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Sociedad, Mestizage y Terrtorio:

El hilo conductor que permite agrupar a Bunje y Rojas se hace presente en la


problematización de la sociedad argentina y su multiplicidad racial y étinica. Se verá
con claridad las grandes diferencias de cómo afrontar dicha problemática y los
diferentes diagnosticos, además de las oposiciones en cuanto a las concepciones raciales
y sociales de cada autor. Por otro lado se presentan las coincidencias, principalmente
sobre ciertos tópicos positivistas del desarrollo evolutivo de la sociedad, aunque claro
está en cada autor lleva a diferentes horizontes dichos conceptos. El caso de Ingenieros
posee algunas diferencias, en este trabajo por un lado se detallará su estudio sobre la
sociología como ciencia “natural”, de allí se podrán derivar algunas consideraciones
respecto al caso particular de la Argentina, sumado a sus consideraciones respecto de las
direcciones intelectuales de nuestro país.

Carlos Octavio Bunge


Bunge al inicio de Nuestra América aclara cuales son los objetivos de dicha obra, por
un lado establece que la organización política de un pueblo es producto de su
psicología, la cual está condicionada por sus factores étnicos sumado al ambiente fisico
y economico. Esto lo lleva a hacer un estudio de las razas que componen al “criollo”,
estudiando a los españoles, indios y negros, haciendo referencia a las condiciones
geográficas donde cada raza se originó. Finalmente hace un estudio sobre la política
hispanoamericana en base a dichos datos, diagnosticando según sus criterios las causas
del devenir político en diferentes países de América.
Para Bunge, y es una coincidencia de los tres autores, cada pueblo posee una psicología
propia, por eso es necesario buscar en cada sociedad lo más característico y propio, al
estudiar la etnología, geografía, la historia, artes, literatura, etc., de cada pueblo se
pueden establecer datos que definana su particularidad, ya que la psicología social se
manifiesta en todos sus productos. La psicología social se presenta en cada uno de los
individuos, y ellos ofrecen una relación recíproca sobre lo social, es una mutua
influencia de la prate y el todo, reflejada en cada uno de sus individuos. El caso de la
sociedad Argentina es suma mente complejo, ya que su composicion social es múltiple,
generando un mestizage que repercute de diferentes maneras en el comportamiento y
ordenamiento social. A todo esto se suma que dichas características específicas de los

1
pueblos están sujetas a la evolución, lo cual hace que en diferentes tiempos las mismas
sean tan particulares y aún asi representativas de cada pueblo.
En el caso de los españoles el autor habla de la arrogancia, la misma a travez de la
historia va tomando diversas formas, siendo producto de una “fatalidad geográfica” la
cual generaba la amenaza constante de invasión, permitiendo un fuerte desarrollo del
valor personal, desde allí a multiples manifestacónes en diferentes momentos y
actividades. El fundamento donde descansa esta concepción de la evolunción de las
sociedades es, antes que nada, en la evolución del hombre como especie, Darwin (y su
teoría de la evolución de las especies) es el sosten teórico principal desde el cual se
construye esta visión, donde la selección natural va permitiendo que el hombre se
transforme con el paso del tiempo.
En las clasificaciones de las caraterísticas raciales los indios y los negros aparecen
claramente como inferiores a los blancos, en los negros por ejemplo el servilismo es un
rasgo de su psicología, lo cual permite establecer su “tendencia” a la esclavitud. Ahora
bien en Hispano América el problema central es el mestizaje, para fundamentar esta
postura Bunge recurre a el concepto de atvismo de Darwin, donde se observa que si se
cruzan varias palomas de diferentes variedades tienden a reproducir el tipo ancestral de
la especie de la cual descienden todas ellas. Por lo tanto el mestizaje no es ni mas ni
menos que la reproduccion de un hombre “primitivo”, obviamente a nivel social la
concecuencia es un retroceso evolutivo, de más está aclarar que bajo esta perspectiva la
situación de Argentina es más que comprometida. “En una palabra, todo mestizo físico,
cualquiera sean sus padres y hermanos, es un mestizo moral”1. Además de esto Bunge
habla de un sentido moral presente en las sociedades modernas, fruto en gran medida
del Cristianismo, después de tantos siglos de ascendencia cristiana se nace con aptitudes
heredadas para distinguir el bien del mal, sólo la degenración puede ir en contra de
éstas, esto claro está solo compete a los europeos, ya que los indios de américa o los
negro no comparten esa ascendencia. Esto permite explicar porque los mulatos y
mestizos poseen según el autor una falta de sentido moral.
Algo necesario a destacar es el fundamento geográfico que presenta Buge para explicar
la capasidad laboriosa y productiva del europeo frente a los indios y negros, al haberse
desarrollado estas dos últimas en los trópicos no era necesario desarrollar muchas
capacidades para avastecer las necesidades de subsistencia, mientras que el clima frío
prensente en gran parte de Europa generó la necesidad de una actividad mayor. Así esa
1
Carlos Octavio Bunge, Nuestra América, Bs. As., Ed. , 1918, p. 97.

