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El Decreto Cenicienta o el efecto Boomerang

El Impacto Económico de las Medidas Contra la Delincuencia.

Por H. Galván
Email: triunfaremos@gmail.com
8 de Agosto de 2006

En los países civilizados, cuando se intentan reducir los niveles de criminalidad y


delincuencia, se apuesta por desarrollar políticas públicas que mejoren los servicios
sociales, especialmente los de educación, salud y seguridad social. Se le pone
mucha atención, sobretodo, a la generación de empleos, porque está probado que
existe una relación directa y positiva (no necesariamente proporcional) entre el
desempleo y la delincuencia común. En nuestro país, el Gobierno hace
precisamente lo contrario

Y es que, ante el progresivo aumento del costo de la vida y el deterioro del Estado
de Bienestar, y ante la desaparición de los tradicionales mecanismos de solidaridad
económica, la ausencia de oportunidades de empleo es una situación altamente
desesperante para el ciudadano suburbano, que está obligado humanamente a
sobrevivir.

No es que el desempleo y la pobreza conduzcan o generen de delincuencia. Hay


una delincuencia mayor que emana desde el poder y que no se relaciona con la
exclusión, ni la pobreza, sino más bien con la ambición desmedida.

Pero el desempleo, la falta de educación, la marginación e indefensión total, y la


falta de oportunidades generan un caldo de cultivos favorable para la que crezca la
criminalidad, que se ha convertido ya en uno de los principales problemas del país.

Y es que el desempleo y la marginación impactan hasta en la salud y unidad de la


familia lo que si crea un efecto directo sobre la delincuencia común.

Las nuevas medidas del Presidente, principalmente la que impone el cierre de los
establecimientos nocturnos a las 12:00 de la noche (El Decreto Cenicienta),
parecen estar diseñadas precisamente a aumentar la delincuencia en el país.

Y es que la República Dominicana es un país turístico, en donde los servicios


aportan más de un 70 % del PIB. Cualquier medida política que intente restringir la
provisión de un servicio, tiene un impacto negativo e importante sobre la economía.

El sector hoteles bares y restaurantes que aporta alrededor de un 7% al PIB y un


6% al empleo es el más afectado por las nuevas medidas, sin embargo, también se
verán afectados el sub-sector del comercio minorista, y los demás servicios
vinculados a la economía informal nocturna (como los Chimichurries, los
vendedores de flores, los cuidadores de vehículos, etc).

El sector informal aporta alrededor de un 50-60% del total del empleo, empleo muy
vulnerable y de difícil sustitución. El desempleo, que hoy ronda los 16-17%
aumentará progresivamente, propiciando así las condiciones para que aumente
presumiblemente la criminalidad en el país.

¡Las medidas nuevas auguran un total fracaso!

No hay que hablar de las enormes pérdidas económicas que significarán las
medidas para la pequeña y mediana empresa del ocio. Una gran parte de los
empresarios de este sector son jóvenes emprendedores, que perderán así la
posibilidad de recuperar sus inversiones en el corto plazo. Los dueños de bares
hablan ya de una reducción del 40% de las ventas. El efecto sobre los trabajadores,
los subempleados, los proveedores, los demás servicios nocturnos, etc., es difícil de
cuantificar. ¿En qué van a trabajar?

Sin embargo, el peor costo pagable es la pérdida del atractivo turístico nocturno de
la ciudad de Santo Domingo, lo que sensiblemente afectará la imagen de la ciudad
en momentos donde se necesita estimular un modelo de turismo urbano y no de
enclave. El costo de convertir a Santo Domingo, en un cementerio será impagable.

Restringir la vida nocturna de la ciudad es precisamente un anti-objetivo de política


económica. Cuanto más abierta y activa resulte la ciudad en las noches (incluyendo
todo tipo de servicios), mucho mas dinámica es su economía (se genera mas
empleo, se mueve mas dinero) y mucho más agradable es vivir en ella.

Eso obviamente no niega la necesidad de regular la vida nocturna para adaptarla a


las normas de convivencia. sin embargo, la regulación de esta vida nocturna tiene
que estar basada en una estrategia de políticas clara en este sentido. Jamás puede
responder, ni a otras motivaciones, ni a respuestas coyunturales.

¡No se puede regular la vida nocturna, con el pretexto de combatir la delincuencia!

En términos generales las medidas reducirán (al menos en el corto plazo) el


consumo personal, lo que tendrá un efecto desacelerador sobre la economía, y un
efecto positivo sobre el desempleo, produciendo precisamente un efecto adverso al
cual fueron orientadas. Todo eso, sin contar los efectos de carácter social y cultural.

Y es que hasta ahora, nunca se había escuchado nada sobre la relación alcohol-
delincuencia. No parece razonable el hecho de que los criminales salieran a
consumir alcohol previo a cometer sus delitos. De hecho, en los países con mayores
consumos de alcohol, la delincuencia tiene a ser muy mínima.

Parece un nuevo invento, de una administración que quiere convertir a Dominicana


en el “Nueva York chiquito”.Parece una nueva arbitrariedad ante la posibilidad de
ejecutar medidas concretas. ¡Huele a desesperación!

Aun peor, si lo que se busca es amedrentar a la gente, si lo que se pretende es


persuadirlos de que no salgan, obligarlos a que se “recojan temprano”; entonces es
peor. Si las medidas intentan hacer que la gente se tranque en su casa; entonces
delatan la calaña, la irresponsabilidad y la cobardía, de quien intenta que se
reduzcan las acciones de los malos, escondiendo, amedrentando, victimizando y
restringiendo la libertad de los buenos. ¡No puede ser!

Si vamos a combatir la delincuencia, no será escondiéndonos detrás de unas rejas


cada vez más altas y con alambres de púas, guachimanes, perros, chalecos
salvavidas y no saliendo de la casa.

¡Esconderse no resuelve el problema!

Si queremos vivir en un país más seguro (si es así), entonces deberemos darle la
cara y enfrentar con firmeza la delincuencia de arriba, la estatal, la empobrecedora,
la privatizadora, la que firma contratos como el de la Isla y la Sund Land, la
extranjerizante….

Acabando con esa delincuencia madre, esta delincuencia de saco y corbata que se
pasea impune, entonces iremos enfrentando y venciendo la delincuencia común,
que no es más, que una consecuencia de la primera.
¡Basta ya, que se vayan todos! ¡Todos!
3

Muy buen artículo, Galván. Aquí expones las cosas que no quedan tan claras en lo que respecta a la reciente
política anticriminal. Este tipo de políticas llenas de superficialidad, que allantan a la población para que se
sienta tranquila por un tiempo.
RD

Tienes toda la razon, la delincuencia nos arropa de arriba a abajo, en eso estamos de acuerdo.Esa ambicion
desmedida produce una ceguera periferica que no permite ver la verdadera raiz del problema. Solo nos queda
decir, y ahora ;"QUIEN PODRA SALVARNOS"?."SOLO DIOS PODRA SALVARNOS"."OREMOS MUCHO POR
NUESTRO PAIS".
Lady Pena

Escribe mas corto. Sintetiza. Un buen articulo no debe ser tan largo. Esto es internet, se trata de lectura agil.
alberto

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