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EL KERIGMA DEL JESÚS TERRENO

Al leer el texto denominado “El Kerigma del Jesús Terreno” se puede visualizar
que kerigma es comienzo de la evangelización. La expresión "primer anuncio"
resuena en los oídos de un cristiano con espíritu misionero como gran ideal, como
un programa de vida, como una vivencia, pues anuncio es comunicación de la fe.

Kerigma: Es una palabra originaria del griego: Kerigma, la cual se traduce por
Evangelización: Anuncio - Predicación - Proclamación. Por la muerte de Jesucristo
en la cruz y por su resurrección, los creyentes reciben el perdón de los pecados.
Este perdón de los pecados es el comienzo de una nueva vida con el Señor y en
la comunidad de los creyentes.

En el Nuevo Testamento, el kerigma o pregón de la salvación nos viene de Dios


en Cristo. La predicación de Juan el Bautista es un kerigma, de sentido y
contenido religioso y sobrenatural: "en aquellos días apareció Juan el Bautista
predicando -pregonando- en el desierto de Judea y diciendo: arrepentíos, porque
el reino de Dios está cerca". La proclamación no es explicación de la ley, no es
enseñanza, no es nuevo culto, es una sacudida a las conciencias dormidas, para
ponerlas en vigilancia para que esperen adecuadamente al que ha de venir; en el
caso del Bautista, él preparó los caminos para que viniera Cristo y fuera bien
recibido.

Kerigma fue una palabra muy utilizada entre los primeros cristianos. Pues con esta
palabra, los discípulos de Jesús entendieron el propósito para el cual fueron
elegidos como continuadores de su obra. El término kerigma, les permitía
mantener claridad y lucidez en la visión y la misión entregada por el Maestro, y les
ayudaba a propagar el mensaje de Jesús, sin tergiversar o alterar el contenido, y
evitaban por lo tanto, ambigüedades en el anuncio de la Palabra.

Al hablar del anuncio este texto da relieve e importancia a la realidad del kerigma.
Palabra que no debería sonar extraña para el cristiano. Por kerigma se entiende la
presentación de Jesús con sus tres grandes títulos: Salvador, Señor y Mesías.
También se le denomina "proclamación" en cuanto anuncia la muerte,
resurrección y glorificación de Jesús.

La evangelización comienza con el kerigma el cual es vida nueva, experiencia de


fe, Buena Noticia y poder del Espíritu.

El evangelizador debe ser testigo lleno del Espíritu Santo, totalmente identificado
con el mensaje que anuncia. Jesús no anunciaba la palabra de Dios, Él era la
Palabra de Dios. La identificación con su Padre era plena. Así nosotros debemos
incorporarnos a Cristo, apropiarnos de la vida que Él nos ha dado.

Al mismo tiempo, la identificación nos debe llevar a la transparencia.


Transparencia es la propiedad de dejar ver, a través de sí, algo más. Jesús era
transparente. A través de Él se veía al padre y su amor.

La persona que se ha encontrado e identificado con Jesús transporta vida y rompe


fronteras, siente que debe salir de su tierra con Cristo, salir de su tierra. El
kerigma vivido no se puede quedar en lo oculto. Debe ser ECO comunicado.

El contenido central del kerigma de Jesús es el Reino de Dios o Reino de los


Cielos. A su inminencia, realidad y características, dedicó Jesucristo gran parte de
su predicación.

En conclusión, se puede decir que, Jesucristo es Mensajero y Mensaje. Él mismo


es parte del kerigma que anuncia: es la puerta para entrar en ese Reino, camino
que conduce a él, luz que ilumina el camino al Reino y alimento que da fuerzas
para caminar.

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