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NOTA TÉCNICA 95-


95-12

Dr. Gérard VERNA

"PRODUCTOS DERIVADOS Y BANCOS A LA DERIVA :

EL CASO "BARINGS"

Director de la Cátedra de Ética en los Negocios, Instituto de Empresa, Madrid, Profesor de gestión
internacional de empresas, Universidad Laval, Quebec

Con la colaboración de Dr. Rafael PAMPILLÓN, Catedrático de economía aplicada, Universidad de


San Pablo, Madrid, Profesor de analísis de países, Instituto de Empresa, Madrid

Apoyándose en el ejemplo de la crisis que vivió el banco británico Barings, queremos plantear aquí
el problema ético de una profesión que ha perdido el control de algunas de las herramientas que
había creado, lo que podría originar una crisis catastrófica para la economía mundial si dicha
profesión no sabe reaccionar con suficiente rapidez y bien.

"En el balance del año 1994, la Comisión Bancaria levantó acta de una profesión maltratada y
"puesta a prueba por mutaciones rápidas y profundas constatadas desde hace unos años. Pocos
sectores económicos han vivido tantos cambios durante tan poco tiempo. En este nuevo contexto las
prácticas bancarias han evolucionado muy rápidamente hacia una mayor competencia, a medida
que las técnicas utilizadas se vuelven más complejas. El deterioro de la coyuntura económica ha
vuelto más difícil pero también más necesaria la adaptación de los bancos a esta nueva situación."
El diagnostico es claro y sin ambigüedades ... Por un lado, la desreglamentación financiera ha roto el
antiguo funcionamiento de los circuitos financieros; por otro la evolución de la tecnología ha
permitido que emerjan nuevas herramientas, trastornando las costumbres, en particular los
productos derivados."[1]

En efecto, la mayoría de los países tienen un sector bancario cuya organización data de hace
algunos años y no corresponde con las necesidades de hoy en día. El mundo está "sobre
bancarizado" y como además vivimos una larga crisis económica m;as o menos larvada la mayoría
de los bancos, sea cual sea su tamaño, sea cual sea su know how, no pueden obtener ingresos
suficientes solamente de las operaciones bancarias tradicionales, y por lo tanto han buscado otras
fuentes. Después de haber estado tradicionalmente al servicio de sus clientes, los bancos han
iniciado un cambio casi revolucionario empezando a trabajar (al margen de sus clientes) por cuenta
propia.[2] Eso es el caso del banco Barings.

Los principales actores : el Banco Barings y Nick Leeson

En Gran Bretaña el banco Barings forma parte de la historia. Es el más antiguo de la City y tiene
clientes tan prestigiosos como la Reina. En el pasado, el cardenal Richelieu comentó "Existen 6
grandes potencias en Europa: Inglaterra, Francia, Austria, Prusia, Rusia y los Hermanos Barings".
El origen de los Barings es holandés y el fin de su banco también lo será. El banco fue creado en el
año 1762 y al principio se dedicaba a la financiación del negocio de la lana pero muy rápidamente
se diversificó hacia otros sectores relacionados con el comercio internacional. La historia de este
banco fue una sucesión de éxitos profesionales y su fortuna inmobiliaria es una de las más
importantes de Gran Bretaña. Cuando empezaron los sucesos de 1995, eran todavía dos
hermanos Barings (Nicola y Peter) quienes dirijían la fundación Barings que es el principal
accionista de la sexta banca de negocios británica.[3] Después de la venta de Barings el 6 de
marzo de 1995, la dimisión de Peter Baring acabó con 233 años de control familiar del banco: un
récord.