2
capacidad productiva es, ni mas ni menos, que producto de la reacción del organismo
frente un ambiete bastante hostil.
Teniendo en cuenta todos estos criterios Bunge declara la nebulosa en la cual se
encuentra el carácter argentino, ya que en esta nación convergen gran variedad de razas
y climas, “ninguna nación de ninguna época, poseyó jamás tan difusa psicología”2. Aún
así el autor define la psicología criolla en base a la triada pereza-arrogacia-tristeza, y en
base ella explica las diferentes manifestaciones políticas. El caudillismo por ejmplo se
explica sobre la base de la pereza colectiva, entre insolentes es facil que el más activo
domine, es la condición propensa que permite que quien mejor se imponga, cargue con
la responsabilidad de la soberanía. El caudillismo no se expresa en las constituciones, es
consensual, no se encuentra en las leyes sino en la sangre, el clima y la indolencia
nacional. A diferencia de la República, y de la sociedad democrática, generada en
Europa, donde cada individuo posee el derecho y el deber de manejar la política por
medio del voto. Esto es propio de las razas europeas más puras según el autor, de ahí
que en pocos lugares del mundo fuera de Europa funcione eficazmente dicho sistema.
De esta manera queda expuesta, a grandes rasgos, la dinámica presente en el autor, al
analizar la situación de Hispanoamérica, y cuales son los supuestos que emplea para
diagnosticar los problemas presentes en la sociedad de su época. ¿Cuál es la solución
frente a estos problemas? El mismo lo responde, el mejor remedio es difundir la
ilustración, mejorar la situación económica, mejorar las condiciones de la vida física, en
otras palabras la educación, las artes, ciencias, hacienda, higiene, etc., el progreso es
producto de ese esfuerzo continuo. Esto tiene sentido ya que el autor considera que el
hombre es un animal que “aspira”, tiene el poder de aspirar a su infinito
perfeccionamiento, dentro de todas las debilidades que existen esa cualidad está
presente para guiar al hombre. Tan esencial al ser humano es su capacidad de
perfeccionarse que no existe noción absoluta posible, la verdad es relativa al tiempo, y
también lo son sus sistemas morales y de organización. Y para lograr el
perfeccionamiento de un pueblo hay que establecer claramente cuales son sus
características específicas y favorecer su desarrollo, el estudio realizado en “Nuestra
América” tiene el objetivo de allanar ese camino y desde ahí aportar las herramientas
que permitan el progreso de la sociedad argentina.

Ricardo Rojas
2
Ibíd. p. 155.

