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religioso católico
Gregor Mendel.
Su trabajo no fue valorado cuando lo publicó en el año 1866. Hugo de Vries, botánico
neerlandés, Carl Correns y Erich von Tschermak redescubrieron por separado las leyes
de Mendel en el año 1900.2
Contenido
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• 1 Biografía
• 2 Leyes de Mendel (1865)
• 3 Experimentos de Mendel
• 4 Mendel y la apicultura
• 5 Honores
o 5.1 Epónimos
• 6 Abreviatura
• 7 Véase también
• 8 Referencias
• 9 Enlaces externos
[editar] Biografía
Mendel nació en un pueblo llamado Heinzendorf (hoy Hynčice, en el norte de Moravia,
República Checa), perteneciente al Imperio austrohúngaro, el 20 de julio de 1822, y fue
bautizado con el nombre de Johann Mendel. Tomó el nombre de padre Gregorio al
ingresar como fraile agustino, en 1843, en el convento de agustinos de Brno (conocido
en la época como Brünn). En 1847 se ordenó sacerdote.
Mendel fue titular de la prelatura de la Imperial y Real Orden Austriaca del emperador
Francisco José I, director emérito del Banco Hipotecario de Moravia, fundador de la
Asociación Meteorológica Austriaca, miembro de la Real e Imperial Sociedad Morava y
Silesia para la Mejora de la Agricultura, Ciencias Naturales y Conocimientos del País y
jardinero (aprendió de su padre cómo hacer injertos y cultivar árboles frutales).
Al tipificar las características fenotípicas (apariencia externa) de los guisantes las llamó
«caracteres». Usó el nombre «elemento» para referirse a las entidades hereditarias
separadas. Su mérito radica en darse cuenta de que en sus experimentos (variedades de
guisantes) siempre ocurrían en variantes con proporciones numéricas simples.
Algunos autores obvian la Primera Ley de Mendel, y por tanto llaman Primera Ley al
Principio de la segregación y Segunda Ley al Principio de la transmisión independiente
(para estos mismos autores, no existe una Tercera Ley). El núcleo de sus trabajos –que
comenzó en el año 1856 a partir de experimentos de cruzamientos con guisantes
efectuados en el jardín del monasterio– le permitió descubrir las tres leyes de la herencia
o leyes de Mendel, gracias a las cuales es posible describir los mecanismos de la
herencia y que fueron explicadas con posterioridad por el padre de la genética
experimental moderna, el biólogo estadounidense Thomas Hunt Morgan (1866-1945).
En el siglo XVIII se había desarrollado ya una serie de importantes estudios acerca de
hibridación vegetal, entre los que destacaron los llevados a cabo por Kölreuter, W.
Herbert, C. C. Sprengel y A. Knight, y ya en el siglo XIX, los de Gärtner y Sageret
(1825). La culminación de todos estos trabajos corrió a cargo, por un lado, de Ch.
Naudin (1815-1899) y, por el otro, de Gregor Mendel, quien llegó más lejos que
Naudin.
Las tres leyes descubiertas por Mendel se enuncian como sigue: según la primera,
cuando se cruzan dos variedades puras de una misma especie, los descendientes son
todos iguales y pueden parecerse a uno u otro progenitor o a ninguno de ellos; la
segunda afirma que, al cruzar entre sí los híbridos de la segunda generación, los
descendientes se dividen en cuatro partes, de las cuales una se parece a su abuela, otra a
su abuelo y las dos restantes a sus progenitores; por último, la tercera ley concluye que,
en el caso de que las dos variedades de partida difieran entre sí en dos o más caracteres,
cada uno de ellos se transmite de acuerdo con la primera ley con independencia de los
demás.
Para realizar sus trabajos, Mendel no eligió especies, sino razas autofecundas bien
establecidas de la especie Pisum sativum. La primera fase del experimento consistió en
la obtención, mediante cultivos convencionales previos, de líneas puras constantes y en
recoger de manera metódica parte de las semillas producidas por cada planta. A
continuación cruzó estas estirpes, dos a dos, mediante la técnica de polinización
artificial. De este modo era posible combinar, de dos en dos, variedades distintas que
presentan diferencias muy precisas entre sí (semillas lisas-semillas arrugadas; flores
blancas-flores coloreadas, etc.).
