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1. Introducción
El Realismo surge en Europa a partir de 1850, cuando se observa un alejamiento
progresivo de las formas de vida y mentalidad románticas. El apego a la realidad y el
sentido práctico de la burguesía condicionan el ambiente que será visto con
conformismo o con desacuerdo por los escritores.
2. Ideología
En cuanto a lo ideológico, sigue prevaleciendo el Liberalismo, concepto político
iniciado por los románticos, pero se distinguen dos vertientes: un liberalismo moderado,
propio de la burguesía asentada; y un liberalismo progresista propio de los sectores más
dinámicos e inquietos.
Entre el proletariado, que va surgiendo paralelamente con la industrialización, se
introducen doctrinas revolucionarias como el socialismo, el comunismo y el
anarquismo.
Por otra parte, surgen nuevas corrientes de pensamiento:
El Determinismo que considera que todos los hechos están sometidos a unas leyes
necesarias y universales, según las cuales dichos hechos, en iguales condiciones,
producen idénticos efectos.
El Positivismo defiende la teoría de que el conocimiento ha de basarse en la
observación rigurosa y en la experimentación. Tal corriente influyó en todos los campos
del saber: medicina, psicología, economía, etc.
3. Características literarias
El Realismo se caracteriza por:
La observación y reproducción rigurosa de la realidad.
Una temática centrada en la vida cotidiana.
Con frecuencia, la crítica con intención social o moral sobre las lacras de la
realidad que presenta.
La objetividad como ideal del novelista, aunque a veces introduzca juicios y
observaciones personales.
Descripción minuciosa y detallada de costumbres, caracteres y ambientes.
Utilización de una prosa sobria, a veces cuidada, a veces familiar. Los diálogos
se adaptan a las características del personaje.
Empleo del estilo indirecto libre, mezcla del estilo directo y del estilo indirecto,
para reproducir los pensamientos o sensaciones de los personajes dentro del
discurso del narrador, evitando los verbos de lengua (dijo, pensó, sintió) y el
nexo que. De esta manera el lector se introduce en el interior de los personajes.
AUTORES
1. Benito Pérez Galdós (1843-1920)
Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero fue en Madrid donde
desarrolló su labor literaria, llegando a ser un profundo observador de esta ciudad.
Aunque no se interesó especialmente por la política, se acercó al socialismo. Sus
últimos años fueron tristes, debido a la ceguera que padeció, las dificultades
económicas, algunos fracasos teatrales y la oposición de sus enemigos a que se le
concediera el Premio Nobel.
Es el autor más fecundo de la literatura española y su obra representa un testimonio de
la vida del siglo XIX, dejando reflejadas en ellas todas las capas sociales y todos los
acontecimientos de la época. Esta extensa obra puede clasificarse en tres grupos:
El de los Episodios Nacionales, donde se recoge la historia novelada del siglo XIX en
cinco series de diez títulos cada una, la última incompleta.
El de las novelas de la primera época, unas de tipo histórico (La fontana de oro) y otras
de las llamadas de tesis, en donde se opone un mundo tradicional y conservador al
moderno (Doña Perfecta).
El de las novelas españolas contemporáneas, que suponen un amplio retrato de la
sociedad madrileña de la época con una técnica plenamente realista. En este grupo se
encuadraría Fortunata y Jacinta: Juanito Santa Cruz, de familia de alta clase media,
tiene relaciones con Fortunata, joven de condición humilde, perteneciente al pueblo
llano, vital y espontánea. No obstante estas relaciones, Juanito se casa con su prima
Jacinta y sigue sus relaciones con Fortunata quien lleva una vida mísera y muere
dejando un hijo de Santa Cruz que adopta Jacinta. La esposa, Jacinta, representa las
virtudes burguesas y Fortunata, la amante, la fuerza instintiva del pueblo.
La segunda mitad del siglo XIX fue una época de graves tensiones sociales y políticas
que afectaron de forma decisiva la historia de España: guerras carlistas, últimos años del
reinado de Isabel II, la revolución de 1868 (La Gloriosa), la Primera República, la
Restauración de la monarquía en 1876 (reinado de Alfonso XII) y el Desastre de 1898
(guerra con EEUU y pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico).