3
La lectura que realiza Ricardo Rojas es muy diferente, y más aún su manera de
comprender el mestizaje y sus efectos en la sociedad. Este autor es sumamente ecléctico
ya que combina elementos positivistas, como es el caso de Bunje, con un espiritualismo
territorial sumamente particular. En él al igual que en los otros dos autores aparecen
implícitos conceptos como el de evolución, pero muy diferente el contexto en el que
aplica esos conceptos, al igual que el diagnóstico y el horizonte que vislumbra para el
futuro de Argentina. En “Blasón de plata” establece una conciencia del país, que
responde a una fuerza territorial que Rojas llama “indianismo”, dicha fuerza ejerce una
influencia sobre sus habitantes y en esta obra se encarga de desarrollar sus múltiples
manifestaciones.
Este autor considera necesario revelar las diferentes comunidades que ocuparon el suelo
americano, y les otorga a ellos en calidad de antepasados, el titulo de compatriotas,
parte esencial de la situación actual de la sociedad. Esto va seguido de la respuesta a la
pregunta por la génesis del hombre americano, estableciendo la existencia del hombre
fósil en America, dicho descubrimiento es atribuido a Ameghino, lo difícil es establecer
la unión de ese hombre pampeano con el actual (refiero a la época del autor). Lo
importante de todo esto, y es algo que va a ser central en la teoría de Rojas, es que
America fue poblada por inmigraciones que vinieron de Asia, África, Europa y hasta
Oceanía, incluyendo también a la Atlantida, ligando de esta forma la America
precolombina con las grandes civilizaciones antiguas (es el caso de los Aztecas, los
Mayas, Quichuas, entre otros). Además de esto, se suman los testimonios en diferentes
lugares de nuestro continente, que señalan la hospitalidad con que se recibían a los
extranjeros, esto según el autor se funda por diferentes mitologías que afirmaban la
existencia de progenitores marítimos, es el caso del mito de Tupi y Guarani, como
también las predicciones realizadas en Centroamérica sobre la llegada de los “dioses”.
Para el autor las guerras se produjeron posteriormente debido a las injusticias, cuando el
hombre blanco se convirtió en un opresor, las tribus reacias a la civilización fueron
pocas, y su resistencia no estaba a la altura de su rival. Ahora bien cualquiera que fuese
el origen de los pueblos americanos, y las agresiones recibidas en la conquista, todos
ellos eran “Indios”, y la agonía de los mismos duraría tres siglos, mismo lapso en el cual
el territorio estaba gestando un nuevo ser, purificando al antiguo, estamos hablando aquí
del “criollo”, que en el caso argentino generó ni mas ni menos que la independencia
(como se verá más adelante). Rojas ve como un verdadero falseamiento de la historia el
creerse un pueblo de raza pura europea, al igual que considerar al indio argentino como

4
algo exterminado, ya que la emancipación se produjo en gran medida gracias al cholo
de la ciudades y el gaucho de los campos, mestizos ambos a quienes más beneficiaban,
según el autor, la nueva situación.
La no extinción del indio es atribuida en su texto, a las mujeres, por un lado los
conquistadores modificaban los nombres y la lengua de los nativos y las mujeres
absorbían a los mismos. En otras palabras se realiza una doble influencia, la
europeización del indio en manos del conquistador y la indianización de los europeos a
partir de la influencia nativa, de ahí surge el mestizaje no sólo biológico sino también
espiritual, en palabras del autor “pero la fuerza más íntima y duradera en esa fusión fue
el amor mismo”3. Siendo la guerra la causa principal de exterminio dejaba a salvo a la
mujer, las cuales fueron las encargadas de seguir transmitiendo su ascendencia. Los
conquistadores para Rojas cumplieron dos funciones opuestas, por un lado los llama
arcángeles de divinas empresas y por otro, demonios de ambiciones humanas, es decir
ansia de cielo y oro. En su teoría el lugar del conquistador termina estando al servicio
del indianismo y su evolución ya que permitió la creación del criollo, que resulta ser
superador y genera cambios profundos en el desarrollo de Argentina. Señala además
que en el siglo XIX se produce un doble extravío respecto a los orígenes propios del
pueblo, esto se manifiesta en el antihispanismo por un lado y por otro en el
antiindianismo, dicha postura resume según el autor una deficiente información
histórica, o la propia deformación del pasado por distintas cuestiones políticas. La
nueva posición, como fue aclarado antes, es el equilibrio de las fuerzas progenitores
dentro de la “emoción territorial”. El régimen colonial fue la “convivencia” del indio y
el colonizador, aquí se ve claramente la particular postura que toma el autor respecto a
la conquista, de esa relación pacífica surge lo que define el suelo argentino, su sentido
de fraternidad, que acogió al extranjero y permitió fundar las diferentes ciudades. Esta
convivencia fue la base de la mutua influencia, “si el español legislaba el gobierno del
indio y cristianizaba su religión y castellanizaba su idioma y europeizaba su vestir, el
indio influía también sobre el gobierno, la religión, la lengua y el vestir de los
españoles”4. Hijos de esa influencia fueron el caudillismo, como los mitos presente en el
folklore, entre otros ejemplos, y si bien en algunos casos no hay mestizaje biológico el
autor aclara que no es posible olvidar que en la conciencia de un pueblo se debe
considerar la impregnación espiritual del suelo y de la historia. “Nuestro gentilicio viene

