Вы находитесь на странице: 1из 15

Ciclo del carbono

La reserva fundamental de carbono, en moléculas de CO2 que los seres vivos


puedan asimilar, es la atmósfera y la hidrosfera. Este gas está en la atmósfera en
una concentración de más del 0,03% y cada año aproximadamente un 5% de estas
reservas de CO2 se consumen en los procesos de fotosíntesis, es decir que todo el
anhídrido carbónico se renueva en la atmósfera cada 20 años.

La vuelta de CO2 a la atmósfera se hace cuando en la respiración, los seres


vivos oxidan los alimentos produciendo CO2. En el conjunto de la biosfera la mayor
parte de la respiración la hacen las raíces de las plantas y los organismos del suelo
y no, como podría parecer, los animales más visibles.

Los productos finales de la combustión son CO2 y vapor de agua. El equilibrio en la


producción y consumo de cada uno de ellos por medio de la fotosíntesis hace
posible la vida.

Los vegetales verdes que contienen clorofila toman el CO2 del aire y durante la
fotosíntesis liberan oxígeno, además producen el material nutritivo indispensable
para los seres vivos. Como todas las plantas verdes de la tierra ejecutan ese mismo
proceso diariamente, no es posible siquiera imaginar la cantidad de CO2empleada
en la fotosíntesis.
En la medida de que el CO2 es consumido por las plantas, también es remplazado
por medio de la respiración de los seres vivos, por la descomposición de la materia
orgánica y como producto final de combustión del petróleo, hulla, gasolina, etc.

En el ciclo del carbono participan los seres vivos y muchos fenómenos naturales
como los incendios.

Los seres vivos acuáticos toman el CO2 del agua. La solubilidad de este gas en el
agua es muy superior a la que tiene en el aire.

Tipos de Ciclos

El ciclo del carbono (CO2) es la sucesión de transformaciones que sufre el carbono


a lo largo del tiempo. Es un ciclo biogeoquímico de gran importancia para la
regulación del clima de la Tierra, y en él se ven implicadas actividades básicas para
el sostenimiento de la vida.

Ciclo biogeoquímico

Regula la transferencia de carbono entre la atmósfera y la litosfera (océanos y


suelo). El CO2 atmosférico se disuelve con facilidad en agua, formando ácido
carbónico que ataca los silicatos que constituyen las rocas,
resultando iones bicarbonato. Estos iones disueltos en agua alcanzan el mar, son
asimilados por los animales para formar sus tejidos, y tras su muerte se depositan
en los sedimentos. El retorno a la atmósfera se produce en las erupciones
volcánicas tras la fusión de las rocas que lo contienen. Este último ciclo es de larga
duración, al verse implicados los mecanismos geológicos. Además, hay ocasiones
en las que la materia orgánica queda sepultada sin contacto con el oxígeno que la
descomponga, produciéndose así la fermentación que lo transforma en carbón,
petróleo y gas natural.

Almacenamiento

El almacenamiento del carbono en los depósitos fósiles supone en la práctica una


rebaja de los niveles atmosféricos de dióxido de carbono. Si éstos depósitos se
liberan, como se viene haciendo desde hace tiempo con el carbón, o más
recientemente con el petróleo y el gas natural, el ciclo se desplaza hacia un nuevo
equilibrio en el que la cantidad de CO2 atmosférico es mayor; más aún si las
posibilidades de reciclado del mismo se reducen al disminuir la masa boscosa y
vegetal.
Explotación

La explotación de combustibles fósiles para sustentar las actividades industriales y


de transporte (junto con la deforestación) es hoy día una de las mayores agresiones
que sufre el planeta, con las consecuencias por todos conocidas: cambio climático
(por el efecto invernadero), desertificación, etc. La cuestión ha sido objeto
del Convenio sobre cambio climático aprobado en Nueva York el 9 de
mayo de 1992 y suscrito en la cumbre de Río (Río de Janeiro, 11 de junio de 1992).