El contexto social, cultural y literario de España lo podemos resumir en el siguiente
cuadro:
EL REALISMO (1868-1880)
A partir de 1868 (la llamada GENERACIÓN del 68 estaría formada por escritores
como VALERA, GALDÓS y CLARÍN) surge la gran novela realista. Su auge
coincide con la relativa prosperidad burguesa de los años de la Restauración de la
monarquía en la persona de Alfonso XII.
Frente a la novela romántica, evasiva y fantástica, la novela realista pinta la vida y las
costumbres tomándolas de la realidad y de la época en que se escribe.
EL NATURALISMO (1880-1898)
Dentro del Realismo encontramos una derivación que se conoce con el nombre de
Naturalismo. Este movimiento pretendió llevar hasta sus últimas consecuencias los
postulados del Realismo, por lo que intentó retratar la realidad con un método
científico, para lo que hizo de la observación y de la experimentación su método de
trabajo. La conclusión a la que llegaron sus cultivadores es que el hombre es pura
materia y que no tiene libertad de actuación, porque su existencia se halla
determinada por la herencia genética (Mendel) y las circunstancias sociales. Todo
lo anterior explica que las novelas naturalistas estuvieran protagonizadas por tarados,
alcohólicos, psicópatas, seres que obedecían a impulsos primarios,...; esto es, personajes
dominados por su origen biológico o por la sociedad opresiva en la que vivían. Esto es,
personajes que se enfrentan a la sociedad y son derrotados por el mundo que los rodea.
GRANDES NOVELISTAS
2. Las PRIMERAS NOVELAS. Las primeras novelas son de tesis. En ellas el autor,
con el propósito de defender una ideología concreta, crea unos personajes y modela una
realidad en función de lo que quiere manifestar. Los personajes son tipos que encarnan
una idea y se dividen tajantemente en buenos y malos. Las dos novelas más
representativas son "Doña Perfecta"(1876) y "Gloria"(1877) , en las que se ataca la
intransigencia y el fanatismo. En la primera el conflicto se plantea entre la intolerancia,
soberbia e hipocresía de doña Perfecta y el progresismo liberal de su sobrino, Pepe Rey,
que acabará siendo víctima de aquélla. En Gloria es la intransigencia religiosa la que
impide la unión de dos personas que se quieren, pero que son de distinta religión.
Los principales títulos son: La desheredada (1881), El amigo Manso (1882), Tormento
(1884), La de Bringas (1884), Miau (1888) y Fortunata y Jacinta (1886-1887), su
obra maestra, en la que Galdós traza un triángulo amoroso, muy adecuado para
expresar el conflicto entre el amor y la sociedad. Las mujeres, Fortunata (símbolo de la
naturaleza, el pueblo, la rebeldía frente a las reglas y la trasgresión) y Jacinta
(personificación del ideal burgués, respeto a las leyes y a las convenciones), son las
verdaderas protagonistas. La primera se enamora de Juan Santa Cruz, pero éste se casa
con Jacinta. En un principio Fortunata ingresa en una orden monacal pero más tarde se
casa aunque sigue enamorada de Juan. Antes de morir ésta da a su hijo (Juan Santa Cruz
es el padre) a Jacinta. Además de estos personajes, la novela esta plagada de otros
secundarios. La acción se transcurre en Madrid y se desarrolla de manera linealmente
cronológica. El narrador aparece en un principio como un mero testigo de los hechos
pero constantemente introduce comentarios e ironiza hasta llegar a convertirse en el
típico narrador omnisciente.
Clarín, al igual que Galdós, escribe desde un bando o sector de la burguesía, pero contra
las aberraciones de la burguesía, Aparte de una serie de cuentos y de la novela, Su único
hijo (1890), Clarín es, sobre todo, el autor de LA REGENTA (1885), sólo comparable
en profundidad, complejidad e intención a las mejores obras de su amigo Galdós.
Clarín concluye La Regenta a los 34 años de edad, con el convencimiento, según sus
palabras, de haber conseguido "una obra de arte". La historia es conocida: En Vetusta
(nombre bajo el que se esconde Oviedo) vive don Fermín de Pas, que abre la novela
recorriendo con su catalejo los pormenores de la ciudad. Joven, apuesto y ambicioso, de
Pas es el magistral de la Catedral, con aspiraciones más altas. Al iniciarse la obra, don
Fermín recibe un encargo muy especial: debe convertirse en confesor de doña Ana
Ozores, mujer del antiguo regente de la Audiencia, conocida, por ello, como la Regenta.
