de un
conocimiento más profundo de la historia y actualidad venezolana.

Me limitaré a realizar algunos apuntes que se aproximen a una conclusión.

1. La institucionalidad actual de Venezuela, encarnada en su clase dirigente, no

permite la profundización de la revolución Bolivariana. La burocracia actual
no está comprometida con cambios profundos y se limita a modificar
superficialmente la apariencia institucional. Son retranca y conspiración
contra los cambios.

2. La inexistencia de un liderazgo medio o alto, de una clase política

comprometida con los cambios es la causante de la mayor parte de las
desviaciones del proceso.

3. Para producir cambios profundos son necesarios saltos cualitativos en las

formas de organización y en la conciencia colectiva, que permitan el
surgimiento de una nueva “generación” o si acaso una nueva clase política
revolucionaria, que sustituya a la actual.

4. En ese sentido el Presidente Chávez debería verse como un presidente de la

transición de la República Bananera a la República Popular, su papel pienso
que debería ser el fomentar una generación de nuevos líderes honestos y la
lucha por todos los medios contra la institucionalidad tradicional. Se necesita
destruir el Estado burgués tradicional para poder levantar un Estado
democrático y participativo. No va a ser posible conciliar los objetivos.

5. Creo que el problema planteado no se refiere al rumbo socialista o

democrático-burgués de la Revolución Bolivariana por ahora, creo que para
conducir al socialismo o a la superación del capitalismo es necesario antes
que se produzcan cambios muy importantes, difíciles y profundos en las
relaciones de producción, en la superestructura y en la estructura productiva
del país. Y esos cambios dependen a su vez de los cambios profundos en la
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institucionalidad, que a su vez dependen de la sustitución de la clase

dirigente actual. Así el posible socialismo depende de la nueva generación.

6. Hay que incentivar la participación popular, la formación revolucionaria, la

autocrítica, la movilización permanente y la organización, la de-construcción
de la institucionalidad burguesa tradicional, y todo eso se logra únicamente
con la “Revolución en la Revolución”. Que no puede ser una consigna hueca,
ni bonita,, sino un objetivo y un trabajo militante de los sectores más claros
del proceso. Yo pienso que el Presidente Chávez está consiente del
problema, y escuchar su discurso en la avenida Bolívar el 4-F, me lo
confirmó.

¡Mantengamos la solidaridad incondicional con el pueblo Bolivariano y su

proceso!

¡El triunfo de Venezuela, es el triunfo de todo/as!

¡En Bolívar nos encontramos todo/as!

Santo Domingo de Guzmán, RD

Febrero 8 de 2006