Hijo de un yesero, la ambición de Nick Leeson le ha conducido muy lejos de sus modestos
orígenes. Después una juventud normal en Watford, empieza su carrera como empleado de oficina
en Coutts & Company, uno de los bancos de la Reina. Dos años más tarde entró a trabajar en la
sucursal londinense de Morgan Stanley como asistente de un operador, un empleo modesto pero
rico en enseñanza acerca del mundo de las inversiones financieras. En el año 1990 se va a
Singapur donde hay una demanda creciente de operadores en los mercados a plazo. Luego se une
al equipo de operadores de Barings en el SIME (Singapore International Monetary Exchange) y
más tarde realizará también operaciones en los mercados a plazo del NSA (Nikkei Stock Average)
bajo el control de los operadores de Barings en Japón.
No cabe la menor duda que Nick Leeson ha trabajado muy duramente durante este periodo, y en
Singapur se convierte rápidamente en un personaje central trabajando como operador en los
mercados financieros de productos derivados. Así lo reconoce un operador japonés : "Parecía
capaz de hacer mover el mercado! cada día lo observábamos para saber lo que hacía".[4]
Rápidamente los enormes salarios a los cuales se agregan unas fastuosas primas anuales van a
recompensar sus éxitos, pero también van a cambiar profundamente la personalidad de este
hombre joven que aún no tiene ni siquiera 30 años. Cuando se descubre el desastre que ha
provocado, su primer reflejo será huir. Arrestado por la policía de Francfort el 2 de marzo de 1995 y
en seguida encarcelado, es reclamado inmediatamente por la justicia de Singapur. Temiendo los
métodos a veces muy brutales del gobierno de Singapur Leeson pide su traslado a
Inglaterra.[5]Pero el SFO (Serious Fraud Office) británico comunica el 12 de Julio que él no tiene
ninguna razón para pedir su extradición porque "los sucesos que han conducido a la caída del
Banco Barings han ocurrido principalmente en Singapur".[6] Nick Leeson acaba de entrar en el
grupo de personas que todo el mundo quiere olvidar!

Las cuales son numerosas, porque los años noventa se recordarán como la década del operador
pícaro (rogue trader). El primero fue Paul Mozer, responsable de cometer irregularidades en el
mercado de bonos mientras que trabajaba para Salomon Brothers en 1991. Luego, las pérdidas
acumuladas por el broker de Kidder, Peabody & Company, Joseph Jett, provocó el desenlace
fatídico de esa empresa bursátil emblemática de Wal Street. Por si esto fuera poco, un operador
del mercado de divisas de Chemical banking Corporation, Victor Gómez, presuntamente ocultó
pérdidas por valor de 70 millones de dólares mientras que trabajaba para este banco. Luego Nick
Leeson no fue el primero. No es tampoco el último, porque el 25 de septiembre de 1995 se ha
descubierto otro operador pícaro en el banco japonés Daiwa, el cual ha hecho perder 1.100
millones de dólares con más de 30000 actuaciones delictuosas desde el año 1984.[7]