Entre ellos se establecen relaciones de amor-amistad, plagadas de matices. El triángulo
lo completa Álvaro Mesía, donjuán de Vetusta, que desea conquistar a la Regenta, única
mujer virtuosa que aún no se ha rendido a sus pies. Para ello contará con la ayuda de
todo el pueblo, que desea ver caer a doña Ana.
# Los 15 capítulos finales son más narrativos. Prima ahora el desarrollo de los
acontecimientos: .Álvaro consigue sus propósitos; don Víctor, el Regente, muere tras un
duelo con Álvaro; Ana es abandonada por todos, menos por Frígilis, incansable amigo
de su esposo. El final es desolador. Doña Ana queda en el suelo de la catedral,
despreciada por todos, incluso por Celedonio "el acólito afeminado, alto y escuálido",
que, al ver desmayada a la Regenta siente el deseo miserable de besarla en los labios.
Ana se despierta; "había creído sentir sobre la boca el vientre viscoso y frío de un sapo".
Si el Naturalismo se destaca por el análisis psicológico de los personajes, no cabe duda
de que Ana Ozores es una personalidad compleja y contradictoria que ha sido reflejada
a la perfección por el autor.
Clarín también destacó como uno de los mejores escritores de cuentos de su época, en
los que analiza el comportamiento de personas malvadas y llenas de hipocresía. Entre
ellos destacan Doña Berta y ¡Adiós, cordera! En este cuento se nos narran las
peripecias de dos hermanos gemelos y su vaca Cordera que son felices en las montañas
asturianas alejados de los peligros del mundo. Sólo un palo del telégrafo y un tren que
pasa de vez en cuando son indicios de ese mundo. Pero un día ese mundo se llevará
primero a la Cordera y luego a Pinín. Rosa se quedará sola con su dolor y sus recuerdos.
OTROS NOVELISTAS
Juan Valera Nació en Cabra (Córdoba) en 1824, hijo de una familia noble. Estudió
Derecho e ingresó en el cuerpo diplomático, desempeñando diferentes
misiones en varios países europeos y americanos. Fue miembro de la
Real Academia Española. Comenzó a escribir cuando ya tenía
cincuenta años. Murió en Madrid en 1905.
Fue un hombre culto y refinado, de espíritu equilibrado y libre. Su
inteligencia y fino sentido estético se manifiestan en su labor como
crítico y en su estilo correcto, fluido y elegante; aunque, a veces,
adolece de vigor y calor humano.
Su primera obra fue Pepita Jiménez en la que un joven seminarista
conoce a una mujer con la que su padre, que es viudo, piensa casarse.
El joven va enamorándose poco a poco de ella y, tras largas luchas
interiores entre su vocación religiosa y su amor, triunfa el último.
También escribió El Comendador Mendoza, Doña Luz, y una de sus
mejores novelas, Juanita la Larga, cuando tenía setenta años.
José María Pereda (1833-1906) es uno de los mayores representantes del
Pereda realismo regionalista. En sus novelas, nos presenta una visión idílica
del campo frente a las novedades y la corrupción de la ciudad. Así, en
Sotileza exalta la naturaleza y las gentes sencillas del mar; y en Peñas
arriba, la naturaleza y las gentes de la montaña.
En su primera época escribió novelas de tesis opuestas a las de su
amigo Galdós: El buey suelto y De tal palo, tal astilla
Emilia Pardo (1851-1921) Fue la que redacto el principal escrito teórico del
Bazán naturalismo español en su libro La cuestión palpitante. Sus novelas
presentan elementos naturalistas: descripciones minuciosas y
documentadas, influencia del medio, situaciones escabrosas. Los
Pazos de Ulloa (1886) y su continuación La madre Naturaleza
(1887) describen la Galicia campesina del XIX: aristócratas
decadentes, caciques, criados codiciosos ; en general, un mundo lleno
de ignorancia y barbarie.
