Вы находитесь на странице: 1из 4

“QUÉ SABEMOS DE LAS NEUROCIENCIAS EN EL AMBITO DE

LO HUMANO Y QUÉ HACEMOS CON ESTE CONOCIMIENTO”

Marcela Vargas Rebolledo, Magíster en Educación, Magíster en Filosofía de la Ciencias,


Directora de Post Grados y Programas Especiales de la Universidad del Mar
Santiago, de Chile, 2008.-

La neurociencias como disciplina científica y desprendiéndose de una rama de la


neurología, ha proporcionado a diferentes campos del quehacer humano, información
valiosa y certera de diferentes procesos, que un siglo antes eran desconocidos o sólo
eran posibles de acceder a través de la fenomenología o de la simple intuición. Es por
ello, que en relación al ámbito epistemológico, la neurociencias ha causado una
revolución en el ámbito del acceso al conocimiento.

De la misma forma, el aporte de la neurociencias a los procesos que involucran lo


humano, ha sido notable, en estos últimos treinta años. Podríamos decir, inclusive, que
todo lo que sabíamos hasta ahora, se suspende en vistas a una revisión ulterior de la
neurociencias.

En este sentido, este artículo pretende ser sólo un pequeño esbozo de 2 aspectos
fundamentales de la neurociencias en relación a los procesos neurobiológicos que
potencian o menoscaban los desarrollos de los futuros seres humanos.

1. Periodos Críticos: Aspectos fundamentales que determinan futuras patologías en el


ser humano que vendrá.

Iniciaremos nuestro recorrido por denotar la importancia de los periodos críticos


intrauterinos y post uterino en el desarrollo ulterior del ser humano. De alguna manera
todo lo que somos y seremos surge desde estos periodos tan fundamentales.

Entendemos por periodos críticos a la acción de las hormonas gonadales que influyen
en el desarrollo de las conductas diferenciadoras de machos y hembras y se denomina
crítico, porque su influencia en estas fases es determinante e irreversible (Liaño, 1998).

Así, enfatizaremos como diversas perturbaciones que durante el desarrollo fetal y


posnatal desencadenan adaptaciones endocrinas que modifican permanentemente el
metabolismo, incrementando la susceptibilidad para el desarrollo de enfermedades y
anomalías, proceso conocido como "programación durante el desarrollo" (Godfrey,
1993). Dicha programación va a afectar de manera directa y definitiva la salud del bebé
y del niño a posterior, él cual desarrollará diferentes patologías, las que redundarán
directamente en su calidad de vida.

Es por ello, que tomar conciencia biológica de la importancia del periodo fetal, tanto
para la madre como para el niño es determinante para contrarrestar las patologías que
presentan los niños al nacer y durante toda su vida. Cuidar a la madre en todos los
aspectos, nutricionales, médicos y afectivos es potenciar un desarrollo normal que
incidirá enormemente en la salud de la población.

1
Debemos tomar conciencia de qué aspectos modifican la programación durante el
desarrollo.

Los factores desencadenantes son los siguientes: La exposición a las drogas y a los
psicofármacos, al tabaco y los tóxicos, a la mala nutrición y al consumo de hidratos de
carbono y al azúcar y toda exposición a fuentes de contaminación.

Por otro lado, el stress producido por la soledad y el aislamiento es tan perverso como
la agresión física. En este sentido, la madre y el bebé deben ser acariciados y con ello,
estimulados a través de los terminales nerviosos, de manera continua y permanente.

Los factores claves y perversos, son claros y están detalladamente estudiados, lo que
falta es difundirlos, hacerlos conocidos por todos y que de verdad los organismos de
salud entiendan que invertir en esta época del desarrollo del niño, les puede ahorrar
millones en el futuro de una nación.