Los mercados financieros de productos derivados

Detrás de Nick Leeson están una serie de operaciones realizadas desde un mercado, organizado o
no, en lo cual se realizan contratos de opción o a plazo acerca de todos los tipos de activos:
materias primas, índices bursátiles, divisas, productos agrícolas, etc. Es el centro de la
especulación, es decir, un conjunto de actividades que son, aunque a otro nivel, muy parecidas a
las actividades organizadas por los muy conocidos "bookmakers" londinenses. Se apuesta para
que las cosas vayan a desarrollarse como están previstas y a cambio se gana mucho dinero. Estos
productos derivados son contratos que amplifican considerablemente la evolución de los productos
(de los cuales ellos "derivan"), como consecuencia del efecto de apalancamiento. [8]
Cuando se trata de bienes físicos (materias primas o productos agrícolas) las cosas son
relativamente más sencillas. Un contrato es un acuerdo de compra-venta entre dos partes. La
primera promete abastecer un activo a un precio y a una fecha, la otra promete comprar en esas
condiciones. Los contratos se realizan entre organizaciones que se conocen mutuamente y es
suficiente pagar un deposito para realizar una operación. Para protegerse de los riesgos de la pura
especulación existe siempre la posibilidad de acudir a un arbitraje, de "cubrirse". Eso significa que
un corredor que ha tomado una fuerte posición de venta, por ejemplo, de "café-papel" es decir, un
contrato de futuro puramente financiero, puede protegerse tomando una posición contraria por la
misma cantidad de "café-físico", es decir con un contrato de compra real de mercancía. Si su
posición inicial era buena, este corredor hará beneficio porque podrá comprar "café físico" por
debajo de los precios de su contrato para volver a venderlo en seguida. Si al contrario, este
corredor hubiera tomado una mala posición se podría esperar que los precios no crecieran tanto en
el mercado de "café físico" y que eso le permitirá una compensación relativa de sus perdidas. Sin
embargo, a lo largo del tiempo, se fue perdiendo este tipo de arbitraje razonable que constituía de
alguna manera un contrato de seguros. Hoy en día la especulación está haciendo furor en este tipo
de apuestas que suponen la mayoría de los productos derivados. Esta explosión del número de
transacciones es la última etapa de un largo proceso de desreglamentación y de financiación de la
economía mundial que empezó en los años setenta.

Para entender mejor este mercado es necesario conocer dos palabras importantes que son "long"
y "short". Utilizándolas podremos explicar las increíbles errores de Nick Leeson . Estar "long"
consiste para un especulador en apostar que el precio de algo va a aumentar. Estar "short"
significa al contrario que el precio de algo va a bajar. Cuando se trata de algo que se puede
comercializar los especuladores van a comprarlo o venderlo. Así en las bolsas lo que se llama a
menudo la "toma de beneficio" es sencillamente el cambio de una posición long a una posición
short de acciones de empresas. Pero cuando se trata de algo que no se puede vender porque no
tiene valor en si, en lugar de venderla o comprarla los especuladores van a apostar sobre la
evolución futura de esta entidad abstracta. Por ejemplo, van a apostar sobre la futura alza del
índice Nikkei en Japón o la futura baja de los tipos de interés estadounidenses.

Estos contratos de futuros y otras opciones de compra o venta eran utilizados por los
establecimientos financieros para protegerse de riesgos asociados al tipo de cambio de las divisas,
de cambio en el tipo de interés o de variaciones en la evolución del precio de las materias primas.
Ahora estos contratos se han vuelto puros instrumentos de especulación en un mercado global
cada vez más grande como consecuencia del apalancamiento. Al fin del año 1993 los
compromisos "fuera del balance" de Bankers Trust eran de 1.923 billones de dólares en
comparación con los 4500 millones de dólares de fondos propios, y los de JP Morgan de 1.731
para 9900.[9] Así, según la revista americana Swaps Monitor, el conjunto de los contratos de
productos derivados vivos al final del año 1994 eran 40 billones de dólares.[10]

Pero con los productos derivados los mercados financieros tal vez hayan inventado la bomba que
les hará explotar. El Banco Barings no es la primera gran institución que ha caído en la trampa del
dinero demasiado fácil, debemos recordar la quiebra del Orange County (cerca de los Angeles) que
perdió más de dos mil millones de dólares en el año 1994 apostando sobre los tipos de interés, o
de los mil millones de dólares perdidos en el año 1993 por Metallgesellschaft en Alemania
apostando sobre la evolución de los precios del petróleo.[11]

[[questiondown]]Cuáles son los errores o irregularidades que ha cometido Nick ?

Después de su huida, el 23 de febrero de 1995, se descubrió que había comprometido a su banco


en dos contratos: una posición "long" por un valor de cerca de 7000 millones de dólares con
derivados sobre valores japoneses de rendimiento variable; pero sobre todo una posición "short"
por cerca de 20000 millones de dólares en derivados sobre los tipos de interés, los cuales están
relacionados con la evolución del índice Nikkei.