3
Ricardo Rojas, Blason de Plata, Hyspamérica Ediciones, Bs. As., 1986, p. 90.
4
Ibíd. p. 106.

5
del territorio que habitamos, y esto basta para sentirnos ligados a la primera estirpe que
trasuntó en visión y verbo humanos la vida de este mismo territorio” 5. Para Rojas las
naciones no reposan en la pureza fisiológica de las razas, sino en la emoción de la tierra
y la conciencia de su unidad espiritual, creada por la historia, la lengua, religión,
gobierno y destino común. Aquí es sumamente clara la oposición con Bunje, quién
rescataba el progreso de USA debido a que no se produjo un mestizaje tan masivo como
en sud-américa, y donde los europeos mantuvieron su pureza biológica en mayor grado.
La postura del autor se puede resumir del modo siguiente, al reemplazar los terminos
“Civilización-Barbarie”, utilizados por Sarmiento para describir la sociedad Argentina
por “Exotismo e Indianismo”, síntesis que explica la evolución del pueblo argentino, es
decir la pugna o el acuerdo entre lo importado y lo raizal. Esto permite explicar la lucha
del indio y el conquistador por la tierra, la del criollo por la libertad, la del federal y el
unitario por la constitución, y hasta el nacionalismo frente al cosmopolitismo por la
autonomía espiritual, en esos términos se expone la totalidad de nuestra historia, y la
predicción del mismísimo futuro de Argentina. Estos dos términos se funden así para
formar “Eurindia”.
Desde aquí Rojas nos dice que un pueblo con un abolengo pobre proclamó credos
elevadísimos, libertad 1810, igualdad en 1816 y fraternidad 1853, esto debido a la tierra
indiana: “ella elevó el punto de conciencia de ese pueblo heterogéneo a los heroísmos
de la emancipación, la democracia y la solidadridad humana, por la unidad vibrante del
sentimiento criollo y de la emoción territorial”6. Esto para el autor es la manifestación
que el alma indiana preparaba siglos atrás en las mestizaciones, sólo los criollos estaban
preparados para forjar el nuevo ideal, en ellos se reúne el entusiasmo racionalista por la
civilización que había estudiado, con el amor por la tierra americana donde nació. Esas
son las dos fuerzas que encarna el criollo, Rojas es muy claro al sostener su rol esencial
en todo este proceso de desarrollo y emancipación. En lo concreto todo esto se fue
manifestando cuando los españoles seguían sosteniendo sus privilegios y los criollos
eran alejados del gobierno, así los americanos eran excluidos de las funciones públicas,
pero componían en gran parte a la burguesía de las ciudades, separadas de la
aristocracia gobernante. Esta burguesía no tardó mucho en ilustrarse a través de las
universidades, y fue así como las ideas de libertad, igualdad y fraternidad fue poblando

