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El Ki, en general, puede definirse como cualquier tipo de energía capaz de manifestar fuerza y
poder. Dicha energía puede ser electricidad, magnetismo, luz o calor, o sus opuestos
complementarios.
También esta palabra se utiliza para expresar el estado de energía de algo, sobre todo de los seres
vivos.
En los humanos, la energía o Ki, circula por todo el cuerpo incluso en las pequeñas células, al igual
que la sangre circula por todos los tejidos.
De la misma forma que la sangre se distribuye por los vasos que se ramifican en arterias, arteriolas
y capilares, el Ki se distribuye por medio de meridianos, canales o tsubos. Estos a su vez se dividen
en minúsculos meridianos que recorren la totalidad del cuerpo: sangre, sistema nervioso, huesos y
articulaciones, tendones y músculos, órganos internos, piel, mente racional, mente emocional y
espíritu.
La energía, crea, protege, regula y proporciona el funcionamiento correcto de nuestra concepción
humana. Todo elemento, tanto interno como externo y la combinación de ambos pueden
desequilibrar nuestra salud vital, física, orgánica, mental, emocional y espiritual.
Es preciso señalar la existencia de tres energías o Ki esenciales en nuestro desarrollo, y estos son:
El Ki heredado u Original,
El Ki adquirido
El Ki mental o Espiritual conformado, este último, por la unión de los dos primeros.
El Ki heredado es el que recibimos de nuestros padres durante la gestación y que se aloja en los
Riñones. Este estaría referido dentro de nuestra cultura occidental al capital genético, y se lo podría
comparar con la carga que posee una batería, que como tal se irá gastando con el correr del tiempo.
Dicho desgaste, en calidad y cantidad, dependerá del uso que hagamos de nuestro Ki.
El Ki adquirido se conforma de los alimentos, el agua y el aire que respiramos, que la Medicina
China ubica en el Estómago, el Bazo y los Pulmones.
El Ki heredado y el adquirido, también son denominados como Ki de Agua y Ki de Fuego
expresando así su pureza cualitativa.
El funcionamiento de nuestro cuerpo psicofísico, como la preservación adecuada de nuestro Ki,
requieren el consumo de alimentos de alta calidad, pureza de oxigeno, ejercicios físicos y un
armonioso control de nuestro Ki mental y emocional.
Por último, me gustaría mencionar a propósito del agua y el fuego, un proverbio chino el cual
asegura que:
Para nuestro bienestar es preciso mantener los pies calientes y la cabeza fría.
Alusión clara al manejo equilibrado de nuestro Ki.
EQUILIBRIO MENTAL HUMANO