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VITAMINAS

Las vitaminas (del latín vita (vida) + el griego αμμονιακός, ammoniakós "producto libio,
amoníaco", con el sufijo latino ina "sustancia") son compuestos heterogéneos que no
pueden ser sintetizados por el organismo, por lo que éste no puede obtenerlos más que a
través de la ingestión directa. Las vitaminas son nutrientes esenciales, imprescindibles para
la vida. No tomarlos puede ser trascendental para nuestra salud.

Actúan como precursoras de coenzimas, que no son propiamente coenzimas, y grupos


prostéticos de las enzimas. Esto significa, que la molécula de vitamina, con un pequeño
cambio en su estructura, pasa a ser la molécula activa, sea ésta coenzima o no. Sus
requerimientos no son muy altos, pero tanto su defecto como su exceso pueden producir
enfermedades (respectivamente, avitaminosis e hipervitaminosis). El uso de la palabra
"hipovitaminosis" es un error.

Las vitaminas se suelen clasificar según su solubilidad en agua o en lípidos:

Liposolubles:

La vitaminia A:

Ayuda a la formación y mantenimiento de dientes sanos y tejidos blandos y óseos, de las


membranas mucosas y de la piel. Desempeña un papel importante en el desarrollo de una
buena visión, especialmente ante la luz tenue. También se puede requerir para la
reproducción y la lactancia.

La deficiencia de la vitamina A, se encuentran los problemas de acné y de la visión, y más


específicamente afecta la visión nocturna. Otros cambios incluyen el incremento de la
susceptibilidad a infecciones, hipoqueratosis, queratosis pilaris y metaplasia escamosa del
epitelio que cubre vías respiratorias, urinarias hasta llegar a un epitelio queratinizado.

Debido a que la vitamina A es liposoluble y no se excreta con facilidad, algunos de sus


efectos tóxicos son la aparición de náuseas, ictericia, irritabilidad, anorexia, vómitos, visión
borrosa, dolor de cabeza, dolor y debilidad muscular y abdominal, somnolencia y estados de
alteración mental.

La Vitamina D:

Regula los niveles de calcio y fósforo en sangre, promoviendo la absorción intestinal de los
mismos a partir de los alimentos y la reabsorción de calcio a nivel renal. Con esto
contribuye a la formación y mineralización ósea. Sin embargo, en dosis muy altas, puede
conducir a la resorción ósea.
La vitamina E:

Actúa como antioxidante a nivel de la síntesis del hemo, que es una parte esencial de la
hemoglobina de los glóbulos rojos.

La deficiencia en vitamina E se caracteriza generalmente por trastornos neurológicos


debidos a una mala conducción de los impulsos nerviosos.

Los individuos que no pueden absorber grasas requieren suplementos de vitamina E debido
a que es muy importante esta vitamina en los procesos de absorción del tracto
gastrointestinal. Las personas que no pueden absorber grasas suelen tener una diarrea
crónica.

La vitamina K:

Principalmente es requerida en los procesos de coagulación de la sangre. Pero también sirve


para generar globulos rojos. La vitamina K2 (menaquinona) es normalmente producida por
una bacteria intestinal, y la deficiencia dietaria es extremadamente rara, a excepción que
ocurra una lesión intestinal o que la vitamina no sea absorbida.

La deficiencia de esta vitamina aumenta el riesgo de hemorragia interna masiva y


descontrolada, calcificación del cartílago y severa malformación del desarrollo óseo o
deposición de sales de calcio insoluble en las paredes de los vasos arteriales.

Hidrosolubles:

La vitamina C:

La presencia de esta vitamina es requerida para un cierto número de reacciones metabólicas


en todos los animales y plantas y es creada internamente por casi todos los organismos,
siendo los humanos una notable excepción.

Es un potente antioxidante, actuando para disminuir el estrés oxidativo. Ayuda al desarrollo


de dientes y encías, huesos, cartílagos, a la absorción del hierro, al crecimiento y reparación
del tejido conectivo normal, a la producción de colágeno, metabolización de grasas, la
cicatrización de heridas. Su carencia ocasiona el escorbuto, también resulta esta vitamina un
factor potenciador para el sistema inmune aunque algunos estudios ponen en duda esta
última actividad de la vitamina C.

La vitamina B1:

Juega un papel importante en el metabolismo de carbohidratos principalmente para producir


energía; además de participar en el metabolismo de grasas, proteínas y ácidos nucleicos
(ADN, ARN). Es esencial para el crecimiento y desarrollo normal y ayuda a mantener el
funcionamiento propio del corazón, sistema nervioso y digestivo. La deficiencia sistémica
de esta vitamina puede conducir a diversos problemas en el organismo, incluyendo
neurodegeneración, desgaste y la muerte.
La vitamina B2:

Es necesaria para la integridad de la piel, las mucosas y de forma especial para la córnea,
por su actividad oxigenadora, siendo imprescindible para la buena visión. Su carencia
genera trastornos oculares, bucales y cutáneos, cicatrización lenta y fatiga.

La vitamina B3:

Juega un rol esencial en el metabolismo energético de la célula y de la reparación de ADN.


La deficiencia severa de esta vitamina en la dieta causa la enfermedad de la pelagra,
mientras que la deficiencia moderada disminuye el metabolismo, causando una disminución
en la tolerancia al frío.

La vitamina B5:

Es necesitada para formar la coenzima a (CoA) y es considerada crítico en el metabolismo y


síntesis de carbohidratos, proteínas y grasas. Los síntomas de la deficiencia son similares a
otras deficiencias de vitaminas del grupo B.

La vitamina B12:

Interviene en la síntesis de ADN, ARN y proteínas, interviene en la formación de glóbulos


rojos, mantiene la vaina de mielina de las células nerviosas, participa en la síntesis de
neurotransmisores, es necesaria en la transformación de los ácidos grasos en energía, ayuda
a mantener la reserva energética de los músculos, interviene en el buen funcionamiento del
sistema inmune, necesaria para el metabolismo del ácido fólico.

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