5
Ibíd. p. 107.
6
Ricardo Rojas, Blason de Plata, Hyspamérica Ediciones, Bs. As., 1986, p. 122.

6
sus mentes, sólo fue cuestión de tiempo manifestar las mismas en la realidad. Es
importante aclarar que para Rojas la revolución de 1810 liberó a la totalidad de las
clases, superando según él a la revolución francesa, la emancipación yanqui y la propia
historia de Roma y Grecia. Su significado fue la redención simultánea del criollo blanco
excluido del gobierno, del indio cobrizo abrumado por la servidumbre, del hombre
negro explotado por la esclavitud. El criollo lejos de ser un producto atávico, como lo
plantea Bunge, es el equilibrio que concilia los instintos aborígenes con la justicia
universal. Y lo que unió a los criollos con las demás razas presentes en Argentina fue,
como tantas veces se dijo atrás, la comunidad de la tierra y del ideal.
De esta forma el mestizaje, el medio ambiente y la educación permitía la unión del
Instinto, sensibilidad e inteligencia, las tres formaban la unidad vibrante de sus almas
indianas. Si fuese una cuestión de raza los criollos habrían estado con los españoles de
quienes descendían, la psicología del pueblo argentino reposa ante todo en su instinto
territorial. Es más, cuando los criollos se olvidaron de los nativos por responder a sus
linajes personales, generando el localismo porteño, rápidamente fue resistido por el
indianismo territorial.
Ya establecidas las diversas manifestaciones del espíritu indiano, Rojas destaca una de
sus características principales que es la hospitalidad para con las inmigraciones, por eso
nos alerta el peligro del enemigo extranjero, son los nuevos “colonizadores”, portadores
de ideas francesas, ideas italianas, ideas alemanas, todas ellas no tienen patria, por eso el
autor exclama “¡Todo ha de ser argentino sobre la tierra argentina!” 7.Para el autor el
triunfo del cosmopolitismo y del individualismo es un retardo para la civilización, frente
a esto declara su nacionalismo basado en el espíritu del territorio argentino, que desde
siempre configuró a todos aquellos que su suelo habitaron. De esta forma toda su teoría
expuesta arriba es, ni más ni menos, que el fundamento de un nacionalismo
espiritualista, reuniendo factores sumamente particulares y originales, al servicio de lo
que él considera la condición propia de los argentinos.

José Ingenieros
Como señalé al comienzo del trabajo el caso de Ingenieros posee algunas diferencias
sobre su objeto de estudio específico, pero lo que permite agruparlo con los demás
7
Ricardo Rojas, Blason de Plata, Hyspamérica Ediciones, Bs. As., 1986, p. 162.

7
autores es, por un lado que problematiza el desarrollo de las sociedades y sus
fundamentos, y por otro, estudia el devenir intelectual y social argentino, con lo cual se
hace posible establecer un hilo conductor común con los mismos.
Ingenieros se interesa por detectar las funciones psíquicas en la evolución de las
sociedades, de hecho para él la sociología es una ciencia natural que estudia la
evolución general de la especie humana y la evolución natural de los grupos que la
componen. Para él la humanidad no es más que el caso de una especie animal luchando
por la vida con otras, y como el medio físico no es homogéneo, existen variedades
resultantes de sus heterogéneas condiciones de adaptación, las mismas se reflejan en sus
instituciones y creencias colectivas. Lo que nos dice el autor con esto es que la
desigualdad de las razas, es producto de dichas causas naturales. Existen dos disciplinas
que permiten un estudio profundo de las sociedades, por un lado la sociología que
estudia la estructura de los grupos sociales y el desenvolvimiento de las instituciones, y
por otro la psicología social que estudia sus funciones psíquicas de adaptación colectiva
y el desarrollo de la experiencia social.
Cada sociedad vive y se adapta a su ambiente natural mediante funciones psíquicas
colectivas, progresivamente adquiridas, considerada en su conjunto, para el autor el
devenir de la historia humana es progresivo, como el de todas las ramas del
conocimiento. Ingenieros señala tres fases principales, la primera narrativa o expositiva,
sólo se ocupa de los datos y sus relaciones extrínsecas, la segunda, instructiva o
pragmática, de las relaciones intrínsecas, y la tercera, evolutiva o genética, que se ocupa
de ambas por igual. Según el autor esta última puede aspirar a convertirse en una
“historia natural”. Esta nueva historia que sigue en evolución a los sistemas teológicos y
los sistemas especulativos que le siguieron, ofrece pautas fundamentales y útiles
criterios normativos para estudiar la evolución humana, permitiendo establecer
principios generales cada vez menos inexactos. Con todo esto puede verse que el
concepto central que permite fundamentar la sociedad y la historia es el de evolución,
“los individuos de cada especie alcanzan el grado de evolución mental necesario a sus
funciones de adaptación, cuando estas funciones se hacen sociales, los grupos de la
especie adquieren caracteres mentales apropiados, adaptados a ellas”8.
Claro está que para el autor la Humanidad , es una especie biológica como cualquier
otra, no tiene ninguna función específica en el Universo, está sujeto a la evolución como
lo está la materia. La actividad social del hombre, su conducta, es producto de la suma
8
José Ingenieros, Principios de psicología, Elmer Editor, Bs. As. 1957, p. 116.