Ciclo hidrológico
El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre
los distintos compartimentos de la hidrósfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en
el que hay una intervención mínima de reacciones químicas, y el agua solamente se
traslada de unos lugares a otros o cambia de estado físico.

El agua de la hidrósfera procede de la desfragmentación del metano, donde tiene


una presencia significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua
puede reincorporarse al manto con los sedimentos oceánicos de los que forma
parte cuando éstos acompañan a la litósfera en subducción.

La mayor parte de la masa del agua se encuentra en forma líquida, sobre todo en
los océanos y mares y en menor medida en forma de agua subterránea o de agua
superficial (en ríos y arroyos). El segundo compartimento por su importancia es el
del agua acumulada como hielo sobre todo en los casquetes
glaciares antártico y groenlandés, con una participación pequeña de los glaciares
de montaña, sobre todo de las latitudes altas y medias, y de la banquisa. Por
último, una fracción menor está presente en la atmósfera como vapor o, en estado
gaseoso, como nubes. Esta fracción atmosférica es sin embargo muy importante
para el intercambio entre compartimentos y para la circulación horizontal del agua,
de manera que se asegura un suministro permanente a las regiones de la superficie
continental alejadas de los depósitos principales.

Ciclo del Agua


El agua existe en la Tierra en tres estados: sólido (hielo, nieve), líquido y gas (vapor
de agua). Océanos, ríos, nubes y lluvia están en constante cambio: el agua de la
superficie se evapora, el agua de las nubes precipita, la lluvia se filtra por la tierra,
etc. Sin embargo, la cantidad total de agua en el planeta no cambia. La circulación
y conservación de agua en la Tierra se llama ciclo hidrológico, o ciclo del agua.
Cuando se formó, hace aproximadamente cuatro mil quinientos millones de años, la
Tierra ya tenía en su interior vapor de agua. En un principio, era una enorme bola
en constante fusión con cientos de volcanes activos en su superficie. El magma,
cargado de gases con vapor de agua, emergió a la superficie gracias a las
constantes erupciones. Luego la Tierra se enfrió, el vapor de agua se condensó y
cayó nuevamente al suelo en forma de lluvia. El ciclo hidrológico comienza con la
evaporación del agua desde la superficie del océano. A medida que se eleva, el aire
humedecido se enfría y el vapor se transforma en agua: es la condensación. Las
gotas se juntan y forman una nube. Luego, caen por su propio peso: es la
precipitación. Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como nieve o granizo.
Si es más cálida, caerán gotas de lluvia. Una parte del agua que llega a la tierra
será aprovechada por los seres vivos; otra escurrirá por el terreno hasta llegar a un
río, un lago o el océano. A este fenómeno se le conoce como escorrentía. Otro poco
del agua se filtrará a través del suelo, formando capas de agua subterránea. Este
proceso es la percolación. Más tarde o más temprano, toda esta agua volverá
nuevamente a la atmósfera, debido principalmente a la evaporación.

Fases del ciclo del agua


El ciclo del agua tiene una interacción constante con el ecosistema debido a que los
seres vivos dependen de este elemento para sobrevivir y a su vez coayudan al
funcionamiento del mismo. Por su parte, el ciclo hidrológico presenta cierta
dependencia de una atmósfera poco contaminada y de un cierto grado de pureza
del agua para su desarrollo convencional, ya que de otra manera el ciclo se
entorpecería por el cambio en los tiempos de evaporación, condensación, etc.

Los principales procesos implicados en el ciclo del agua son:

 1º Evaporación. El agua se evapora en la superficie oceánica, sobre la


superficie terrestre y también por los organismos, en el fenómeno de
la transpiración en plantas y sudoración en animales. Los seres vivos,
especialmente las plantas, contribuyen con un 10% al agua que se incorpora a la
atmósfera. En el mismo capítulo podemos situar la sublimación,
cuantitativamente muy poco importante, que ocurre en la superficie helada de
los glaciares o la banquisa.

 2º Condensación. El agua en forma de vapor sube y se condensa formando


las nubes, constituidas por agua en pequeñas gotas.

