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de Justicia
“Nueva regulación en la incapacitación. La autonomía de la volun-
tad en la nueva legislación”
Conclusiones
1.‐ La Convención de la ONU consagra el paso de un modelo médico‐asistencialista,
basado en la deficiencia, a otro social, que afirma que el problema está en la socie‐
dad, y que se fija en la diversidad más que en la deficiencia.
Se fija en la interacción de las personas con las barreras sociales, y persigue la in‐
clusión de todos (con sus deficiencias), no su segregación. Aquella incluirá los apo‐
yos precisos, con las salvaguardas necesarias para que sean realmente efectivos y
seguros para la persona con discapacidad. Esto exige profundizar en la capacidad
que se tenga, para desde ahí determinar el apoyo que sea necesario.
2.‐ Las cuestiones planteadas por la Convención sobre barreras en la vida social,
necesidad de apoyos, respeto a la autonomía de la voluntad, etc, concurren en todo
tipo de discapacidades; sus consecuencias o soluciones han de aplicarse ya se trate
de discapacidad intelectual, física o sensorial, con medidas específicas para estos
casos (accesibilidad, diseño industrial..), y otras compartidas por todas las discapa‐
cidades, como el acceso a la vida laboral.
3.‐ La fuente principal de la que surge el ejercicio de los derechos personales es la
decisión de su titular. En el caso de personas que prevén su futura discapacidad, el
principio debe ser el mismo. El poder político y las autoridades sólo intervendrán
para que estas personas sean ayudadas en su ejercicio, y para establecer las salva‐
guardas necesarias a fin protegerlas, pero no para sustituir tal voluntad.
Solo excepcionalmente, como salvaguarda frente al mal uso efectivo de las herra‐
mientas que en ejercicio de la autonomía de la voluntad se hayan creado, puede
llegarse a su modificación o revocación.
4.‐ En el ámbito de los fiscales se está detallando su actuación, entre otros sectores,
en relación con la demanda, en la que se deberán incluir la selección de los apoyos
necesarios, la justificación de los motivos concretos de la propuesta de modifica‐
ción de la capacidad y la intervención de los forenses para delimitar las habilidades
de la persona.
Lo anterior se complementa con un manual de buenas prácticas, que recalca el
concepto de servicio público, el control y vigilancia de los apoyos y reglas de con‐
ducta de los profesionales ante las personas con discapacidad, entre otros conteni‐
dos.
5.‐ Tanto con la regulación actual de la incapacitación como con las modificaciones
que se ocasionen al aplicar la Convención, es necesario desglosar en las sentencias
los actos que el discapaz va a poder realizar por sí solo o con aplicación de los apo‐
yos que sean convenientes. Igualmente es preciso una relación de los actos de con‐
tenido patrimonial y de los demás aspectos de la vida de una persona: salud, ocio,
vida ordinaria, laboral, derecho de sufragio, etc.
Se hace asimismo preciso un procedimiento específico para actuaciones concretas
en la discapacidad, como la disposición de activos, lo que normalmente es necesa‐
rio para sufragar sus gastos vitales y, por lo tanto, urgente.
6.‐ Ha sido recurrente en estas jornadas la petición de juzgados y fiscalías especia‐
lizados y exclusivos en materia de modificaciones de capacidad. No solo en las
grandes ciudades, sino también, si es preciso, incluyendo varios partidos judiciales
a fin de que tal especialización llegue a todos los justiciables.
7.‐ En los países de nuestro entorno la intervención judicial o notarial en el control
de uso de los poderes preventivos constituyen garantías, salvaguardas en suma, de
una correcta asistencia a las personas con capacidad limitada. En estos y otros paí‐
ses se va abriendo paso la posibilidad de previsión de la futura discapacidad evi‐
tando el tradicional proceso judicial de regulación o determinación de la capaci‐
dad.
8.‐ En el juicio de capacidad, presente en todo documento notarial, debe extremar‐
se el celo en materia de discapacidad ante el riesgo que se presenta en personas en
proceso de su pérdida. Es necesario suministrar a los notarios medios y formación
que faciliten su práctica, a fin de mejorar la eficacia de este tipo de documentos.
9.‐ Hay herramientas abstractas de amplia utilización en la práctica jurídica. De‐
bería dejarse claro su papel dentro de la autoorganización que cada uno haya
creado para su propia discapacidad, a fin de proteger su utilización y, en definitiva,
su subsistencia. Además, dotaría a estas herramientas de un sentido y soporte que
proteja su uso, junto con una regulación jurídica bastante completa que evite ata‐
ques a las propias herramientas o a su empleo y que regule las diversas relaciones
que surgen de esta situación. Tal es el caso del poder de representación, dentro del
contrato de mandato.