8
de necesidades colectivas e individuales, tanto es así que los factores económicos
representan necesidades puramente biológicas, es el producto del incremento de
asociación en la lucha por la vida. Esta lucha por la vida se manifiesta de tres formas
distintas en la especie humana, una es entre agregaos sociales (guerra entre naciones),
otra entre agregados e individuos (delincuente con acciones antisociales) y la última
entre individuos aislados (dos salvajes que se enfrentan para conseguir alimento). Es así
como para Ingenieros el principio darwiniano se repite, bajo mil formas en el mundo
social, dentro de una misma nación se da en la política donde la lucha por la vida se
manifiesta entre diferentes grupos con necesidades y aspiraciones heterogéneas, también
aparece la política internacional, donde la lucha por la vida es entre sociedades que
constituyen nacionalidades diferentes. Resulta interesante aclarar que nación aquí es la
patria de la vida civil, no coincide forzosamente con el político, propio del Estado, que
“supone comunidad de origen, parentesco racial, ensamblamiento histórico, semejanza
de costumbres y de creencias, unidad de idioma, sujeción al mismo gobierno”9 además
de esto para que haya nación es indispensable que los pueblos se sientan unidos por
fuerzas morales que sólo pueden surgir de la comunidad civil. Vemos como Ingenieros
si bien por momentos es sumamente positivista, considera también esenciales elementos
emotivos para la consolidación de las sociedades, donde patria puede ser celda de un
esclavo como el solar del hombre libre.
Retomando nuevamente el estudio específico de la sociología, Ingenieros plantea tres
puntos definidos a desarrollar, primero lo que el llama “filogenia social”, que estudia las
variaciones de organización y mentalidad de las sociedades humanas, partiendo de los
pueblos primitivos hasta llegar a las sociedades civilizadas. Es estudio de las
instituciones y creencias en las razas y por los pueblos, conde ambos son escalones de
una serie continua de la evolución de la especie (sociología general). El segundo punto
es la “ontogenia social”, que observa aisladamente la formación natural de cada grupo
(familia, tribu, etc,), desde su organización diferenciada de las restantes hasta su
disolución histórica (sociología nacional). El tercer punto es el estudio comparativo de
las anteriores, la cual según el autor permitirá confirmar la ley de correlación
biogenética que rige a toda evolución biológica (sociología comparada). Con el primer
punto podemos observar que la evolución de las sociedades contiene diversos grados de
mentalidad que se traducen en creencias y costumbres, así las variaciones estructurales
de las sociedades corresponden a las variaciones de la mentalidad colectiva. El grado de
9
José Ingenieros, Las fuerzas morales, Editorial Futuro, Bs. As. 1947, p. 125.