La madre y el bebé no nato, deben ser cuidados y acogidos con reverencia, puesto que
en ellos se preserva el futuro de los pueblos. En este sentido, las familias, los servicios
de salud, los gobiernos, pero sobre todo las mismas madres, deben tomar autoconciencia
de lo importante del proceso que se lleva a cabo dentro de ellas y de que la
conformación de este periodo potenciará generaciones sanas de sujetos humanos felices
y con grandes potenciales de desarrollo. Nuestro trabajo está empezando, en este
sentido, el compromiso de los pueblos por las futuras generaciones debe hacerse
evidente. Aún no lo vemos, esperamos que este pequeño artículo conmueva en algún
sentido, a algún lector que desee contribuir en algo al futuro de los pueblos.

2. Diferencias Cerebrales entre hombre y mujer: “Es cierto somos iguales, pero… que
diferentes somos”

Durante décadas se ha estudiado el cerebro humano para detectar pequeñas o algunas


diferencias entre el cerebro del hombre y el cerebro de la mujer. Históricamente las
diferencias detectadas eran mínimas, por lo tanto se pensaba que ambos cerebros eran
iguales.

Sin embargo, en los últimos 20 años los descubrimientos en neurociencias han


modificado todo lo que sabía al respecto.

Las diferencias cerebrales entre hombre y mujer y su incidencia en los procesos de


percepción, asimilación y transferencia del conocimiento, son demostrados en los
aspectos fisiológicos, morfológicos, funcionales y filogenéticos que determinan
diferentes habilidades cognitivas y conductuales de uno y otro sexo.

Las hormonas no solo determinan las configuraciones físicas y psicológicas del cerebro
del hombre y del cerebro de de la mujer, sino que éstas conformaciones determinan
diferencias más allá de todo lo conocido hasta ahora.

En términos generales, sobre todo al nacer, los machos humanos son más frágiles que
las hembras (Liaño, 1998), una de las razones probables de esta condición, podría ser a

2
juicio del Doctor Liaño, que es la “determinación femenina en la creación humana y
que la naturaleza masculina es fruto del trabajo de corrección de la estructura
básica”. Esto provocaría una cierta debilidad en los machos, lo que se demostraría en
las tasas de mortalidad y de morbilidad al nacer y también en la disminución de las tasas
de sobrevivencia, comparativamente con la mujer. Sin embargo, esto no está probado es
solo una especulación.

Otro aspecto interesante en los machos de la especie humana es la aparición de falencias


en los procesos de aprendizajes. En términos estadísticos se presentan más atrasos
intelectuales, trastornos de aprendizaje, anomalías en la codificación cerebral verbal y
espacial, se presentan más dislexias, tartamudeos, retrasos en el desarrollo del lenguaje
y más presencia de zurdos,(Vanderberg, 1987).

Los sexo-dimorfismos cerebrales son cada vez más evidentes en términos


microscópicos. Por ejemplo, el pericarión depende en su extensión, número y
distribución del estado hormonal y esto tiene incidencias fundamentales en la manera de
actuar de las neuronas. De igual forma, todas las evidencias demuestran que las
diferentes conformaciones morfológicas determinan diferencias en las conductas y en
las habilidades cognoscitivas y preceptúales de ambos sexos.

En este sentido, las capacidades verbales del sexo femenino a diferencia del sexo
masculino son superiores en amplitud, profundidad y rapidez. Sin embargo, el cerebro
masculino es más simbólico lo que le permite tener mayor capacidad de abstracción
matemática. También las diferencias son sustanciales en los elementos espaciales y
visuoespaciales. Los cerebros masculinos son altamente eficientes en determinar las
relaciones visuoespaciales, además perciben de mejor manera las distancias, las
velocidades y la percepción de las formas y los diámetros. Esta habilidad del Cerebro
del hombre se denomina, independencia de campo,( Witkin y Cols, 1979). Los cerebros
de las mujeres son más campo dependientes y utilizan mejor la información contextual,
lo que les permite decodificar expresiones gestuales de la cara y captar información
emocional. En cambio el cerebro del hombre trabaja con independencia de campo lo
que les permite a los cerebros masculinos analizar diferentes aspectos de manera
aislada.

Estas diferencias están recientemente apareciendo a la luz, sin embargo de manera


habitual, no son consideradas en los procesos de enseñanza, ni en la vida habitual. Si los
cerebros son distintos, y tienen diferentes capacidades, habrá que potenciarlos para que
ambos puedan desarrollar todas sus potencialidades.