 3º Precipitación. Es cuando las gotas de agua que forman las nubes se


enfrían acelerándose la condensación y uniéndose las gotitas de agua para
formar gotas mayores que terminan por precipitarse a la superficie terrestre en
razón a su mayor peso. La precipitación puede ser sólida (nieve o granizo) o
líquida (lluvia).

 4º Infiltración. Ocurre cuando el agua que alcanza el suelo, penetra a través


de sus poros y pasa a ser subterránea. La proporción de agua que se infiltra y la
que circula en superficie (escorrentía) depende de la permeabilidad del sustrato,
de la pendiente y de la cobertura vegetal. Parte del agua infiltrada vuelve a la
atmósfera por evaporación o, más aún, por la transpiración de las plantas, que la
extraen con raíces más o menos extensas y profundas. Otra parte se incorpora a
los acuíferos, niveles que contienen agua estancada o circulante. Parte del agua
subterránea alcanza la superficie allí donde los acuíferos, por las circunstancias
topográficas, intersecan (es decir, cortan) la superficie del terreno.

 5º Escorrentía. Este término se refiere a los diversos medios por los que el
agua líquida se desliza cuesta abajo por la superficie del terreno. En los climas
no excepcionalmente secos, incluidos la mayoría de los llamados desérticos, la
escorrentía es el principal agente geológico de erosión y de transporte
de sedimentos.

 6º Circulación subterránea. Se produce a favor de la gravedad, como la


escorrentía superficial, de la que se puede considerar una versión. Se presenta
en dos modalidades:
 Primero, la que se da en la zona vadosa, especialmente en
rocas karstificadas, como son a menudo las calizas, y es una circulación
siempre pendiente abajo.
 Segundo, la que ocurre en los acuíferos en forma de agua intersticial
que llena los poros de una roca permeable, de la cual puede incluso
remontar por fenómenos en los que intervienen la presión y la capilaridad.

 7º Fusión. Este cambio de estado se produce cuando la nieve pasa a


estado liquido cuando se produce el deshielo.

 8º Solidificación. Al disminuir la temperatura en el interior de una nube


por debajo de 0° C, el vapor de agua o la misma agua se congelan,
precipitándose en forma de nieve o granizo, siendo la principal diferencia
entre los dos conceptos que en el caso de la nieve se trata de una
solidificación del agua de la nube que se presenta por lo general a baja
altura: al irse congelando la humedad y las pequeñas gotas de agua de la
nube, se forman copos de nieve, cristales de hielo polimórficos (es decir,
que adoptan numerosas formas visibles al microscopio), mientras que en el
caso del granizo, es el ascenso rápido de las gotas de agua que forman una
nube lo que da origen a la formación de hielo, el cual va formando el granizo
y aumentando de tamaño con ese ascenso. Y cuando sobre la superficie del
mar se produce una tromba marina (especie de tornado que se produce
sobre la superficie del mar cuando está muy caldeada por el sol] este hielo
se origina en el ascenso de agua por adherencia del vapor y agua al núcleo
congelado de las grandes gotas de agua.

 9º El proceso se repite desde el inicio, consecutivamente por lo que


nunca se termina, ni se agota el agua.

Compartimentos e intercambios de Agua

El agua se distribuye desigualmente entre los distintos compartimentos, y los


procesos por los que éstos intercambian el agua se dan a ritmos heterogéneos.
El mayor volumen corresponde al océano, seguido del hielo glaciar y después
por el agua subterránea. El agua dulce superficial representa sólo una exigua
fracción y aún menor el agua atmosférica (vapor y nubes).
Volume 4
n
Porce
Depósito (en
ntaje
millones
de km³)

Tiempo
Depósito medio de
90,403 residencia
Océanos 1 370
86

Glaciares 20 a 100 años


Casquetes
546 8,90
y glaciares

Nieve
2 a 6 meses
estacional
Agua
subterráne 9,5 0,68
a
Humedad del
1 a 2 meses
suelo
Lagos 0,125 0,01