9
desarrollo se detecta según factores de medio, raza, género de la vida material y moral,
la industria y la construcción política, el régimen de propiedad, la organización de la
familia, el carácter individual predominante, la mitología, es decir, todas las formas de
funcionamiento social. El resultado que da entonces la selección natural, es ni más ni
menos que el progreso, que se define como el perfeccionamiento adaptativo de la
estructura y las funciones de las sociedades a las condiciones de lucha por la vida
propias del medio en que viven. El segundo punto permite establecer las clases más
inferiores de una sociedad poseen una mentalidad semejante a la de los pueblos
primitivos, aquí “clases inferiores” no significa gobernadas, ya ellas son las que
gobiernan en muchos casos. Pero estrictamente permite establecer que las oscilaciones
en la evolución de una sociedad son las variaciones del ambiente natural que modifican
las funciones de adaptación colectiva, generando en muchos casos desequilibrios en las
instituciones y costumbres.
Ahora bien aquí se hace necesario observar otros procesos presentes en esta teorización
de Ingenieros, primero que nada el afirma que el sociólogo no es un coleccionista de
datos sino un interpretador, los hechos son analizados permitiendo establecer una
síntesis que sistematiza a su vez los datos de la experiencia. Esta doble relación de lo
empírico e ideal, está presente en toda la obra del autor, y más claro aún en su planteo
sobre la metafísica, la cual tiene la función crear hipótesis sobre lo “inexperiencial”.
Éste término es acuñado por el autor, para diferenciarse explícitamente de diferentes
conceptos, entre ellos, lo sobrenatural, lo absoluto, lo trascendental, lo ininteligible e
incognoscible, cada uno perteneciente a diferentes concepciones gnoseológicas. “Lo
inexperiencial es relativo a la posibilidad humana de conocimiento; siendo los objetos
de la experiencia infinitamente variables en el tiempo y en el espacio, la perfectibilidad
de la experiencia humana nunca llega a excluir la perennidad de un residuo
inexperiencial”10. En otras palabras la infinita posibilidad de problemas que excedan la
experiencia humana permite la utilidad de explicaciones hipotéticas que constituyen una
metafísica. En esta postura sostiene una evolución de la metafísica, afirmando que la
historia nos permite descubrir la genealogía de las hipótesis metafísicas, las actuales
hipótesis son transformaciones de otras que han evolucionado. En otras palabras, para el
autor existe una selección natural entre las diferentes hipótesis donde el ambiente que
las aniquila es la experiencia científica. La relación entre la ciencia y la metafísica se
establece de la siguiente manera, los resultados experienciales fijan los límites y las
10
José Ingenieros, Proposiciones relativas al porvenir de la filosofía, Elmer Editor, Bs. As., 1957, p. 32.

10
condiciones legítimas de los problemas inexperienciales, lo experiencial limita y
condiciona lo inexperiencial siguiendo el principio de no contradicción, enseñando lo
que no puede ser. Para resumir la postura de Ingenieros respecto de la función y
composición de la metafísica podemos citar lo que él entiende como ideal, “un ideal es,
pues, un hipotético arquetipo de perfección abstraído de la experiencia, por un doble
proceso: eliminación de las imperfecciones particulares y síntesis de las perfecciones
generales. De esta manera se forman los ideales, verdaderos cánones de la experiencia
lógica, moral y estética, su perfección depende de que sus elementos estén coordinados
conforme a sus relaciones naturales. El ideal tiende a expresar una perfección de lo
natural, y aunque carece de realidad actual, porque es una hipótesis, todo lo que siendo
real se le aproxima, lo consideramos más próximo a la perfección en su género. Un
razonamiento, una acción, un poema, parecen tanto más perfectos cuanto más se
aproximan a los ideales lógicos, morales y estéticos que nuestra imaginación construye
excediendo a nuestra experiencia actual”11. Toda esta explicación es para poder
demostrar claramente ese doble movimiento que realizan los conceptos que utiliza
Ingenieros, por un lado se remiten a lo empírico, y por lo tanto al devenir de la historia
donde el conocimiento se va acumulando desechando los residuos que ya fueron
refutados por resultados empíricos, y por otro como dentro de ese devenir lo empírico
refiere constantemente a las creaciones hipotéticas (conceptos, ideales) y son ellas las
que los clasifican bajo diferentes parámetros (como vimos arriba en el caso de la
sociología). De más está aclarar que todo esto siempre enmarcado en un evolucionismo
intelectual perfectible (ya que según el autor cualquiera de nosotros sabe más que Platón
y Aristóteles juntos).
En este contexto conceptual el autor nos habla de el sentido filosófico de la
argentinidad, la misma es el sentido nuevo que la raza naciente en esta parte del mundo
podrá imprimir a la experiencia y a los ideales humanos. Es importante remarcar, que la
nacionalidad argentina se está constituyendo como producto de causas distintas de las
que determinaron la formación de las naciones orientales y europeas, ya que otro es el
medio y la amalgama inicial. Para el autor el filósofo es el que puede expresar en
fórmulas nuestro sentido nuevo para plantear los problemas, de la experiencia argentina
surgirá la filosofía argentina. Como Rojas Ingenieros asume que hubo contactos
inmigratorios anteriores a la conquista, citando también la búsqueda realizada por
Ameghino, pero se distancia de éste, y se acerca a Bunge al considerar a España como
11
Ibíd. p. 84.