La apuesta de Nick Leeson era que el índice Nikkei iría a la alza, lo que tendría como
consecuencia hacer bajar los tipos de interés. Pero evidentemente él no previó la catástrofe de
Kobé y tampoco la amplitud de sus consecuencias financieras. Sin embargo, convencido que el
mercado se iba a restablecer rápidamente, Nick se obstinó y apostó aún más para cubrir sus
primeras pérdidas. En contra de todas las reglas del arbitraje, Nick utilizó todos sus recursos para
comprar nuevos contratos en vez de cubrirse con contratos inversos. Pero, según Nick en una
entrevista en la cadena de televisión británica BBC "Muchos operadores del mercado de derivados,
cuando el mercado va en contra, duplican su apuesta. No es sensato pero se hace"

El 28 de febrero de 1995, Eddie George, gobernador del Banco de Inglaterra declaró que las
pérdidas ya sobrepasaban los 265 millones de libras y que cada nueva disminución de un punto del
índice Nikkei ocasionaría 70 millones de libras de pérdidas suplementarias. El nivel exacto de las
pérdidas no podrá ser conocido hasta el día de finalización de cada uno de los contratos. Sin
embargo, estas pérdidas ya son de un nivel suficiente para causar la quiebra inmediata del Banco
Barings.[12]
[[questiondown]]No existen sistemas de control para impedir tales sucesos?

Los bancos, como han vivido ya muchas escaramuzas de este tipo, (a veces muy importantes con
las dos que hemos anteriormente mencionado : Orange County y Metallgesellschaft), se protegen
por un conjunto de controles.

Los controles internos: Parece cierto que la dirección londinense del Barings estaba informada de
lo que estaba ocurriendo, porque transfirió fuertes sumas durante los dos meses anteriores a la
caída de su banco (400 millones de libras prestados por cerca de veinte bancos japoneses). Quizá
Nick Leeson mintió sobre las verdaderas razones por las que pedía estas transferencias, sin
embargo parece extraño la falta de curiosidad de los dirigentes de Londres en cuanto al destino de
importantes sumas de dinero.

Leeson parece que aprovechó también la falta de organización que siguió a una fusión de
departamentos dentro de Barings Securities, después de la dimisión de su director, Christopher
Heath, en marzo de 1994. Además, según el Wall Street Journal, una investigación interna había
denunciado, desde julio de 1994, la falta de vigilancia del Despacho de Singapur. Pero esta
investigación fue rápidamente olvidada por la dirección londinense.[13] El 4 de marzo de 1995, las
autoridades financieras de Singapur manifestaron que Barings estaba prevenido desde hace tres
años del exceso de libertad de Leeson. Este último punto también puede explicar la falta de
controles internos. Nick Leeson era al mismo tiempo director del "front desk", es decir responsable
de las operaciones, y del "back office", responsable de la evaluación diaria de los compromisos
efectuados, es decir del nivel de riesgos adquiridos. En otras palabras, la misma persona debía
tomar las decisiones y controlar esas decisiones para impedir que se corriesen demasiados
riesgos.

Parece también que el corredor había modificado los programas de ordenador para ocultar una
parte importante de las transacciones. Muchas personas habían denunciado eso a la dirección
londinense que nunca había aceptado considerarlo. Porque Nick Leeson era el "niño prodigio"
responsable de ganancias extremadamente importantes. Es probable, también, que la complejidad
de las operaciones efectuadas en Singapur hubiese desalentado a la dirección londinense,
técnicamente atrasada, pero firmemente confiada en la capacidad de Nick Leeson de hacer cada
vez más beneficios.[14] Lo que fue confirmado en una entrevista a la BBC : "Mis superiores no
entendían el funcionamiento básico de futuros y opciones, pero no estaban dispuestos a hacer
preguntas"
El caso Daiwa nos confirma los peligros crecientes de las nuevas operaciones bancarias. Según
David Marshall[15] : "Es imprescindible una clara separación entre los operadores y los que cierran
los acuerdos. Y por supuesto, hace falta gente capacitada para valorar y gestionar el riesgo"