Vicente Blasco Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) es el novelista español más
Ibáñez cercano al naturalismo. Se interesa por los ambientes sórdidos, la
crudeza de los temas y la preocupación por taras hereditarias.. Sus
novelas están ambientadas en el mundo rural de su tierra, Valencia:
“Arroz y tartana”, “La barraca”, “Cañas y barro”
Pedro Antonio de (Guadix, Granada, 1833-Valdemoro, Madrid, 1891) Destaca por una
Alarcón narración breve El sombrero de tres picos y por tres novelas de tesis:
El escándalo, EI niño de la bola y La Pródiga. A pesar de que en
ellas todavía se manifiestan -aunque en cantidad decreciente-
elementos de clara ascendencia romántica, lo fundamental es que en
estas novelas Alarcón pone su arte narrativo al servicio de los ideales
tradicionalistas católicos, cuya hegemonía estaba seriamente
amenazada desde la Revolución de 1868
TEXTOS
Ribete Parte carnosa que bordea el ojo sobre la que nacen las pestañas.
Pergeño Aspecto de una persona o cosa.
Destilar Correr un líquido gota a gota.
Lobanillo Tumor o abultamiento que no duele y se forma bajo la piel.
Coyuntura Articulación entre dos huesos.
Cárdeno De color amoratado.
Cernícalo Ave de rapiña de uñas largas, afiladas y puntiagudas.
Entrecejo Espacio que hay entre las cejas.
3ª.- Escribe un resumen de la vida y la obra de Galdós.
Nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843. Se fue muy joven a Madrid donde estudió Derecho. En la
capital pasó la mayor parte de su vida dedicándose fundamentalmente a escribir. Murió en Madrid en
1920. Galdós fue un hombre sin prejuicios, abierto a toda idea de progreso y, al mismo tiempo, amaba
intensamente a su patria. Vivió de forma tan comprometida con su época que escribió sus obras con la
intención de encontrar la raíz de los problemas y explicarlo todo a los demás. Galdós fue un
extraordinario narrador, aunque también escribió numerosas obras teatrales.
Episodios Nacionales: Trafalgar, El dos de Mayo, Gerona, Zaragoza.
Novelas de la primera época: Doña Perfecta, La Fontana de Oro, Gloria.
Novelas contemporáneas: Fortunata y Jacinta, La desheredada, Miau, Tristana, Misericordia.
5ª.- Escribe una "X" donde corresponda, dependiendo de si opinas que el texto se
puede dividir en partes o si forma una sola unidad.
Canal
El texto es descriptivo porque abundan los nombres y los adjetivos que explican los rasgos del personaje.
El tiempo verbal es el propio de la descripción: pretérito imperfecto de indicativo.
Tenía la Benina voz dulce, modos hasta cierto punto finos y de buena educación.
Código
8ª.- Escribe todos los rasgos físicos y morales que se describen y cómo son
descritos.
Retrato
Rasgos físicos Rasgos morales
voz dulce modos finos
rostro moreno expresión dulce
ojos grandes y oscuros
dedos rugosos
líneas bien compuesta
manos de lavandera
lobanillo redondo y cárdeno
9ª.- Separa los rasgos que embellecen al personaje de los que lo afean y escribe la
imagen que crees que el autor quiere dar de Benina.
Receptor
10ª.- Escribe unas líneas sobre la imagen que tienes tú del personaje ahora que
has estudiado el texto.
-¡Bah, bah, neños, acá vos digo; basta de pamemes! -así gritaba
de lejos el padre, con voz de lágrimas.
Caía la noche; por la calleja oscura, que hacían casi negra los altos
setos, formando casi bóveda, se perdió el bulto de la Cordera, que
parecía negra de lejos. Después no quedaba de ella más que el
tintán pausado de la esquila, desvanecido con la distancia, entre los
chirridos melancólicos de cigarras infinitas.
I.- INTRODUCCIÓN.
Existe un desfase evidente entre el realismo español y el europeo. Stendhal publica su
“Rojo y Negro” en 1830 y Galdós no publica sus primeras novelas de tesis hasta 1870. Además
las diferencias no son sólo cronológicas sino también estructurales.
II.- DESARROLLO.