Como resultado de este cruce se produjeron plantas que producían nada más que
semillas amarillas, repitió los cruces con otras plantas de guisante que diferían en otros
caracteres y el resultado era el mismo, se producía un carácter de los dos en la
generación filial. Al carácter que aparecía le llamo carácter dominante y al que no,
carácter recesivo. En este caso, el color amarillo es uno de los caracteres dominantes,
mientras que el color verde es uno de los caracteres recesivos.
Las plantas obtenidas de la generación parental se denominan en conjunto primera
generación filial (F1).
Mendel dejó que se autofecundaran las plantas de la primera generación filial y obtuvo
la llamada segunda generación filial (F2), compuesta por plantas que producían
semillas amarillas y por plantas que producían semillas verdes en una proporción 3:1 (3
de semillas amarillas y 1 de semillas verdes). Repitió el experimento con otros
caracteres diferenciados y obtuvo resultados similares en una proporción 3:1.
Las cruzó y obtuvo la primera generación filial, compuesta por plantas de semillas
amarillas y lisas, con lo cual la primera ley se cumplía; en la F1 aparecían los caracteres
dominantes (amarillos y lisos) y no los recesivos (verdes y rugosos).
Un aspecto no muy conocido de su vida fue que se dedicó durante los últimos 10 años
de su vida a la apicultura. Mendel reconoce que las abejas resultaron un modelo de
investigación frustrante. Es probable que el experimento realizado con abejas fuera
guiado para confirmar la teoría de la herencia.
Uno puede presumir que en 1854 Mendel discute en Silesia con los apicultores la
hipótesis de Jan Dzierzon que enuncia que las reinas infértiles o los huevos que no son
fecundados por esperma de los machos producen zánganos, produciéndose
reproducción sexual en las hembras y reproducción asexual en los machos o zánganos.
A este proceso Jan Dzierzon lo denominó partenogénesis.
Dos años después, Mendel fue elegido abad del monasterio y, como ha sucedido
después de él a tantos buenos científicos, abdicó de la ciencia y se convirtió en
administrador. Murió en 1884, completamente ignorado por el mundo científico,
que lo descubrió sólo 16 años después. El mismo Mendel hace alusión a Nägeli en
su obra posterior al decir: "La pregunta acerca del origen de numerosas y
constantes formas intermediarias ha cobrado un reciente interés desde que un
famoso especialista en Hieracium [Carl Nägeli] ha, bajo el espíritu de las
enseñanzas Darwinistas, defendido la opinión de que éstas formas debieran de ser
consideradas como [surgiendo] de la transmutación de especies extintas o aún en
existencia", Mendel, 1869.
Mendel destiló la esencia de la vida del verdadero científico en una frase: "día tras
día, de la primavera al otoño, se renueva el interés que uno tiene...". Esta es la
máxima recompensa del científico: no el poder, no una posición profesional, no
mayores atribuciones económicas, sino la inmersión completa en el trabajo, que
sostiene su interés y le da, si no la seguridad económica, al menos el ser veraz,
real y perdurable.
Las leyes consisten en, primero Mendel determinó que un sólo polen realiza la
fecundación (ésto, por supuesto, también es verdad respecto a los animales, en los
cuales sólo un espermatozoide puede penetrar al óvulo). Luego, estableció un
modelo para estudiar las vías de la herencia: se debe escoger sólo un par de
caracteres contrarios y fácilmente reconocibles, por ejemplo, alto y bajo. Uno de
estos resulta dominante y el otro, recesivo. Los caracteres recesivos desaparecen
en la segunda generación y reaparecen en la tercera, en proporción de un recesivo
por cada tres dominantes. Finalmente, Mendel presupuso la existencia de un
"elemento formador" ("factor") en cada polen y en cada óvulo, capaz de determinar
un sólo carácter en la descendencia por ejemplo, corto, o blanco.