Agua
100 a 200
subterránea:
Humedad años
0,065 0,005 somera
del suelo

Agua
Atmósfera 0,013 0,001 subterránea: 10.000 años
profunda

Arroyos y
0,0017 0,0001
ríos Lagos 50 a 100 años

Biomasa 0,0006 0,0000 Ríos 2 a 6 meses

El tiempo de residencia de una molécula de agua en un compartimento es


mayor cuanto menor es el ritmo con que el agua abandona ese compartimento
(o se incorpora a él). Es notablemente largo en los casquetes glaciares, a donde
llega por una precipitación característicamente escasa, abandonándolos por la
pérdida de bloques de hielo en sus márgenes o por la fusión en la base del
glaciar, donde se forman pequeños ríos o arroyos que sirven de aliviadero al
derretimiento del hielo en su desplazamiento debido a la gravedad. El
compartimento donde la residencia media es más larga, aparte el océano, es el
de los acuíferos profundos, algunos de los cuales son «acuíferos fósiles», que
no se renuevan desde tiempos remotos. El tiempo de residencia es
particularmente breve para la fracción atmosférica, que se recicla muy deprisa.
El tiempo medio de residencia es el cociente entre el volumen total del
compartimento o depósito y el caudal del intercambio de agua (expresado
como volumen partido por tiempo); la unidad del tiempo de residencia
resultante es la unidad de tiempo utilizada al expresar el caudal.

Energía del agua

El ciclo del agua emite una gran cantidad de energía, la cual procede de la que
aporta la insolación. La evaporación es debida al calentamiento solar y
animada por la circulación atmosférica, que renueva las masas de aire y que es
a su vez debida a diferencias de temperatura igualmente dependientes de la
insolación. Los cambios de estado del agua requieren o disipan mucha energía,
por el elevado valor que toman el calor latente de fusión y el calor latente de
vaporización. Así, esos cambios de estado contribuyen al calentamiento o
enfriamiento de las masas de aire, y al transporte neto de calor desde
las latitudes tropicales o templadas hacia las frías y polares, gracias al cual es
más suave en conjunto el clima.

Balance del agua

Si despreciamos las pérdidas y las ganancias debidas al vulcanismo y a


la subducción, el balance total es cero. Pero si nos fijamos en los océanos, se
comprueba que este balance es negativo; se evapora más de lo que precipita
en ellos. Y en los continentes hay un superávit; es decir que se precipita más de
lo que se evapora. Estos déficit y superávit se compensan con las escorrentías,
superficial y subterránea, que vierten agua del continente al mar.

Efectos químicos del agua


El agua al desplazarse a través del ciclo hidrológico,
transporta sólidos y gases en disolución. El carbono, el nitrógeno y el azufre,
elementos todos ellos importantes para los organismos vivientes,
son volátiles y solubles, y por lo tanto, pueden desplazarse por la atmósfera y
realizar ciclos completos, semejantes al ciclo del agua.

La lluvia que cae sobre la superficie del terreno contiene ciertos gases y sólidos
en solución. El agua que pasa a través de la zona insaturada de humedad del
suelo recoge dióxido de carbono del aire y del suelo y de ese modo aumenta
de acidez. Esta agua ácida, al llegar en contacto con partículas de suelo o roca
madre, disuelve algunas sales minerales. Si el suelo tiene un buen drenaje, el
flujo de salida del agua freática final puede contener una cantidad importante
de sólidos totales disueltos, que irán finalmente al mar.

En algunas regiones, el sistema de drenaje tiene su salida final en un mar


interior, y no en el océano, son las llamadas cuencas endorreicas. En tales
casos, este mar interior se adaptara por sí mismo para mantener el equilibrio
hídrico de su zona de drenaje y el almacenamiento en el mismo aumentará o
disminuirá, según que la escorrentía sea mayor o menor que la evaporación
desde el mismo. Como el agua evaporada no contiene ningún sólido disuelto,
éste queda en el mar interior y su contenido salino va aumentando
gradualmente.

