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Por H. Galván
Email: triunfaremos@gmail.com
8 de Agosto de 2006
Y es que, ante el progresivo aumento del costo de la vida y el deterioro del Estado
de Bienestar, y ante la desaparición de los tradicionales mecanismos de solidaridad
económica, la ausencia de oportunidades de empleo es una situación altamente
desesperante para el ciudadano suburbano, que está obligado humanamente a
sobrevivir.
Las nuevas medidas del Presidente, principalmente la que impone el cierre de los
establecimientos nocturnos a las 12:00 de la noche (El Decreto Cenicienta),
parecen estar diseñadas precisamente a aumentar la delincuencia en el país.
El sector informal aporta alrededor de un 50-60% del total del empleo, empleo muy
vulnerable y de difícil sustitución. El desempleo, que hoy ronda los 16-17%
aumentará progresivamente, propiciando así las condiciones para que aumente
presumiblemente la criminalidad en el país.
No hay que hablar de las enormes pérdidas económicas que significarán las
medidas para la pequeña y mediana empresa del ocio. Una gran parte de los
empresarios de este sector son jóvenes emprendedores, que perderán así la
posibilidad de recuperar sus inversiones en el corto plazo. Los dueños de bares
hablan ya de una reducción del 40% de las ventas. El efecto sobre los trabajadores,
los subempleados, los proveedores, los demás servicios nocturnos, etc., es difícil de
cuantificar. ¿En qué van a trabajar?
Sin embargo, el peor costo pagable es la pérdida del atractivo turístico nocturno de
la ciudad de Santo Domingo, lo que sensiblemente afectará la imagen de la ciudad
en momentos donde se necesita estimular un modelo de turismo urbano y no de
enclave. El costo de convertir a Santo Domingo, en un cementerio será impagable.
Y es que hasta ahora, nunca se había escuchado nada sobre la relación alcohol-
delincuencia. No parece razonable el hecho de que los criminales salieran a
consumir alcohol previo a cometer sus delitos. De hecho, en los países con mayores
consumos de alcohol, la delincuencia tiene a ser muy mínima.
Si queremos vivir en un país más seguro (si es así), entonces deberemos darle la
cara y enfrentar con firmeza la delincuencia de arriba, la estatal, la empobrecedora,
la privatizadora, la que firma contratos como el de la Isla y la Sund Land, la
extranjerizante….
Acabando con esa delincuencia madre, esta delincuencia de saco y corbata que se
pasea impune, entonces iremos enfrentando y venciendo la delincuencia común,
que no es más, que una consecuencia de la primera.
¡Basta ya, que se vayan todos! ¡Todos!
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Muy buen artículo, Galván. Aquí expones las cosas que no quedan tan claras en lo que respecta a la reciente
política anticriminal. Este tipo de políticas llenas de superficialidad, que allantan a la población para que se
sienta tranquila por un tiempo.
RD
Tienes toda la razon, la delincuencia nos arropa de arriba a abajo, en eso estamos de acuerdo.Esa ambicion
desmedida produce una ceguera periferica que no permite ver la verdadera raiz del problema. Solo nos queda
decir, y ahora ;"QUIEN PODRA SALVARNOS"?."SOLO DIOS PODRA SALVARNOS"."OREMOS MUCHO POR
NUESTRO PAIS".
Lady Pena
Escribe mas corto. Sintetiza. Un buen articulo no debe ser tan largo. Esto es internet, se trata de lectura agil.
alberto