Los controles externos : Son de dos tipos: El primero es el depósito de garantía, (deposit) que es
de un 5 a un 10% y que tiene efectos perversos (apalancamiento). El segundo es el llamamiento de
margen (margin call) que exige que cada banco al final del día comprobe sus cuentas. Eso significa
que si el balance del día es negativo, ha perdido dinero en sus diferentes operaciones y debe
arreglar el importe de sus pérdidas al organismo de control. Así las pérdidas no pueden
acumularse y se limitan a las pérdidas de un solo día.[16] Pero las autoridades de Singapur no
prestaron suficiente atención y aceptaron las falsas declaraciones de Leeson, el cual se estaba
controlando a sí mismo. En Londres la letanía de organismos de control creados después del crash
de 1987, fueron incapaces de coordinarse entre sí para compartir la información y reaccionar
rápidamente.[17]

Auto de demanda del Banco de Inglaterra [18] : El informe que ha redactado el Banco de Inglaterra
sobre el caso Barings echa la culpa tanto a Nick Leeson como a la dirección del banco por la falta
de controles internos. No obstante, parece que el propio Banco de Inglaterra se olvidó de los
culpables. Por ejemplo, nadie había pensado que era necesario hacer un interrogatorio, siquiera a
distancia, a la persona que tenía la mayor responsabilidad, Nick Leeson. Otro ejemplo :
[[questiondown]]por qué y cómo un alto funcionario del Banco de Inglaterra, Christopher
Thompson, fue capaz de hacer una excepción a Barings durante un año, permitiéndole utilizar más
del 25% del capital para algunas operaciones? [[questiondown]]Por qué este mismo funcionario
nunca fue a visitar el Banco Barings cuya sede se encontraba a unas manzanas de su oficina? El
informe del Banco de Inglaterra se limita a señalar púdicamente un "error de apreciación" de su
parte... Como lo dice el Wall Street Journal del 27 de setiembre de 1995 "Muchos analistas se
muestran escépticos respecto a la capacidad de estos rogue traders de acumular pérdidas tan
enormes sin que nadie se entere. Sospechan que éstos son los chivos expiatorios que se sacrifican
para salvar a los responsables de una supervisión insuficiente y fallos de gestión" [19]

En su entrevista a la BBC 1, realizada al inicio de septiembre, Nick Leeson contesta : Muchos de


los funcionarios del Banco de Inglaterra "carecen de los conocimientos fundamentales del negocio
que supuestamente están controlando. El Banco de Inglaterra manejó mal la situación.
Implicitamente, anunció a todo el mundo que iba a producirse una gran orden de venta. Fue el
responsable de que aquel lunes el mercado bajara entre 1000 y 1200 puntos". Según el corredor,
fue la filtración de los problemas de Barings por parte del Banco de Inglaterra lo que disparó las
pérdidas por encima de los 800 millones de libras, mucho más que el capital de la empresa (541
millones), lo que hizo inevitable la quiebra del Banco.[20]

Otro punto muy importante muestra que el pragmatismo y la flexibilidad del Banco de Inglaterra
tienen sus límites. Se trata de la aplicación de la consolidación única (solo consolidation) que
permite que las filiales se sumen a la entidad matriz cuando se someten al control regulador. Eso
ha permitido que pasaran inadvertidas las enormes transferencias de dinero desde Baring Brothers
a Baring Securitie y luego a Baring Futures en Singapur.[21] "Debido al "solo consolidation", la
financiación de la posición abierta de Leeson no se puso de manifiesto en las cuentas que fueron
facilitados al banco central hasta que saliera de Baring Securities. Aumentó la probabilidad que no
fuese detectado" [22]

El caso Barings es el tercer gran escándalo que el Banco de Inglaterra es incapaz de impedir,
después el crack de Johnson Matthey en 1984 y el de la BCCI en 1991. Frente a las numerosas
peticiones en favor de la creación de un organismo de control independiente, el gobernador, Eddie
George contestó que este tipo de "cazería de brujas" haría más compleja la definición de una mejor
reglamentación...