Si el agua del suelo se mueve en sentido ascendente, por efecto de


la capilaridad, y se está evaporando en la superficie, las sales disueltas pueden
ascender también en el suelo y concentrarse en la superficie, donde es
frecuente ver en estos casos un estrato blancuzco producido por la
acumulación de sales.

Cuando se añade agua de riego, el agua es transpirada, pero las sales que haya
en el agua de riego quedan en el suelo. Si el sistema de drenaje es adecuado, y
se suministra suficiente cantidad de agua en exceso, como suele hacerse en la
práctica del riego superficial, y algunas veces con el riego por aspersión, estas
sales se disolverán y serán arrastradas al sistema de drenaje. Si el sistema de
drenaje falla, o la cantidad de agua suministrada no es suficiente para el lavado
de las sales, éstas se acumularán en el suelo hasta tal grado en que las tierras
pueden perder su productividad. Éste sería, según algunos expertos, la razón
del decaimiento de la civilización Mesopotámica, irrigada por los
ríos Tigris y Éufrates con un excelente sistema de riego, pero con deficiencias
en el drenaje.

Ciclo del nitrógeno


El ciclo del nitrógeno es cada uno de los procesos biológicos y abióticos en que se
basa el suministro de este elemento a los seres vivos. Es uno de los ciclos
biogeoquímicos importantes en que se basa el equilibrio dinámico de composición
de la biosfera.

Efectos

Los seres vivos cuentan con una gran proporción de nitrógeno en su composición
química. El nitrógeno oxidado que reciben como nitrato (NO3–) a grupos amino,
reducidos (asimilación). Para volver a contar con nitrato hace falta que los
descomponedores lo extraigan de la biomasa dejándolo en la forma reducida de ion
amonio (NH4+), proceso que se llama amonificación; y que luego el amonio sea
oxidado a nitrato, proceso llamado nitrificación.

Así parece que se cierra el ciclo biológico esencial. Pero el amonio y el nitrato son
sustancias extremadamente solubles, que son arrastradas fácilmente por la
escorrentía y la infiltración, lo que tiende a llevarlas al mar. Al final todo el
nitrógeno atmosférico habría terminado, tras su conversión, disuelto en el mar. Los
océanos serían ricos en nitrógeno, pero los continentes estarían prácticamente
desprovistos de él, convertidos en desiertos biológicos, si no existieran otros dos
procesos, mutuamente simétricos, en los que está implicado el nitrógeno
atmosférico (N2). Se trata de la fijación de nitrógeno, que origina compuestos
solubles a partir del N2, y la desnitrificación, una forma de respiración anaerobia
que devuelve N2 a la atmósfera. De esta manera se mantiene un importante
depósito de nitrógeno en el aire (donde representa un 78% en volumen).

Fijación y asimilación de nitrógeno

El primer paso en el ciclo es la fijación (reducción) del nitrógeno atmosférico( N2) a


formas distintas susceptibles de incorporarse a la composición del suelo o de los
seres vivos, como el ion amonio (NH4+) o los iones nitrito (NO2–) o nitrato (NO3–)
(aunque el amonio puede ser usado por la mayoría de los organismos vivos,
las bacterias del suelo derivan la energía de la oxidación de dicho compuesto a
nitrito y últimamente a nitrato); y también su conversión a sustancias atmosféricas
químicamente activas, como el dióxido de nitrógeno (NO2), que reaccionan
fácilmente para originar alguna de las anteriores.