Los mismos procesos que se dan en el resto de Europa, se producen en España con
cierto retraso.
La segunda mitad del siglo XIX es una época de graves problemas sociales y fuertes
tensiones políticas:
1. Hasta 1868, la política responde, salvo algún paréntesis, a un signo liberal moderado o
conservador.
2. La revolución de 1868, que destrona a Isabel II, supone la victoria de la burguesía
progresista, y la Constitución del 69 proclama amplias libertades.
3. En 1875, la Restauración cerró aquella etapa: marginó a las tendencias extremas y
otorgó el gobierno, alternativamente, a los partidos dinásticos: conservadores y
progresistas, que no logran solucionar los problemas socio-económicos.
3.1.- STENDHAL.
Gran observador de la vida, retrata los tipos humildes de la sociedad con buena dosis
de sentimentalismo romántico. Las acusaciones que lanza contra la sociedad quedan
ahogadas por su sentimentalismo patriarcal.
Ya no hay individuos problemáticos, hay, tan sólo, individuos miembros de una especie,
determinados por ella, y a los que todo lo que les ocurre no es en virtud de su problematicidad
interior, que es producto de las determinaciones que sobre ellos ejercen fuerzas como la
herencia y el medio.
El naturalismo de Zola hay que circunscribirlo en la mentalidad positivista de la época.
Zola toma el método experimental de las ciencias y lo aplica a la novela.
El naturalismo aspiraba así a convertirse en una escritura con capacidad para resolver
problemas de la vida corriente. Pero aparte de esta concepción cientifista del mundo, no hay
que olvidar tampoco la motivación social, producto de la desilusión por los acontecimientos
subsiguientes a la revolución del 48. Ahora se niega la posibilidad de un pacto entre libertad
individual y realidad social pues ésta impone siempre sus condiciones, de ahí que la única
solución válida sea el estudio empírico de estas. Las características más específicas del
naturalismo son:
Liberación de elementos novelescos para convertirse en un estudio científico de las conductas
humanas.
El novelista se atiene a los hechos observados por lo que guarda sus emociones y expone
simplemente las cosas que ve.
Reflejo de sus aspectos más negativos sin ningún tipo de restricción moral ni estética.
Importa sobremanera el análisis del determinismo hereditario, fisiológico y ambiental.
Personales: Ana Ozores es una mujer con inquietudes espirituales pero la sociedad en
la que vive las rechaza. Intenta compensar sus tremendas insatisfacciones bien por el
misticismo llevada de la mano del Magistral, bien por el erotismo incitada por Álvaro Mesía. Al
final se ve defraudada en ambos casos.
Fermín de Pas sufre el conflicto entre su ambición personal y sus aspiraciones
espirituales que permanecen dormidas hasta la irrupción de Ana Ozores. En un principio busca
el equilibrio pero no lo logra ya que Ana no puede aser sólo suya por el espíritu, pues necesita
amor humano.
Uno y otro conflicto muestran la indisoluble unión entre el espíritu y la materia.
La Regenta no es una novela naturalista: profundo sentimiento religioso o la dimensión
de interioridad, tampoco abusa de pormenores patológicos ni existe determinismo. Baquero ve
en la densidad psicológica de la novela un elemento poco naturalista.
El narrador actúa de modo omnisciente que se comporta como un ser superior a sus
personajes. No siempre es impersonal, pues utiliza la ironía constantemente.
La otra novela larga de Clarín es “Su único hijo”. Puede incluirse en el grupo de intenso
espiritualismo donde se encuentran las últimas obras de Galdós y de Pardo Bazán. Narra la
historia de Bonifacio, quien, desengañado con su amante y traicionado por su mujer, sufre una
profunda evolución moral y, al final, aparece ennoblecido y, al rechazar la insinuación de que él
no es el padre del hijo de su mujer, encuentra en su paternidad la realización de su más íntima
aspiración espiritual.
Clarín escribió también novelas cortas y cuentos. Las primeras se caracterizan por el
cuidadoso análisis de los personajes, generalmente caracterizados por un profundo sentimiento
de frustración. Destacan Pipá y Doña Berta.
Sus cuentos recrean las vidas de personajes humildes y están narradas con gran
economía de recursos como se demuestra en ¡Adiós Cordera!.