Reagrupamientos de empresas y agitación en la City

Consecuencias para el sector bancario: Evidentemente la profesión se siente muy preocupada por
estos sucesos. En el caso particular de los productos derivados, las principales medidas tomadas
son las siguientes :

-Total separación del "front desk" y del "back office" y reforzamiento de los controles internos. En
una rueda de prensa, el 9 de marzo de 1995, los seis principales establecimientos norteamericanos
del sector de los productos derivados[23] presentaron los nuevos mecanismos de control
establecidos en colaboración con el SEC y el CFTC[24]. Se comprometieron, también, a informar
de una forma regular a sus clientes de los peligros que presentan estos productos particularmente
volátiles que son los productos derivados.[25] Pero Keith Brown[26] afirma : "lo inversores deben
tener mucho cuidado, a no ser que haya un controlador sentado al lado de cada operador"

-Los bancos medianos deben concentrase en su trabajo básico y abandonar algunas actividades
especulativas cuya práctica necesita recursos financieros infinitamente más grandes que las
necesitadas por las operaciones bancarias básicas. Así, se quebró Barings cuyo capital era
"solamente" 541 millones de libras, aunque Daiwa, que tiene un capital de 8250 millones de
dólares anunció que absorbería las perdidas generadas por Toshihide Iguchi antes el final del
ejercicio corriente sin verse obligado a modificar los ingresos netos que había previsto.

-Revisión estratégica de los grandes bancos comerciales, que empiezan a descubrir los peligros de
su expansión en el extranjero. (En particular en los EE.UU. y en Asia)

-Revisión de las políticas de participación en los beneficios de los corredores.[27]

Las fusiones y adquisiciones : Las enormes necesidades de liquidez, confirmadas una vez más en
el caso Barings, tienen como consecuencia numerosos reacercamientos de empresas.

La compra de Barings por ING el 6 de marzo de 1995 : ING es un grupo holandés de servicios
financieros, que compró la casa matriz de un banco cuyas perdidas eran 916 millones y en la cual
inyectó en seguida 610 millones de libras de dinero fresco. Este grupo emplea 49.000 personas en
44 países y sus activos se acercan a los 220000 millones de dólares. La oferta de ING ha ganado
por muy poco, adelantándose a la oferta del grupo holandés ABN Armro, aliado al corredor
americano Smith Barney. Las sucursales de Barings en Singapur y en Japón se pusieron bajo la
tutela de Ernst & Young por el Ministerio Británico de Comercio e Industria. Por otro lado, el SIME
pidió a Price Waterhouse que hiciese una investigación sobre los mecanismos de control de las
sucursales asiáticas de Barings. Volvemos a encontrar los dos antiguos consultores de auditoría
del BCCI. Pero debemos subrayar que Ernst & Young se desolidarizó dos años antes la quiebra de
este banco. Al contrario, Price Waterhouse pretendió hasta el último día no haber constatado nada
irregular en la gestión de BCCI. De la misma manera, él es ahora acusado por UGT de falsedad en
la auditoría de Banesto.[28] [[questiondown]]Qué descubrirá en Singapur ?