 Fijación abiótica. La fijación natural puede ocurrir por procesos químicos


espontáneos, como la oxidación que se produce por la acción de los rayos, que
forma óxidos de nitrógeno a partir del nitrógeno atmosférico.
 Fijación biológica de nitrógeno. Es un fenómeno fundamental que
depende de la habilidad metabólica de unos pocos organismos,
llamados diazótrofos en relación a esta habilidad, para tomar N2 y reducirlo a
nitrógeno orgánico:

N2 + 8H+ + 8e− + 16 ATP → 2NH3 + H2 + 16ADP + 16 Pi

La fijación biológica la realizan tres grupos de microorganismos diazotrofos:

 Bacterias gramnegativas de vida libre en el suelo,


de géneros como Azotobacter, Klebsiella o
el fotosintetizador Rhodospirillum, una bacteria purpúrea.
 Bacterias simbióticas de algunas plantas, en las que viven de manera
generalmente endosimbiótica en nódulos, principalmente localizados en las
raíces. Hay multitud de especies encuadradas en el género Rhizobium, que
guardan una relación muy específica con el hospedador, de manera que
cada especie alberga la suya.
 Cianobacterias de vida libre o simbiótica. Las cianobacterias de vida
libre son muy abundantes en el plancton marino y son los principales
fijadores en el mar. Además hay casos de simbiosis, como el de la
cianobacteria Anabaena en cavidades subestomáticas
de helechos acuáticos del género Azolla, o el de algunas especies
de Nostoc que crecen dentro de antoceros y otras plantas.

La fijación biológica depende del complejo enzimático de la nitrogenasa.

Amonificación

La amonificación es la conversión a ion amonio del nitrógeno que en la materia


viva aparece principalmente como grupos amino (-NH2) o imino (-NH-). Los
animales, que no oxidan el nitrógeno, se deshacen del que tienen en exceso en
forma de distintos compuestos. Los acuáticos producen directamente amoníaco
(NH3), que en disolución se convierte en ion amonio. Los terrestres
producen urea, (NH2)2CO, que es muy soluble y se concentra fácilmente en
la orina; o compuestos nitrogenados insolubles como la guanina y el ácido
úrico, que son purinas, y ésta es la forma común en aves o en insectos y, en
general, en animales que no disponen de un suministro garantizado de agua. El
nitrógeno biológico que no llega ya como amonio al sustrato, la mayor parte
en ecosistemas continentales, es convertido a esa forma por la acción de
microorganismos descomponedores.

Nitrificación

La nitrificación es la oxidación biológica del amonio al nitrato por


microorganismos aerobios que usan el oxígeno molecular (O2) como receptor
de electrones, es decir, como oxidante. A estos organismos el proceso les
sirve para obtener energía, al modo en que los heterótrofos la consiguen
oxidando alimentos orgánicos a través de la respiración celular. El C lo
consiguen del CO2 atmosférico, así que son organismos autótrofos. El proceso
fue descubierto por Sergéi Vinogradski y en realidad consiste en dos procesos
distintos, separados y consecutivos, realizados por organismos diferentes:

 Nitritación. Partiendo de amonio se obtiene nitrito (NO2–). Lo realizan


bacterias de, entre otros, los géneros Nitrosomonas y Nitrosococcus.
 Nitratación. Partiendo de nitrito se produce nitrato (NO3–). Lo realizan
bacterias del género Nitrobacter.

La combinación de amonificación y nitrificación devuelve a una forma


asimilable por las plantas, el nitrógeno que ellas tomaron del suelo y pusieron
en circulación por la cadena trófica.

Desnitrificación

La desnitrificación es la reducción del ion nitrato (NO3–), presente en el suelo o


el agua, a nitrógeno molecular o diatómico (N2) la sustancia más abundante en
la composición del aire. Por su lugar en el ciclo del nitrógeno este proceso es el
opuesto a la fijación del nitrógeno.

Lo realizan ciertas bacterias heterótrofas, como Pseudomonas fluorescens, para


obtener energía. El proceso es parte de un metabolismo degradativo de la clase
llamada respiración anaerobia, en la que distintas sustancias, en este caso el
nitrato, toman el papel de oxidante (aceptor de electrones) que en la
respiración celular normal o aerobia corresponde al oxígeno (O2). El proceso se
produce en condiciones anaerobias por bacterias que normalmente prefieren
utilizar el oxígeno si está disponible.

