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MOLLEDA FERNÁNDEZ, E. (2007): ¿Por qué decimos que no podemos
hacer intervención social»?. a
Vol. 20 (2007): 139-
155.
intervención con ellos, sin realmente llegar a hacerla. Tenemos que tener en
cuenta que muchas de las actuaciones que están en marcha favorecen a que
nuestras intervenciones estén encaminadas a la normalización de los que no
están normalizados. Desde mi punto de vista, en ocasiones esto supone un
arma de doble filo, creando estructuras para la normalización, lo único que
conseguimos es afirmar que el problema es de la persona y que sólo
cambiando a la persona podremos solucionar lo que está causando un mal en
la sociedad. Después de cincuenta años de la Reconceptualización
mantenemos el mismo concepto oculto tras el día a día y la dificultad de la
intervención con determinados colectivos.
ã Lo que pienso.
ã Lo que digo.
ã Como lo digo.
Este texto deriva del trabajo del doctor Evaristo Barrera mediante un
estudio realizado en la Provincia de Sevilla mediante la utilización de
cuestionarios principalmente, para buscar la relación existente e ntre los
conocimientos teóricos del profesional y su utilidad.
Mientras que existe una gran cantidad de tareas que realizamos y que
no consideramos propias de la profesión. Pero que pese a ello existe un gran
grado de satisfacción por parte de los profesionales, así como la convergencia
presenta unos niveles sumamente altos con sus instituciones. Lo cual llama la
atención para bien ya que puede implicar una alta valoración por nuestra
profesión en las diferentes instituciones y un esfuerzo por adaptarse, tanto de
ellas como de nuestros profesionales.
J.A. de 44 años es usuario de los centros CAID desde los 18. Se dio de alta en
atención ambulatoria en el centro de Móstoles debido a sus consumos de heroína y
cocaína, ambas por vía pulmonar. En un primer momento se pretende conseguir que
vaya reduciendo sus consumos de ambas sustancias con el propósito de que en algún
momento pueda eliminarlos completamente. Tras unos años con este objetivo, no solo
es incapaz de reducirlos con el debido tratamiento sino que además se convierte en un
adicto al alcohol, l legando a consumir 19 latas de cerveza al día con apenas 25 años.
Una vez adicto a estas tres sustancias, tiene su primer hijo con una mujer en situación
de calle, siendo éste, el primero de 8 hijos.
Durante todos los años que van pasando, mientras el asi ste con irregularidad al
centro, comienza a mostrar interés en los tratamientos dentro de comunidades
terapéuticas y decide ingresarse de manera voluntaria en la asociación ³Reto a la
esperanza´, en la cual de manera no profesional y únicamente mediante la religión se
trata a drogodependientes sin utilización de ninguna medicación. Tras varios ingresos
de apenas 15 días el más largo, decide abandona r los centros de la asociación. Más
tarde, y coincidiendo con el ingreso de su hermano en prisión por asesinat o, decide
cambiar de asociación y se ingresa en Remar, la cual es similar a Reto. Para ser
expulsado en varias ocasiones debido a consumos dentro del complejo.