Las otras compras o fusiones[29] : Los primeros establecimientos británicos que han pasado a
manos extranjeras son la agencia de valores Hoare Govett, comprado por el gigante holandés ABN
Amro; Philips & Drew comprado por la Unión de Bancos Suizos en los años 80; Morgan Grenfell
comprado por el Deutsche Bank en 1989. Después del caso Barings las cosas se precipitaron: en
abril S.G. Warburg después de una tentativa abortada de fusión con Morgan Stanley, caía en las
manos de la Sociedad de Bancos Suizos; en junio Dresdner Bank compra Kleinwort Benson; en
julio, el Banco de negocios americano Merryl Linch, lo cual estaba compitiendo con el Commerz
Bank, compra el principal corredor británico Smith New Court, perteneciendo por 25,6% a N.M.
Rotschilds and Son. Por fin otros estarían cerca de hacerse comprado como Schroder Hambros o
Cazenove o de fusionarse como Llyods Bank PLC con TSB Group PLC.[30]
Como dice el Wall Street Journal en su editorial del 7 de marzo: "La City de Londres es incapaz de
copiar el profesionalismo y el músclo de sus rivales internacionales, siguiendo el ejemplo de la
industria automovilística británica echándose en los brazos de los extranjeros".

Conclusiones

La comparación entre el caso Barings de Gran Bretaña y el caso Crédit Lyonnais de Francia,
plantea el problema de fondo de la connivencia de las élites que se han apropiado el poder político
y económico en estos dos países. Educados en las mismas escuelas y después elevados a
puestos de responsabilidades como consecuencia de su pertenencia al "establishment" más que
de su competencia profesional, algunas de estas personas parecen, cada vez más, incapaces de
enfrentarse a la complejidad y brutalidad de los negocios, particularmente del mundo financiero. Da
igual que estas élites pueden salir de Oxbridge en Gran Bretaña o de la ENA en Francia, la
situación es la misma. Pero, y desgraciadamente, no hay lucha pública entre gente del mismo
mundo y cuando aparecen los problemas el silencio será la regla. Como lo dicen analistas
londinenses citados por Michael Taylor, hasta febrero de 1995 director de la división de mercados
financieros e institucionales del Banco de Inglaterra[31] : "Los vínculos entre Peter Baring y la
gente de arriba en el Banco [de Inglaterra] era muy estrecha ... [Una llamada a los directivos] podía
desalentar a cualquier funcionario del banco central con demasiado afán investigador"

En Gran Bretaña, la sanción a estos comportamientos fue la quiebra de un establecimiento antiguo


y honrado; sin embargo fueron muchos ahorradores las víctimas inocentes. La situación francesa
es todavía peor, porque es el tesoro público el que ha cubierto las pérdidas del Crédit Lyonnais,
banco público, después las extravagancias de su presidente Haberer. Como ha dicho el nuevo
ministro francés de economía, Jean Arthuis : "Debe cesar la presunción de connivencia entre los
responsables políticos y los dirigentes de empresas públicas y deben desaparecer las
ambigüedades del Estado accionista"[32]

Estos dos sucesos son también significativos del declive del sector bancario en general. La
reciente fusión del Chase Manhattan Bank con el Chemical Bank, o la primera quiebra de un banco
japonés, la Kizu Credit Union de Osaka, son otros síntomas muy inquietantes.[33] El nuevo
escándalo de la Daiwa demuestra, claramente, que los bancos japoneses son tan vulnerables
como otras instituciones, a los fallos en la gestión de riesgos.

Luego, de una manera general, el sector bancario debe definir nuevas reglas de funcionamiento
interno, de reclutamiento de sus dirigentes y de controles externos asegurando a sus clientes que
su dinero está seguro, lo que parece cada vez menos garantizado desde hace unos años. Como lo
dice muy bien un editorial del Economist: "El papel de los gobiernos no es impedir a la gente de
tomar riesgos, pero si asegurarse que cuando las cosas salen mal son los jugadores quienes
deben pagar y no el público" [34]

Notas

[1] Babette Stern : "Les banques françaises dans la tourmente", Le Monde, 95.08.22

[2] Aldo Olcese : "El drama de la alta finanzas", El Mundo, 95.03.22

[3] Isabel Rodriguez : "La caída de Baring's, el último banco de sangre azul" Diario 16, Madrid,
95.03.05