El proceso sigue unos pasos en los que el átomo de nitrógeno se encuentra


sucesivamente bajo las siguientes formas:

nitrato → nitrito → óxido nítrico → óxido nitroso → nitrógeno molecular

Expresado como reacción redox:

2NO3- + 10e- + 12H+ → N2 + 6H2O

Como se ha dicho más arriba, la desnitrificación es fundamental para que el


nitrógeno vuelva a la atmósfera, la única manera de que no termine disuelto
íntegramente en los mares, dejando sin nutrientes a la vida continental. Sin él
la fijación de nitrógeno, abiótica y biótica, habría terminado por provocar la
depleción (eliminación) del N2 atmosférico.

La desnitrificación es empleada, en los procesos técnicos de depuración


controlada de aguas residuales, para eliminar el nitrato, cuya presencia
favorece la eutrofización y reduce la potabilidad del agua, porque se reduce a
nitrito por la flora intestinal, y éste es cancerígeno.
Ciclo del Azufre

El azufre presenta un ciclo que pasa entre el aire y los sedimentos, siendo que
existe un gran depósito en la corteza terrestre y en los sedimentos y un depósito
menor en la atmósfera.

El azufre es un elemento relativamente abundante en la corteza terrestre,


ocurriendo principalmente en la forma de sulfatos solubles. Gran parte de los
reservorios de azugre inerte está en rocas sulfurosas, depósito de elementos
sulfurosos y combustibles fósiles.

Las actividades del hombre han movilizado parte de estos reservorios inertes,
obteniendo de esta forma desagradables consecuencias como la polución.

Por fin, algunos depósitos de elementos sulfurosos y algunos minerales de sulfato


pueden ser de origen biogénica. El azufre puede ser adicionado también en la
exosfera en la forma reducida (H2S), como resultado de la actividad volcánica y del
metabolismo microbiano.

El azufre puede ser encontrado también en diversos estados de oxidación en los


compuestos orgánicos e inorgánicos. Los microorganismos catalizan la oxidación y
reducción de las diferentes formas de azufre, estableciendo de este modo un ciclo.
El azufre es un componente esencial del sistema de vida, estando contenido en
diversos aminoácidos en la forma de grupo sulfidrilo (-SH), además de ser un
componente esencial de varias co-enzimas.

En resumen se puede afirmar que el ciclo del azufre ocurre en la siguiente


secuencia:

Como el azufre en su forma elemental no puede ser utilizado por organismos


superiores, para que su asimilación se torne posible es necesario que
microorganismos oxiden la sulfa elemental en sulfatos. En este proceso pueden
participar bacterias fotopigmentadas de los géneros Chlorobium y Pelodityon. Sin
embargo, las más activas en este proceso son las fotopigmentadas en especial las
del género Thiobacillus, que pueden general ácido sulfúrico durante el proceso. El
sulfato generado puede ser asimilado directamente por vegetales, algas y diversos
organismos heterotróficos siendo incorporados en aminoácidos sulfurados. El
mismo sulfato también puede ser desasimilado formando H2S.

La etapa en la cual participan las bacterias del género Desulfovibrio se llama


Reducción Desasimilativa del Sulfato. En este proceso el ión sulfato actúa como un
agente oxidante para la desasimilación de materia orgánica, así como el oxígeno en
la respiración convencional.

Las bacterias reductoras del sulfato, utilizan este ion que son reducidos a sulfato de
hidrógeno (H2S). Su papel en el ciclo del azufre puede ser comparado al papel de
las bacterias reductoras de nitrato en el ciclo del nitrógeno. Además de las
bacterias Desulfovibrio, otras bacterias anaeróbicas restringidas y
morfológicamente diversificadas participan del proceso, siendo Desulfomaculum y
Desulfobulbus, las más conocidas.

El gas sulfhídrico resultante de la reducción de los sulfatos y de la descomposición


de aminoácidos es oxidado en azufre elemental. Esta reacción es típica de ciertas
bacterias oxidantes del azufre no fotopigmentadas, como Beggiatoa, Thiothixis,
Thioploca e Thiobacillus.

Вам также может понравиться