11
una influencia de atraso en comparación con otros países europeos. Esto se reflejó
institucionalmente con el hecho de que en las universidades no se estudiaban otros
principios que la filosofía de Aristóteles, debido a la monarquía sin permitir la
influencia de otras corrientes filosóficas. “La Universidad de Córdoba sintetiza el
pensamiento hispanocolonial. Su historia, en pequeño, corre paralela a la de sus
contemporáneos de España, y, como ellas, puso su mayor afán en permanecer fiel a sus
tradiciones, hasta muy pasada la hora de la emancipación argentina” 12. Todos estos
antecedentes permiten afirmar la necesidad de que la argentinidad naciente deba ser
antiespañol y antiescolástico. En tiempos de la revolución el autor detecta las
influencias de corrientes más civilizadas, que ponían a la experiencia como base del
conocimiento, en pocas palabras se estaba manifestando la influencia de la modernidad.
El caudillismo es presentado por el autor como la restauración conservadora, donde
intereses feudales abatieron a la minoría liberal que habían efectuado la revolución,
donde Rosas es el señor feudal, se ve clara la oposición con la lectura que hace Rojas y
el acuerdo con Bunge respecto a este problema. Así según Ingenieros renace la
mentalidad española, que eclipsa por dos décadas la argentinidad liberal, como en
Francia se produce una vuelta al pasado, la diferencia que su pasado era Descartes y el
nuestro la escolástica española. Así fue como el pensamiento argentino prosperó fuera
de la enseñanza oficial, donde los que crearon una verdadera sociología nacional
estaban en oposición al régimen (caso de Alberdi y Echevarría). Posteriormente luego
de Rosas el conservadurismo fue perdiendo peso, y aparece un verdadero filósofo
naturalista como Ameghino, Ingenieros define todo este transcurso como la sustitución
del dogmatismo escolástico por el naturalismo científico. Para concluir Ingenieros
señala que la escasa tradición cultural está impregnada de pensamiento moderno, la
evolución argentina esta orientada desde sus orígenes, por un lado a borrar las huellas
de mentalidad hispanocolonial, y por otro aumentar la influencia de el pensamiento
moderno y científico. “De esta corta tradición puede inferirse que la argentinidad,
dentro de la filosofía contemporánea o futura, consistirá en el ‘sentido nuevo’ que
asuma en nuestro medio la filosofía científica”13.

Conclusión
12
José Ingenieros, Las direcciones filosóficas de la cultura argentina, EUDEBA Editorial, Bs. As. 1963,
p. 17.
13
Ibíd. p. 96.

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Bibliografía
Textos Fuentes:
Bunge Carlos Octavio, Nuestra América----
Ingenieros José, Las direcciones filosóficas de la cultura argentina, EUDEBA, Bs. As. 1963.
Ingenieros José, Las Fuerzas morales, Editorial Futuro, Bs. As., 1947.
Ingenieros José, Pincipios de psicología, Elmer Editor, Bs. As., 1957.
Ingenieros José, Proposiciones relativas al porvenir de la filosofía, Elmer Editor, Bs. As., 1957.
Rojas Ricardo, Blason de Plata, Hyspamérica Ediciones, Bs. As., 1986.

Textos Complementarios:
Terán Oscar, En busca de la ideología argentina, Catálogos Editora, Bs. As., 1986.
Terán Oscar, Positivismo y nación, Puntosur Editores, Bs. As., 1987.

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