[4] Ibid

[5] Babette Stern : "Le "golden boy" Nick Leeson a été arrété à Francfort" Le Monde, 95.03.04

[6] Marc Roche : "Londres tire avec flegme les conséquences de la faillite de la Barings" Le Monde,
95.07.14

[7] Ramón Mantecón : "Un operador hace perder 136.000 milliones al banco nipón Daiwa en Nueva
York", El País, 95.09.27

[8] Este efecto se produce por que no es necesario pagar la totalidad de un contrato cuando se
negocia, pero si solamente un depósito que varía entre el 5 y 10 % del total

[9] Eric Leser : "Les marchés dérivés à nouveau sur la sellette", Le Monde, 95.02.28.

[10] Philippe Manière : "La dérive des dérivés", Le Point, 95.03.04

[11] Bruno Abescat : "La banque qui secoue la planète", L'Express, 95.03.09

[12] Nicholas Bray & Jeremy Mark : "En busca de compradores y de Nick Leeson", Cinco Días,
Madrid, 95.03.01, Fuente The Wall Street Journal Europe

[13] Marc Roche : "Les dirigeants de la banque Barings ont soutenu les placements du courtier Nick
Leeson", Le Monde, 95.03.04
[14] Marc Roche : "La banque Barings est victime de laxisme autant que d'un "golden boy"", Le
Monde, 95.03.01.

[15] Analista de IBCA, agencia de calificación de deuda radicada en Londres

[16] Este dispositivo es aveces más riguroso en otros países como Francia donde los compromisos
diarios no pueden sobrepasar el 10% de los fondos propios.

[17] Marc Roche : "La Banque d'Angleterre sur la sellette après l'affaire Barings" Le Monde,
95.03.14

[18] Marc Roche : "La Banque d'Angleterre ne sort pas grandie par l'affaire Barings" Le Monde,
95.07.22

[19] Sapsford J., N. Shirouzo, T. O'Brien & M.Sesit : "Se descubre otro "rogue trader" en Daiwa",
traducido y reproducido por Cinco días, 95.09.28

[20] Cristina Frade : "Nick Leeson culpa al banco de Inglaterra de la quiebra de Barings", El Mundo,
95.09.12

[21] Andy Robinson "Barings: falló el sistema de supervision "entre caballeros"", Cinco Días,
Madrid, 95.09.21

[22] Michael Taylor : "The true lesson of Barings" Knight-Ridder Financial News, Londres, 95.09.12

[23] CS First Boston (filial a 75% del Credito Suizo), Goldman Sachs, Lehman Brothers, Merrill
Lynch, Morgan Stanley y Salomon Brothers

[24] Security Exchange Commission - Commodity Future Trading Commission

[25] Patrice de Beer : "Les Britanniques ébranlés par la chute de la Barings" Le Monde, 95.03.11

[26] Analista bancario de la oficina londinense de Morgan Stanley

[27] Nick Leeson debía recibir una prima de 2 millones de libras.

[28] Jose Maria Zavala : "UGT se querella contra Price Waterhouse por falsedad en la auditoría de
Banesto", El Mundo, Madrid, 95.09.13.
[29] Marc Roche : "Un nouveau fleuron de la City passe en des mains étrangères" Le Monde,
95.07.24

[30] Nicholas Bray "Llyods and TSB Air Merger Talks to create Top U.K. Retail Bank" The Wall
Street Journal Europe, 95.10.10

[31] Michael Taylor : "The true lesson of Barings" Knight-Ridder Financial Times, Londres, 95.09.12

[32] Babette Stern : "L'État maintient sa garantie illimitée sur le Crédit Lyonnais", Le Monde,
95.09.08

[33]Michael Hirsh : "A Rush for the Exits", Newsweek, 95.09.11

[34]"The bank that disappeared", The Economist, 1995.03.04

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