Las investigaciones no pueden concluir si siempre han sido distintos o si las funciones
los han hecho diferentes. Por lo mismo, si las funciones habituales de la vida cotidiana
en el siglo XXI son las mismas, podemos hipotetizar que en un futuro sí puedan
igualarse en un punto de la historia. Si hay mujeres ingenieros, arquitectos, físicos,
pilotos de avión y constructoras y también hay hombres que cuidan bebés, cocinan,
escriben cuentos, son profesores y cuidan la casa. Esto es manifestación de que el
cerebro está en permanente cambio, que es dinámico, plástico y adaptativo. Por lo
mismo, somos las nuevas generaciones las que debemos potenciar en cada sexo aquello
de que es falente y así propender a una igualdad al menos en posibilidades
profesionales, en derechos y deberes. No cabe duda que se puede, la pregunta es
¿querremos como sociedad igualarnos de verdad?.... y no solo en apariencias?

3
BIBLIOGRAFIA

1. Allen, Two sexually dimorphic cell groups in the human brain”, 1989, Journal of
Neuroscience.
2. Alpízar Salazar M. Guía para el manejo integral del paciente diabético. México:
Manual Moderno, 2001. p.339.
3. Avila-Curiel A, Shamah-Levy T, Galindo-Gómez C, Rodríguez- Hernández G,
Barragán-Heredia LM. La desnutrición infantil en el medio rural mexicano. Salud
Pública Mex 1998; 40 (2): 150-160.
4. Blackburn GL. Pasteur’s quadrant and malnutrition. Nature 2001; 409(18): 397-401.
5. Claeyssens S, Lavoinne A, Vaillant C, Rakotomanga JA, Bois-Joyeux B, Peret J.
Metabolic changes during early starvation in rats fed a low- protein diet in the
postweaning growth period. Metabolism 1992 ; 4(7): 722-727.
6. Desai M, Crowther NJ, Lucas A, Hales CN. Organ-selective growth in the offspring
of protein-restricted mother. Br J Nutr1 1996; 76(4): 591-603.
7. Desai M, Crowther NJ, Ozanne SE, Lucas A, Hales CN. Adult glucose and lipid
metabolism may be programmed during fetal life. Biochem Soc Trans 1995; 23:
331-335.
8. Desai M, Hales CN. Role of fetal and infant growth in programming metabolism in
later life. Biol Rev Camb Philos Soc. 1997; 72(2): 329-48.
9. Elbein SC. Obesity: common symptom of diverse gene-based metabolic
dysregulations. The genetics of human noninsulin-dependent (type 2) diabetes
mellitus. J Nutr 1997; 127: 1891S-1896S.
10. Flanagan DE, Moore VM, Godsland IF, Cockington R A, Robinson J S, Phillips IW.
Fetal growth and the physiological control of glucose tolerance in adults: a minimal
model analysis. Am J Physiol Endocrinol Metab 2000; 278: E700- E706.
11. Godfrey KM y Barker DJP. Fetal nutrition and adult disease. Am J Clin Nutr 2000;
71(suppl): 1344S-52S.
12. Godfrey, Relation of fingerprints an shape of the palm to fetal growth and adult
blood pressure, 1993.
13. Gómez F, Ramos-Galván R y col. Mortality in second and third degree malnutrition.
J Tropical Pediatrics 1956; 2: 77-73.
14. González C A. Consenso Mexicano de Resistencia a la Insulina y Síndrome
Metabólico. Rev Mex Card 1999; 10(1): 3-18.
15. Goy, Sexual differentiation of the brain, Cambridge, 1980.
16. Hales CN, Desai M, Ozanne SE, Crowther NJ. Fishing in the stream of diabetes:
from measuring insulin to the control of fetal organogenesis. Bioch Soc Trans 1996;
24: 341-350
17. Vanderberg, Sex differences in mental retardation and their implications for sex
differences in ability, Nueva York, 1987.
18. Witkin, Psychological differenciatiation: Current status, 1979.

Вам также может понравиться